miércoles, 10 de julio de 2013

Las armas de Israel: violencia física y armas químicas




Se publicaron nuevas denuncias sobre la represión israelí contra los pobladores palestinos. Los niños son el sector más afectado por la política de Tel Aviv.

La violencia sistemática por parte de las autoridades israelíes contra menores de edad palestinos y la confirmación de que las Fuerzas Armadas hebreas utilizaron fósforo blanco en la invasión a la Franja de Gaza en 2009, conocida como operación Plomo Fundido, fueron reveladas en los últimos días, confirmando nuevamente que el sistema represivo de Tel Aviv continúa vigente.
El organismo Defensa Internacional de los Niños-Palestina (DINP) presentó un informe, confeccionado por cuatro expertos en derechos humanos independientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el cual demostró que Israel llevó adelante en 2012 una práctica generalizada de agresiones contra los niños y niñas. El documento, difundido por el sitio www.palestinalibre.org, resume que los uniformados israelíes, tras detener a niños y niñas, en el 99% de los casos no permitieron la presencia de abogados durante los interrogatorios. Agregó que en el 97% de los casos, los funcionarios hebreos ataron de manos a los menores y un 95% de las declaraciones confirmaron que a los niños se les vendaron los ojos. A esto se suma que en el 74% de los casos, se aplicó violencia física durante la detención, el traslado o los interrogatorios. Del total de consultados, un 98% afirmó que fueron acosados y un 68% aseguró que los militares israelíes abusaron verbalmente, los humillaron e intimidaron. Por último, el informe detalló que en el 19% de los casos los menores fueron incomunicados con fines de interrogatorio.
Ayed Abu Eqtaish, director del Programa de Responsabilidad de DINP, declaró que “no es ningún secreto que el maltrato sistemático de los niños palestinos ha estado ocurriendo desde hace varios años”. Eqtaish indicó que existen demasiados informes de este tipo y ahora “lo que necesitamos es acción”.
En el documento se presentaron recomendaciones para terminar con estos hechos represivos, entre las cuales se destacan prohibir las detenciones nocturnas y el uso de la incomunicación, que se excluyan de los juicios las pruebas obtenidas por la fuerza o la coacción en los interrogatorios, el acceso de un abogado para la defensa, como también la presencia de los padres durante los interrogatorios.
En el transcurso de 2012, DINP presentó ocho denuncias ante las autoridades israelíes sobre maltrato y tortura a niños durante sus detenciones por parte de militares israelíes. Aunque el organismo señaló que se abrieron algunas investigaciones, “ni una sola acusación se ha emitido contra un agresor”.
Desde 1967, cuando Israel comenzó la anexión de territorios palestinos, los niños y las niñas se convirtieron en uno de los principales blancos de la represión. El Estado israelí es el único en el mundo que encarcela a los menores de edad y los procesa en tribunales militares.

Israel sí utiliza armas químicas

La revista especializada The Lancet publicó un informe donde confirma que las Fuerzas Armadas israelíes bombardearon con fósforo blanco la Franja de Gaza en 2009. La publicación citó el caso de un joven palestino de 18 años que en enero de ese año fue ingresado en un centro de salud de Gaza, luego de ser alcanzado por un disparo de obús. El herido presentaba zonas cutáneas con quemaduras profundas, rodeadas de tejido despedazado. En el cuerpo no había signos de quemaduras por inhalación. Un día después de ingresado al centro médico, se observó la aparición de humo blanco que emanaba de las heridas, por lo cual el joven fue intervenido quirúrgicamente y se le extrajeron partículas de fósforo blanco. A ocho días de la operación, reseñó The Lancet, el paciente fue dado de alta, y tras 16 meses de seguimiento médico, el muchacho se encontraba bien, sin embargo presentaba “cicatrices hipertróficas ligeramente sensibles en tórax, brazo y muslo”.
Durante la operación Plomo Fundido fueron presentadas varias denuncias contra las Fuerzas Armadas israelíes por bombardear a la población con fósforo blanco. Esta sustancia, que se utiliza para fabricar napalm, en contacto con la piel “produce quemaduras químicas dolorosas que, de forma característica, tienen aspecto de lesiones amarillentas, necróticas y profundas, debidas a los componentes químicos y térmicos del combustible”. El fósforo blanco también puede “absorberse sistémicamente, en cuyo caso provoca un síndrome de disfunción orgánica múltiple debido a su efecto sobre los eritrocitos, los riñones, el hígado y el corazón”.
De acuerdo a Naciones Unidas, el fósforo blanco es una sustancia prohibida para atacar poblaciones civiles, ya que es considerada un arma química.

Leandro Albani

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