miércoles, 7 de marzo de 2012

´La gente común sólo somos visibles si nos movilizamos en la calle´




Defensor de la movilización ciudadana "legítima" y pacífica, el uruguayo Raúl Zibechi, gran conocedor de los movimientos sociales sobre todo en América Latina, ha pasado por la Universidad invitado por el Instituto Interuniversitario de Desarrollo Social y Paz junto con CGT y Baladre.
En su conferencia analiza si existen los movimientos sociales o si son un invento de los académicos. ¿Cómo es esto?
Bueno, los académicos estudian qué son los movimientos sociales en función de su criterio, las diferencias que hay entre movimientos y organizaciones... hay estudios sobre si por ejemplo el fenómeno de los indignados es un movimiento social o un estallido... pero da igual. Lo cierto es que es una irrupción de un montón de gente que estaba callada y de pronto empieza a ocupar el espacio público y a recibir atención. Da igual cómo se les llame. Son movimientos de protesta y de alternativa. Lo que hacen es demandar y sobre todo hacer visible un conflicto que, si no media la manifestación, pasa desapercibido. Todos sabemos que hay desahucios, pero si no se hacen visibles no se pueden solucionar. La visibilidad pública es fundamental.
¿Sirven de algo estas movilizaciones?
Sirven en la medida en que han sido gran parte de los hacedores de los cambios en el mundo. Mire por ejemplo lo que han conseguido las mujeres. Un movimiento social no necesariamente cambia un sistema pero como mínimo cambia la cultura y la vida cotidiana, y sin cambios en la vida cotidiana no hay evolución. Hoy en día hasta las empresas multinacionales se dicen verdes por la conciencia ambiental y eso ha llegado gracias a los movimientos sociales. La gente común a través de los movimientos es como ingresa en la historia, en las planas mayores de los periódicos. Los millones de anónimos no tenemos otra forma de hacernos visibles.
En España últimamente hay una reactivación de los movimientos sociales con convocatorias de manifestaciones contra los recortes y contra la reforma laboral. ¿Son efectivos frente a un gobierno que ha ganado por mayoría absoluta?
O esperamos cuatro años a que haya otra vez elecciones, o ya mismo nos movilizamos, porque muchas veces los gobiernos no tienen más remedio que escuchar las reacciones en la calle y dar marcha atrás.
Existe el peligro de que los movimientos ciudadanos se transformen en movimientos violentos en una sociedad cada día más crispada...
Hay dos riesgos importantes: Que desde arriba se intente llevar hacia el fascismo los movimientos como se ha visto en algunos países del norte de África y también una tentación de los de abajo de emprender acciones violentas que acabarían por desacreditar al movimiento. Para ser efectivo, un movimiento debe, por una parte, contar con un número importante de personas y por otra parte, tener legitimidad. Más que legal, un movimiento ciudadano debe ser legítimo.
Hay analistas que consideran que ante la crisis en Europa y EE UU por la crisis hay que volverse a América Latina que está iniciando un despegue.
Hay un crecimiento brutal económico en América Latina. El problema que le veo es que es un crecimiento tipo burbuja que se basa en la exportación de materias primas. El crecimiento económico existe, pero mañana esa burbuja puede explotar. Deberían aprovechar la riqueza para profundizar en una economía mejor y evitar tanto consumismo que genera endeudamiento y eso no es positivo. Esto debería ser motivo de análisis, pero los pueblos lamentablemente tenemos una gran responsabilidad en la crisis. Parece que el consumo anestesia los sentidos. Termina por bloquear la capacidad de reflexión de la gente. Para salir de la crisis tenemos que cortarle las alas al sector financiero que es el gran culpable y así entramos en una espiral en la que dejamos de controlar nuestras vidas.

Isabel Vicente

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