viernes, 22 de mayo de 2009

La teoría marxista como fundamento esencial para enfrentar las crisis en el sistema capitalista.



En los momentos actuales, el análisis de la teoría marxista constituye una esencialidad. Una pregunta necesaria y transformadora, lo constituye, si Marx ha regresado; lo que sucede en la arena internacional plantea que nunca este teórico de alto vuelo, se ha ido. Para los revolucionarios cubanos sus argumentos acerca de la concepción materialista de la historia basada en fundamentos filosóficos, económicos y científicos toman gran vigencia en la actualidad.
El mundo a su vez, en la búsqueda de soluciones ante la crisis que atraviesa el sistema financiero internacional y la economía norteamericana con su papel hegemónico, nos propone que autores marxistas y no marxistas retomen las ideas de este pensador ante el análisis de cualquier fenómeno de la vida social.
El gigante de Tréveris sigue presente. Su teoría acerca de las crisis económicas viene a corroborar en el Capitalismo Contemporáneo, que su vigencia está al alcance y a la vista de todos.
Marx, afirma de forma reiterada, que las crisis ¨....son siempre soluciones violentas puramente momentáneas de las contradicciones existentes, erupciones violentas que restablecen pasajeramente el equilibrio roto.¨
Con palabras de ciencia explica lo que la realidad demuestra: en las crisis solo se salvan las empresas más poderosas y ¨ las fuerzas productivas se convierten en fuerzas destructivas ¨.
Las crisis financieras que azota al mundo capitalista y a la economía norteamericana en particular, a través del sector inmobiliario es muestra de lo que Marx, con gran acierto descubre en la etapa del capitalismo premonopolista. Previó y demostró con fundamento que la crisis es una característica inherente al sistema, es como un parásito que necesita para vivir. No son un elemento casual sino causal, un nexo regulatorio del propio sistema. Y en este sentido alega:¨ La razón última de todas las crisis verdaderas es siempre la pobreza y la limitación del consumo de las masas, frente a la tendencia de la producción capitalista a desarrollar las fuerzas productivas cual si sólo tuviesen como límite la capacidad de consumo absoluto de la sociedad.¨
En aquel entonces, las crisis eran calificadas de superproducción, precedidas por un abarrotamiento de la producción de mercancías, por la ausencia del poder adquisitivo para la compra de los bienes necesarios de subsistencia del trabajador y su familia.
Marx, advierte con gran predicción, que en la producción simple, la posibilidad de ocurrencia de las crisis es potencial, únicamente en la producción capitalista desarrollada, esa posibilidad se vuelve realidad. El autor de la obra cumbre, ¨ El Capital,¨ mostró que en el desarrollo de las contradicciones del capitalismo y, en primer término, de su contradicción principal transforma las condiciones que engendran ineludiblemente las crisis.
En la actualidad, las crisis toman otras magnitudes que este marxista no podía imaginar; no solo ocurren por el subconsumo de las masas, ni por la ausencia del capital de préstamo como lo denominó en su época, sino se suceden en la esfera financiera, sin importar la producción de bienes indispensables en el desarrollo de la humanidad .No importa si el dinero es real o ideal, lo que importa es invertir en la bolsa de valores donde existe un proceso artificial, el cual solo trasciende al cúmulo de ganancias de una pequeña minoría, sobre una mayoría destinada a la miseria.
La ocurrencia de la crisis no es solo en la esfera financiera, la caída de los índices en la Bolsa de Wall Street que mueve más del 50% de las acciones mundiales, traducen a un Capitalismo en bancarrota, las acciones en sus principales índices tales como Dow Jones, y Standard and Poors, si bien antes ofrecían altas ganancias, hoy muestran pérdidas de más de medio billón de dólares aproximadamente .Los efectos de la bolsa norteamericana se trasladan como efecto dominó a las europeas, asiáticas y a las demás regiones del mundo, donde América Latina sustenta una de las mayores afectaciones. El caso de Colombia, México, Argentina, Chile y Brasil, son ejemplos de las caídas bursátiles.
La actuación de la crisis en el sector financiero ha traspasado los límites a la economía real. Como colofón, pudiéramos plantear que en los propios Estados Unidos, más de dos millones de personas han quedado sin techo como parte de las hipotecas que asumen los bancos como contagio de la crisis subprime y solo en este año, más de 750 000 personas ya han sido desahuciadas y 3 millones de familias serán desalojadas o amenazadas con el desahucio para finales del 2008.
Aunque la crisis se desencadena inicialmente en el ámbito hipotecario, bancario o financiero, enseguida tiene efectos sobre la economía real (es decir, la que tiene que ver con la producción efectiva de bienes y servicios y no con “papeles” financieros).
Marx, pone al descubierto que la mercancía al poseer dos cualidades, valor de uso y valor, debe existir un nivel de correspondencia. La separación entre ellas, tiene ciertos límites de ocurrencia, y si esta supera los límites, agudizaría las contradicciones que inevitablemente, tienen salida en las crisis.
La separación entre el valor de uso y el valor, trasciende al divorcio de la economía real y la economía financiera y más aún, a la economía financiera especulativa. Esta última, juega con los valores de un bien creado en la economía real y la separación es tan profunda, que explota como una burbuja financiera, como algo volátil, ficticio; convirtiendo a la economía real en virtual.
A pesar de que este marxista no vive la era de la globalización neoliberal, si conceptualiza el capital ficticio, y en este sentido, al esgrimir sus consideraciones acerca de los títulos de propiedad expone: ¨…su valor es ficticio: puede aumentar o disminuir de un modo completamente independiente del movimiento del capital real, sobre lo que los poseedores poseen un derecho.¨
El impacto de la crisis financiera sobre la economía real, se produce por determinadas causas entre las que podremos enumerar:
En primer lugar, porque la crisis hipotecaria afecta lógicamente de modo muy directo al sector de la construcción que, como es bien sabido, ha sido una de las bases principales, cuando no la que más, de la expansión económica de los últimos años.
La inicial crisis hipotecaria produce sin lugar a dudas desempleo no sólo en la construcción, sino en las actividades que están relacionadas con el sector inmobiliario. Y eso permite aventurar que, sin lugar a dudas, nos encontramos desde que la crisis se empezara a manifestar incluso de manera latente, ante un nuevo colapso de la primera economía mundo y por ende, mundial.
En segundo lugar, porque cuando se desata la crisis los bancos y los inversores reaccionan, retirando fondos del mercado y generando falta de liquidez. Los bancos ya no se prestan tan fácilmente entre ellos y, lógicamente, también reducen su oferta de créditos a los consumidores y empresas que necesitan recursos para gastar o invertir en actividades productivas.
Por lo tanto, la disminución de la liquidez en los circuitos financieros afecta a la financiación de la economía. El gasto total se tambalea y, mueve al conjunto de la actividad económica “real”.
En tercer lugar, y como corolario de lo anterior, los bancos centrales se enfrentan a un dilema perverso: por un lado lo que hacen (como han hecho) es poner a disposición de los bancos cientos de miles de millones de dólares (con una generosidad de la que carecen cuando los afectados por las crisis son los más desfavorecidos del planeta). Pero, por otro, para favorecer la movilización del capital, suben los tipos de interés.
Pero la subida de los tipos de interés tiene un doble efecto. Por un lado, favorecen la movilización del capital gracias a su mayor rentabilidad. Pero, por otro, encarecen el casi siempre imprescindible endeudamiento de las empresas y de las familias. Lo primero enriquece a los propietarios del capital que actúan preferentemente en la economía financiera y lo segundo coadyuva de nuevo a que baje su inversión y su consumo, deteriorando el conjunto de la actividad económica.
En este orden de cosas, el Plan que W. Bush, ha desatado como una de las recetas para el rescate financiero con un presupuesto de 700 000 millones de dólares , es a costa de la disminución del Presupuesto Fiscal para el incremento de los servicios de salud, educación, saneamiento de la aguas y el consumo de sus ciudadanos, entre otros. Se suma a ello, que los sistemas de seguridad social de manera general, están desarmados, en la actualidad forman parte del juego en las bolsas ,dejando sin efecto el seguro de jubilación que habían ganado mundialmente los trabajadores, después de tantos años de lucha.
El crecimiento en los precios del petróleo como efecto, según la agencia Reuters reporta que se replegó en un 10%. En el caso de los alimentos en el mercado alimentario llega a sustentar precios irrisorios, lo que repercute en cadena en la crisis alimentaria por la que atraviesa el globo terráqueo, dejando sin posibilidades de alimentos a más de 90 millones de personas.
Como muestra en el descenso del nivel de vida de la población, los subsidios por concepto de desempleo en los últimos seis años se han incrementado de forma considerable y hoy pliega aproximadamente entre un 7%.Como resultado, los despidos de los empresarios a sus trabajadores son masivos y se estima que al finalizar el 2008, la sociedad norteamericana llegará a la cifra de más de 760 000 empleos perdidos, sumándosele a ello, que la Deuda Nacional alcanza la cifra de más de 10 billones de dólares.
Y como parte de la crisis buscan también recetas a través de los llamados recortes salariales, los cuales dejan a la clase trabajadora, sin la más mínima protección.
El Ejército Industrial de Reserva, término con el cual califica este marxista al ejército de desempleados, forma...¨ un contingente disponible que pertenece al capital de un modo tan absoluto, como si se criase a sus expensas ¨. , está vigente a través de sus manifestaciones y magnitudes que el no fue capaz de imaginar.
Si en el 2007, según estimados de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), el número de desempleados llega a la cifra de 190 millones, al finalizar el año 2009, pronósticos de dicha organización plantea que la cifra podría alcanzar los 210 millones de personas
.A estos, ¨ los sin trabajo ¨, no le queda más remedio que refugiarse en el ocio, en el robo, en la prostitución, en la droga o en diferentes formas de degeneración de los valores humanos para poder subsistir.
La Reserva Federal (Banco Central de los Estados Unidos), ha bajado las tasas de interés como una vía de estímulo a los empresarios, inversionistas y consumidores como parte de la realización del sistema crediticio y la inyección necesaria a la economía real.
Existe el miedo, la incertidumbre de que si el mundo podrá seguir viviendo en estas circunstancias.¿Existirán nuevas expectativas ante esta situación? ¿Desaparecerá el modelo neoliberal con su antifaz destructor?.
Como repuesta al neoliberalismo, no nos deja otra alternativa que tendrá que desaparecer. Su pilar fundamental de la no intervención del estado en la economía queda desechado. Los Estados Unidos, se han visto en la obligación de intervenir y con gran prontitud en la economía financiera, inyectándole millones de dólares para oxigenar la misma. Receta esta que es momentánea.
Si en un primer momento, existe en apariencia una recuperación de la economía norteamericana, en las bancas, en las bolsas de valores y de un grupo de consorcios monopolistas que hoy comienzan a temblar, en el mañana este futuro puede resultar incierto.
Baste decir, que ante las cesaciones de pagos ocurridos de los principales bancos de inversión, las dos mayores sociedades hipotecarias y aseguradoras del mundo, se ha tenido que tomar decisiones y el gobierno federal de este país, decidió asumir el control financiero directo de una parte considerable del sistema.
La especulación financiera podrá destruir en gran medida a la economía real por representar la unidad de ambas una pirámide invertida que imposible pueda sostenerse de pie. Es el peligro que amenazaba al mundo, y comienza a ser la más terrible realidad.
Allan Greenspan, expresidente de la Reserva Federal, ha decretado la crisis como un ¨ tsunami financiero y admite que la famosa mano invisible del mercado tiene un pequeño problema: no funciona. Sencillamente esta expresión nos plantea que la propia desregulación en los mercados de monedas, de valores, de productos y laboral, entre otros, ha creado desbalances tanto en lo económico y en lo financiero sin límites. La propia privatización acelerada que propugna la teoría y la práctica neoliberal se encarga de desmantelar las concepciones capitalistas y las crisis se incrementan perdiendo el carácter cíclico que Marx, caracteriza en sus tiempos.
El Fondo Monetario Internacional, gemelo de la Reserva Federal, reconoce que el riesgo que corre los Estados Unidos se encamina hacia una profunda recesión. La propia evolución de los precios de los activos plantea un huracán financiero de consecuencias incalculables.
Por otra parte, Henry Paulson, (ex director de Goldman Sach) predijo, la "crisis hipotecaria" estadounidense va a dar como resultante una quiebra generalizada de empresas, tanto en EEUU como en el resto del mundo.
Una vez más ese hombre de pasos agigantados y mente volátil, no se ha ido, ni ha regresado, siempre ha estado presente para los revolucionarios marxistas, si bien para un tiempo fue olvidado por el sistema capitalista mundial, hoy ha tenido que venir a formar parte de su estudio como una necesidad histórica que no dependa de nadie más, que de los hombres.
Las recetas propuestas solo están sujetas con alfileres, las crisis cada vez se suceden con premura y ponen de manifiesto el legado marxista de que ¨ Hasta ahora, la duración periódica de los ciclos venía siendo de diez u once años, pero no hay razón alguna para considerar esta cifra como una magnitud constante. Por el contrario, con arreglo a las leyes de la producción capitalista tal y como acabamos de desarrollarlas, debe inferirse que se trata, de una magnitud variable y el período de los ciclos irá acortándose gradualmente.¨
En Francfort, Alemania, los libros de Carlos Marx han superado desde el 2005, las ventas de sus ejemplares como parte de las respuestas frente a las crisis financieras. En momentos en que el mundo está en una verdadera paradoja, serruchando las ramas en la cual el hombre se apoya y en presencia no de un orden, sino un desorden internacional, John Strumpf, editor alemán especializado en Literatura afirma: ¨ Una sociedad que siente la necesidad nuevamente de leer a Karl Marx, es una sociedad que se siente mal.¨
En Londres, en bibliotecas y librerías también se acude al estudio de las obras, de quién supo descubrir y poner a la luz las características sintomáticas del sistema capitalista, sus leyes, principios y fundamentos.
Sin duda alguna, la crisis en que se encuentra el sistema capitalista, deja esclarecido que el mundo tendrá que cambiar. Esta crisis no es una más, sino una de las más peligrosas que la historia de la humanidad haya afrontado y que para el pueblo norteamericano ha evidenciado nefastas consecuencias. El país que históricamente ha consumido por encima de sus posibilidades generando un sistema de vida exorbitante, se desmorona haciendo más difícil este artífice del sistema capitalista y donde las familias con mayor vulnerabilidad social ni siquiera encuentran sostén para continuar con sus estrategias de vida.
Las teorías filosóficas, marxistas y científicas han vuelto para revolucionar y buscar soluciones a este gran problema.
Las ideas marxistas no han muerto, sus premisas como parte de la práctica revolucionaria se ponen de manifiesto en estos tiempos. Las revoluciones sociales, el resurgir de nuevos movimientos, las organizaciones de izquierda y el despertar del factor subjetivo junto al papel de las idea, como una forma de lucha más avanzada que la humanidad proclama, nos da muestra de que en la contemporaneidad se viven los tiempos de Marx, atemperados a las condiciones actuales.
Su vigencia es expresada desde el año 1883, en el deceso de este hombre. Wilhelm Liebknecht un dirigente del movimiento obrero alemán, juró ante su tumba. “Amigo muerto, pero vivo. El camino que tú nos señalaras, lo seguiremos hasta el fin.”
Fidel, el líder de la revolución cubana, hace algunos años planteó una frase que se convierte en realidad, alegando que ¨ A las grandes crisis, grandes soluciones ¨, y el mundo va hacia allá en post de que un nuevo orden internacional donde reine la justicia, el humanismo, la solidaridad y la equidad pueda ser posible.

Lic. Olga L. Vila Pérez

Bibliografía Complementaria:

-Revista Cuba Socialista No.44, 2007. Artículo: La relación humanidad- naturaleza desde la perspectiva del marxismo clásico fundador. Dr. Rafael E. Cervantes López, Ana I. Fernández López, p.50.
------------------------------No.46, 2008.Artículo: El Manifiesto Comunista y la nueva era histórica que despunta. Miguel Limia David, p.9.
-Castro Ruz, Fidel. Reflexión ¨ Autocrítica a Bush ¨. En Periódico Granma, 23 de octubre del 2008, p. 2.
- Valdés Vivó, Raúl.¨ Con el valor de la Humildad ¨., 2008, p. 66.
- ------------------------.” Especulación financiera vs Economía Real. Clave para el estudio de la Economía y la Política del Mundo.” Editorial Páginas, 2003.
- Kratke, Michael R. Artículo:”Anatomía de una crisis financiera de carácter planetario.”, p2. En soporte digital.
- Radezun, Gunther.” El Prometeo de Tréveris: Carlos Marx”.Editorial Ciencias Sociales. Instituto Cubano del Libro. La Habana, junio, 1975, p.3.
- Torres López, Juan. Artículo: “Diez ideas para entender las crisis financieras, sus causas, sus responsables y sus posibles soluciones.”, p. 5. En soporte digital.

Autor: Lic. Olga L. Vila Pérez. Profesor asistente y Aspirante a Doctor en Ciencias Económicas.
Escuela Provincial del Partido ¨ Alejandro Nápoles León.¨ Cienfuegos. Cuba.

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