sábado, 22 de noviembre de 2008

Ché Guevara: Defensor de las ideas del Socialismo.


Cuando escuchamos hablar de humanismo, equidad y justicia social, no nos asombra, detrás de estas ideas se levanta la figura de un hombre invencible, nuestro Ché Guevara.
El Ché, era defensor de la equidad, en materia de distribución, proponía que todos los hombres recibieran parte del fruto de su trabajo.
Al inicio de la revolución, su mayor anhelo radicaba en que todos los ciudadanos cubanos, alcanzaran al menos las mínimas condiciones de vida que pudiera ostentar un ser humano. Por ello, proclamaba: “Hace falta que todo el mundo coma en Cuba, después hace falta que todo el mundo coma todos los días, …después, que además de todo eso todo el mundo se vista y viva decentemente en Cuba, que todo el mundo, tenga derecho a asistencia gratuita y a una educación gratuita…”
Para este teórico de alto vuelo, además de guerrillero, médico, compañero, internacionalista, el hombre debe cumplir con su primer deber social: trabajar. Por tanto, el carácter del trabajo en el socialismo al eliminar las relaciones de explotación del hombre por el hombre adquiere un nuevo contenido basado en la ayuda mutua y el compañerismo, donde el interés individual no prevalece, sino que este se suma al del colectivo y al de la nueva sociedad.
Su enfoque acerca del socialismo es abarcador, no solo refrenda a este sistema como un fenómeno económico, sino tiene en cuenta el desarrollo social y el factor conciente del hombre. Auguraba que en esta primera etapa de la Construcción del Socialismo cubano, la necesidad de producir, lo indispensable de la creación de la riqueza social con una condición: Producción y conciencia deben ir de la mano requiriendo de un mismo esfuerzo, pues un desequilibrio en estos elementos puede ocasionar un retardo en el crecimiento económico.
Su visión acerca del trabajo y el fortalecimiento de una conciencia económica en los dirigentes y en la masa de los trabajadores era de extraordinaria prioridad, la enunciaba como un proceso activo, un motor impulsor capaz de desarrollar la base técnica material del Socialismo, en sí, la fuerza material que entre otras condicionantes, nos permitiera el alcance de la tan esperada Eficiencia económica y en este sentido expresaba: “Si el comunismo descuida los hechos de conciencia puede ser un método de repartición, pero deja de ser una moral revolucionaria”.
Este pensador, previó la necesidad de la elevación del nivel cultural de los trabajadores, le imprimió un papel fundamental a la educación económica. Por ello, acotó la importancia de los conceptos, de que los mismos sean conocidos por todos, sobre todo en la etapa del tránsito de un régimen caduco, a una nueva forma superior de producción: “El Socialismo”.
La formulación de nuevos conceptos y modelos de construcción socialista, había que adaptarlo a las nuevas condiciones. Conceptos tales como: racionalizaciòn económica, la productividad y los costos son imprescindibles en la formación de nuestro proceso revolucionario y en la formación del Hombre Nuevo al que aspiramos hoy, un hombre completamente fortalecido y dedicado a la obra dignificadora de la revolución.
El Ché, es ejemplo de bondad, sacrificio, austeridad y tesón. Su vida no ha sido extensa, empero dejó plasmado un legado histórico en el decursar de la humanidad que trasciende las fronteras nacionales. Su ejemplo está vivo, nos fortalece. Sus valores son vividos por los hombres de esta sociedad.
La consigna ¡…Seremos como el Ché ”, muestra fehacientemente de que no hay ningún cubano que no la abrace.
Su pensamiento está vigente más que nunca, su figura permitirá enarbolar las banderas del siglo XXI, los pueblos se levantarán con ansias de libertad, acompañados de los imperativos de justicia, humanismo, solidaridad, equidad y dignidad para lograr que un mundo mejor sea posible.

Lic. Olga Lourdes Vila Pérez.
Escuela Provincial del Partido:” Alejandro Nápoles León”. Cienfuegos
Aspirante a Doctor en Ciencias Económicas.
E-mail: frank@mpcfg.co.cu

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