sábado, 26 de julio de 2008
La cuarta flota, ¿una reacción tardía?
La potencia hegemónica global, en su afán de controlar el mundo, ha organizado el mando de sus Fuerzas Armadas en Comandos Unificados con sus componentes de Ejército, Fuerza Aérea, Cuerpo de Infantería de Marina, Marina de Guerra, Fuerzas de Operaciones Especiales, etc., que tienen a su cargo, cada uno, un Área de Responsabilidad.
A la América Central, el Caribe y América del Sur les corresponde el Comando Meridional.
La Marina de Guerra de Estados Unidos es uno de los Servicios Armados que integran sus Fuerzas Armadas y, de acuerdo con las funciones administrativas, sus buques, aviones y otros medios se agrupan en Flotas que constituyen el componente naval de los Comandos Unificados. Las Flotas se clasifican de la forma siguiente:
Flotas operativas: existen dos, la Flota del Atlántico (denominada desde el 2006 como Comando de las Fuerzas de Flota de los Estados Unidos) y la Flota del Pacífico, a las cuales se asignan de forma más o menos equitativa los buques.
Flotas numeradas: en cada Flota Operativa existen dos o tres flotas numeradas, a las cuales se les asignan los buques, de acuerdo con sus misiones (esta organización también tiene carácter operacional) y la región donde operan; a la Flota del Atlántico pertenecen la Segunda y la Sexta Flotas (esta última actúa fundamentalmente en el Mar Mediterráneo, y es el componente naval del Comando de Europa); a la Flota del Pacífico pertenecen las Tercera, Quinta (activada en 1997) y Séptima Flotas.
Según un comunicado del Pentágono del mes de abril, a partir del día primero de julio queda reactivada la Cuarta Flota de la Marina de Guerra de Estados Unidos (desactivada en 1950), con la misión declarada de llevar a cabo "operaciones de Seguridad Marítima en la región, en apoyo a los objetivos de EE.UU. y a las actividades de cooperación y de seguridad para promover la estabilidad y disuadir la agresión conjuntamente con los restantes componentes del Comando Meridional y fuerzas aliadas; promover la paz, estabilidad y prosperidad en el Área de Responsabilidad del Comando".
Muchas son las interpretaciones y conjeturas que han hecho políticos y analistas acerca de este sorpresivo hecho: algunos, los más ingenuos, plantean que es algo intrascendente solo para que los pueblos y gobiernos de la región piensen que los "benefactores y salvaguardas del mundo" no los olvidan, pero no pasa de ahí. Otros, consideran que es un simple acto de demostración de su poder militar para neutralizar los impulsos esperanzadores de los pueblos más oprimidos.
En nuestra opinión, la reactivación de la Cuarta Flota tiene un importante significado: es una reacción tardía del gobierno de EE.UU. ante el avance indetenible de las ideas revolucionarias de los pueblos latinoamericanos y caribeños cansados y, sobre todo, conscientes, de la explotación a la que los ha sometido un orden internacional injusto y criminal. Es la expresión de la prepotencia imperial que se resiste a su desaparición y están dispuestos a emplear la fuerza militar para evitarla.
Debe tenerse en cuenta que la Flota constituye una agrupación de fuerzas de carácter eminentemente ofensivo, que cuenta con los medios que le permiten ocupar y controlar un área marítima adyacente a las costas de cualquier país y, desde ella, asestar potentes golpes aéreos y coheteriles sobre objetivos ubicados en su territorio; realizar desembarcos de tropas y apoyarlas en su avance.
Es evidente que en América Latina, en los últimos años, se lleva a cabo un proceso de concientización de las masas, que ha ido en escalonado progreso, y han surgido dirigentes izquierdistas, en unos casos, y progresistas en otros, con una tendencia a la unidad e integración, que dio ya algunos frutos.
Por otro lado, la administración Bush, empantanada en su "guerra contra el terrorismo" en Iraq y Afganistán y sus intenciones de dominar el Gran Oriente Medio, amenazando a Irán y a Siria, a lo que se suma sus aventuras en el intento de crear un sistema de defensa antimisiles en Europa contra la Federación de Rusia y una profunda crisis económica en su país, que es ya global, ha desatendido su "patio trasero".
Pero hay algo más, en este "patio trasero" han aparecido grandes reservas de hidrocarburos: petróleo y gas, cuando el insaciable consumo de las naciones poderosas y el agotamiento a corto plazo de las fuentes y la especulación, han elevado los precios a niveles inimaginables, generándose una crisis energética; se ha incrementado el precio de los alimentos, cuando la humanidad está enfrentando una crisis alimentaria; existe la mayor riqueza en diversidad biológica del mundo en la Amazonía, cuando el cambio climático y la tala indiscriminada de bosques originan una verdadera crisis ecológica global.
La Cuarta Flota no cuenta con una plantilla o estructura establecida, se integraría con buques traídos de la Flota del Atlántico con la posible composición de: un Grupo de Batalla de Portaaviones, constituido por un portaaviones nuclear tipo Nimitz, así como algunos buques de superficie y submarinos destinados para su escolta; dos buques de asalto, cada uno con 1 870 infantes de marina, cinco cazabombarderos AV-8 Harrier, 42 helicópteros de transporte de tropas Sea Knight, seis helicópteros antisubmarinos SH-60B y tres lanchas de desembarco sobre colchón de aire; además, varios destructores, fragatas, submarinos y buques de aseguramiento logístico.
Llama la atención que ha sido designado como jefe de esta Flota el Contralmirante Joseph Kerman, con una larga historia como miembro de SEAL (Fuerzas de Operaciones Especiales Navales), y que hasta este momento era jefe del Comando de Guerra Especial Naval, que es el componente naval del Comando de Operaciones Especiales de los Estados Unidos. Un militar con esta experiencia no es el más indicado para dirigir tareas de cooperación en acciones humanitarias, como salvamento en caso de desastres, atención médica a damnificados o la lucha contra el narcotráfico.
Por otra parte, el Contralmirante James W. Stevenson, jefe de la Marina del Comando Sur de EE.UU., dijo recientemente que "sus naves llegarán hasta el tremendo sistema de ríos en Sudamérica, navegando en las aguas marrones más que en las tradicionales aguas azules". Estas palabras tienen sabor a intervención. No debe olvidarse que en América del Sur existen grandes ríos navegables como el Magdalena, Orinoco, Amazonas, La Plata, que permiten penetrar profundamente hasta regiones estratégicas y ricas en recursos naturales del sureño continente.
Guillermo Rodríguez Del Pozo
General de División (R). Doctor en Ciencias Militares. Presidente del Centro de Estudios de Información de la Defensa.
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