sábado, 7 de julio de 2018

¿Qué hace la FEUU por el 6 %?




El sábado 30 ingresó en el Parlamento el Proyecto de Rendición de Cuentas en el que no se prevé prácticamente aumentos en educación ni en salud. Pero la situación de la educación pública es cada vez más acuciante. La postura equidistante de la FEUU.

El gobierno se mantiene firme en no entregar un peso más.
Dicen que no quieren aumentar los impuestos, pero los exportadores, los grandes hacendados, los bancos, los grandes empresarios, las cadenas de supermercados y las empresas multinacionales siguen ganando fortunas a costa del pueblo trabajador. Entonces, ¿por qué no gravar de impuestos a quienes en todas las épocas históricas se beneficiaron? Desde por lo menos la dictadura militar a esta parte, los ganadores siempre fueron los mismos, mientras que al pueblo trabajador le piden nuevos y mayores sacrificios.

La educación pública y la inequidad social

La situación educativa en escuelas añejas sin mantenimiento, o en liceos donde se aprende en un contenedor, o en la universidad donde cada vez más cuesta sostener los estudios y la regularidad, presenta un crisol de inequidades. Hoy quienes pueden sostener una educación de calidad son las franjas con mayor nivel de ingresos, o directamente la educación privada – a quien, por otra parte, también termina subsidiando el Estado a través de la reducción de gravámenes impositivos.
Son muchas veces las mismas escuelas y liceos las que tienen que proveerse su “padrino”, alguna empresa que “solidariamente” done pintura o servicio de mantenimiento sanitario o eléctrico para que el edificio educativo se mantenga y pueda seguir funcionando sin riesgos para quienes allí estudian y trabajan. Liceos patrocinados por “empresa tal”, esta es la educación que quiere el Frente Amplio para las instituciones (no tan) alejadas del centro de Montevideo, y ni hablar en el interior del país donde parece que nadie ve nada pero lo que se ve es el abandono institucional.
Escuelas para ricos, escuelas para pobres, liceos con vidrios o sin ellos, con calefacción o con intenciones de expulsar la matrícula de alguna forma. Esto mismo pasa con las facultades que dependen de la UdeLaR que ya no saben qué hacer con el aumento de la matrícula.
La gestión del rector Markarián en la Universidad de la República ya recortó becas económicas para estudiantes con dificultades, ya rebajó el presupuesto para extensión, ya redireccionó recursos para determinadas facultades “que dan más plata” en detrimento de otras – como las Humanidades. Markarián avala la política de cupos de ingreso – como ocurre en Psicología o Medicina -, el régimen restrictivo de evaluaciones y las pocas posibilidades de continuar la correlación de la currícula. A eso se le suma la falta de horarios o de turno nocturno, la baja o nula duplicación de cursos, los salarios bajos de las y los docentes de menor grado y del personal no docente – que ni siquiera es incluido en el cogobierno universitario, la falta de llamados a cargos docentes y los problemas edilicios.
Y por supuesto, no olvidamos cuando en 2017 Markarián quiso privatizar el Hospital de Clínicas, situación que fue frenada por la lucha de su trabajadoras y trabajadores, centralmente.

Las y los secundarios ocuparon, ¿y la FEUU?

Hace más de 15 días hubo un reguero de ocupaciones que se multiplicaron en todo el país. Una veintena de liceos en Montevideo y otro tanto en el interior tomaron las instalaciones de los centros educativos con demandas básicas y otras no tanto. Pedían equipos multidisciplinarios para atender las necesidades puntutales, más computadoras para poder estudiar, edificios calefaccionados y sin vidrios rotos para no morirse de frío.
También exigían que sean atendidos reclamos relacionados con la discriminación sexual que existe al interior de los centros educativos, y para que los mismos puedan contemplar la diversidad sexual sin estigmatización y de forma inclusiva. Pedían tener baños mixtos, algo ridiculizado por los medios de comunicación, pero que encierra una denuncia profunda no solo de cuánto dinero invierte el Estado en educación, sino al contenido mismo de la educación que imparte un Estado capitalista y heteropatriarcal, misógino y homo-transfóbico, más allá de las posturas supuestamente inclusivas que manifiesten. Todo lo contrario a un reclamo menor y banal, apunta a la cuestión más profunda: cómo educamos y qué clase de personas estamos formando.
Jóvenes de 15 y 16 años tuvieron la valentía y la disposición de ocupar sus liceos, jóvenes sin experiencia militante, que este año se incorporan a los gremios estudiantiles o que directamente los reviven luego de años de letargo. Gurises y gurisas de cabellos multicolor, de piercing en orejas y labios, jóvenes que no tienen el peso de tener que defender todo lo malo que hace el Frente Amplio – como lo debieron hacer las generaciones anteriores – y que no tienen compromisos con nadie. Esos dieron el ejemplo y salieron a ocupar y a marchar. También lo hicieron los institutos de formación docente, como el IPA que aún mantiene su ocupación por tiempo indeterminado.
En esta marea juvenil nos preguntamos por la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay, que no estuvo a la altura en la discusión presupuestal. Junto a la intersindical de la educación, convocó a la marcha del pasado 13 de junio, una marcha muy concurrida pero que sin embargo en las facultades no tuvo preparación: no se hicieron asambleas ni se tomaron medidas para que fuera más contundente. ¡Qué bueno hubiera sido paralizar los cursos, convocar a asambleas masivas y que las y los estudiantes debatieran la situación educativa y tomaran la lucha en sus manos! ¡Qué bueno hubiera sido si a las ocupaciones de liceos les hubiéramos sumado las de todas las facultades, convocando a la prensa para explicar los motivos de la medida para poder ganar a toda la población trabajadora uruguaya para nuestra causa! ¡Qué bueno hubiera sido haber aprovechado el paro del PIT-CNT del pasado 28 de junio que, aunque parcial y totalmente insuficiente, hubiera permitido a la comunidad universitaria a movilizarse por las calles de las principales ciudades en reclamo del 6 + 1%!
Parece que quienes hoy dirigen la FEUU se encuentran más ocupados en hacer frentes entre ellos para ver a quién postulan de próximo rector – y qué beneficios obtienen en base a ese apoyo – que en conquistar el 6 + 1 para la educación del pueblo uruguayo.
Mientras la FEUU se mantenga atada al gobierno del Frente Amplio y solo hagan marchas “para descomprimir” no vamos a ningún lado. Tenemos que romper la dependencia con el gobierno y conquistar la independencia política. La juventud no le debe nada a este gobierno que lo único que hizo estos últimos años fue dejar caer la educación y no dar un peso para la salud ni la vivienda del pueblo trabajador. Y aquí tienen responsabilidad tanto los sectores más oficialistas de la FEUU como aquellos que son “oposición” por no intentar en los Centros donde dirige aplicar una política alternativa.
La frase acuñada “Es Ahora” para exigir el aumento inmediato deberíamos susurrarla al oído de esta dirigencia que parece dormida y atornillada a los “sillones” del Ejecutivo de la FEUU. Más allá de las diferencias entre los distintos sectores que hoy la componen, el seguidismo al gobierno es el mismo y por tanto, el obstáculo para conseguir nuestras demandas.

¿Cómo conquistar el 6%?

En primer lugar tenemos que decir claramente que plata para educación hay, y que la tenemos que sacar de la ganancia sideral de los capitalistas poniendo impuestos progresivos a las grandes fortunas, a las exportaciones, al gran capital y a las inversiones extranjeras. Tenemos que dejar de pagar la deuda externa, que se paga a costa del esfuerzo del pueblo trabajador y que podría ir a educación, salud, trabajo y vivienda.
En segundo lugar, conquistar la independencia política implica saber que la lucha debe adquirir un carácter político, ya que a la vez que se quiere un aumento de presupuesto, se cuestiona al gobierno actual por seguir beneficiando a los poderosos.
En tercer lugar, es importante fomentar la organización democrática en cada una de las facultades, y dejar de dirigir “desde arriba” proponiendo marchas que no están discutidas previamente con la base estudiantil. Las decisiones tienen que darse de abajo hacia arriba, única forma que el conjunto del estudiantado participe activamente en la pelea.
En cuarto lugar, las medidas de lucha tienen que ser escalonadas y se debe buscar la unidad con otros sectores, tanto educativos como el resto de las y los trabajadores que son nuestros aliados.
Porque el reclamo es urgente, porque a la educación del pueblo si no la defendemos nosotros y nosotras, no la defiende nadie. ¡Es Ahora!

Karina Rojas
Montevideo

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