lunes, 30 de marzo de 2015

La DEA de “fiesta”: cocaína, prostitución y redes de trata




Agentes de la Agencia Estadounidense Antidroga de Estados Unidos (DEA) participaron durante varios años en “fiestas sexuales” pagadas con el dinero de los cárteles de la droga en edificios gubernamentales, según un informe del Departamento de Justicia.

El informe, de 139 páginas y elaborado por el órgano de control del Departamento de Justicia, recoge "múltiples acusaciones" que según la agencia EFE "involucran a varios agentes de la DEA en fiestas sexuales con prostitutas mientras trabajaba en oficinas en el extranjero".
El Departamento de Justicia no especifica el país en el que se celebraron las fiestas, aunque un alto funcionario del Gobierno citado por The Washington Post afirma que las fiestas tuvieron lugar en Colombia.
Según el informe, los agentes sabían que estas "fiestas" estaban siendo pagadas con fondos de los cárteles de la droga.
El informe destaca el caso de un agente, que celebraba "ruidosas" fiestas en el cuarto que le pagaba para su misión en el extranjero el Gobierno federal de Estados Unidos y que recibió cuatro cartas de queja del propietario de su edificio entre agosto de 2005 y diciembre de 2008.
El informe que evalúa la conducta de otros agentes, como los del Buró Federal de Investigaciones (FBI), recoge 26 denuncias sobre "solicitud de prostitutas" en el extranjero y destaca que 19 de estos delitos presuntamente los cometieron agentes de la DEA.
Esta investigación se llevó a cabo en respuesta al escándalo desatado en Colombia cuando agentes del Servicio Secreto fueron encontrados con mujeres en situación de prostitución, justo antes de que el presidente, Barack Obama, llegara a la ciudad de Cartagena para participar en la Cumbre de las Américas que se celebró del 9 al 15 de abril de 2012.
El gobierno norteamericano destina miles de millones de dólares a la llamada “lucha contra el narcotráfico” que no es otra cosa que una injerencia lisa y llana sobre distintos países de América Latina, sobre todo en México y Colombia. En ambos países son conocidos los lazos de los jefes narcos con las bandas paramilitares, y por distintas vías la colusión existente con el poder político y las propias fuerzas de seguridad. Los Agentes de la DEA no escapan a esta relación sino que son parte estrecha de la connivencia entre los distintos sectores. Bajo su supervisión se desarrolla no solo el tráfico de drogas, sino de personas.
Desde hace años la DEA negocia directamente con los distintos cárteles de narcotráfico.
Un informe conocido el año pasado detalla que la DEA operó desde los años 80, de la misma manera tanto en Colombia como en Camboya y Tailandia, y desde hace más de diez años actúa bajo esa estrategia en Afganistán. Según Edgardo Buscaglia, catedrático de la Universidad de Columbia: "este modus operandi implica una violación del derecho internacional público, además de tirar más combustible al fuego de la violencia, con violaciones al debido proceso y a los derechos humanos".
Con este dinero también se financian otras agencias estadounidenses como la CIA, que no tiene mayor problema en involucrarse en cualquier tipo de negocio ilegal para mantener sus operaciones. Trafico de drogas, armas y personas son parte de su red de financiamiento. Así ocurrió durante los ’80 cuando la CIA financió la Contra en Nicaragua traficando toneladas de cocaína a Estados Unidos o en la actualidad con la producción de opio en Afganistán, que aumentó 40 veces bajo la ocupación de la OTAN.
Se trata de un negocio multimillonario apoyado en millones de desplazados, desaparecidos, secuestrados y asesinados.
El reciente escándalo no es más que una nueva muestra del cinismo imperialista de Estados Unidos, que tras su “cruzada contra las drogas” esconde al principal aparato de tráfico a nivel mundial.

Juan Andrés Gallardo
@juanagallardo1

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