jueves, 4 de abril de 2013

El gobierno cuestiona a científicos de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República




La capacidad de filtrado de OSE en el proceso de potabilización del agua es “insuficiente” para eliminar las sustancias disueltas con potencial tóxico. Así lo afirmó a El Observador el ingeniero agrónomo Daniel Panario, director del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad ...
Científico advierte que OSE no filtra debidamente el agua potable

Experto de la Facultad de Ciencias recomienda instalar filtros en hogares para evitar absorción de contaminantes.

La capacidad de filtrado de OSE en el proceso de potabilización del agua es “insuficiente” para eliminar las sustancias disueltas con potencial tóxico. Así lo afirmó a El Observador el ingeniero agrónomo Daniel Panario, director del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias, respecto a las microcistinas y restos de plaguicidas que pueden llegar hasta la canilla y, vaso a vaso, acumularse en el organismo humano. Por tal motivo, recomienda instalar filtros en la cocina.
Siempre se había dicho que la calidad del agua era muy buena. Sin embargo, se ha hecho público que no es confiable. ¿Cuáles son las amenazas actuales?
Yo vengo diciendo que no siempre es necesariamente confiable desde hace 15 años. Ahora tuvo mal olor y mal gusto, sino ni nos enterábamos. Lo que ocurre es que OSE no tiene filtros adecuados para potabilizar agua que contenga microcistina. Esta vez tuvimos suerte; no era un genotipo que produjera toxinas. El decano de Agronomía (Fernando García) dijo que la soja en la cuenca del Santa Lucía es insignificante. Eso no es cierto hoy. Parte del problema son los fertilizantes. Se ha extendido la agricultura intensiva a la cuenca del Santa Lucía. Los tambos también son parte del problema. Son el nitrógeno y el fósforo, fundamentalmente, los que producen las floraciones de algas.
¿Cómo se mitiga el problema?
Teniendo los filtros adecuados. Hoy el filtrado es insuficiente para las sustancias que están disueltas en el agua. Lo que se detiene son las partículas y microorganismos. La ventaja de un filtro de carbón activado es que absorbe (fija sobre su superficie) microcistinas y plaguicidas. Ahora OSE dijo que va a hacer todo lo que tendría que haber hecho siempre. Pero hay que hacer más. Es carísimo filtrar el agua para 1,5 millones de personas. OSE no dispone de una sola fuente por lo que se podría sacar agua de otro lugar por un tiempo. Es importante tener un sistema de alerta que pueda prever las condiciones. Por ejemplo, saber con anticipación si en algún afluente se está gestando un problema según los parámetros de temperatura del agua, concentración de nutrientes, velocidad de la corriente y concentración de clorofila. A lo mejor lo que hay que hacer con la cuenca del Santa Lucía es decretar una zona de exclusión de cierta forma de agricultura, controlar el agua que sale de los tambos y que OSE haga tratamiento de efluentes en las localidades urbanas con saneamiento.
Usted dijo que esta vez tuvimos suerte. ¿Cuáles pueden ser las consecuencias severas?
A este directorio le cayó una cosa sin comerla ni beberla. Es el primero que realmente sale a responder como corresponde. Todos los demás salían a negar todo. Éste es el primero que acepta que hay cosas que hacer. Me acuerdo que (Fernando) Nopitch (exvicepresidente de OSE) y el presidente anterior (Juan Justo) Amaro me insultaron por radio. Decían que OSE sabía como resolver el tema de la microcistina. Pero lo que hacían era mezclar el agua contaminada con otra agua para bajarle la concentración, o metían el chupón a más profundidad, intentando evitar las algas.
¿Con eso alteraban resultados?
Con eso paliaban un poco la situación. ¿Se acuerda de la pelea que hubo entre La Española y la OSE por las diálisis? Ahí hubo muertos. O el caso actual de las ovejas en Rincón del Bonete. Las ovejas se murieron casi seguramente por tomar agua con microcistina y eso que se trata de animales que toman muy poca agua. Ahí se ve el impacto. Se debería, además, hacer bioensayos con peces u otros organismos aún más sensibles. Cuando los peces empiezan a tener malformaciones, es muy probable que nosotros también estemos siendo afectados.
Hace un tiempo usted informó sobre una posible vinculación entre el índice elevado de cáncer de la población de Rincón del Bonete y el agua. ¿Se investigó esa asociación?
No se confirmó la sospecha. De todas maneras diría que la prevalencia de cáncer en Uruguay es extremadamente alta y que es más alta en el sur del país. La vinculación con el agua es difícil de demostrar. Requiere estudios muy largos y que todos los casos sean registrados y hay que saber cuál es la fuente de agua. Hay que desligarlo de otras causas. Por ejemplo, los transgénicos en el maíz eran fantásticos hasta que un investigador francés demostró que producían cáncer en ratas. Por supuesto le dijeron que utilizó una variedad de ratas muy sensible, pero estos son animales que se usan habitualmente para probar los medicamentos que son suministrados al hombre.
El presidente de OSE y el subsecretario del MSP dijeron que no es necesario instalar filtros en los hogares. ¿Usted lo recomienda?
Por supuesto. Vea de qué color queda un filtro de papel. Queda negro. Es parte del carbón que se ha usado que corre por las cañerías. Es conveniente filtrarlo. Aunque sean concentraciones mínimas. Por otro lado, las microcistinas no se resuelven con hervir el agua. No se desintegran. Ni los plaguicidas. Ni el plomo. Yo siempre digo: los plaguicidas siempre cotizan a la baja. Los niveles aceptables bajan; el estándar de plomo es más bajo hoy que hace poco tiempo. El organismo humano no puede defenderse de cosas que aparecieron hace 100 años. Nuestra evolución no nos permitió evolucionar contra los plaguicidas. Y son concentraciones que se acumulan. El presidente de OSE dijo que los filtros requieren mantenimiento y que el uruguayo no mantiene. Pero mantenimiento requiere el auto, la moto, hasta el reel de pesca. Decir eso es menospreciar a la gente.
¿Hay poblaciones más vulnerables a la bioacumulación de las sustancias disueltas en el agua potable?
Los bebés son los más vulnerables. Cuanto antes empezamos a acumular, más vamos a tener. Son organismos más sensibles. Los ancianos y la gente mal alimentada también. A ellos habría que regalarles los filtros.
¿Qué uso le da usted al agua que brinda OSE?
Solo para bañarme. Yo tomo agua de pozo. Mi madre tiene 96 años y sigue tomando de ese pozo. Las concentraciones de algunas sustancias organocloradas en el agua de OSE son mínimas pero yo no quiero nada. Son indetectables por los instrumentos usados para detectar plaguicidas, pero existen. Y, por lo general, no se analizan porque Uruguay no está en condiciones de hacerlo. Microcistina
La microcistina es una cianobacteria de efecto hepatotóxico y neurotóxico, aunque también da lugar a alteraciones gastrointestinales, reacciones alérgicas o irritación y sintomatología similar a la de la neumonía. Este riesgo se puede producir tras el contacto con la piel durante el baño o tras una exposición prolongada a niveles crónicos de estas toxinas en el agua bebida.

Fósforo y nitrógeno

Son los nutrientes necesarios para el crecimiento de plantas y organismos del fitoplancton, por lo que su presencia en concentraciones elevadas conduce a la eutrofización de los cursos de agua. Esto altera las características de estos ecosistemas. Las plantas en descomposición consumen todo el oxígeno del agua, acabando con la vida subacuática.

Cuestión de honestidad intelectual

El ingeniero agrónomo Daniel Panario, director del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales y coordinador de la Maestría en Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias, se ha enfrentado más de una vez ante organismos e instituciones públicas por sus declaraciones. “El científico con cierta actitud reactiva al sistema por supuesto que trae inconvenientes”, dijo a El Observador. Y agregó: “El decano (Juan Cristina) me dice que yo le hago mucho daño a la facultad haciendo las declaraciones que hago. Son visiones diferentes de la Universidad. Yo creo que le hago mucho bien del punto de vista de lo que la gente piensa; probablemente le hago mal en función de los fondos que la Universidad puede recabar para proyectos”. Panario renunció a su cargo en medio de la polémica por la contaminación de plomo en La Teja a comienzos del 2000. En esa oportunidad, el experto criticó que la Facultad de Química no hubiera advertido el problema años antes cuando publicó trabajos científicos al respecto. “Eso lo que existe (en la comunidad científica): papers que nadie lee. Es bastante frustrante. Y, por supuesto, después te la cobran cuando vas a presentar un proyecto, o para ascender en el Sistema Nacional de Investigadores”, afirmó.

Problemas en el agua enfrenta a científicos y gobierno

Desde el Ejecutivo y OSE se asegura que las críticas no tienen “sustento científico”
El ministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Francisco Beltrame, aseguró que no hay nada que genere alarma sobre la calidad del agua de OSE y señaló que comentarios contrarios provenientes de la Universidad de la República son “cañitas voladoras” que incrementan innecesariamente la alarma pública.
“En cuanto a la calidad, no hay nada que alarmarse. Hay preocupaciones lógicas por determinados eventos, pero hay trabajo serio, constante y permanente por parte de la Dirección Nacional de Agua, Dirección Nacional de Medio Ambiente y por la propia OSE”, declaró ayer a radio Sarandí.
Beltrame hacía referencia a los cuestionamientos que han surgido desde la Universidad de la República. El director del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias, Daniel Panario, criticó la capacidad de filtrado de OSE en el proceso de potabilización del agua.
El científico calificó al sistema como “insuficiente” para eliminar sustancias disueltas con potencial tóxico, como microcistinas y plaguicidas y, por tal motivo, recomendó instalar filtros en el hogar. “Yo vengo diciendo que (el agua potable) no siempre es necesariamente confiable desde hace 15 años. Ahora tuvo mal olor y mal gusto, sino no, ni nos enterábamos (…) Esta vez tuvimos suerte; no era un genotipo que produjera toxinas”, afirmó Panario.
A principios de marzo se detectó mal olor y sabor en el agua que salía de las canillas. La noticia echó sombras sobre la calidad del vital elemento que pasó a no ser confiable luego de décadas de sostener que era muy buena. La responsable de la polémica fue la sustancia llamada geosmina que fue liberada por algún tipo de alga microscópica en el río Santa Lucía y que, contrario a la microcistina, no tiene incidencia sobre la salud de la población.
Panario no fue el único académico en debatir la calidad del agua. Luis Aubriot, doctor en Ciencias Biológicas, advirtió que si no se controla la contaminación por exceso de nutrientes en un futuro cercano podrían detectarse toxinas en los acuíferos que podrían comprometer la potabilidad. El biólogo expresó que este fenómeno “es algo que se repite cada vez con mayor frecuencia y gran intensidad”.
El presidente de OSE, Milton Machado, también salió al cruce y manifestó a radio Rural que “las acusaciones de Panario las tiene que demostrar científicamente”. No obstante, los científicos citados tienen entre sus trabajos publicados diversos estudios sobre los impactos ambientales de las tecnologías agroindustriales en el que se identifica a la forestación, la expansión de los cultivos de soja y las floraciones de algas tóxicas como amenazas para la calidad del agua.
“Nosotros brindamos agua segura y potable que es monitoreada permanentemente en todo el territorio nacional”, apuntó Machado. Esto fue compartido por Beltrame quien dijo a El Observador que el Estado está trabajando en protocolos de prevención de posibles nuevos incidentes de afectación del agua debido a que “puede ser que haya mayores presiones sobre el recurso”.
Beltrame destacó que el Ministerio de Ganadería, ya aplica un software que permite establecer la trazabilidad de las fumigaciones sobre la cuenca del Santa Lucía. “Es mucho más difícil transmitir esto que largar una cañita voladora que lo que genera es más bien alarma cuando no debemos estar ansiosos. Podemos dar la tranquilidad que un organismo a través de más de 60 años ha venido produciendo agua de calidad”, aseguró.

Con filtro

En declaraciones a El Observador, Panario recomendó la instalación de filtros de carbón activado en los hogares para evitar el pasaje de sustancias contaminantes que, aunque pueden tener concentraciones mínimas, se acumulan en el organismo humano, elevando los riesgos de sufrir, entre los síntomas más leves, un cuadro hepático.
En plaza venden modelos con capacidad para retener más de 6.000 sustancias, entre ellas, cloro, sulfato de aluminio, metales pesados y fertilizantes.
Machado, en cambio, refutó que sea necesario su uso. “No recomiendo instalar filtros en los hogares; no es necesario y hay temas de mantenimiento. De no hacerlo, los usuarios toman las bacterias que quedan acumuladas”, dijo. No obstante, un filtro con carbón activado con incrustaciones de plata evita que crezcan las bacterias en el interior. Debe cambiarse cada 4 meses.

Laberinto Social

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