jueves, 22 de julio de 2010
LA GARRA CHARRÚA, ARTIGAS Y EL PABELLÓN NACIONAL
1) Como todo pueblo con creencias animistas (o sea, como la mayoría de la población mundial) los charrúas daban extraordinaria importancia a los sueños y a la conducta excepcional de algún animal nativo, al que podría suponerse en esas circunstancias "incorporado" por un espíritu que deseaba comunicarse con nosotros.
Después de Colón, en la medida que la agresión sustituyó definitivamente a la fraternidad, la conducta del puma pasó a ser más importante que la de la nutria o del ñandú. Los ancianos pidieron a los espíritus que encarnaran en animales con garras. Había que pelear hasta con perros cimarrones.
Ninguna leyenda popular, como la de la "garra charrúa" es totalmente arbitraria.
2) Desde luego, la bandera uruguaya de 1830 es la coronación final de la derrota de Artigas de 1820.
Con la Patria Grande fragmentada por los ingleses y repartida entre los oligarcas, lo que festejamos el 18 de Julio es un Orden Jurídico que Artigas repudia y el cual establece que la tierra vuelve a manos de los latifundistas, los gauchos y los afrodescendientes son discriminados, que sólo pueden elegir gobernantes los hombres ricos, y que los charrúas serán boleta.
Esa misma bandera del Estado Oriental se reproduce en óleos históricos en las paredes de los museos del Paraguay, como bandera agresora avanzando sobre las posiciones patriotas en 1867.
3) Pero los símbolos son lo que los pueblos deciden que sean, no lo que su origen sugiere.
El color rojo puede expresar al Partido Colorado, la camiseta del Club Atlético Rentistas, una señal de que hay olas altas en la playa, tradición internacionalista o insurgencia proletaria. La Cruz puede ser símbolo de la Conquista y la opresión o puede ser distintivo sobre el pecho acribillado de Camilo Torres. La bandera uruguaya salió a relucir en la resistencia contra las dictaduras, cuando la frase de un poeta anti artiguista y ex monárquico del siglo XIX se volvió consigna: "¡tiranos temblad!".
La bandera uruguaya impulsó a Obdulio Varela, el que capitaneó el triunfo celeste de Maracaná, artífice psicológico de esa gesta, que la misma noche de la coronación se fue a tomar caña en los boliches humildes de Río y a reflexionar con la gente sobre el carnaval popular que se había suspendido por su culpa.
Por eso para mí el pabellón Nacional es la bandera de mi equipo de fútbol favorito.
La que me representa, la que me hermana con los pueblos, la que levanto en cada acto militante es la bandera de Artigas, que escolta la Wiphala (bandera que es una representación histórica de origen y creación indígena), y la roja bandera de la revolución necesaria.
Gonzalo Abella
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