jueves, 12 de febrero de 2009

En el 50º Aniversario de la Revolución Cubana: ¡Aquí no se rinde nadie, carajo!

Resolución del Comité Central de la UJCE, del 17/18 de enero de 2009

El CC de la UJCE saluda afectuosa y solidariamente a la Revolución Cubana en su 50º Aniversario.
En este primer medio siglo de Revolución Socialista, lo que se destaca por encima de todo es cómo Cuba se ha convertido en un ejemplo universal e imperecedero de dignidad y resistencia.

Cuba: ejemplo de resistencia frente al imperialismo.

Como todas las revoluciones que son verdaderas, la Revolución Cubana triunfó contra todo pronóstico.
El pueblo cubano alcanzó su verdadera independencia a noventa millas de EEUU, la principal potencia imperialista del siglo XX, cuya hegemonía sobre América Latina era entonces incontestable. Todo un desafío y todo un reto.
La Revolución Cubana se convirtió a partir de ese momento en otra evidencia más de cómo las revoluciones se hacen reales cuando encarnan y representan las necesidades y los intereses más profundos de amplias mayorías sociales.
El proceso abierto el 1 de enero de 1959 dio el paso decisivo el 16 de abril de 1961, cuando se reconoció como “Revolución Socialista y Democrática de los humildes, por los humildes y para los humildes”.
De esta manera, Cuba despejó definitivamente el camino que va desde una revolución democrática, de liberación nacional, antiimperialista hasta la construcción del socialismo.
Desde entonces, el triunfo de la Revolución Cubana serviría de ejemplo para todos los movimientos revolucionarios de América Latina. Desde la lucha popular y guerrillera en Colombia, hasta la Revolución Bolivariana en Venezuela, pasando por la Revolución Sandinista en Nicaragua.
Más allá incluso de América Latina se dejó sentir la fuerza del ejemplo de resistencia de Cuba. Las misiones internacionalistas en Angola o Etiopia, el apoyo dado al pueblo saharaui o al pueblo palestino son muestras de cómo Cuba no ha dejado de extender la resistencia frente al imperialismo y no ha dejado de demostrar que es posible derrotarlo. El ejemplo del Che personifica el compromiso de Cuba con la solidaridad antiimperialista.
Con la caída del campo socialista, pocos eran los que apostaban porque Cuba prosiguiera por la senda del socialismo. Pero una vez más, se rompieron lospronósticos. El socialismo y la revolución demostraron su fortaleza y su profunda raigambre en el pueblo cubano.
¿Porqué Cuba no abandonó el socialismo cuando así lo hicieron la mayoría delos países del campo socialista? ¿Por qué el socialismo cubano ha sido capaz de resistir la presión del imperialismo aún después de la desaparición de la Unión Soviética? Porque el socialismo cubano triunfó donde otros fracasaron, al responder con acierto a las necesidades e intereses del pueblo.
Tras la disolución del campo socialista, el imperialismo auguró un lento y doloroso colapso de Cuba, privada de sus aliados y países amigos. El periodo especial abierto en ese momento supuso una durísima prueba en la que Cuba tuvo que resistir en medio de la vorágine neoliberal. Otra vez, contra todo pronóstico, la prueba fue superada.
La llegada del siglo XXI dio nuevas fuerzas a Cuba. El inicio de la Revolución Bolivariana en Venezuela y los procesos democráticos abiertos en Bolivia, Ecuador y otros países de América Latina han abierto una nueva esperanza para los pueblos del continente.
Los países que han iniciado procesos de construcción de alternativa al neoliberalismo en forma de democracia participativa encuentran en Cuba unreferente, un ejemplo, un aliado imprescindible en su lucha por a dignidad y la soberanía. Todos ellos constituyen el eje de la esperanza.

Cuba: ejemplo de dignidad de un pueblo.

“Los programas de la Revolución son hechos concretos”. Así definen nuestros camaradas de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba la ofensiva de la Revolución iniciada al calor de la Batalla de Ideas.
Esa definición es válida para los últimos cincuenta años. Los hechos concretos de la Revolución no son otra cosa que la permanente cualificación, formación y educación de las cubanas y los cubanos.
Si la Revolución ha llegado hasta aquí, pese al bloqueo, pese a la caída del campo socialista, pese a tratarse de un país pequeño y de recursos materiales y naturales limitados es precisamente porque ha invertido los mayores esfuerzos en el pueblo como principal fuente de riqueza.
Lo que empezó con las campañas de alfabetización prosiguió con las escuelas internacionales de cine, música o ballet hasta llegar a los programas de computación.
Cuba es una superpotencia en cultura, en educación, en salud y en deporte. Exporta medicina, educación y arte al mundo entero. Tal es su producción en estos campos que hasta sufre de vez en cuando la rapiña imperialista con algún deportista u otros profesionales.
Este colosal esfuerzo de educación es el que ha dado dignidad al pueblo cubano.

El futuro de Cuba es el Socialismo.

Toda la trayectoria de la Revolución Cubana refleja una verdad incontestable: el pueblo cubano es el único dueño de su futuro.
Cuba lleva cincuenta años ganando la batalla más importante: la de su soberanía. Pero esta no se gana de una vez y para siempre. Y quedan otras batallas: contra el bloqueo, por la liberación de los Cinco, por la reconstrucción del país tras los huracanes.
Para estas batallas, como siempre, Cuba no esta sola. Durante cincuenta años, nunca le han faltado sinceras y cálidas muestras de solidaridad de todos los pueblos del mundo, incluido el estadounidense. Y seguirán dándose.
Ahora, Cuba afronta el relevo en la dirección histórica de la Revolución que se simboliza en la cesión de facultades primero y renuncia después del Comandante Fidel Castro en los cargos de presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
Este relevo ha abierto un debate falso acerca de la reforma y la autocrítica de la realidad cubana.
El imperialismo no concibe que el socialismo sea capaz de autocrítica ni de reforma, precisamente porque quiere que cualquier reforma pase por poner fin al socialismo.
Sin embargo, la autocrítica no es algo nuevo en la Revolución Cubana, sino insertó en ella desde sus inicios. Son ejemplos de esto el paso de las Organizaciones Revolucionarias Integradas al Partido Unido de la Revolución Socialista, el proceso de rectificación por la asimilación acrítica del modelo soviético o el discurso de la universidad de Fidel en noviembre de 2005, que abrió el proceso actual de autocrítica, y que busca adaptar y preparar el relevo del la dirección histórica de la Revolución a la realidad cubana y los objetivos presentes del Socialismo.
Volverán a equivocarse los que pronostican transiciones a la española para Cuba.

¡Aquí no se rinde nadie, carajo!

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