martes, 12 de septiembre de 2017

La renuncia del vicepresidente es síntoma de una crisis más profunda




La renuncia Raúl Sendic, luego de las denuncias y el informe del tribunal de cuentas, es otra expresión de la crisis de un Frente Amplio, que gobierna el país.

El informe del Tribunal de Conducta Política del Frente Amplio señalando que la actuación del vicepresidente "compromete su responsabilidad ética y política, con incumplimiento reiterado de normas de control" precipitó los acontecimientos que se venían anunciando desde hace ya tiempo.
Si el apoyo hasta hace alguna semana de la lista 711 junto al PC y al MPP le daban aún alguna esperanza, las negociaciones previas al plenario del pasado sábado, con todos los grupos consensuando una sanción, evidenciaron el cambio de posición y la soledad política de Raúl Sendic. Así las cosas finalmente ante el conjunto de delegados anunció su renuncia, aunque criticando al propio tribunal y defendiendo aún su actuación.
La renuncia, la primera de este tipo en el Uruguay, fue sin duda el acontecimiento político del fin de semana, si bien a nivel institucional la sensación fue de cierta calma, con un proceso de cambio de vicepresidente previsible, ordenado y consensuado.

El declive

El vertiginoso crecimiento electoral de la 711 en las elecciones del 2014, con su principal líder acompañando al presidente Vázquez en la fórmula presidencial, hace ya tiempo había llegado a su fin, entre falsos títulos, malas gestiones y gastos de fondos públicos para beneficio personal.
Desde hace algunos meses, el mayor dilema para el FA era como salir de la mejor manera posible de esta mala situación, con una derecha que lo empata en las encuestas y aprovecha la situación para pegar donde sabe que duele.
Las denuncias de la corrupción de Sendic de blancos y colorados, son de por si claramente oportunistas, viniendo de sectores políticos que históricamente han hecho cualquier cosa con el Estado, entre acomodos, corrupciones, negociados y coimas, aunque no dejaban de ser efectivas a la hora de criticar al Frente Amplio.
Seguramente son mucho más sentidas y reales las broncas y decepciones de los cientos de miles de frenteamplistas que en estas últimas décadas honestamente pensaron que el FA buscaba un cambio estructural. Para estos trabajadores y sectores del pueblo las corruptelas de Sendic son un capítulo más de otros desengaños más profundos. Aquellos que se dieron cuando el Frente Amplio se consolidó como un eficiente gestionador del capitalismo uruguayo a través de 3 periodos de gobierno.

Lo que se viene

No es fácil predecir cuál será a mediano plazo el verdadero impacto de la mala conducta de Sendic que derivó en la condena del Tribunal de Conducta política y la salida más o menos negociada que desembocó en su renuncia. El propio Frente Amplio apuesta a que la forma en que se resolvió le permita volver a levantarse en las encuestas mientras la oposición, a la vez que saca tajada, sabe que no hay que tirar mucho de la cuerda, porque la estabilidad del régimen la tienen que cuidar entre todos, gobierno y oposición.
Supere exitosamente o no esta próxima contienda electoral, lo seguro en todo caso es que el Frente Amplio es un partido confiable para los capitalistas, y más allá de algún regateo muy mínimo gobernará con el beneplácito de multinacionales y monopolios internacionales.
Aún con una favorable coyuntura internacional los distintos periodos de gobierno, con Vázquez o Mujica, no pudieron resolver en lo más mínimo la condición de país semi-colonial sometido al saqueo de “inversores” y capitalistas de distintas regiones del mundo.
Cuando la situación se tornó apenas más crítica no dudó en comenzar a implementar el ajuste contra los trabajadores y el pueblo y mostrar las armas a las que puede apelar, con declaraciones de esencialidad y decretos antipiquetes entre otras.
Los trabajadores deben romper definitivamente con estos partidos construyendo su propia alternativa política.

Hernán Yanes

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