lunes, 15 de septiembre de 2014

Estados Unidos un paso más cerca de la guerra




Al cierre de esta edición, el presidente norteamericano Barack Obama expuso su estrategia militar para lidiar con las milicias del Estado Islámico (EI) en Irak y Siria. Fue un discurso cuidadosamente preparado para infundir confianza entre los estadounidenses de que, luego de años de “combate al terrorismo el país y sus intereses en el extranjero están más seguros tras operaciones militares como las que terminaron con Osama Bin Laden o recientemente con el líder de Al Qaeda en Somalia.
Al mismo tiempo, intentó dar respuesta a la evidente y profunda crisis de hegemonía que arrastra la mayor potencia económica y militar del planeta. Anunció una “gran coalición de países (con un rol fundamental de sus aliados saudíes y turcos) para combatir al EI, para lo que el Secretario de Estado John Kerry viajó de improviso el 10/9 a Medio Oriente y se trasladará luego a Europa a fin de cosechar el apoyo de unos 40 países. En el mismo sentido, declaró que esta guerra, a diferencia de las que encabezó Bush, está destinada a erradicar a un grupo que “no es musulmán sino simples terroristas”. Y también manifestó que esta guerra es parte del liderazgo norteamericano que enfrenta la agresión rusa en Ucrania o el uso de armas químicas contra opositores por parte del gobierno sirio de Al Assad, dando cuenta de paso de la profundidad de la crisis geopolítica con la Rusia de Putin que está en su peor momento desde el fin de la guerra fría.
Concretamente, la ampliación de las operaciones militares (ya se hicieron más de 150 incursiones aéreas en Irak) consistirá en la multiplicación de los bombardeos en Irak y su extensión a Siria. Esto último es probablemente lo más importante de sus anuncios ya que se harían sin la autorización de Assad y podría agravar más aún la situación. Obama anunció que no habrá tropas norteamericanas combatiendo al EI aunque enviarán 470 militares para apoyo logístico y entrenamiento del ejército iraquí y de los kurdos. Junto a esto se reforzará la financiación y ayuda armamentista al nuevo gobierno iraquí y a los kurdos así como también, otro anuncio importante, a los grupos armados en Siria, opositores “moderados” del presidente Al Assad, que luchan contra el EI.

Buscando legitimidad

La brutalidad de esta fuerza islámica, surgida de las entrañas de Al Qaeda, le dio a Estados Unidos un nuevo “casus belli”: por primera vez en una década, después de las desastrosas guerras de Irak y Afganistán y de la derrota de la estrategia militarista de Bush, la mayoría de los norteamericanos parece estar de acuerdo con que sus fuerzas armadas bombardeen Irak (71%) e incluso que extiendan su accionar a Siria (65%). El resultado no sorprende. Esta encuesta de Washington Post y ABC News, ampliamente difundida para ir generando el clima guerrero, fue realizada luego de la aberrante ejecución de los dos periodistas estadounidenses, decapitados por el EI.
Sin embargo, este nuevo enemigo, como antes los talibán y al Qaeda, no es expresión de fuerzas oscuras inexplicables, sino en gran medida, producto de la propia política imperial de Estados Unidos.
Hace solo un año, Obama retrocedía de intervenir militarmente en Siria ante la enorme impopularidad de una nueva guerra, y la derrota segura que iba a sufrir en el Congreso que ya había anticipado que no autorizaría la operación.
Ahora el EI parece haberle dado la excusa. La administración Demócrata trabajó en los últimos días para darle un barniz de legitimidad a su nueva aventura imperial en Medio Oriente.
La intervención respondería al pedido de auxilio del nuevo gobierno iraquí constituido el 8 de septiembre. Este gobierno “all inclusive es un intento de recrear una “unidad nacional entre kurdos, shiitas y sunitas, un requisito de Estados Unidos para involucrarse en el combate directo contra el EI. También habría planes para reconstruir fuerzas de seguridad iraquíes integradas por milicias sunitas y shiitas. De esta manera, Estados Unidos pretende restablecer el equilibrio de poder entre las principales fuerzas iraquíes –roto bajo el gobierno de al Maliki- y contrarrestar el accionar de potencias regionales rivales –como Irán y Arabia Saudita- que las patrocinan y alientan las tendencias a la guerra civil.

Nueva guerra con final incierto

Una mayoría de la población de Estados Unidos comparte la percepción de que el EI es una “amenaza seria a los intereses vitales de Estados Unidos.
Ayudado por el carácter absolutamente reaccionario del EI, el gobierno norteamericano parece haber tenido un éxito relativo para vender a la opinión pública esta nueva incursión militar, ilusoriamente incruenta y de corta duración, limitada a ataques aéreos.
Obama le habló al país para decirle que se embarca en una guerra, que se sabe cuándo comienza pero no cuándo termina, en un momento crítico para el presidente. Solo el 43% de los encuestados lo considera un líder fuerte y más de la mitad cree que su presidencia es un fracaso. Sobre esta percepción presiona el Partido Republicano para adoptar una política militar más agresiva. Pero este apoyo circunstancial, conseguido cuando aun están frescas las imágenes del verdugo del EI decapitando a un indefenso ciudadano norteamericano, puede desvanecerse tan rápido como ha surgido, como se ha desvanecido el efecto de los atentados del 11S sobre el cual Bush intentó cimentar el “nuevo siglo americano”, un sueño imperial que acabó en pesadilla en Irak y Afganistán.

Claudia Cinatti

Lo que hay detrás de una megamulta al Bank of America




Bank of America (BofA), el segundo mayor banco de Estados Unidos, realizó préstamos hipotecarios con cláusulas engañosas durante la gran crisis financiera de 2008-2009, que financió, a su vez, mediante la colocación de miles de millones de dólares de activos tóxicos. Quienes compraron esos títulos sufrieron pérdidas muy elevadas. Las demandas judiciales iniciadas por el Departamento de Justicia fueron saldadas con un acuerdo que multa al banco en 16.500 millones de dólares. Sobre la misma, los responsables del banco declararon: “Este acuerdo va en el mejor interés de nuestros accionistas”, lo cual deja en claro que la magnitud del fraude supera holgadamente la multa. Ocurre que ninguno de sus directivos será enjuiciado y no quedarán temas pendientes, además el banco sólo pagará un total de 9.650 millones de dólares en efectivo, en tanto que otros 7 mil millones los aplicará a “alivios de consumo”.

Prueba superada

El banco paga apenas una pequeña fracción de lo ganado por sus estafas, sin que implique un desembolso real de dinero. Un extenso comentario de Newsweek dice: “El banco de Wall Street dijo a los inversores que puede deducir 7.000 millones de un total de 13.000 mil millones de la multa… (reduciendo) a la mitad el impacto financiero del acuerdo”. Es posible, agrega, que el “banco pueda encontrar otras reducciones de los 9.000 millones restantes: sus extensas actividades en paraísos fiscales. Bank of America tiene 264 subsidiarias en paraísos fiscales offshore, incluyendo Islas Cayman, Países bajos y Singapore…” (8/8).
Los pagos serán deducibles de sus beneficios en el exterior y reducirán su pago en efectivo.
Este acuerdo es similar al arreglo por 7 mil millones de dólares con Citigroup en julio de 2014 y otro de 13 mil millones de pesos con J.P. Morgan Chase en noviembre de 2013.

“Mirar al futuro”

El acuerdo clausura todos los juicios y evita el enjuiciamiento de los responsables del banco. Las acciones del Bank of America, luego de anunciada la multa, subieron un 7%, como un festejo por los acuerdos alcanzados. El banco anunció un aumento del dividendo ordinario previsto de un centavo a cinco centavos por acción: un 400%.
“Las multas deben ser vistas como el ‘costo de hacer negocios’, dice Anat Admati de Stanford University. No van al corazón del problema” (Financial Times, 25/3). La ‘enormidad’ de la multa oculta, entonces, un fraude y habilita otros; para peor, “las personas perjudicadas (que perdieron sus casas) no conseguirán nada”.
De acuerdo con Marketwatch (21/8), el precio de la acción podría subir fácilmente más del 50% durante los próximos tres años. El acuerdo clausura la responsabilidad del banco en la crisis.
El Estado apoya al banco al cerrar los juicios pendientes detrás de la mascarada de una multimillonaria multa, mientras millones de familias que perdieron sus ahorros y hogares para beneficiar al sistema bancario no reciben nada. La multiplicidad de pequeños ahorristas que invirtieron en productos derivados perdió su capital.
Tenemos expuesta aquí la simbiosis fundamental entre la gran banca y el gran capital con el Estado capitalista.

Nicolás Roberi

domingo, 14 de septiembre de 2014

Vía libre para bombardear Siria




Con la excusa de “detener” al grupo terrorista Estado Islámico, Obama anunció que podría bombardear Siria. Su presidente, Al Assad, denunció que eso implicaría “una brutal violación de la ley internacional”. También lo rechazaron Rusia e Irán.

En el día del 13º aniversario del atentado a las Torres Gemelas, Barack Obama anunció que redoblará los bombardeos para enfrentar al Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL). Pero además aseguró que su país está preparado y dispuesto a trasladar las acciones militares a territorio sirio. Las declaraciones del mandatario ocurren después de que la Organización del Tratado para el Atlántico Norte (OTAN) acordara la creación de nuevos escuadrones militares para intervenir en las naciones que considere en conflicto.
Las palabras de Obama fueron pronunciadas un año después de que la Casa Blanca descartó una intervención militar en Siria, luego de que el país liderado por el presidente Bashar Al Assad aceptara la propuesta rusa de poner bajo control internacional su armamento químico, proceso que finalizó con éxito y tuvo un fuerte respaldo internacional. Pero desde hace más de tres años, Washington busca desesperadamente argumentos y mecanismos para derrocar a Al Assad, quien cuenta con un masivo respaldo de la población y de las Fuerzas Armadas, pese a que en la nación árabe ya se contabilizan casi 200 mil muertos desde que comenzaron a operar organizaciones terroristas financiadas desde el exterior y conformadas por mercenarios de, al menos, 80 nacionalidades.
Con la irrupción del EIIL, Estados Unidos encontró un punto de apoyo para sus planes de injerencia en Medio Oriente. Aunque el Estado Islámico está señalado de ser una creación de la Casa Blanca y sus aliados, principalmente de las monarquías del Golfo Pérsico, el grupo dirigido por Abu Abdullah Al Rashid Al Baghdadi se perfila como el nuevo enemigo número uno de Estados Unidos. La historia de la “lucha” estadounidense contra el “terrorismo internacional” vuelve a repetirse, como lo fue durante la administración de George W. Bush.
“Firme” y “sin descanso”; así manifestó Obama que será la campaña militar contra el EIIL. Campaña que no respetará las fronteras del Medio Oriente, ya que se profundizará en Irak y podría desembocar en territorio sirio.
En su discurso en referencia al (supuesto) atentando a las Torres Gemelas en septiembre de 2011, el mandatario expresó que “perseguiremos a los terroristas que amenazan a nuestro país donde quiera que estén. Eso significa que no dudaré en actuar contra el EI en Siria, así como en Irak”. De esta manera, Obama confirma uno de sus objetivos de gestión: derribar del poder a Bashar Al Assad, aunque el presidente sirio haya triunfado en las últimas elecciones y potencias mundiales como Rusia y China deploren la caída del líder árabe.
En su discurso, Obama retomó una de sus características a la hora de definir políticas guerreristas, al descartar una intervención terrestre. En esta ocasión, aseguró que su administración pondrá en funcionamiento “operaciones contraterroristas para cortar la financiación y el reclutamiento de combatientes” que ingresan al EI.
Igualmente, el mandatario remarcó que los bombardeos que ya hacen blanco en Irak podrían trasladarse en Siria. A su vez, Obama volvió a confirmar que su administración financiará, entrenará y equipará a lo que denomina la “oposición siria moderada”, en referencia a grupos irregulares armados como el Ejército Libre Sirio (ELS). El ELS es una de las agrupaciones terroristas que operan en territorio sirio y que mantienen fuertes lazos con Al Qaeda y el propio EIIL. Es más, el propio Al Baghdadi es señalado como un ex miliciano del ELS.
Ante los posibles bombardeos contra Siria bajo la excusa de destruir al EIIL, Obama dejó de lado las opiniones o decisiones que tome el Ejecutivo de Al Assad. “En la lucha contra el EI –afirmó -no podemos confiar en Al Assad, no podemos confiar en un régimen que aterroriza a su pueblo, un régimen que nunca recuperará la legitimidad que ha perdido”. Obama agregó que por eso mismo “tenemos que fortalecer a la oposición como el mejor contrapeso a los extremistas como el EI, mientras buscamos la solución política necesaria para resolver la crisis siria de una vez por todas”.
Nuevamente, el presidente estadounidense pasó por alto la reforma constitucional que fue votada en referendo por la población siria, como también la creación de nuevos partidos políticos en ese país o los pasados comicios en los cuales Al Assad triunfó por amplia mayoría. Obama también obvió las decenas de pruebas presentadas por el gobierno sirio en Naciones Unidas, confirmando que en el país actúan agrupaciones terroristas financiadas desde el exterior y conformadas por mercenarios de diversas nacionalidades.
A finales de agosto, el portavoz de la Casa Blanca, John Earnest, había declarado que “de lo que hablamos ahora es de enfrentar a un grupo terrorista que ha buscado un refugio seguro en Siria. Este es un grupo que supone una amenaza a los estadounidenses en la región y que podría potencialmente plantear una amenaza más amplia a los intereses estadounidenses y de nuestros aliados en el mundo”.
Al igual que su antecesor George W. Bush, Obama parece dispuesto a combatir al terrorismo hasta en los rincones más oscuros del mundo. Al tomar una decisión de este tipo, las consecuencias que provocará ya son por demás de conocidas.

La respuesta siria

Conocidas las declaraciones de Obama, el presidente Al Assad, a través de un comunicado oficial, consideró que Washington “no es serio en la lucha antiterrorista”. El mandatario fue tajante al expresar que “la oposición ‘moderada’, como Obama la describe, no son más que criminales como los terroristas de EI”. Al Assad agregó que mientras Estados Unidos “declara la guerra a una parte de ella, por otro insta a armar a la otra parte”. El gobierno sirio además denunció que Washington es quien patrocina el terrorismo en Medio Oriente y ordena a sus servicios de inteligencia envíar dinero y armas a los “terroristas internacionales que se infiltran desde Turquía, Jordania y Líbano para combatir y expandir el caos en Siria”.
Por su parte, el canciller sirio, Walid Al Moalem, consideró que cualquier ataque de Estados Unidos contra la nación árabe y que no cuente con la autorización de Damasco será una “violación flagrante a la integridad territorial”.
Quienes también se pronunciaron ante los anuncios de Obama, fueron los gobiernos de Rusia e Irán. El portavoz de la cancillería de Moscú, Alexander Lukashevich, alertó que “el presidente de Estados Unidos ha hablado directamente sobre la posibilidad de que las fuerzas armadas estadounidenses lancen ataques contra posiciones de EI en Siria, sin el consentimiento de un gobierno legítimo”. El funcionario ruso remarcó que los bombardeos contra Siria, “en ausencia de una decisión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, sería un acto de agresión (y) una brutal violación de la ley internacional”.
El gobierno iraní del presidente Hasan Rohani manifestó, a través de su cancillería, que existen “serias ambigüedades” en las intenciones de Obama y la alianza que formó para combatir al EIIL. “Hay dudas sobre la seriedad y honestidad de la coalición que se ha formado tras la cumbre de la OTAN para la lucha contra los terroristas”, señaló la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Marzie Afjam. Al igual que el gobierno sirio, Irán denunció que “algunos miembros” de la nueva coalición brindan apoyo financiero y de seguridad a grupos terroristas en Irak y Siria.

Leandro Albani

sábado, 13 de septiembre de 2014

Otra pastera




José Mujica y autoridades de gobierno uruguayo inauguraron la pastera Montes del Plata en Colonia, la planta prevé producir 1.300.000 toneladas de celulosa al año, pero en algunos casos podrá producir hasta 1.450.000 toneladas, cifra que ya ha sido autorizada por el gobierno, Montes del Plata producirá 150.000 toneladas mas que la actual producción de UPM -Botnia, ambas con increíbles beneficios fiscales y con actuación en las llamadas Zonas Francas.
La planta que dará ocupación solo a 700 trabajadores en los momentos picos de su construcción, llego a tener 6.000, con 68 empresas tercerizadas donde hubieron centenares de accidentes y varios obreros muertos lo que significo que en el medio hubo una huelga general en contra de los métodos d e seguridad de la multinacional y la complicidad del propio gobierno del Frente Amplio, más apurado que la propia empresa por ponerla en funcionamiento.
Mujica, en un discurso de los más lastimosos que haya dicho en su vida dijo que la planta es “una maravilla”, y en un acto de rastrerismo sin par agradeció a la empresa por regalarle “casitas decentes y abrigadas para las mujeres pobres llenas de hijos” pues la multinacional regalo los contenedores que se habían utilizado en la etapa de construcción de la planta a los pobres de Colonia.
Mujica anunció que “va por mas” y que viajará pronto a Finlandia para concretar la instalación de la tercera planta de celulosa en Uruguay. Que “será más grande que esta” y dijo que se manejan tres o cuatro ubicaciones posibles, de mas pasteras todas cerca de la frontera con Brasil.
El gobierno uruguayo además de brindar todo tipo de beneficios a las pasteras multinacionales ha producido la mas grande extranjerización d e la tierra de la historia del país. El consorcio Montes del Plata es el mayor propietario de tierras del Uruguay con alrededor de 250.000 hectáreas pero además. El administrador de fondos de inversión estadounidense GMO adquirió solo para abastecer a Montes del Plata 45.000 hectáreas, por los que pagó una cifra cercana a 140 millones de dólares.
El asesor de GMO que además tiene miles de hectáreas que abastecen a Botnia, afirmó que para los inversores del grupo estadounidense “Uruguay es un país interesante porque ofrece estabilidad, previsibilidad y los precios de la tierra se han mantenido o aumentado” (El país – Economía). Entre otras cosas el gobierno del FA ha hecho posible la famosa letra del Cantor Daniel Viglieti que decía “le aseguro que es un gringo el dueño del Uruguay”.
El desplazamiento absoluto al monocultivo (además de las consecuencias de desequilibrio ecológico que denuncian los ambientalistas) puede producir ingresos económicos transitorios al Uruguay como consecuencia de las exportaciones de celulosa pero cada día la economía uruguaya estará supeditada los altibajos del mercado internacional de pasta de celulosa que pueden ser muy pronunciados.
En 2008 se exportaron 756 millones de dólares de celulosa pero, en 2009 hubo una abrupta caída a 348 millones de dólares como consecuencia de la crisis en Estados Unidos. En 2010, esos montos subieron a 728 millones de dólares y luego tuvieron altibajos. El 2013 se ubicaron en 604 millones de dólares.
Como consecuencia de estos altibajos se produjo el cierre y el abandono del país de la empresa Urupanel, de capitales ecuatorianos, que empleaba a 419 trabajadores en la ciudad de Tacuarembó y que había exportado 26 millones de dólares en 2013. El FA pretende dejar un Uruguay en manos de las multinacionales.
Si se produce el triunfo de Tabaré Vázquez la economía terminara dependiendo de las pasteras. Eduardo Galeano hace ya muchos años en “Las venas abiertas de América Latina” alerto de cómo terminaron estos procesos de explotación de las multinacionales en Venezuela con el petróleo, en Brasil con el Caucho, en Chile con las salitreras, en Perú con el guano. En Bolivia con las minas de plata, con la ruina de esos países.
En Uruguay, el FA va en ese camino, cada día más arrodillado ante las multinacionales Es necesario superarlo.

Juan Ferro

viernes, 12 de septiembre de 2014

Salvador Allende en la perspectiva histórica del movimiento popular




A 41 años del bombardeo de la Moneda

El historiador británico Eric Hobsbawm sostiene que “en todos nosotros existe una zona de sombra entre la historia y la memoria, entre el pasado como registro generalizado, susceptible de un examen relativamente desapasionado y el pasado como una parte recordada o como trasfondo de la propia vida del individuo”. Y precisando su idea Hobsbawm agrega que “para cada ser humano esta zona se extiende desde que comienzan los recuerdos o tradiciones familiares vivos [...] hasta que termina la infancia, cuando los destinos público y privado son considerados inseparables y mutuamente determinantes. La longitud de esta zona puede ser variable, así como la oscuridad y vaguedad que la caracterizan. Pero siempre existe esa tierra de nadie en el tiempo. Para los historiadores, y para cualquier otro, siempre es la parte de la historia más difícil de comprender” [1] .
Pienso que Hobsbawm tiene razón. Algo similar a lo que él describe me ocurre con la figura de Salvador Allende. Aunque varias generaciones nos separaban, alcancé a ser su contemporáneo y a vivir con la ingenuidad de la infancia, primero, y luego con la pasión de los años adolescentes, el tiempo del apogeo de su carrera política, que fue también el del punto máximo alcanzado por el movimiento popular en Chile en sus luchas por la emancipación.
Mi contemporaneidad con Allende y compromiso personal en la causa de la izquierda y del movimiento popular son obstáculos adicionales que ponen a prueba mi juicio de historiador. Sin contarme entre quienes que niegan la posibilidad de hacer “historia del tiempo presente”, aquella de la cual hemos sido actores o al menos testigos, debo reconocer que aún hoy, a tres décadas y media del golpe de Estado y de la muerte de Allende, la emoción me embarga al evocar su persona y al escuchar “el metal tranquilo” de su voz.
No postulo que la historia (en el sentido historiográfico o conocimiento sistemático que tenemos acerca de los hechos del pasado) deba carecer absolutamente de emoción y de pasión, pero la sociedad espera que los historiadores tengamos un juicio lo más objetivo, justo y verdadero posible acerca de los acontecimientos históricos. Creo que sobre la historia de Chile de la segunda mitad del siglo XX (y de seguro bastante más atrás) mi mirada tendrá siempre la impronta de alguien comprometido con uno de los bandos en lucha, aun cuando por honestidad intelectual y personal haga los máximos esfuerzos por ponderar las “evidencias históricas”, que, como es sabido, pueden ser acumuladas para apoyar interpretaciones muy disímiles acerca del devenir de una sociedad o de un grupo humano a través del tiempo.
¿Cómo abordar entonces desde un punto de vista ensayístico al personaje histórico Salvador Allende?
Creo que en mi caso lo más conveniente es recurrir a la larga duración que sobrepase con creces su vida, insertándola en el transcurrir general del movimiento popular en Chile. De esta manera, tomando cierta distancia de las contingencias que enfrentó el personaje y que son, precisamente, aquellas que pueden empañar mi visión, quiero aportar un grano en la comprensión del papel de Allende y, al mismo tiempo, de algunos fenómenos de nuestra historia.
Me propongo sostener tres premisas:
1°) Salvador Allende encarnó mejor que nadie desde mediados de la década de 1930 y hasta su muerte en 1973 la continuidad histórica y la línea central de desarrollo del movimiento popular.
Como es sabido, las raíces de este movimiento se hunden hasta mediados del siglo XIX cuando algunos contingentes de artesanos y obreros calificados levantaron un ideario de “regeneración del pueblo” en base a una lectura avanzada y popular de los postulados liberales. El mutualismo y otras formas de cooperación fueron la expresión práctica de este proyecto de carácter laico, democrático y popular. Con el correr del tiempo, el desarrollo del capitalismo y la llegada de las ideologías de redención social provocaron desde fines de ese siglo el ascenso del movimiento obrero y con él una metamorfosis de la doctrina, las formas de organización y de lucha de los sectores populares. Desde comienzos del siglo XX el ethos colectivo del nuevo movimiento se sintetizó en la aspiración (más radical) de la “emancipación de los trabajadores” y se expresó en el surgimiento del sindicalismo y la adopción por parte del movimiento obrero y popular de los nuevos credos de liberación social del anarquismo y el socialismo. Con todo, a pesar de la mutación en un sentido de mayor radicalidad (de la “cooperación” a la lucha de clases), un tronco de tipo ilustrado, regenerativo y emancipador representó una cierta continuidad entre esas dos fases o momentos del movimiento popular [2] .
Salvador Allende hizo sus primeras experiencias políticas cuando el movimiento popular se aprestaba a transitar por los cauces institucionales que no abandonaría hasta que el golpe de Estado de 1973 lo interrumpiera brutalmente. Así, después de más de una década de convulsiones sociales y políticas, a mediados de los años 30, el movimiento popular y la izquierda, dando su “brazo a torcer”, optaron mayoritariamente por incorporarse al juego político institucional, retomando –después de algunas veleidades rupturistas- un transitar más evolutivo, pacífico, parlamentario y reformista, que era, en definitiva, el que siempre habían escogido los trabajadores toda vez que las clases dirigentes se los habían permitido.
Desde este “gran viraje” (según la acepción de Tomás Moulian) de mediados de los años 30 que inauguró la política de Frente Popular, la izquierda y el movimiento popular asociado a ella, optó clara y mayoritariamente por aceptar las reglas puestas por el “Estado de compromiso” proclamado por la Constitución de 1925, pero que recién por esos años empezó a hacerse realidad [3] . Allende, como esa sabido, jugó un papel destacado en esta “nueva” estrategia ya sea como ministro de Estado, parlamentario, dirigente partidario y –más allá de sus cargos formales- en tanto líder político popular. El Frente Popular, luego el Frente del Pueblo, el Frente de Acción Popular y, finalmente, la Unidad Popular, fueron los hitos aliancistas a través de los cuales la política de la izquierda y del movimiento popular se hicieron realidad. Esto fue, en síntesis, el contenido más esencial del “allendismo” como sentimiento y corriente política de masas. En este sentido, la acción y la persona de Allende –persistente hasta el último de sus días en un camino de unidad- fueron la expresión más paradigmática de una vía y de una estrategia para alcanzar el ideal de la emancipación popular.
2°) Salvador Allende encarnó la dialéctica no resuelta de reforma o revolución.
Aún cuando el apego de Allende a la vía parlamentaria y a las reglas del juego del “Estado de compromiso” fueron permanentes, la izquierda y el movimiento popular en los últimos años de la vida de este líder se vieron envueltos en un debate y en una encrucijada no resuelta que anuló los esfuerzos que en distintos sentidos se hicieron para dar conducción al movimiento y una salida al impasse político. Es el “empate catastrófico” entre las dos vías –la “rupturista revolucionaria” y la “moderada revolucionaria” del cual nos ha hablado Tomás Moulian en su Conversación interrumpida con Allende [4] . A 35 años de distancia, la disyuntiva ¿reforma o revolución? pierde los contornos que en la década de 1970 nos parecían tan nítidos. Si bien la revolución “con empanadas y vino tinto” preconizada por Allende, en esencia la vía electoral reforzada por la movilización popular, mostró sus límites en un contexto internacional de gran polarización, la “revolución” tal como la concebíamos entonces, ya no es posible y -más aún- ni siquiera deseable.
La “caída de los muros”, la terciarización de las economías, los cambios tecnológicos y de las estructuras sociales en Chile y el mundo, la emergencia de nuevas problemáticas y de un mundo unipolar dominado por un gran Imperio, amén de un sinnúmero de razones que apuntan mayoritariamente a la consolidación del modelo de dominación, hacen de la “revolución” según el esquema clásico, un fetiche puramente nostálgico más allá de la eficiencia técnica (a estas alturas bastante hipotética) de sus métodos para asaltar el poder.
La oposición entre la vía reformista electoral y la vía revolucionaria armada no es ya un punto de quiebre al interior de la izquierda y del movimiento popular, pero sí lo son, por ejemplo, la adhesión o el rechazo al modelo neoliberal y a la dominación imperial. A la luz de este nuevo dilema, la política de Allende adquiere renovada relevancia histórica. Su “reformismo rupturista” o “reformismo revolucionario” nos parece hoy día -incluso a sus críticos de izquierda de entonces- el sumun a lo que podríamos aspirar en estos tiempos de globalización neoliberal. Curiosa paradoja de la historia: lo que antes era considerado altamente insuficiente llega a ser “el bien mayor”. El allendismo del período de la Unidad Popular fue la expresión de una tentativa abortada por resolver en una síntesis dialéctica la disyuntiva entre reforma o revolución que el contexto histórico de los años 70 -ahora lo percibimos con claridad- no permitía solucionar. Con todo, a pesar de verse atrapado en ese callejón sin salida, Allende en el día de su muerte, y con su muerte, intentó dejar una herencia política de contenido “reformista revolucionario”.
3°) En la historia del movimiento popular el golpe de Estado de 1973 representa un quiebre total, un “puente roto” que no se ha vuelto a reparar.
En su mensaje de despedida Salvador Allende vaticinó que “otros hombres” superarían ese momento gris y amargo. Esos nuevos hombres retomarían la senda interrumpida de la izquierda y del movimiento popular. Los heroísmos, sacrificios y reencantamientos militantes de la lucha de resistencia contra la dictadura parecieron reanudar la marcha del movimiento popular. El combate contra la opresión de la tiranía se inscribía perfectamente en la perspectiva general –y de muy larga duración- en pro de la emancipación del pueblo. Pero la infinita “transición a la democracia” que vino enseguida, los acomodos y reacomodos de la clase política, la decepción y desmovilización popular, demostraron que sólo por un efecto de espejismo el movimiento popular había parecido rearticularse duraderamente al calor de las protestas de la década de 1980. En realidad, una vez que el “enemigo visible” se metamorfoseó tras el discurso de reencuentro y reconciliación nacional, el movimiento popular perdió su norte, quedando en evidencia que el ethos colectivo de la emancipación de los trabajadores que lo había animado durante tanto tiempo, se había extraviado o difuminado en medio del derrumbe ideológico que acompañó al fin del llamado “campo socialista” y en el empeño criollo por recuperar la democracia.
¿Cuál es el ethos colectivo del mundo popular en el Chile actual? ¿Hay un cuerpo de ideas básicas que articule sus demandas? ¿Se manifiesta una aspiración común –como fue en la época de Allende la conquista de un gobierno popular- que cristalice en un objetivo político fácilmente identificable las distintas reivindicaciones sectoriales? ¿Y si esto no es así, sin ese corpus mínimo de ideas y anhelos compartidos, es posible concebir la existencia de un movimiento popular?
La verdad es que los sectores populares han desaparecido en tanto sujetos políticos, quedando reducidos a la categoría de clientela que oscila entre las alternativas de administración “progresista” del modelo o gestión “populista” de derecha del mismo. El mercado ha reemplazado a las formas orgánicas de sociabilidad que hicieron posible la existencia de un movimiento popular que tuvo expresiones sociales y políticas, una de cuyas vertientes históricas más caudalosas y persistentes fue el allendismo. Es por ello que, al margen de las añoranzas, en términos políticos reales no hay allendismo actualmente en Chile (porque podría haber allendismo sin Allende como ha existido en otras partes peronismo sin Perón o gaullismo sin De Gaulle). Por las mismas razones no ha surgido un líder popular de la talla de Allende ni nada que se le parezca. Allende como hombre político –y esto es de Perogrullo- fue el producto de un tiempo, de una relación entre una personalidad descollante y un movimiento social y político del cual él fue intérprete y expresión.
Para que vuelvan a “abrirse las grandes Alamedas” (que aún permanecen cerradas) se necesitarán de “otros hombres” que estimulen el desarrollo de fuertes movimientos sociales, hombres y mujeres capaces de retomar el hilo conductor del movimiento popular en una perspectiva de futuro y no de mera evocación nostálgica. Mientras esto no ocurra, el legado político de Allende continuará siendo un capital inmovilizado, un icono desprovisto de significado histórico concreto y de operatividad política real.

Sergio Grez Toso
Dr. en Historia, profesor del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Chile. La primera versión de este texto fue publicado en 2003.

[1] Eric Hobsbawm, La era del imperio, 1875-1914, Buenos Aires, Crítica, 1998, pág. 11.
[2] Sergio Grez Toso, De la “regeneración del pueblo” a la huelga general. Génesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890), Santiago Ediciones de la DIBAM – RIL Ediciones, 1998; “Una mirada al movimiento popular desde dos asonadas callejeras (Santiago, 1888-1905)”, en Cuadernos de Historia, N°19, Santiago, diciembre de 1999, pp. 157-193; “Transición en las formas de lucha: motines peonales y huelgas obreras en Chile (1891-1907)”, en Historia, vol. 33, Santiago, 2000, pp. 141-225; Los anarquistas y el movimiento obrero. La alborada de ‘la Idea’ en Chile (1893-1915), Santiago, Lom Ediciones, 2007.
[3] Tomás Moulian, “Violencia, gradualismo y reformas en el desarrollo político chileno”, en Adolfo Aldunate, Ángel Flisfich y Tomás Moulian, Estudios sobre el sistema de partidos en Chile, Santiago, FLACSO, 1985, págs. 13-68. La idea del “gran viraje” de la izquierda está expuesta más específicamente en págs. 49 y 50.
[4] Tomás Moulian, Conversación interrumpida con Allende Santiago, LOM Ediciones – Universidad ARCIS, [1998].

miércoles, 10 de septiembre de 2014

El genocidio del EIIL contra los pueblos kurdos




El grupo extremista EIIL (Estado Islámico de Irak y el Levante) despliega un genocidio contra los pueblos kurdos que habitan la región norte de Irak y Siria. El secuestro, la violación y la venta de mujeres yazidies, principales emergencias del conflicto.

Tras la firma de la tregua que puso fin a la ofensiva que durante 51 días mantuvo el régimen de Tel Aviv contra la Franja de Gaza, y que dejó por lo menos 2145 palestinos muertos y 11.100 heridos, pareciera, por lo menos en algunos medios, que los conflictos cesaron en Medio Oriente. Sin embargo, la realidad es otra: el autoproclamado Estado Islámico ha desarrollado una campaña de exterminio y genocidio étnicos y religiosos en el norte de Irak y Siria, especialmente contra de la población kurda, sin ninguna respuesta real de la comunidad internacional o de los organismos como Naciones Unidas.
En este momento, en Medio Oriente se vive una gran guerra, sobre todo en Irak y Siria, debido a las atrocidades cometidas por el EIIL, agrupación surgida con el comienzo de la guerra en Siria (2011) y apoyada, según últimos informes del Congreso Nacional de Kurdistán (CNK), por Turquía, Qatar, Arabia Saudita y otros estados occidentales.
Evidencias presentadas por Amnistía Internacional (AI) indican que miembros del Estado Islámico han lanzado una campaña sistemática de “limpieza” étnica en el norte de Irak, cometiendo crímenes de guerra, incluyendo asesinatos sumarios en masa y secuestros en contra de minorías étnicas y religiosas.
Después de haber ocupado la ciudad de Mosul y otras aldeas en el norte de Irak y en la frontera con Siria, el EIIL comenzó el ataque a las zonas del Kurdistán, ocupando la ciudad de Ezidi en la región de Sinjar, en la cual se desarrollaron durante miles de años diversas comunidades religiosas ancestrales -tales como los yazidies, cristianos, caldeos y kakais-, compuestas mayoritariamente por árabes, asirios, kurdos y turcomanos. Tal diversidad es parte importante de la antigua Mesopotamia.
Los ataques ocurridos desde el 3 de agosto en la región de Sinjar han desatado una espiral de masacres sistemáticas, secuestros, desplazamiento forzado y un sinnúmero de violaciones a los derechos humanos.
Según cifras del CNK, al menos 50 mil kurdos y kurdas yazidies se han tenido que refugiar en las montañas de Sinjar. Más de 300 mil mujeres, niños y ancianos fueron desplazados. Miles de mujeres han sido secuestradas y vendidas como esclavas, además de ser víctimas de violaciones. Casi 300 niños y niñas han muerto por hambre o deshidratación en las montañas o en los eternos caminos del desierto intentando llegar a la frontera con Siria. Los números aumentan diariamente.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) reportó que el Estado Islámico vende entre sus miembros a las mujeres yazidies con precio de mil dólares. De acuerdo con estas informaciones, centenares de mujeres se han suicidado para no caer en las manos del EIIL.
Esta situación, desatada gracias al repliegue injustificado y sin aviso en la región de las fuerzas Peshmergas (autoridades militares de la región autónoma kurda de Irak, dirigidas por el gobierno pro-occidental de Masud Barzani), fue confrontada por la guerrilla kurda de Turquía y Siria, quienes crearon un corredor seguro para la población que huye hacia la frontera, mientras continúan los enfrentamientos con el grupo extremista.
La zona de autoadministración establecida por los kurdos en el norte de Siria, denominada Rojava (occidente en kurdo), mantiene una situación crítica, puesto que sigue defendiéndose de los ataques del Estado Islámico y de otros grupos armados chovinistas como el Frente Al Nusrah, el Régimen Baathist y el Frente Islámico. Esa región también es azotada por un embargo, por lo cual espera ayuda internacional y apoyo humanitario.
Aparte de la ayuda suministrada por las fuerzas guerrilleras del HPG (fuerzas de defensa del pueblo) y YPG (unidades de protección del pueblo), ligadas todas al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), no hay ningún apoyo nacional o internacional en el trasporte y defensa de las miles de personas que aún están en las montañas de Sinjar, después de abandonar las comunidades por el asedio de los grupos extremistas.
Ni la ONU, mediante su oficina de refugiados, ni la autoridad autónoma del Kurdistán iraquí, ni ninguna otra organización ha suministrado apoyo alguno a los pobladores, salvo el brindado por la guerrilla kurda.
Un reportero de la agencia de noticias kurda ANF declaró que “el grado de masacre en aquellas aldeas es todavía desconocido, pero, juzgando por lo que hemos visto en Solak, el número de muertes fue probablemente mucho más alto de lo que creemos. La gente no fue solamente abaleada sino dejadas a morir por hambre. Lo que EIIL perpetró en estas aldeas es un genocidio”.
El papel que en este conflicto juega Occidente, sobre todo Estados Unidos y la Unión Europea, es bien claro. Aunque trataron de encubrirla, su participación en el fortalecimiento y desarrollo del Estado Islámico es innegable. Sus políticas imperialistas de “divide y reinarás” han sido base para la creación de los conflictos religiosos y étnicos que aquejan a la región.

Camilo Bermúdez, miembro del Colectivo Latino-Africano, licenciado en Ciencias Humanísticas.

lunes, 8 de septiembre de 2014

El loco más cuerdo jamás conocido




Se cumplen 55 años del reencuentro de Fidel y Raúl Castro en Cinco Palma, un acontecimiento que anticipó la capacidad del Líder Histórico de la Revolución en la Mayor de las Antillas para viajar al futuro, regresar y luego anticiparle a sus semejantes los principales contornos de lo que sucederá.

Este 18 de diciembre se cumplen 55 años del reencuentro de Fidel y Raúl Castro en Cinco Palma, próximo a la Sierra Maestra del oriente cubano, un acontecimiento que anticipó la capacidad del Líder Histórico de la Revolución en la Mayor de las Antillas para viajar al futuro, regresar y luego anticiparle a sus semejantes los principales contornos de lo que sucederá. La vida así lo devela.
A mediados del penúltimo mes de 1956, estaba a punto de abrirse una nueva etapa en la lucha del pueblo de la Isla por su definitiva Libertad e Independencia. Entonces, Frank País intensificaba con el Movimiento Revolucionario 26 de Julio los preparativos de lo que se convirtió en Levantamiento del 30 de Noviembre de ese año en Santiago de Cuba en apoyo al desembarco del yate Granma que había zarpado de Tuxpan, México, el anterior día 25.
Pero las cosas no salieron tal como la previó Fidel al frente de los expedicionarios que tuvieron que desembarcar el 2 de diciembre de 1956. No obstante, se daba el paso inicial para la formación primero del destacamento guerrillero, luego del Ejército Rebelde y finalmente de las gloriosas Fuerzas Armadas Revolucionarias.
La Historia de Cuba registra que en la mañana del 5 del último mes del propio año, los hombres comandados por Fidel fueron sorprendidos en Alegría de Pío, y bajo intenso fuego se dispersaron. La confusión y la balacera impidieron los esfuerzos por reagruparse. Mas, Juan Almeida expresó: “Aquí no se rinde nadie” y una palabrota apropiada a las circunstancias.
Mas, parecía que el infierno decía “presente”. Veintiún combatientes perecieron de inmediato y/o fueron asesinados alevosamente, entre ellos Armando Mestre, Juan Manuel Márquez y Cándido González, Lugarteniente de Fidel en tierras aztecas.
Dos decenas de expedicionarios del Granma fueron apresados, juzgados por el Tribunal de Urgencia de Santiago de Cuba y condenados a penas de seis años de prisión. Un grupo logró llegar a las ciudades y en ellas se reincorporaron nuevamente a la lucha revolucionaria.
Otros alcanzaron enrumbarse hacia la misma Sierra Maestra. De tal destino, el 18 de diciembre de 1956, en Cinco Palma se reencuentra Fidel y Raúl con un puñado de hombres y unas pocas armas, y el Máximo Líder de la Revolución exclamó: “iAhora sí ganamos la guerra!”.
Tiempo después trascendió que el propio Raúl pensó en aquel momento algo que confesó cuando pasaron los años: “Ahora sí mi hermano se ha vuelto loco”. No obstante, ¡la Historia reveló que se trataba del loco más cuerdo jamás conocido!
Al decir de Martí, así se evidenció la pujanza de un principio justo ante un Ejército, por poderoso que pareciera. Y para nuestro pueblo, se develaban raíces de nuestras luchas victoriosas, una suerte de cultura de resistencia-creatividad en medio de las tempestades que nos ha permitido llegar hasta hoy día y apostar con nuestros propios esfuerzos a culminar con más agilidad la edificación de la sociedad de equidad y dignidad, de bienestar y felicidad que necesitamos cubanas y cubanos.

Noel Manzanares Blanco

Noam Chomsky habla sobre la ofensiva israelí contra Gaza y el apoyo estadounidense a la ocupación


Horrible. Sádico. Cruel. Asesino. Así es como Noam Chomsky describe los 29 días de ofensiva israelí sobre Gaza, que mató a casi 1.900 personas y dejó a casi 10.000 personas heridas. Chomsky ha escrito extensamente sobre el conflicto israelí-palestino. Después de la operación israelí de 2008-2009 conocida como «Plomo Fundido», escribió el libro "Gaza en crisis: Reflexiones sobre la guerra de Israel contra los palestinos", en coautoría con el académico israelí Ilan Pappé. Entre sus otros libros sobre el conflicto israelí-palestino, se pueden destacar: "¿Paz en oriente medio? Reflexiones sobre justicia y nacionalidad" y "El triángulo fatal: Estados Unidos, Israel y Palestina". Chomsky es un disidente político, lingüista y escritor de renombre mundial. También es profesor emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts, donde enseña hace más de 50 años.

Transcripción

JUAN GONZÁLEZ: Para ampliar la información sobre la crisis en Gaza nos vamos a Boston, desde donde nos acompaña Noam Chomsky, un disidente político, lingüista y escritor de renombre mundial. También es profesor emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts, donde enseña hace más de 50 años. Hace décadas viene escribiendo extensamente sobre el conflicto israelí-palestino.
AMY GOODMAN: Este mes se cumplen cuarenta años de la publicación del libro de Noam Chomsky "¿Paz en oriente medio? Reflexiones sobre justicia y nacionalidad". Otro de sus libros, "El triángulo fatal: Estados Unidos, Israel y Palestina", publicado en 1983, se considera una de las obras más contundentes sobre el conflicto israelí-palestino. El profesor Chomsky se comunica con nosotros desde Boston. Bienvenido de nuevo a Democracy Now!, Noam. En primer lugar, quisiera pedirte un comentario general, ya que no hemos hablado contigo durante esta ofensiva israelí en Gaza. ¿Que opinas sobre lo sucedido ahora?
NOAM CHOMSKY: Es una atrocidad horrible, sádica, cruel, asesina, llevada a cabo sin ningún pretexto creíble. Es otro de los ejercicios periódicos que hace Israel, que delicadamente denominan como "cortar el césped". Esto significa dispararles a los peces del estanque, para asegurarse de que los animales se queden quietos en la jaula que les has construido. Después viene un período de lo que se llama "alto el fuego", que significa que Hamas observa el alto al fuego, como Israel mismo reconoce, mientras Israel continúa violándolo. Luego eso se rompe por una escalada militar israelí. Hamas responde. Y ahí viene el momento de "cortar el césped". Éste, en muchos sentidos, es más sádico y cruel incluso que los anteriores.
JUAN GONZÁLEZ: ¿Y qué hay del pretexto que utiliza Israel para lanzar estos ataques? ¿Podrías hablarnos sobre eso y hasta que punto crees que es válido?
NOAM CHOMSKY: Según admiten altos funcionarios israelíes, Hamas ha respetado el último alto el fuego por 19 meses. El episodio anterior de "cortar el césped" fue en noviembre de 2012. Hubo un alto el fuego. Los términos de la negociación fueron que Hamas no dispararía misiles —lo que ellos llaman misiles— y que Israel actuaría para poner fin al bloqueo y dejaría de atacar en Gaza a los que ellos llaman milicianos. Hamas cumplió con el acuerdo. Israel lo admite.
En abril de este año sucedió algo que horrorizó al gobierno israelí: se llegó a un acuerdo de unidad entre Gaza y Cisjordania, entre Hamas y Fatah. Durante mucho tiempo, Israel ha intentado desesperadamente evitar que eso pase. Hay todo un contexto, que da cuenta de lo importante que es. Entonces, llegó el acuerdo de unidad. Israel se puso furioso. Y más aún se molestaron cuando EE.UU. lo respaldó de alguna manera, lo que es un gran golpe para ellos. Hicieron estragos en Cisjordania.
Lo que se utilizó como pretexto fue el brutal asesinato de tres colonos adolescentes. Primero se dijo que estaban vivos, a pesar de que se sabía que estaban muertos. Eso dio lugar a un enorme, ah y por supuesto, inmediatamente culparon a Hamas. Pero hasta ahora no presentaron ningún tipo de prueba, y de hecho, autoridades israelíes de alto rango señalaron de inmediato que los asesinos eran probablemente miembros de una especie de un clan díscolo que hay en Hebrón, el clan Qawasmeh, lo que al parecer resulta ser verdad. Este clan ha sido un dolor de cabeza para Hamas durante años. No respetan sus órdenes.
Pero de todos modos, eso dio lugar a esa incursión devastadora en Cisjordania, donde arrestaron a cientos de personas, y volvieron a arrestar a muchos que ya habían puesto en libertad, en su mayoría identificados con Hamas. Aumentaron los asesinatos. Y finalmente, vino la respuesta de Hamas: los llamados ataques con misiles. Y eso dio lugar a una nueva "cortada de césped".
AMY GOODMAN: Has dicho que Israel hace esto periódicamente, Noam Chomsky. ¿Por qué lo hacen?
NOAM CHOMSKY: Porque quieren mantener una cierta situación. Hay un contexto que lo explica. Por más de 20 años, Israel se ha esforzado, con el apoyo de Estados Unidos, por separar a Gaza de Cisjordania. Eso implica una violación directa del Acuerdo de Oslo, firmado hace 20 años, que estableció que Cisjordania y Gaza constituyen una entidad territorial única cuya integridad debe ser preservada. Pero para los estados canallas, los acuerdos solemnes no son un impedimento actuar a su antojo. Así que Israel, con apoyo de EEUU, se enfocó en mantenerlas separadas. Y tiene una buena razón para ello. Basta con mirar el mapa. Siendo Gaza es la única salida al mundo exterior de una entidad Palestina, cualquiera que sea, si Cisjordania está separada de Gaza, queda básicamente encerrada; tiene a Israel de un lado y a la dictadura de Jordania del otro.
Más aún, Israel viene expulsando sistemáticamente a los palestinos del valle del Jordán, destruyendo pozos, construyendo asentamientos. Primero delimitan allí zonas militares, luego establecen asentamientos; la historia de siempre. Eso significaría que los espacios que queden para los palestinos en Cisjordania, una vez que Israel tome lo que quiere y lo integre a Israel, estarían completamente encerrados. Gaza sería la salida al mundo exterior, de modo que mantenerlas separadas una de la otra es un importante objetivo político, tanto de la política estadounidense como de la israelí. Y el acuerdo de unidad amenazaba ese objetivo.
Y amenazaba otra cosa que Israel viene alegando hace años. Uno de sus argumentos para evadir entrar en negociaciones ha sido: ¿Cómo se puede negociar con los palestinos si están divididos? Bueno, está bien, entonces si se unen, ese argumento se cae. Pero el motivo más importante es lo geoestratégico, que es lo que mencionaba recién. Así que el gobierno de unidad era una amenaza real, lo mismo que el tibio, pero real, respaldo de Estados Unidos a éste. Y reaccionaron enseguida.
JUAN GONZÁLEZ: Noam, ¿qué piensas de la actitud de Israel de, como tú dices, buscar mantener el status quo y a la vez seguir alterando la realidad del territorio a través de la ampliación de los asentamientos. ¿Cómo interpretas que los sucesivos gobiernos de Estados Unidos, que oficialmente se opone a la expansión de los asentamientos, se nieguen persistentemente a llamarle la atención a Israel por este intento de expandirse en el territorio?
NOAM CHOMSKY: Bueno, tu expresión "oficialmente se opone" es bastante acertada. Podemos mirar, o sea, hay que distinguir entre la retórica de un gobierno y sus acciones. Y entre la retórica que usan los dirigentes políticos y sus acciones. Eso debería ser obvio. Poder ver cuán comprometido está EE.UU. con esta política es fácil. Por ejemplo, en febrero de 2011, el Consejo de Seguridad de la ONU evaluó una resolución que pedía, que llamaba a Israel a poner fin a la expansión de asentamientos. Tengamos en cuenta que la expansión de asentamientos no es realmente el problema. Son los asentamientos en sí mismos. Los asentamientos, el desarrollo de infraestructura, todo eso es una violación flagrante del derecho internacional. Eso ha sido determinado por el Consejo de Seguridad, por la Corte Internacional de Justicia. Prácticamente todos los países del mundo, fuera de Israel, reconocen esto. Esta era una resolución que llamaba al fin de la expansión de los asentamientos lo que se corresponde con la política oficial de Estados Unidos. ¿Y qué pasó? Obama vetó la resolución. Eso da a entender algo. Es más, la declaración oficial dirigida a Israel acerca de la expansión de los asentamientos va acompañada de algo que en lenguaje diplomático se denominaría un guiño, una indicación discreta de que no lo decimos en serio.
Así, por ejemplo, la última declaración de Obama condenando la reciente, como él la llama, violencia de las dos partes, fue acompañada por el envío de más ayuda militar a Israel. Bueno, ellos saben leer esas señales. Y eso ha sido así desde siempre. De hecho, cuando Obama llegó al gobierno, dio el discurso pertinente contra la expansión de los asentamientos. Y se le preguntó a su gobierno, a los voceros, en conferencias de prensa, les preguntaron si Obama iba a hacer algo al respecto, como el primer George Bush había hecho —sanciones moderadas— para frenar la expansión de los asentamientos. Y la respuesta fue: "No, esto es sólo un gesto simbólico". Bueno, eso le dice al gobierno de Israel exactamente lo que está sucediendo. Y de hecho, si se mira lo que sucede, cosa por cosa, la ayuda militar continúa, la ayuda económica continúa, la protección diplomática continúa, la protección ideológica continúa. Con esto quiero decir que se categorizan los problemas de tal manera que se ajusten a las demandas de Israel. Todo eso sigue sucediendo, acompañado por una especie de cacareo que dice: "Bueno, realmente no nos gusta lo que pasa, y no contribuye a la paz". Cualquier gobierno puede entender las señales.
AMY GOODMAN: Quiero que escuchemos al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que habló ayer con periodistas extranjeros. Primer Ministro Benjamin Netanyahu: Israel aceptó y Hamas rechazó la propuesta que hizo Egipto el 15 de julio para un alto el fuego. Y quiero que sepan que en ese momento el conflicto había cobrado unas 185 vidas. Recién el lunes en la noche Hamas aceptó esa misma propuesta, que entró en efecto ayer en la mañana. Eso significa que el 90%, el 90% del total de las muertes ocurridas se hubiera podido evitar si Hamas no hubiera rechazado en ese momento el alto al fuego que ahora sí acepta. Hamas tiene que rendir cuentas por la trágica pérdida de vidas.
AMY GOODMAN: Noam Chomsky, ¿qué le responderías al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu?
NOAM CHOMSKY: [inaudible] hay una respuesta corta y una respuesta larga. La respuesta corta es que, por supuesto, como bien lo sabe Netanyahu, esa propuesta de alto el fuego fue negociada entre la dictadura militar de Egipto e Israel, dos gobiernos muy hostiles a Hamas. Ni siquiera se le comunicó a Hamas directamente. Ellos se enteraron a través de las redes sociales, y eso los enfureció, naturalmente. Y dijeron que no aceptarían la propuesta en esos términos. Pero bueno, esa es la respuesta corta.
La respuesta larga es que el 100% de las víctimas, de la destrucción y la devastación, y todo lo demás, se hubiera podido evitar si Israel hubiera respetado el acuerdo de alto al fuego después de, desde Noviembre de 2012, en vez de violar constantemente el acuerdo, y luego intensificar la violencia, —de la forma que he señalado— buscando frenar el gobierno de unidad y persistir en su política, sus políticas de apoderarse de las áreas que quieren de Cisjordania y mantenerla separada de Gaza. Así como mantener a Gaza en lo que llaman una 'dieta', según el famoso comentario de Dov Weissglass. Este es el hombre que negoció el retiro israelí de 2005, y señaló que el propósito de ese retiro era poner fin a la discusión sobre algún tipo de acuerdo político y bloquear cualquier posibilidad de creación de un Estado Palestino. Y que mientras tanto, los habitantes de Gaza ses a dieta, lo que significaba permitira la entrada de alimentos con apenas las calorías suficientes para que no se murieran todos —porque eso sería muy malo para la ya decadente reputación de Israel— pero que no tuvieran acceso a más que eso. Y con su proclamada capacidad técnica, Israel, los expertos israelíes, calcularon exactamente cuántas calorías se necesitaban para mantener a la gente de Gaza en una dieta, en un estado de sitio, con las exportaciones bloqueadas, con las importaciones bloqueadas. Los pescadores no pueden salir a pescar. Los buques de guerra los llevan de nuevo a la costa.
La gente palestina tiene prohibido el ingreso a una gran parte, probablemente más de un tercio, o quizás más, de la tierra cultivable de Gaza. Se le llama "barrera". Esa es la norma. Esa es la dieta. Los quieren mantener así, separados de Cisjordania, y continuar con el proyecto que ya están implementando, de apoderarse -podría dar los detalles, pero no es algo desconocido— de apoderarse de las partes de Cisjordania que Israel quiere, que ya está incorporando a Israel, y que probablemente al final termine anexándolas de algún modo, mientras siga contanto con el apoyo de Estados Unidos, mientras se sigan trabando los esfuerzos internacionales para llegar a un acuerdo político.
JUAN GONZÁLEZ: Noam. Tras lo ocurrido durante este mes, y con todas estas imágenes de la masacre en Gaza difundidas en el mundo, ¿qué impacto consideras que ha tenido esto en la relación, ya muy distante, entre el gobierno de Estados Unidos y el mundo árabe y musulmán? Me refiero especialmente a todos los jóvenes musulmanes y árabes del mundo que tal vez no habían estado expuestos a atrocidades anteriores del conflicto palestino-israelí.
NOAM CHOMSKY: Bueno, en primer lugar, tenemos que distinguir entre las poblaciones de países musulmanes y árabes, y sus gobiernos; hay una notable diferencia. Los gobiernos son en su mayoría dictaduras. Y cuando se lee en la prensa que los árabes nos apoyan en esto y lo otro, lo que se quiere decir es que los dictadores nos apoyan, no las poblaciones. Las dictaduras apoyan moderadamente lo que EE.UU. e Israel están haciendo. Eso incluye la dictadura militar de Egipto, que es muy brutal, la dictadura de Arabia Saudita. Arabia Saudita es el aliado más cercano de Estados Unidos en la región, y es el Estado fundamentalista islámico más radical del mundo. Arabia Saudí está propagando sus doctrinas wahabí-salafistas en todo el mundo, doctrinas fundamentalistas y extremistas. Es el aliado principal de Estados Unidos hace años, como antes lo fue de Gran Bretaña. Ambas potencias han tendido a preferir el Islam radical al peligro del nacionalismo secular y la democracia. Y ellos apoyan bastante, no les gusta Hamas, lo odian. No tienen ningún interés en los palestinos. Tienen que decir ciertas cosas para tratar de apaciguar a sus poblaciones, pero, de nuevo, la retórica y la acción son cosas diferentes.
Así que las dictaduras no están horrorizadas por lo que está pasando. Probablemente están celebrándolo en silencio. Las poblaciones, por supuesto, son muy diferentes, pero esto ha sido siempre así. Por ejemplo, poco antes de las manifestaciones de la Plaza Tahrir en Egipto, que derrocaron a la dictadura de Mubarak, hubo encuestas internacionales realizadas en Estados Unidos por las principales empresas de encuestas, que mostraron muy claramente que alrededor del 80% de la gente en Egipto consideraba que las principales amenazas para ellos eran Israel y Estados Unidos. Y, de hecho, la condena a Estados Unidos y sus políticas era tan extrema que, a pesar de que no les gusta Irán, una mayoría manifestó que sentía que la región estaría más segura si Irán tuviera armas nucleares.
Bueno, si nos fijamos en las encuestas de los últimos años, más o menos varían en torno a opiniones de este tipo. Pero eso es a nivel de las poblaciones. Y, por supuesto, a las poblaciones musulmanas de otros lugares tampoco les gusta. Pero no sólo a las poblaciones musulmanas. Por ejemplo, en Londres hubo una manifestación recientemente en la que participaron cientos de miles de personas, una manifestación enorme en protesta por las atrocidades israelíes en Gaza. Y eso también está pasando en otras partes del mundo. Vale la pena recordar que, un par de décadas atras, Israel era uno de los países más admirados del mundo. Ahora es uno de los países más temidos y despreciados del mundo. A los propagandistas israelíes les gusta decir que, bueno, es antisemitismo. Pero si bien puede haber un elemento antisemita, que es suave, es a causa de las acciones israelíes. El rechazo es a las políticas.
Y mientras Israel persista en estas políticas, eso es lo que va a pasar. En realidad, esto ha sido muy claro desde principios de la década de 1970. De hecho, yo vengo escribiendo sobre ello desde entonces, pero es algo tan obvio, que yo no creo tener ningún mérito por eso. En 1971, Israel tomó una decisión crucial, la más fatídica de su historia, yo creo. El presidente Sadat de Egipto ofreció a Israel un tratado de paz pleno, a cambio de la retirada de Israel del Sinaí egipcio. En ese momento había un gobierno laborista, el llamado gobierno laborista moderado. Consideraron la oferta y la rechazaron. Planeaban llevar a cabo extensos programas de desarrollo en el Sinaí, construir una enorme ciudad en el Mediterráneo, decenas de asentamientos, kibutzim, y otras grandes obras de infraestructura, desplazando decenas de miles de beduinos de esas tierras, destruyendo sus pueblos y todo eso. Esos eran los planes, y estaban comenzando a ponerlos en práctica.
Así que Israel tomó la decisión de elegir la expansión por encima de la seguridad. Un tratado con Egipto habría significado seguridad. Es la única fuerza militar significativa del mundo árabe. Y esa ha sido la política desde entonces. Cuando se sostiene una política que pone a la represión y la expansión por encima de la seguridad, van a pasar cosas. El país sufrirá una degeneración moral. Habrá una creciente oposición, indignación y hostilidad desde poblaciones de otros países. Podrán continuar recibiendo el apoyo de las dictaduras y del gobierno estadounidense, pero vas a perder el apoyo de las poblaciones. Y eso tiene consecuencias. Se podía predecir; de hecho, yo y otros lo predijimos en los años 70. Citándome a mí mismo: "quienes se consideran partidarios de Israel son en realidad partidarios de su degeneración moral, aislamiento internacional, y, muy posiblemente, su destrucción final".
Eso es lo que; bueno, es lo que está pasando. No es el único ejemplo en la historia. Se establecen muchas analogías con Sudáfrica, la mayoría de ellas bastante dudosas, en mi opinión. Pero hay una analogía que creo que es bastante realista, de la que no se habla mucho. Pero debería tenerse presente. En 1958, el gobierno nacionalista de Sudáfrica, que fue el que impuso el duro régimen del apartheid, reconoció que se estaba quedando aislado internacionalmente. Sabemos, por documentos desclasificados, que en 1958 el ministro de Relaciones Exteriores de Sudáfrica se reunió con el embajador estadounidense. Y tenemos la conversación que tuvieron. Él básicamente le dijo: "Mira, nos estamos convirtiendo en un estado paria. Estamos perdiendo, todos van a votar en contra de nosotros en las Naciones Unidas. Nos estamos quedando aislados. Pero realmente no nos importa, porque la única voz que cuenta es la de ustedes. Mientras ustedes nos apoyen, realmente no nos importa lo que piense el resto del mundo".
No fue una mala apreciación. Si nos fijamos en lo que sucedió años después, la oposición al apartheid sudafricano creció y se extendió. Hubo un embargo de armas de la ONU. Se implementaron sanciones. Se realizaron boicots. La oposición era tan fuerte en la década de 1980, que incluso el Congreso de Estados Unidos aprobó algunas sanciones, que el presidente Reagan tuvo que vetar. Reagan fue el último partidario del régimen del apartheid. El Congreso de hecho restableció las sanciones tras su veto, y luego él las violó. Todavía en 1988, el gobierno de Reagan, el último reducto, declaró que el Congreso Nacional Africano, el partido de Mandela, era uno de los grupos terroristas más infames del mundo. Para poder mantener el apoyo de EE.UU. a Sudáfrica. También apoyaba al grupo terrorista UNITA de Angola. Finalmente, incluso Estados Unidos se unió al resto del mundo, y el régimen del apartheid se derrumbó rapidamente.
Pero eso no es algo totalmente análogo al caso de Israel. Hubo otras razones para la caída del apartheid, dos razones cruciales. Una de ellas fue que se llegó a un acuerdo que era aceptable para Sudáfrica y para las empresas internacionales. Un acuerdo simple: mantener el sistema socioeconómico y permitir— hablando metafóricamente— permitir que haya algunas caras negras en las limusinas. Ese fue el acuerdo, y eso fue lo que se implementó, aunque no completamente. No hay un acuerdo comparable entre Israel-Palestina. Pero otro elemento crucial, del que no se habla, es Cuba. Cuba envió fuerzas militares y cientos de miles de trabajadores técnicos, doctores y maestros, entre otros, y sacaron a los agresores sudafricanos de Angola, y los obligaron a abandonar su ocupación ilegal de Namibia. Pero sobre todo, como de hecho lo señaló Nelson Mandela cuando salió de la cárcel, los soldados cubanos, que por cierto eran soldados negros, destrozaron el mito del súper hombre blanco invencible. Eso tuvo un efecto muy significativo tanto en la Africa negra como en la Sudáfrica blanca. Le indicó al gobierno y la población de Sudáfrica que no iban a ser capaces de imponer su deseo de un sistema de apoyo regional, al menos no silenciosamente, que les permitiría continuar sus operaciones dentro de Sudáfrica y sus actos terroristas en el extranjero. Y eso fue un factor clave para la liberación de la Africa negra.
AMY GOODMAN: Noam, tenemos que hacer un corte y volveremos a esta conversación. Estamos conversando con Noam Chomsky, disidente político, lingüista y escritor de renombre mundial. Profesor Emérito en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Esto es Democracy Now! Estaremos de vuelta con el profesor Chomsky en un minuto. [Corte]
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, Democracynow.org, el informativo de guerra y paz, Soy Amy Goodman y éste es Juan González. Nuestro invitado es el profesor Noam Chomsky. Quiero pasar un fragmento del discurso del presidente Obama en una conferencia de prensa el miércoles, en Washington, D.C.
PRESIDENTE BARACK OBAMA: A largo plazo, tiene que reconocerse que Gaza no puede sostenerse estando cerrada al mundo y sin la capacidad de proveer oportunidades sociales, trabajos, crecimiento económico, a la población que vive allí, sobre todo dada la densidad de población que tiene, y lo joven que es. Vamos a tener que ver un cambio en el acceso a oportunidades para la gente de Gaza. No tengo ninguna simpatía por Hamas. Pero sí siento mucha simpatía por la gente común y corriente que está luchando dentro de Gaza.
AMY GOODMAN: Eso dijo el presidente Obama ayer. Noam Chomsky, ¿qué le responderías?
NOAM CHOMSKY: Bueno, como siempre, con todos los estados y todos los dirigentes políticos, hay que diferenciar entre retórica y acción. Cualquier dirigente político puede tener una retórica preciosa, incluso Hitler o Stalin, cualquiera. La pregunta es: ¿Y qué están haciendo? ¿Qué sugiere exactamente Obama o que está haciendo para lograr el objetivo de acabar con el sitio y el bloqueo de Israel a Gaza, apoyado por Estados Unidos, que es lo que ha llevado a esta situación? ¿Qué ha hecho en el pasado? ¿Qué propone hacer en el futuro? Hay cosas que el gobierno de Estados Unidos podría hacer de forma muy fácil. De nuevo, no quiero abusar de la analogía con Sudafrica, pero es una buena muestra. Y no es el único caso.
Lo mismo ocurrió, como recordarán, en el caso Indonesia-Timor Oriental. Cuando Estados Unidos, Clinton, finalmente dijo a los generales de Indonesia, "se acabó el juego", ellos se retiraron inmediatamente. El poder de Estados Unidos es sustancial. Y en el caso de Israel, es fundamental, porque Israel cuenta con el apoyo unilateral de Estados Unidos. Hay muchas cosas que Estados Unidos puede hacer para implementar lo que Obama dice. Y la cuestión es, de hecho, cuando Estados Unidos da órdenes, Israel obedece. Eso ha ocurrido una y otra vez. Y es completamente obvio el porqué, dadas las relaciones de poder. Así que hay cosas que se pueden hacer. Se hicieron algunas cosas en los gobiernos de Bush segundo, Clinton, Reagan, y Estados Unidos podría hacerlas de nuevo. Entonces sabremos si esas palabras fueron algo más que la típica retórica agradable.
JUAN GONZÁLEZ: Hablando de separar la retórica de los actos, Israel siempre ha dicho que ya no ocupa Gaza. Democracy Now! recientemente habló con Josué Hantman, un asesor de alto rango del embajador israelí en Estados Unidos y un ex portavoz del Ministerio de Defensa israelí. Hantman dijo texualmente que "Israel salió de la Franja de Gaza en 2005. Retiramos todos los asentamientos. Retiramos las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF, en inglés). Sacamos a 10.000 judíos de sus casas, como un paso para la paz, porque Israel quiere la paz y está extendiendo su mano para la paz". ¿Tu respuesta?
NOAM CHOMSKY: Bueno, varios puntos. En primer lugar, la ONU y todos los países del mundo, incluido Estados Unidos, consideran a Israel como el poder ocupante en Gaza, por una razón muy simple: ellos controlan todo. Controlan las fronteras, la tierra, el mar y el aire. Determinan qué puede entrar y salidr de Gaza. Determina cuántas calorías necesitan los niños de Gaza para mantenerse vivos, pero no para crecer bien. Eso es una ocupación, bajo el derecho internacional, y nadie lo pone en duda, por fuera de Israel. Incluso Estados Unidos está de acuerdo, su apoyo más recurrente. Eso— ya con eso, con eso terminamos la discusión sobre si es un poder ocupante o no. Y sobre querer la paz, miremos con cuidado ese llamado 'retiro'. Recalquemos que dejó a Israel como el poder ocupante.
En 2005, halcones israelíes, dirigidos por Ariel Sharon, un halcón muy pragmático, reconocieron que no tenía sentido que Israel dejara a miles de colonos en una Gaza devastada y tuviera a una gran parte del ejército israelí protegiéndolos, y muchos otros gastos al partir a Gaza en partes y eso. Eso no tenía sentido. Tenía mucho más sentido agrupar a todos esos colonos en sus asentamientos subsidiados en Gaza, donde estaban residiendo de forma ilegal, y mandarlos a asentamientos subsidiados en Cisjordania, en áreas que Israel espera ocupar —ilegalmente, por supuesto. Eso era más pragmático. Y había una forma muy fácil de hacerlo. Hubieran podido informarle a los colonos en Gaza que en agosto el ejército de Israel iba a retirarse, y así ellos habrían corrido a los buses que se les ofrecieron y se hubieran ido a los asentamientos ilegales en Cisjordania, y , por incidencia, en los Altos del Golán. Pero eso, querían que se convirtiera en una forma de 'trauma nacional'. Así que el trauma se construyó, como un teatro. Fue ridiculizado por especialistas en Israel, incluidos líderes de la sociología— Baruch Kimmerling se burló de eso. Y el trauma se creó porque, si usted llega a tener un hijo, fotos de ellos suplicándole a los soldados de Israel, "¡No destruya mi casa!" y el fondo dice 'Nunca más', Eso quiere decir 'Nunca más nos hagan mudarnos de sitio'. refiriéndose a Cisjordania principalmente. Fue un trauma nacional teatral. Lo que lo hacía como una farsa fue que era la repetición de lo que incluso la prensa israelí llamó 'El Trauma Nacional del 82', cuando interpretaron un trauma cuando tuvieron que retirarse de Yamit, la ciudad que ocuparon de forma ilegal en el Sinai.
Pero la ocupación se mantuvo. Ellos siguieron. Y voy a repetir lo que dijo Weissglass. Recordemos, que él era negociador con Estados Unidos, el confidente de Sharon. Dijo que el propósito de ese retiro era ponerle fin a las negociaciones sobre un Estado Palestino o sobre los derechos de los Palestinos. Eso lo terminaría. Esto lo congelaría, con apoyo de Estados Unidos. Y luego imponen una dieta en Gaza para mantenerlos sobreviviendo, pero no sanos, y en el encierro. Después de semanas de lo que se llamó el retiro, Israel intensificó sus ataques contra Gaza e impuso sanciones muy duras, apoyadas por Estados Unidos. La razón fue que hubo elecciones en Palestina, y salieron los del lado equivocado. Claro, Israel y Estados Unidos, por supuesto, aman a la democracia, pero solo si los resultados son los que ellos quieren. Estados Unidos e Israel instantaneamente impusieron sanciones. Los ataques de Israel, que nunca habían parado, aumentaron. Europa, vergonzosamente, también dejó que eso pasara. Luego Israel y Estados Unidos inmediatamente comenzaron a planear un golpe militar para derrocar el gobierno. Cuando Hamas se adelantó a ese golpe, los dos países se pusieron furiosos. Las sanciones y los ataques militares aumentaron. Y estamos en lo que discutimos antes: episodios esporádicos para 'cortar el césped'.
AMY GOODMAN: Noam sólo-, sólo tenemos un minuto.
NOAM CHOMSKY: Sí.
AMY GOODMAN:* Muy rápidamente, en este punto, los medios de Estados Unidos dice que el país se ha hecho a un lado, que ahora toda la negociación está en las manos de Egipto. ¿Qué debe ocurrir en este momento? El alto el fuego va a terminar en algunas horas, si no se amplía. ¿Qué tipo de tregua que se debe lograr aquí?
NOAM CHOMSKY: Bueno, para Israel, con el apoyo de Estados Unidos, esta situación es una situación en la que van a ganar, o van ganar. Si Hamas acepta extender el alto al fuego, Israel puede mantener su control policíaco como describí antes: tomando lo que quieran de Cisjordania, separándola de Gaza, mantener la dieta y así seguir. Si Hamas no acepta el alto al fuego, Netanyahu puede dar otro discurso como el que usted— ese discurso cínico que ustedes citaron antes. Lo único que puede cambiar esto es si Estados Unidos cambia su política, como lo han hecho en otros casos. Mencioné Sudáfrica, Timor. Y hay otros. Eso es decisivo. Y va a haber un cambio, que dependerá en gran medida de la política exterior de Estados Unidos. Durante 40 años, Estados Unidos ha apoyado de forma unilateral el rechazo de Israel al consenso internacional para encontrar una solución de dos estados.
AMY GOODMAN: Noam, tenemos que parar acá, pero vamos a continuar nuestra conversación después del show, y lo vamos a poner online en democracynow.org Noam Chomsky, disidente político de renombre mundial, lingüista y autor, profesor emérito en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).

Democracy Now
Traducido por Camila Osorio, Elia Gran, Veronica Gelman, Igor Moreno. Editado por Veronica Gelman, Clara Ibarra y Democracy Now! en Español

sábado, 6 de septiembre de 2014

Gaza: El partido comunista uruguayo se solidariza con... Israel




Hace unos días en Maldonado, hubo una “reunión de conciliación” entre el edil del “partido comunista uruguayo” Heber Núñez y el representante de la colectividad judía en Punta del Este, un tal Rolando Rosemblum.

En ese “encuentro conciliatorio” acordaron borrar de un muro una pintada que denunciaba al régimen terrorista de Israel por los ataques contra Palestina. Parece que la pintada molestó y ofendió a la colectividad sionista, y su jefe político y religioso actual, el empresario Rosemblum, se lo hizo saber al jefe político del “partido comunista de Maldonado”. Y la solicitud, el pedido o la exigencia fueron concedidas. Según la web del Comité Central Israelita del Uruguay, se eliminó la pintada en menos de 12 horas y el trabajo de limpieza fue realizado por el propio Partido Comunista. Aunque luego los jóvenes de la UJC desconocieron el acuerdo.
Y lo peor de todo, es quién es este fulano Rolando Rosemblum: es el hijo de Isidoro Rosemblum, también empresario que ESTAFARON hace unos años al Estado de Paraná en Brasil, con una evasión fiscal e impositiva que redondeo unos 80 millones de dólares. Ambos dos, el padre y el hijo Rosemblum “se fugaron del penal” en Brasil y “se refugiaron en Uruguay” para que no los encontraran (ni siquiera la Interpol logro dar con su paradero). Ahora ambos, son en Uruguay exitosos empresarios en Punta del Este y además, jerarcas de la colectividad judía en Maldonado
¡Quién lo diría! ¡Quién te ha visto y quién te ve! Ahora este Uruguay de las IMPUNIDADES a todo nivel (incluso las banqueras, financieras y demás delitos) pueden olvidarse y hasta convertirse en “cosas del pasado”. Ahora fulanos como los Rosemblum en Maldonado, concilian intereses con la nueva estrategia electorera y demagógica de nuevos comunoides uruguayos que negocian la solidaridad para con los Pueblos oprimidos, expoliados, explotados y hambreados del mundo.
Este parece ser el nuevo formato ideológico del partido comunista uruguayo, que integra el gobierno progresista y fraudeamplista actual. Ahora son tiempos de trepas, oportunistas, mercaderes y “mercachifles” (como los llamó José Artigas en su época de Revolución en la Banda Oriental), pequeña burguesía acomodada, casi la nueva casta comunoide que vive muy bien en este Uruguay “progresista”, que ocupa cargos y carguitos públicos con buenos sueldos y sin laburar.
Ahora con esta nueva estrategia comunoide actual, nada de solidaridad con Pueblos dominados y guerreados por el Imperialismo yanqui y sus aliados, socios o secuaces de turno. Nada de marxismo-leninismo, nada de REVOLUCIÓN, nada de izquierda verdadera y autentica. Más bien, nada de nada y mucho menos de ideología. Este es el Uruguay actual, el del progresismo, el del fraudeamplio con socios, secuaces y alianzas electoreras y demagógicas de turno. Es el Uruguay de las IMPUNIDADES varias y a varios niveles. Es el Uruguay de la “perestroika” a lo Gorbachov y de la “pereztroika” a lo Jaime Pérez y compañía en el pasado reciente.

¡VIVA PALESTINA LIBRE Y SOBERANA!

¡BASTA DE GENOCIDIO Y MASACRE EN LA FRANJA DE GAZA!

¡CONDENAMOS Y REPUDIAMOS LA MATANZA ORGANIZADA DEL GOBIERNO SIONISTA DE ISRAEL, SUS SOCIOS, ALIADOS Y SECUACES IMPERIALISTAS DE TURNO!

¡NO ES UNA GUERRA, ES UN GENOCIDIO!

Rodolfo Bisquiazzo

Tras las pistas de Althusser .Entrevista a Marta Harnecker de Nestor Kohan.




Su principal discípula (y traductora) latinoamericana recuerda a su maestro. ¿Cómo se gestó el libro colectivo «PARA LEER EL CAPITAL»? ¿Quiénes integraban la escuela de pensamiento de Althusser? ¿Cómo leían a Marx y al marxismo, a Freud, Lenin y Mao, a Spinoza y Hegel? ¿Ateísmo, materialismo o cristianismo? Su vínculo complejo con el PC Francés. La polémica China-Unión Soviética. ¿Humanismo práctico y antihumanismo teórico? ¿Por qué Althusser no incorpora el marxismo de Gramsci y del Che Guevara?

Noam Chomsky habla sobre la ofensiva israelí contra Gaza y el apoyo estadounidense a la ocupación.


Horrible. Sádico. Cruel. Asesino. Así es como Noam Chomsky describe los 29 días de ofensiva israelí sobre Gaza, que mató a casi 1.900 personas y dejó a casi 10.000 personas heridas. Chomsky ha escrito extensamente sobre el conflicto israelí-palestino. Después de la operación israelí de 2008-2009 conocida como «Plomo Fundido», escribió el libro "Gaza en crisis: Reflexiones sobre la guerra de Israel contra los palestinos", en coautoría con el académico israelí Ilan Pappé. Entre sus otros libros sobre el conflicto israelí-palestino, se pueden destacar: "¿Paz en oriente medio? Reflexiones sobre justicia y nacionalidad" y "El triángulo fatal: Estados Unidos, Israel y Palestina". Chomsky es un disidente político, lingüista y escritor de renombre mundial. También es profesor emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts, donde enseña hace más de 50 años.

Transcripción

JUAN GONZÁLEZ: Para ampliar la información sobre la crisis en Gaza nos vamos a Boston, desde donde nos acompaña Noam Chomsky, un disidente político, lingüista y escritor de renombre mundial. También es profesor emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts, donde enseña hace más de 50 años. Hace décadas viene escribiendo extensamente sobre el conflicto israelí-palestino.
AMY GOODMAN: Este mes se cumplen cuarenta años de la publicación del libro de Noam Chomsky "¿Paz en oriente medio? Reflexiones sobre justicia y nacionalidad". Otro de sus libros, "El triángulo fatal: Estados Unidos, Israel y Palestina", publicado en 1983, se considera una de las obras más contundentes sobre el conflicto israelí-palestino. El profesor Chomsky se comunica con nosotros desde Boston. Bienvenido de nuevo a Democracy Now!, Noam. En primer lugar, quisiera pedirte un comentario general, ya que no hemos hablado contigo durante esta ofensiva israelí en Gaza. ¿Que opinas sobre lo sucedido ahora?
NOAM CHOMSKY: Es una atrocidad horrible, sádica, cruel, asesina, llevada a cabo sin ningún pretexto creíble. Es otro de los ejercicios periódicos que hace Israel, que delicadamente denominan como "cortar el césped". Esto significa dispararles a los peces del estanque, para asegurarse de que los animales se queden quietos en la jaula que les has construido. Después viene un período de lo que se llama "alto el fuego", que significa que Hamas observa el alto al fuego, como Israel mismo reconoce, mientras Israel continúa violándolo. Luego eso se rompe por una escalada militar israelí. Hamas responde. Y ahí viene el momento de "cortar el césped". Éste, en muchos sentidos, es más sádico y cruel incluso que los anteriores.
JUAN GONZÁLEZ: ¿Y qué hay del pretexto que utiliza Israel para lanzar estos ataques? ¿Podrías hablarnos sobre eso y hasta que punto crees que es válido?
NOAM CHOMSKY: Según admiten altos funcionarios israelíes, Hamas ha respetado el último alto el fuego por 19 meses. El episodio anterior de "cortar el césped" fue en noviembre de 2012. Hubo un alto el fuego. Los términos de la negociación fueron que Hamas no dispararía misiles —lo que ellos llaman misiles— y que Israel actuaría para poner fin al bloqueo y dejaría de atacar en Gaza a los que ellos llaman milicianos. Hamas cumplió con el acuerdo. Israel lo admite.
En abril de este año sucedió algo que horrorizó al gobierno israelí: se llegó a un acuerdo de unidad entre Gaza y Cisjordania, entre Hamas y Fatah. Durante mucho tiempo, Israel ha intentado desesperadamente evitar que eso pase. Hay todo un contexto, que da cuenta de lo importante que es. Entonces, llegó el acuerdo de unidad. Israel se puso furioso. Y más aún se molestaron cuando EE.UU. lo respaldó de alguna manera, lo que es un gran golpe para ellos. Hicieron estragos en Cisjordania.
Lo que se utilizó como pretexto fue el brutal asesinato de tres colonos adolescentes. Primero se dijo que estaban vivos, a pesar de que se sabía que estaban muertos. Eso dio lugar a un enorme, ah y por supuesto, inmediatamente culparon a Hamas. Pero hasta ahora no presentaron ningún tipo de prueba, y de hecho, autoridades israelíes de alto rango señalaron de inmediato que los asesinos eran probablemente miembros de una especie de un clan díscolo que hay en Hebrón, el clan Qawasmeh, lo que al parecer resulta ser verdad. Este clan ha sido un dolor de cabeza para Hamas durante años. No respetan sus órdenes.
Pero de todos modos, eso dio lugar a esa incursión devastadora en Cisjordania, donde arrestaron a cientos de personas, y volvieron a arrestar a muchos que ya habían puesto en libertad, en su mayoría identificados con Hamas. Aumentaron los asesinatos. Y finalmente, vino la respuesta de Hamas: los llamados ataques con misiles. Y eso dio lugar a una nueva "cortada de césped".
AMY GOODMAN: Has dicho que Israel hace esto periódicamente, Noam Chomsky. ¿Por qué lo hacen?
NOAM CHOMSKY: Porque quieren mantener una cierta situación. Hay un contexto que lo explica. Por más de 20 años, Israel se ha esforzado, con el apoyo de Estados Unidos, por separar a Gaza de Cisjordania. Eso implica una violación directa del Acuerdo de Oslo, firmado hace 20 años, que estableció que Cisjordania y Gaza constituyen una entidad territorial única cuya integridad debe ser preservada. Pero para los estados canallas, los acuerdos solemnes no son un impedimento actuar a su antojo. Así que Israel, con apoyo de EEUU, se enfocó en mantenerlas separadas. Y tiene una buena razón para ello. Basta con mirar el mapa. Siendo Gaza es la única salida al mundo exterior de una entidad Palestina, cualquiera que sea, si Cisjordania está separada de Gaza, queda básicamente encerrada; tiene a Israel de un lado y a la dictadura de Jordania del otro.
Más aún, Israel viene expulsando sistemáticamente a los palestinos del valle del Jordán, destruyendo pozos, construyendo asentamientos. Primero delimitan allí zonas militares, luego establecen asentamientos; la historia de siempre. Eso significaría que los espacios que queden para los palestinos en Cisjordania, una vez que Israel tome lo que quiere y lo integre a Israel, estarían completamente encerrados. Gaza sería la salida al mundo exterior, de modo que mantenerlas separadas una de la otra es un importante objetivo político, tanto de la política estadounidense como de la israelí. Y el acuerdo de unidad amenazaba ese objetivo.
Y amenazaba otra cosa que Israel viene alegando hace años. Uno de sus argumentos para evadir entrar en negociaciones ha sido: ¿Cómo se puede negociar con los palestinos si están divididos? Bueno, está bien, entonces si se unen, ese argumento se cae. Pero el motivo más importante es lo geoestratégico, que es lo que mencionaba recién. Así que el gobierno de unidad era una amenaza real, lo mismo que el tibio, pero real, respaldo de Estados Unidos a éste. Y reaccionaron enseguida.
JUAN GONZÁLEZ: Noam, ¿qué piensas de la actitud de Israel de, como tú dices, buscar mantener el status quo y a la vez seguir alterando la realidad del territorio a través de la ampliación de los asentamientos. ¿Cómo interpretas que los sucesivos gobiernos de Estados Unidos, que oficialmente se opone a la expansión de los asentamientos, se nieguen persistentemente a llamarle la atención a Israel por este intento de expandirse en el territorio?
NOAM CHOMSKY: Bueno, tu expresión "oficialmente se opone" es bastante acertada. Podemos mirar, o sea, hay que distinguir entre la retórica de un gobierno y sus acciones. Y entre la retórica que usan los dirigentes políticos y sus acciones. Eso debería ser obvio. Poder ver cuán comprometido está EE.UU. con esta política es fácil. Por ejemplo, en febrero de 2011, el Consejo de Seguridad de la ONU evaluó una resolución que pedía, que llamaba a Israel a poner fin a la expansión de asentamientos. Tengamos en cuenta que la expansión de asentamientos no es realmente el problema. Son los asentamientos en sí mismos. Los asentamientos, el desarrollo de infraestructura, todo eso es una violación flagrante del derecho internacional. Eso ha sido determinado por el Consejo de Seguridad, por la Corte Internacional de Justicia. Prácticamente todos los países del mundo, fuera de Israel, reconocen esto. Esta era una resolución que llamaba al fin de la expansión de los asentamientos lo que se corresponde con la política oficial de Estados Unidos. ¿Y qué pasó? Obama vetó la resolución. Eso da a entender algo. Es más, la declaración oficial dirigida a Israel acerca de la expansión de los asentamientos va acompañada de algo que en lenguaje diplomático se denominaría un guiño, una indicación discreta de que no lo decimos en serio.
Así, por ejemplo, la última declaración de Obama condenando la reciente, como él la llama, violencia de las dos partes, fue acompañada por el envío de más ayuda militar a Israel. Bueno, ellos saben leer esas señales. Y eso ha sido así desde siempre. De hecho, cuando Obama llegó al gobierno, dio el discurso pertinente contra la expansión de los asentamientos. Y se le preguntó a su gobierno, a los voceros, en conferencias de prensa, les preguntaron si Obama iba a hacer algo al respecto, como el primer George Bush había hecho —sanciones moderadas— para frenar la expansión de los asentamientos. Y la respuesta fue: "No, esto es sólo un gesto simbólico". Bueno, eso le dice al gobierno de Israel exactamente lo que está sucediendo. Y de hecho, si se mira lo que sucede, cosa por cosa, la ayuda militar continúa, la ayuda económica continúa, la protección diplomática continúa, la protección ideológica continúa. Con esto quiero decir que se categorizan los problemas de tal manera que se ajusten a las demandas de Israel. Todo eso sigue sucediendo, acompañado por una especie de cacareo que dice: "Bueno, realmente no nos gusta lo que pasa, y no contribuye a la paz". Cualquier gobierno puede entender las señales.
AMY GOODMAN: Quiero que escuchemos al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que habló ayer con periodistas extranjeros. Primer Ministro Benjamin Netanyahu: Israel aceptó y Hamas rechazó la propuesta que hizo Egipto el 15 de julio para un alto el fuego. Y quiero que sepan que en ese momento el conflicto había cobrado unas 185 vidas. Recién el lunes en la noche Hamas aceptó esa misma propuesta, que entró en efecto ayer en la mañana. Eso significa que el 90%, el 90% del total de las muertes ocurridas se hubiera podido evitar si Hamas no hubiera rechazado en ese momento el alto al fuego que ahora sí acepta. Hamas tiene que rendir cuentas por la trágica pérdida de vidas.
AMY GOODMAN: Noam Chomsky, ¿qué le responderías al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu?
NOAM CHOMSKY: [inaudible] hay una respuesta corta y una respuesta larga. La respuesta corta es que, por supuesto, como bien lo sabe Netanyahu, esa propuesta de alto el fuego fue negociada entre la dictadura militar de Egipto e Israel, dos gobiernos muy hostiles a Hamas. Ni siquiera se le comunicó a Hamas directamente. Ellos se enteraron a través de las redes sociales, y eso los enfureció, naturalmente. Y dijeron que no aceptarían la propuesta en esos términos. Pero bueno, esa es la respuesta corta.
La respuesta larga es que el 100% de las víctimas, de la destrucción y la devastación, y todo lo demás, se hubiera podido evitar si Israel hubiera respetado el acuerdo de alto al fuego después de, desde Noviembre de 2012, en vez de violar constantemente el acuerdo, y luego intensificar la violencia, —de la forma que he señalado— buscando frenar el gobierno de unidad y persistir en su política, sus políticas de apoderarse de las áreas que quieren de Cisjordania y mantenerla separada de Gaza. Así como mantener a Gaza en lo que llaman una 'dieta', según el famoso comentario de Dov Weissglass. Este es el hombre que negoció el retiro israelí de 2005, y señaló que el propósito de ese retiro era poner fin a la discusión sobre algún tipo de acuerdo político y bloquear cualquier posibilidad de creación de un Estado Palestino. Y que mientras tanto, los habitantes de Gaza ses a dieta, lo que significaba permitira la entrada de alimentos con apenas las calorías suficientes para que no se murieran todos —porque eso sería muy malo para la ya decadente reputación de Israel— pero que no tuvieran acceso a más que eso. Y con su proclamada capacidad técnica, Israel, los expertos israelíes, calcularon exactamente cuántas calorías se necesitaban para mantener a la gente de Gaza en una dieta, en un estado de sitio, con las exportaciones bloqueadas, con las importaciones bloqueadas. Los pescadores no pueden salir a pescar. Los buques de guerra los llevan de nuevo a la costa.
La gente palestina tiene prohibido el ingreso a una gran parte, probablemente más de un tercio, o quizás más, de la tierra cultivable de Gaza. Se le llama "barrera". Esa es la norma. Esa es la dieta. Los quieren mantener así, separados de Cisjordania, y continuar con el proyecto que ya están implementando, de apoderarse -podría dar los detalles, pero no es algo desconocido— de apoderarse de las partes de Cisjordania que Israel quiere, que ya está incorporando a Israel, y que probablemente al final termine anexándolas de algún modo, mientras siga contanto con el apoyo de Estados Unidos, mientras se sigan trabando los esfuerzos internacionales para llegar a un acuerdo político.
JUAN GONZÁLEZ: Noam. Tras lo ocurrido durante este mes, y con todas estas imágenes de la masacre en Gaza difundidas en el mundo, ¿qué impacto consideras que ha tenido esto en la relación, ya muy distante, entre el gobierno de Estados Unidos y el mundo árabe y musulmán? Me refiero especialmente a todos los jóvenes musulmanes y árabes del mundo que tal vez no habían estado expuestos a atrocidades anteriores del conflicto palestino-israelí.
NOAM CHOMSKY: Bueno, en primer lugar, tenemos que distinguir entre las poblaciones de países musulmanes y árabes, y sus gobiernos; hay una notable diferencia. Los gobiernos son en su mayoría dictaduras. Y cuando se lee en la prensa que los árabes nos apoyan en esto y lo otro, lo que se quiere decir es que los dictadores nos apoyan, no las poblaciones. Las dictaduras apoyan moderadamente lo que EE.UU. e Israel están haciendo. Eso incluye la dictadura militar de Egipto, que es muy brutal, la dictadura de Arabia Saudita. Arabia Saudita es el aliado más cercano de Estados Unidos en la región, y es el Estado fundamentalista islámico más radical del mundo. Arabia Saudí está propagando sus doctrinas wahabí-salafistas en todo el mundo, doctrinas fundamentalistas y extremistas. Es el aliado principal de Estados Unidos hace años, como antes lo fue de Gran Bretaña. Ambas potencias han tendido a preferir el Islam radical al peligro del nacionalismo secular y la democracia. Y ellos apoyan bastante, no les gusta Hamas, lo odian. No tienen ningún interés en los palestinos. Tienen que decir ciertas cosas para tratar de apaciguar a sus poblaciones, pero, de nuevo, la retórica y la acción son cosas diferentes.
Así que las dictaduras no están horrorizadas por lo que está pasando. Probablemente están celebrándolo en silencio. Las poblaciones, por supuesto, son muy diferentes, pero esto ha sido siempre así. Por ejemplo, poco antes de las manifestaciones de la Plaza Tahrir en Egipto, que derrocaron a la dictadura de Mubarak, hubo encuestas internacionales realizadas en Estados Unidos por las principales empresas de encuestas, que mostraron muy claramente que alrededor del 80% de la gente en Egipto consideraba que las principales amenazas para ellos eran Israel y Estados Unidos. Y, de hecho, la condena a Estados Unidos y sus políticas era tan extrema que, a pesar de que no les gusta Irán, una mayoría manifestó que sentía que la región estaría más segura si Irán tuviera armas nucleares.
Bueno, si nos fijamos en las encuestas de los últimos años, más o menos varían en torno a opiniones de este tipo. Pero eso es a nivel de las poblaciones. Y, por supuesto, a las poblaciones musulmanas de otros lugares tampoco les gusta. Pero no sólo a las poblaciones musulmanas. Por ejemplo, en Londres hubo una manifestación recientemente en la que participaron cientos de miles de personas, una manifestación enorme en protesta por las atrocidades israelíes en Gaza. Y eso también está pasando en otras partes del mundo. Vale la pena recordar que, un par de décadas atras, Israel era uno de los países más admirados del mundo. Ahora es uno de los países más temidos y despreciados del mundo. A los propagandistas israelíes les gusta decir que, bueno, es antisemitismo. Pero si bien puede haber un elemento antisemita, que es suave, es a causa de las acciones israelíes. El rechazo es a las políticas.
Y mientras Israel persista en estas políticas, eso es lo que va a pasar. En realidad, esto ha sido muy claro desde principios de la década de 1970. De hecho, yo vengo escribiendo sobre ello desde entonces, pero es algo tan obvio, que yo no creo tener ningún mérito por eso. En 1971, Israel tomó una decisión crucial, la más fatídica de su historia, yo creo. El presidente Sadat de Egipto ofreció a Israel un tratado de paz pleno, a cambio de la retirada de Israel del Sinaí egipcio. En ese momento había un gobierno laborista, el llamado gobierno laborista moderado. Consideraron la oferta y la rechazaron. Planeaban llevar a cabo extensos programas de desarrollo en el Sinaí, construir una enorme ciudad en el Mediterráneo, decenas de asentamientos, kibutzim, y otras grandes obras de infraestructura, desplazando decenas de miles de beduinos de esas tierras, destruyendo sus pueblos y todo eso. Esos eran los planes, y estaban comenzando a ponerlos en práctica.
Así que Israel tomó la decisión de elegir la expansión por encima de la seguridad. Un tratado con Egipto habría significado seguridad. Es la única fuerza militar significativa del mundo árabe. Y esa ha sido la política desde entonces. Cuando se sostiene una política que pone a la represión y la expansión por encima de la seguridad, van a pasar cosas. El país sufrirá una degeneración moral. Habrá una creciente oposición, indignación y hostilidad desde poblaciones de otros países. Podrán continuar recibiendo el apoyo de las dictaduras y del gobierno estadounidense, pero vas a perder el apoyo de las poblaciones. Y eso tiene consecuencias. Se podía predecir; de hecho, yo y otros lo predijimos en los años 70. Citándome a mí mismo: "quienes se consideran partidarios de Israel son en realidad partidarios de su degeneración moral, aislamiento internacional, y, muy posiblemente, su destrucción final".
Eso es lo que; bueno, es lo que está pasando. No es el único ejemplo en la historia. Se establecen muchas analogías con Sudáfrica, la mayoría de ellas bastante dudosas, en mi opinión. Pero hay una analogía que creo que es bastante realista, de la que no se habla mucho. Pero debería tenerse presente. En 1958, el gobierno nacionalista de Sudáfrica, que fue el que impuso el duro régimen del apartheid, reconoció que se estaba quedando aislado internacionalmente. Sabemos, por documentos desclasificados, que en 1958 el ministro de Relaciones Exteriores de Sudáfrica se reunió con el embajador estadounidense. Y tenemos la conversación que tuvieron. Él básicamente le dijo: "Mira, nos estamos convirtiendo en un estado paria. Estamos perdiendo, todos van a votar en contra de nosotros en las Naciones Unidas. Nos estamos quedando aislados. Pero realmente no nos importa, porque la única voz que cuenta es la de ustedes. Mientras ustedes nos apoyen, realmente no nos importa lo que piense el resto del mundo".
No fue una mala apreciación. Si nos fijamos en lo que sucedió años después, la oposición al apartheid sudafricano creció y se extendió. Hubo un embargo de armas de la ONU. Se implementaron sanciones. Se realizaron boicots. La oposición era tan fuerte en la década de 1980, que incluso el Congreso de Estados Unidos aprobó algunas sanciones, que el presidente Reagan tuvo que vetar. Reagan fue el último partidario del régimen del apartheid. El Congreso de hecho restableció las sanciones tras su veto, y luego él las violó. Todavía en 1988, el gobierno de Reagan, el último reducto, declaró que el Congreso Nacional Africano, el partido de Mandela, era uno de los grupos terroristas más infames del mundo. Para poder mantener el apoyo de EE.UU. a Sudáfrica. También apoyaba al grupo terrorista UNITA de Angola. Finalmente, incluso Estados Unidos se unió al resto del mundo, y el régimen del apartheid se derrumbó rapidamente.
Pero eso no es algo totalmente análogo al caso de Israel. Hubo otras razones para la caída del apartheid, dos razones cruciales. Una de ellas fue que se llegó a un acuerdo que era aceptable para Sudáfrica y para las empresas internacionales. Un acuerdo simple: mantener el sistema socioeconómico y permitir— hablando metafóricamente— permitir que haya algunas caras negras en las limusinas. Ese fue el acuerdo, y eso fue lo que se implementó, aunque no completamente. No hay un acuerdo comparable entre Israel-Palestina. Pero otro elemento crucial, del que no se habla, es Cuba. Cuba envió fuerzas militares y cientos de miles de trabajadores técnicos, doctores y maestros, entre otros, y sacaron a los agresores sudafricanos de Angola, y los obligaron a abandonar su ocupación ilegal de Namibia. Pero sobre todo, como de hecho lo señaló Nelson Mandela cuando salió de la cárcel, los soldados cubanos, que por cierto eran soldados negros, destrozaron el mito del súper hombre blanco invencible. Eso tuvo un efecto muy significativo tanto en la Africa negra como en la Sudáfrica blanca. Le indicó al gobierno y la población de Sudáfrica que no iban a ser capaces de imponer su deseo de un sistema de apoyo regional, al menos no silenciosamente, que les permitiría continuar sus operaciones dentro de Sudáfrica y sus actos terroristas en el extranjero. Y eso fue un factor clave para la liberación de la Africa negra.
AMY GOODMAN: Noam, tenemos que hacer un corte y volveremos a esta conversación. Estamos conversando con Noam Chomsky, disidente político, lingüista y escritor de renombre mundial. Profesor Emérito en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Esto es Democracy Now! Estaremos de vuelta con el profesor Chomsky en un minuto. [Corte]
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, Democracynow.org, el informativo de guerra y paz, Soy Amy Goodman y éste es Juan González. Nuestro invitado es el profesor Noam Chomsky. Quiero pasar un fragmento del discurso del presidente Obama en una conferencia de prensa el miércoles, en Washington, D.C.
PRESIDENTE BARACK OBAMA: A largo plazo, tiene que reconocerse que Gaza no puede sostenerse estando cerrada al mundo y sin la capacidad de proveer oportunidades sociales, trabajos, crecimiento económico, a la población que vive allí, sobre todo dada la densidad de población que tiene, y lo joven que es. Vamos a tener que ver un cambio en el acceso a oportunidades para la gente de Gaza. No tengo ninguna simpatía por Hamas. Pero sí siento mucha simpatía por la gente común y corriente que está luchando dentro de Gaza.
AMY GOODMAN: Eso dijo el presidente Obama ayer. Noam Chomsky, ¿qué le responderías?
NOAM CHOMSKY: Bueno, como siempre, con todos los estados y todos los dirigentes políticos, hay que diferenciar entre retórica y acción. Cualquier dirigente político puede tener una retórica preciosa, incluso Hitler o Stalin, cualquiera. La pregunta es: ¿Y qué están haciendo? ¿Qué sugiere exactamente Obama o que está haciendo para lograr el objetivo de acabar con el sitio y el bloqueo de Israel a Gaza, apoyado por Estados Unidos, que es lo que ha llevado a esta situación? ¿Qué ha hecho en el pasado? ¿Qué propone hacer en el futuro? Hay cosas que el gobierno de Estados Unidos podría hacer de forma muy fácil. De nuevo, no quiero abusar de la analogía con Sudafrica, pero es una buena muestra. Y no es el único caso.
Lo mismo ocurrió, como recordarán, en el caso Indonesia-Timor Oriental. Cuando Estados Unidos, Clinton, finalmente dijo a los generales de Indonesia, "se acabó el juego", ellos se retiraron inmediatamente. El poder de Estados Unidos es sustancial. Y en el caso de Israel, es fundamental, porque Israel cuenta con el apoyo unilateral de Estados Unidos. Hay muchas cosas que Estados Unidos puede hacer para implementar lo que Obama dice. Y la cuestión es, de hecho, cuando Estados Unidos da órdenes, Israel obedece. Eso ha ocurrido una y otra vez. Y es completamente obvio el porqué, dadas las relaciones de poder. Así que hay cosas que se pueden hacer. Se hicieron algunas cosas en los gobiernos de Bush segundo, Clinton, Reagan, y Estados Unidos podría hacerlas de nuevo. Entonces sabremos si esas palabras fueron algo más que la típica retórica agradable.
JUAN GONZÁLEZ: Hablando de separar la retórica de los actos, Israel siempre ha dicho que ya no ocupa Gaza. Democracy Now! recientemente habló con Josué Hantman, un asesor de alto rango del embajador israelí en Estados Unidos y un ex portavoz del Ministerio de Defensa israelí. Hantman dijo texualmente que "Israel salió de la Franja de Gaza en 2005. Retiramos todos los asentamientos. Retiramos las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF, en inglés). Sacamos a 10.000 judíos de sus casas, como un paso para la paz, porque Israel quiere la paz y está extendiendo su mano para la paz". ¿Tu respuesta?
NOAM CHOMSKY: Bueno, varios puntos. En primer lugar, la ONU y todos los países del mundo, incluido Estados Unidos, consideran a Israel como el poder ocupante en Gaza, por una razón muy simple: ellos controlan todo. Controlan las fronteras, la tierra, el mar y el aire. Determinan qué puede entrar y salidr de Gaza. Determina cuántas calorías necesitan los niños de Gaza para mantenerse vivos, pero no para crecer bien. Eso es una ocupación, bajo el derecho internacional, y nadie lo pone en duda, por fuera de Israel. Incluso Estados Unidos está de acuerdo, su apoyo más recurrente. Eso— ya con eso, con eso terminamos la discusión sobre si es un poder ocupante o no. Y sobre querer la paz, miremos con cuidado ese llamado 'retiro'. Recalquemos que dejó a Israel como el poder ocupante.
En 2005, halcones israelíes, dirigidos por Ariel Sharon, un halcón muy pragmático, reconocieron que no tenía sentido que Israel dejara a miles de colonos en una Gaza devastada y tuviera a una gran parte del ejército israelí protegiéndolos, y muchos otros gastos al partir a Gaza en partes y eso. Eso no tenía sentido. Tenía mucho más sentido agrupar a todos esos colonos en sus asentamientos subsidiados en Gaza, donde estaban residiendo de forma ilegal, y mandarlos a asentamientos subsidiados en Cisjordania, en áreas que Israel espera ocupar —ilegalmente, por supuesto. Eso era más pragmático. Y había una forma muy fácil de hacerlo. Hubieran podido informarle a los colonos en Gaza que en agosto el ejército de Israel iba a retirarse, y así ellos habrían corrido a los buses que se les ofrecieron y se hubieran ido a los asentamientos ilegales en Cisjordania, y , por incidencia, en los Altos del Golán. Pero eso, querían que se convirtiera en una forma de 'trauma nacional'. Así que el trauma se construyó, como un teatro. Fue ridiculizado por especialistas en Israel, incluidos líderes de la sociología— Baruch Kimmerling se burló de eso. Y el trauma se creó porque, si usted llega a tener un hijo, fotos de ellos suplicándole a los soldados de Israel, "¡No destruya mi casa!" y el fondo dice 'Nunca más', Eso quiere decir 'Nunca más nos hagan mudarnos de sitio'. refiriéndose a Cisjordania principalmente. Fue un trauma nacional teatral. Lo que lo hacía como una farsa fue que era la repetición de lo que incluso la prensa israelí llamó 'El Trauma Nacional del 82', cuando interpretaron un trauma cuando tuvieron que retirarse de Yamit, la ciudad que ocuparon de forma ilegal en el Sinai.
Pero la ocupación se mantuvo. Ellos siguieron. Y voy a repetir lo que dijo Weissglass. Recordemos, que él era negociador con Estados Unidos, el confidente de Sharon. Dijo que el propósito de ese retiro era ponerle fin a las negociaciones sobre un Estado Palestino o sobre los derechos de los Palestinos. Eso lo terminaría. Esto lo congelaría, con apoyo de Estados Unidos. Y luego imponen una dieta en Gaza para mantenerlos sobreviviendo, pero no sanos, y en el encierro. Después de semanas de lo que se llamó el retiro, Israel intensificó sus ataques contra Gaza e impuso sanciones muy duras, apoyadas por Estados Unidos. La razón fue que hubo elecciones en Palestina, y salieron los del lado equivocado. Claro, Israel y Estados Unidos, por supuesto, aman a la democracia, pero solo si los resultados son los que ellos quieren. Estados Unidos e Israel instantaneamente impusieron sanciones. Los ataques de Israel, que nunca habían parado, aumentaron. Europa, vergonzosamente, también dejó que eso pasara. Luego Israel y Estados Unidos inmediatamente comenzaron a planear un golpe militar para derrocar el gobierno. Cuando Hamas se adelantó a ese golpe, los dos países se pusieron furiosos. Las sanciones y los ataques militares aumentaron. Y estamos en lo que discutimos antes: episodios esporádicos para 'cortar el césped'.
AMY GOODMAN: Noam sólo-, sólo tenemos un minuto.
NOAM CHOMSKY: Sí.
AMY GOODMAN:* Muy rápidamente, en este punto, los medios de Estados Unidos dice que el país se ha hecho a un lado, que ahora toda la negociación está en las manos de Egipto. ¿Qué debe ocurrir en este momento? El alto el fuego va a terminar en algunas horas, si no se amplía. ¿Qué tipo de tregua que se debe lograr aquí?
NOAM CHOMSKY: Bueno, para Israel, con el apoyo de Estados Unidos, esta situación es una situación en la que van a ganar, o van ganar. Si Hamas acepta extender el alto al fuego, Israel puede mantener su control policíaco como describí antes: tomando lo que quieran de Cisjordania, separándola de Gaza, mantener la dieta y así seguir. Si Hamas no acepta el alto al fuego, Netanyahu puede dar otro discurso como el que usted— ese discurso cínico que ustedes citaron antes. Lo único que puede cambiar esto es si Estados Unidos cambia su política, como lo han hecho en otros casos. Mencioné Sudáfrica, Timor. Y hay otros. Eso es decisivo. Y va a haber un cambio, que dependerá en gran medida de la política exterior de Estados Unidos. Durante 40 años, Estados Unidos ha apoyado de forma unilateral el rechazo de Israel al consenso internacional para encontrar una solución de dos estados.
AMY GOODMAN: Noam, tenemos que parar acá, pero vamos a continuar nuestra conversación después del show, y lo vamos a poner online en democracynow.org Noam Chomsky, disidente político de renombre mundial, lingüista y autor, profesor emérito en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).

Democracy Now
Traducido por Camila Osorio, Elia Gran, Veronica Gelman, Igor Moreno. Editado por Veronica Gelman, Clara Ibarra y Democracy Now! en Español