martes, 24 de julio de 2007
Marx, Engels y Lenin: ¿método?, ¿guía para la acción?
Dr. Jesús Pastor García Brigos. Instituto de Filosofía.
Como ha señalado Raúl Castro, la construcción socialista es un "viaje a lo ignoto". Pero como la propia obra de Raúl muestra, es un viaje, en el cual hay que tener el norte muy claro y una brújula bien precisa.
Y es imposible identificar el norte, y encontrar la brújula precisa que nos guíe hacia él sin extravíos, si se ignoran las ideas de Marx, Engels y Lenin. Pero es imprescindible atender a sus ideas y a su obra como un todo, consecuentes ante todo con la propia obra de estos gigantes.
Marx y Engels no elaboraron una teoría acabada. Ni siquiera en lo que se plantearon como objetivos inmediatos tuvieron tiempo de culminar la obra, como lo refleja el propio esfuerzo de Marx por revisar "el sistema de la economía burguesa", y como señala el destacado profesor canadiense Michael Lebowitz, concebir "adecuadamente investigado el capitalismo" solo luego de haber terminado seis libros dedicados al capital, la propiedad de la tierra, el trabajo asalariado, el Estado, el comercio internacional y el mercado mundial.1
Mucho menos podemos hablar de una teoría acabada del socialismo o el comunismo, o tan siquiera de la revolución comunista, de las vías y modos de llevar adelante la transformación que adelantaron como consecuencia inevitable e indispensable del desarrollo humano analizado por ellos hasta el capitalismo del siglo xix.
Y no era solo un problema de tiempo para trabajar en la teoría.
Se trata esencialmente de que eran científicos. Y en primer lugar, el concepto de "teoría científica acabada" es quizás lo menos científico que uno pueda imaginar, sobre todo tratándose del estudio de los procesos sociales. Pero, sobre todo, porque como cien-tíficos consecuentes sabían perfectamente hasta donde podían pronunciarse con rigor acerca de algo que no existía en la practica.
En la obra de Marx, Engels y Lenin encontramos un sistema teórico coherente, en el sentido más estricto de la palabra. Pero a la vez, en un sentido totalmente diferente.2
Y aquí nos encontramos con el "nodo" metodológico que une y diferencia la obra de Marx y Engels de la de Vladimir Ilich: la política como actividad.
Con una labor de teorización estrechamente vinculada a la práctica transformadora revolucionaria cotidiana, a las luchas sociales concretas, Marx y Engels elaboran conceptos y teoría en general para la política, desde un enfoque esencialmente filosófico.3
Pero, mucho más que eso, llegan a la necesidad de la política, a fundamentar su papel en la sociedad y en especial en la práctica revolucionaria, y de un nuevo enfoque de la política, desde la universalidad de un nuevo escalón del pensamiento filosófico; llegan a la elaboración política desde la generalidad y la universalidad filosóficas, desde la necesaria ruptura asumida con un modo de ver el mundo y la respuesta necesaria a sentar los nuevos fundamentos para transformar lo existente y entrar en una nueva etapa del desarrollo social; son filósofos haciendo política, economía, sociología, ética, estética...; filósofos trabajando muy vinculados a la práctica política de las condiciones concretas de su momento histórico, teorizando para la política como esfera integradora en general, y su papel en particular en la transformación revolucionaria de nuevo tipo cuya necesidad adelantaron y fundamentaron.
El papel fundacional de la obra de Marx y Engels como revo-lucionarios está dado por su contenido, que resulta de un método y es a la vez su núcleo indispensable, contrario a la reducción solo al "método" que frecuentemente nos encontramos. Y ello determina la proyección de su producción teórica, la universalidad de la misma.
Lenin, "su genial discípulo" como lo calificara Fidel Castro en la clausura del V Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo celebrado en La Habana en febrero de 2003, no es menos filosófico que Marx y Engels en el alcance de sus enfoques y conclusiones, como a veces se pretende presentar para demeritarlo. Pero vive un momento histórico y en unas condiciones concretas específicas, que le dan otras posibilidades y le plantean otras demandas.
Lenin lleva adelante la ruptura cosmovisiva fundamento de una práctica diferente, que iniciaron Marx y Engels, mediante la actuación en una de las potenciales líneas del desarrollo histórico objetivo: la toma del poder político en un país, para abrir la brecha en el sistema de dominación del capital, en busca del inicio de la revolución socialista mundial.
Es ante todo un político haciendo teoría para la práctica, desde la política cotidiana; es un políticoconsecuentemente materialista dialéctico, que hace filosofía en su labor política cotidiana y en su teorizar sobre ella, cuya tarea inmediata es transformar la realidad específica de la cual es parte activa inalienable. Y que lamentablemente vio trunca su existencia prematuramente,4 impidiendo la plena germinación de toda la riqueza de pensamiento en alcance y universalidad, que se anunciaba en una obra teórica aplazada en gran medida, pero presente en unapráctica cotidiana con un norte bien identificado en la transformación comunista como proceso de nuevo tipo5 y con la brújula precisa del más consecuente enfoque dialéctico-materialista de una cotidianeidad histórico-concreta.
Por esto Marx y Engels junto con Lenin, son dos pilares del hito que marca un punto muy especial en el largo camino de la humanidad en busca de "escribir su propia historia".
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1 Esta idea de Marx se expresa en su "Contribución a la Critica de la Economía Política", y en cartas a Lassalle (22 de febrero de 1858), Engels (2 de abril de 58) y Joseph Weydemeyer (1 de febrero de 1859), como destaca Michael Lebowitz en su libro Beyond Capital, Marx´s Political Economy of the Working Class, St. Martin´s Press, New York, 1992, p. 12..
2 En la obra de István Meszároz "On Marx´s alienation" (tercera parte) el autor presenta en relación con este tema importantes reflexiones acerca del carácter sistémico de las elaboraciones teóricas de Marx, aplicables a toda su obra, argumentando la afirmación de que estamos ante "...un sistema en el mejor sentido del término.. no menos riguroso que cualquiera de los de sus predecesores, incluido Hegel"... pero, a diferencia de ellos estamos ante un sistema que "permanece abierto". Este análisis es importante, a la hora de tomar una parte de la obra de Marx, para comprenderla en toda su profundidad por ser parte de un todo, y a la hora de analizar su devenir, para poder apreciarla adecuadamente en la continuidad del desarrollo de toda la producción.
3 El enfoque filosófico marca toda la obra de estos pensadores. Particularmente en Marx, del cual es muestra fehaciente lo que resulta cuando decide profundizar en las matemáticas para avanzar en su estudio del capitalismo, en específico de las crisis. Al adentrarse en los laberintos del cálculo diferencial e integral, y encontrar aspectos a su modo de ver poco desarrollados en los materiales a su disposición en Inglaterra, se dio a la tarea de fundamentar los conceptos de límite y de diferencial, legándonos unos trabajos lamentablemente poco conocidos acerca de estos elementos claves de las matemáticas, con resultados obtenidos a partir de razonamientos puramente filosóficos.
4 Y, más que eso: prácticamente pudo trabajar a plenitud después de la toma del poder solo hasta inicios de 1921, apenas los tres años de tareas esencialmente destructivas del viejo régimen y defensivas en el terreno de las armas.
5 Lenin entraba a una nueva época que plantearía requerimientos superiores al sistema teórico, con la etapa imperialista del capitalismo, y, sobre todo, con la ruptura en el proceso de transformación comunista que significaba el inicio de la transformación en un país individualmente, uno de los más atrasados de su época.
Fidel Castro marca indiscutiblemente un nuevo momento en este sentido.
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