miércoles, 13 de diciembre de 2023

Israel extiende sus operaciones criminales al sur de Gaza


Pocos días después del fin de la tregua que culminó el viernes 1°, Israel inició operaciones militares terrestres en el sur de la Franja de Gaza, especialmente en la ciudad de Khan Younis, una de las más importantes del enclave costero. Con ello, la ofensiva genocida ingresó en una nueva etapa. 
 Los ataques en el sur plantean un agravamiento dramático de la situación humanitaria, ya que en dicha zona se hacinan más de dos millones de personas, tras la orden de evacuación israelí y los bombardeos constantes en el norte. Así, ya no queda punto cardinal ni paraje seguro en Gaza: cualquier lugar, sea escuela, hospital, campamento de refugiados, o incluso una ambulancia, es blanco potencial de las fuerzas israelíes. Más de 18 mil palestinos han muerto, en su mayoría mujeres y menores de edad. Las enfermedades infecciosas se han diseminado como consecuencia de la falta de agua potable que impone el bloqueo.
 Esta ofensiva criminal cuenta con el aval del imperialismo yanqui, que acaba de entregar 14 mil proyectiles para los tanques Merkava que usan las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI), y que, además, el viernes 8 bloqueó una resolución en demanda de un cese al fuego del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Unos días más tarde, votó en contra de una resolución no vinculante aprobada por la asamblea general de la ONU que demanda un cese al fuego, presentada por Egipto (Argentina se abstuvo). 
 Las recientes declaraciones de Biden cuestionando los “bombardeos indiscriminados” son de una enorme hipocresía, si se tiene en cuenta que las FDI emplean bombas norteamericanas con capacidad de destruir edificios enteros, que se siguieron entregando aun después del 7 de octubre. Biden cuestionó también lo que sería “el gobierno más conservador de la historia de Israel”, un dardo a la coalición que ungió a Benjamin Netanyahu como primer ministro (Likud, ultraortodoxos, Poder Judío, Partido Sionista Religioso), y lo llamó a “reforzar y cambiar” su administración, pero no dijo que desde el inicio de las operaciones se conformó un “gobierno de unidad nacional” que incluye a algunos elementos “moderados”, desde la óptica de la Casa Blanca, como Benny Gantz (comandante de las tropas que atacaron Gaza en 2014). Estos sectores también están alineados en la masacre contra el pueblo palestino. 
 Las mayores divergencias entre Netanyahu y Washington se concentran en el futuro del enclave, según reconoció el líder israelí. Netanyahu rechaza que la Autoridad Palestina (AP) pueda hacerse cargo de su control administrativo, en caso de una derrota de Hamas, y no descarta la reocupación territorial, mientras que Washington alienta el desembarco de la AP, a la que estima como un factor de contención frente a la radicalización popular que imponen los propios crímenes del sionismo. El ministro de Exteriores de Jordania, Ayman Safadi, advirtió recientemente que “Israel ha creado una cantidad de odio que perseguirá a esta región y definirá a las generaciones venideras, así que está dañando a su propio pueblo tanto como al resto de la región”.
 El creciente rechazo internacional a la masacre de las fuerzas israelíes, que se siente en la población norteamericana, explica también que Biden haya advertido a Netanyahu que la ofensiva está perdiendo respaldo a nivel global. Algunos medios señalan, incluso, que la imagen del propio mandatario estadounidense ha caído como fruto de su apoyo a Tel Aviv. 

 Las operaciones 

Las tropas israelíes efectúan operaciones tanto en el norte como en el sur, aunque aún no controlan enteramente la ciudad de Gaza, Jabaliya (que alberga el mayor campo de refugiados de la Franja) ni Khan Younis. Un canal de televisión israelí informó que Netanyahu habría transmitido a Biden que “el ejército necesita entre tres y cuatro semanas más” solo en la última ciudad mencionada (El País, 10/12). Desde el primer momento había anticipado que la invasión sería “larga y difícil”. 
 Como parte de la ofensiva mortífera, las FDI aseguran haber abatido a 7 mil milicianos de Hamas, lo cual es imposible de certificar, especialmente porque Tel Aviv no tiene mayor rigor a la hora de definir a los integrantes de esa organización, pero que, incluso de ser cierto, equivaldría aproximadamente a un tercio de sus miembros; y afirma haber neutralizado buena parte de su red de túneles. También aseguran que se están rindiendo unidades de la resistencia. 
 En tanto, admiten 425 bajas y 1.593 heridos, y una fallida operación de rescate de rehenes, lo cual indica, a pesar de la absoluta desproporción militar entre los bandos, que el avance israelí es tortuoso, no avasallador. El miércoles 13, con casi diez soldados caídos en una emboscada, habría sido el peor día para el ejército israelí. La agencia turca AA (12/12) señala, además, que al menos 20 soldados israelíes murieron como fruto de “fuego amigo”, que se atribuye a la saturación de efectivos en ciertos terrenos, la duración de los combates y el cansancio. 
 Jordania, que reconoce al Estado de Israel, acaba de alertar que “hay un esfuerzo sistemático para vaciar Gaza de su gente”. Algo similar ya había planteado Egipto. La devastación del enclave costero plantea la cuestión de un desplazamiento masivo de su población hacia estos países. La ofensiva sionista tiene un carácter desestabilizador, tendiendo a romper los precarios equilibrios regionales. 

 Paro general 

Este lunes 11 se llevó a cabo una jornada de paro general y movilizaciones en Cisjordania y Jerusalén Este que repudió el genocidio israelí en Gaza. La convocatoria partió de una coalición llamada Fuerzas Nacionales e Islámicas (National and Islamic Forces, en inglés), que incluye a Fatah (el partido que dirige la Autoridad Palestina), Hamas, la Jihad Islámica, el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y el Frente Democrático para la Liberación Palestina (FDLP), entre otras organizaciones. 
 Hubo cierre de comercios, escuelas y oficinas de gobierno. En Hebrón, Ramallah y otras localidades hubo manifestaciones, con familias enteras que se volcaron a las calles. Vale señalar que 260 palestinos han sido asesinados en esta región desde el 7 de octubre, ya sea en redadas del ejército israelí o en ataques de bandas de colonos armados.
 La huelga en los territorios palestinos se inscribe en una respuesta internacional contra el genocidio, que ha incluido protestas en los campus universitarios estadounidenses, movilizaciones multitudinarias como las de Londres y el mundo árabe, y acciones obreras como los bloqueos en el Reino Unido sobre fábricas de armamento que abastecen a Israel. 
 Extendamos la solidaridad con el pueblo palestino. Abajo el genocidio. Por una Palestina única, laica y socialista.

 Gustavo Montenegro

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