lunes, 14 de octubre de 2019
Lenín Moreno derogó el paquetazo del FMI tras 12 días de movilizaciones
Tras 12 días de movilizaciones callejeras y una violenta represión, el Gobierno de Lenín Moreno anunció la derogación del decreto de aumento de los combustibles y una mesa de diálogo con las direcciones indígenas para negociar un nuevo decreto.
Las calles de Quito se inundaron de manifestantes festejando en la noche del domingo tras el anuncio por cadena nacional de la derogación del decreto 883 ordenado por el FMI, que eliminaba los subsidios a los combustibles, duplicando los precios de la gasolina. El acuerdo, del que participaron las direcciones del movimiento indígena, supone redactar un nuevo decreto del que no se definieron detalles.
Tras 12 días de movilizaciones callejeras, que enfrentaron el estado de sitio y una represión brutal que dejó al menos 7 muertos y cientos de heridos y detenidos, el Gobierno se reunió este domingo con las direcciones de los movimientos indígenas para establecer una mesa de diálogo que fue televisada en directo.
Luego de dos horas de cuarto intermedio, y con la mediación de la ONU y la Conferencia Episcopal, se anunció el acuerdo al que se había llegado entre el Gobierno y las direcciones de los movimientos indígenas, con la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) a la cabeza.
No se dieron detalles de cómo sería el nuevo decreto que el Gobierno diseñará con las direcciones indígenas, pero éstas le garantizaron una paz social inmediata
El acuerdo fue leído por el representante de la ONU: "Como resultado del diálogo se establece un nuevo decreto que deja sin efecto el decreto 883, para lo cual se instala una comisión que elaborará uno nuevo". La comisión estará integrada por miembros del Gobierno y las direcciones indígenas, y a cambio estas últimas se comprometieron a suspender las movilizaciones en todo el país.
Tras una primera ronda de intervenciones de parte del Gobierno y las direcciones indígenas, en las que no se había llegado a un acuerdo, se pasó a un cuarto intermedio de dos horas en las que ambas partes llegaron a esta resolución a puertas cerradas.
El apuro por llegar a un acuerdo tenía que ver con el inicio, el mismo sábado, de movilizaciones más espontaneas en los barrios pobres de Quito, que no respondían directamente a la dirección de la CONAIE
En esa primera ronda, el Gobierno se mostró reacio a aceptar derogar el decreto e insistió en que los subsidios al combustible solo beneficiaban a los narcotraficantes y especuladores, y que las movilizaciones violentas estaban digitadas por el expresidente Rafael Correa. Los dirigentes indígenas también apuntaron a Correa pero insistieron en que la única forma de establecer una comisión para debatir un nuevo decreto sería la derogatoria del 883.
Más que intransigencia de las direcciones indígenas, la posición parecía responder a la necesidad de no aparecer por cadena nacional, ante sus bases y los miles que se movilizaron, entregando todo después de casi dos semanas de intensa lucha.
El sábado, la dirección de la CONAIE había aceptado por primera vez sentarse a negociar con el Lenín Moreno, dejando la puerta abierta a una modificación del decreto. Aceptaba la mesa de diálogo aunque el Gobierno no había liberado a los presos, echado a los ministros responsables de la represión, ni eliminado el estado de excepción, todas demandas del movimientos.
El apuro por avanzar en un acuerdo para "reestablecer la paz", tenía que ver con el inicio, el mismo sábado, de movilizaciones más espontaneas en los barrios pobres de Quito, donde se comenzaron a levantar barricadas para enfrentar a la policía, y que no respondían directamente a la dirección de la CONAIE (que había hegemonizado la protesta toda la semana previa). En esas barricadas se empezó a escuchar cada vez más fuerte la demanda de "fuera Moreno", que las direcciones indígenas se habían negado a levantar por considerarla "correista"; al mismo tiempo que se vieron muestras de apoyo en otras ciudades, incluyendo Guayaquil.
Durante la mesa de diálogo de este domingo, quién dejó más clara esta preocupación de que las manifestaciones se les fueran de las manos, fue Leonidas Iza, presidente de Movimiento Indígena de Cotopaxi, que dijo "me parece irresponsable creer que esto es un acto vandálico de la gente o de los correistas. No estamos viendo bien. Nosotros mismos nos sorprendemos con la cantidad de gente. No creo que Correa en este momento tenga la capacidad de mover aquello".
En el acuerdo final no se menciona nada sobre la responsabilidad del Gobierno en la brutal represión de la última semana y media, sobre los muertos y heridos, como así tampoco sobre la renuncia de la Ministra de Gobierno y el Ministro de Defensa, que eran exigencia de los manifestantes. A su vez no se dieron detalles de cómo sería el nuevo decreto que el Gobierno diseñará con las direcciones indígenas, que sí le garantizaron una paz social inmediata al ordenar a sus bases suspender las movilizaciones en todos los territorios.
Aunque muy golpeado por tener que suspender el decreto, Moreno logró con esta mesa de diálogo mantenerse en el poder a pesar de la brutal represión que descargó sobre el pueblo de Ecuador.
El FMI va a seguir exigiendo nuevos ajustes, e insistirá con las reformas laboral y tributaria. Sin embargo, y a pesar del rol jugado por la dirección de la CONAIE, la enorme lucha de las bases indígenas y campesinas, junto a la de los jóvenes, trabajadores y pobres de las ciudades se convirtió en una enorme muestra de cómo enfrentar los ajustes y ataques del FMI en todo el continente.
Juan Andrés Gallardo
@juanagallardo1
Lunes 14 de octubre | 00:30
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