lunes, 31 de mayo de 2021

A 60 años del asesinato del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo

Luego de más de 31 años en el poder, el 30 de mayo de 1961 sería asesinado el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo. Luego de ser más que un aliado, un estandarte de la política imperialista de Estados Unidos en la región, Trujillo sería asesinado por un complot dentro de sus propios servicios de inteligencia, junto a sectores de la burguesía nacional apoyados por la CIA. 
 La figura del dictador norteamericano es fundamental para comprender la historia de nuestro continente en el siglo XX, un siglo atravesado por guerras y revoluciones. Su nombre fue conocida por muches a partir de grandes obras literarias, como La Fiesta del Chivo y Tiempos Recios de Mario Vargas Llosa o En el Tiempo de las Mariposas, de Julia Alvárez. La resistencia del pueblo dominicano contra su dictadura, siendo las hermanas Mirabal unas de las figuras más destacadas y conocidas, estará fuertemente atravesada por la lucha anti-imperialista que atravesó a la región, teniendo a la Revolución Cubana de 1959 como su punto más alto. 

 Estados Unidos y su control semicolonial 

Al igual que el conjunto de Centroamérica, República Dominicana estuvo históricamente atravesada por la opresión imperialista norteamericana. El imperialismo yanqui forzó en 1905 a la firma de la convención Dominico Americana en 1905, muy similar a la enmienda de Platt firmada entre Estados Unidos y Cuba. Esta establecía, entre otras cosas, que la política aduanera dominicana debería estar aprobada por el congreso de los EEUU. Al mismo tiempo, el país caribeño estaba impedido tanto de emitir moneda como de pedir deuda sin la aprobación norteamericana. 
 La soberanía de la República Dominicana, que mantenía un carácter puramente formal, se vio interrumpida del todo en el año 1916, donde en el marco de las tropas de los Estados Unidos avanzaron en una ocupación directa del territorio. La ocupación, que se mantuvo hasta el año 1924, tuvo como uno de sus principales efectos, además de la profundización del control norteamericano de los recursos naturales del país, principalmente el azúcar, el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas dominicanas, fuertemente tuteladas por los servicios de inteligencia norteamericanos. Como resultado de esta ocupación, se crearía la Policía Nacional Dominicana, que profesionalizó las actividades de espionaje y control sobre la población civil y dónde Trujillo haría sus primeros pasos hasta ponerse al frente de la misma. 
 Una vez terminada la ocupación directa de las FFAA norteamericanas, en el año 1924, sería elegido como presidente de la República Horacio Vázquez. Ese mismo año, Vázquez nombraría a Trujillo como el Jefe de las FFAA. La presidencia de Vázquez, al igual que el conjunto de los gobiernos de la región, estuvo atravesado por un fuerte tutelaje norteamericano, resguardando los intereses de las inversiones estadounidenses y garantizando el saqueo de los recursos naturales dominicanos al servicio de las necesidades imperialistas de los Estados Unidos. 

 Crisis de Wall Street y golpe de Estado 

La crisis de Wall Street tuvo en la República Dominicana efectos similares a los sufridos por nuestro país y el conjunto de los países del continente. Una abrupta caída del precio de los commodities, que trajo consigo una fuerte caída del PBI como el resultado de una balanza comercial muy desfavorable. La desocupación y la miseria, crecieron a niveles desorbitantes. El descontento social generado, trajo consigo que el imperialismo norteamericano vea al régimen democrática bajo la presidencia de Vázquez como un verdadero peligro a la estabilidad y la garantía de sus intereses en la región, observando con buenos ojos el surgimiento de dictaduras afines. 
 A partir de esto, los servicios de inteligencia norteamericanos no actuaron en defensa de su aliado Vázquez, sino que apoyaron el alzamiento liderado por un sector de las Fuerzas Armadas dominicanas el 23 de febrero de 1930. Trujillo, jefe del ejército, desoyó las indicaciones presidenciales de sofocar el golpe, uniéndose rápidamente. Luego de una disputa interna entre los distintos dirigentes del golpe, se impuso la dirección de Trujillo, que mediante una política de represión y persecución a sus opositores, se impuso cómodamente en las elecciones de mayo de ese año, asumiendo la presidencia formalmente en agosto. 

 El régimen trujillista

 La sociedad dominicana era abrumadoramente campesina. Ni la débil burguesía nacional, ni la muy pequeña clase obrera jugaron un papel de resistencia contra el golpe. Visto como un garante del orden y de defensa de los intereses norteamericanos y de las familias tradicionales del país, el golpe pasó sin mayores resistencias. La oposición al régimen fue fácilmente sofocada por Trujillo en sus primeros años, quién supo sortear también dos intentos de atentado contra su vida en los años 1934 y 1935. Estos no tuvieron un apoyo masivo, sino que fueron llevados adelante por algunos sectores de productores o pequeños propietarios de negocios, afines al régimen anterior.
 Con el apoyo de Estados Unidos, Trujillo estableció un régimen de poder personal, en el que él y su camarilla de allegados pasaron a controlar el conjunto del aparato estatal. Es conocido que muchas veces allegados al dictador caían en desgracia por alguna sospecha de Trujillo, siendo removidos del cargo, dando lugar a una pelea feroz por los cargos en el que Trujillo arbitraba, utilizado también para ejercer un mayor control para con sus funcionarios. La persecución, encarcelamiento y tortura de opositores era moneda corriente en la vida dominicana bajo Trujillo. 
 Al mismo tiempo, reivindicando un nacionalismo que entendía a la Republica Dominicana como heredera de la tradición española y católica, a los cuales se le endilgaba un papel civilizador, la dictadura de Trujillo llevó adelante una verdadera política de segregación racial, en particular con los inmigrantes haitianos, a los que de manera progresiva se le fue restringiendo el ingreso al país. Esta política tuvo su pico en 1937 a partir de la masacre llevada adelante por el ejército dominicano, acompañado por bandas fascistas de estudiantes que ese año asesinaron por ordenes de Trujillo a más de 10.000 haitianos residentes en Republica Dominicana. Intentando presentarlo como la acción de campesinos enojados, el ejército buscó encubrir su accionar utilizando machetes y herramientas cortantes, ejercitando niveles de violencia brutales. Este verdadero genocidio generó una enorme repercusión en Haití, donde a través de enormes huelgas y movilizaciones, se acusaba al presidente haitiano de connivencia con el régimen Trujillista, forzándolo a iniciar una campaña internacional exigiendo justicia. Sin embargo, y a pesar del eco mediático tuvo, la enorme pauta publicitaria que pagó Trujillo en los principales diarios norteamericanos y de la región, como así también el apoyo del gobierno norteamericano, le permitieron pasar la crisis sin grandes consecuencias, pagando una módica suma a modo de compensación a las familias de las víctimas. 
 La mayoría de los historiadores coincide en señalar que Trujillo modernizó tanto al Estado como a la capacidad productiva de su país. Sosteniendo a las inversiones norteamericanas, Trujillo avanzó hacia un aumento de la productividad del azúcar y otros productos de exportación. Una vez iniciada la Segunda Guerra Mundial, República Dominicana asistió tardíamente al proceso en el que muchos de sus pares latinoamericanos se había adentrado unos años antes: la industrialización por sustitución de importaciones. Esto dio lugar a un nuevo desarrollo del país desarrollando a la clase obrera, así también como una creciente burguesía local, que entraron en contradicciones y choques con el tutelaje y la absorción del excedente llevado adelante por el régimen trujillista. 
 Este proceso, estuvo caracterizado por niveles de violencia y explotación que le han permitido a muchos historiadores caracterizarlo como la versión dominicana de la acumulación originaria del capital. La proletarización forzosa de miles de campesinos a partir de la expulsión o ventas forzosas de sus tierras fue llevada adelante a través de la intimidación o en muchísimos casos mediante el encarcelamiento o asesinato. El proceso del país caribeño, tuvo un fuerte tutelaje estatal, que por las características del régimen, engrosaban el poder a la vez que el patrimonio del propio Trujillo. Al igual que otros países de desarrollo capitalista tardío, en el caso dominicano la excesiva apropiación del excedente por parte del Estado, y la camarilla gobernante de Trujillo y sus familiares y allegados, fue tanto un factor de desarrollo en sus primeros años, como a su vez un factor determinante en su descomposición final, en el que la incipiente burguesía, como a su vez el imperialismo norteamericano empezaba a ver con irritación el peso del Estado en la producción y en la apropiación de la riqueza social del país que estos sectores buscaban acaparar. 

 La resistencia obrera y estudiantil 

Un primer foco de resistencia dentro del movimiento estudiantil se vio en la intervención de las universidades impulsada por Trujillo, que terminaba con la autonomía universitaria en los primeros años de su gobierno. Sin embargo, el mayor alcance de la resistencia y organización de la clase obrera y los estudiantes se vería durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, algo impulsado a partir de la industrialización que empezó a dar forma a una clase obrera creciente.
 Además de la influencia ejercida por los miles de inmigrantes españoles, quienes después de haber peleado en el bando republicano se escaparon de la dictadura Franquista, los niveles de explotación sufridos en las fábricas, como así también las condiciones habitacionales en las ciudades, empezarían a generar un malestar dentro de la clase obrera que empezaba a dar sus primeros pasos para organizarse. Este proceso estuvo acompañado por el intento de Trujillo de mostrar su régimen como uno más democrático, dieron pie a la legalización de organizaciones independientes al Partido Único Dominicano. Así, en el año 1943, se aprueba la ley de autonomía sindical, luego de la gran huelga del año 42, dentro de la que se destaca la huelga de les trabajadores azucareros. En el año 1944 sesionará el V Congreso Obrero de la central sindical dominicana, aunque lejos estuvo de reflejar una autonomía frente al gobierno. Mediante un fuerte control, Trujillo a través de la burocracia sindical ligada al Partido Dominicano se aseguró de que este tenga dentro de una de sus resoluciones la defensa incondicional del gobierno de Trujillo. Sin embargo, el proceso abierto por la huelga del año 42, tendría un nuevo capítulo en el año 1946, donde nuevamente tuvieron lugar toda una serie de huelgas, que empezaban a mostrar un contenido político además de lo meramente reivindicativo.
 Ya unos años antes, en el año 1939, un grupo de exiliados en Cuba, formaron el Partido Revolucionario Dominicano. Con un programa democrático, rechazaban el levantamiento armado como método de insurrección. Unos años después, e influenciados por los movimientos antiimperialistas de la región, surgiría el Partido Democrático Revolucionario Dominicano, con un contenido más izquierdista. Bajo la comprensión de que el inminente triunfo de los aliados, y una mayor influencia de la URSS, la dictadura de Trujillo estaría al caer. Defendiendo la estrategia estalinista del frente popular, el PDRD tendría como uno de sus principales puntos de desarrollo en su pata juvenil: la Juventud Revolucionaria. Sin limitarse al movimiento estudiantil, donde rápidamente logró una fuerte adhesión, este también creció al interior de las barriadas obreras, reclutando muchos jóvenes a sus filas. Este grupo, formado por residentes dominicanos, militó clandestinamente hasta el año 45, donde decidieron hacer su primer actividad pública: Una volanteada en Santo Domingo. La respuesta del régimen no se hizo esperar: gran parte de sus participantes fueron detenides, siendo algunes asesinades y otros forzades al exilio. La organización se disolvería 
 En 1945, y como resultado de un acercamiento a la URSS, sería legalizado el Partido Comunista Dominicano. Al igual que su par cubano con el gobierno de Batista, este resolvió integrar el gobierno de Trujillo, pasando a llamarse Partido Socialista Popular. Sin embargo, el viraje del gobierno norteamericano a partir de la doctrina Truman y el inicio de la Guerra Fría, implicó a su vez un viraje con sus gobiernos satélites en la región. De esa manera, Trujillo ya no debía posar ninguna apertura democrática sino que volvería a llevar adelante su régimen dictatorial sin ningún atenuante, prohibiendo el PSP y deteniendo a la mayoría de sus militantes en el año 1947.

 Guardián anti-comunista de la región 

A partir de 1947, Trujillo pasaría a tener un papel central en la política anti-comunista impulsada por el imperialismo norteamericano. De esa manera, los servicios de inteligencia y las Fuerzas Armadas Dominicanas asistirían a una fuerte profesionalización, con cursos de entrenamiento en Estados Unidos y España. La «democracia» yanqui y la dictadura de Franco tenían el objetivo común de coordinar la contención de los procesos revolucionarios que empezaban a desarrollarse en la región. El contenido nacionalista y anti-imperialista de muchos de estos empezaban a confluir cada vez más con los planteos marxistas, algo visto con preocupación por el imperialismo norteamericano, reforzando su apoyo a las dictaduras de la región como la mayor garantía frente a la amenaza comunista. 
 Trujillo, y el Servicio de Inteligencia Militar, bajo el mando de Johnny Abbes García, fueron actores fundamentales de la región durante la década de los 50. Fueron una fuerza de apoyo a los regímenes de Batista o Somoza en Cuba y Nicaragua, estos fueron a la vez claves para organizar el golpe de Estado a Jacobo Arbenz en Guatemala. El caso de Arbenz constituía un mensaje claro para la región: cualquier proceso nacionalista, por más limitado que sea el choque que este tenga con los intereses norteamericanos, sería tildado como una amenaza soviética, sustituyéndolos rápidamente por regímenes militares. La coordinación del SIM con la CIA en la región puso a Trujillo como uno de los principales aliados de Estados Unidos en el continente. Esto fue premiado por Estados Unidos en el año 1955 a través de una gran gira llevada adelante por su vice presidente Richard Nixon, quién llenó de elogios al dictador y su régimen El poder de Trujillo a partir de este apoyo era tal, que actuaba como un subordinador de los gobiernos militares de la región, como fue el caso de Castillo de Armas en Guatemala, asesinado por el SIM en el año 1957, luego de que muestre señales de autonomía frente a Trujillo. 

 Revolución Cubana y descomposición del régimen 

El proceso revolucionario cubano iba a hacer que el imperialismo norteamericano tenga un nuevo viraje en su estrategia de contención de los procesos revolucionarios en la región. Luego de apoyar material y militarmente a todas las dictaduras centroamericanas, el inminente triunfo de la Revolución Cubana, hizo que en 1958 el gobierno norteamericano le retire su apoyo a Batista. A su vez, estos entendían que Trujillo debía dar un paso al costado para evitar “una nueva Cuba”. Mientras que en 1958, el gobierno norteamericano retiraba su apoyo al dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez, aliado de Trujillo, para apoyar el gobierno democrático de Betancourt, Trujillo se negaba a correr la misma suerte. Además de rechazar renunciar, este exigía que el gobierno norteamericano quite su apoyo al gobierno venezolano, llegando a planear un atentado hacia el presidente venezolano ese mismo año, aunque sin éxito. 
 Mientras el imperialismo empezaba a soltar la mano a Trujillo, el eco de la Revolución Cubana se hacía sentir. Inspirado por el Movimiento 26 de julio se crearía en Republica Dominicana el Movimiento 14 de junio. Apoyados por los guerrilleros cubanos, estos planearon una invasión al país para el 14 de junio de 1959, para crear un foco insurreccional en el país. El foco fue fácilmente aplastado, pero la pelea contra Trujillo avanzó con procesos de lucha y organización de miles de jóvenes y trabajadores. La organización que más adhesión ganó fue el propio movimiento 14 de junio, en el que participarán las hermanas Mirabal, donde Minerva será una de sus principales dirigentes. 
 El malestar sentido entre las clases populares, empezaba a hacerse eco en la burguesía dominicana, los sectores terratenientes y los propios funcionarios del gobierno. El peso excesivo que Trujillo tenía en la economía dominicana, antes visto como un garante del desarrollo empezaba a sentirse cada vez más como un factor de freno a los intereses norteamericanos y a la incipiente burguesía dominicana. La radicalización del proceso cubano hizo que el gobierno norteamericano viera a la dictadura de Trujillo como un mal menor, limitando su apoyo a la conspiración en su contra. 

 Asesinato y transición

 El asesinato de las hermanas Mirabal el 25 de noviembre de 1960 había convulsionado al país y la región. El presidente Balaguer, puesto a dedo por Trujillo empezaba a notar los ánimos caldeados del país y a intentar negociar con Estados Unidos a espaldas de Trujillo. 
A pesar de los intentos contrainsurgentes de Trujillo y el jefe del SIM Johnny Abbes García, este iba a ser asesinado el 30 de mayo de 1961. A pesar de la fuerte persecución llevada adelante por García y Ramfis Trujillo, hijo del dictador, la muerte de Trujillo impidió una continuidad de este sector en el gobierno. El apoyo de Kennedy a Balaguer, sumado al levantamiento de las fuerzas de aviación el 19 de noviembre de 1961, conocido como la Rebelión de los Pilotos, forzó a Ramfis y Abbes García a abandonar el país. El proceso abierto en el 1962, con la asunción de Bosch en febrero de 1963, sería nuevamente interrumpido por un golpe en septiembre de ese mismo año. Las leves reformas que este quiso introducir fueron vistos por la Iglesia Católica, la burguesía dominicana y el imperialismo norteamericano como una amenaza, culminando un breve experimento «democrático» impulsado por Estados Unidos en 1964 con una invasión directa de más de 42.000 soldados norteamericanos. 

 Maco Alonso

domingo, 30 de mayo de 2021

Un mes de rebelión popular en Colombia


El 28 de mayo, a un mes desde el inicio del paro nacional y la rebelión popular colombiana, nuevas movilizaciones de masas sacudieron el país. La rebelión colombiana, por su extensión en el tiempo, por su desarrollo a escala nacional, por su combatividad, por no conformarse con la caída de una serie de reformas reaccionarias y con la caída de un puñado de ministros, y por su clarividencia en cuestionar al conjunto del régimen imperante, representa el proceso más importante y más álgido de la lucha de clases en América Latina. 
 En el transcurso de este mes, se han erigido miles de bloqueos de rutas en todo el país, sostenidos por trabajadores, jóvenes, campesinos e indígenas y en todo el país florecen las asambleas y cabildos populares. Como consecuencia de los bloqueos, según una encuesta realizada por las cámaras de comercio, de las 13 mil compañías consultadas, el 22% de ellas debió paralizar sus operaciones y el 53% opera con menos de la mitad de su capacidad instalada (El País de Cali, 27/5). En Bogotá, las masas organizadas han rebautizado el Portal de las Américas como el Portal de la Resistencia, del mismo modo que el pueblo chileno rebautizó la Plaza Baquedano como la Plaza de Dignidad. El Portal de la Resistencia se ha constituido como un centro de organización popular y, también al igual que en Chile, ha surgido una “primera línea” compuesta mayoritariamente por jóvenes precarizados, desocupados o estudiantes, que le hacen frente a la criminal represión del gobierno de Duque para permitir que las masas se manifiesten. En Medellín, principalmente en los barrios periféricos, se han llevado a cabo cacerolazos, marchas de antorchas y tomas culturales, como expresiones de lucha contra el gobierno y el régimen (Colombia Informa, 18/5).
 En el Valle del Cauca, epicentro de la rebelión, se mantiene bloqueado el puerto de Buenaventura, el único puerto colombiano de salida al Pacífico. Desde el comienzo de la rebelión, como consecuencia de los bloqueos, se mantienen también paralizados numerosos ingenios del Valle y las fábricas cementeras y papeleras (El País de Cali, ídem) ubicadas en Yumbo. En Cali, la capital del Valle del Cauca, los “puntos de resistencia” en Siloé, La Portada, Meléndez, Puerto resistencia, Puerto Madera, Paso del Comercio, Puente de los Mil Días, Sameco, Loma de la Cruz y La Luna, se han constituido como centros de organización, de donde han surgido la “primera línea” y se han organizado centro de atención médica en comisarías ocupadas por las masas sublevadas. 
 En su mes de desarrollo, la rebelión colombiana logró voltear la reforma tributaria regresiva y la reforma sanitaria privatista, y se llevó puestos al ministro de Hacienda, a la ministra de Relaciones exteriores, al jefe de la policía de Cali y en esta última semana al Comisionado de Paz, Miguel Ceballos, nada menos que el hombre puesto por el gobierno para negociar con el Comité Nacional de Paro. 

 Más represión que “diálogo” 

El “diálogo” impulsado por el gobierno de Iván Duque con el Comité Nacional de Paro se encuentra empantanado y se ha revelado estéril. Es que el gobierno reclama, para proseguir con la negociación, el levantamiento de los bloqueos. Se hace eco, de esta manera, de un resonante lobby patronal que exige el fin de los cortes para poder retomar el ciclo de producción y comercialización. Sin embargo, el CNP no tiene la autoridad ni la capacidad para levantar esos bloqueos -ya que las masas en lucha no lo reconocen como la dirección política de la rebelión.
 Por su parte, el CNP -que rechaza desenvolver y profundizar la lucha hasta que caiga Duque- le reclama al gobierno “garantías democráticas” para que se pueda expresar la manifestación popular. Pero el gobierno volvió a responderle sin ambages. Pues el viernes 28, Duque lanzó una nueva represión criminal, que en Cali se cobró la vida de siete manifestantes, y emitió un decreto habilitando la intervención militar en todo el Valle del Cauca y en otros seis departamentos. Se trata de la declaración disfrazada de una suerte de “estado de conmoción interior”, la figura constitucional que habilita al gobierno a suspender cargos de gobernantes regionales, restringir manifestaciones, asumir el control de los medios de comunicación y realizar inspecciones a domicilios sin orden judicial previa.
 Es claro que el gobierno se ha volcado a intentar apagar la rebelión dando vía libre a una mayor represión. Pretende avanzar con el desalojo de los bloqueos e instaurar un clima de terror con los militares patrullando las calles, en connivencia con las bandas paramilitares, y ocultando las verdaderas cifras de personas desaparecidas. En una rueda de prensa realizada por las organizaciones de derechos humanos el viernes 28 se denunció que de las 59 muertes registradas al momento, 32 fueron homicidios cometidos por las fuerzas de seguridad y 27 por paramilitares (Contagio Radio, 28/5). A eso, se le suma una larga lista de heridos, de víctimas de violencia sexual, y más de 2.000 detenidos. Finalmente, las organizaciones de DDHH estiman que hay 346 personas desaparecidas, contra las 129 que reconoce la Fiscalía. 
 La resonancia de la rebelión colombiana y la intensa campaña desenvuelta por distintas organizaciones en numerosos países -denunciando la brutal represión estatal y particularmente el alto número de desaparecidos y víctimas fatales- ha tenido un fuerte impacto en la opinión pública internacional. La vicepresidente de Colombia, Marta Lucía Ramírez, recientemente electa como la nueva ministra de Relaciones exteriores, viajó a EEUU la semana pasada, en busca de un renovado respaldo del imperialismo yanqui al gobierno colombiano. Allí, el imperialismo “demócrata”, le sugirió a la vicepresidenta Ramírez que guarde las formas y acepte la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos –aunque no sin antes limpiar el “desorden”. 

 Crisis soberana 

La caída de la reforma tributaria, el proyecto de ley que desató la rebelión popular, significó un tiro en la línea de flotación del plan económico del gobierno. Pues de la mano de ese proyecto ley, ideado por el FMI, el gobierno de Duque pretendía revertir el déficit fiscal y cumplir con el enorme paquete de vencimientos de la deuda pública colombiana. Si al naufragio de la reforma tributaria le sumamos las concesiones sociales que Duque se vio forzado a realizar, el cuadro fiscal se torna completamente crítico. Porque aunque los anuncios sociales sean absolutamente insuficientes, lo cierto es que el gobierno ha debido aumentar al gasto público en momentos donde, por el contrario, pretendía avanzar en un aumento de la recaudación, en base al bolsillo popular, y ajustar el gasto. 
 Como consecuencia de este descalabro, el nuevo ministro de Hacienda José Manuel Restrepo se anoticiaba, a menos de 24 horas de haber asumido oficialmente, que Standard & Poor’s le bajaba el índice de calificación de riesgo de inversión a Colombia. La noticia significa que se encarecerán los costos de endeudamiento del Estado y los capitales colombianos. Esto, en momentos donde el Estado deberá financiar un déficit que se prevé que superará el 8,6% del PBI en 2021 y la deuda pública ya asciende al 60,4% del PBI (Infobae, 22/5). Es por eso que el gobierno mantiene en agenda su objetivo de imponer una reforma tributaria, aunque en esta oportunidad pretenda realizarla logrando un “consenso” con la oposición. 
 De conjunto, vuelve a quedar en evidencia la incompatibilidad de un gobierno fondomonetarista y de un Estado servil a los intereses del capital financiero internacional con la satisfacción de las reivindicaciones más acuciantes y elementales de las masas. 

 Dos políticas 

En el campo de los que apoyan las movilizaciones y se oponen al gobierno de Duque y al uribismo, han quedado sobre el tapete dos políticas antagónicas. 
 De un lado, la de quienes rechazan desenvolver hasta el final la rebelión popular hasta que caiga el gobierno. En esa orientación se anotan el candidato presidencial centroizquierdista Gustavo Petro y la dirección del Comité Nacional Paro. Gustavo Petro ha llamado a levantar los bloqueos, que se han constituido en un bastión clave y fundamental de la rebelión popular. Ha emprendido reuniones y entrevistas con el empresariado, para dar señales de confianza a la burguesía y al imperialismo y perfilarse como el futuro presidente electo de Colombia. Al igual que Lula en Brasil, que Daniel Jadue en Chile o que Pedro Castillo en Perú, se anota como la figura centroizquierdista capaz de canalizar el descontento popular por las vías institucionales en los marcos del régimen. La dirección del CNP tributa a esa línea estratégica. 
 Del otro lado se ubican los que apuestan por el pleno desarrollo de la rebelión y por el impulso de una Asamblea o Encuentro nacional, con el objetivo de echar ahora mismo al gobierno de Duque y abrir paso a una reorganización de Colombia sobre nuevas bases. La caída de Duque no solo significaría un terremoto político para Colombia y toda América Latina, sería también un golpe extraordinario al imperialismo yanqui, que tiene en Colombia a un enclave fundamental. Luchar a fondo por esta última orientación, plantea la defensa de los bloqueos y el impulso de la huelga general. La concreción de un congreso, asamblea o encuentro nacional serviría para superar a la dirección del CNP, centralizando y profundizando la lucha, y para desarrollar un programa. En Colombia, un programa no se puede limitar a un pliego de reivindicaciones sociales y democráticas inmediatas, debe articularse con todo un plan económico y político bajo la dirección de los trabajadores, indígenas y campesinos, donde el no pago de la deuda y la ruptura con el imperialismo, por ejemplo, deberían ocupar un lugar importante. 
 Las organizaciones sociales e indígenas y los amplísimos sectores de las masas que luchan por la caída de Duque, carecen de un mayor nivel de organización y de un programa acabado. Abordar ese problema debe apuntar a poner en pie un partido obrero, socialista y revolucionario, algo que por el momento se encuentra ausente en Colombia. 

 Pablo Giachello

El nuevo paquete de medidas anunciado por Biden


Estados Unidos se prepara para una transición convulsiva.

 Los anuncios de Biden, con motivo de la inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso, llamaron la atención de la prensa internacional, quien puso de relieve que nos encontrábamos ante la agenda más ambiciosa en la historia moderna de Estados Unidos. Hay quienes señalan que hay que remontarse al primer mandato de Franklin Roosevelt en 1933, cuando impulsó su New Deal contra la gran Depresión, para encontrar algo tan osado y abarcador. 
Los anuncios de Biden comprenden millonarios paquetes dirigidos a fomentar el empleo y de ayuda económica a los sectores más postergados de la población norteamericana. 
 Dichos anuncios son inseparables del cuadro de situación que se registra en Estados Unidos. Un retrato de lo que está pasando lo brindó el propio Biden en su discurso, quien no escatimó palabras al referirse al escenario actual: “La peor pandemia en un siglo. La peor crisis económica desde la Gran Depresión.
 El peor ataque a nuestra democracia desde la guerra civil”. El panorama descripto es suficientemente elocuente sobre la catástrofe que hoy sacude a Estados Unidos y que se extiende a todos los planos: económico, sanitario y social y, agreguemos, político. Es un síntoma inconfundible de la decadencia histórica y el derrumbe de la primera potencia capitalista, confirmando que el epicentro de la crisis mundial capitalista y de la pandemia está concentrado en el propio suelo norteamericano. Ambos factores combinados han provocado estragos en la población, en especial en la más vulnerable, y es lo que está en la base de la rebelión popular que tuvo lugar el año pasado y que conmovió los cimientos del régimen político, los partidos y sus instituciones. La rebelión no solo precipitó la derrota de Trump sino que condiciona a la propia gestión demócrata. La pobreza, la marginalidad y la falta de perspectivas, en especial en la juventud, han ido alimentando un creciente estado de insatisfacción, descontento, que ha terminado transformándose en ira social y quedó exteriorizado en el estallido el año pasado. 

 Planes de estímulo

 Consciente de este escenario, Biden utilizó su discurso para presentar a los congresistas dos programas de ayuda económica. El llamado «Plan de Familias Estadounidenses», una propuesta legislativa con un costo de aproximadamente 1,8 billones de dólares, que comprende ayuda a las familias para pagar el cuidado infantil (que incluye el preescolar gratuito para personas de bajos ingresos), dispone que los colegios comunitarios sean gratuitos en sus primeros dos años, mejora el sistema de becas para estudiantes de bajos ingresos y otorga licencia familiar y médica a sectores de bajos recursos. El programa incluye hasta 2025 un crédito tributario por hijos, que se amplió durante la pandemia y que los demócratas esperan mantener como un programa gubernamental permanente. 
 Un segundo programa consiste en el llamado «Plan de Empleo Estadounidense», que iría unido al aumento de la producción industrial e inversión en infraestructura en Estados Unidos. Según el mandatario, su proyecto pondrá a los ingenieros y empleados de la construcción a trabajar en obras «más eficientes» desde el punto de vista energético y sustentable en el plano ambiental. 
 El programa, para el que pidió también un aumento del salario mínimo a 15 dólares, también aboga porque los estadounidenses compren productos locales y que las empresas locales que produzcan bienes lo hagan en Estados Unidos (una suerte del compre nacional, que rigió en distintos momentos en Argentina). 

 Reforma tributaria 

Biden plantea una reforma tributaria para financiar estos paquetes. Hay quienes han resaltado un cambio radical en la materia, pero lo cierto es que solo ha revertido apenas parcialmente la reducción impositiva impuesta por Trump.
 El proyecto demócrata eleva la tasa del impuesto de sociedades del 21 al 28 por ciento (revirtiendo solo la mitad del recorte fiscal de Trump) y restaura la tasa del impuesto sobre la renta para los superricos al nivel que prevalecía bajo George W. Bush (del 37 por ciento al 39,6 por ciento). Es decir, estamos en presencia de una política muy tímida. Más allá de la retórica, ha tenido cuidado de no incursionar contra los intereses corporativos, lo cual, de todos modos, no implica que la clase capitalista se prive de expresar sus reservas o rechazo a la medida. Tengamos presente que el mundo de los negocios y financiero, empezando por Wall Street, tiene muy presente que, más allá de la alharaca que se haga contra los ricos, el grueso de la ayuda estatal de la Casa Blanca está reservado en favor de las empresas, ya sea en forma directa o encubierta. Por supuesto, que el gasto público incluye el contrato de empresas norteamericanas, que se verán beneficiadas con el plan de infraestructura programado. Pero, más allá de ello, la clave de la ayuda es la que viene realizando la FED con crédito barato a tasa cero y la compra de bonos y activos de las empresas, incluidas aquellas cuya solvencia está cuestionada. 
 Todo este paquete tiene que pasar por el Congreso, donde lo más probable es que tropiece con la oposición republicana y también de una parte de la bancada demócrata. De modo tal, que va a tener recortes, sobre los que ya Biden abrió el paraguas en su discurso. Pero, aún en sus términos actuales, está lejos de resolver el descalabro y colapso de la economía. Aún en pleno rebote, hay 10 millones de desocupados nuevos que no han logrado reinsertarse en el mercado de trabajo. La reactivación en el caso hipotético de prosperar, absorberá apenas parcialmente esa enorme masa de parados sin perjuicio del hecho de que el rebote de la economía que se constata irá de la mano de rebajas salariales y de una ampliación del trabajo precario, como ya ocurrió en el pasado. No olvidemos que en la crisis financiera de 2008, bajo Obama, los nuevos trabajadores de la industria automotriz ingresaron con la mitad del sueldo de los más antiguos.

 ¿Reversión de la crisis? 

La tentativa de Biden es un intento extremo de revertir la crisis capitalista, que se arrastra. Los rescates millonarios puestos en marcha desde la crisis financiera de 2008 fracasaron en remontar la bancarrota capitalista. El auxilio estatal no fue destinado a la inversión productiva sino que fue a parar a la especulación, incluida la recompra por parte de las empresas de sus propias acciones. Previo a la pandemia, el mundo ya estaba entrando en recesión, cuyo telón de fondo es una gigantesca crisis de sobreproducción y sobreacumulación de capitales. La deuda corporativa, en estos últimos años, siguió creciendo (representa el 80% del PBI), mientras se achicaron sensiblemente los márgenes de rentabilidad a cero o pasaron a tener un signo negativo. En la actualidad, el capital ficticio es inmenso y se sostiene a través de una valorización artificial, armando burbujas recurrentes y de mayor amplitud. El proceso económico en marcha no puede sortear una depuración del capital sobrante y que, como tal, en el marco de la anarquía capitalista, está llamado a procesarse en forma convulsiva a través de quiebras, bancarrotas y reorganizaciones violentas que implican cierres, achiques y despidos en masa. El Estado capitalista no es un ente suspendido en el aire, es un engranaje de la organización social capitalista y como tal no puede sustraerse a sus leyes (¡la ley del valor!), y menos aún está en condiciones de sustituirla. El intervencionismo estatal está al servicio del capital y como tal participa de sus límites y contradicciones. Por lo tanto, es afectado y arrastrado por su crisis; más aún, de ser un factor contrarrestante de la crisis, termina siendo un agravante. 
 Esta circunstancia está presente y vale como nunca en el escenario actual. Basta tener en cuenta que la ayuda estatal se vino sosteniendo en un endeudamiento récord (que supera al PBI norteamericano) pero, sobre todo, por una emisión que no tiene antecedentes. Este fenómeno ahora se va a acentuar. Los planes de estímulo lanzados por Biden involucran un gasto total 6 billones de dólares, un 30% del PBI. Habrá que ver cuántas de estas erogaciones podrán ser cubiertas por una recaudación impositiva, cuyo alcance y resultado son inciertos.
 La emisión y el endeudamiento no son recursos ilimitados y menos aún inocuos. Lo que asoma como amenaza es una desvalorización del dólar (que ya viene produciéndose), lo que podría provocar un abandono masivo de la divisa estadounidense y un refugio en el oro o en otros activos que puedan oficiar como reserva de valor. De un modo general, esto también está ocurriendo con las principales monedas, como el euro, que vienen apelando, aunque todavía en forma atenuada, a los mismos métodos que los yanquis para enfrentar la crisis. Por lo pronto, esto ha abierto una cadena de devaluaciones competitivas. La guerra comercial se completa con una guerra monetaria, cuyo desarrollo plantea en perspectiva un dislocamiento de la economía mundial en caso de que las principales divisas dejen de funcionar como medios de pago aceptados internacionalmente.

 Guerra comercial y belicismo 

Biden aprovechó el discurso para volver a la carga contra China y Rusia, a quienes el Pentágono presentó como enemigos estratégicos. Entre otras cosas, Biden formuló la advertencia de que no está dispuesto a tolerar el robo de las patentes tecnológicas y los derechos de propiedad intelectual, y que va a defender al país de la competencia desleal, en especial del gigante asiático. La bandera del presidente demócrata en favor de que Estados Unidos reconquiste el liderazgo y gane la competencia en el siglo XXI no se diferencia mucho del “American First” de Trump. El nacionalismo económico de un país imperialista -y con más razón de Estados Unidos- va de la mano con un reforzamiento de la guerra comercial y un expansionismo militarista. Las palabras de Biden anticipan un nuevo salto en la escalada y el intervencionismo yanqui a escala general, apuntando a que Estados Unidos recupere la hegemonía mundial que está en retroceso y su lugar como gendarme internacional. A su turno, la tendencias a un recrudecimiento de la guerra comercial es una confesión que el impasse capitalista, que se concentra en Estados Unidos como principal potencia del planeta, ha llegado a un punto tal que no pueden resolverse por medio “pacíficos” y económicos; que hay que apelar crecientemente a medios extraeconómicos -o sea, salidas de fuerza y belicismo. 

 La sombra de la rebelión popular 

En su discurso Biden volvió a reiterar su apoyo a la sindicalización de los trabajadores, que ya tuvo un anticipo con su respaldo a la organización sindical de los trabajadores de Amazon. 
 El presidente llamó al Congreso a sancionar la Ley de Protección del Derecho de Sindicalización -la Ley PRO- que facilitaría los pasos en esa dirección, removiendo las trabas engorrosas vigentes en la actualidad. 
 Biden es consciente de que no hay posibilidad de avanzar en sus planes si no encauza su frente interno. Y allí aparece en escena nuevamente la sombra de la rebelión popular. El clima de efervescencia y malestar que hizo eclosión en las protestas del año pasado no deja de contagiar a los trabajadores, en especial a la juventud obrera, en particular aquellos que pertenecen a las minorías que vienen sufriendo con más virulencia el impacto de la crisis. 
 Si bien el movimiento obrero no ha tenido un rol protagónico en las grandes protestas del año pasado, la conflictividad sindical viene en aumento y el panorama descripto encierra un potencial explosivo, que se nutre además de una descomposición y descrédito del sistema político norteamericano, sus instituciones y partidos. Por lo pronto, este malestar podría abrir un escenario de huelgas salvajes, sin interlocutores válidos. 
 Biden ha optado por adelantarse a ese proceso y alentar una sindicalización controlada, con el concurso de la burocracia sindical, de modo de encuadrar y disciplinar a los trabajadores ante la perspectiva de una curva ascendente de huelgas y conflictos gremiales, con grandes chances que sigan creciendo. Con más razón si tenemos presente que la crisis económica y social está en desarrollo y está lejos de cerrarse. 
 De conjunto, el discurso de Biden es un indicador de la entrada de Estados Unidos a una nueva etapa convulsiva, cuyos principales capítulos están por escribirse. 

 Pablo Heller 
 05/05/2021

Cuba denunció que las sanciones de EEUU le impiden fabricar vacunas suficientes


El país cuenta con cinco candidatas a vacuna contral el coronavirus de desarrollo propio. 
Dos de elles, Soberana 2 y Abdala, se encuentran a la espera de la autorización para su uso de emergencia o condicionado 

 Cuba, que está desarrollando sus propias vacunas contra el coronavirus, denunció que el endurecimiento del embargo de Estados Unidos le imposibilita fabricar suficientes dosis para su población, lo que retrasa su campaña de inmunización. 
 "Hay que decir que nosotros no hemos vacunado más cubanos porque no hemos tenido los recursos para hacer más vacunas, para que el mundo esté claro", dijo Yuri Valdés, director adjunto del gubernamental Instituto Finlay de Vacunas, durante una sesión de la Asamblea Nacional en la que los legisladores llamaron a parlamentarios del mundo a sumarse al reclamo de que cesen las sanciones y el embargo, impuesto hace 60 años por Estados Unidos.
 La insuficiencia de dosis "no es por falta de evidencia técnica, es porque no hemos tenido los recursos, porque esos recursos han sido bloqueados", explicó el científico ante legisladores de su país y otras personalidades internacionales que participaron de la sesión de manera virtual, según la agencia de noticias AFP. 
 Si el Gobierno del presidente demócrata Joe Biden "a lo mejor no tiene tiempo de revisar toda la política con Cuba, ésta que tiene que ver con todos los cubanos que están ingresados (en hospitales por Covid), con los cubanos que estamos vacunando" debe ser revisada, pidió Valdés. 
 "Hay que emplazar al Gobierno de Estados Unidos, decir, está bien, no lo revises todo pero revisa eso, ocúpate, tu puedes ser la diferencia entre fallecidos y no fallecidos", enfatizó. 

 Desarrollo propio 

Cuba cuenta con cinco candidatos a vacuna de desarrollo propio. Dos de ellos, Soberana 2 y Abdala, se encuentran a la espera de la autorización para su uso de emergencia o condicionado, por parte de las autoridades sanitarias del país, prevista para junio. 
 La isla caribeña reportó 933 decesos y 138.899 casos de coronavirus desde el inicio de la pandemia. Pero ante el creciente número de contagios registrados en los últimos meses, el Gobierno emprendió una campaña de vacunación en poblaciones de riesgo con esos inmunizantes en desarrollo hace dos semanas, y tiene previsto vacunar al 70 por ciento de la población para agosto. 
 Durante el Gobierno del republicano Donald Trump, Washington impuso cerca de 250 sanciones contra Cuba, que Biden ha dejado intactas. "Estados Unidos reforzó la agresión a Cuba en el marco de la Covid-19", denunció el presidente de la comisión de Relaciones Internacionales del parlamento, Alberto Núñez. 
 Organizaciones solidarias con Cuba en Estados Unidos, Chile, España, Italia y otros países se organizaron para conseguir 20 millones de jeringas para poder vacunar a la población de 11,2 millones. 
 Además, una entidad gubernamental suiza y la ONG MediCuba Europa otorgaron en abril un financiamiento urgente de 600.000 dólares para la adquisición de jeringas. 

 Publicado en telam.com, 28/05

sábado, 29 de mayo de 2021

Ser revolucionaria, madre, camarada

Será muy difícil que usted lea y no se conmueva.
 Será imposible no indignarse. 
 No sé puede, no deberíamos ser indiferentes a este atropello, a este acto de "terrorismo de estado".
No ser indiferente es por sobre todas las cosas, indignarse, denunciar, compartir esta publicación.
 Intentan silenciar el secuestro, intentan naturalizado la desaparición forzada de esta niña, como ayer el fusilamiento a las otras dos niñas.
 Es terrorismo de estado, es una práctica nazi fascista. 
 Viva se la llevaron.
Viva la queremos 
 Lichita es símbolo vivo de solidaridad, de resistencia, de vida.

 Osbaldo Zuñiga 

En una de las catacumbas del Paraguay, donde no existe la democracia ni aún como farsa, una mujer acarrea 18 años de prisión tras combatir al régimen instaurado por Alfredo Stroessner que vive en la miseria y las masacres contra el pueblo aunque esté muerto el dictador. Así lo sufren las comunidades guaraníes, el campesinado y el pueblo todo, para prosperidad de una oligarquía que construyó el país más desigual de América y que se apropió de más del 90 por ciento de la tierra arrebatada a los originarios. Carmen Villalba -de ella se trata- debe salir en libertad con la condena cumplida en julio de 2021. 
En este diálogo con la APL hablará del tema casi exclusivo que se agita en sus ansias: Lichita, su hija que a los 14 años, en diciembre de 2020, fue secuestrada por la Fuerza de Tarea Conjunta y permanece en desaparición forzada. Cumpliendo con la secular tradición del poder en este país, meses antes la FTC había secuestrado, abusado y fusilado a Lilian y María, de 11 años, antes de disfrazarlas de guerrilleras. “Lichita sobrevivió a esa emboscada. Ahí fue herida en la pierna izquierda, me cuentan que salió a rastras del lugar, porque no podía caminar. Pero pareciera que la mala suerte le había marcado. Desde ese 2 de setiembre, el ejército venía siguiendo sus rastros hasta que el 20 de noviembre volvió a localizar y emboscar a quienes venían sacando a Laura y a las niñas, entre ellas Lichita. Ella se desplaza con muleta, en ese ataque logra rodar por el suelo para escapar a una muerte segura, pero recibe una bala de refilón en la cabeza. Después de deambular por el monte, buscando comida y salida, solas y extraviadas. Podía decir que arreciadas por el instinto de sobrevivencia, con hambre, sed, perdidas por el monte, se alimentan de lo que encuentran por el monte: víbora, sapo, frutas silvestres, toman su orín como agua. Es donde por su dificultad para caminar es dejada en un lugar de espera, desde donde desaparece”, rememora Carmen. Luego, describirá trazos de la vida de su hija a quien buscará empecinadamente. 
En breve, una nueva Misión Humanitaria partirá hacía Asunción y al Cerro Guazu para hallar pistas y testimonios que permitan dar con Lichita. “Jamás dejaré de buscarla, yo soy su mamá y no extiendo certificados de defunción. Con vida la llevaron, con vida la quiero”, enfatizó Carmen.
 -¿De qué modo viviste el embarazo de las mellizas? 
 -Carmen Elizabeth “Lichita” Oviedo Villalba y Tamara Anahí “Anita” Oviedo Villalba constituyen parte de la resistencia y lucha del pueblo. Las condiciones de mi prisión era de aislamiento e incomunicación, hasta para acceder a 30 minutos al patio para tomar sol, debía mediar una orden judicial, en el cuartel policial de la Agrupación Especializada hasta donde fui llevada después de mi detención. Pronto emergen los síntomas de embarazo y como mi situación irregular en un cuartel policial en condiciones de aislamiento sin las más mínimas condiciones para albergar a un prisionera y menos embarazada. Inicio una larga lucha y presentaciones judiciales, para poder acceder a un ginecólogo. Un espacio exclusivo de hombres carecía de ginecólogo. Después de 2 meses logré ser atendida. Con la ecografía, el médico me confirma, no solamente el embarazo, sino que esperaba mellizas. Quedé shoqueada, no tenía ni idea como sobrellevar un embarazo múltiple en condiciones de aislamiento, sobre todo, como cuidar a dos bebés en soledad. Desde ese momento me predispuse a redoblar mis esfuerzos. Tenía claro que tenía que luchar por mis hijas. No solamente a que sean cumplidos con ellas el derecho de los niños desde la misma concepción como hipócritamente rezan las normativas legales pero que sirven de adorno, sino que tenía que ganarme con lucha diría, sea ante los guardias sea con batalla judicial. Pero que están solo de adorno para la gran mayoría de las mujeres pobres y eso se redobla para quiénes estamos en prisión. El tratamiento prenatal, el parto, las vacunas, el alimento, todo teníamos que ganarnos con lucha que excedía la prisión, los guardias, la batalla judicial era el otro escenario para lograr que sean cumplidos los derechos adquiridos de la niñez, independientemente a su condición.
 -¿Cuáles fueron las dificultades para que ellas permanezcan con vos el tiempo que les correspondía por ley? 
 -A mes y medio de nacimiento, después de duras batallas judiciales internas y ante la CIDH, me trasladan al Buen Pastor. Ya en el vehículo esperando mi traslado, un periodista me pregunta si estaba al tanto sobre las disposiciones administrativas que me esperaban en esa cárcel de mujeres. Una orden de separación de mis mellizas. Es decir, una disposición para interrumpir sus derechos a la lactancia. El castigo y la venganza del estado fascista no se limitaba a la pérdida de libertad, del encierro en aislamiento, sino que el castigo y la venganza se hacía extensivo sobre mis mellizas. Según la disposición administrativa que me desconocía los derechos a permanecer con mis hijas por un año como las 25 mujeres recluidas con sus hijxs dentro del penal en un lugar asignado para mujeres con hijos o embarazadas. La resolución estimulaba el despojo y traslado al orfanatorio de niños huérfanos o sin familiar. Al llegar al penal, ya estaba la funcionaria del orfanatorio esperando nuestra llegada para llevarse a mis hijas. Ante la información que me pasaba la periodista, quedé en blanco. Mis fuerzas se resintieron. Me embargó un profundo dolor e indignación, pero tenía que pensar para cambiar ese atentado contra mis dos bebés que con ojitos abiertos sentía que me decían, peleemos mamá, nosotras queremos y tenemos derecho a permanecer contigo. Muchas veces tuve esos “diálogo” con ellas, en circunstancias horrendas. Las arrulle con más fuerza entre mis brazos a las dos, dije a los periodistas que requerían algunas palabras, hablaré en otro momento. La nueva realidad exigía pensar rápido, tenía que impedir esa ignominia contra dos bebés. Por el trayecto hacia el Buen Pastor, pensé, tengo 24 horas para cuidar a mis hijas, no permitiré que me sean despojadas, debe primar el derecho superior del niño. Al ingresar al penal, están los funcionarios y la fiscal, les dije cómo saludo, no me desprenderé de mis hijas, tendrán que matarme primero. Cargaba a mis hijas sin desprenderme de ellas, me resistí en la guardia, luego de varias horas me hacen ingresar al patio que en ese momento estaba lleno de visitas. Recuerdo, yo todavía shoqueda por el intento de despojo, las compañeras presas empezaron a aplaudir festejando mi victoria, todas estaban al tanto por la difusión en los medios de comunicación. 
 -¿Cómo vivieron ellas el encierro? 
 -Nunca imaginé que la lucha por mis mellizas aquello era apenas el inicio. La jaula revestido de hierros no era para acoger a niños decía la fiscal. Era obvio que el objetivo consistía en aumentar el dolor, el castigo era vengativo. Prepararon un lugar que tenía como primer objetivo, arrancarme a mis mellizas. No importó que tengan mes y medio de vida en estado de lactancia. Una vez más, la lucha y resistencia lograba parar con el despojo y doble castigo. Mi celda se llenaba de pañales bajo el ventilador para estar listos para las mellizas. Nuestras vidas aquí en la celda, no advertía sobre la rutina carcelaria, lo nuestro más bien era un oasis de ternuras infantiles. Nuestra frenética vida entre pañales, biberones, sopitas, baños y juegos me instalaron en un hogar. Quedarme en la cárcel con mis mellizas por un año, no solo significó una gran victoria para las tres, sino que también era el mejor antídoto contra todos los males del encierro. Mis hijas tienen tántas anécdotas y recuerdos dentro de estos muros. En el pabellón aprendimos a convivir en un marco humanitario y solidario. Donde un plato de comida caliente para la que no tiene nada para comer, hacia la diferencia y cultiva amistades. Mirándonos en las caras y reconociéndonos como hermanas de clase, sin importar las causas que nos trajeron a prisión. Aprendimos a cambiar el lúgubre y violento ambiente carcelario por espacios de tolerancias, relaciones humanitarias y solidarias en nuestro pabellón, entre presas. Compartir cosas sin necesidad de cobrar nada. Cocinar juntas para festejar algún cumpleaños. Nuestrxs hijxs forman parte de esa convivencia que los encuentros propician a construir nuevas amistades entre lxs niñxs. Aprendimos que la solidaridad, empatía, y buena convivencia entre presas, ayuda a que el encierro sea un poco más llevadero. 
 -¿Cómo definís la relación entre las mellizas? 
 -Mis hijas tuvieron que marcharse de su país después de tantos hostigamientos y persecuciones, en ese trayecto es asesinado mi hijo Néstor a sus 12 añitos. A los 7 años se radicaron en Puerto Rico Misiones-Argentina. Ahí acudieron a la escuela y posteriormente al colegio. Eran muy pegadas, cariñosas y cómplices. Lichita asumía su rol de hermana mayor, por ende sobreprotegía a Anita. Siempre fueron compañeras, pero ese año fueron inscriptas en sección distintas, en una ocasión Anita tenía mesa de examen, pero estaba mal de salud y le impedía ir Lichita pidió ir y hacerse pasar por Anita, tomar el examen en lugar de su hermana. Tomaban clases de taekwondo, en donde Lichita se destacaba. En el 2019 en una competencia juvenil ganó dos medallas. Las dos eran infaltables en las competencias científicas intercursal. Eran muy buenas alumnas, más de una vez salieron mejores alumnas. 
 -¿Que recuerdos surgen en tu memoria sobre Lichita?
 -Ella desde el mismo nacimiento se destacó. Recuerdo en la sala de cirugía me dice el médico, una de tus nenas nació con los ojos abiertos. Era Lichita, ella nació primero. Caminó a los diez meses. El tiempo que estuvieron conmigo, vivieron en el cuadrilátero donde estoy. Ella gateaba como un gusanito pero era veloz. Empezó a pararse por la pared, se desplazaba con apoyo y al paso de alguna compañera, si está se detenía a hablarle, se mudaba por ella y entre carita arrugada y empujones guturaba para que la persona se desplace, así ella caminaba. A los 10 meses ya caminó sola. Lichita parecía que empujaba la historia para que marchara más rápido. Enérgica, arisca, rápida, como dice Anita, ella siempre iba un paso adelante. Adelante en todo, su estudio, asumía responsabilidades en el cuidado de sus primxs como una adulta. Destacaba en su estudio, sus términos medios siempre rondo entre 8,9,10. Siempre le gustaron las letras. Pero cuando le preguntaba que sería cuando grande. Me respondía, seré médica. A los 7 añitos se mando extraer el primer diente. Un diente de de leche que tenía dificultad. Me comentó después: “Subí a la silla de la odontóloga y temblaba como una hoja. Su aguja era enorme, pero me decía a mis adentros que tenía que superar, que era necesario descansar del diente, y no llore”. Lichita encarna la solidaridad, asumía su rol de hermana mayor con Anita, le ayudaba con las tareas escolares y domésticas, con las lecciones para sus exámenes, a estar lista para ir a la escuela. Lichita tenía 5 añitos, era diciembre, culminación de sus actividades escolares, tiempo en que venía de visita por la cárcel. Estaba sentada en el patio esperando por ellas. Escucho el llanto de mi hija, era Lichita llorando desconsoladamente. Asustada pregunté que le pasaba, pensé que algo le pasó, o le maltrataron en la guardia. No era eso, Lichita se enojó con su tía por no haberle dado monedas al niño que subió al micro a pedir dinero para su comida. A Lichita le dolió porque dijo que su tía que el niño quedó sin comer. Ella no podía aceptar que ese chico quedará sin comer. 
 -¿Cuáles fueron exactamente los momentos previos a la desaparición?
 -Lichita sobrevivió a la emboscada desde donde fue llevada Lilian Mariana y Mariana Carmen. Ahí fue herida en la pierna izquierda, me cuentan que salió a rastras del lugar, porque no podía caminar. Pero pareciera que la mala suerte le había marcado. Desde ese 2 de setiembre, el ejército venía siguiendo sus rastros hasta que el 20 de noviembre volvió a localizar y emboscar a la quienes venían sacando a Laura y a las tres niñas, entre ellas Lichita. Ella se desplaza con muleta, en ese ataque logra rodar por el suelo para escapar a una muerte segura, pero recibe un bala de refilón en la cabeza. Después de deambular por el monte, buscando comida y salida, solas y extraviadas. Podías decir que arreciadas por el instinto de sobrevivencia, con hambre, sed, perdidas por el monte, se alimentan de lo que encuentran por el monte: víbora, sapo, frutas silvestres, toman su orín como agua. Es donde por su dificultad para caminar se queda en un lugar de espera, desde donde desaparece. 
 -¿Por qué caminos seguirá la búsqueda? 
 -La imperiosa necesidad de buscar a Lichita, una niña nacida en prisión, nacida para luchar, una compañerita con determinación de lucha y sobrevivencia, nos interpela su desaparición forzada. Nos convoca a la campaña por la exigencia al Estado infanticida y feminicida para que la presente con vida. Lichita es un símbolo de resistencia, de lucha, la necesidad de seguir buscándola es un imperativo necesario y urgente de la militancia. Su búsqueda, visibilización y denuncias de su desaparición pone en tensión la inhumanidad del régimen fascista paraguayo, habituado a desaparecer, asesinar, destruir la infancia sobre todo cuando la niñez es del campo popular y no existe un poder que reclamé por ellos. El partido colorado del gobierno fascista tiene una larga historia de desapariciones, secuestros y harenes de niñas de 10 a 15 años como hacía el pedófilo dictador Stroessner y la cúpula militar de la dictadura. Mantenían casas de niñas campesinas como albergues para sus esclavas sexuales, niñas campesinas arrebatadas de sus territorios para constituirse en objeto sexual se los pervertidos e impunes militares. De Lichita no sabemos nada, no hay rastros de ella. Pero el lugar desde donde desapareció es un territorio ocupado por fuerzas militares, prevalidos por la prepotencia que les caracteriza y la impunidad que les aseguran el régimen y las instituciones estatales que actúan como corporación privada al cual están sometidos y son cómplices los órganos de justicia. Estamos haciendo simposios y actividades en diversos sitios. Habrá nuevas Misiones Humanitarias que busquen pistas y otras iniciativas gracias a la solidaridad de compañerxs del mundo entero. Jamás dejaré de buscarla, yo soy su mamá y no extiendo certificados de defunción. Con vida la llevaron, con vida la quiero.

 Oscar Castelnovo/APL)

Uruguay: "¿Cómo se atreve?" o ¿cómo se atreven?

La dirección del sindicato de Aebu (Asociación de Bancarios del Uruguay) acaba de sacar una editorial con el título “¿Cómo se atreve señor presidente?” denunciando a Lacalle Pou sobre el otorgamiento de una escandalosa concesión por 50 años de una de las terminales portuarias del puerto de Montevideo a la multinacional Katoen Natie donde el estado uruguayo es un socio menor (20%) de las inmensas ganancias que produce una terminal, que debía ser integralmente controlada por el estado. 
 La ley de puertos (por la que se permiten este tipo de concesiones) la hizo el anterior presidente Lacalle quien modifico en 1992 la ley que regía a desde 1916, y es una ley rabiosamente derechista, casi un calco de la reforma a la ley portuaria que hizo Menem en Argentina también en junio de 1992. Tabaré Vázquez, no solo no la derogo, sino que bajo su gobierno llamo Fernando Puntigliano, un acérrimo defensor de la ley de Lacalle para que estuviera a cargo de la Administración Nacional de Puertos a comienzos de 2005 Tabaré Vázquez, le ofreció la Presidencia de la Administración Nacional de Puertos -que él aceptó- pidiéndole un "servicio a la patria". (Mundo Marítimo, 21/8/2009) 
 La concesión a la Katoen Natie viene precedida de una entrega sin precedentes a las empresas extranjeras de las riquezas naturales del Uruguay que se produjo fundamentalmente bajo los gobiernos del Frente Amplio. 
 En la agroindustria. El total de la celulosa, el 60 por ciento de la madera y sus productos derivados, el 72 por ciento del arroz, el 64 de la soja y el 63 de la carne que produce el país se exporta y factura en beneficio de firmas foráneas. 
 Hasta el 2018, bajo diferentes figuras jurídicas, 31 conglomerados extranjeros explotaban más de 1,8 millones de hectáreas en territorio uruguayo, un 11 por ciento del total de tierras productivas del país. 
 Dentro de las empresas dedicadas a la forestación. Mediante diversas subsidiarias uruguayas, seis grupos extranjeros suman más de 920 mil hectáreas, lo que representa un 70 por ciento del área total ocupada por esta actividad en 2018. Las empresas más importantes en tenencia de tierra son las vinculadas a las plantas de celulosa. UPM (Finlandia) y Montes del Plata (Arauco, de capitales chilenos, y Stora Enso, de capitales sueco-finlandeses) poseen 255 mil y 246 mil hectáreas, respectivamente. Además, UPM suma otras 110 mil, a través de arrendamiento. Le siguen en superficie el fondo de inversión estadounidense Global Forest Partners, que es propietario de unas 140 mil hectáreas, y el banco de inversión brasileño BTG Pactual TIG, uno de los más grandes de Latinoamérica, con 120 mil hectáreas, por medio de la empresa forestal LUMIN (ex-Weyerhaeuser). La mayoría de esas empresas (23 sobre 31) incluyen en su arquitectura empresarial una rama financiera, que capta capitales cotizando en bolsas de valores nacionales o internacionales (se constató su presencia en las bolsas de Helsinki, Londres, Madrid, Nueva York, San Pablo, Buenos Aires, Bruselas y Singapur) o atrayendo fondos de inversión.
 “Luego de la crisis global de 2008, buscando asegurar su capital, los inversores transnacionales se volcaron fuertemente a la compra de tierras y proyectos de explotación de recursos naturales en el sur global” (Redes Amigos de la Tierra publicado en 2012). 
 Muchos de esos capitales son los fondos de pensiones extranjeros y los fondos de inversiones, que agrupan accionistas de todo el mundo y destinan capital a la adquisición de tierras, producción de commodities, intermediación y comercialización agrícola.
 El fondo de inversión estadounidense Greenwood Resources, que posee 27 mil hectáreas dedicadas a la forestación. Anteriormente sus activos pertenecían al fondo de inversión RMK Timberland Group, cuyos beneficiarios eran pequeños grupos de familias y bomberos retirados estadounidenses y capitales suecos, daneses y finlandeses, que representaban a un fondo de pensión de maestros y profesores. 
 Los fondos de inversión mencionados, a excepción de UAG, se constituyeron en el exterior. Sin embargo, también se han desarrollado proyectos con miras a captar financiamiento, adquirir campos y hacer inversiones; la estructura predominante en este caso es el fideicomiso de oferta pública. Actualmente, en Uruguay hay 13 fideicomisos financieros (FF), que suman más de 237 mil hectáreas productivas entre las ya adquiridas y las que proyectan comprar, y acumulan una inversión de más de 1.200 millones de dólares. 
 Según el Censo General Agropecuario realizado por el MGAP (2011), en el año 2000 los propietarios (personas físicas) de nacionalidad uruguaya controlaban el 90,4 por ciento de la superficie productiva, pero en 2011 sólo lo hacían sobre el 53,9 por ciento.
 Durante los gobiernos del Frente Amplio se aprobaron dos leyes para la “tribuna” frente a esta brutal penetración extranjera La ley aprobada en 2007 estableció que las sociedades anónimas y sociedades en comandita por acciones podían ser titulares de los inmuebles rurales y de las explotaciones agropecuarias «siempre que la totalidad de su capital accionario estuviere representado por acciones nominativas pertenecientes a personas físicas». 
 El motivo de la ley era: identificar a las personas físicas «que por sí o a través de diversas formas societarias o asociativas» fueran titulares de inmuebles rurales y explotaciones agropecuarias. Sin embargo, en el artículo 2 de su decreto reglamentario, se establecieron una serie de excepciones que posibilitaron que diferentes entidades, cuyos titulares son desconocidos, pudieran acceder a la titularidad. De esta forma, con una clara complicidad oficial, entre 2007 y 2018 unas 161 entidades se acogieron a estas excepciones, según el registro realizado con base en datos extraídos de la página web de Presidencia. Más de la mitad de las autorizaciones se otorgó en el entendido de que la actividad a realizarse en esos suelos formaba parte de un proyecto cuya ejecución se consideraba “prioritaria para el desarrollo productivo del país”. 
 La otra ley de relevancia en este aspecto fue la aprobada en 2014, que estableció la prohibición de compra y tenencia de tierras, con finalidades de explotación agropecuaria, a empresas extranjeras o instaladas en el país en las que tuviera participación directa o indirecta un Estado extranjero. Sin embargo, a un mes de su aprobación, el Ministerio de Economía y Finanzas se daba por notificado de la adquisición por parte del grupo COFCO, una de las mayores compañías estatales de procesamiento de alimentos de China, del 51 por ciento de una subsidiaria del grupo Noble. La empresa china, que buscaba firmas proveedoras de materias primas, confirmó en 2015 la adquisición del total restante de la compañía.
Paralelamente a la llegada de capitales transnacionales orientados a la compra de tierras, en los últimos 15 años hay un proceso de extranjerización en la fase industrial y comercial de los principales sectores agropecuarios del país. Según un documento elaborado por el Departamento de Inteligencia Competitiva de Uruguay XXI, en 2003 las empresas extranjeras tenían una participación del 24 por ciento en las exportaciones de bienes en nuestro país, mientras que en 2018 la cifra ascendió al 70 por ciento. 
 Los datos de Uruguay XXI revelan que UPM y Montes del Plata concentraron el 80 por ciento de las exportaciones del sector forestal en 2018. En tanto, del porcentaje restante, vinculado a las exportaciones de madera y productos derivados de la madera, un 60 por ciento correspondió a empresas extranjeras.
 Ese mismo año, el 72 por ciento de las exportaciones totales de arroz se adjudicó a cinco empresas extranjeras, mientras que en 2005 la participación de extranjeras era del 13 por ciento. En el sector agrícola el 64 por ciento de las exportaciones de soja en 2018, principal grano producido en Uruguay, fue realizado por cinco firmas extranjeras –Cargill SA, Louis Dreyfus Commodities (LDC), Syngenta AG, CHS Inc. y Grupo Pérez Companc–. Comparativamente, la participación de capitales extranjeros aumentó un 14 por ciento con respecto a 2005, según los datos oficiales. 
 El grupo LDC (francés) es propietario del 29 por ciento de Calyx Agro, empresa que posee 63 mil hectáreas destinadas a la agricultura. Por su parte, el Grupo Pérez Companc (argentino) suma más de 21 mil hectáreas dedicadas a la agricultura, la ganadería y la forestación. Finalmente, a partir de 2006 se inició un intenso proceso de concentración por parte de capitales extranjeros en la fase industrial del sector cárnico uruguayo, mediante la fusión y adquisición de los principales frigoríficos del país.
 Para comprender el impacto de este proceso, se hizo una comparación entre las principales empresas exportadoras de carne bovina entre 2004 y 2018, de la que surge que, mientras en 2004 la participación de empresas extranjeras en el total exportado era de 26 por ciento, en 2018 el guarismo ascendió a 63. Sumado a ello, cinco de los 11 frigoríficos pertenecientes a capitales nacionales en 2004 habían pasado, en 2018, a manos extranjeras. 
 La mayoría de las empresas que cambiaron de propiedad durante ese período fueron adquiridas por dos grupos económicos brasileños. Actualmente, el grupo Marfrig (frigoríficos Tacuarembó SA, Inaler SA, Establecimientos Colonia SA y Cledinor SA) y el grupo Minerva Foods (frigoríficos Canelones SA, Matadero Carrasco SA y PUL SA) poseen siete frigoríficos en Uruguay que en 2018 exportaron el 46 por ciento del total de carne bovina del país. 
 «La tierra es de la nación», es el dicho de José Mujica, Sin embargo, la realidad dice lo contrario,se ha producido una violenta extranjerización de las riquezas naturales. Aebu en su denuncia al presidente señala lo siguiente: “Para titular esta nota hemos recurrido a la frase de la activista medioambiental Greta Thumberg dirigida a los líderes mundiales: «¡Cómo se atreven!». 
“Aebu cambia la conjugación verbal señalando solo a Lacalle Pou como responsable, pero la frase para Uruguay deberia ser la de la activista ambiental. Dirigida al proceso integral de extranjerización bajo los dos gobiernos. 

 Juan Ferro 
 28/05/2021

 P.D.: muchos de estos valiosos datos fueron extraídos del Semanario Brecha del 10 de diciembre del 2020 de un estudio de los periodistas Nadia Amesti y Luciano Costabel.

miércoles, 26 de mayo de 2021

Colombia: las Mamás “Primera Línea”

Cuando las mujeres dan un gran paso adelante. 

 En el medio de la rebelión popular colombiana, un grupo de madres ha decidido conformar parte de la primera línea en Bogotá, tirando por la borda años de estereotipos. 
 En palabras de las propias madres: “Llevábamos varias noches viendo con miedo y angustia cómo la policía atacaba a nuestros jóvenes que salían a protestar por sus derechos. Llegamos a la conclusión de que si íbamos a hacer un trabajo social, lo debíamos hacer bien: en la primera línea, poniendo el cuerpo para defender a los manifestantes” (elpais.com, 19/5). Lo que ellas llaman trabajo social no es ni más ni menos que ser parte de la lucha de clases contra el narco-estado represor en el que viven. 
 Para salir a combatir palmo a palmo con la juventud, las madres tuvieron que organizarse y dejar a sus hijos por las noches al cuidado de sus abuelas. Una vez resuelto eso, buscaron la forma de defenderse de las fuerzas represivas: primero examinaron materiales entre la basura para hacer escudos, pero como no consiguieron nada útil gastaron sus ahorros para pagar escudos negros a los que les pintaron en blanco la inscripción “MAMÁS 1 LÍNEA”. Su voluntad de lucha despertó la solidaridad de estudiantes universitarios que les regalaron anteojos de protección contra los gases policiales.
 Se trata de un grupo de madres “jefas de hogar”, actualmente desocupadas. Son parte de los 21 millones de colombianos bajo la línea de pobreza. Sus reclamos son claros, según lo cuenta Johana, una mamá de 36 años: “Exigimos cosas mínimas: derecho al trabajo, a la educación, a la salud, a la vivienda, una renta básica para darle de comer a nuestra familia” (elpais.com, 19/5). No solo son claros, también son incompatibles con el capitalismo decadente en el que vivimos. 
 Su presencia en las calles juega un doble rol: por un lado, en el enfrentamiento directo, por otro en la búsqueda del quiebre de la voluntad represiva de los uniformados. Así lo cuenta un joven jugador de futbol que lidera otro grupo de Primera Línea de Bogotá: “Para nosotras ellas son un gran apoyo”. Se refiere a que la policía, al verlas, duda ante de continuar reprimiendo. Del otro lado de la trinchera se escuchó a agentes decir “Al final, todos tenemos una mamá” (ídem). 
 Son conscientes de que cada noche enfrentan la posibilidad de morir en los choques con la policía. Lo ven a su alrededor, muy de cerca, desde el comienzo de la rebelión, en la televisión y en las calles de su barrio. Han tenido miedo, y lo han superado. No se trata solo de solidaridad de clase, que tienen, sino de una idea fundamental: “Yo creo que la quemada de un bus, los vidrios rotos de una tienda, o las paredes pintadas no tienen comparación con la vida de un ser humano, sea policía o manifestante. La vida no tiene precio” dicen las madres. Entienden correctamente, saben, que para luchar por la vida tienen que luchar contra Duque y el Estado. 
 Su lucha es conmovedora y atraviesa fronteras. Las madres de 1° línea colombianas expresan la fuerza de la lucha de clases del pueblo rebelde. De ahora en más en Colombia es correcto escribir Mamá así, con mayúsculas, con la letra grande como el coraje de estas mujeres que se organizan y van al frente. 

 Ariel Barreiro 
 26/05/2021

martes, 25 de mayo de 2021

A 30 años del fin de la Operación Carlota



La Operación Carlota, concluyó el 25 de mayo de 1991, con el regreso de los últimos 500 militares cubanos que permanecían en Angola. La Operación había iniciado el 4 de noviembre de 1975. Alrededor de 300 mil cubanos participaron en la epopeya y 2077 perdieron la vida en la contienda.

Reino Unido: lo que dejaron las elecciones regionales


Triunfo conservador, crisis laborista y ascenso del nacionalismo escocés. 

 Luego de varios días de conteo, la última semana se dieron a conocer los resultados de las elecciones regionales que tuvieron lugar el 6 de mayo en el Reino Unido. En esta compleja jornada electoral se pusieron en juego los concejos municipales en 145 localidades, 13 alcaldías, los asientos en los parlamentos galés y escocés y el diputado a la Cámara de los Comunes por la jurisdicción de Hartlepool. Los comicios ofrecieron una radiografía del panorama político británico en donde se ve una consolidación del oficialismo conservador del primer ministro Boris Johnson, un Partido Laborista groggy y un nacionalismo escocés triunfante lo que deja planteada una crisis en regla para Londres.

 Triunfo conservador, laborismo en terapia intensiva 

Sobre la base de la concreción del Brexit y de una exitosa campaña de vacunación, Johnson logró alzarse con un amplio triunfo al haber obtenido 294 concejales nuevos a nivel nacional. La victoria, especialmente resonante en distritos obreros que históricamente votaron al laborismo, expresa que la demagogia nacionalista del premier británico ha logrado influir entre una porción importante de la clase trabajadora. El botón de muestra más notorio de este cuadro ha sido el resultado de la elección del representante para la Cámara de los Comunes de la jurisdicción de Hartlepool, una localidad portuaria, donde los conservadores ganaron terminando con una hegemonía de 50 años del Labour.
 A pesar de que normalmente estas elecciones son utilizadas por la población para votar opositores al gobierno, las urnas volvieron a mostrar una tendencia profunda de rechazo al Partido Laborista, uno de los partidos regentes del sistema político británico y, en particular, la organización que históricamente pretendió oficiar de representante de la clase obrera. El laborismo ha perdido un total de 267 ediles. Una parte del voto tradicional de los laboristas también fue a parar a los Verdes, que ganaron 85 nuevos asientos en los concejos locales. 
 El partido opositor buscó recuperarse luego de la retirada de Jeremy Corbyn de la dirección de la organización, fruto de la derrota laborista en 2019, a través de la elección de Keir Starmer como principal dirigente. El nuevo cabecilla, a diferencia de Corbyn, expresa al ala moderada tradicional del laborismo, con lo que el partido esperaba retomar la, supuestamente perdida, confianza del electorado. Starmer de hecho montó durante la crisis de la pandemia una mimetización con Johnson, llamando a cerrar filas con el gobierno, mientras el Reino Unido encabezaba la lista de contagios y muertes y cuando desde Londres se practicaba un negacionismo irresponsable. Este giro a la derecha no fue bendecido por los votantes; al revés, votantes laboristas terminaron emigrando al partido de Johnson. Por eso, se abrió una crisis en el laborismo. A modo de fusible, Starmer ya se desprendió de la jefa de campaña, pero los cuestionamientos apuntan a él mismo. 
 Los únicos triunfos que la centroizquierda británica pudo ostentar en la elección han sido haber podido retener la alcaldía de Londres y la de Manchester. La pérdida de cualquier perspectiva de clase, la desorientación respecto del Brexit, han dejado al laborismo en un estado completamente disminuido.
 Con todo, la algarabía de los conservadores tiene fuertes límites. Por empezar, el triunfo de Johnson se da en un cuadro de precariedad, signado por la fuerte crisis del Reino Unido y la propia crisis internacional; el Brexit no tiene nada que ofrecer a los trabajadores, que realizarán una rápida experiencia y tenderán a confrontar con el gobierno. 

 Escocia y la crisis del Reino Unido 

Al mismo tiempo, ha vuelto a ponerse sobre la mesa el problema de la secesión escocesa y, por lo tanto, la posible disolución del Reino Unido. El Partido Nacional Escocés (SNP) obtuvo una contundente victoria logrando conquistar 63 bancas al parlamento regional, que tiene 129 asientos en total, lo que lo deja a tiro de una mayoría con la que buscaría impulsar un nuevo referendo para determinar si Escocia continúa, o no, siendo parte del Reino Unido. Esa mayoría estaría facilitada por los verdes, otro partido independentista, que obtuvo 6 diputados. 
 La crisis política está en marcha, con amenazas en ambos sentidos. Mientras Nicola Sturgeon, la ministra principal escocesa y dirigente del SNP, señaló que no está en discusión si se hará o no un nuevo plebiscito, sino solo su fecha, desde el gobierno de Johnson declararon que hasta la próxima generación no habrá una nueva compulsa, es decir que habría que esperar 40 años. 
 A pesar de lo anterior, estaría dándose un proceso de negociaciones habida cuenta que el SNP es una organización que difícilmente patee el tablero. La misma Sturgeon indicó como posible momento de realización del referendo la etapa post pandemia, con lo que patea la pelota hacia adelante. A la vez, al menos cuando tuvo lugar la votación secesionista de 2014, el planteo escocés contenía todo tipo de continuidades, desde la permanencia de la corona como regencia del Estado, hasta la de la libra como moneda nacional. La contrapartida son las expectativas de los escoceses y el mandato que otorgaron al SNP, por lo que el margen de maniobra de la dirigencia escocesa es estrecho. Cabe señalar que el planteo del SNP aboga por cerrar filas con la Unión Europea, que es la que ha impuesto históricamente las políticas de ajuste y de salvataje al capital en el viejo continente. Esta tampoco es una salida para los trabajadores. 
 Si a las pretensiones escocesas se le suma el reavivamiento del problema irlandés, el estado de salud del Reino Unido se revela crítico. 

 La necesidad de una alternativa de los trabajadores 

La singular deriva política de las islas británicas es una expresión de la crisis mundial y su efecto disgregador de los regímenes y Estados. La vocación nacionalista en Escocia y su reverdecer en la isla irlandesa encuentran su impulso en el Brexit, rechazado tanto en las Highlands como en Irlanda del Norte. El crecimiento de las posiciones nacionalistas en Inglaterra, por su parte, es un intento de recuperar un lugar en el disputado escenario de la guerra comercial internacional para el capital británico, a la vez que es visto por parte de la clase obrera como una vía para recuperar un mejor nivel de vida, una ilusión infundada. Por el momento, el Brexit sigue siendo deficitario para la economía británica, que se ha contraído un 1,5% en el primer trimestre. La propia situación mundial condiciona la tentativa nacionalista de Johnson. 
 En contra de la sumisión a programas capitalistas que esconden detrás de planteos nacionalistas, o europeístas, el reforzamiento de la explotación, los trabajadores deben construir su propia alternativa, en la perspectiva de la unidad socialista de las islas británicas y de toda Europa.

Leandro Morgan

domingo, 23 de mayo de 2021

La risa de un bolivariano no se puede apagar fácilmente


JESÚS SANTRICH, militante revolucionario colombiano y nuestro-americano, ha sido aniquilado. Honor a quien merece honor. 

 Los disparos y las granadas que le quitaron el aliento eran del ejército colombiano, al igual que el cuchillo o la navaja con que mutilaron su mano ya sin vida. Las órdenes vinieron de Iván Duque, el pichoncito apadrinado por “il capo mafia” Álvaro Uribe. Dos lúmpenes genocidas igualmente colombianos, acorralados por una de las rebeliones populares más importantes que vive Colombia en las últimas décadas. 
 Pero que nadie se llame a engaño. Hablemos sin eufemismos. La estrategia que guió esta operación claramente viene de “más arriba”: Estados Unidos e Israel, dos estados asociados que hace largos años dirigen la guerra contrainsurgente en Colombia. No desde lejos, sino con personal propio, militar y de inteligencia, en el terreno mismo del conflicto social más prolongado de todo el continente. Cuando se lee en los informes de numerosos analistas internacionales que “Colombia es el Israel de América latina” no se está frente a una metáfora literaria. Cada uno de los comandantes insurgentes colombianos que fue ejecutado (desde Alfonso Cano e Iván Ríos al “Mono” Jojoy, llegando hasta Jesús Santrich), tenía asignado detrás suyo un general israelí y tropas norteamericanas de combate. El ejército colombiano simplemente pone la tropa, como hace más de medio siglo sucedió con la ejecución de Ernesto Che Guevara, fusilado a sangre fría en La Higuera por manos bolivianas que apretaron el gatillo, pero dirigidas en el mismo terreno por la inteligencia estadounidense. Es un secreto a voces. Lo sabe todo el mundo. Está documentado.
 ¿Hacía falta ejecutar a un militante revolucionario ciego? ¿Tanto miedo le tenían el Pentágono norteamericano, el Ejército israelí y las Fuerzas Armadas colombianas a una persona no vidente que se movía con un bastón? Sí, le tenían miedo. Y ahora que murió… le van a tener más temor todavía, porque el ejemplo inquebrantable de este revolucionario comunista seguramente cobrará otras dimensiones, como pasó en su época con Camilo Torres, con el Che Guevara y con tantos otros revolucionarios y revolucionarias de Nuestra América. 
 ¿Quién era Jesús Santrich? Difícil definirlo en pocas líneas. En primer lugar, un militante revolucionario de tiempo completo. Pero su biografía no se detiene allí. Santrich es también uno de los grandes pensadores marxistas de Nuestra América. Su producción teórica incluye más de una decena de libros (que se consiguen en internet), donde explora desde el romanticismo de Karl Marx hasta el pensamiento libertario de Simón Bolívar, pasando por el conocimiento riguroso de la historia de incontables pueblos originarios, sus culturas, sus cosmovisiones y también, sus religiones. Porque a diferencia de algunos presuntos “materialistas” altaneros y arrogantes (en el fondo simples ignorantes, que por pereza mental jamás se han tomado el trabajo de intentar comprender en profundidad los sentimientos y las creencias de los pueblos que dicen defender), Santrich conocía al dedillo diversas expresiones de la espiritualidad religiosa popular de los explotados y las sometidas del continente. 
 Pero tampoco se queda ahí su contorno y su figura. Su mochila insurgente cargaba también una cantidad incontable de libros de poemas, de dibujos, de canciones. En uno de sus escritos más sugerentes entrecruzaba la biografía de Manuel Marulanda Vélez, líder histórico de su organización (las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo, Segunda Marquetalia) con… ¡Beethoven! Santrich se sumergía con absoluta comodidad en la historia de la filosofía, en la literatura, en la música y la pintura. ¿Qué político burgués del continente se hubiera animado a debatir con él cara a cara? Había que tener mucha espalda para poder discutir y refutar a alguien de ese estilo. Ni Duque ni Uribe ni Santos hubieran podido soportar media hora de polémica pública, frente a frente, sin guardaespaldas ni pistoleros o sicarios. Por eso la impotencia. Por eso el odio visceral. Por eso la orden de perseguirlo y ejecutarlo, ¡sabiendo que estaba ciego! ¿Quién sino un cobarde puede asustarse frente a una persona ciega? Eso es Duque. Un cobarde. Eso es Uribe. Un cobarde. Eso es Santos. Un cobarde. No tuvieron fuerza para lidiar con sus discursos, con su sarcasmo, con su ironía. 
 Sí, ironía. Porque Jesús Santrich cultivaba el humor con placer y disfrute, como buen caribeño que se precie de tal. En uno de los últimos videos que filmó y que circuló viralmente por las redes de internet, interpretó magistralmente el saxo, recitó una larguísima poesía en homenaje al comandante Hugo Chávez (dejando bien en claro que la insurgencia bolivariana y comunista jamás aceptaría el patrioterismo santanderista de aldea ignorante ni la trampa envenenada de enfrentar a dos pueblos hermanos, como el colombiano y el venezolano) y remató por allí con una ironía que hacía soltar la risa. Se despedía diciendo, si la memoria no me falla: “Nos vemos… dijo el ciego”.
 ¡Jesús Santrich se reía de sí mismo! Cualquier psicoanalista sabría que no hay mayor gesto de salud mental que poder reírse de uno mismo. ¿Alguien pudo observar alguna vez a Macri reírse de sí mismo? ¿A Piñera? ¿A Bolsonaro? ¿A la dictadorzuela boliviana? ¿A Uribe? ¿A Iván Duque? ¿Al presidente de la principal potencia occidental? ¿Al primer ministro de Israel? ¡Nunca! Para cualquiera de esos personajes de un tren fantasma, bizarro y lumpen, el humor sería interpretado como “signo de debilidad”. 
 ¡Santrich murió riendo y haciendo bromas! (en su país al hecho de hacer bromas se lo conoce popularmente como “mamar gallos”). Podía reírse y bromear porque se sabía fuerte y sólido. Su fortaleza no viajaba en helicóptero de combate ni en un tanque de guerra. Venía de la causa justa que defendía, de la verdad de sus proyectos inspirados en Marx y en Bolívar, de la nobleza de sus ideales por los cuales estuvo dispuesto a morir. Cualquiera de sus enemigos en su situación hubiera ensuciado sus pantalones por el miedo.
 La risa burlona, la ironía feliz, el humanismo a toda prueba. De esa madera están hechos y hechas las personas que no están atadas a las mezquindades del Mercado, a las mediocridades de la burocracia, al dinero de sus cuentas bancarias y sus negocios sucios. 
 Estados Unidos, usando peones locales, decidió acabar con él. ¡Qué la heroica Revolución Cubana y la Venezuela bolivariana pongan las barbas en remojo! El anciano “keynesiano” y “populista” Joe Biden no viene a traer “diálogo”, “pluralismo” ni “buena vecindad”. Viene a intentar salvar, a los manotazos, un Imperio en terapia intensiva. ¿Volverá a tener efecto la sonrisa envenenada de los compinches de Obama? ¿Sus becas? ¿Sus “filantrópicas” invitaciones a visitar “la democracia” de ojos azules? ¿Sus “pasantías académicas” destinadas a cooptar gente joven? ¿Otra vez venderán sus espejitos de colores mientras continúan sembrando y regando de bases militares el continente americano? ¿Las organizaciones populares creerán, nuevamente, que con el cambio de administración en la casa de paredes blancas renacen por arte de magia John Lennon y Yoko Ono?
 La ejecución impiadosa del comandante Jesús Santrich ha dejado, tristemente, las cosas en claro. Nada de “flower power”. El imperialismo sigue existiendo. Ni los ciegos se pueden salvar de la furia desbocada de la contrainsurgencia norteamericana, ejecutada en forma quirúrgica por sus peones locales, de piel morena y obediencia ciega. 
 A pesar de la pandemia y el aislamiento social, algo logra escucharse por entre las plantas y los árboles. Por allí deben andar haciendo bromas y planeando nuevas insurgencias Jesús Santrich y Camilo Torres, Fidel Castro y Marulanda, el Che Guevara rodeado de jóvenes rebeldes de Palestina. 
 El ejemplo moral es más fuerte que todo el armamento del mundo. No se puede aniquilar. Los pueblos de América han despertado y ya nadie podrá callarlos. ¡Hasta la victoria siempre, querido Trichi, entrañable compañero Jesús Santrich! ¡Nunca dejes de tocar el saxo ni la flauta, nunca abandones tus dibujos, tus poemas ni tus bromas.

Néstor Kohan 
22/05/2021 

Jesualdo Sosa


Alto al fuego, un revés para Israel


Celebración del alto al fuego en Gaza.

 Un alto al fuego bilateral entre Israel y Hamas puso fin desde las primeras horas del viernes a once días de bombardeos sionistas contra la Franja de Gaza, que dejaron 232 muertos y provocaron daños en decenas de escuelas, además de forzar el cierre del único laboratorio de pruebas contra el Covid-19 del enclave. Casi 17 mil viviendas resultaron destruidas. En la negociación intervinieron Estados Unidos, Naciones Unidas, Egipto y Qatar, estos dos últimos como nexos con la milicia islámica. El presidente norteamericano Joe Biden volvió a reivindicar, en el anuncio de la noticia, el derecho de Israel a defenderse, en referencia al lanzamiento de cohetes por parte de Hamas. Esta impostura, que equipara la violencia de los opresores y los oprimidos, evita deliberadamente referirse a los desencadenantes de la escalada, porque muestran la responsabilidad del Estado sionista. La crisis actual empezó con la orden de la Corte Suprema israelí para desalojar a un grupo de familias en el barrio Sheikh Jarrah, en Jerusalén Este, en favor de nuevas colonias, y con el despliegue de militares en los lugares de rezo de la comunidad musulmana, durante el Ramadán (mes sagrado para esta confesión).
 Todo esto desató las movilizaciones más grandes de los últimos años, fuertemente reprimidas por las fuerzas de seguridad. El estallido mostró que la población árabe-israelí, que vive bajo un régimen de apartheid, había llegado a un punto de saturación, frente al sostenido desarrollo de los asentamientos (que alcanzó en 2020 la cifra récord en una década).
 La política de anexión del Estado sionista, que tiene en los hechos que mencionamos nada más que su último capítulo, es el motor de las recurrentes masacres que sufre el pueblo palestino. 
 El alto al fuego constituye un revés para Israel, que no ha podido quebrar la resistencia armada de Hamas y se vio desafiado por la movilización conjunta del pueblo palestino. El gobierno de Benjamin Netanyahu retrocede apenas unos días después de una histórica huelga general, sin antecedentes desde 1976, que unió a los árabes-israelíes y la población de Cisjordania. El temor a un levantamiento general fue advertido por Biden y la Unión Europea, que en los últimos días empezaron a plantearle a Netanyahu que aceptara un cese de hostilidades. También ha jugado su papel la enorme movilización internacional, con cientos de miles de personas en todo el mundo, especialmente Europa y Medio Oriente. El jefe de relaciones exteriores de Hamas, Osama Hamdan, planteó que como parte del acuerdo había garantías de Israel de respetar los sitios de rezo y de no avanzar contra las familias de Sheikh Jarrah, pero esto fue enfáticamente desmentido por el ministro de defensa israelí, Benny Gantz. En Sheikh Jarrah, por lo pronto, la población advierte que la orden de desalojo aún no ha sido anulada y que se ha montado un fuerte despliegue de seguridad en el ingreso al barrio, que bloquea el ingreso de palestinos de otros lugares, pero permite pasar a las bandas de extrema derecha (Jerusalem Post, 20/5). Estas bandas son las mismas que atacaron las manifestaciones contra los bombardeos, muchas veces al grito de “muerte a los árabes”. A la vez, las fuerzas de seguridad volvieron a reprimir este viernes en la Explanada de las Mezquitas, a fieles que realizaban cánticos en apoyo a Gaza y celebraban el alto al fuego. El asunto de Sheikh Jarrah, y en general todo Jerusalén Este, se ha vuelto una pulseada clave que concentra la atención del pueblo palestino y habrá que seguir su evolución. 
El alto al fuego reactiva también la lucha política interna en Israel, que había quedado relativamente apagada. Rápidamente, varios referentes de la derecha (Avigdor Lieberman, de Yisrael Beitenu; y diputados del Partido Religioso Sionista) salieron a atacar a Netanyahu por los escasos frutos conseguidos. La crisis política en Israel es profunda: el actual primer ministro ganó las últimas elecciones, pero fracasó nuevamente en formar una mayoría de gobierno, por lo que ahora está encargado de lograrlo el principal referente opositor, Yair Lapid. Si Lapid no tiene éxito y no prosperan acuerdos en el parlamento, el país iría a su quinta elección en dos años y medio. Las grandes movilizaciones y la huelga general pusieron en evidencia también que la cuestión palestina sigue siendo un eje de la situación regional. Es un golpe a las burguesías árabes, que vienen profundizando una política de normalización de relaciones diplomáticas con Israel (Emiratos, Bahrein, Sudán, y en la fila está Arabia Saudita), en nombre de que la cuestión palestina había quedado en un segundo plano. 
 El rechazo a las burguesías árabes crece en la población palestina. Al mismo tiempo, la Autoridad Palestina, como fruto de sus lazos crecientes con Israel, también se viene viendo desacreditada, principalmente ante la nueva generación de jóvenes que ha protagonizado las últimas movilizaciones.
 La dinámica expansionista del Estado de Israel conduce a profundos choques y convulsiones en la región. El sionismo ha ido aumentando sostenidamente el radio de su colonización desde su fundación. El “acuerdo del siglo” Trump-Netanyahu, provisoriamente suspendido por la crisis política en Israel, plantea extender ese dominio incluso al valle del Jordán. El pueblo palestino ha sido sometido a vivir hacinado en cantones entrecortados por la vigilancia militar sionista, en tanto que la Franja de Gaza es directamente una prisión a cielo abierto. Como ya vimos, la colonización avanza también en Jerusalén Este y en las ciudades árabes-israelíes. Pero, al mismo tiempo, la población árabe-israelí sigue aumentando, un asunto que desvela a los sionistas. 
 La política colonialista del Estado de Israel ha inviabilizado incluso planteos como la “solución de dos estados”, que buscaban forjar un seudoestado palestino, en algunos pocos territorios, a cambio de la legitimación de la dominación sionista. La única perspectiva que ofrece el Estado sionista, aliado del imperialismo en el control del Medio Oriente, es la masacre del pueblo palestino y su limpieza étnica. Es necesario oponerle el derecho al retorno de los refugiados y la lucha por una Palestina única, laica y socialista, como parte de una federación socialista de pueblos de Medio Oriente.

Prensa Obrera