domingo, 30 de junio de 2013

Brasil: Del 'facebook' a las calles




Algo se rompió en el esquema de Brasil. Más de un millón de personas en casi 400 ciudades reclaman. ¿Que motiva las protestas sociales? ¿Que perspectivas tienen?
La oleada de primaveras sociales que iniciara en Túnez y Egipto, que se expresara en España y EEUU, que pocos días atrás la registráramos en Turquía ha llegado ahora a Brasil.
Llegó cuando nadie la esperaba, sin anunciarse. “Del facebook a las ruas” rezaba una pancarta que sintetiza el pasaje de la convocatoria a la acción directa. Una marea humana que inundó las principales ciudades de un país que, salvo las grandes movilizaciones reclamando ¡Directas Ya! para las presidenciales de principio de los '80 o exigiendo la renuncia de Collor de Melo en 1992, no registra mayores antecedentes en muchas décadas.
Se trata de grandes movilizaciones sociales en el país que nuestros neoliberales alaban como potencia emergente, como ejemplo de bajas tasas inflación, de tener fácil acceso a los mercados internacionales, de que le llueven los dólares, de que tiene reservas internacionales de enorme magnitud, de que ha sacado de la pobreza a 40 millones de personas para transformarlos en clase media. Conviene preguntarse ¿como definirán clase media? ¿Como explican lo que esta pasando allí?

Ampliación de derechos

La matriz de las movilizaciones que recorren el mundo es similar, tanto como las convocatorias por las redes sociales, sin embargo los elementos disparadores no son los mismos. El movimiento “Pase Libre” fue el impulsor de este proceso buscando revocar el aumento de 20 centavos de real en el precio del pasaje de autobus. ¡Y lo lograron! en San Pablo dieron marcha atrás con el aumento, demostrando que lo que parecía imposible era posible.
Pero no se quedan en ese triunfo, las demandas del movimiento van más allá. “Los 20 centavos fueron la gota que rebalsó el vaso, falta el resto” dicen. “El transporte para ser verdaderamente público debe ser accesible a todos, debe ser entendido como un derecho universal” gritan a los cuatro vientos. Una verdadera ampliación de derechos que se complementa con las exigencias de una mayor igualdad; de mejoras en los servicios públicos –transporte, salud, educación- con la reorientación social del gasto público –basta de infraestructuras faraónicas; de proteger la corruptela y del blindaje que los políticos brindan a los corruptos. También luchan contra dos proyectos de enmiendas constitucionales, las PEC 37 y 33. La primera saca las investigaciones por corrupción de la órbita del ministerio público y las coloca en la de la policía; la segunda busca limitar los derechos de los LGBT y la lucha por el aborto, impulsada por un grupo de diputados evangelistas que consideran a la homosexualidad una enfermedad curable.

Giro a derecha

Para no pocos analistas desde mediados del año pasado se verifica una tendencia a la derecha en el gobierno petista de Dilma Rousseff. Este giro se ve confirmado en las partidas del Presupuesto Federal para el año en curso.
Para el investigador de la Universidad de Santa Catarina Juan Luis Berterretche ( http://www.lahaine.org/index.php?p=69988 ), “…el Presupuesto Federal programado para el año 2013 ya era un indicador del golpe de timón a la derecha del gobierno: casi la mitad de este presupuesto, -exacto 42%- está destinado al pago de intereses y amortizaciones de la deuda pública brasileña”… “Lo que suma 2,4 billones, mientras que están previstos por ejemplo 71,7 miles de millones para Educación y 87,7 para la Salud, o sea una doceava parte y un décimo respectivamente del monto reservado para el pago de la deuda pública. Para la reforma agraria se dispondría de 5 mil millones, es decir 180 veces menos. Agreguemos que en nueve días de pago de la deuda se supera el monto previsto para un año entero del programa "Bolsa Familia" que atiende cerca de 13,5 millones de hogares. En estas cifras se resumen las prioridades económicas del gobierno del PT.” Conviene señalar que siguiendo la tendencia mundial, la mayoría de los pagos de la deuda pública corresponde a la “deuda interna” que también tiene como principales beneficiarios a bancos e inversionistas extranjeros.

Reforma urbana

Parte del enorme gasto público aprobado está dirigido al desarrollo de la infraestructura del país -autopistas, ferrovías, puertos, aeropuertos, etc- pero también están incluidas las obras "necesarias" para los grandes eventos deportivos -Copa de las Confederaciones (se está desarrollando en estos días); el Campeonato Mundial de Fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016.
La gente en las calles denuncia que, la par que se avanza en este plan de obras, se lo utiliza para realizar una contra reforma urbana en las principales ciudades del país, que implica desplazamiento de poblaciones en zonad socialmente conflictivas. La contrapartida no es otra que la valorización territorial y la especulación inmobiliaria.

El fútbol y la gente

En un interesante artículo, ese formidable goleador que fue Romario, hoy diputado, señala la contradicción de que en el país de los penta campeones mundiales, donde el fútbol es casi una cuestión de Estado, sea la Copa del Mundo la que moviliza a vastos sectores de la población a poner fin a los megaemprendimientos impuestos por la FIFA; a la corrupción y al despilfarro que ven en estas obras mundialistas.
No es para menos, los 17.000 millones de dólares involucrados en estas partidas contrasta con la situación edilicia de las escuelas, el deterioro de la sanidad y de los transportes públicos, la falta de viviendas populares. El goleador culmina sentenciando un verdadero aserto: “El fútbol no es más importante que la gente”.

Ya nada será igual

En Argentina, sectores de la oposición derechista han pretendido equiparar estas movilizaciones con las de los caceroleros de nuestro país, mientras que desde sectores oficialistas se ha pretendido descalificarlas con al argumento de que son las clases pudientes las que protestan contra gobiernos populares. Nada más alejado de la realidad, no solo por sus demandas, orientadas a la satisfacción de necesidades básicas, sino también por la composición social. Si en nuestro país los caceroleros eran mayoritariamente sectores de las capas medias-medias y altas cuyas demandas poco y nada tenían que ver con las clases populares, en Brasil se movilizan jóvenes estudiantes, sectores populares, trabajadores cansados de los malos transportes, de los malos servicios de salud y educación, de vivir hacinados, de la falta de oportunidades, de la corrupción…
Quienes desde los primeros días de este mes se vienen movilizando en Brasil se han dado cuenta, nos dice el investigador de la Universidad de Campinas Ricardo Antúnez, “…que, más allá del crecimiento económico, del mito falaz de la 'nueva clase media', hay una realidad profundamente difícil, crítica, en todas las esferas de la vida cotidiana de los asalariados y asalariadas. Se ve en el foso gigantesco que existe entre la representación política tradicional y el clamor que surge hoy en la calle. Se constata en la brutalidad y la violencia extrema de la policía militar.”

¿Nuevo ciclo?

El ciclo de protesta inaugurado con las revueltas en el mundo árabe parece ahora cobrar un nuevo aliento, no es posible saber 'a priori' cuál será su evolución futura, pero sí que ya nada será igual. Algo se ha roto con los cuestionamientos a los poderes económicos y políticos, a las instituciones. Algo está pasando en la conciencia colectiva de las masas obreras y populares de un Brasil que es hoy la séptima potencia económica del mundo y al mismo tiempo uno de los diez países mas desiguales del planeta.
Es posible que estemos en los prolegómenos de un nuevo ciclo de ascenso de las luchas populares. Si se consolida, por la envergadura del país y lo que este implica para América latina, este ascenso no será solo brasileño.

Eduardo Lucita. integrante del colectivo EDI - Economistas de Izquierda.
La Haine

sábado, 29 de junio de 2013

Pablo Catatumbo: fin de la guerra requiere cambios para el pueblo




Pablo Catatumbo.

Para terminar una guerra de más de medio siglo y centenares de miles de muertes, es justo convenir cambios que satisfagan necesidades del pueblo colombiano, sostuvo aquí el comandante insurgente Pablo Catatumbo.
Miembro de la delegación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) que dialoga en esta capital con el gobierno de su país, Catatumbo cree que la paz es un anhelo que une a la mayoría de sus compatriotas.
Sin embargo, considera que el diálogo pasa por un “momento crítico”, que atribuye al “discurso de doble carril” del presidente Juan Manuel Santos.
“Constantemente nos amenaza y pone ultimatum. En el fondo siguen creyendo que la insurgencia puede ser derrotada militarmente”, aduce.
Una publicación de su país lo califica como “curtido forajido del Estado Mayor y el Secretariado de las FARC”, pero el guerrillero colombiano acudió a la entrevista en la sede de Prensa Latina en La Habana con la historia de su país a mano.
Colombia nació como república con la particularidad de que la oligarquía recurrió desde entonces al crimen político para mantener sus privilegios, asegura.
Apuntó que se trata de una malformación repetida en el tiempo, contra Bolívar, Sucre, Gaitán y otros actores que intentaron transformar esa nación sudamericana.
“Eso está en el fondo de nuestros reclamos”, insiste. De otra manera -indica- no se puede explicar que en el siglo 19 ocurrieran 47 guerras civiles, todas por resolver los conflictos heredados por incumplir con las banderas del Libertador.
Catatumbo enfatiza que la desigualdad en la tenencia de la tierra dio origen al conflicto y es un problema irresuelto en “el país más desigual del mundo según datos de Naciones Unidas”.
“Es aberrante la excesiva concentración de la propiedad por la cual el 0,9 por ciento de la población dispone del 99 por ciento de las acciones empresariales”.
Explica que las diferencias en la mesa de conversaciones son de fondo.
“No tienen en su cabeza -enfatiza- otra fórmula que el proceso que desmovilizó al M-19″, cuya dirigencia fue asesinada.
Dijo que el gobierno entiende la participación como que “los guerrilleros salgamos a hacer política; nos ofrecen puestos de representación, llegar al Senado, llegar a la Cámara, ser gobernadores”.
Riposta que sería con “unas reglas amarradas, un código electoral absolutamente corrupto, con unas legislaciones antidemocraticas”.
Reveló que en las pláticas que tienen lugar en el Palacio de Convenciones de La Habana los representantes gubernamentales les recriminan: “ustedes quieren que le hagamos la revolución en la mesa’”.
“Somos lo suficientemente realistas para saber que se pueden hacer reformas que establezcan posibilidades de librar la lucha política en otras condiciones”, arguye.

LA CONSTITUYENTE

En las últimas semanas la delegación de las FARC insiste en su propuesta de celebrar una Asamblea Constituyente como vía para promover los cambios en Colombia.
Incluso sectores de izquierda de su país parecieran no tenerlas todas consigo con esa idea, que también es rechazada por el ejecutivo de Juan Manuel Santos.
El comandante guerrillero coincide que “es un riesgo, pero creo que, si el gobierno aceptara convocar una Asamblea Nacional Constituyente por la Paz, sería acogida por todo el pueblo”.
La calificó como un “tratado de paz que sirva incluso para dirimir las diferencias que no hemos podido resolver en la mesa de conversaciones”.
“Nadie puede creer que doce guerrilleros y doce personeros del establecimiento pueden ponerse de acuerdo sobre temas como el latifundo o los tratados de libre comercio”. Pero -reflexiona- la nación si puede hacerlo en la Constituyente.
“Consideramos que podemos ganar ese debate democrático, en ese escenario, porque el pueblo ha sufrido mucho y los latifundistas son una minoría”, dijo.
Se refirió a “sectores poderosos recalcitrantes” que se oponen en la paz, y citó entre estos a los terratenientes y otros asociados al ex presidente Álvaro Uribe. “El gobierno de Uribe favoreció a sectores emergentes de la burguesía mafiosa que lucró con contratos del Estado y se enriqueció con la guerra.
También a sectores militaristas en las fuerzas armadas los cuales “temen que un acuerdo con la guerrilla los va a sacrificar y mandar a la cárcel”.
“Las FARC no les guarda rencor a los militares, hemos combatido, ellos han dado el pecho y lo han hecho con valentía. Pero les hemos dicho que son instrumentos de la oligarquía, garantes de sus privilegios”.
El dirigente insurgente considera más culpable a los “dueños de los ingenios que armaron paramilitares y asesinaron a medio país”. “Esos siguen impunes”.
“Tenemos que llegar a un punto de realismo en que los actores de la guerra tenemos que ser anmnistiados. Una ley de punto final”.
Dijo que ese es un tema que aún no ha sido debatido, pero que tendrá que llegar “para evitar que los sectores militares se conviertan en un obstáculo a un acuerdo de paz”.
“Estamos alzados en armas porque nos obligaron, nos asesinaron. La solución política es difícil, pero la creemos posible”, concluyó.

Orlando Oramas León

viernes, 28 de junio de 2013

El colonialismo en el mundo actual




Palabras pronunciadas en la sede de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL) en la presentación del número 176 de la revista Tricontinental, dedicada al tema del colonialismo

La mayor parte de este número está dedicada a un tema de enorme importancia actual: el colonialismo. La nota inicial, “Al lector”, que es de una calidad singular, expone lo esencial en cuanto a las colonias que existen en el mundo actual, su distribución geográfica y las funciones que desempeñan para los poderes coloniales. Destaca los casos de Palestina, Puerto Rico, Sahara Occidental y Malvinas, por la atención internacional que reciben. Y explica muy bien y de manera sintética el contenido del número.
He tenido la satisfacción de revisar con cuidado los artículos, lo que me permitió constatar los valores de cada uno y del conjunto que forman, un número 176 que está a la altura de la tradición de esta revista, combatiente y hermosa, hija consecuente e intransigente de aquellos trabajos y aquellos ideales que reunieron en La Habana hace casi cuarenta y siete años a representantes de los luchadores de nuestro mundo, el que los enemigos de la Humanidad habían oprimido, expoliado y aplastado siempre, y al que en aquellos años los medios de comunicación le habían dado el tercer lugar en una clasificación de tres.
Estimo que hay dos procedimientos igualmente válidos en estas presentaciones: describir y comentar cada uno de los textos de la publicación; o hacer comentarios referidos al asunto principal que ha sido abordado y expuesto a lo largo del número. Inspirado por esos textos, escojo la segunda fórmula para estas palabras, por lo que acabo de decir y porque los presentes tendrán a su alcance de inmediato la revista. Añado solamente una cálida felicitación a los aspectos formales del número, que le aportan gran belleza y capacidad comunicativa.
El colonialismo ha sido la forma fundamental y decisiva de la universalización de las relaciones mercantiles, de la individualización de las personas y la oposición de todos contra todos –forzada por el poder del dinero y por las violencias del poder–, de la homogeneización de los patrones de consumo y la generalización de determinadas relaciones sociales fundamentales y sus valores correspondientes, a escala planetaria. En dos palabras, ha sido la forma principal de universalización del capitalismo. En el caso del continente americano, es en estos años que se está cumpliendo realmente el llamado Quinto Centenario, que en su momento fue tan publicitado y manipulado como rechazado, y no en aquellas fechas de 1492 en que un explorador llegó a unas islas del Caribe. Aquel fue el inicio de un colosal genocidio, de un gigantesco ecocidio, de la destrucción de culturas maravillosas, condicionante de la elaboración material e ideal de una civilización egoísta, explotadora, criminal, excluyente, racista y depredadora, que le impuso al planeta entero su título pretencioso de modernidad.
José Martí, el primer gran pensador anticolonial que comprendió el imperialismo, escribió en 1884: “¡Robaron los conquistadores una página al universo!”. Pero no olvidemos nunca que desde el inicio se trataba de un negocio, el más despiadado y abarcador, el más opuesto al bienestar, la dignidad y el despliegue de la condición humana y la convivencia social que se ha inventado: el capitalismo. El jefe de los conquistadores de las sociedades existentes en el actual México, que eran superiores a ellos en muchos aspectos, le había escrito en 1524 a su emperador pidiéndole que ordenara la detención del saqueo indiscriminado y que se comenzara la colonización del país.
Los años que siguieron al final de la Segunda Guerra Mundial fueron los de la independencia para la gran mayoría de las colonias que existían en África y Asia. Varios factores principales concurrieron en aquellos eventos históricos. Un nuevo orden capitalista de posguerra, en el cual predominó abiertamente Estados Unidos, que tenía dentro de su estrategia mundial la disolución del dominio colonial europeo y que actuó en consecuencia. Una Europa colonialista, que aunque ya carecía de poder suficiente para alternar con Estados Unidos, pudo lanzarse a una rápida reconstrucción y ampliación económica; establecer relaciones de tipo neocolonial con sus antiguas posesiones podía serle muy provechoso en esa hora de reubicarse. Pero hay que recordar que no por eso propiciaron las independencias. Siglo y medio después de la Revolución francesa no querían aceptar la autodeterminación de los pueblos. Los mismos colonialistas que aprobaron en 1952 un plan para conceder autogestiones o independencias después de 1972 ejecutaron matanzas terribles y represiones por doquier, y pusieron obstáculos de todo tipo a los procesos de independencia de las colonias.
Pero no pudieron evitar aquellos procesos. Lo que sucedió fue que los pueblos protagonizaron el ocaso efectivo del colonialismo. Por todas partes se movilizaron, se organizaron, presionaron, negociaron o exigieron la independencia, en muchos países como culminación de procesos políticos y sociales nacionalistas previos. En numerosos lugares se combatió con las armas en la mano a los colonialistas. El triunfo de la Revolución china en 1949 y las revoluciones victoriosas de Vietnam y Argelia fueron jalones muy importantes de un avance extraordinario de la cultura mundial: la conversión de la independencia en liberación nacional. Activistas y pueblos muy diferentes y que estaban en situaciones muy disímiles se aproximaron, motivados por la afinidad de sus problemas, la identidad de sus enemigos y la necesidad de aumentar sus fuerzas y auxiliarse. La Conferencia de Solidaridad Afroasiática de Bandung en 1955, la fundación del Movimiento de los Países No Alineados en 1961 y la Conferencia Tricontinental de 1966 fueron hitos de un movimiento internacional cuyo logro principal estuvo en formarse y desarrollarse fuera y lejos de la égida de los imperialistas, en ser una forma más de las identidades que reclamaban su lugar en el mundo.
Las nuevas realidades autóctonas de África, Asia y América Latina y el Caribe tenían que enfrentarse al mismo tiempo con el imperialismo y con la búsqueda de la justicia social, con el “subdesarrollo” –mal nombre dado al lugar en que fueron puestos dentro del sistema mundial capitalista–, con la mentalidad colonizada -la herencia maldita del colonialismo–, con la necesidad de modernizaciones y la de hacer la crítica del signo burgués de la modernidad. A diferencia de la primera ola revolucionaria del siglo XX, que tuvo su centro en Europa, una segunda ola revolucionaria que recorría el planeta en los años sesenta-setenta tenía su centro en ese mundo tercero.
Aquellos eventos cambiaron el mapa del mundo y la composición y el manejo de las relaciones internacionales, e hicieron grandes aportes a la cultura de los pueblos, al convertir lo que hubiera sido un paso de avance o una coincidencia de intereses diferentes en unos procesos políticos, sociales, económicos y de pensamiento que tuvieron un alcance extraordinario. Pero en las últimas décadas hemos padecido una transformación hipercentralizadora y parasitaria del imperialismo, reforzado por un período de grave disminución de las luchas de clases y de liberación. El capitalismo actual está librando una formidable guerra cultural a escala universal, mediante la cual pretende compensar la desaparición de su gran promesa abstracta de progreso, desarrollo y buen gobierno; ocultar la pérdida de los rasgos de competencia, iniciativa y libertades económicas, y un campo y seguridad para sectores medios, que poseía su régimen; forzar a aceptar el despojo que se ha hecho en tantos países de la mayoría de las conquistas sociales y políticas logradas durante el pasado siglo; y prevenir o desmontar todas las resistencias y protestas.
Esta guerra cultural se propone que todos en todas partes acepten el orden que impone el capitalismo como la única manera en que es posible vivir la vida cotidiana, la vida ciudadana y las relaciones internacionales. Uno de sus objetivos cardinales es que olvidemos la gran herencia que nos brinda precisamente la acumulación cultural constituida por la historia horrorosa del colonialismo y la historia de las resistencias y las rebeldías de los pueblos. Reprimidos o tolerados, aplaudidos o condenados por ser diferentes, pero siempre explotados, discriminados y avasallados, pretenden que renunciemos al pasado y el futuro y asumamos una homogeneización de conductas, ideas, gustos y sentimientos dictada por ellos
La guerra del lenguaje forma parte de esa contienda. Como bien apunta WilmaReverón, llamar a los colonialistas actuales “potencias administradoras”, y a las colonias “territorios no autónomos” o “en fideicomiso” es un escamoteo de la realidad. Existe toda una lengua para lograr que las mayorías piensen como conviene a los dominadores o, en muchos casos, que no piensen. El principio de soberanía nacional ha sido sumamente debilitado en el mundo actual, pero esto es ocultado mediante expresiones como “lucha contra el terrorismo”, “intervención humanitaria”, “tratados de libre comercio”, “defensa de los derechos humanos”, “países fracasados” y otras. En el siglo XXI, los imperialistas vuelven a ocupar militarmente países, pero a los ocupantes se les llama de cualquier manera menos invasores. Tratan de convertir en naturales las relaciones de vasallaje, el intervencionismo, el pago de tributos, el saqueo de los recursos. Lo que pretenden, en general, es desinformar, confundir, manipular, crear una opinión pública obediente –y, si es posible, entusiasta en su obediencia–, y convertir a las personas en público. Danny Glover denuncia ese trabajo imperialista en un párrafo muy esclarecedor de su entrevista acerca de los Cinco.
La generalización del neocolonialismo como forma de dominación imperialista en su expansión mundial a mediados del siglo XX fue un indicador de madurez del capitalismo como formación social: el funcionamiento mismo de su modo de producción se convertía en su principal mecanismo de explotación y de obtención de ganancias procedentes de los países subalternos, aunque ventajas extraeconómicas y medios políticos, militares e ideológicos siguieran desempeñando papeles importantes en la relación neocolonial. Al mismo tiempo, esa relación marcaba los límites de aquella dominación. El país neocolonizado debía ser independiente y poseer soberanía nacional, aunque en la práctica lo fuera con limitaciones; disponer de grados relativamente notables de desarrollo de su formación social nacional; tener instituciones, intereses, representaciones y proyectos, capaces de ser integrados en la hegemonía de su clase dominante-dominada nativa, que los proclamaba como los nacionales, o de ser lugar de reclamaciones, conflictos y elaboraciones de sectores más o menos opuestos a ellas que también se reclamaban como nacionales.
Ese neocolonialismo formaba parte entonces de una época de muy agudas pugnas entre conservatismos y reformismos, entre revoluciones de liberación nacional y socialistas y contrarrevoluciones, entre modificaciones de muchos tipos de las estructuras y funciones del capitalismo a escala mundial, que negociaban o chocaban con estrategias, esfuerzos y proyectos de desarrollo nacional más o menos autónomo de numerosos países del llamado Tercer Mundo. El desarrollo, las políticas sociales a favor de mayorías, el socialismo, el nacionalismo de clases dominantes, la democratización de las formas de gobierno y otras dinámicas estaban a la orden del día, y el movimiento y la discusión de ideas acerca de todos estos temas era muy fuerte y constante.
En 1981, la revista Tricontinental reprodujo en sus números 74 y 75 mi ensayo “Neocolonialismo e imperialismo. Las relaciones neocolonialistas de Europa en África”. Ayer lo revisé, sobre todo el acápite en que trataba la relación en su aspecto conceptual, y se me hizo claro que aquella situación ha cambiado mucho, y que ha sido sobre todo en perjuicio de los pueblos y países de la mayor parte del planeta. El neocolonialismo se ha deteriorado en cuanto a sus aspectos menos negativos, y lo mismo ha sucedido con la forma de gobierno democrática que se generalizó en la esa época. Estas dos instituciones notables de la segunda mitad del siglo pasado se han ido vaciando de su contenido, y en el nuevo siglo el retroceso se ha hecho evidente.
Siguen existiendo colonias remanentes de la época en que esa era la relación principal de dominación, y debemos seguir combatiendo hasta lograr que dejen de serlo, pero cada vez están menos solas. En la práctica, la recolonización selectiva es una de las características actuales del imperialismo, que escoge las regiones y países que considera apropiados para saquear sus recursos naturales, esquilmar su fuerza de trabajo, cobrar tributos, obtener ganancias directas y establecer posiciones militares. Las demás áreas del que fue Tercer Mundo son abandonadas a una suerte de miseria y exclusión. Los imperialistas operan con impunidad, por eso ocupan militarmente países, alardean de sus asesinatos mediante drones, sus esbirros toman presos a ciudadanos de otras naciones y sus jueces ordenan a otros países que paguen lo que ellos dispongan a partir de litigios privados.
Aparte de otros defectos, tengo que revisar aquel ensayo para que los conceptos de colonialismo y neocolonialismo que exponen puedan seguir siendo útiles, y los análisis acerca de su alcance y sus procedimientos se enriquezcan o cambien sus resultados a partir de los nuevos datos. Considero necesario que todos los que analizamos estas cuestiones cruciales del mundo actual trabajemos con los eventos y los procesos que están en curso y las tendencias que puedan deducirse de ellos, pero sin limitarnos a ellos, en busca de un pensamiento crítico que llegue a aportarnos conceptos e interpretaciones de las características fundamentales del sistema que oprime a los pueblos y amenaza al planeta, de las claves de su funcionamiento y los rasgos y las reglas de sus modos de operar. Y que nos aporte, a la vez, conocimientos ciertos y crecientes acerca de los pueblos dominados y de nuestro propio campo; de los modos como se reformulan el consenso, la indiferencia o la resignación de los abajo, y no solo sus protestas y resistencias; de las raíces de nuestras insuficiencias, divisiones y debilidades.
En los años recientes se han levantando en diferentes lugares del mundo acciones y banderas de rebeldía, sentimientos profundos de inconformidad y esperanzas de que pueda pretenderse un mundo y una vida nuevos. La región de América Latina y el Caribe está en la vanguardia entre estos movimientos. Al enfrentar las tareas ciclópeas que esto demanda y los desafíos casi insondables que pone ante nosotros, se hace clara la necesidad de ideas, elaboraciones intelectuales, divulgaciones, debates, capacidad de influir, hacer conciencia, sumar, aprender de los demás, conducir. La nueva vida y el mundo nuevo solo nacerán y serán fuertes a partir actividades intencionales, organizadas y concientes. A nuestro favor tenemos una acumulación cultural excepcional, herencia yacente que hay que aprovechar y superar. Los trabajos como este que presentamos hoy son modestos pasos en el largo camino, pero son los que nos llevarán a vencer al colonialismo actual y a sus padres.
Ojalá que este número de Tricontinental trascienda la lectura por especialistas, pueda llegar a profesores y comunicadores y los induzca a ofrecerle a nuestra población informaciones y criterios que tanta falta nos hacen, para que los problemas, las tareas y la cultura de nuestro mundo, el mundo tricontinental, ocupen un espacio mayor y más calificado en nuestro país. La OSPAAAL y su revista Tricontinental tienen una historia que nos invita a recuperar un legado de luchas y de ideas, pero nos ofrecen sobre todo una lección para el futuro, para el camino indispensable que debemos recorrer. Es obvia la necesidad de unirnos y avanzar juntos, en este momento histórico en que está en marcha la recolonización selectiva del mundo y el imperialismo norteamericano intenta convertirse en el imperio mundial, pero, al mismo tiempo, los seres humanos y los pueblos vuelven a actuar y a representarse la liberación de todas las dominaciones y la creación de nuevas relaciones entre las personas y con la naturaleza, y nuevas instituciones que estén realmente al servicio de todos y permitan el despliegue de todos. Termino con mis palabras en otra publicación cubana, con motivo del 45º aniversario de aquel congreso celebrado en La Habana: este tiene que ser, entre otras cosas, otra vez el tiempo de la Tricontinental.

Fernando Martínez Heredia

“El aborto en Uruguay se despenalizó, la ley queda firme”




Ante el referéndum que se llevó a cabo en Uruguay el domingo pasado Marcha dialogó con Sofía Machado, militante de la organización social Proderechos. Un análisis del apoyo de los uruguayos y uruguayas a la ley de despenalización del aborto aprobada por el parlamento en octubre de 2012.

El domingo pasado se realizó en Uruguay una votación con el objetivo de convocar a un referéndum para votar a favor o en contra de la ley de despenalización del aborto sancionada en el país durante el año 2012.
Según la legislación uruguaya es posible convocar a un referéndum para apoyar o rechazar una ley con el apoyo del 25% del padrón electoral. Sin embargo no es necesario juntar esa cantidad de firmas, sino que con un 2% alcanza para convocar a un “recurso de referéndum” donde ahí sí, el 25% de la población habilitada para votar debe mostrarse favorable a la iniciativa.
Esto último fue lo que se realizó el domingo pasado en el país oriental, pero el resultado estuvo muy lejos de lograr el objetivo de los convocantes. La iniciativa apenas alcanzó a superar el 8% por lo tanto no se realizará el referéndum.
Marcha dialogó con Sofía Machado, integrante de la organización Proderechos que se oponía al referéndum y defendía la ratificación de la ley.
- Teniendo en cuenta que la iniciativa de este domingo fue una convocatoria a las urnas para, en caso de obtener los votos necesarios, realizar luego un referéndum para poner en discusión la ley de despenalización del aborto aprobada por el Parlamento ¿Podrías comentar cuál es la importancia del resultado obtenido? ¿Existe la posibilidad de volver a realizar una iniciativa de estas características o ahora la ley queda firme?
La votación del domingo fue un evento sumamente importante en lo que respecta a los derechos de las mujeres por dos cosas básicamente:
La primera es que efectivamente deja en pleno ejercicio la ley de interrupción voluntaria del embarazo (IVE), es decir, todas las mujeres uruguayas y mayores de 18 años podremos abortar de forma legal y segura.
Segundo, posiciona este tema dentro del espacio político de forma muy diferente. La baja concurrencia deja en evidencia que esta ley no solo es apoyada por una de las organizaciones sociales, sino que tiene el respaldo de la gran mayoría de la ciudadanía. El 90% de los uruguayos y uruguayas considera que debemos despenalizar el aborto. En lo que refiere a posibles derogaciones o similares, de aquí en más no son posibles, al menos no durante este período de gobierno, es decir, el momento de consulta fue el domingo, lo que podría suceder es que se presentara un nuevo proyecto de ley que derogue esta ley, cosa que claramente no contaría con el respaldo popular, por lo que sería políticamente más que costoso.
En síntesis, por este período ya está, la instancia de consulta sobre la posible derogación de esta ley fue superada, el aborto en Uruguay se despenalizó, la ley queda firme.
- Brevemente ¿Quienes formaban la Comisión Nacional Pro Referéndum? ¿Qué sectores apoyaron la iniciativa y cuales estuvieron en contra?
En lo que refiere a la formación del grupo “pro referendum”, fue un colectivo conformado por organizaciones y personas que entendían que dicha ley debía de aprobarse por el voto popular, el impulsor de este referéndum fue [el diputado Pablo] Abdala, del Partido Nacional. Tanto el Partido Nacional como el Partido Colorado impulsaron que este sufragio se efectuara y convocaron a que la gente fuera a votar, es decir, ambos partidos apoyaron la iniciativa. Aquellas organizaciones que apoyamos esta ley entendíamos que esta instancia de votación significaría un retroceso en materia de derechos, por lo que no votamos ni convocamos a sufragar, lo mismo hizo el Frente Amplio.
No sabría decir el nombre de las organizaciones que lo convocaron, pero sí de aquellas (o al menos algunas) que NO convocaron: Proderechos, Cotidiano Mujer, Mysu, Amnistía Internacional, Cladem, Ovejas Negras, PIT-CNT, CNS, y otras que no recuerdo.
- ¿Cuales son los argumentos que desde Proderechos plantean para apoyar la ley vigente y oponerse a la realización de este referéndum?
Desde Proderechos entendemos que es importante defender esta ley y la legalización del aborto por dos grandes razones; por lo que significa respecto a garantías de acceso a la salud y por lo que simboliza sobre los derechos de la mujer.
Desde el punto de vista de los derechos de las mujeres, esta ley habilita a que toda mujer decida sobre su vida sexual y reproductiva. Cuándo, en qué condiciones y con quién tener hijos. Por otro lado, no se restringe a causales, las razones por las cuales realizar la interrupción dependen de cada mujer, sin olvidar que disminuye los espacios de violencia por los cuales una mujer debía transitar. Por último, se evita el trato criminal que una mujer recibía al transitar por la clandestinidad.
Desde el punto de vista del acceso a la salud permite el acceso al aborto seguro a todas las mujeres, más allá de su situación social y económica, si el mismo se realiza dentro de las 12 primeras semanas de gestación. Y garantiza que dicha práctica se efectúe bajo las condiciones sanitarias establecidas, debiendo asegurarlo todos los centros de salud del país.
De forma más puntual sobre esta ley, el equipo de profesionales asegura contención y asesoramiento pre y post aborto, no pudiendo incidir en la decisión tomada por la mujer. El protocolo prevé, además, que la atención médica se oriente también a la prevención de futuros embarazos no deseados.
No debemos olvidarnos que esta ley es un gran avance, pero debemos seguir trabajando en post de su cumplimiento, y en mejorarla, es decir, de entender a la despenalización.
- Los grandes medios (en Argentina al menos) hicieron mucho hincapié en que Tabaré Vázquez, ex presidente y pre candidato presidencial del Frente Amplio (FA), apoyaba la realización del referéndum ¿Esta posición es mayoritaria dentro del FA o es simplemente la expresión de una figura política individual?
La postura de Vazquez no es la que impera a la interna del Frente Amplio, por eso fue posible la aprobación de esta ley a nivel parlamentario. A mi entender se podría tomar como la expresión de una figura política individual, sin dudas.

Marcha

miércoles, 26 de junio de 2013

Ché: el Pensador, la Teoría, la Crítica y el Legado




La obra de Ernesto Che Guevara es una de las cumbres de la historia del pensamiento político cubano; al mismo tiempo, él fue uno de los más prominentes entre los pensadores que participaron en el proceso de universalización del socialismo y el marxismo que sucedió en el siglo XX. Su actuación y su concepción constituyen una de esas expresiones supremas del radicalismo que existen siempre dentro de la compleja diversidad de componentes que contiene el campo de cada revolución. Fue un caso análogo al que constituyó José Martí respecto a la Revolución del 95, que pudiéramos sintetizar mencionando cinco rasgos principales de las ideas y la actuación martianas: el tipo de política insurreccional que promovió –que era a la vez el arma indispensable y la escuela para transformar a los participantes–, y la práctica que hizo de ella; su propuesta de convertir la independencia en una liberación nacional y de forjar una república nueva; el extraordinario y singular cuerpo de ideas que desarrolló, que entre otros aspectos contiene una interpretación pionera de comprensión y crítica del mundo moderno, y postula la necesidad de revolucionarlo desde la perspectiva de los que fueron colonizados; la consecuencia absoluta entre sus ideas y su conducta; y el alcance de los cuatro rasgos citados, que trascendió mucho a un mero enfrentamiento de las circunstancias en que actuó.
Expondré algunos aspectos seleccionados de la actuación y la concepción del Che que dan cuenta de ese papel descollante que tuvo en el pensamiento cubano, en la universalización del socialismo y el marxismo y en el radicalismo revolucionario. Su examen también puede sintetizarse en cinco rasgos, referidos al tipo de política que promovió y practicó, la propuesta que hizo, el extraordinario y singular cuerpo de ideas que desarrolló, la consecuencia absoluta entre sus ideas y su conducta, y el alcance superior de su actuación y su concepción respecto a sus circunstancias. Lo haré en forma más bien telegráfica y destinada a estimular el diálogo.
En el proceso de la insurrección y hasta su muerte durante la primera etapa de la Revolución en el poder –la que va de 1959 a inicios de los años setenta–, el Che compartió con Fidel la colosal aventura de la Revolución y lo siguió siempre, como el líder supremo del proceso y como un pensador radical excepcional. En el transcurso de aquellos años, Fidel debió asumir sobre todo las funciones de dirigente máximo y de educador popular, y el Che, que desempeñó un cúmulo de responsabilidades prácticas en numerosos terrenos, elaboró al mismo tiempo una obra teórica que es el más importante monumento intelectual de la Revolución, obra que ha resultado muy trascendente para la estrategia y el proyecto cubanos hasta el día de hoy, y que lo será en el futuro que alcanzo a pensar.
Las revoluciones son procesos complejos, que para triunfar deben subvertir y negar el orden vigente, demoler sus instituciones y desvalorizar sus símbolos; promover el carácter libertario e implantar disciplinas férreas, hacer de la unidad un valor superior, ser muy desafiantes y llegar a ser respetables, y construir un nuevo orden que reúne creaciones, adaptaciones, nuevas relaciones, instituciones, valores y costumbres, permanencias; en suma, un orden que combina promesa y administración, defensa y autocrítica, novedades y rutina. Si se estudia, se puede historiar el proceso, periodizarlo y hacer valoraciones sobre su curso. Alguna vez se ha propuesto el símil de un péndulo para mostrar el ciclo que suele caracterizar el curso y el mundo ideal de las revoluciones: primero, avances hasta un punto de máximo radicalismo; después, detenciones, retrocesos y estabilización. El péndulo, que había oscilado hasta un punto máximo hacia delante, hace giros cada vez menores y se va deteniendo al centro de la escena, pero el eje que lo sostiene se ha trasladado ya a un punto mucho más adelantado que el que ocupaba al inicio del ciclo. Martí y el Che habrían llevado el péndulo a su máximo punto de avance.
Aunque fueron hombres de acción que con ella colmaron sus vidas y llenaron sus épocas, y esa actuación y sus virtudes constituyen un tesoro moral y un ejemplo imperecederos, cuando volvemos –como hacemos hoy– sobre aquellos líderes radicales, lo principal que atendemos es a sus ideas y sus propuestas, porque en ellas reside lo fundamental de su trascendencia y de la utilidad que podemos obtener de ellos. Por cierto, el hecho de haber sido muy superiores a sus circunstancias les suele acarrear una posteridad inmediata sumamente difícil, precisamente porque resultan irreductibles a las concesiones y retrocesos que forman parte, junto a los avances, de la estabilización que se produce durante las posrevoluciones, mientras que su peso simbólico es enorme y se les identifica con la revolución.
La mundialización de su sistema ha sido un destino inevitable para el capitalismo, un tipo de dominación que es singular en la historia humana. Desde que ella comenzaba, el joven pensador alemán Carlos Marx les planteó a los anticapitalistas el requisito de la mundialización de la revolución para que esta pudiera tener posibilidades de vencer. La consigna final del Manifiesto Comunista no es una frase feliz: es una tesis. Pero el modo fundamental de ser de la mundialización capitalista ha consistido en las colonizaciones de la mayor parte del planeta, y, por otra parte, el ámbito de todas y cada una de las revoluciones sucedidas contra la dominación capitalista ha sido el nacional. Esas dos realidades han sido una gran fuente de tensiones, contradicciones y retos para las concepciones y las prácticas revolucionarias opuestas al dominio capitalista, y más de una vez han tenido inclusive consecuencias trágicas. El socialismo marxista ha vivido desde hace más de un siglo esos desafíos entre las ideas, los movimientos y las luchas que se han representado como prioritarios –o que han asumido en política– los antagonismos de clases sociales o la necesidad de liberar las naciones, o han hecho intentos diversos de combinar esos dos polos.
Otros dos condicionamientos que han marcado la historia del socialismo marxista han sido más graves. El primero y más general es el de la renuncia en muchas situaciones y casos a la pretensión de derrocar al capitalismo e implantar poderes socialistas, y la consecuente adecuación práctica a constituir solamente formas de oposición muy limitadas al sistema de dominación, que le resultan funcionales a este, o incluso a colaboraciones con ese sistema. El segundo, el curso de la experiencia que se inició con el triunfo de la Revolución de Octubre en Rusia y terminó en 1991, llena de eventos y procesos que no puedo tratar aquí. Apunto al menos que entre la segunda posguerra mundial y los años sesenta su impacto general era muy contradictorio. Por un lado, el inmenso prestigio ganado en aquella guerra, el ser para muchos la antítesis del capitalismo imperialista, genocida, guerrerista y sujeto de una crisis prolongada, y la conversión de la URSS en una enorme potencia, rival de Estados Unidos, el nuevo campeón único del campo capitalista. Por otro, la dictadura del grupo que en los años treinta liquidó la Revolución bolchevique, hasta mediados de los años cincuenta, y, desde entonces, tímidas y muy parciales reformas desde arriba. Y una política mundial creciente, pero sujeta al convenio de esferas de influencia de 1945 con el imperialismo, por lo que manipulaba a los movimientos y la ideología de su campo y se guiaba por la razón de Estado en vez de por el internacionalismo.
Ernesto Guevara se crió en un ambiente en que eran muy fuertes la contradicción entre las perspectivas nacional y social, los condicionamientos prácticos de origen internacional y los conflictos que todo esto generaba. El paso decisivo que dio junto a Fidel y sus compañeros hizo que su vida política transcurriera en un medio en que se logró una victoria extraordinaria frente a los grandes obstáculos de la mundialización de las revoluciones: la insurrección y el triunfo de la Revolución cubana, su plasmación como una revolución socialista de liberación nacional y el predominio dentro de ella del socialismo cubano.
El Che fue hijo de la ruptura y la destrucción del orden dominante en Cuba, que permitió movilizar y concientizar a escala permanente y profunda al pueblo, y que unidos poder revolucionario y pueblo se apoderaran del país, lo reorganizaran y repartieran la dignidad humana, las riquezas y las oportunidades a partir de los principios de la justicia social y la igualdad de derechos, base social del edificio político de la Revolución desde entonces hasta hoy. Un proceso que aprendió de inmediato a defenderse, derrotó a sus enemigos y se enfrentó victoriosamente a los intentos de Estados Unidos de acabar con la Revolución, que obtuvo la soberanía nacional plena y tuvo un pensamiento propio, y que se vio obligado a ser crítico y contradecir al tipo de socialismo establecido por el sistema de la URSS, el campo de países y organizaciones que lideraba y el llamado movimiento comunista internacional y la ideología teorizada que llamaban marxismo-leninismo.
Al mismo tiempo, la segunda gran ola revolucionaria del siglo XX se había extendido por el llamado Tercer Mundo y obtenido algunas grandes victorias, combatía en Viet Nam y en otros lugares; y transcurría en el marco de numerosos intentos de consolidar las independencias, lograr desarrollos económicos nacionales y coordinar posiciones en esos tres continentes, y en el de un rechazo virulento a las políticas imperialistas que fue compartido por sectores internos en varios de esos mismos países, los cuales aportaron, además de sus críticas y resistencias, novedades importantes en el campo de la vida social y las relaciones interpersonales. Esa ola también pretendió liberar al pensamiento revolucionario de sus ataduras, por lo que tuvo que incluir la crítica de gran parte de las posiciones y los instrumentos del socialismo existente.
Desde aquella coyuntura actuó y pensó Ernesto Che Guevara. Dadas la sólida argumentación y la densidad teóricas con que elaboró y presentó su concepción, elaboró la base de un cuerpo de pensamiento muy rico que todavía necesita, quizás, la mayor parte de su desarrollo, y, sin duda, la mayor parte de su experimentación práctica. La violentación de sus circunstancias en su teoría y en sus prácticas, el comunismo y el internacionalismo en su proyecto, y el socialismo de liberación nacional como vehículo de su actuación, son tres aspectos esenciales para comprender al Che.

DESCOLLANTE EN LA ACCIÓN Y EL PENSAMIENTO

Entre muchas cuestiones que podrían abordarse, quisiera destacar que Che comprende y expone que el radicalismo en la concepción teórica, la posición política y las nuevas creaciones de las personas y las relaciones sociales que él defiende y promueve, pertenecen a una nueva época. En ella les resulta factible a los revolucionarios irse por encima de las insuficiencias del despliegue del capitalismo en sus países, pero ya las revoluciones no pueden proponerse menos que el socialismo y la liberación nacional, conquistarlos en un único proceso, profundizar de manera sistemática en ambas direcciones, y ser internacionalistas. Esta no es una opción entre las adoptables, sino que es la opción, la única forma de evitar el retorno y la reproducción de la dominación capitalista sobre las personas y las sociedades, un destino inexorable que de no asumirse esa alternativa esperaría a la experiencia socialista al final de su camino. A la vez, Che plantea que esa concepción y esa posición práctica deben proveer la escuela imprescindible, el complejo y gigantesco proceso educacional permanente que irá forjando las liberaciones de las personas y las sociedades. Esto es lo que explica su urgencia, su tenacidad sin límites y su descomunal batalla intelectual.
El Che es uno de esos raros casos de una persona que es muy descollante al mismo tiempo en la acción y en el pensamiento. Es bueno recordar que Ernesto comenzó sintiéndose marxista cuando todavía no tenía experiencias políticas, en un ambiente en el que entre los que estaban en su caso predominaba la admiración por la URSS que había vencido a los nazis y por el socialismo y el marxismo de orientación soviética. Pero, ¿por qué este joven no se sumó a los seguidores ni se sujetó a aquella “línea”? Opino que varios factores lo ayudaron. Primero, la vastísima información y la contrastación de tendencias intelectuales y teorías que adquirió, mediante la lectura de una multitud de obras y el ejercicio de escribir sus comentarios a ellas, es decir, una posición activa de pensamiento y de preguntas pertrechada de copiosos estudios. Mientras que la mera asunción de la llamada cultura universal por estudiosos de nuestros países puede hacerlos desembocar en la condición de colonizados mentales, que en buena medida son extranjeros en su propia tierra, una actitud intelectual como la que asumió Ernesto suele ser una vacuna eficaz contra los dogmatismos y la dependencia.
Por otra parte, el joven Ernesto asumió un antimperialismo beligerante que nunca lo abandonará, y lo asoció acertadamente al anticapitalismo, un paso que puede parecer lógico, pero que era en realidad difícil en aquel tiempo, y aún hoy sigue siéndolo. Antes de ser capaz de compartir o enunciar tesis sobre esa cuestión, la resolvió con su praxis: se puso de parte de los humildes. Por el largo camino que recorrió entre Buenos Aires y Guatemala, a través de sus vivencias y sus reflexiones, fue transitando desde el ansia altruista de prestarles servicios a los desposeídos y desvalidos hasta el arduo reconocimiento de que era necesario asumir una posición política. De esa manera pudo identificar al imperialismo y las variantes del colonialismo como enemigos de los pueblos, y al capitalismo como la fuente de aquel sistema y de sus consecuencias de opresión, explotación y enajenación. Conocer ese desarrollo de Ernesto puede ser útil hoy, cuando muchas veces la preocupación por el mejoramiento humano –que es tan valiosa– no quiere o no ve la necesidad de pasar a la actuación política.
Esa posición de Ernesto lo apartó del eurocentrismo que caracterizaba al marxismo-leninismo, y de las formulaciones abstractas que priorizaban al llamado sistema socialista y a la “clase obrera” de los países industrializados como palancas de hipotéticos cambios que sucederían en un futuro indeterminado. Lo hizo inmune también al doloroso proceso de esterilización de su voluntad de entrega y sacrificio de por vida y sus abnegadas prácticas y resistencias, que sufrían tantos militantes. La revolución anticapitalista y antimperialista no estaba en el plan de aquel movimiento político, ni en el de su ideología teorizada. Por eso, lo decisivo fue que Ernesto buscó por el continente una causa revolucionaria a la cual entregarle todo su ser, no solo el pensamiento, hasta que la encontró.
En la etapa que siguió desde que se incorporó a la organización fidelista en México hasta el triunfo de la Revolución, lo fundamental fue la experiencia práctica. Cuando un periodista le pregunta en la Sierra, en febrero de 1958, si él era marxista desde antes de venir a Cuba, el Che le responde que en la guerra él ha tenido que olvidar todo lo que aprendió antes. Es decir, ha sabido desaprender, como un instrumento más de su desarrollo personal. Pero no ha abominado de la teoría, ni la abandonará nunca.
Como otras grandes personalidades, Che comparte diferentes inclinaciones. La vida y las prioridades asumidas le acotan sus campos de labor, pero sus propensiones más fuertes permanecen, reaparecen cada vez que pueden o marcan con su impronta los modos de aproximarse a los problemas y tratarlos. Su vocación teórica es muy poderosa. Ella le ayudará a exigirle su sentido a los hechos, las conductas y los problemas, a ser analítico y problematizar; es decir, a utilizar el único modo de buscar lo cierto, lo esencial y los caminos. Le dará contenidos más trascendentes a su decisión de entregarse a la actuación social y política revolucionaria, le brindará instrumentos para evaluar y para inscribir lo contingente y los eventos en una totalidad de los procesos de liberación social y humana, y trabajar con ellos en el taller de los conceptos y las teorías. El ejercicio permanente de esa vocación le aportará al Che una mayor capacidad para prever y hacer proyectos, para exponer sus ideas y para conducir a sus compañeros. Y por último, pero no menos importante, formará una mente capaz de inquirir, dudar, preguntar, desconfiar, derribar las prisiones de los lugares comunes, lo establecido, la reproducción de lo existente y lo que se considera posible, y atreverse a crear y ser original. En una palabra, ejercer la ciencia más difícil: la de la revolución.

PENSAMIENTO ABIERTO Y PODEROSO

Su elocuencia sencilla y ajena a la estridencia, su lenguaje claro, son los vehículos del pensamiento abierto y poderoso de este hombre que jamás olvida los fosos profundos mediante los que las sociedades de dominación han separado a los que cultivan el intelecto de la masa enorme de la gente común, la gente de abajo. Él siempre es uno con ellos, y ellos lo premian con su devoción, pero al mismo tiempo advierten la densidad de pensamiento que está siempre detrás de la calma decidida con que el Che aborda las cuestiones cotidianas y los grandes desafíos. La huella de la teoría, unas veces expresa y otras no, lo acompañó a lo largo de su vida.
El Che estuvo produciendo teoría marxista a partir del triunfo de 1959, desde puntos de partida que son los naturales para un revolucionario: el análisis de la política, la economía, las ideologías y las teorías, sus contenidos, sus métodos e instrumentos, sus condicionamientos y los conflictos en que participan. Eso hace conveniente aclarar que buena parte de sus proposiciones y su posición teóricas se encuentran precisamente en el conjunto de sus productos escritos y orales, y allí hay que buscarlos. A la vez, el Che estudiaba textos teóricos y los comentaba, y hacía exposiciones propias directamente teóricas. Estudiando unas y otras fuentes podremos encontrar al Che pensador y al filósofo.
Este hombre que se sabía histórico y estuvo tan consciente del papel que desempeñaba y de lo que debía hacer, se puso un límite en cuanto pensador: su entrega a las tareas prácticas y a la causa; y otro en cuanto a la libre exposición de su ideas: sus compromisos como dirigente revolucionario. Pero supo comprender –y este es un aspecto más de su grandeza– que a la Revolución cubana le era indispensable elaborar un pensamiento creador y eficaz, y que esa debía ser una de sus dimensiones importantes, y logró desplegar una actividad intelectual ejemplar al servicio de esa tarea. Che fue elaborando una concepción suya dentro del marxismo, cumplió los requisitos de ese tipo de trabajo y avanzó en el desarrollo de ella hasta donde la vida se lo permitió.
No emplearé tiempo en referirme al contenido de su concepción teórica, que desde hace más de veinticinco años he tratado de exponer en extenso; estoy seguro de que será manejada y debatida en el curso de este coloquio. Solo quiero afirmar que esa concepción, que hoy puede parecerles improcedente a muchos, nos muestra precisamente su carácter trascendente con su capacidad de servir como instrumento para comprender las circunstancias actuales y plantearse conductas y estrategias ante ellas, y para enfrentar el formidable desarme ideológico al que han sido sometidos los pueblos en las últimas décadas.
Por entender que es uno de los aspectos de su legado que puede ser muy útil para Cuba y para la América Latina en la actualidad, voy a referirme a su crítica al socialismo que llamaban “realmente existente”, crítica que evolucionó y se hizo cada vez más dura y fundamentada. Al hacerla, el Che no olvidó en ningún momento su responsabilidad como dirigente cubano. Para situarnos mejor ante su crítica, es preciso tener en cuenta la existencia de dos formas de socialismo en Cuba, que se iniciaron desde la tercera década del siglo XX y han tenido una historia de contradicciones y conflictos, y también de coexistencias y colaboraciones. Esas dos formas son el socialismo proveniente del movimiento comunista internacional y el socialismo cubano.
El movimiento revolucionario insurreccional contra la dictadura dirigido por Fidel –en el cual el Che se incorpora desde los días de México– tuvo que abocarse en la práctica a la victoria para que el socialismo seguidor del movimiento comunista internacional lo admitiera como una opción política decisiva. El carácter de la revolución –una noción que entonces era muy manejada por la izquierda– estuvo determinado por la praxis organizada y consciente de los revolucionarios, y no fue consecuencia de características de la estructura económica del país. Por eso pudo ser una revolución socialista de liberación nacional la que triunfó en 1959. Esos dos choques con los principios de la teoría-ideología del socialismo guiado por la Unión Soviética y el movimiento comunista de su campo pronto fueron seguidos por otros. Se fue haciendo obvio que este evento trascendental por haber sido inconcebible y por su increíble alcance, que conquistó la liberación nacional y social del país, estableció un poder popular fortísimo, enfrentó con éxito a sus enemigos y sus obstáculos y produjo colosales transformaciones de las personas, las relaciones y las instituciones, constituía, además, una herejía dentro del campo de las experiencias y las ideas socialistas.
En octubre de 1963, al planear un seminario de profundización sobre el Sistema Presupuestario de Financiamiento para los cuadros del Ministerio de Industrias, Che orienta relacionar y comparar los sistemas de dirección con la estimulación al trabajo y con la centralización. Comenta que hay que estudiar las relaciones entre el sistema de dirección y los problemas económicos y las concepciones de los países socialistas. Encerrarse en una “falsa concepción de la ley del valor”, dice, les hizo perder contacto con el mundo exterior. La productividad mundial dejó atrás a los países socialistas que, a diferencia de la USSS, dependían del comercio exterior.
En una reunión posterior analizan la norma soviética de premiar o castigar a las empresas si cumplen o no el plan. Se produce una lucha continua entre los aparatos centrales y las empresas, dice el Che, porque estas buscan tener metas menores para sobrecumplir fácilmente o arriesgar menos un incumplimiento; su éxito consiste en obtener mayores premios. “Se está estableciendo entre el aparato central y la empresa una contradicción que no es socialista, una contradicción que atenta contra el desarrollo de la conciencia”. Los dirigentes de empresas socialistas se van convirtiendo así en expertos en engañar al Estado, deformándose como individuos, y ante el obrero, la imagen del buen dirigente es la del que “sabe” organizar para “sobrecumplir” siempre. De ese modo, el sistema se va apartando de sus objetivos y la gente se va separando de aquellos que debían ser capaces de dirigirlos. El Che aprovecha para exponer con vigor las cualidades que debe tener un director de empresa.
En julio de 1964, Che comenta con sus compañeros: “cuando el cálculo económico llega, como debe llegar, a un callejón sin salida, conduce por la lógica de los hechos a tratar de resolverlo por el mismo sistema, aumentar el estímulo material, la dedicación de la gente específicamente a su interés material y por ahí al libre fuero de la Ley del Valor. Y por ahí al surgimiento en cierta manera de categorías estrictamente capitalistas”. Denuncia de manera categórica la apelación a tomar “como arma para luchar contra el capitalismo, las armas del capitalismo”. La autogestión intenta valorar al hombre por lo que rinde, dice, pero el capitalismo es el que sabe hacer eso perfectamente. Las motivaciones de “la sociedad donde la filosofía es la lucha del hombre contra el hombre, de los grupos contra los grupos y la anarquía de la producción” no podrán ser despertadas y utilizadas eficazmente para servir a una sociedad cuya base era el poder socialista. Esta exige control riguroso, control conciente, “la colaboración entre todos los participantes como miembros de una gran empresa (el conjunto de la economía), en vez de ser lobitos entre sí dentro de la construcción del socialismo”.
Opina que en vez de ir al fondo de los problemas, la práctica y el pensamiento de estos socialistas se deja llevar a la seguridad aparente de acudir a lo ya probado, reforzar el mercado, sus mecanismos y el estímulo material individual. Las reformas pueden relucir como “descubrimientos” que remediarían la falta de motivaciones suficientes en los actores económicos y lograrían la subordinación de la producción para el consumo a las demandas de sus consumidores, relacionar la rentabilidad con la venta del producto, etcétera. Esos experimentos y ensayos de política económica son, sin embargo, remedos de lo que el capitalismo hace eficazmente, porque lo universaliza y porque corresponde a las relaciones fundamentales de su sistema. Che cree firmemente que el socialismo no puede emplear los métodos capitalistas para resolver hipotéticamente sus problemas económicos a nivel de base, y mucho menos extrapolarlos a escala de la sociedad, porque todo eso contradice lo esencial de su sistema. “El único problema que hay es que cuando eso se traslada de una fábrica a todo el conjunto de la sociedad, se crea la anarquía de la producción y viene la crisis, y después tiene que venir el socialismo de nuevo”.
La última frase retrata al Che teórico revolucionario: existe una lógica de las sociedades, cuyo conocimiento debemos al propio marxismo; si la olvidamos, pagaremos un precio muy caro. Pero el socialismo no es un régimen determinado por el libre juego de las fuerzas económicas: después, tiene que venir el socialismo de nuevo. Es decir, tendrá que imponerse la acción conciente y organizada de los revolucionarios para recuperar el socialismo.

ESPÍRITU CRÍTICO Y EJERCICIO DEL CRITERIO

El Che insiste en desbaratar la imputación que se hace a sus ideas de mantener un desprecio “idealista” por el interés material, un simplismo que busca devaluarlas y rehuir la discusión. Nadie en sus cabales desconoce la fuerza y el arraigo del interés material, instalado a lo largo de la historia de las sociedades de dominación y multiplicado y refuncionalizado por el capitalismo. La elección está entre utilizarlo llana y acríticamente –aunque se pueda declarar o lamentar que sea nocivo–, o utilizarlo como un mal necesario, sin depender de él. Ser creativo desde la situación concreta e inevitable, y organizar un proceso de erradicación paulatina de los comportamientos económicos egoístas e individualistas. Ir forjando otro mundo de actuaciones y valores mediante una red de instrumentos diversos, económicos, sociales, políticos, legales, administrativos.
El Che aprendió –al mismo tiempo– a reflexionar sobre los problemas, la circunstancia en curso, las decisiones y la actuación inmediata; sobre los métodos, la organización y los fines mediatos; y a teorizar acerca de los asuntos fundamentales. La formidable experiencia práctica que realizó al frente de más de doscientos mil trabajadores industriales en esos primeros años sesenta ha sido sometida al olvido. Recuperar el conocimiento de su extraordinaria riqueza contribuiría a aumentar nuestras capacidades actuales. Y permitiría conocer al Che de los cómo, que es tan grande como el Che de los hechos históricos y las ideas expresadas en frases rotundas.
En aquel ámbito que tuvo como centro a Ernesto Che Guevara regía el principio de que la creación de otra realidad desde la existente, sin la cual no hay revolución socialista, tiene que incluir el espíritu crítico y el ejercicio del criterio, el fomento de la independencia y la capacidad de pensar y valorar con cabeza propia. Che estimulaba estas cualidades de manera sistemática. En el aspecto que estoy abordando, es impresionante la profundidad y el alcance del análisis teórico logrado, en medio de la tormenta de la Revolución, un avance que permitía una verdadera autonomía del pensamiento, salvado de no ver los graves peligros de la copia y el seguidismo, y no apto para conocer las deficiencias del socialismo existente y evitar o enfrentar la colonización mental, la apologética y la rutina.
El despliegue simultáneo de su concepción y de la profundización de la Revolución cubana lo llevan a hacer más general y más adversa su crítica del socialismo existente. Rechaza la noción tan repetida de que existe un sistema socialista mundial, porque los países del campo del socialismo también tienen desarrollos desiguales, como los del mundo capitalista: “…la práctica ha planteado el problema de contradicciones insalvables; de índole ideológica a veces, tienen siempre una base material, económica. De allí las posiciones que toman la URSS, China, Rumanía o Cuba, en problemas aparentemente desligados de la economía.” Al examinar conflictos bilaterales entre países del campo socialista, afirma que en la realidad “se dan fenómenos de expansión, de cambio no equivalente, de competencia, hasta cierto punto de explotación y ciertamente de sojuzgamiento de los Estados débiles por los fuertes”. Tacha al CAME de “olla de grillos” y plantea que los precios y la calidad de muchos artículos que venden los socialistas de Europa a los demás serían inaceptables en el mercado internacional capitalista. Reconoce que en este campo y en el de los créditos, la política de la URSS y China es más consecuente con el internacionalismo. Pero aclara que los precios fijos sostenidos a productos de países socialistas menos desarrollados, en el mejor caso, mitigan el intercambio desigual, pero no lo anulan.
No existe una confrontación planetaria principal entre el capitalismo y las supuestas tres fuerzas revolucionarias, como repiten las declaraciones del socialismo “realmente existente”, que las relacionan por orden de importancia: primera, el llamado sistema socialista mundial; segunda, la “clase obrera” de los países capitalistas desarrollados; y tercera, las luchas por la independencia y la democracia nacional en las “jóvenes” naciones del Tercer Mundo. La razón de Estado y los intereses económicos de cada país socialista, las esferas de influencia pactadas, la estrategia de potencias son la regla y la conducta usual. De la unión entre proletarios a escala mundial que preconizan las declaraciones dice el Che: “Falso de toda falsedad. No hay punto de contacto entre las masas proletarias de los países imperialistas y los dependientes; todo contribuye a separarlos y crear antagonismos entre ellos (…) el oportunismo ha ganado una inmensa capa de la clase obrera de los países imperialistas…” Sobre las revoluciones: “También es falso que el proletariado (…) sea el que cumpla el papel dirigente en la lucha de liberación, en la mayoría de los países semicoloniales”. Ya no se puede admitir la idea de que la burguesía nacional sea un factor progresivo en las luchas revolucionarias: “La lucha contra la burguesía es condición indispensable de la lucha de liberación, si se quiere arribar a un final irreversiblemente exitoso.”
También rechaza la consigna de la “crisis general del capitalismo”, supuesta teoría que deben acatar los partidarios del socialismo. No estamos en la “tercera etapa”; en realidad, dice, el imperialismo no agoniza: “ni siquiera ha aprovechado al máximo sus posibilidades en el momento actual y tiene una gran vitalidad (…) La tendencia es a invertir capitales propios en el aprovechamiento de las materias primas o en la industria ligera de los países dependientes”. La aguda competencia “provoca una incesante marea de innovaciones técnicas…”
Los jóvenes de hoy no han escuchado nada del “sistema socialista mundial”, “las tres fuerzas revolucionarias” o la “crisis general del capitalismo”, y seguramente sonríen al escuchar su explicación. Pero en aquel tiempo estaban entre los principales dogmas que debían admitirse como artículos de fe y esgrimirse para entender las cosas más importantes, acallar todo criterio diferente y “vencer en la lucha ideológica”. El Che y los que como él escogían actuar como revolucionarios en aquella época debían salir de esas prisiones y pensar con cabeza propia. Recordar hoy la falta total de asideros en la realidad que tenían aquellas consignas seudocientíficas es una lección contra la tendencia a admitir ser gobernados por frases vacías.

MADUREZ DE LA CONCEPCIÓN TEÓRICA DEL CHE

En los primeros meses de 1965 la madurez de la concepción teórica de Ernesto Che Guevara se hace evidente en El socialismo y el hombre en Cuba, uno de los textos fundamentales de la historia del socialismo en América Latina. Pero enseguida comenzará la última fase de su vida, en la que vuelve a dedicarse a la acción armada, ahora como dirigente internacionalista cubano que intenta contribuir al desarrollo de las revoluciones de liberación. Y ahora emprende también una tarea intelectual que considera indispensable: la necesidad de llegar a conclusiones sobre el socialismo realmente existente, asunto crucial para todos en el mundo, y la de ofrecer una alternativa revolucionaria desde las ideas de los pensadores de los países que han sufrido o sufren el colonialismo y el neocolonialismo, que quieren pelear por la liberación total de las naciones y de las personas, y por el avance de la revolución mundial.
“Es un grito dado desde el subdesarrollo”, escribe en “La Necesidad de este libro”, breve introducción a los Apuntes críticos a la Economía Política, un texto que contiene planteamientos trascendentales. Se refiere a El capital, de Carlos Marx, a las nuevas situaciones de la época imperialista, los aportes extraordinarios de Lenin y la detención ulterior del desarrollo de la teoría marxista. Enseguida expone las razones por las cuales hace la crítica de la Economía Política:
Creemos importante la tarea porque la investigación marxista en el campo de la economía está marchando por peligrosos derroteros. Al dogmatismo intransigente de la época de Stalin ha sucedido un pragmatismo inconsistente. Y, lo que es trágico, esto no se refiere sólo a un campo determinado de la ciencia; sucede en todos los aspectos de la vida de los pueblos socialistas, creando perturbaciones ya enormemente dañinas, pero cuyos resultados finales son incalculables (…) Nuestra tesis es que los cambios producidos a raíz de la NEP han calado tan hondo en la vida de la URSS que han marcado con su signo toda esta etapa. Y sus resultados son desalentadores: la superestructura capitalista fue influenciando cada vez en forma más marcada las relaciones de producción, y los conflictos provocados por la hibridación que significó la NEP se están resolviendo hoy a favor de la superestructura. Se está regresando al capitalismo.
Che confía en que muchos podrán sentirse atraídos por este “intento de retomar la buena senda”. A ellos se dirige el libro, “y también a la multitud de estudiantes cubanos que tienen que pasar por el doloroso proceso de aprender ‘verdades eternas’ en las publicaciones que vienen, sobre todo, de la URSS, y observar como nuestra actitud y los repetidos planteamientos de nuestros dirigentes se dan de patadas con lo que leen en los textos”.
Un largo camino había recorrido Ernesto Guevara en una década. La revolución había sido su maestra. En la guerra y desde el poder revolucionario se desarrolló su estatura como combatiente, dirigente y pensador, y ahora él –como reclamara Lenin sesenta años antes– debía, en justo pago, enseñarle algo a la revolución. Y lo logró. La aventura socialista de un pequeño país aislado producía un pensamiento capaz de continuar el trabajo excepcional mediante el cual Marx había encontrado ideas capaces de subvertir el control de las ideas de la sociedad por la clase dominante. Che escribió: “nosotros aportamos nuestro modesto granito de arena”. Y a los compañeros cercanos más estudiosos les pidió componer un “manual” cubano. Pensó seguramente que los que compartían su posición continuarían la campaña de difusión de las actitudes y las ideas más revolucionarias que con tanto ardor y sistematicidad él llevó a cabo en su última etapa en Cuba.
El acierto y el alcance de los planteamientos del Che acerca de la esencia y el destino del socialismo realmente existente solo se comprobaron veinticinco años después. Pero cuando hacia el final del siglo XX pareció que todo lo logrado por la humanidad se perdería, incluso la esperanza, el Che regresó. Celebramos ese regreso, que evidencia la resistencia de los pueblos y el valor permanente de las ideas y del ejemplo. Sin embargo, el pensamiento del Che ha seguido encontrando escollos y ha tenido que ir ganando espacios paulatinamente. Ese pensamiento es uno de los lugares principales de los combates actuales.

Fernando Martínez Heredia

martes, 25 de junio de 2013

Brasil bajo el PT: corrupción, enriquecimiento y la incapacidad de atender las exigencias populares.




El análisis de James Petras del lunes 24 de junio de 2013

“Esa coexistencia entre corrupción, enriquecimiento y la incapacidad de atender las exigencias populares queda latente por muchas razones. Por razones de la mistificación de Lula como demagogo populista y después con Rousseff con la esperanza de que ella podría –por lo menos- eliminar la corrupción que estaba fuertemente ubicada en todos los niveles del gobierno y del partido. Sin embargo, se acaba la paciencia, el gobierno involucrado con enormes gastos multimillonarios para la Copa, los juegos olímpicos, etcétera, y la gente no aguanta más”, dijo el sociólogo norteamericano James Petras al analizar este lunes en CX36, lo que está pasando en Brasil. Además, Petras explicó en que está el ‘caso Snowden’, habló de lo que dejó la reunión del G8 y adelantó un trabajo que está concluyendo sobre la demagogia política en Estados Unidos. Transcribimos este análisis a continuación.

Efrain Chury Iribarne: Estamos saludando con mucho gusto a James Petras que ya está en contacto con CX36.
Tenemos muchos temas hoy, si te parece comenzamos con Brasil que vive una situación de agitación popular realmente fuerte.
Petras: Si es muy importante discutir esto de Brasil porque tiene implicaciones para todos los países de América Latina que combinan un tipo de populismo con el neoliberalismo.
Hace más de 6 años yo escribí sobre los primeros años de gobierno de Lula enfatizando la continuidad entre su política económica y las expresiones populistas que él articulaba. En realidad, Brasil sigue la política de privatización del enfoque sobre el modelo agro mineral, con enormes proyectos que no tienen nada que ver con las necesidades populares y todo disfrazado bajo una imagen de Lula como amigo de los pobres y los programas supuestamente anti pobres. Ahora, mientras Brasil acumulaba enormes recursos económicos a partir de los altos precios de los comoditis, mucha gente pensaba que los programas anti pobreza está levantando mucha gente a la clase media y con el gasto de los consumidores eso formaba un nuevo proyecto progresista. Pero en realidad lo que estaba pasando en Brasil era una enorme concentración de ganancia, una enorme acumulación de riqueza y mucho pasaba directamente a las multinacionales y a las cuentas externas. Hemos visto como en Nueva York, en Florida, en Miami, los brasileños venían comprando departamentos de un millón, dos millones de dólares y nosotros pensábamos que algo de enorme concentración de riqueza venía pasando.
Pero los progresistas, los académicos propagandistas del régimen decían que realmente Lula -y después Rousseff- formaron un nuevo modelo progresista que combinaba bienestar social con el crecimiento económico. En realidad mientras algunos ingresos aumentaran el canon de vida, la vida cotidiana se estaba deteriorando. Es decir que si siempre mirabas el ingreso del pobre aumentó en un 20, 30% en términos nominales, pero los gastos para vivir, las condiciones de vida, los hospitales, el transporte, las escuelas no recibieron las subvenciones. Las subvenciones fueron a tres lados, fueron primero al sector agro mineral que era el motor de crecimiento -exportaciones de minerales, petróleo y agricultura, soja, carne, etcétera-; por otro lado los enormes gastos en proyectos que beneficiaban los grandes contratistas; y tercero a partir de los contratos en los mega proyectos una enorme explosión de corrupción.
Esa coexistencia entre corrupción, enriquecimiento y la incapacidad de atender las exigencias populares queda latente por muchas razones. Por razones de la mistificación de Lula como demagogo populista y después con Rousseff con la esperanza de que ella podría por lo menos eliminar la corrupción que estaba fuertemente ubicado en todos los niveles del gobierno y del partido.
Sin embargo, se acaba la paciencia, el gobierno involucrado con enormes gastos multimillonarios para la Copa, los juegos olímpicos, etcétera, la gente no aguanta más. Pero pensar que sólo eran los 20 centavos de aumento por el transporte es una de las cosas más ignorantes y pensar que sólo es en exigencia en los servicios públicos también es falso.
Es el conjunto del sistema, la construcción de una economía, donde toda la riqueza y todas las subvenciones están concentrados en una pequeña elite agro mineral y los banqueros contratistas que se benefician de este proyecto.
El problema es sistémico, no es por un simple cambio de políticas públicas, es la estructura de poder que está influyendo sobre las políticas de Lula y Rousseff, la estructura que concentra poder en los grandes agro negociosos, dueños de vales, endosos, y otras empresas
EChI: ¿Qué le han parecido los resultados de la reunión del Grupo de los 8 que tuvo como centro el problema de Siria?
JP: Bueno, no resolvieron nada en serio. Porque en realidad los países de Europa y Estados Unidos estaban canalizando armas y dinero, junto con las monarquías del Golfo hacia los terroristas, eso ya lo sabemos. Ahora hay una escalada, armas más pesadas que están entregando a los terroristas.
La clave de la reunión era un fracaso de negociar un trato de libre comercio entre Estados Unidos y Europa, hay tanta discrepancias sobre diferentes sectores económicos que no quieren abrir el mercado, el conflicto entre Francia y Estados Unidos sobre los medios de comunicación y la independencia cultural, las subvenciones norteamericanas sobre la agricultura, las prohibiciones en Europa contra Monsanto y las químicas que están involucrados en diferentes productos norteamericanos; esto sí fue un enorme fracaso.
Pero yo creo que el hecho de que llegaran allá y que no pudieran firmar ningún acuerdo sobre la gran crisis europea y el estancamiento norteamericano, es notable. Y tratar de concentrar ahora sobre lo que arreglaron con Siria, me parece una indicación de que son incapaces de superar la crisis económica y simplemente postergaran cualquier decisión para el futuro
EChI: Petras recién mencionabas Monsanto, el otro día recibió un premio muy importante ¿cómo consecuencia de qué recibió ese premio?
JP: No sé.
Pero Monsanto tiene mucho poder económico, tiene acciones multimillonarias, tienen directores involucrados con todos los sectores económicos, enorme influencia en los medios, en los gobiernos y también con los grandes productores en el campo, entonces es un complejo financiero químico agricultor y siempre pueden conseguir cualquier premio en cualquier contexto.
El hecho es que hay una conciencia cada vez más amplia y profunda del daño que Monsanto produce con los químicos, las fumigaciones y la química en la comida y también el hecho que tratan de imponer la semilla transgénica que pueden costar a agricultores pequeños y medianos una enorme pérdida de ingresos y costos.
Yo creo que Monsanto es el principal enemigo de muchos agro ecologistas en este mundo que vivimos. En Europa tiene tanta fuerza que limitan la aplicación de la química de Monsanto. El eje de Monsanto está en Norteamérica, en Estados Unidos, en Canadá, en México, y en Inglaterra también. El problema es que cuando la gente aprende es demasiado tarde y por eso Estados Unidos tiene problema al exportar carne y diferentes granos a muchos países, tratan de decir que es un problema de proteccionismo, cuando es un problema de Salud.
EChI: Pasemos a las denuncias de espionaje, el denominado ‘caso Snowden’. ¿En qué está esto?
JP: Lo que pasa con Edward Snowden, es que las revelaciones que hizo sobre el espionaje tuvo enormes repercusiones en todo el mundo, muestra la proyección del estado policíaco interno hacia todo el mundo. No es simplemente para recopilar información sobre todas las comunicaciones entre todo el mundo, sino utilizándola para arreglar la política norteamericana, consiguen información a través del espionaje que después utilizan en cualquier situación militar, económica, negociaciones, etc.
Más allá de eso, el señor Snowden, por su posición en la CIA y después en la Agencia de seguridad Nacional, consiguió el nombre de muchos agentes y las operaciones que realizan a lo largo y ancho del mundo. Pero de eso no se habla hasta ahora.
Es por eso que Estados Unidos entró en pánico y desesperado para de cualquier manera capturarlo y silenciarlo, ya sea poniéndolo en la cárcel o incluso matarlo. También por eso se puso un alto precio a su captura, amenazando con romper relaciones con los países que le ofrezcan refugio como perseguido político; empezando por China a quien informaron que si no lo entregaba sufriría las consecuencias, ahora lo mismo con Rusia, tratan de presionar para que se lo entreguen. Y Rusia obviamente no va a entregarlo pero tampoco le da el asilo, entonces el asunto pasa a ser ver qué país lo acogerá, y surge la idea de América Latina. Se ha comentado que puede ir a Cuba en tránsito a Venezuela o Ecuador. Ahora, el caso es que Cuba está tratando de mejorar sus relaciones con Estados Unidos y Venezuela también, y sabemos que Venezuela no tiene el mejor antecedente en cuanto dar asilo a refugiados, como han entregado personas sospechas de estar con el FARC, que en el pasado entregaron a Colombia. Por tanto queda Ecuador, donde el gobierno de Rafael Correa es muy estable, no tiene el tipo de oposición que existe en Venezuela y además, el gobierno ecuatoriano ha dado refugio a Julián Assange y mantiene sus principios firmemente.
Hay que reconocer que mundialmente e incluso en gran parte de los Estados Unidos, el señor Snowden es un héroe, es una persona que tuvo el valor de denunciar toda la máquina de espionaje y las represalias que el gobierno estadounidense puede tomar a partir de las informaciones que consiguen a través del espionaje.
También descalifica todas las denuncias del gobierno de Estados Unidos de que está bajo el ciber ataque. Ahora la gente dice ‘qué ridículos (el presidente estadounidense Barack) Obama y (el secretario de Estado, John) Kerry que denuncian todo eso mientras son ellos los más grandes ciber agresores en todo el mundo’.
Por tanto, todo esto ha desprestigiado mucho a los Estados Unidos, ha demostrado que no tiene nada que ver con la defensa de la libertad de Internet ya que es el primer violador y Snowden ha jugado en eso un papel muy importante.
EChI: ¿En qué otro tema está trabajando?
JP: Bueno, estoy terminando un análisis sobre cómo los políticos presidenciables norteamericanos logran ser elegidos. Y hay que ver aquí que lo que importa no es lo sustancial en la política, no es la política económica lo que influye en la campaña electoral. Aquí en Estados Unidos todos los candidatos tratan de adoptar un tipo de populismo de Wall Street, hablan con un acento populista, un lenguaje populista caminan sin corbata aunque con diferentes estilos.
Por ejemplo, Jimmy Carter habló mucho de los derechos humanos, de los presos políticos en Argentina o Chile, mientras apoyaba a (Anastasio) Somoza (en Paraguay); mientras lanzó una agresión junto a los yihadistas en Afganistán, matando a miles de personas y lanzando la segunda guerra fría. Ronald Reagan, tocaba la guitarra y hablaba como un vaquero de los westerns de Hollywood, mientras apoyaba baños de sangre en Guatemala con Ríos Mont, etc. etc. Y Bill Clinton fue a las Iglesias negras, mientras aplicaba recortes federales al Presupuesto eliminando los beneficios sociales a las madres jefas de hogar, lanzó guerras ‘humanitarias’ en Yugoslavia, etc. Y podríamos repetir al gran maestro de toda esta demagogia, que es (Barack) Obama que promete terminar con las guerras y en cambio las multiplica; y sigue presentándose como el gran libertador negro mientras que fue el que lanzó más guerras y agresiones bélicas contra el pueblo africano que cualquier otro en el mundo; y el que multiplicó por cinco a los encarcelados mexicanos que cruzan las fronteras, comparado con lo que hizo George W. Bush.
Entonces, hay que entender que el engaño, lo que nosotros llamamos ‘confidence man’ o sea el engañador, el que defrauda a la gente diciendo una cosa y haciendo lo opuesto; y en ese sentido Obama ha superado a todos los que hemos tenido en los últimos 40 años. Es un maestro de la mistificación. Pero cada vez más la gente entiende que es un fraude, lo que falta ahora es ver como formalizar esta denuncia y desenmascararlo.
EChI: Muy bien Petars, te agradecemos todos estos aportes y nos reencontramos el próximo lunes.
JP: Muchas gracias, un saludo para toda la audiencia.

CX36 Radio Centenario

lunes, 24 de junio de 2013

Un héroe olvidado de la unión sudamericana: Artigas




En un día como hoy, 19 de Junio, pero del año 1764 nacía en Montevideo uno de los más grandes patriotas de la Patria Grande: José Gervasio Artigas. Odiado por la oligarquía porteña, que lo veía, con razón, como una de las principales espadas del ala jacobina de la Revolución de Mayo, fue marginado y perseguido sin tregua. Sus delegados de la Banda Oriental no fueron admitidos en las deliberaciones de la Asamblea del Año XIII, así como tampoco al Congreso de Tucumán, de 1816 que declararía la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata de la monarquía española. Un año antes, en 1815, Artigas había convocado en Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos, al “Congreso de los Pueblos Libres” que entre otras cosas había sancionado lo que con toda justicia puede considerarse como la primera ley de reforma agraria de América Latina, que expropiaba las tierras y las repartía entre quienes la trabajaban.
La oligarquía reinante en la Banda Oriental tampoco toleró sus posturas y en infame contubernio con sus homólogos en la otra orilla del Rio de la Plata se las ingenió para desterrar y acabar con la carrera política del gran patriota nuestroamericano. En 1820, derrotado militarmente y perseguido con tenacidad por sus adversarios tuvo que exiliarse en el Paraguay, donde la oligarquía que se hizo del poder en lo que luego, recién en 1828, sería la República Oriental del Uruguay lo obligó a permanecer hasta el fin de sus días, en 1850. La historia oficial urdida tramposamente en ambos márgenes del Plata hizo lo posible para desfigurar su figura y tergiversar su pensamiento político. La oligarquía argentina, y sus escribas, lo estigmatizan como un anárquico caudillo “uruguayo”, desconociendo que para Artigas el Virreinato del Rio de la Plata debía preservar su unidad política a toda costa y que su lucha revolucionaria se extendió por varias provincias de lo que luego sería la Argentina. Para la oligarquía uruguaya, Artigas es un héroe militar que se opuso a la prepotencia de sus compinches porteños y nada más. Nada más hipócrita y falso que el “culto artiguista” de la derecha uruguaya. Ambas oligarquías se confabularon para silenciar a este revolucionario integral, que precozmente propuso la realización de una reforma agraria, la plena integración del indio a la nueva república, la soberanía popular y la unión de los pueblos sudamericanos. Una de sus sentencias más recordadas y de gran actualidad es la que dice que "Los pueblos de América del Sur están íntimamente unidos por vínculos de naturaleza e intereses recíprocos" , algo que olvidan quienes en ambas orillas del Plata sueñan con acuerdos comerciales y procesos de integración subordinados a las directivas del imperialismo norteamericano.
Artigas tuvo que pagar con treinta años de destierro y la más absoluta cancelación de su actividad política por tanta osadía. Murió en el ostracismo y sumido en la derrota, al igual que Bolívar y San Martín. Las crónicas periodísticas de la época aseguran que sólo cuatro personas acompañaron sus restos mortales en Asunción. Por eso, en momentos como el actual cuando la difícil construcción de la unidad de América del Sur es acosada sin cesar por el imperialismo y sus peones locales, recordar las luchas del gran líder popular rioplatense e identificar a sus adversarios de ayer, que son los mismos de hoy, es más necesario y aleccionador que nunca.

Atilio Borón

sábado, 22 de junio de 2013

Si no es ya, pronto lo será: Unidad Popular síntesis superadora del liquidacionismo gubernamental (FA)




Algunos creyeron que la caída del socialismo real nos había quebrado; que habíamos perdido la convicción de partido, la certeza de cambios revolucionarios. Que habíamos dejado en el baúl de la nostalgia el tema del Poder, la caracterización del Estado (mecanismo de opresión de una clase), o que la lucha de clase no era mas que una obra febril literaria, o una especie de “relato” al decir de los frustrados hechiceros del posmodernismo”. Que algunas categorías científicas- materialismo dialéctico- o lo que se conoce vulgarmente, marxismo-leninismo habían caído en desuso, porque ese mundo en construcción desapareció producto de la contrarrevolución y la posterior restauración del Capitalismo. En la misma dirección muchos han escrito y otros tantos repiten, hablar de Derecha e Izquierda ya no tiene sentido, perdió contenido.
Todavía queda algún rezagado que lo plantea insistentemente, “…no hablar ni mencionar que somos de izquierda…”, luego la abstracción “…la gente no lo entendería, además no son de izquierda, no quieren ni oír de la izquierda…”. Ese sin dudas a sido un logro del Imperialismo, socavar, drenar el contenido ideológico y filosófico de tales categoría, descontamos que algunos compañeros lo hacen con la mejor intención, pero también es cierto que el camino hacia la construcción de una nueva organización social esta empedrado de buenas intenciones, estas terminan trasladando confusión a las masas. Se pierde de vista el verdadero problema en harás de un voluntarismo subjetivo, carente del punto de vista de clase y de un proyecto táctico y estratégico, en acumulación y maduración de conciencia.
Pocas veces la historia de la humanidad nos releva de tener que argumentar sobre la decadencia y horror de la obra de la Derecha (burguesía), de lo que ha hecho y de continuar de lo que hará con la humanidad y con el planeta. Por lo tanto este no es un tema del pasado lejano o reciente, es mas concreto, es el debate de hoy y por cierto, del futuro si somos capaces de articular, entroncar masas, masas activas participando, construyendo alternativas, pero fundamentalmente reconociéndonos a nosotros mismo, haciéndonos cargo de nuestros errores y aciertos. “Los conceptos de izquierda y derecha -nacidos con la Revolución Francesa- como analizadores de las posiciones políticas, luego de dos siglos han caído en una franca confusión de sus referentes. Tanto la izquierda tradicional, que pretende moderar su discurso para ser aceptable por los sectores medios y altos del electorado, como la derecha histórica que ha lavado sus textos en una suerte de populismo para lograr adeptos entre el proletariado. La contemporaneidad puede observar de qué manera se están traslapando los discursos y se hace muy difícil poder discernir quien está a la diestra de quien, a la par que la clásica siniestra se ha mimetizado con los discursos de la derecha”. A casi dos décadas de maquillaje es valido analizar críticamente esta orientación en el campo de la izquierda a nivel general y particular. Avance o retroceso ese es el nudo dialéctico. Nosotros consideramos que la construcción de una nueva perspectiva de izquierda no puede soslayar este aspecto central y ello esta siempre en consideración, independientemente o conjuntamente con mayor penetración en el vasto y contradictorio electorado. Ahora bien, de lo que se trata es de avanzar en la compresión de esos vastos sectores contradictorios que se expresaran electoralmente, de manera que alguna interrogantes se plantean ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿con que? Hemos llegado a algunas de esas respuestas “¿con que? Con un programa cuyos rasgos centrales se expresan en las 35 medidas, y es este un mínimo- máximo de acuerdo que tiene como sintetizador de una concepción extendida que se llama defensa de la Soberanía, ¿a quienes incluye? A muchos y a pocos deja afuera, a los antiimperialistas desde luego, a los cristiano que han hecho una opción por los pobres, al campesinado, al asalariado rural, a los que ven perder su condición social, a los pequeños y medianos productores patriotas que ven expropiados sus tierras, producción y medio de vida, cuya renta en términos productivos desaparece en manos de las multinacionales extractivas, verdadera bomba de succión de las reservas naturales, edificando una nueva matriz productiva que condenara al país, es decir a su gente, al pueblo a mayores peripecias. Desde luego que incluye con un peso significativo a los eternos “donadores de sangre”, a la Clase Obrera, hoy secuestrado por la acción política del “camaleón” que intenta llevarla a un callejón sin salida.
La Unidad Popular es la acumulación histórica y superadora del liquidacionismo político electoral, de una fuerza política hoy gobernante, que no pudo o fue derrotada en su “génesis” ante la ausencia de definir un proyecto de clase. Ese es hoy el Frente Amplio, devenido y remozado en un proyecto y concreción funcional a una clase, a la clase dominante anudada definitivamente al Imperialismo.
Finalmente como Refundacion Comunista decimos:
La derrota y fracaso del socialismo real, que tiene apenas dos década, están siendo analizadas a la luz de materialismo dialéctico. Y el merecido y necesitado análisis de la caída del primer intento glorioso de avanzar en una nueva organización social, no se hará con las pautas de la ideología dominante, no con ella. Los comunistas, es decir Refundación Comunista no se prestara a revisionismos históricos que burlen la praxis marxista leninista. La clase hegemónica que detenta el poder procuró convencernos de la derrota total del Socialismo como etapa de transito al Comunismo. El Capitalismo es incapaz de terminar, a modo de ejemplo, con los males endémicos, hambre, pobreza, desocupación, etc., a los cuales sí dio respuesta el socialismo.
El capitalismo, se volcó a la ley de máxima ganancia, máxima explotación, alejándose definitivamente de resolver los problemas de los trabajadores y el pueblo. Los agravó; profundizó la crisis mundial y arrojó a tres cuartos de la población mundial a la pobreza extrema.
Estamos convencidos de la necesidad de romper el discurso hegemónico del imperialismo y todos sus acólitos, en cada pueblo de América Latina y el mundo. Cuyo eje táctico y estratégico se entronca con el Internacionalismo Proletario.

Refundación Comunista