miércoles, 27 de febrero de 2019

Venezuela después del “Día D” que no fue




La reunión del Grupo de Lima en Bogotá, que contó con la presencia del vicepresidente norteamericano Mike Pence y el autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, fue empleada por los yanquis para anunciar nuevas sanciones contra funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro y para reclamar a sus socios latinoamericanos que avancen en el congelamiento de activos de Pdvsa en sus países. Pence volvió a insistir en que “todas las opciones están sobre la mesa”, en referencia a una posible intervención militar.
El cónclave golpista se produjo apenas 48 horas después del megaoperativo para el ingreso de la “ayuda humanitaria” a Venezuela a través de los pasos fronterizos con Colombia y Brasil. Este operativo fracasó en su propósito de hacer ingresar la ayuda y de producir un quiebre en las fuerzas armadas venezolanas, al conseguir apenas un puñado de deserciones sin mayor relevancia. De todos modos, la represión contra los convoys y el incendio de dos camionetas con ayuda podrían ser instrumentados a futuro por los golpistas como pretexto de una operación militar.
A la hora de analizar el 23F, que había sido bautizado por algunos medios como un “día D” contra Maduro, El País de Madrid resume que “la postal de una cadena humana que hiciera ingresar el sábado en Venezuela las ayudas solicitadas por Juan Guaidó nunca llegó” (25/2). La derecha y el imperialismo no lograron suscitar una pueblada de la población hambrienta que pusiera en retirada al régimen o justificara una invasión. Debieron contentarse con un festival.
Del otro lado, sin embargo, el régimen de Maduro no mostró ninguna capacidad de movilización popular, sosteniéndose fundamentalmente por la represión de las fuerzas armadas, el aparato policial y según algunas denuncias, de grupos paraestatales. Maduro no parece despertar ningún entusiasmo entre las masas.
La disputa por las Fuerzas Armadas se ha vuelto más intensa que nunca en este áspero escenario. Los yanquis y Guaidó les ofrecen una amnistía y al mismo tiempo esgrimen la amenaza del garrote si no se pliegan a la oferta. De modo nada sutil, un “alto funcionario” estadounidense entrevistado por la agencia EFE amenazó al alto mando militar venezolano al asegurar que saben “dónde tienen su dinero” y que “casi toda la jerarquía militar venezolana tiene sus familiares fuera de Venezuela” (Punto de Corte, 22/2). Las fuerzas armadas juegan un papel enorme en la economía del país: están metidas en el petróleo, la minería, la construcción, la fabricación de armamento, prestan servicio para la distribución de alimentos, comercializan vehículos, poseen una compañía de seguros, etcétera. Maduro acentuó las prerrogativas del sector castrense con una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, de diciembre de 2017, que excluye a la Contraloría General de la República de la fiscalización de empresas manejadas por militares.

Intervención militar

Tras el gusto amargo del 23F, Guaidó y otros importantes referentes de la derecha venezolana insistieron en la posibilidad de una intervención militar extranjera, aunque el primero matizó después sus declaraciones. La perspectiva de una intervención militar fue rechazada en la reunión del Grupo de Lima por Colombia y Brasil, dos piezas que serían importantes en ese operativo. La Unión Europea también ha expresado su oposición.
El escenario de una intervención militar no sólo despierta un recelo a la luz de las dificultades que ha encontrado el imperialismo en Siria y Afganistán. También lo hace porque incluso en caso de éxito no asegura un control ulterior del país, como lo muestra la desintegración de Libia tras la caída de Khadaffi. Asimismo, puede desencadenar un fuerte repudio popular tanto en Venezuela como en toda América Latina. Un columnista de Clarín (15/2) ha recordado que los bombardeos de la Otan contra Yugoslavia en 1999 despertaron un fuerte rechazo incluso en la población que se oponía a Milosevic.
La “salida ordenada” de Maduro que promueven los europeos, vía una negociación y nuevas elecciones, presenta sus propias dificultades, porque Venezuela se ha transformado en un escenario de disputas de las grandes potencias, que defienden cada una de ellas sus propios intereses. Una salida “ordenada” exigiría una difícil conciliación de intereses encontrados que pujan por los recursos venezolanos y la influencia política en la región.
En paralelo a las diatribas de Trump, delegados del Grupo de Contacto patrocinado por la Unión Europea se reunieron con la vicepresidenta Delcy Rodríguez a los efectos de gestionar el ingreso de asistencia humanitaria, algo que el gobierno venezolano aceptó, mientras persigue simultáneamente el auxilio de ayuda humanitaria rusa. El gobierno de Maduro ha reconocido, finalmente, el calibre de la crisis social en el país.

Pobreza

El fracaso del 23F no debe hacer perder de vista la debilidad del gobierno de Maduro. El gobierno conserva el respaldo del alto mando de las Fuerzas Armadas, no obstante lo cual algunos analistas aseguran que se produce “un goteo que está erosionando la roca” (El País, 22/2), en referencia a la deserción de uniformados. La gigantesca crisis social y la presión imperialista horada al gobierno. Guaidó ha puesto en pie Voluntarios por Venezuela, una red paralela de asistencia social para disputar frente a los Clap, un programa de apoyo alimentario que es vital para el sostenimiento del gobierno en las condiciones de pobreza del país. Desde 2016 se ha producido una “vertiginosa proliferación de asociaciones solidarias” (ídem, 21/2). A esto hay que añadir el aparato de la Iglesia católica, que es opositora a Maduro. El Plan País de Guaidó, que promueve una política de privatizaciones y ataques a las masas, incluye entre sus puntos el traspaso de la asistencia social a ONG’s y fundaciones, una vía para la injerencia del gran capital y del imperialismo.

Abajo el golpe

La jornada del 23F ha mostrado la importancia de un planteo frente a la crisis social. Frente a la extorsión de la derecha y el imperialismo, planteamos una ayuda humanitaria internacional bajo control de las organizaciones obreras y de representantes electos en los lugares de trabajo.
Este es un elemento importante como parte de una campaña antiimperialista continental que denuncie la política golpista, empezando por los Macri, Duque y Bolsonaro que actúan como soportes. Esto debe ser llevado adelante sin ningún aval al régimen chavista que ha enriquecido a una boliburguesía y ha conducido a Venezuela a un callejón sin salida.
Como parte de la lucha contra el golpe, el Frente de Izquierda ha convocado a movilizarse a la embajada norteamericana.

Gustavo Montenegro

martes, 26 de febrero de 2019

'Lo que EEUU está haciendo contra Venezuela es un atropello y crimen a la Humanidad'




Bajo el lema “No al Intento de Golpe de Estado en Venezuela, Viva Venezuela Bolivariana”, se celebró en Madrid un acto con la intervención de Mario Isea, Embajador de La República Bolivariana de Venezuela, que explicó a Cubainformación TV qué hay detrás de la "ayuda humanitaria" de EEUU a Venezuela.

Ratificada la nueva Constitución de la República de Cuba




La nueva Constitución de la República de Cuba quedó refrendada tras el voto de este domingo, 24 de febrero. Los datos preliminares ofrecidos por la presidenta de la Comisión Electoral Nacional así lo confirman. Los periodistas del Sistema Informativo de la Televisión cubana, Talia González y Humberto López intercambiaron con Alina Balseiro, luego de la Conferencia de prensa ofrecida en la tarde. #Cuba #HacemosCuba #SomosCuba

lunes, 25 de febrero de 2019

La derecha golpista no tuvo su "día D" en Venezuela




A pesar de la alta tensión de este sábado en la frontera con Colombia, y en menor medida Brasil, los objetivos que se había planteado la derecha golpista de Guaidó se vieron frustrados, al menos por ahora.

El show injerencista montado por el imperialismo estadounidense y la derecha regional, que estuvo disfrazado de “ayuda humanitaria” tenía un objetivo bien definido y era quebrar a un sector de las Fuerzas Armadas venezolanas para forzar un golpe contra Maduro y abrir el paso para un gobierno de la derecha títere de Trump.
Para este objetivo Guaidó hizo un llamado claro durante toda la semana que consistía en movilizar una “marea humana” a los cuarteles, para presionar a los militares, al mismo tiempo que concentrar los esfuerzos en la frontera con Colombia para intentar mostrar una imagen internacional de caos y eventualmente lograr que el Ejército y la Guardia Nacional dejaran entrar los camiones con insumos, lo que implicaría una fractura del mando con el gobierno de Maduro.
Sin embargo tanto la derecha golpista como el imperialismo que alentó esta aventura injerencista se inflingieron una autoderrota y no consiguieron ni una movilización masiva a los cuarteles, ni quebrar a un sector significativo del Ejército que muestre insubordinación en la frontera.
A primera hora de la mañana la derecha trató de viralizar un video en el que se mostraba a una tanqueta de la Guardia Nacional con tres efectivos que desertaban rompiendo las vayas fronterizas y cruzando a Colombia en el cruce del puente Simon Bolivar. En ese puente se habían concentrado los principales referentes políticos de la oposición, que en el video aparecen gritando “son de los nuestros” en lo que parece un montaje donde los militares colombianos dejan pasar la situación sin inmutarse.
Este hecho no surtió efecto y la oposición solo pudo mostrar la deserción de seis militares en total a lo largo de la jornada, a pesar del ridículo llamado que lanzó Guaidó desde las redes sociales diciendo ”En mi condición de Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional, dadas las circunstancias excepcionales que vive la República, dejo sin efecto la calificación de Traidores a la Patria, para efectivos militares que crucen la frontera”. Un mensaje desesperado de último momento que resultó un fracaso absoluto.
El segundo paso de la operación mediática y política era mostrar el respaldo internacional. Pasado el mediodía Guaidó apareció dando una conferencia de prensa junto Ivan Duque, Sebastian Piñera, Mario Abdo y Luis Almagro, como abanderados de la derecha regional. A esa altura el objetivo fue lanzar un nuevo ultimátum a los militares e intentar que dejen pasar algunos camiones para mostrar al menos un triunfo parcial.
Sin embargo tras la conferencia de prensa y una foto de Guaidó subido a un camión con provisiones, las fronteras permanecieron cerradas, y la derecha solo pudo anotarse el ingreso de un camión en la frontera con Brasil. Algo que Guaidó, ya en un estado de desesperación, consideró “un gran logro”.
Ya cuando Guaidó estaba dando por finalizada la jornada anunció un supuesto ingreso de camiones por el paso de Ureña que en realidad terminó con la Guardia Nacional tirando gases para frenar su paso y con dos camiones quemados, lo que fue aprovechado por los medios de la derecha para decir que era una acción de guerra contra Colombia.
Más allá de la propaganda que pueda hacer la derecha, magnificando su acción de este sábado, la verdad es que se trató de un fracaso de lo que consideraban su “día D” para avanzar en una dinámica golpista que contaba con un injerencismo abierto y desbocado de Estados Unidos, la derecha regional, los principales países de la Unión Europea y que hasta fue bendecido por el Papa Francisco.
Por su parte Maduro convocó a una movilización en Caracas en la que hizo un discurso rechazando el intento golpista y rompió todo tipo de relaciones con Colombia.
Si bien el gobierno de Maduro quiso adjudicarse la derrota golpista como un triunfo propio, esa lectura está lejos de la realidad. La derecha pudo utilizar demagógicamente el ingreso de “ayuda humanitaria” apoyándose en la catástrofe social que vive el país. Por su parte los llamados a los militares se basan en el hecho de que las Fuerzas Armadas son hoy el árbitro de la situación política. Maduro depende de ellas para mantenerse en el gobierno tanto como Guaidó para forzar un golpe y hacerse del poder.
Ante este escenario, que aún no se ha cerrado, es necesario enfrentar en primer lugar estos intento golpistas y la ofensiva imperialista, lo que no implica el más mínimo apoyo político a Maduro.
Es imperioso que los trabajadores y explotados de América latina se movilicen contra este intento de avanzada imperialista en Venezuela que no harán más que fortalecer a las derechas regionales y los ataques que llevan adelante en cada país como Macri en Argentina, Bolsonaro en Brasil, Duque en Colombia o Piñera en Chile.

LID

sábado, 23 de febrero de 2019

Abusos en la Iglesia: una cumbre para dejar todo en familia




El Vaticano, que arrancó ayer su cumbre sobre abusos, prepara un camino de impunidad para los victimarios.

La cumbre sobre abusos en el Vaticano que comenzó ayer y se extiende hasta el fin de semana es una herramienta de auto-preservación de la Iglesia, que no dará un solo paso real en la erradicación de los crímenes sexuales y el encubrimiento. Ha sido convocada por Francisco, él mismo involucrado en la protección de algunos de los abusadores, como una respuesta defensiva ante el enorme repudio de estos crímenes y como maniobra política frente a la conspiración en su contra de camarillas rivales.
El monarca aseveró en su apertura que “El Pueblo de Dios espera medidas concretas y eficaces”. Pero el documento con los “21 puntos de reflexión” distribuido a los asistentes por el Vaticano, junto con un paquete de medidas más o menos vagas de prevención y tratamiento de los casos y de participación de laicos en el proceso, se concentra en mantener el asunto por fuera de la justicia ordinaria, dentro de las paredes de la Iglesia y del derecho canónico –es decir, el escenario de los miles de encubrimientos denunciados.
Se contrapone de plano con el claro programa de las víctimas, que “consideran que la ‘tolerancia cero’ pregonada en los últimos 15 años solo podrá tomarse en serio cuando se cumplan tres parámetros: expulsión del sacerdocio de cualquier cura que abusa de un menor, apertura de los archivos del Vaticano y obligatoriedad de traslada a la justicia todas las denuncias” (El País, 21/2). A ello se suma el malestar de las víctimas y sus organizaciones por la ausencia de Francisco en la reunión que mantuvieron ayer con organizadores del encuentro vaticano. El catalán Miguel Ángel Hurtado, referente de Infancia Robada, señaló que “ayer estaba decepcionado, y hoy aunque parezca imposible, mi nivel de decepción ha aumentado (…) Los puntos de reflexión son muy flojos. No incluyen la tolerancia cero (…) si esto es lo mejor que tiene que ofrecer el Papa, esta cumbre va a ser un absoluto y completo fracaso” (La Vanguardia, 21/2). Con diferencias de grado, el escepticismo es la nota general entre las víctimas.
No faltan los motivos. En 2010 el Vaticano hizo pública una Guía que proponía por primera vez “seguirse siempre el derecho civil en materia de información de los delitos a las autoridades competentes”, supuestamente en circulación desde 2003. El entramado de encubrimiento solo siguió escalando. La comisión para la tutela de los menores creada luego por Francisco nunca funcionó, y “varios miembros de esa comisión acabaron dimitiendo, después de que la Congregación para la Fe desoyera sus recomendaciones” (ElPeriódicoExtremadura, 21/2). Funcionarios de la Iglesia advierten sobre el gigantesco riesgo económico que representa para la institución que se destraben las causas judiciales. La investigación recientemente publicada por el escritor Fréderic Martel en su libro Sodoma, sobre homosexualidad en la Iglesia, da cuenta de una “cultura del secreto” en la institución.
El malestar de las víctimas de abusos revela que el cónclave, convocado para remontar la larga crisis que atraviesa la Iglesia, empezó con el pie izquierdo.

Tomás Eps

¿Se dirige Trump a una intervención militar en Venezuela?

Tras la muerte de Chávez en 2013 Maduro fue elegido presidente de Venezuela. A partir de ese momento Estados Unidos se ha orientado decididamente hacia un cambio de régimen . La estrategia para lograrlo pasó por varias etapas. Ahora hemos llegado a la fase final en la que la posibilidad de una intervención militar de Estados Unidos es muy alta.

Presión económica

Al principio Washington optó por la táctica de guerra económica. En 2015 Obama decretó sanciones económicas . En agosto de 2017 Trump las agudizó considerablemente con la intención de drenar financieramente el país y obstaculizar la producción y exportación de petróleo. Para un país que depende especialmente de las exportaciones de petróleo, también a Estados Unidos, las sanciones fueron un duro golpe . Hasta agosto de 2017 la producción de petróleo en Venezuela seguía a la altura de la de Colombia, pero tras el endurecimiento de las sanciones la producción se desplomó por completo.
Un alto funcionario de asuntos exteriores de Estados Unidos lo expresa así: "Las sanciones financieras que hemos impuesto al gobierno venezolano lo han obligado a empezar a ser moroso tanto respecto a la deuda pública externa como a la deuda de su compañía petrolera PDVSA. Y debido a las malas decisiones del régimen de Maduro vemos un colapso económico total. Así que nuestra política funciona, nuestra estrategia funciona y seguiremos aplicándola a los venezolanos".
Pocos países en el mundo, con la excepción de Cuba, han experimentado en tiempos de paz un 'asedio económico ' como el que viven los venezolanos en la actualidad. Alfred De Zayas, ex relator de la ONU para Venezuela, califica claramente las sanciones económicas de crimen contra la humanidad . “Creo que cuando la magnitud del sufrimiento causado por las sanciones es igual al del caso de Irak o al que se está haciendo evidente en Venezuela puedo afirmar que las sanciones contra Venezuela son un crimen contra la humanidad, que se puede llevar ante la Corte Penal Internacional como una violación del Artículo 7 del Estatuto de Roma”.

Una revolución de colores fallida

Pero las sanciones económicas por sí mismas no fueron suficiente, el gobierno de Maduro permaneció intacto. A principios de este año, el gobierno de Trump pisó el acelerador y trató de poner en marcha una "revolución de colores".
El guión era frustrar el segundo mandato de Maduro reconociendo a otra persona como presidente legítimo. Optaron por el casi desconocido , pero joven y mediático presidente del Parlamento Juan Guaidó. Pocos días después de que Maduro prestara juramento el 10 de enero Trump anunció que estaba considerando reconocer a Guaidó como presidente. Fortalecida por este apoyo, la oposición salió a las calles ese mismo día con el objetivo de expulsar al presidente Maduro y formar un gobierno provisional . Se pidió a los militares que se cambiaran de bando. Pero el ejército se mantuvo del lado del presidente electo.
La Casa Blanca aumentó aún más la presión. En un videomensaje del 22 de enero, el vicepresidente estadounidense Pence instó a los venezolanos a tomar las calles en masa para deponer al presidente Maduro. Al día siguiente Guiadó se proclamó presidente interino de Venezuela. La intención era que todo el mundo o una gran parte de él reconociera al presidente interino, cosa que sucedió rápidamente en Estados Unidos, Brasil, Colombia, Canadá y más tarde también en muchos países europeos.
Sin embargo, esta ofensiva diplomática no fue un éxito total. Menos de un tercio de todos los países han expresado su apoyo a Guaidó y la ONU sigue apoyando a Maduro. Incluso en la Organización de Estados Americanos , controlada por Estados Unidos, la mayoría de los países apoyan a Maduro.
Tampoco existe la gran presión de la calle que tanto esperaba Estados Unidos. Por el momento no se trata de un levantamiento popular masivo y prolongado como el de 2013 y 2017. El gobierno de Maduro conserva el apoyo de importantes sectores de la población y sigue siendo capaz de movilizar a sus partidarios en masa.

La opción militar

Si las medidas económicas, políticas o diplomáticas no funcionan, finalmente sólo quedar la opción militar. La guerra es sólo la continuación de la política por otros medios, ya lo sabía Clausewitz.
En el pasado Trump no ha excluido una intervención militar extranjera en Venezuela. Lo repitió muy recientemente durante un discurso belicoso en Miami .
Para obtener el apoyo de la opinión pública las grandes potencias disfrazan invariablemente sus intervenciones militares de humanitarias . Este es también el caso hoy. La estrategia de la Casa Blanca consiste en enviar caravanas humanitarias con medicamentos y alimentos desde Colombia, Brasil, Curazao y Aruba. Pero, como supuestamente hay 'mucha anarquía' en Venezuela, estas caravanas estarán armadas . La Casa Blanca sabe muy bien que el ejército venezolano nunca tolerará estos convoyes, armados o no, en su territorio.
Lo que esperan es que esos convoyes provoquen escaramuzas que se intensifiquen y que, en última instancia, legitimen una intervención militar. En cualquier caso, la Cruz Roja ya ha declarado que no desea cooperar con estas "operaciones de ayuda".
Mientras tanto, el Pentágono ha preparado todo para una intervención militar. John Bolton, asesor de seguridad Nacional de Trump, hizo saber que se enviará a 5.000 soldados a Colombia. Ni el presidente Duque de Colombia ni el almirante Faller del Comando Sur de los Estados Unidos (SOUTHCOM) han contradicho este mensaje. A principios de febrero se transportaron Unidades de Fuerzas de Operaciones Especiales a bases militares en Puerto Rico y la República Dominicana. En el mismo período el almirante Faller visitó Brasil y Curazao . Un portaaviones nuclear y otros seis buques de guerra están estacionados frente a las costas de Florida. En una semana Estados Unidos puede desplegar miles de marines, aviones de combate y tanques en Venezuela.
Washington recibe el apoyo de Londres en este despliegue militar. Reino Unido realiza actualmente ejercicios militares frente a las costas de Venezuela, con el mismo batallón que dirigió el desembarco en Iraq en 2003.
En los próximos días y semanas quedará claro si la Casa Blanca se dirige a una confrontación militar. Mientras tanto, muchos países, instituciones y personalidades , con México y Uruguay a la cabeza, siguen haciendo todos los esfuerzos posibles para alcanzar una solución pacífica a través del diálogo y la mediación. Pero si Trump continúa con sus planes de guerra, corremos el riesgo de acabar en la misma situación desastrosa que en Siria.

Marc Vandepitte
Rebelión
Traducción del francés Sven Magnus

viernes, 22 de febrero de 2019

El plan imperial contra Venezuela al descubierto


Cierres de empresas y pérdidas de puestos de trabajo




Los anuncios de cierres de Fleischman y Colgate dejan al descubierto la grave situación de pérdidas de fuentes de trabajo en distintos sectores

Un panorama desalentador

A principios de febrero la empresa Colgate anunció el cierre de su planta en Uruguay dejando a casi 100 trabajadores en la calle. Las áreas de producción, laboratorio y depósito no existirán más como Colgate-Palmolive y serán relocalizadas en otros paises de latinoamérica.La planta que dejará de producir fabrica productos líquidos para limpieza, con marcas reconocidas en el mercado como el limpiador Fabuloso o el detergente Axion. Aunque la medida finalmente se postergó para el 31 de marzo, la decisión está firme y definida.
Casi 60 puestos directos más alrededor de 40 tercerizados (cooperativa que hace el servicio de comedor y otra de reciclaje) o zafrales se perderán a partir de abril. La situación repercutirá además en empresas como Oxiteno, Efice y Ensul que proveen de productos químicos y que se verán afectadas indirectamente.
Mientras tanto hace pocos días la empresa Fleischman anunció el cierre de su planta de producción dejando a casi 30 trabajadores en la calle. La empresa, sin ningún aviso previo y de manera totalmente imprevista, cerró su planta de producción y pasará a importar sus productos, principalmente levadura.
A estos anuncios se suman los rumores de una posible reestructura en la empresa Inca en la que se desempeñan 200 trabajadores y la situación en la empresa Caputto que adeuda licencias del 2017 y del 2018, aguinaldos, sueldos quincenales desde enero y mensuales desde noviembre hasta ahora.

La crisis del modelo frenteamplista

El año comenzó con estas noticias de perdidas de fuentes laborales, pero en realidad, se trata de una situación que ya se viene arrastrando desde hace algunos años; lentamente y a cuentagotas los cierres y las reestructuras se suceden en distintas ramas de la producción, afectando ya a miles de trabajadores. La construcción, el turismo, el sector industrial dan muestras de una situación preocupante a la que el gobierno del Frente Amplio no da respuesta y solo intenta minimizar u ocultar.
Analizando datos elaborados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) se observa como la producción en el núcleo duro industrial es la más baja desde 2010, impactando fuertemente en el empleo y en las horas trabajadas, que se encuentran en niveles similares a 2003 (salida de la crisis del 2002 y antes del crecimiento derivado del aumento del precio internacional de las materias primas ). En las empresas industriales el personal se redujo 3,7% en el promedio del último año, mientras que la cantidad de horas trabajadas fue 5,1% más baja que en 2017.
Ante tal panorama crítico en el mercado laboral, el Frente Amplio se muestra impotente y ensaya alternativas en las que se profundiza la penetración de las multinacionales, tal como sucede con UPM. Su respuesta, muy lejos de una posición de izquierda, intenta captar inversiones a cualquier costo, rebajando las condiciones laborales, manteniendo las exenciones impositivas e intentando asegurar mayores márgenes de ganancias a los empresarios nacionales e internacionales.
Ante el cierre de Fleischman, la vicepresidenta Lucia Topolansky no pudo ir más allá de recomendar comprar productos nacionales que le “dan trabajo a los uruguayos”; mientras que Tabaré solo atinó a comentar que era “la evolucion natural de cualquier país” todo una demostración de la paralisis del Frente Amplio y su incapacidad de tomar mínimas medidas de defensa de los trabajadores, cuando se sabe que los empresarios vienen ganando plata de manera escandalosa, y que cuando apenas tienen una mínima caida de la ganancia simplemente se van y cierran las fábricas.
Mientras tanto las patronales aprovechan la situación para reclamar cambios aún más favorables (menos salarios y bajar el costo laboral,más exenciones impositivas, rebajas en las tarifas, etc.). Los cierres terminan funcionando como una forma de chantaje para lograr mayores beneficios empresariales.

El PIT-CNT sin propuestas

La posición del PIT-CNT no ha sido mucho mejor en estos días. Aunque hacen declaraciones de preocupación son incapaces de levantar un programa que enfrente seriamente la pérdida de fuentes laborales tomando acciones del nivel que la grave situación requiere.
En el caso de Fleichman dirigentes de la Central han salido a rechazar que la empresa no haya anunciado sus intenciones y en el caso de Colgate no han podido plantear mucho más que los trabajadores se tienen que reconvertir o generar emprendimientos como cooperativas.
En sus declaraciones no pueden plantear ninguna medida más profunda o radical porque priorizan no criticar al gobierno antes que plantarse con firmeza a defender los puestos de trabajo.
Por el contrario, y para abrir una perspectiva de triunfo ante los ataques patronales, es necesario unificar las luchas y coordinar las acciones llamando a una solidaridad activa que movilice masivamente a todos los trabajadores.
Los conflictos aislados, con los trabajadores de cada fábrica peleando solos llevan al desgaste y la derrota. Hay que terminar con la cultura de la negociación para obtener concesiones ultramínimas, como que la empresa postergue el cierre por dos meses o pague los salarios adeudados antes de irse y promover como única receta que los trabajadores busquen otro trabajo o creen una cooperativa.

Que la crisis la paguen los capitalistas

Los despidos en estas conocidas empresas son solo un anticipo de lo que nos espera en estos próximos años, en el contexto de una situación económica internacional más desfavorable en lo que los ataques a los trabajadores y sus condiciones de vida estarán a la orden del día.
Estos dirigentes sindicales al frente del PIT-CNT ya demostraron que están más preocupados por dar gobernabilidad al gobierno frenteamplista que por defender las fuentes laborales o los derechos y conquistas históricas.
Para enfrentar a las patronales y al gobierno los trabajadores deben discutir democraticamente en asambleas de base un programa que evite que la crisis capitalista se descargue sobre la clase obrera impulsando medidas como la nacionalización bajo control obrero y de usuarios de toda empresa que cierre o despida; abrir los libros de contabilidad de las empresas para terminar con el verso de que no tienen plata; y repartir las horas de trabajo disponibles entre todos los trabajadores sin rebaja salarial. Estas medidas de fondo solo se pueden llevar cabo mediante la movilización y organización obrera y popular.

Hernán Yanes

jueves, 21 de febrero de 2019

Cumbre del Vaticano sobre abusos: timoneando un barco a la deriva




Desde este jueves y hasta el fin de la semana, se desarrollará un cónclave en el Vaticano sobre abusos, en un cuadro de crisis histórica en la Iglesia católica. Los escándalos de abusos de menores y encubrimiento, que brotan sin pausa desde las revelaciones del periódico Boston Globe en 2002 sobre más de 80 casos en la Iglesia de Boston, se han acelerado en el período reciente –entre ellos, el destape en agosto de más de mil casos de menores abusados por tres centenares de sacerdotes en la ciudad de Pensilvania, a quienes la institución ofreció todo tipo de salvatajes. El asunto representa también un problema financiero para la Iglesia Católica –solo la estadounidense ha debido pagar casi 4 mil millones de dólares por las condenas, según el National Catholic Reporter-, y confluye con la sistemática pérdida de fieles a manos de otros cultos y de las iglesias evangélicas.
El cónclave es el encubrimiento de un encubrimiento: el Papa Francisco busca mostrarse en lucha contra los abusos, cuando se multiplican las revelaciones de su participación directa en la protección de criminales denunciados, incluidos el cardenal abusador George Pell y el encubridor Francisco Errazúriz, a quienes mantuvo en su círculo íntimo de asesores hasta la reciente condena de Pell por un tribunal australiano. Meses atrás se conoció el amparo que brindó al abusador y malversador de fondos Gustavo Zanchetta, ex obispo de Orán, al que designó como administrador en la poderosa inmobiliaria del Vaticano. También preservó al obispo encubridor Juan Barros en Chile y se refirió a una conspiración de “los zurdos” contra aquel. De cualquier manera, los pederastas no tienen por qué temer la ira de Dios: ya el Papa “intentó bajar la enorme expectativa que rodea la cumbre al destacar que ‘el problema de los abusos continuará’ porque es un ‘drama humano’” (¡!) (La Nación, 19/2).
Los escándalos por abusos se entrecruzan con la pelea de camarillas que recorre a la Iglesia. En agosto, Carlo Viganó, ex nuncio apostólico en la Iglesia norteamericana – una de las más poderosas del mundo – exigió la renuncia de Francisco, denunciándolo por encubrir al cardenal abusador Theodor McCarrick, y el cardenal norteamericano Raymond Burke se hizo eco de la denuncia. McCarrick fue expulsado del sacerdocio días atrás, en las vísperas de la cumbre, pero los choques al interior del clero recrudecen. Viganó y Burke son elementos ultraconservadores que algunos vinculan al derechista Tea Party y al trumpismo, así como al mandatario derechista italiano Mateo Salvini (El País, 21/9/18).
El cónclave es una respuesta de Francisco frente a la crisis que atraviesa la institución y la conspiración de las camarillas rivales. Nada hay de “reformista” en su orientación: durante su gestión en el Vaticano ha repuesto a figuras desplazadas del conservador “partido romano” y dio la indulgencia plenaria a los millonarios Legionarios de Cristo – orden fundada en 1941 por el abusador y archicriminal Marcial Maciel, de enorme poder económico.
El drama de los abusos en la Iglesia ha motivado la organización de sus víctimas, con redes de sobrevivientes de abusos en varios países del mundo. El ascenso del movimiento de mujeres, que conquistó la legalización del aborto en países de profundo arraigo católico como Irlanda, también supuso un golpe para la institución oscurantista. A su interior, las denuncias de violación por parte de monjas y seminaristas han agudizado la crisis.
El papado de Francisco vino precisamente a tratar de timonear el desprestigio y la aguda descomposición de la Iglesia católica y preservar de ese modo la institución. De allí su carácter reaccionario. La Iglesia es un pilar de la dominación social capitalista.

Tomás Eps

miércoles, 20 de febrero de 2019

El guiño de Francisco a los golpistas en la crisis de Venezuela




La oposición derechista y Estados Unidos redoblan la ofensiva golpista contra el gobierno venezolano ¿Qué papel ha decidido jugar el Papa?

El miércoles 13 de febrero el diario italiano Corriere della Sera publicó extractos de una carta enviada por el Papa Francisco al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Algunos medios hablaron de una “filtración”, sin embargo por el contenido de los extractos publicados es evidente que se trata de un mensaje enviado desde el Vaticano.
Las partes de la misiva que se dieron a conocer muestran un marcado cambio en la política del Vaticano hacia Venezuela, un giro que los voceros de la derecha regional califican como incompleto, del que han evitado emitir alguna definición los aduladores de Bergoglio, y que analizaremos en este artículo.

"Señor Maduro"

Lo primero que destaca de la carta papal, en respuesta a una misiva enviada por el presidente venezolano, es que está dirigida al "excelentísimo señor Nicolás Maduro Moros". La misma ya no está dirigida al "presidente" y esto refleja la postura del Vaticano en línea con los obispos venezolanos, la derecha encabezada por Juan Guaidó y el coro golpista internacional, encabezado por Estados Unidos, que no reconoce a Maduro como presidente de Venezuela.
Aunque parezca un detalle menor, la sola mención de que el Vaticano continuaba reconociendo a Maduro como presidente habría sido un mensaje claro para la oposición golpista. De esta forma se envió un guiño a Guaidó pocos días después de que una delegación de la oposición fuera recibida en la Secretaría de Estado vaticana, en concreto por el "número tres" en el organigrama de la Santa Sede, el también venezolano Edgar Peña Parra.
Un gesto que, legitimando por omisión, también va dirigido a Estados Unidos, las potencias europeas y los gobiernos de derecha de la región que declararon al presidente venezolano como “usurpador” del cargo.

El reproche Papal selectivamente dirigido

Otro de los extractos de la carta fue reiteradamente destacado por la derecha golpista. Se trata del reproche con el que el Papa responde a la petición de mediación por parte de Maduro.
En la misiva Bergoglio recuerda los reiterados intentos de los últimos años para "encontrar una salida a la crisis venezolana". Luego agrega "Lamentablemente todos se han visto interrumpidos porque lo que había sido acordado en las reuniones no ha sido seguido por gestos concretos para realizar los acuerdos", culpando al gobierno por la interrupción de los diálogos con la oposición.
El reclamo está selectivamente dirigido para inculpar al gobierno, omitiendo la responsabilidad de uno de los principales auspiciantes de la oposición derechista, Estados Unidos.
El gobierno estadounidense ha sido un factor clave en las sucesivas rupturas de las mesas de negociación entre el gobierno y la oposición. El diálogo iniciado en República Dominicana pocos meses antes de las elecciones de 2018 fue interrumpido luego de que el sector de la oposición más claramente alineado con Estados unidos se retiró de la mesa de negociación.
Es absurdo suponer que la omisión no es intencional justo en el momento que la administración de Donald Trump encabeza una ofensiva injerencista y golpista contra Venezuela. Bergoglio decide enviar un mensaje claro al “perdonar los pecados” estadounidenses.

La "neutralidad positiva" de Bergoglio

El giro de política del Vaticano es evidente. Desde la “Santa Sede” han decidido “esperar”, mientras el intento golpista avanza sobre Venezuela, como quien espera sentado que un vehículo sin frenos no colisione contra una pared.
Esto lo dejó claro el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, cuando señaló que el enfoque de la “Santa Sede” en Venezuela es el de una "neutralidad positiva". Parolin no es un hombre ajeno a la política venezolana: en 2009 fue nombrado Nuncio Apostólico (embajador) para ese país por el papa Benedicto XVI. Para Bergolgio, Parolin es su as de espadas por su relación con sectores de la oposición derechista y también con parte de la cúpula militar.
Mal que le pese a los sectores que en Argentina y otros países de la región, apoyan a Bergolgio y lo presentan como un “Papa aliado del pueblo”, la “neutralidad” del Vaticano actúa en favor de la avanzada golpista.
El Papa había enfocado su discurso en lo “social” y la “igualdad”, intentando ser vocero de los más afectados por la catástrofe económica producto de la crisis capitalista y las políticas de ajuste de Maduro. En su momento, como explicamos en otro articulo, ese giro discursivo fue acompañado por un acercamiento a la política internacional de Estados Unidos durante la administración del demócrata Barack Obama, reflejado en el rol político jugado por el Vaticano en la normalización de las relaciones entre EE.UU. y Cuba, tan celebrado por sectores del progresismo latinoamericano, que coincidió con la exploración de un nuevo camino en pos del avance de la restauración capitalista en la isla, encarado por el gobierno estadounidense (que sin embargo mantuvo el bloqueo económico).
El nuevo discurso Papal le permitió a Bergoglio ganar influencia sobre movimientos sociales, especialmente en Argentina. Organizaciones como la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), cuyo referente es Juan Grabois, o el Movimiento Evita, actúan como apóstoles del mensaje de la Iglesia y son parte de la contención social, subordinados al peronismo y las direcciones sindicales que han evitado la irrupción del descontento ante el ajuste aplicado por el gobierno de Macri.
No es casualidad que estos sectores afines al Papa no hayan levantado la voz ante la política del Vaticano sobre el intento golpista de la oposición derechista apoyado por Estados Unidos y los gobiernos de derecha de la región.
Bergoglio reclama gestos concretos de Maduro seguramente buscando un renunciamiento que permita dar viabilidad a una transición negociada entre el oficialismo y la oposición, con la garantía de los militares. Un camino que hasta el momento parece quimérico. Entre tanto la “neutralidad” favorece a los objetivos golpistas.
Pero ante todo, lo que se pone al descubierto es que Bergolgio se adaptará a cualquier desenlace antes que favorecer el avance de una salida independiente de los trabajadores y el pueblo pobre que enfrentando resueltamente la ofensiva imperialista y todo el plan de la derecha golpista, salde cuentas con las políticas del gobierno de Maduro que ha descargado una brutal catástrofe económica sobre ellos.

Diego Sacchi
@sac_diego

Si se apaga Telesur

Entre los propósitos principales de la arremetida del gobierno estadounidense para terminar con el virus de la Revolución Bolivariana, adueñarse de los recursos naturales, convertir a Venezuela en una colonia, es acabar con Telesur, una de las escasas fuentes de información de la realidad, opuesta a la imposición del pensamiento único imperial.
Telesur fue el proyecto más importante en materia de comunicación, en lo que va del siglo en América Latina y el Caribe, apadrinado por la Revolución Bolivariana y por el presidente Hugo Chávez. Desde antes de salir al aire, congresistas, diplomáticos y gobierno de EEUU trataron por varios medios de abortar el proyecto, a veces con colaboración de funcionarios locales.
Telesur surgió como un proyecto estratégico orientado a contrarrestar el mensaje hegemónico del Norte mediante la creación de un canal multiestatal latinoamericano. La idea era cristalizar aquel sueño acariciado durante años por periodistas y trabajadores de la cultura de la región de ofrecer la imagen y la voz de América Latina a todo el mundo y, a la vez, ver el mundo desde una perspectiva propia.
Por primera vez se gestaba un espacio público multiestatal en televisión para difundir una realidad latinoamericana que era, en buena medida, invisibilizada, ocultada, ninguneada o minimizada por los grandes medios de comunicación de los países desarrollados e incluso por los medios comerciales de la región. • Como señal alternativa (al mensaje hegemónico), nuevos actores se fueron sumando a la pantalla y aquellos que durante muchos años no habían tenido voz ni imagen comenzaron a informar y ser informados.
El proyecto de Telesur no trataba de hacer una CNN latinoamericana o de izquierda sino de revolucionar la televisión, con rigor periodístico, veracidad, calidad y entretenimiento, información y formación de ciudadanía.
Los documentos preparatorios de la televisora multiestatal investigaban sobre la identidad (diversa, plural) de los latinoamericanos, e identificaban algunas peculiaridades: la informalidad del latinoamericano, el uso coloquial del lenguaje y su sentido transversal del humor. No todo eso se reflejó en la pantalla, por el afán de copiar formatos, en lo que insistían algunos “asesores” europeos y caribeños, con experiencia académica o política quizá, pero sin ninguna construcción comunicacional y menos aún audiovisual.
Durante casi 14 años en toda Latinoamérica nos acostumbramos a buscar la información de Telesur, la contracara de la manipulación hegemónica. No es hora de críticas. Es hora de evaluar la realidad. Lo difícil que es darse cuenta que, más allá de Telesur, no se logró crear una verdadera red de información latinoamericano-caribeña, que fuera voz de nuestros pueblos (y no solo de gobernantes y dirigentes).

***

A fines de 2001 hablaba con Hugo Chávez sobre la necesidad de garantizar la soberanía comunicacional de Venezuela. Su comunicación al exterior dependía de una sola salida satelital, la del canal oficial Venezolana de Televisión. Lo primero que hizo la oposición en el golpe de Estado del 11 de abril de 2002 fue bombardear la emisora. El golpe quiso pasar inadvertido: los medios hegemónicos pasaban telenovelas y música, invisibilizando a un pueblo que se levantaba reclamando el retorno de su presidente constitucional.
En 2005, logramos concretar la Televisora del Sur (Telesur), tras años de proyectos, búsqueda de apoyos en toda Latinoamérica, Europa y Estados Unidos también. Nuestro norte es el sur, era el lema (luego desechado). Vernos con nuestros propios ojos, recuperar la memoria para conocer de dónde venimos y saber hacia dónde vamos. Hace una década que no estoy en Telesur.
Hoy, de mi computadora el vozarrón inconfundible, de La Negra Mercedes Sosa me pregunta: “donde iremos a parar/ si se apaga Valderrama". Se refería al mítico boliche Balderrama, considerado el altar del folclore argentino, por haber inspirado a artistas salteños y de todo el país, sobre el cual Manuel J. Castilla y Gustavo "Cuchi" Leguizamón, escribieron la zamba que La Negra hizo conocer en el mundo.
¿Dónde nos vamos a informar si destruyen Telesur?, me preguntaba el Ronco Arévalo, mate en mano, en Punta Fría, en el este uruguayo. Un largo silencio acompañó en la rueda de mate a la interrogante del añejo militante.
Trato de escribir. Ahora es Fito Paéz, quien me despierta de mis añoranzas y desazones: “Quién dijo que todo está perdido?/Yo vengo a ofrecer mi corazón/ Tanta sangre que se llevó el río./Yo vengo a ofrecer mi corazón”.

Aram Aharonian: Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la )

martes, 19 de febrero de 2019

La Amenaza Imperial contra Venezuela


`El Imperialismo y sus gobiernos lacayos han acudido al crimen en su estrategia de poder´




Enrique Ubieta es el actual director de Cuba Socialista, Revista Teórica del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Dialogamos con este filósofo y periodista sobre el avance del imperialismo en América Latina y sobre el proceso de Reforma Constitucional en Cuba.

Desde Miami, Trump recarga su injerencia imperialista y llama a los militares a "no seguir órdenes de Maduro"




En un discurso sobre Venezuela desde el Ocean Bank Convention Center de la Florida International University (FIU), en Miami, Trump volvió a repetir las constantes amenazas que viene haciendo sobre Venezuela en su escalda intervencionista, utilizando el hipócrita discurso de la “ayuda humanitaria”.

Aunque prácticamente el contenido de su discurso ya había sido anticipado casi textualmente por la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, no dejó de tener su objetivo de ir caldeando la situación hacia el 23 de febrero, fecha en la que, según Guaidó, “sí o sí” entrará la tan mencionada “ayuda humanitaria”.
Sanders había anticipado que Trump “advertiría” este lunes a los militares en Venezuela que “perderán todo lo que tienen si no rompen con Maduro”, y que "los militares venezolanos tienen una decisión clara que tomar”. También anticipando que Trump afirmaría que "Venezuela no debería ser un Estado marioneta de Cuba".
Fue exactamente lo que afirmó Trump en su discurso en Miami: que los militares “no deben seguir las órdenes dadas por Maduro” sino “aceptar la oferta de amnistía de Guaidó”, que también les ha lanzado Estados Unidos. El magnate inquilino de la Casa Blanca agregó que si los militares continúan apoyando a Maduro, "no encontrarán un puerto seguro, ni una salida fácil". En un discurso prepotente y dando órdenes como “patrón de estancia”, Trump instó a que “tienen que aceptar al presidente Guaidó".
Nuevamente las amenazas militares no dejaron de estar presente al volver a insistir que “buscamos una transición pacífica, pero todas las opciones son posibles” para luego llamar al “ejército venezolano a no bloquear ingreso de ayuda humanitaria”. Fue un indicio más de la reiterada insistencia de Trump en que las opciones militares permanecen sobre la mesa, aunque muchos consideran que esta opción es poco probable por el momento.
Momentos antes del discurso de Trump, Juan Guaidó había realizado una videoconferencia desde Caracas a los asistentes al mismo acto en el que intervino Donald Trump, y fue presentado por el asesor presidencial John Bolton como “el futuro presidente de una Venezuela libre”. En dicha videoconferencia y con un descarado cipayismo, Guaidó declaró que "debemos aprovechar este momento. El momento es ahora”, y en su breve alocución agradeció “a Estados Unidos su ayuda”.
El objetivo del discurso de Trump de este lunes no era otro que agregar más tensión hacia el 23 de febrero, día en que la oposición ha dicho, en palabras de Guaidó, que será el día de “sí o sí” para que entre la “ayuda humanitaria”. En otras palabras, juegan una de sus mayores fichas a casi un mes de que Guaidó se autodeclaró “presidente encargado de Venezuela” con la venia de Estados Unidos, para acelerar la caída de Maduro en toda una embestida golpista organizada desde Washington.
Se trata de una acción que no deja de ser una clara provocación pudiendo tener consecuencias trágicas. Seguramente eso es lo que espera la oposición de derecha, pues el propio Guaidó llegó a afirmar que no descartaba que ese día hubiese enfrentamientos. Lo que podría abrir el camino a una intervención militar extranjera.
El propio Guaidó ha dicho que “si fuera requerida una fuerza internacional para restituir el orden constitucional, y proteger la vida de nuestros ciudadanos, existe la atribución legislativa taxativa de aprobar una acción así por parte de la Asamblea Nacional (Artículo 187 de la Constitución de la República de Venezuela)”. Y otro de sus voceros en Colombia, Miguel Ángel Martín, también ha sostenido que "No podemos descartar una coalición militar de paz" para intervenir Venezuela.
Es de recordar que el gobierno de EE.UU. ha hecho todo un despliegue en la zona de la frontera de Colombia con Venezuela, enviando este sábado tres aviones militares cargados de “ayuda humanitaria” desde la base aérea de Homestead, al sur de Miami, continuando así la presión que ejerce contra Maduro.
A eso se sumó también el desplazamiento a Cúcuta, Colombia, del senador republicano Marco Rubio, famoso por su militancia anticubana y a quien se considera uno de los artífices de la política estadounidense en contra Maduro. En esa ciudad fronteriza con Venezuela “reclamó” que la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada) “tome la decisión correcta" el día 23.
Con Rubio también viajaron el embajador de EE.UU. ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Carlos Trujillo, y el congresista republicano Mario Díaz-Balart (otro gran lobista anticubano), con quienes, de acuerdo a sus palabras, “supervisó la ayuda enviada” por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), agencia que dicho sea de paso siempre ha sido utilizada para fines intervencionistas.
También el presidente de Chile, Sebastián Piñera, se sumó a la cruzada del 23 anunciando este lunes que estará el próximo viernes en Cúcuta para “entregar la ayuda humanitaria”. “Con el presidente @IvanDuque estaremos este viernes en Cúcuta” anunció el derechista chileno en su cuenta twitter. Ni Pinera ni Duque pueden ocultar su hipocresía todo con el objetivo intervencionista a las órdenes de Trump, cuando en sus respectivos países tienen grandes bolsones de pobreza y aplican planes de ajuste que los lleva a los más pobres todavía más a la miseria.
Como hemos viendo afirmando, Trump y la oposición de derecha, y todo el derechismo continental, usan miserablemente los grandes padecimientos que sufre el pueblo como resultado de las políticas antipopulares de Maduro y el saqueo de los empresarios nacionales e internacionales vía la deuda externa, la brutal fuga de capitales y otros mecanismos perversos. Para ellos las calamidades en este drama social son apenas base de maniobra para sus objetivos políticos.
Mientras, el gobierno de Nicolás Maduro continúa sosteniéndose en base al apoyo de las Fuerzas Armadas a quienes solo les importa una sobrevida política de una burocracia estatal, y aumenta los mecanismos represivos contra el pueblo. De esa forma le allana el camino al propio imperialismo y a la derecha local. Pero nada bueno hay en el horizonte para los trabajadores de la mano del imperialismo y de Guaidó que ya anunció un antipopular y antiobrero “Plan País”.

La Izquierda Diario Venezuela
@LaIzqDiario_VE

lunes, 18 de febrero de 2019

Carta de Ho Chi Minh a Lyndon B. Johnson




Nota edición: El 15 de febrero de 1967 Ho Chi Minh, presidente de la República Democrática de Vietnam, envió esta histórica carta, ejemplo de dignidad y de defensa de su justa causa, en respuesta a otra del entonces presidente de los EE.UU., Lyndon B. Johnson.

A su excelencia Lyndon B. Johnson

Presidente de los Estados Unidos de América

Excelencia:

Recibí su mensaje el día 10 de febrero de 1967. Ésta es mi respuesta.
Vietnam se encuentra a miles de kilómetros de Estados Unidos. Los vietnamitas nunca han hecho ningún daño a EE.UU., pero EE.UU. ha intervenido de forma continuada en Vietnam, en abierta contradicción con las promesas realizadas por su representante en la Conferencia de Ginebra de 1954, y ha intensificado la agresión militar contra Vietnam del Norte para prolongar la división de nuestro país y convertir a Vietnam del Sur en una colonia y en una base militar. Desde hace dos años, el gobierno de Estados Unidos mantiene una guerra contra la República Democrática de Vietnam, un país independiente y soberano, con el apoyo de sus fuerzas aéreas y navales.
El ejército de Estados Unidos ha cometido crímenes de guerra, crímenes contra la paz y contra la humanidad. En Vietnam del Sur, medio millón de soldados de EE.UU. y de sus aliados utilizan el armamento más inhumano y las estrategias militares más bárbaras posibles. Usan napalm, armas químicas tóxicas y gas para masacrar a nuestros compatriotas, destruir las cosechas y arrasar pueblos enteros. Miles de aviones de EE.UU. han arrojado cientos de miles de toneladas de bombas sobre Vietnam del Norte, destruyendo ciudades, pueblos, industrias y colegios.
En su mensaje parece lamentar el sufrimiento y la destrucción que sufre Vietnam. Permítame entonces que le pregunte quién ha cometido esos monstruosos delitos. Ha sido Estados Unidos, y sus aliados. El gobierno de Estados Unidos es el único responsable de la gravísima situación que se vive en Vietnam.
La agresión militar de EE.UU. contra el pueblo de Vietnam constituye un desafío a todos los países, una amenaza para el movimiento de independencia nacional y un grave peligro para la paz en Asia y en el resto del mundo.
Los vietnamitas aman profundamente la independencia, la libertad y la paz. Pero se han levantado como un solo hombre ante la agresión de Estados Unidos, sin temor a los sacrificios ni a las penalidades. Están decididos a seguir resistiendo hasta conseguir la verdadera independencia, la libertad y la paz. Nuestra justa causa despierta el apoyo y un fuerte sentimiento de solidaridad entre los ciudadanos de todo el mundo, incluidos muchos sectores de la sociedad estadounidense.
El gobierno de Estados Unidos ha desatado una guerra contra Vietnam y la agresión debe cesar. Es la única forma de restaurar la paz. El gobierno de Estados Unidos debe detener sus bombardeos y todos los demás actos de guerra contra la República Democrática de Vietnam, definitiva e incondicionalmente. Debe retirar de Vietnam del Sur a todas sus tropas, propias y aliadas; reconocer al Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur, y permitir que sean los ciudadanos vietnamitas quienes solucionen sus propios asuntos.
Esta es la base de los cinco puntos que mantiene el gobierno de la República Democrática de Vietnam, y que incluyen los principios esenciales de los Acuerdos de Ginebra de 1954 sobre Vietnam. Es la base de una solución política adecuada al problema de Vietnam.
En su mensaje sugería el establecimiento de conversaciones directas entre la República Democrática de Vietnam y Estados Unidos. Si el gobierno de EE.UU. desea realmente dialogar, debe detener en primer lugar y de forma incondicional sus bombardeos y todos los demás actos de guerra contra la República Democrática de Vietnam. Sólo después de un cese incondicional de los bombardeos y de todos los demás actos de guerra contra la República Democrática de Vietnam, podrán los dos países iniciar conversaciones y dialogar sobre las cuestiones que nos afectan.
Los vietnamitas no se rendirán nunca ante la agresión, y no aceptarán conversaciones bajo la amenaza de las bombas.
Nuestra causa es absolutamente justa. Sólo cabe esperar que el gobierno de Estados Unidos actúe de forma racional.

Atentamente,

Ho Chi Minh

La historia de una fuga con perspectiva de género




Es la historia de una fuga relegada por la Historia. El 30 de julio de 1971, treinta y ocho presas políticas uruguayas –la mayoría pertenecientes al Movimiento Nacional de Liberación Tupamaros (MLN-T)– protagonizaron la mayor fuga planificada de una cárcel de mujeres del mundo. Aquel día se las tragó la tierra. Graciela Jorge, las mellizas Lucía y María Elia Topolansky, Alicia Rey Morales, América García y otras treinta y tres mujeres se escaparon del penal de Cabildo por las cloacas de Montevideo a través de un túnel que fue construido desde afuera.
Josefina Licitra rescató el acontecimiento y lo cuenta como nadie en el libro 38 estrellas. La mayor fuga de una cárcel de mujeres de la historia (Seix Barral, 2018).
La monumental huida fue opacada por otra fuga de presos políticos varones (también en su mayoría militantes del MLN-T) que tuvo lugar dos meses después en la cárcel del barrio montevideano de Punta Carretas. Mientras se organizaba un levantamiento en la localidad de la Teja –con el objetivo de distraer a las fuerzas de seguridad–, el 6 de septiembre del mismo año tuvo lugar la “Operación Abuso” que abrió el camino subterráneo hacia la libertad a 111 detenidos –106 eran presos políticos y 5 presos “comunes”. El nombre de la operación no era metafórico: fue un abuso. Huyeron por los mismos túneles que había utilizado un grupo de anarquistas para evadirse de esa cárcel en la década del ‘30. Según el sinfín de artículos de prensa, el escape tuvo características épicas y ribetes cinematográficos, fue reconocida como la fuga de presos políticos más grande de Uruguay y del mundo, y hasta conquistó un lugar en el libro Guinness. Existen documentales, múltiples informes periodísticos en todas las plataformas y hasta películas sobre esta hazaña de los tupamaros hombres. También se tejieron mil intrigas, entre ellas, que el régimen conocía los planes de escape y lo dejó correr para justificar una represión mayor.
La “Operación Estrella” no tuvo la misma suerte y Josefina Licitra ensaya dos hipótesis para este “olvido”: una es la primacía alcanzada por el escape descomunal de Punta Carretas que se impuso por su propio peso, pero la otra es que la fuga de Cabildo
… sucedió en un tiempo en el que las mujeres eran vistas, incluso en los movimientos de izquierda, con un prisma que las llevaba al redil de las “pequeñas cosas”; a un lugar devaluado, inofensivo y alejado de las marcas discursivas que hoy permiten hablar de la igualdad de género.
Por lo tanto, 38 estrellas es un relato de las batallas de las mujeres por su lugar en la Historia, una lucha que viene desde tiempos antediluvianos y que, entre otras cosas, pretende cambiar las jerarquías de lo que se nombra y de lo que se olvida. De hecho, algunas de las protagonistas de la fuga de Cabildo posteriormente formaron parte del atroz sistema de “rehenato” aplicado por la dictadura uruguaya (1973-1985). El régimen mantuvo como rehenes a militantes tupamaros que estaban detenidos en condiciones inhumanas, eran trasladados permanentemente, torturados física y psicológicamente. Durante casi tres décadas la condición de rehén distinguió a nueve dirigentes del MNL-T, conocidos a partir de una famosa conferencia de prensa brindada por siete de ellos, liberados junto al último grupo de presos políticos en 1985. La noche de los doce años, la conmovedora película estrenada recientemente, cuenta el calvario de tres de estos rehenes, luego figuras prominentes de la política uruguaya (entre ellos, el expresidente José “Pepe” Mujica). Solo mucho tiempo después salió a la luz la historia de Las rehenas, gracias al libro de la historiadora Marisa Ruiz y el periodista Rafael Sanseviero, que lleva ese título y es una investigación sobre las once mujeres “rehenas” que fueron literalmente desaparecidas de todas las fuentes posteriores a la dictadura.
Pero si esta perspectiva constituye la columna vertebral del libro, 38 estrellas también es la historia de un país que entró en crisis tras el fin de la bonanza exportadora que habilitó la Segunda Guerra Mundial, fue empujado al ajuste y puso en cuestión también al Uruguay fundado por José Batlle y Ordóñez y al batllismo como movimiento histórico. El país posterior a la “crisis de las exportaciones” acompañó así los avatares económico-sociales de un continente y sus tendencias a la radicalización política.
También es el relato de las contradicciones ardientes de una generación que irrumpió a la política al influjo de la gesta cubana y que contaba en sus filas con jóvenes que a los 20 años (a veces menos) se lanzaban al combate –eventualmente armado, casi siempre violento¬¬– convencidos y convencidas de la justeza de una causa colectiva. Una subjetividad que hoy puede ser observada con asombro, desde esta época antiheroica bajo reinado del yo instagramero que el sentido común dominante fogonea como máximo objetivo de realización personal.
En 38 estrellas también hay elementos de una discusión estratégica que va desde el balance de los combates de aquellos años vislumbrado en cada decisión táctica; hasta el presente, por la trayectoria de algunos de los principales referentes que atravesaron el proceso que el marxista italiano Antonio Gramsci calificó como “transformismo”: de cabezas dirigentes de un movimiento subalterno a la gestión del Estado que sostuvo su naturaleza de clase.
Por último, la crónica periodística, el género elegido por Josefina Licitra y que maneja con delicada maestría, no es menor para lograr la fuerza narrativa a la altura de una historia potente: una fuga con perspectiva de género, pero que es mucho más que la historia de una fuga.

Fernando Rosso

Chico Mendes: quién fue el luchador despreciado por el ministro de medioambiente de Bolsonaro




Chico Mendes, reconocido luchador del norte de Brasil, fue asesinado en 1988 por sicarios en el marco de su lucha por los derechos de los trabajadores del caucho, las riberas y los pueblos originarios.

“El don de despertar en el pasado las centellas de la esperanza es privilegio exclusivo del historiador convencido de que tampoco los muertos estarán seguros si el enemigo vence. Y ese enemigo no ha cesado de vencer” (Walter Benjamin, Tesis sobre el concepto de historia, 1940)

Ricardo Salles, el ministro de Medioambiente de Bolsonaro, se dijo ignorante y consideró irrelevante la figura de Chico Mendes en una entrevista televisiva. El repudio en las redes puso a Chico Mendes en el trending topic a nivel global. ¿Por qué tanto odio y desprecio hacia el mundialmente reconocido luchador asesinado? El plan del gobierno de Bolsonaro contempla un avance en la quita de derechos por los que Mendes luchó.
El triunfo electoral de Bolsonaro y todo un pool de reaccionarios en octubre pasado con la enorme ayuda del poder judicial y apoyo militar implica no solo la preparación para salvajes ataques a los derechos laborales, como la reforma previsional, o las privatizaciones, o quitas a los derechos de las mujeres, de los educadores, de los niños, de la diversidad sexual. Significa además un intento de reescribir la historia.
El vicepresidente Hamilton Mourão y el presidente de la Corte Suprema, José Toffoli hablan de “movimiento del 64” y ya no de golpe. En ese marco, el ataque a Chico Mendes se inscribe en el intento de abrir aun más el campo al agronegocio y quitarle derechos a los trabajadores rurales, pueblos ribereños, negros y pueblos originarios.
Chico Mendes, fundador del PT y la CUT en el estado de Acre, región norte de Brasil, fue asesinado por pistoleros al mando de quienes se oponían a la expropiación de una hacienda para transformarla en “reserva extractivista”, de propiedad de la Unión bajo gestión de los trabajadores del caucho, ribereños y pueblos originarios. Chico Mendes defendía la expropiación de tierras para uso colectivo de esas comunidades y así chocaba con la expansión del agronegocio y su saña por pasto, tierra para la soja y derramamiento de sangre de lo que se interpusiera en su camino.
Ni bien comenzó la lucha por los derechos de los pueblos, de los trabajadores del caucho y de los bosques, Chico Mendes estuvo marcado para morir. No solo él, sino decenas de otros sindicalistas y activistas en la región. Con desdén, los medios brasileños miraban el drama en las entrañas de la Amazonia. Pocos días antes de su asesinato, el medio Jornal do Brasil se rehusó a publicar una entrevista al activista, en la que dejaba en claro quién lo amenazaba, con la que podría haber ganado tiempo de vida. Se puede leer la entrevista completa acá. Eran tiempos de poner paños fríos en las heridas, aun sangrantes, de la Constituyente.
Pocos días después del asesinato, la entrevista fue publicada. La atención a su denuncia cabía a los trabajadores y brigadas de defensa organizadas por la CUT, a los ambientalistas y parte de los medios internacionales, que por presiones de la lucha de clases en sus propios países, tenían que abrir algunas puertas a Mendes y su grito.
Hay quienes ven en ese programa defendido hace 20 años atrás por Chico Mendes un antecedente del ecosocialismo, como escribió recientemente el famoso intelectual Michel Lowy. Más allá de las polémicas sobre este concepto y los límites estratégicos de la lucha de Mendes -quien depositaba esperanzas en la Constituyente de 1988, planteaba un programa de desapropiación y una táctica de resistencia pacífica a los tractores de deforestación- su activismo entraba en ruta de colisión con el latifundio, con el agronegocio, y esa colisión le costó un tiro de escopeta en el pecho el 22 de diciembre de 1988.
El regreso del odio a Chico Mendes muestra que la llaga que estaba abierta en el ’88 no se cerró, y nos obliga a pensar en los objetivos que están detrás del odio de los terratenientes, de los capitalistas y del gobierno de Bolsonaro.

El regreso del espectro odioso de 1988

Bajo la égida del ministro detractor de Chico Mendes hay un instituto que lleva su nombre. Mendes fue asesinado el mismo año en que se terminó la Constituyente. Ese año también fueron asesinados en manos del Ejército tres trabajadores siderúrgicos en la ciudad de Volta Redonda, Rio de Janeiro.
El odio de Salles generó un amplio repudio en las redes sociales, e incluso el general Mourão se delimitó del ministro. Esta delimitación se relaciona también con las diputas en las distintas alas del pool de poder Bolsonaro. Pero las declaraciones de Salles no fueron las palabras de un idiota, llenas de sonido y furia y sin significado. Son parte constitutiva del programa de gobierno de Bolsonaro y que van mucho más allá del ala “ideológica” con la que se relaciona.
Bolsonaro no ahorró críticas a la legislación ambiental hasta que ocurrió el desastre de Brumadinho. Mourão y Heleno quieren pasar a llevar los derechos de los pueblos originarios para hacer obras en la Amazonia como la “gran línea norte” y la expansión de la ruta BR-363. La ministra de Agricultura, Tereza Cristina, quiere liberar el uso de cualquier tipo de agrotóxico. El ministro de Justicia, Sérgio Moro, redacta leyes represivas con la trillada excusa de lucha contra el narcotráfico pero que le permitirán a Bolsonaro cumplir su promesa de enjaular a militantes del MST y MTST como “terroristas”.
Pasados algo más de 20 años desde aquella Constituyente y de los asesinatos en el campo y en la industria siderúrgica, vuelven a emerger temas centrales, la historia de Brasil, las violentas discusiones de la época, entre ellas la cuestión del latifundio y el agronegocio.
Surgida como brazo político para hacer lobby en la Constituyente, y como brazo armado para esparcir sicarios por el campo, y de notorio involucramiento en el asesinato de Chico Mendes y de muchos ambientalistas y sindicalistas en el campo, la Unión Demócrata Ruralista (UDR) ubicó a su poderoso presidente, Nabhan Garcia, en un cargo crucial del gobierno de Bolsonaro: jefe de “asuntos fundiarios” del Ministerio de Agricultura.
Esto muestra que el odio de Salles a Chico Mendes no es un punto fuera de la curva sino la consecuencia directa del programa de todo el pool bolsonarista e ilustra cómo pretenden pasar revista a las heridas todavía abiertas del ’88 para pisotear a los muertos y arrancar así más tierras, derechos y sangre a los vivos.

Algunas reflexiones para salvar a los muertos de las garras de los enemigos

En Xapuri, la localidad del estado de Acre donde Mendes fue asesinado, estaba en pleno y abierto funcionamiento el brazo armado de sicarios del latifundio. Chico Mendes pagó con su vida el enfrentamiento a esos poderes y querer la expropiación de las tierras amazónicas para destinarlas a “reservas extractivistas”.
Chico Mendes dejó un breve y bonito escrito póstumo en defensa de la revolución socialista mundial dirigida a los jóvenes del futuro:
Atención, joven del futuro, el 6 de septiembre del año 2120, aniversario del primer centenario de la revolución socialista mundial que unificó a todos los pueblos del planeta en un solo ideal y en un solo pensamiento de unidad socialista, y que puso fin a todos los enemigos de la nueva sociedad. Acá quedan solo el recuerdo de un triste pasado de dolor, sufrimiento y muerte. Disculpen. Estaba soñando cuando escribí estos acontecimientos que no voy a ver. Pero tengo el placer de haber soñado”.
Si bien declamaba el socialismo internacional, no era ese el programa que defendía Chico Mendes. En la entrevista a Jornal do Brasil decía:
“La reforma vino a través de la Reserva Extractivista. Vamos a utilizar la selva en forma racional, sin destruirla. Los trabajadores del caucho, los pueblos originarios, los ribereños hace más de 100 años ocupan los bosques. Nunca la amenazaron. Los que la amenazan son los proyectos agropecuarios, los grandes madereros y las hidroeléctricas con sus inundaciones criminales. En las reservas extractivistas, vamos a comercializar e industrial los productos que los bosques generosamente nos conceden. Tenemos en los bosques el abacaba, el patoá, el açaí, el buriti, la pupunha, el babaçu, el tucumã, la copaíba, la miel de abejas, que ni los científicos conocen. Todo esto puede ser exportado, comercializado. La universidad tiene que venir a acompañar la Reserva Extractivista. Estamos abiertos a ella. La Reserva Extractivista es la única salida para que la Amazonia no desaparezca. Más aun: esta reserva no tendrá propietarios. Va a ser un bien común de la comunidad. Tenemos el usufructo, no la propiedad”.
Proponía el usufructo, la gestión de la tierra por los pueblos locales, señalando –al menos para la región amazónica- un sentido de una reforma agraria que no pasa por la propiedad privada de la tierra, si no que convive al mismo tiempo con el capitalismo que la rodea. Esta elaboración programática es un aporte para pensar otros modelos de gestión de los recursos naturales y su control por los trabajadores y pueblos locales, más aun en tiempos de crímenes capitalistas de la magnitud que se vio en Brumadinho.
La defensa de una gestión de los recursos por la población local y los trabajadores (del caucho) se choca también con el programa adoptado por el PT, que no solo no combatió sino que apoyó la expansión agrícola capitalista, el avance de la minería predatoria, mantuvo privatizada la minera Vale, adoptó el uso desenfrenado de inundaciones para hidroeléctricas, todo esto para garantizar más recursos para entregar en bandeja al imperialismo, con royalties de semillas transgénicas o a través del criminal pago de la deuda pública.
La integración del PT al régimen nacido en el ’88 incluyó su aplauso e incentivo a la soja, al ganado, al frigorífico JBS, a la exministra y vocera del agronegocio Kátia Abreu, en directo detrimento y choque con los derechos de los pueblos originarios, ribereños y trabajadores rurales. Suena totalmente fuera de lugar, para decir lo mínimo, su defensa del legado de Chico Mendes, aun limitada a la cuestión ambiental.
En la conclusión de la entrevista que Jornal do Brasil no quiso publicar, Mendes dijo:
Si bajara un enviado de los cielos y garantizara que mi muerte fortalecería nuestra lucha hasta valdría la pena. Pero la experiencia nos enseña lo contrario. Entonces quiero vivir. Acto público y entierro numeroso no va a salvar la Amazonia. Yo quiero vivir.
La ausencia de una estrategia global para el enfrentamiento con los capitalistas, el programa adoptado por Chico Mendes terminó por costarle la vida, sin que haya quedado una semilla para su continuidad.
Los trabajadores de Brasil y del mundo tienen planteado arrancar de las manos de los enemigos el destino no solo de sus vidas sino también la de sus muertos, para vengarlos expropiando el latifundio, derrotando al capitalismo. Para callar el irrelevante Salles y sus socios en el pool bolsonarista, hay que sacar de las inmundas bocas del agronegocio la obra de vida de Mendes y llevarla a una crítica global del capitalismo, para que del seno de Brasil, de la Amazonia, al serrado, a las montañas de Minas, se erija otro uso de la tierra, un uso que esté al servicio de los trabajadores, de todos los pueblos, y establezca otro metabolismo de la humanidad con la naturaleza, lo que es imposible sin luchar por construir un gobierno obrero de ruptura con el capitalismo.

La Izquierda Diario

El gobierno pisa el acelerador al servicio de UPM




Sin ninguna consideración por el impacto social y ambiental el gobierno continúa aceleradamente y sin ningún cuidado con sus planes de facilitar la instalación de una segunda planta de UPM

La actitud del gobierno ante la construcción del tren que transportaría la producción de UPM muestra el grado de sumisión y entrega al que ha llegado el Frente Amplio con tal de que UPM se instale en el país.
El proyecto ferroviario prevé la instalación de 273 kilómetros de vías férreas atravesando 5 departamentos del país, con el fin exclusivo de generar la infraestructura para que se transporte la producción de UPM y tendrá un costo, que absorverá el país, de 2200 millones de dolares.
Los permisos para las 14 frecuencias diarias de este futuro tren, seis con celulosa y una con productos químicos muy contaminantes y tóxicos se están tramitando sin los debidos estudios sanitarios, sociales, económicos y ambientales; desoyendo la opinión de la ciudadanía afectada y sin ningún tipo de previsión del impacto que puede tener en país.
Recientemente grupos de vecinos y afectados por el tren fueron tratados de “miserables” por el ministro Rossi y recibidos con un gran despliegue policial cuando intentaban defender sus derechos ante la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA).
Este organismo es el que supuestamente debe cuidar que el futuro tren no impacte negativamente y sin embargo cumple un papel casi testimonial, sin ningún tipo de independencia y dando la cobertura formal que el gobierno persigue para salvar las apariencias de que se cumplen los requisitos medio ambientales.
Hace pocas semanas la ministra Eneida de León mandó a cortar las licencias de los jerarcas para que apurarán el estudio ambiental, el que se intenta que se transforme en un mero trámite.
La obra estará a cargo del grupo Vía Central, integrado en un 40% por la constructora SACYR, la que tiene varias denuncias internacionales por defectos en las obras y sobreprecios.
La licitación fue impugnada por otra empresa que se presentó al llamado planteando que el resultado fue poco transparente y arbitrario. Para generar aún mayores sospechas, el ministro Rossi clasificó como reservada toda la información de la licitación en cuestión.
Por otra parte, más allá de las declaraciones de Cosse, parece avanzar el proyecto de elevar la cota de la represa de Rincón del Bonete lo que tendrá como consecuencia la inundación de zonas productivas y afectará al balneario San Gregorio de Polanco que depende de sus playas para sostener su actividad económica. Grupos ambientalistas vienen denunciando que este proyecto responde a las demandas de UPM y es otra muestra del grado de injerencia de la empresa finlandesa en la política interna del país.

Un modelo que hace agua

La desesperación del gobierno por cerrar el negocio y captar inversiones ha profundizado el grado de sumisión hacia empresarios extranjeros y nacionales.
Desde hace ya algunos años se vienen percibiendo los síntomas del agotamiento de un modelo basado en la liberalización de la economía y alto precio de las commodities que permitió un ciclo de crecimiento para el país más o menos coincidente con los años de gobiernos frenteamplistas. En este periodo los empresarios nacionales y extranjeros se enriquecieron de manera exorbitante mientras que los trabajadores y sectores populares tuvieron una mejora muy acotada y parcial que apenas permitió superar los peores momentos de la crisis del 2002, aunque manteniendo mucha de las condiciones de la década del 90 ( trabajo precario, tercerizaciones, privatizaciones, etc.)
A nivel nacional se observa un estancamiento del consumo y una detención de la recuperación del salario real junto con una caída de las exportaciones y del precio de los commodities así como un encarecimiento del dolar. En los años de bonanza las inversiones tendían a llegar a la periferia, pero a partir de la política económica de Estados Unidos impulsada por Trump los capitales van hacia los países centrales lo que profundiza la lucha por atraer inversiones en países como Uruguay.
Exenciones impositivas, subvenciones, zonas francas son parte del modelo frenteamplista, el que en estas negociaciones con UPM ha pegado un salto con mayores concesiones incluyendo por ejemplo clausulas laborales que limitan los derechos de los trabajadores.
La primarización de la economía y el modelo forestal celulósico no se detiene en cuestiones sociales o ambientales, no importa el costo que implique para la población, lo importante parece ser atraer inversiones a toda costa y garantizarles grandes ganancias.Las obras que se plantean, como las del tren, no son para beneficio de los sectores populares, sino que son pensadas para satisfacer las necesidades de las multinacionales y tentarlas para invertir en el país.
Ante una situación internacional y regional que impacta negativamente en el país y con síntomas claros de un modelo postneoliberal que se agota el Frente Amplio no ha dudado en en profundizar el acercamiento al capital transnacional, en este caso con UPM.
Con organización y movilización los trabajadores pueden detener este acuerdo contrario a los intereses populares de consecuencias negativas sociales y ambientales.

Hernán Yanes

domingo, 17 de febrero de 2019

El agua en la historia de Montevideo: escasez, plegarias y quejas




Un libro del ingeniero Danilo Ríos reseña la historia del agua potable en la capital, el rol de los aguateros y las quejas por la calidad.

Montevideo puede hoy considerarse una zona privilegiada en materia de acceso al agua potable en comparación con otros lugares del mundo. Pero en el siglo XVIII, sus primeros pobladores sufrían la falta de agua en una localidad sin arroyos caudalosos y con escasas fuentes en las cercanías, recuerda Danilo Ríos –ingeniero civil, docente y funcionario de OSE desde 1989– en su libro Agua potable: historia y sensibilidad (Civiles iletrados, 2018).
El 14 de marzo de 1799, y tras largos días de sequía, el Cabildo instó a los montevideanos a rezar para que lloviera. “[…] llenos de firme esperanza, sin embargo de nuestra miseria, impetrando por la mediación de los Santos Patronos de su inagotable piedad la lluvia de que tanto se necesita y que por su falta nos tiene en la mayor consternación; en cuya virtud disponemos se celebren misas de rogación con presencia del Santísimo Sacramento por nueve días”, dispusieron las autoridades de la época.
El recorrido histórico de la obra de Ríos comienza con la fundación de Montevideo y se focaliza en el abastecimiento de agua potable a la capital del país hasta fines del siglo XIX. En particular, hace hincapié en la figura de los aguateros, que llegaron a adquirir una relevancia tal que incidieron en las políticas públicas de los nacientes gobiernos. Extraían agua del subsuelo, la trasladaban en carros tirados por bueyes y se anunciaban en busca de clientes. Su posición monopólica les permitía subir desmesuradamente los precios en tiempos de sequía, lo que motivaba intervenciones puntuales y tímidas del Cabildo.
A fines del siglo XVIII, la mayoría de las casas tenían aljibe propio y algunas contaban con cisternas: una construcción subterránea para almacenar agua de lluvia. En esa época ingresaron al Cabildo dos iniciativas privadas para monopolizar el abasto de agua potable, que no tuvieron éxito, entre otros motivos, por la presión que ejercieron los aguateros. Estos personajes del Montevideo colonial también se opusieron al primer proyecto para que el Estado asumiera la prestación del servicio de agua potable en forma directa, que consistía en transportar agua desde Buceo. La iniciativa, diseñada por el maestro mayor de Obras de la gobernación, nunca llegó a concretarse.

Saneados pero no abastecidos

A mediados del siglo XIX, Montevideo se convirtió en la primera ciudad latinoamericana en contar con un sistema de saneamiento, sin tener aún un sistema de abastecimiento de agua potable. A raíz de la preocupación creciente de la población por la higiene, el empresario Juan José Arteaga, propietario de la Empresa de Caños Maestros, entregó al gobierno una propuesta para instalar un conjunto de cañerías en la vía pública para evacuar el agua residual de origen doméstico o pluvial. Hasta ese momento, las aguas residuales eran transportadas por los esclavos y luego por los negros libertos en barriles hacia las costas del Río de la Plata.
Las obras de Arteaga generaron descontento en la población. Las aguas residuales se estancaban en los caños y el olor se sentía en las calles y en las casas. Y cuando la lluvia desplazaba los residuos acumulados, estos se depositaban en grandes volúmenes en las costas. Algunos años después, con la llegada del agua corriente y la colocación de sifones e inodoros en los baños, disminuyó la intensidad del olor.
Arteaga también tuvo la idea de colocar orinaderos públicos que conectaran con los caños maestros, ya que la población tenía la costumbre de orinar en la vía pública, y en particular, en los muros y paredes de las viviendas. “Teniendo nuestro proyecto por objeto la higiene y el aseo de las calles de la ciudad, nosotros hemos debido buscar también el medio de hacer desaparecer también males tan perjudiciales a los trajes de las señoras. En un país como el nuestro, donde la urbanidad se hace un deber el dar el costado de la pared a las señoras, debemos poner todo nuestro cuidado en que ese costado quede tan propio como se desea”, explicaba en su propuesta.
En 1913, el servicio de saneamiento quedó en manos de la Junta Económico Administrativa, que luego se convirtió en la Intendencia de Montevideo. La empresa de Arteaga construyó 211 kilómetros de colectores que cubren Ciudad Vieja, parte del Centro y barrios cercanos. Son estructuras resistentes, con pisos y paredes de piedra y bóveda de ladrillos, y un gran porcentaje continúa en funcionamiento, señala Ríos en su obra.
En cuanto al abastecimiento de agua potable, las carencias se intensificaron hasta llegar a la gran sequía de 1860 y 1861. Por la ausencia de lluvias, los depósitos públicos y privados mermaron hasta agotarse. “La falta de agua en Montevideo ha llegado a tal extremo que las criaturas anduviesen mendigando con lágrimas en los ojos un vaso de agua para beber”, informaba el diario La Nación el 27 de enero de 1862.
Finalmente, en 1867, el gobierno hizo un llamado a propuestas para dotar a la ciudad de un servicio permanente de abastecimiento de agua potable. Esta vez, la presión de los aguateros no surtió efecto. El gobierno de Venancio Flores seleccionó la propuesta del empresario uruguayo de 31 años Enrique Fynn, que proponía hacer uso del río Santa Lucía. Fynn se asoció con empresarios argentinos y fundó la Empresa de Aguas Corrientes. La toma se ubicó en el Paso de las Piedras, donde hoy se encuentra la Planta Potabilizadora de Aguas Corrientes. Allí se instaló una usina de energía a vapor que bombeaba el agua por medio de una tubería hacia un depósito ubicado en Cuchilla Pereyra, en las proximidades de la ciudad de Las Piedras, para luego trasladar el agua en su estado natural por redes presurizadas a los domicilios montevideanos. El 13 de mayo de 1871, a las 6.50, llegó por primera vez el agua bombeada desde el río Santa Lucía hasta Montevideo. El 18 de julio de 1871 se inauguró oficialmente el servicio con un acto en la plaza Constitución, en el que participó el presidente Lorenzo Batlle. La actividad de los aguateros se fue desplazando hacia los suburbios, y de a poco fue desapareciendo.
En 1879, Fynn vendió la empresa a la compañía inglesa Montevideo Waterworks Co, que explotó el servicio hasta el 1º de febrero de 1950.

Preocupación por la calidad del agua

La construcción histórica del concepto de agua potable está ligada a los sentidos, a lo que puede percibirse: en aquellos tiempos fundacionales, el agua se consideraba bebible si no tenía olor, color ni sabor. Al agua considerada buena se la calificaba de “delgada” y “digestiva”. A la mala se la llamaba “corrupta” y “gruesa”.
En 1730, el Cabildo había ordenado a los vecinos cuidar las fuentes de agua y exhortó a que “de quince en quince días se limpien y alegren los manantiales sin exceptuar ninguno”. Cuando se diseñó el trazado de la muralla que rodearía a la ciudad, en 1741, se acordó abrir dos pozos públicos intramuros: la fuente de San José y la del puerto. La primera estaba ubicada en la intersección de Guaraní y Cerrito, y la segunda en las calles Treinta y Tres e Ituzaingó. Luego se abrió un tercer pozo, denominado Fuente Mayor, en las proximidades de 25 de mayo entre Juncal y Ciudadela. De allí se abastecían los aguateros, que en 1770 se quejaban porque el agua de ese pozo estaba “tejida de pequeños insectos”.
El 12 de enero de 1872, pocos meses después de la inauguración de la Empresa de Aguas Corrientes, el agua de Montevideo amaneció con un gusto salobre. Posteriormente hubo episodios de turbiedad y los reclamos de la población fueron en aumento, hasta que un informe del Estado basado en análisis científicos sobre la calidad del agua laudó el tema en forma favorable para la empresa.
En el verano de 1887 se registró un nuevo problema: por las canillas comenzó a salir agua de color amarillo amarronado, con un sabor desagradable y fuerte olor. Esto generó sorpresa en la población, que no entendía cómo podía ensuciarse el Santa Lucía, si allí no se arrojaban desechos. Ante esta situación, la autoridad sanitaria departamental ordenó que se analizara diariamente el agua y que se publicaran los resultados en los diarios capitalinos. Se medía temperatura, color, número de bacterias y materia orgánica. Se llegó a la conclusión de que entre el pueblo de Santa Lucía y el paraje de Aguas Corrientes, el río Santa Lucía estaba invadido por millones de algas microscópicas que cubrían la superficie del cauce con una fina capa de aspecto verdoso. Las algas que entraban en descomposición generaban una alta concentración de materia orgánica y transmitían al agua un olor fétido. Tras la adopción de medidas y la disminución del número de algas, la situación mejoró. En julio de 1888 se dictó la primera norma de calidad del agua potable, que disponía valores máximos permitidos de materia orgánica y de temperatura.
Si bien la calidad del agua mejoró, Ríos sostiene que la empresa inglesa nunca logró la completa aceptación de los montevideanos, porque “su carácter privado no encajaba con la idiosincracia local”. La población criticaba las altas tarifas y la poca voluntad de la empresa para llegar con el servicio a las zonas carenciadas.
Hasta aquí llega la obra de Ríos, aunque el resto es más conocido: en 1948, el Estado adquirió los activos de la compañía inglesa y en 1952, bajo la presidencia de Andrés Martínez Trueba, Obras Sanitarias del Estado (OSE) asumió el servicio de abastecimiento de agua potable en todo el país.

Natalia Uval

viernes, 15 de febrero de 2019

Anatomía de las fake news contra Venezuela




Sabemos que no debemos darle difusión a las fake news de la derecha, pero deseamos poner un ejemplo del modo en que se elaboran las noticias falsas que luego serán repetidas por miles o millones de personas de manera acrítica. Analicemos la nota titulada “Nicolás Maduro amenaza con lanzar misiles a España y Estados Unidos” (https://noticiasopinion.com/maduro-amenaza-misiles/) (Recuperado el 10-02-19).
Vamos a analizar esto por partes:

1. Dice que Maduro "amenaza" con lanzar misiles a España y Estados Unidos. La palabra no es casual. Cuando se trata de Maduro o cualquier gobernante que no sea del agrado del imperialismo, no dicen "Maduro anuncia", "Maduro advierte", "Maduro asegura"; no, siempre se dicen que "amenaza" pues ese amenazar es propio de dictadores autoritarios y esa es la imagen que tratan de reforzar. Reto a los lectores a que encuentren una sola nota donde se asocie a Trump, Guaidó, Duque o Pedro Sánchez con la palabra “amenazar”; a que encuentren una nota donde se diga algo como “Trump amenaza a Venezuela con una intervención militar”, o “Guaidó amenaza con convocar a elecciones”, o “Duque amenaza con ofrecer su territorio a militares gringos”, o “Pedro Sánchez amenaza con reconocer a Guaidó si Maduro no convoca a elecciones en una semana”. A lo mucho encontrarán una o dos, o ni una. Cuando se trata de esos otros personajes, de los jefes del imperialismo o sus lacayos, en la prensa hegemónica nunca se escribirá que amenazan, se dirá que “advierten”, “anuncian”, “aseguran”, etc.

2. Cuando uno lee "lanzar misiles a España y Estados Unidos" se entiende que se lanzarán sobre territorio gringo y español y de inmediato nos imaginamos un escenario de destrucción con la muerte de civiles inocentes; pero cuando leemos la nota, no dice eso, dice, citando a Maduro: "Vamos a desplegar todo nuestro sistema de armas, artillería, todo el sistema ‘misilístico’". El presidente venezolano ha dicho en varias ocasiones que Venezuela cuenta con todo un sistema misilístico defensivo, para interceptar aviones o misiles lanzados contra territorio venezolano pero nunca ha dicho que su ejército tenga o quiera usar misiles ofensivos, que quiera bombardear el territorio de otro país. Sin embargo, las declaraciones de Maduro se toman incompletas y fuera de contexto, y el "contexto" lo ofrece el encabezado; con lo cual muchas personas ya asumen que Maduro está "amenazando" con bombardear otros países. Y así, el mundo queda al revés: el anuncio de una acción puramente defensiva por parte del gobierno venezolano es presentado por los medios como la amenaza de una acción ofensiva... propia de dictadores criminales. De esta manera se va tejiendo la justificación de la intervención: “¡Maduro es un loco que amenaza la paz mundial, como Kim Jong-un! ¡Hay que detenerlo! ¡Venga la intervención gringa en Venezuela!”

3. No solamente se trata de presentar a Maduro como un dictador que amenaza a otros países (y de ahí a decir que amenaza la paz mundial, sólo hay un paso); también se trata de presentarlo como un tipo ridículo, delirante y fuera de la realidad pues para todo mundo es evidente que el ejército venezolano no tiene la capacidad de un ataque contra el suelo español o estadounidense. El objetivo de la nota es reforzar el cliché del dictador excéntrico, lleno de manías, de delirios de grandeza... razón por la cual no está capacitado para dirigir un país, esa es la conclusión que los medios inducen en sus lectores: Maduro es un loco enfermo de poder, por tanto no puede seguir al mando del país y debe ser sustituido por Guaidó.

4. ¿De dónde surgen las fake news? Vamos a rastrear el origen de la que nos ocupa.
En primer lugar, el sitio que la publica no tiene trayectoria ni reconocimiento, y si vemos el conjunto de sus noticias, la gran mayoría están dedicadas a Venezuela con un enfoque francamente negativo. Por lo demás, las otras noticias hablan de Colombia, por lo que podemos deducir que es un sitio colombiano.
Dicen que la fuente de su nota es “EFE”, ¿se refieren a la agencia española de noticias EFE? Pues si se consulta el sitio de dicha agencia (https://www.efe.com/efe/espana/1), no se encontrará ninguna nota que hable de que Maduro lanzará misiles contra España. En realidad la fuente del sitio noticiasopinion.com es otra, es la ultraderechista cadena de televisión colombiana Caracol y su nota titulada “No somos mendigos de nadie: Maduro rechaza ayuda humanitaria y anuncia despliegue de armamento” (https://noticias.caracoltv.com/mundo/no-somos-mendigos-de-nadie-maduro-rechaza-ayuda-humanitaria-y-anuncia-despliegue-de-armamento, consultado el 10-02-19). En esta nota aparecen las supuestas palabras de Maduro (“"Vamos a desplegar todo nuestro sistema de armas, artillería, todo el sistema ‘misilístico’”), que después retoma noticiasopinion.com pero que con su encabezado, saca de contexto y desvirtúa.
El asunto es muy lógico, el sitio de fake news colombiano noticiasopinion.com se alimenta de las notas de Caracol. ¿Podríamos exculpar a esta última? Es sabido que se caracteriza por la cobertura negativa de todo lo que tenga que ver con la revolución bolivariana pero ¿será responsable de las fake news que se elaboran con base en sus notas? Quizá noticiasopinion.com no tenga nada qué ver con Caracol pero de acuerdo con los manuales de la guerra asimétrica, bien podría darse el caso de que un medio “serio” se desdoble y tenga una expresión claramente abocada a las fake news; es decir, el medio serio guarda las formas mientras su franquicia obscura, creada hace poco y sin otro motivo que difundir fake news, hace el trabajo sucio, al fin que no tiene nada qué perder y puede desaparecer mañana. Sería una situación similar a la de un ejército regular que se ve obligado a guardar las formas y por ello se ve en la necesidad de crear un cuerpo paramilitar mercenario que se encarga de la torturas y otras prácticas sucias; al final, el ejército regular puede lavarse las manos y decir ante la opinión pública “yo no fui”; tal es el caso de los ejércitos de las potencias de occidente y el Estado Islámico.
Quizá sí, quizá no. Pero en esto de la guerra imperialista, más vale desconfiar.

Ismael Hernández Lujano