miércoles, 30 de enero de 2019

EE. UU. filtra una amenaza intervencionista mostrando la anotación “5.000 tropas a Colombia”




En un deliberado acto de prepotencia imperial, el Asesor de Seguridad yanqui, John Bolton, dejó ver a la prensa una anotación en su libreta con la amenazante leyenda. Colombia negó tener información al respecto, pero la tensión sigue en aumento.

Este lunes, durante el anuncio en conferencia de prensa de la confiscación de parte del patrimonio de la empresa estatal petrolera de Venezuela (PDVSA), el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, John Bolton, dejó ver que tenía escrito en su cuaderno "5.000 tropas a Colombia".
En una ampliación de fotografías tomadas por diversos medios de comunicación durante la rueda de prensa se aprecian dos inscripciones en el cuaderno de Bolton: la primera era "Afganistán, bienvenidas las negociaciones" con los talibanes, mientras que la segunda decía "5.000 tropas a Colombia".
Al cierre de esta nota, la Casa Blanca no había dado explicaciones sobre la cuestión, mientras que Colombia, uno de los principales aliados de EE.UU. en América Latina que también reconoció como presidente a Guaidó, dijo a través de su canciller Carlos Holmes Trujillo, que el Gobierno de su país no tiene información alguna sobre la anotación de Bolton. "Con respecto a la mención de Colombia en el cuaderno de notas que tenía en sus manos el señor John Bolton se desconoce el alcance y la razón de dicha anotación", dijo.
Aunque Bolton no hizo mención alguna durante la rueda de prensa a este hipotético envío de tropas a Colombia, país que comparte una amplia frontera con Venezuela y recibe la mayor parte de emigrados, sí instó a los militares venezolanos a apoyar a Guaidó, que se autoproclamó presidente interino del país caribeño el pasado miércoles 23 y al que EE.UU. reconoció inmediatamente ya que fue parte fundamental en su planificación.
"Llamamos a los militares y fuerzas de seguridad venezolanas a aceptar la transición de poder pacífica, democrática y constitucional", dijo Bolton, que habló junto al secretario del Tesoro de EE.UU., Steven Mnuchin, quien detalló las sanciones contra PDVSA, incluyendo el insólito anuncio de que “el camino de suspensión de estas sanciones es a través de la rápida transferencia del control al presidente interino o un gobierno posterior, elegido democráticamente". Es decir que pone esos fondos, que pertenecen al pueblo y al Estado venezolanos, a disposición del diputado derechista Juan Guaidó. Ninguna prueba más contundente de que la Casa Blanca pretende digitar quién gobierna Venezuela.
El gobierno de Maduro no solo viene hace años descargando la crisis económica de manera brutal sobre los trabajadores y el pueblo pobre a través de una inflación descomunal que está hambreando al pueblo, sino que viene reforzando y profundizando el autoritarismo del régimen y la represión contra la protesta social. Los falsos eslóganes sobre el “socialismo” y la “revolución bolivariana” son meros taparrabos de un capitalismo dependiente que ha garantizado, incluso en los años de Chávez, los grandes negocios capitalistas, muy especialmente los de Estados Unidos que es su principal comprador de petróleo. Y jamás, aunque el pueblo pasa hambre, se le pasó por la cabeza dejar de pagar la deuda externa, principal mecanismo de expoliación de la riqueza de nuestros pueblos latinoamericanos.
Pero a medida que pasan los días, va quedando cada vez más claro que las intenciones norteamericanas no tienen nada que ver con “restaurar la democracia”, “devolver la libertad a los venezolanos” o mejorar la catastrófica situación económica. Las acciones imperiales de este lunes dejan meridianamente claro, por si quedaba alguna duda, que el objetivo es imponer un gobierno títere de sus intereses en Venezuela y así profundizar los avances que vienen dando en toda la región desde hace años, especialmente tras el golpe institucional a Dilma Rousseff en 2016 y la posterior manipulación del electorado brasilero para imponer al ultraderechista Bolsonaro, la completa subordinación del gobierno de Macri al FMI, o el resto de gobiernos también derechistas y pro imperialistas como los de Piñera, Duque, Moreno, Vizcarra, etc.
De hecho, el gobierno yanqui, dijo la semana pasada que "todas las opciones están sobre la mesa" en alusión a una eventual intervención militar en Venezuela, una provocación que ahora se renueva con esta filtración deliberada sobre las “5.000 tropas a Colombia”. Son mensajes patoteriles para tratar de generar un quiebre en algún sector de las Fuerzas Armadas venezolanas que le permitan tirar a Maduro.
En este marco de creciente tensión, las sanciones anunciadas contra PDVSA tienen como objetivo ahogar económicamente al Gobierno de Maduro. Según Bolton afectarán a 7.000 millones de dólares en activos de la petrolera y provocarán 11.000 millones de dólares en pérdidas a lo largo del próximo año.
La guerra económica es una herramienta muy común utilizada por la maquinaria imperialista para imponer sus intereses sobre pueblos soberanos, que no tiene miramiento alguno sobre las consecuencias catastróficas causadas a la población trabajadora provocándole todavía más penurias de las que ya soportan.
Por eso, más que nunca, hay que rechazar y enfrentar estas agresiones y provocaciones imperialistas y exigir el cese inmediato de la injerencia yanqui sobre la política interna de Venezuela, de manera independiente del gobierno de Maduro que, con su política de hambre y represión, es responsable de haberle allanado el camino a la derecha y facilitado los planes del imperialismo.
El Frente de Izquierda estará esta tarde movilizándose a la Cancillería argentina de Buenos Aires para repudiar la intentona golpista y la creciente injerencia imperialista, con una política independiente.

Diego Dalai

Brasil: Bolsonaro tiene su propio "mensalao"




El escándalo que involucra a Flavio Bolsonaro, hijo del actual madatario, ha ido subiendo en voltaje político. Lo que empezó como un caso marginal de transferencias entre cuentas de funcionarios de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro, involucrando a un asesor de la familia Bolsonaro, tomó nuevas dimensiones. El caso ha empezado a ser conocido como “mensaliño” (pagos pequeños, que son los que le habrían estado girando a las cuentas de Flavio Bolsonaro por supuestas coimas), remoderando el "mensalao", el escándalo que envolvió al gobierno de Lula y que en su momento casi le costó la cabeza al líder del PT.
Tratando de hurgar las fuentes de la denuncia. hay quienes señalan que las revelaciones provinieron del Coaf, órgano de control de actividades financieras, a pedido del propio Sergio Moro. Otra alternativa que se baraja es que haya sido la fiscalía federal (MPF), quien viene llevando la investigación del Lava Jato carioca, una deriva local del escándalo general que conmovió al país.
Partiendo de estas sospechas, algunos comentaristas sostienen que el Departamento de Estado norteamericano no sería ajeno a estas denuncias. El interés sería golpear al clan familiar Bolsonaro, perteneciente el ala más nacionalista del nuevo gobierno y que podría poner palos en la rueda en el paquete de medidas que se propone implementar Paulo Guedes, el ultraliberal ministro de Economía.
Pero mas allá de conjeturas sobre el punto, si estamos ante una operación preparada o no, estos episodios han puesto al desnudo los choques internos en el seno de la coalición gobernante y como, a río revuelto, las alas en disputa no vacilan en querer sacar provecho de esta situación.
Guedes promueve una aproximación mayor con Estados Unidos. Esto implica abrir la economía y el país a un desembarco en mayor escala al capital norteamericano, desplazando a los competidores locales y extranjeros. Esto choca con los intereses que están afincados en los agronegocios que dependen de las relaciones comerciales con China que es el principal destinatario de las exportaciones brasileñas, empezando por la soja. Asimismo, el gigante chino, en esta última década, ha ido ampliando sus inversiones en el país vecino. EL PSL (partido de Bolsonaro) envió una nutrida comitiva de parlamentarios a China. El vicepresidente Hamilton Mourao, que, ahora, ha quedado provisoriamente a cargo de la presidencia, desautorizó los ataques a China, en un claro contrapunto con el Ministerio de Economía.
Bolsonaro mismo tuvo que recular en el anuncio sobre la instalación de una base militar norteamericana en el Amazonas. Estas idas y vueltas expresan las contradicciones internas de una colación heterogénea de gobierno.
A esto se agrega la investigación que lleva adelante la fiscalía de Río de Janeiro en la que ha saltado a la superficie el vínculo el clan Bolsonaro con el accionar de las milicias de la ciudad a la que se responsabiliza por el asesinato de la legisladora del Psol, Marielle Franco.
Lo cierto es que este escenario ha encendido las alarmas de los mercados. La prensa da cuenta de la preocupación reinante en Davos entre los inversores extranjeros de que la situación descripta “pudiera socavar el capital político del presidente, justo cuando necesita todo el apoyo que pueda lograr en el Congreso para aprobar las polémicas, pero vitales reformas del sistema de pensiones brasileño” (El Cronista, 24/1) .

Pulseada estratégica

Precisamente por este motivo, la reforma jubilatoria ha pasado a ser una pieza fundamental, pues es la llave del ajuste que está programado. La intención es un recorte de grandes dimensiones de modo que los fondos estatales quedarían liberados para asegurar el pago de la deuda y al mismo tiempo, impulsar un enorme negociado consagrando un sistema de capitalización, abriendo paso a la jubilación privada y a la creación de un mercado de capitales que permitiría dar un nuevo impulso a la operatoria especulativa y fínanciera.
Este objetivo se complementa con una privatización en masa de las empresa públicas, que incluye el desmantelamiento de Petrobras, abriendo la explotación de los recursos energéticos, empezando por la plataforma submarina (Presal), a la voracidad de las petroleras extranjeras (en primer lugar, las norteamericanas). Esto va de la mano de un tendal de despidos.
La suerte del gobierno Bolsonaro dependerá de su capacidad por hacer pasar esta ofensiva a los trabajadores. El capitán retirado debe pasar aún por la prueba de la lucha de clases. Solo si sale airoso de esa pulseada estratégica, estará en condiciones de consolidar su gobierno, afianzar su autoridad y conquistar una autonomía respecto a su mandantes y el capital financiero y avanzar en sus ambiciones facistizantes.
Se trata, por ahora de de un proceso incierto, pavimentado de crisis políticas de diversa naturaleza. Por otra parte, está el condicionamiento que impone la bancarrota capitalista que viene haciendo su trabajo implacable de topo. El alineamiento con Estados Unidos está lejos de asegurarle un desahogo económico y financiero. Para ello, basta mirar la experiencia macrista. Una salida de capitales que hoy están invertidos en la Bolsa brasileña podría ser mortífera y pondría en cuestión la nueva transición política.

Congreso de trabajadores

Bolsonaro y sus acólitos no quieren repetir la experiencia argentina. En lugar del “gradualismo”, abogan por una política de shock. Pero eso puede terminar precipitando el efecto inverso y concluir en un desbarranque mas rápido que el del propio Macri.
Esto pone más al rojo vivo la necesidad de abrir una nueva perspectiva política y sindical. El frente democrático y parlamentario que alienta el PT es el principal escollo que enfrentan los trabajadores y la izquierda. Los supuestos aliados de ese frente son quienes votaron la destitución de Dilma Rousseff y terminaron alinéandose con Bolsonaro. Esta supuesta oposición democrática, incluye a sectores demagógicos como Ciro Gomes, y del PSDB, partidarios también de una reforma previsional.
Estamos en presencia de una gran adaptación por parte del PT y las burocracias sindicales a la nueva situación, incluido el avance militar. La vuelta al status quo previo al desenlace actual es imposible. No hay lugar para un proyecto progresista y distribucionista cuando vienen abriéndose paso y causando estragos las tendencias disolventes de la crisis mundial capitalista. El Psol, y la izquierda que integra sus filas, es incapaz de ofrecer una alternativa, porque ha renunciado a una estrategia de independencia de clase y ha terminado haciendo seguidismo al PT. Esta estrategia “institucional” es la excusa para un freno de la acción directa y lleva a la parálisis a las organizaciones obreras y populares.
La gran tarea y el desafío de la hora pasan por poner en pie de lucha a los trabajadores y derrotar este plan de guerra, impidiendo, en primer lugar, que pase la reforma jubilatoria. La situación en Brasil pone a la orden del día una campaña por asambleas y un congreso de delegados electos para discutir un programa de conjunto y un plan de lucha debidamente preparado.
La lucha victoriosa contra el fascismo y la derecha sólo puede provenir del lado de la clase obrera, de sus métodos de lucha y de un accionar independiente. Lo que está en juego no es un retorno a un pasado agotado sino preparar el terreno para una salida de los trabajadores.

Pablo Heller

martes, 29 de enero de 2019

Post keynesianismo: una nueva forma de positivismo en el capitalismo del fin de la historia




Francis Fukuyama, el renombrado cientista del capitalismo ha vuelto sobre sus pasos. Con la caída del muro de Berlín y el colapso de la URSS, Fukuyama había anunciado al mundo el fin de la historia, el germen latente de una prosperidad sin límites para la humanidad, sin guerras, ni desigualdad, sin más intrigas creadas por la Guerra Fría, sin más hambrunas se erigiría incólume sobre las masas. La historia había culminado, y la constitución de este mundo libre, cuya libertad solo se entendía por el establecimiento pleno de la sociedad de consumo –o libre consumo, de lo que el mercado disponga- y libre mercado para el capital concentrado aseguraría en los días por venir un mundo de desarrollo igualitario, paz y prosperidad. No han pasado siquiera 30 años para lo que se establecía como una lectura concluyente sobre la historia, y la misma historia ha desmentido con gravidez a Fukuyama como a otros teóricos del capitalismo moderno. Ninguno de sus pronósticos se han cumplido, todo lo contrario se han erigido nuevas formas de especulación y concentración de la riqueza más allá del control de los medios de producción, como ha resultado con el capitalismo financiero. Una forma que se pretendió más sofisticada con escaso o funcional control del Estado, y sin la pretensión de manejar las palancas mecánicas de la producción para la generación de la riqueza. Sino concentrar la misma, solo en función de la especulación financiera y con el empleo de un complejo de índices económicos siempre soportados por un nuevo fenómeno, las democracias burguesas subyugadas a la globalización y las teorías económicas del Mundo Libre que respondía a los intereses del imperialismo norteamericano.
Hacia la médula de las sociedades modernas también han pululado otros procesos, que aunque muchas veces atomizados y productos del posmodernismo; por ej., los movimientos de lucha anti-capitalista, los movimientos por la tenencia de la tierra, contra la minería, igualdad de género, en defensa de la biodiversidad o por los derechos de los animales e inclusive con una mirada bio-centrista pugnando por el Planeta, los territorios y la biota como sujetos de derecho marcan que hay demandas intestinas que en algunos casos deja aflorar la lucha de clases siempre latente. Las masas se movilizan y luchan, aún en estos tiempos post “fin de la historia”, lo cual desmiente nuevamente que se haya levantado el último hombre y la historia se dé por culminada.

El post-keynesianismo, una nueva ciencia que la experiencia desmiente

Dentro de la memoria genética del hombre moderno, pareciera que aún hay nichos disponibles para absorber nuevas deidades o mitologías. En tiempos de la pos-modernidad y de la anunciada muerte de las ideologías, los teóricos e ideólogos del capitalismo bien saben de esto. Y ante la grave crisis de pérdida de biodiversidad, de desplazados sin tierras, de grandes capas sociales bajo los niveles de pobreza y de cotas de desigualdad e inequidad social crecientes con riquezas cada vez más concentradas: un grupo de cientistas en el marco del Governance of Economic Transition se ha propuesto culminar un documento acerca de la gobernabilidad a nivel global en el marco de una transición económica aparentemente fundada en el cambio climático, la caída de retorno energético y la pérdida de biodiversidad. Al respecto en 2019, la Organización de Naciones Unidas (ONU) publicará un nuevo Informe Global para el Desarrollo Sostenible, el cual traza como objetivo contribuir con una base científica sólida para la elaboración de políticas que permitan terminar con la pobreza y el hambre a nivel global hacia el 2030. No obstante hay una intención subyacente en la elaboración y difusión parcial de los objetivos del documento, en primer lugar es la necesidad de marcar el carácter acabado y científico de que el mundo necesita una transición en su gobernanza global debido a la crisis de pérdida de biodiversidad y el cambio climático y su impacto para la supervivencia de la humanidad. Esto es, no por una crisis del capitalismo, sino por aparentes factores exógenos -que no son tales, sino que a la vez son producto de la puja del capital por la cada vez mayor necesidad de materias primas y su explotación-. Y en segundo lugar, basados en una suerte de positivismo es dentro de las estructuras del capitalismo que este proceso puede ser llevado a cabo. Se pretende con esto -no sin marcada manipulación- darle probidad y carácter científico al proceso y sus premisas, y se teje nuevamente el mito del fin de la historia provisto de una manipulación conveniente que vuelve a dar luz.

Desarrollo sostenible asi no es posible

El grupo de investigación independiente BIOS de Finlandia -participantes del proceso de Informe Global-, integrado por economistas, físicos y filósofos va aún más lejos, proponen directamente “un mundo keynesiano con fronteras planetarias”. Lo cual re-significaría el papel del Estado al entender del post-keynesianismo, en un capitalismo de Estado con supuestas economías únicas, autónomas y sociedades que participarían en el comercio internacional, ya no regulado por el Libre Mercado sino por la defensa de la soberanía alimentaria y las necesidades estratégicas de conservación de la biodiversidad como elementos conducentes. Es difícil concebir traspasando los niveles del positivismo post-keynesiano esgrimido, que sea posible un mundo de pleno empleo, donde el capital se mueva libre pero solo limitado por una aparente nueva conformación de Estado con una conciencia capitalista sobre el uso responsable mediando también la conservación de los recursos de la naturaleza. Todavía más preocupante resulta, que partidos de izquierda reformista con relativa inserción en los movimientos de masas tengan una lectura contradictoria y confusa respecto al post-keynesianismo. Una publicación puntual de Izquierda Diario del PTS de la coalición del Frente de Izquierda, fechada el 23 de octubre de 2018, no solo es una transcripción literal y acrítica sobre citas de diversos ideólogos en defensa del planeta y el post-keynesianismo sino que hasta resulta finalmente en una ponderación de la teoría y el método dentro de la estructura capitalista. Sin dudas, la posmodernidad también ha configurado a algunos elementos reformistas de izquierda, pues terminan respondiendo a la lógica del positivismo de nuevos cientistas del capital, inclusive prescindiendo del método cartesiano o del empirismo de la dialéctica-materialista para el análisis de los procesos.
Sin lugar a dudas, estas teorías rompen con la ortodoxia actual del capitalismo, pero sin embargo la experiencia histórica termina por desmentirlas. De la misma manera en que la revolución verde y los planes Marshall de Estados Unidos constituidos en la década del 70, para palear el hambre en el mundo solo han re-significado el lucro a costa del hambre de enormes capas sociales y la maximización de ganancias con el control de los territorios por parte de las grandes corporaciones norteamericanas, alemanas y ahora chinas. El post-keynesianismo es solo un reflujo propuesto con la pretensión falaz de promover un cambio en la historia dentro de los márgenes del capitalismo. Los intentos de teorizar en el marco de la ONU, sobre un nuevo orden mundial en función de una gobernanza “post-keynesiana”, esconden otra vez dos aspectos: el establecimiento de una nueva potencia capitalista y la constitución de un nuevo mundo unipolar-hegemónico y el sostenimiento del capitalismo como sistema probado científicamente para beneficio de las sociedades modernas. No obstante, el capitalismo seguirá siendo el mayor de los males, y solo la lucha de clases y la conciencia más sentida de trabajadores y campesinos revolucionarios podrían promover, a través de la revolución socialista, un salto cualitativo en bien de la humanidad.

Fernando Del Moral

Ofensiva golpista en Venezuela: EE. UU. sancionará a PDVSA y congelará sus cuentas




Así lo anunció el Departamento del Tesoro. Maduro afirmó que habrá respuestas legales. Por su parte, John Bolton volvió a hacer un llamado a los militares venezolanos a que apoyen el intento golpista.

Este lunes el Departamento del Tesoro de EE.UU. anunció una serie de sanciones contra la petrolera estatal venezolana PDVSA.
La medida anunciada por el gobierno de Trump implica que todos los bienes e intereses en propiedad de empresa petrolera que se hallen sujetos a la jurisdicción estadounidense, quedan bloqueados. Al mismo tiempo se prohíbe a los ciudadanos y empresas estadounidenses realizar transacciones con PDVSA.
En el comunicado difundido por el gobierno de EE. UU., se citan declaraciones de Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, quien indicó que “la designación de hoy ayudará a evitar que Maduro desvíe más los activos de Venezuela (…) el camino hacia el alivio de las sanciones para PDVSA es a través de la transferencia expedita del control al presidente interino o un gobierno posterior, elegido democráticamente”.
Por su parte, el asesor de seguridad nacional John Bolton afirmó "esperamos que las medidas de este lunes bloqueen U$S 7.000 millones en activos además de más de U$S 1.000 millones por exportaciones perdidas a lo largo del próximo año".
En lo que parece un llamado a las FANB, el comunicado indica que “las sanciones no tienen por qué ser permanentes (…) consideraremos levantar las sanciones para aquellos que tomen acciones concretas, significativas y verificables para apoyar el orden democrático y combatir la corrupción en Venezuela, incluida PDVSA”.
La justificación esgrimida por el Departamento del Tesoro son una serie de irregularidades cometidas por funcionarios de la petrolera y del gobierno de Venezuela entre los años 2011 y 2015. La "demora" en realizar sanciones podría explicarse como parte de la maniobra de cambio de régimen en curso.
La decisión de la administración norteamericana se enmarca en una ofensiva golpista que avanzó varios casilleros a partir del miércoles pasado, cuando el legislador Juan Guaidó se autoproclamó "presidente legítimos" de Venezuela, obteniendo un inmediato reconocimiento del gobierno de Donald Trump y los mandatarios derechistas de varios países latinoamericanos.
Esa ofensiva golpista es facilitada por la crisis social y económica aguda en la que se halla sumido el país como resultado de la gestión de Maduro y el chavismo. Sobre la base de utilizar demagógicamente el amplio descontento social, EE. UU. intenta avanzar posiciones en la región de conjunto.
Horas más tarde llegó la respuesta de Nicolás Maduro. Lo hizo en el transcurso de una reunión con el cuerpo diplomático venezolano que cumplió tareas en EE. UU. hasta el momento en que se declaró el fin de las relación entre ambos países.
La reunión, que fue transmitida por medios afines al oficialismo, sirvió para que Maduro presentara una respuesta a la decisión del Departamento del Tesoro sobre PDVSA. Lo hizo señalando que las sanciones "son ilegales, inmorales, criminales". Además, indicó que habrá "respuestas legales" por parte de su gestión.
"He dado las instrucciones precisas al presidente de PDVSA de iniciar las acciones políticas, legales, ante tribunales estadounidenses y del mundo, para defender la propiedad y la riqueza de Citgo", indicó.

Un nuevo llamado a las FANB

Durante la jornada también hubo declaraciones de John Bolton interpelando a las Fuerzas Armadas de Venezuela. "Pedimos al ejército venezolano y a las fuerzas de seguridad que acepten la transición pacífica, democrática y constitucional del poder", afirmó el Asesor de Seguridad Nacional de la gestión Trump.
La presión internacional y la que ejerce la derecha venezolana que encabeza Juan Guaidó buscar lograr un quiebre en las Fuerzas Armadas. Hasta el momento, en el marco de la crisis nacional en curso, esa institución es el pilar fundamental en que el se viene apoyando Maduro.

La Izquierda Diario

lunes, 28 de enero de 2019

La Unión Europea se suma a la ofensiva injerencista en Venezuela




El bloque de 28 países europeos declaró su apoyo a la Asamblea Nacional dirigida por la derecha y exigió a Maduro que convoque a elecciones “en los próximos días”. Por su parte, el gobierno revocó la orden de salida a los funcionarios estadounidenses.

Este viernes avanzó la ubicación golpista de la Unión Europea y sus principales potencias. Los 28 países miembros consensuaron una declaración en la que señalaron que "las elecciones presidenciales del pasado mayo en Venezuela no fueron libres, justas ni creíbles, y despojaron a Nicolás Maduro de legitimidad democrática" y dieron "total respaldo a la Asamblea Nacional, que es la institución democrática legítima de Venezuela, y cuyos poderes deben ser restablecidos y respetados, incluyendo las prerrogativas y protección de sus miembros”.
La declaración, aunque no mencionan directamente al autoproclamado Juan Guaidó, es un claro golpe diplomático para el gobierno de Maduro que entre las potencias mundiales queda solo con el apoyo de Rusia y China. Hasta ahora la UE tenía una posición más ambigua y solo los partidos de derecha y ultra derecha de las potencias europeas se habían pronunciado a favor de Guaidó.
"En ausencia de anuncio para la organización de nuevas elecciones con las garantías necesarias en los próximos días, la UE tomara más acciones, incluyendo la cuestión del reconocimiento del liderazgo en el país en línea con artículo 233 de la Constitución venezolana" declaró la jefa de la diplomacia europea Federica Mogherini.
El sábado, los gobiernos de las principales potencias europeas, Alemania, Estado español y Francia (además de Reino Unido), avanzaron aún más y pusieron un ultimátum exigiendo la convocatoria inmediata a elecciones con veedores internacionales. De no hacerlo hasta el 8 de febrero, anunciaron que reconocerán a Guaidó como presidente. El presidente español Pedro Sánchez en particular, afirmó en rueda de prensa en La Moncloa que Guaidó debe liderar la transición a unas elecciones "libres" en Venezuela.
La exigencia de convocatoria a elecciones es de muy difícil aceptación por parte de Maduro toda vez que el resultado más probable es una derrota ya que el apoyo popular, especialmente entre los sectores más pobres, ha menguado considerablemente tras años de políticas que descargan la brutal crisis económica sobre los trabajadores y el pueblo. Mientras tanto, el gobierno sigue pagando la fraudulenta deuda externa, garantizando los negocios de los monopolios extranjeros y capitales locales y empoderando a la cúpula del ejército y del gobierno como una casta privilegiada que hace grandes negocios administrando la crisis a costa del hambre del pueblo.
La profundización de un régimen cada vez más autoritario y represivo, que mantiene decenas de activistas presos por luchar por un salario digno o por organizarse sindicalmente por fuera de la burocracia sindical, reprime las protestas sociales, y esta semana ya se cobró la vida de una veintena de personas en las marchas convocadas por la derecha, es el otro factor que le ha quitado gran parte del enorme apoyo popular que supo tener el chavismo.
Estos hechos, descargar la catástrofe económica sobre el pueblo trabajador y el fortalecimiento del régimen represivo facilitan la embestida golpista e injerencista del imperialismo yanqui y sus socios regionales a la que se suma ahora la Unión Europea y allanan el camino a la derecha.

Maduro revoca orden de salida a diplomáticos estadounidenses

En un reconocimiento en los hechos de su delicada situación, el gobierno de Maduro anunció el sábado haber alcanzado un acuerdo con EE.UU. para mantener sendas Oficinas de Interés en las sedes de las respectivas embajadas. Tras el reconocimiento a Guaidó como presidente, Maduro anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Washington y dio un plazo de 72hs para que se fueran del país todos sus funcionarios. El plazo se cumplía este domingo pero la Casa Blanca había señalado que Maduro no tenía autoridad para echar a sus funcionarios y solo retiró al personal no esencial.
Esta situación ponía al gobierno venezolano ante la disyuntiva de aceptar el desconocimiento de su autoridad o detener a los funcionarios norteamericanos lo que significaría un salto de proporciones en la crisis con EE.UU. en el marco del plan abiertamente golpista que viene impulsando la principal potencia imperialista. Su Secretario de Estado, Mike Pompeo, viene de señalar en la reunión extraordinaria de la OEA que “todas las cartas están sobre la mesa” ante la crisis venezolana. Este sábado en el Consejo de Seguridad de la ONU volvió a utilizar su lenguaje patoteril y militarista llamando a “liberar al estado mafioso” de Maduro en Venezuela.
En ese marco, el gobierno parece haber llegado a una solución “decorosa” para revocar su ultimátum de salida del personal estadounidense que no podía poner en práctica sin arriesgarse a una escalada imprevisible de la crisis.

Agregado militar en EE.UU. rompe con Maduro y se subordina a Guaidó

En otro orden de cosas, este sábado el agregado militar de la embajada de Venezuela en EE.UU., coronel José Luis Silva Silva, anunció su ruptura con el gobierno de Nicolás Maduro y puesta a disposición del diputado Juan Guaidó quien se autoproclamó presidente interino el miércoles 23 en medio de una gran movilización convocada por la derecha contra Maduro en Caracas.
A través de un video difundido en redes sociales, Silva señaló su “apego a la hoja de ruta del presidente encargado Juan Guaidó: 1) cese a la usurpación del poder ejecutivo; 2) que comience una transición a un nuevo gobierno; y 3) elecciones libres y transparentes para todos los venezolanos que quieran participar.”
Más tarde, el militar concedió una entrevista a la agencia EFE, en la cual continuó repitiendo el falso discurso democrático que esgrimen el imperialismo yanqui y los gobiernos derechistas latinoamericanos para imponer un gobierno títere de sus intereses tal como se postula Guaidó. En dicha entrevista señaló que no quiere ser “cómplice de todas las barbaries que ha cometido este Gobierno en nombre de su revolución” y se dirigió a “mis hermanos de la Fuerza Armada” para que “salgan a expresar su descontento con este régimen”.
Ese es el objetivo número 1 que persiguen Washington y sus socios dentro y fuera de Venezuela: lograr un quiebre en el alto mando de las FANB que al día de hoy ha quedado prácticamente como el único sostén de Maduro.
La deserción de Silva, que fue saludada rápidamente por el gobierno de Donald Trump y por el autoproclamado Juan Guaidó que le manifestó su “bienvenida”. El Alto Mando de las FANB repudió la acción y tildó al militar de “Traidor” en las redes sociales. La de Silva es la primera deserción dentro de las capas altas de la oficialidad castrense desde el salto en la crisis política a partir de la autoproclamación de Guaidó. Pero al mismo tiempo se trata de un oficial que hace 5 años está fuera de Venezuela y muy cerca de la Casa Blanca, por lo que habrá que esperar para medir el grado de impacto, si es que lo tiene, dentro de los militares venezolanos.

Diego Dalai

El desastre de Brumadinho no fue un accidente, ¡fue un crimen!

En la tarde del viernes (25 de enero), fuimos otra vez impactados por la ruptura de una represa en Minas Gerais. Esta vez la ciudad afectada fue la de Brumadinho, en la región Metropolitana de Belo Horizonte.
Primeramente, queremos sumarnos al dolor de todos los familiares y amigos de las personas que perdieron la vida. En este momento todavía no sabemos el número de muertes y el impacto medioambiental y sobre la población. Pero con certeza estamos delante de una tragedia anunciada, de enormes proporciones.
La compañía Vale, una de las mayores empresas mineras del mundo, ya informó que 413 de sus funcionarios están desaparecidos, la mayoría de ellos probablemente se encuentran enterrados por la lama del residuo de mineral de hierro. En el momento del accidente muchos trabajadores de la empresa almorzaban en el comedor, situado cerca de la represa destruida.

A la Vale no le importa la vida humana

Cuando la noticia apareció en la prensa mundial, el presidente de la Vale (ndt: Fabio Schvartsman, presidente-director) salió públicamente a lamentar lo ocurrido, tratándolo como un “accidente”.
Discrepamos con el presidente de la Vale. Brumadinho no fue un accidente. La tragedia de Mariana tampoco lo fue (ndt: ocurrida el 5 de noviembre de 2015). Fueron crímenes contra la vida humana y el medio ambiente. Hicieron parte del deshumano cálculo de riesgo de las grandes empresas capitalistas. Es más barato cargar con juicios e indemnizaciones, que en la mayoría de las veces no son pagas (como ocurrió con los moradores de Mariana, que prevenir.
Todos los ambientalistas son unánimes en decir que hay formas de evitar daños y controlar esos embalses. La Universidad de Minas Gerais (UFMG) desarrolló una tecnología que reaprovecha los residuos de mineral de fierro, transformándolo en ticholos. Esta tecnología le fue ofrecida a la Vale, que la rechazó, porque tenía que gastar más dinero. Y tener menos lucro es inadmisible para cualquier empresa cuya prioridad es remunerar a los accionistas de la Bolsa de Nova York. Para ellos las vidas humanas no importan
Bienes y dinero en cuentas bancarias de la Vale deben ser confiscados, para atender a las víctimas y aliviar los daños ambientales.
La Valer registró solamente en el tercer trimestre de 2018, una lucro de 5,7 billones de reales. Se trata de una empresa que ostenta ganancias astronómicas en beneficio de los grandes accionistas nacionales y extranjeros.
Ante los daños humanos y ambientales incalculables, causados por la empresa, es preciso que el gobierno federal confisque, inmediatamente, los bienes y el dinero de la Vale para colocarlos a disposición de la atención de las víctimas y la recuperación ambiental.
Defendemos, también, que todas las operaciones en las demás minas de la Vale sean suspendidas por tiempo tempo indeterminado (con la garantía de los empleos y salarios), de modo de inspeccionar las condiciones de seguridad para los trabajadores y comunidades próximas.
Es necesario, además de eso, una inmediata y amplia investigación de los responsables por la tragedia en Brumadinho, y comenzar por la averiguación de las responsabilidades de la alta cúpula de la empresa, que precisa ser castigada ejemplarmente si su culpabilidad fuera probada.
Dos de los mayores crímenes de la historia del país son responsabilidad directa de la Vale, una empresa estratégica que fue privatizada a precio de banana por FHC (Fernando Henrique Cardoso) en la década del noventa.
La segunda tragedia en tres años demuestra de modo cabal, cuanto nocivo fue para el país la privatización de la minera. Extraen la riqueza de nuestro subsuelo, utilizan nuestras aguas para lavar el mineral y exportan el mineral bruto sin agregar valor en territorio nacional. Destinan billones y billones a los grandes accionistas, mientras envenenan, destruyen y matan seres humanos y el medio ambiente. Por una cuestión de seguridad nacional, en respeto a la vida de los trabajadores y la naturaleza, la Vale precisa ser estatizada, bajo contro, social, sin indemnización, para servir al desarrollo sustentable del país.

El gobierno Bolsonaro va a aumentar riesgos como los de Brumadinho

En Brasil existen cerca de 24 mil represas en funcionamiento. La mayoría de ellas suministra agua para la agricultura. De estas, % son clandestinas. El otro 40% no tienen condiciones de ser fiscalizadas por los órganos competentes, porque no hay interés. Y así lo hubiere, no sería posible por falta de funcionarios.
Según André Trigueiro, periodista de la Globonews especializado en medio ambiente, si el gobierno federal resolviese hacer una fiscalización rigurosa de las represas existente en Brasil, ¡precisaría 33 años para concluir la inspección!
El gobierno Bolsonaro, ya dejó bien claro cuál es su estrategia para lidiar con el medio ambiente y la minería en Brasil: su gobierno va a favorecer todavía más los intereses de las empresas, es decir, sus lucros. Por eso, designó un ministro que es procesado por crimen ambiental. Y pretende debilitar todavía más la legislación y los órganos de control ambiental, así como acabar con la demarcación de tierras indígenas.
No confiamos en que el gobierno Bolsonaro va a resolver este o cualquier otro problema, pues eso lo obligaría a enfrentarse con las grandes empresas, exigiéndoles la revisión de las normas de seguridad y el uso de tecnologías que prevean o eliminen riesgos a la vida humana y al medio ambiente.
¡Toda nuestra solidaridad con la víctimas de Brumadinho!

Editorial de 'Esquerda Online'
Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa (https://correspondenciadeprensa.com)

domingo, 27 de enero de 2019

Almagro: la ficha imperialista engendrada por el progresismo




Almagro junto al Secretario de Estado de EEUU Mike Pompeo en la OEA.

El Secretario General de la OEA (Organización de Estados Americanos) Luis Almagro vuelve a tener su papel en la avanzada golpista e injerencista liderada por Donald Trump contra Venezuela. Hace apenas cuatro años era el Canciller del gobierno frenteamplista de José Mujica, con la tutela de sus antiguos “compañeros” es que llegó a su actual cargo.

Lo que a simple vista ha de parecer como una aberración inexplicable o singular como en el caso de Luis Almagro y su protagonismo agresivo a favor de la intervención imperialista en Venezuela, actuación que quedará para la historia, teniendo en cuenta que originalmente surgió de los recientes gobiernos “progresistas” sudamericanos. Es lo que hace que valga la pena escudriñar en su trayectoria para comprobar qué tan radical fue ese supuesto viraje del actual Secretario de la OEA.
Y es que los padres de la criatura además de tenerlo como Canciller durante todo el gobierno de José Pepe Mujica (2010-2015) fueron uno de los padrinos que ayudaron a que el Canciller se transformara en Secretario. El propio Mujica lo reconoció en carta pública cuando rompió relaciones con Almagro, pocos años después, reconociendo que fue él mismo el que auspició su candidatura y ganó varios votos importantes, entre ellos los de los gobiernos progresistas. Como resultado Almagro resultó electo por primera vez por 33 votos en 34.
En estos momentos Almagro continua con su papel cipayo codo a codo con los altos funcionarios del gobierno de Trump para imponer un golpe en Venezuela, impulsando una resolución que finalmente no fue aprobada para que la OEA reconozca a Guaidó como presidente y en general reforzando la presión desde el organismo así como coordinando con el llamado grupo de Lima.

El Canciller “progresista”

De orígenes en el Partido Nacional, Almagro fue uno más de los funcionarios y cuadros políticos reciclados con el advenimiento del Frente Amplio a su primer gobierno en 2005. Venía de ser funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores del segundo gobierno colorado de Julio María Sanguinetti que gobernaba en coalición “rosada” con el Partido Nacional razón por la cual se ganó su puesto en ese gobierno.

Almagro como Canciller progresista

Entró al FA a través de su integración al MPP de José Mujica el cual al ganar la presidencia lo designó como Canciller durante todo su periodo de gobierno. Durante su gestión lideró una política exterior uruguaya alineada con las posiciones de Estados Unidos y el imperialismo, participando de las tropas de ocupación en Haití, el desmantelamiento de las FARC en Colombia o la simpatía con los avances en la restauración capitalista en Cuba. Al finalizar su cargo se desarrolló el padrinazgo de Mujica para promoverlo al frente de la OEA.

El Secretario cipayo

Durante su cargo en la OEA se destacó por su marcado cipayismo con la política exterior norteamericana, en especial en torno a la situación venezolana.
Hipócritamente el FA empezó el divorcio luego de los hechos consumados, el cual terminó en la reciente expulsión de Almagro de dicha fuerza política, lo cual no impidió que antes de eso en el 2017 estuvieran codo a codo junto al gobierno uruguayo de Tabaré Vázquez en un entrecruce de declaraciones y acusaciones con el gobierno de Venezuela, en el mismo periodo en que el Secretario de la OEA coordinaba con EEUU la aplicación de la “Carta Democrática” del organismo al gobierno venezolano.
Si bien los individuos son la expresión de movimientos de fuerzas históricas, sociales y de poder en la historia, la personalidad de cada uno juega su rol para cumplir su papel en el proceso de forma más o menos precisa.
Y es que la ardiente y agresiva política pro imperialista del Secretario no solamente expresa que su puesto y rol de cipayo le calza formidablemente para el momento histórico actual, sino que tampoco se explica del todo por ser el mero accionar de un renegado que se transformó de la noche a la mañana.
Más bien el “renegado” ha llegado a su lugar gracias al acunamiento de los progresistas regionales y de su continuidad desde sus orígenes en los gobiernos derechistas a su papel como Canciller del gobierno de Mujica con su política exterior subordinada a los intereses del imperialismo norteamericano.
Una vez criada y apadrinada la criatura, ésta dio muestra del potencial que guardaba y la política “pragmática” y supuestamente “realista” del progresista Mujica nos ha dejado como regalo un nuevo engendro para la historia de opresión de los latinoamericanos.

Sebastián Artigas

Inundaciones, un drama social




Miles de evacuados por las inundaciones que se dan en parte del territorio son la cara más visible del problema ambiental y social que se genera producto de la falta de inversiones y del crecimiento de cultivos que solo buscan maximizar la ganancia empresarial.

Crecidas de ríos, rutas y puentes cortadas, desplazados y evacuados son solo algunas de las consecuencias de las inundaciones que afectan parte del país, en especial la zona de Durazno, Salto, Paysandú y Artigas.
En estos días más de 4000 personas debieron dejar sus hogares y permanecen en condiciones muy precarias en los centros que se prevén para estas ocasiones.
Políticos y medios de comunicación repiten constantemente que estas situaciones son producto de las lluvias que desde hace semanas caen sobre Uruguay y zonas fronterizas.
Sin desconocer los fenómenos naturales que producen los desbordes en los ríos y las grandes inundaciones, el fondo del problema son las carencias estructurales de inversiones en infra estructura y la erosión y desgaste de los suelos producto de cultivos y usos de las tierras que se han dado en estos últimos años que solo apuntan a maximizar lucro y ganancia de empresarios y capitalistas y que no toman en cuenta el impacto ambiental.

Carencias estructurales y depredación del medio ambiente

En la situación actual, que por otro lado es cíclica y se repite periódicamente se conjugan los factores ambientales y los factores sociales y económicos.
Los sucesivos gobiernos no han dado respuesta a los problemas estructurales que hacen que cuando se dan lluvias o crecidas se afecten zonas pobladas.
La falta de previsión, de inversiones y de obras públicas en función de las necesidades de la población es parte de un proyecto de país, mantenido y continuado por el Frente Amplio que privilegia la generación de infraestructura para los grandes negocios empresariales.
UPM es un caso concreto y actual, en el que Frente Amplio mueve cielo y tierra para generar las condiciones que quiere la empresa y de esa manera garantizar la ganancia empresarial, incluso rebajando las condiciones laborales o proyectando un tren que traerá grandes perjuicios a la población. La plata se destina a este tipo de emprendimientos, o a subsidiar y exonerar a los grandes capitalistas de impuestos pero no para las obras de infraestructura que requiere el país y sus habitantes.
Junto a la falta de obra pública o las inversiones en función de las necesidades de los capitalistas, se observa una política hacia el agro absolutamente depredatoria y organizada en función de los pools de siembra y el agro negocio.
La deforestación, las plantaciones de eucaliptos, los monocultivos y la falta de rotación, el uso de insumos contaminantes (muchas veces prohibidos en los países centrales) han impactado fuertemente en las capacidades de los suelos de absorber el agua de lluvia o de los ríos. Las cianobacterias, que periódicamente aparecen en las playas son producto del incremento del uso del fósforo que se usa intensivamente en las plantaciones de soja transgénica.
La política depredatoria de la naturaleza con que se manejan los capitalistas se conjuga también con la supe explotación de los trabajadores rurales.
En estos últimos días 2 peones rurales murieron cuando fueron obligados a trabajar con condiciones climáticas de alerta meteorológica.
Tal como denuncia el sindicato de peones de estancia no solo se trata de una responsabilidad empresarial sino que existe una falta de controles e inspecciones de parte del Estado que propicia que sucedan este tipo de muertes. Quince años de gobierno frenteamplista no han podido otorgar mínimas garantías para que cumplan los más elementales derechos de los trabajadores rurales.

Expropiar a los latifundistas y plan de obra pública en función de las necesidades populares

La solución de estos problemas no vendrá de las manos de estos gobiernos y de estos empresarios. La expropiación de los grandes terratenientes y una agricultura que no provoque daños a las poblaciones rurales y el medio ambiente permitiría prevenir las inundaciones complementando con un plan de obras públicas e infraestructura en función de las necesidades de las poblaciones y no de los empresarios son las medidas de fondo que pueden evitar o minimizar el impacto de inundaciones u otros fenómenos naturales.

Hernán Yanes

sábado, 26 de enero de 2019

El anodino foro de Davos




Un fracaso inevitable

El Foro de Davos, desde su fundación hace 50 años, fue la reunión donde los países imperialistas —y los que no lo son— discutían la situación económica internacional para encontrarle, o no, una salida. Pero, indiscutiblemente, se trataba de uno de los cónclaves clave en el mundo de la política y la economía internacionales. En el Foro de este año, la figura que llamó la atención de todo el mundo fue la del payasesco Jair Bolsonaro, quien anunció el retiro del su país del Acuerdo climático de París y su intención de “eliminar a la izquierda” en su país. Que ese personaje haya atraído la atención de la prensa mundial ya indica que el Foro de Davos fue un fracaso ruidoso, salvo por los encuentros entre 3 mil hombres de negocios que habrán hecho de las suyas. Por lo demás, Donald Trump no asistió por la histórica parálisis de la administración norteamericana (hay 800 mil empleados públicos suspendidos, no funcionan los museos ni los parques y en una semana se agotarán los fondos para emitir visas y pasaportes).
En cuanto al presidente de Francia, Emmanuel Macron, también debió quedarse en casa porque la rebelión de los “chalecos amarillos” no está para paseos por foros inútiles. Por supuesto, a la primera ministra británica, Theresa May, el hundimiento del Brexit (hundimiento si sale de la Unión Europea y hundimiento si se queda) también le impidió moverse de Londres.
En resumen, podemos decir que se trató de un foro devaluado, pocos meses después de la reunión del G20 en Buenos Aires que había reflejado las tensiones de la crisis capitalista en curso: la guerra comercial y las tendencias recesivas.
El foro, de todos modos, actuó en consonancia con la conspiración en curso contra Venezuela. El presidente español, Pedro Sánchez, protagonizó una reunión en ese sentido con el mandatario ecuatoriano Lenin Moreno y el presidente colombiano Iván Duque, piezas latinoamericanas del golpe y el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente.
Un hecho que sí fue subrayado por los medios es el regreso de Cuba al foro, tras diez años de no participación. La restauración es vista como una oportunidad de negocios para el gran capital.
El foro se ha desarrollado en medio de fuertes rivalidades interimperialistas. Estados Unidos acusa a Alemania de sobre-acumular capitales, mientras intenta colocar el gas norteamericano en Europa, en contra del convenio ruso-alemán a punto de acordarse, mientras China avanza sobre todos ellos a pesar de que sus grandes bancos se encuentran en estado de quiebra. Trump, por su lado, ha dicho que cualquier intento europeo de constituir una fuerza militar autónoma será considerado “casus belli” por Washington. A cada paso, la crisis económica y financiera se torna política y se desarrollan tendencias belicistas (no en vano hace pocos meses Rusia y China efectuaron las maniobras militares conjuntas más grandes de la historia).
El fracaso de Davos ha reflejado directamente la profundidad de la crisis mundial.

Alejandro Guerrero

viernes, 25 de enero de 2019

Guaidó vuelve a llamar a los militares y pide a EE. UU. mantener embajada




En su primera aparición pública desde que se adjudicó las competencias del Ejecutivo, Juan Guaidó volvió a apelar a los militares quienes hasta el momento se han declarado leales a Maduro.

A Guaidó le ha venido fallando hasta el momento el intento de quebrar a las Fuerzas Armadas para que den un golpe contra Maduro. A pesar del apoyo abiertamente injerencista de Donald Trump, al que le siguieron el de Luis Almagro por la presidencia de la OEA y de la derecha continental de Macri, Bolsonaro, Piñera o Duque, los esfuerzos por asegurarse el quiebre de la cúpula militar con la promesa de amnistía, no tuvieron el efecto que deseaba.
Fue así que en el acto de este viernes en Caracas Guaidó tuvo que afirmar una vez más: “Quiero insistir en el mensaje a las Fuerzas Armadas y a la familia militar. Hermanos es con ustedes, llegó el momento de ponerse el lado de la constitución. Soldado de la patria pónganse del lado del pueblo de Venezuela”. Agregando en su llamado a los militares “Van a tener en los próximos días una prueba importante: ¿Van a permitir o no el ingreso de medicinas para los que lo necesitan? ¿Van a reconocer o no a este gobierno?”
En su objetivo de insistencia a las Fuerzas Armadas, también declaró que “para este fin de semana ya tenemos planificadas dos acciones”. El sábado “en cada circuito y municipio hacer asambleas populares en toda Venezuela para rendir honor a las víctimas de la represión y difundir estas ideas”. Y el domingo “nos vamos a organizar en pequeños grupos para que le entreguen la ley de amnistía al familiar o al amigo militar, para que la lean”, enfatizando también que “Es hora de que salgan los cubanos [del Ejército] y se retiren de los puestos de decisión”.
Sosteniendo que la Ley de Amnistía estará a disposición en la web de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, convocó "a descargarla e imprimirla para entregarla a un familiar, conocido o amigo militar", llamando además a llevarla a los cuarteles para que les digan a los militares "acá hay futuro". Todo en su enconado y redoblado llamado a los militares para que resten de darle apoyo a Maduro, lo que en otras palabras, es su llamado a deponerlo por la vía de la fuerza, el golpe militar.
Otro punto central de su intervención fue el llamado a los miembros de la embajada de Estados Unidos, a quienes Maduro desde el miércoles les dio el plazo de 72 horas para que se retiren del país. Guaidó les dijo “a los funcionarios de la Embajada de EE.UU. pueden quedarse en Venezuela”. Todo esto tomando en cuenta que, según ha trascendido, la Embajada estadounidense ha enfatizado que el personal diplomático permanecerá en la sede en Caracas.
El asesor de la Casa Blanca, John Bolton, ha asegurado que EE.UU. cuenta con un plan de protección para su personal de la Embajada estadounidense, aunque Washington ha pedido a su personal "no esencial" salir de Caracas, pero recalcando que mantendrá su embajada en Venezuela.
Bolton, enfatizó que Trump autorizó responder si Maduro hace algo contra la seguridad del personal cualquier diplomático de EE.UU. en el país. Lo que no hace sino aumentar las tensiones políticas abriendo escenarios de mayor conflictividad en el país.
En clave totalmente intervencionista Bolton también aseguró que la Casa Blanca “piensa que los ingresos de Venezuela deben ser dirigidos a Juan Guaidó como presidente encargado". Agregando que los bienes venezolanos incluyendo el dinero en bancos, propiedades de filial Citgo y todas las agencias “deben ir hacia la nueva administración”, expresó al asesor de la cruzada internacional golpista.
Entre otras cosas Guaidó sostuvo que el llamamiento de México y Uruguay a encontrar alguna “fórmula de consenso” que permita evitar la agudización del conflicto no tiene cabida en este momento histórico. Son "buenas intenciones", dijo Guaidó, insistiendo que el único camino posible es "profundizar la presión internacional", es decir la injerencia internacional.
Guaidó sostuvo, además, y sin problemas, que dio el paso de autoproclamarse presidente encargado “porque contamos con el respaldo internacional”, para recalcar que todas estas acciones son “para preparar la gran movilización de la semana que viene, que la vamos a anunciar este domingo”.
Por el resto Guaidó no tuvo mucho más que decir. Solo pudo anunciar una miserable ayuda de tan solo 20 millones de dólares prometida por el secretario de Estado estadounidense Mile Pompeo, y una ley de protección de activos ante la corrupción. Dos anuncios presentados como “los grandes logros que conseguimos en dos días”, que ni son grandes, ni tienen forma de hacerse efectivos.
Como vemos, esta nueva aparición pública de Guaidó fue para continuar con su tentativa golpista en cierne expresado en su descarado llamado a la intervención de las Fuerzas Armadas, así como continuar reafirmando que cuenta con el sostén de los Estados Unidos y la derecha continental.
Una vez más hay que ser categóricos en decir que de la mano de Trump, de la derecha continental y de esta derecha criolla encabezada por Juan Guaidó no habrá ninguna salida de la crisis catastrófica del país, y tampoco vendrá ninguna “democracia” de la que tanto alardean. Basta mencionar el prontuario de Estados Unidos que cuenta en su historial con violaciones a los derechos, invasiones militares a muchos países, entre otras cosas, así como el prontuario de los Bolsonaros que reivindican dictaduras, o los Macri que se enriquecieron al lado de militares.
Sin dar ningún apoyo político a Maduro, se hace imprescindible enfrentar esta escalada golpista. Al pueblo trabajador y las masas populares es la que le corresponde tener una política para salir de Maduro, haciéndole frente a la política represiva, antiobrera y entreguista, y dar una salida progresiva a la catástrofe que vive el país.

La Izquierda Diario Venezuela

El asesinato de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo




Centenario de la Revolución Alemana

La fallida insurrección de enero de 1919

Tras los enfrentamientos de Navidad, la renuncia de los socialdemócratas independientes al gobierno y la fundación del partido comunista, 1918 finaliza en un clima tenso. Del lado de los dirigentes revolucionarios prevalecen las dudas y las inconsistencias. En diciembre de 1918 en Berlín, igual que en Petrogrado en julio de 1917, las masas radicalizadas ven en la lucha armada el recurso simplificador que resolverá el bloqueo de los recursos políticos, en los que ya no quieren creer. Pero no hay en Berlín un partido bolchevique para abrirles la perspectiva de la lucha política, ni para conducirles hacia una retirada necesaria, si fracasaran las primeras manifestaciones armadas y sus consecuencias fácilmente predecibles. Del lado de los dirigentes revolucionarios campea la duda. Los delegados del Congreso del Partido Comunista Alemán (Espartaco) han rechazado el análisis de Paul Levi y Rosa Luxemburgo (la dirección del partido). Los que deben dirigir dan indicaciones contradictorias y muestran sus propias divergencias a las masas que quieren dirigir.
La contrarrevolución encuentra lo que les falta a los revolucionarios, una dirección capaz de analizar la relación de fuerzas y un instrumento para actuar. Son fuerzas entrenadas y disciplinadas. Su jefe ya no es Ebert, sino un diputado socialdemócrata, que desde hace años tiene la confianza del cuerpo de oficiales: Gustav Noske. Entra en el gobierno para reemplazar a los independientes. Y declara: “Uno de nosotros debe hacer de verdugo”. Sabe que no se puede contar con el ejército tradicional para establecer el orden desde el desastre de Lequis. Los oficiales se han dedicado desde algunas semanas antes a salvar algunas unidades de élite. Después del 6 de diciembre han formado un “cuerpo franco de cazadores voluntarios” destinado a la guerra civil, organizado, armado e instruido para este fin. Los hombres que las componen, voluntarios con pagas altas, están preparados para tareas precisas: ocupación de estaciones y controles, protección de depósitos de material y municiones, policía de puertos, defensa de edificios públicos, “limpieza” de calles y plazas y toma de edificios por asalto. El 24 de diciembre ya son 4.000 pero está aún fuera de Berlín. El 4 de enero Ebert, y Noske pasan revista a estos hombres a los que consideran maravillados como “los verdaderos soldados”. Noske le dice a Ebert “Tranquilízate; verás cómo las calles cambiarán”.
El caso Eichhorn será el disparador del enfrentamiento. Eichhorn era desde la revolución del 9 de noviembre el jefe de policía de Berlín. Dirigente independiente, los mayoritarios lo toleraban como parte de los acuerdos entre ambos partidos pero desde la renuncia de los independientes al gobierno se sienten con las manos libres. El 4 de enero lo remueven. Eichhorn rechaza su remoción y cuenta con el apoyo de los independientes, los delegados revolucionarios y los comunistas. Para los trabajadores berlineses, él y sus tropas, reforzadas últimamente con militantes seguros, son una de las últimas garantías contra las acciones contrarrevolucionarias. La noticia de la revocación provoca una explosión de cólera, que se convierte en resoluciones, huelgas y manifestaciones. Los delegados revolucionarios reunidos en la tarde del día 4 están por una vez de acuerdo, hay que resistir. Según relata Paul Levi “el 4 de enero por la tarde la Central del PCA (E) deliberó sobre la situación creada. Había completa unanimidad. Sería insensato lanzarse hacia el gobierno. Eran unánimes en que se debían evitar todas las consignas tendientes al derrocamiento del gobierno actual. Nuestras consignas debían ser precisas: anulación de la revocación de Eichhorn, desarme de las tropas contra revolucionarias, armamento del proletariado. Ese mínimo de consignas debía ser defendido con la mayor energía posible. En este sentido lanzamos nuestras consignas para la manifestación”. Pero esta versión no tiene en cuenta las divergencias que existían, expresadas o no. Liebknecht confiaría a uno de sus camaradas fuera de la reunión otra visión: “Nuestro gobierno es imposible aún, pero un gobierno Ledebour apoyado por los delegados revolucionarios sí es posible”. Rosa Luxemburgo estimaba en cambio que si el derrocamiento del gobierno Ebert en Berlín fuera posible, tal iniciativa estaba desprovista de sentido ya que las provincias no estaban preparadas para seguirla. Las circunstancias se encargarán de agravar esta divergencia.
Es la mañana del cinco de enero, los independientes, los delegados revolucionarios y el partido comunista convocan en común a una manifestación a las catorce horas: las organizaciones berlinesas llaman a una manifestación y nada más. Pero la protesta toma una amplitud que sorprende a los mismos organizadores. El centro de la capital es ocupado por centenares de miles de manifestantes, muchos de ellos portando sus armas. Mientras las masas manifestaban, aguardaban y finalmente se retiraron, los dirigentes deliberaron un larguísimo rato. Están los dirigentes berlineses del partido social-demócrata independiente Ledebour, Däumig, los delegados revolucionarios, Scholze y otros, y dos miembros de la central comunista, Karl Liebknecht y Wilhelm Pieck. El problema que discuten es verdaderamente complejo. Todos tienen el sentimiento que una retirada en el asunto Eichhorn sería para los berlineses una grave decepción, que no sería comprendida, y sin duda abriría el camino al desaliento y a la desmovilización. Consideraban también que no pueden luchar a medias, y que si hay combate, éste será decisivo. Muchos de ellos piensan que la mejor manera de defenderse es atacar.
La central comunista había sido unánime al estimar que se podía y se debía obtener la anulación de la revocación de Eichhorn, el desarme de las tropas contrarrevolucionarias e incluso el armamento del proletariado. Y pensaban que habría sido erróneo lanzar consignas que pudiesen provocar una batalla por el derrocamiento del gobierno Ebert. Pero después de la gigantesca manifestación, Liebknecht y Pieck estimaban que la situación había evolucionado.
Ledebour está convencido y Liebknecht opina también que para ellos ya no es suficiente protestar contra la revocación de Eichhorn. Es necesario, ya que es posible, lanzar la lucha por el poder. La novedosa alianza entre Ledebour y Liebknecht es decisiva. Richard Müller piensa, como Liebknecht, que las masas están tomando la vía revolucionaria, pero no cree que haya llegado el momento de lanzar en Berlín un ataque que, en el mejor de los casos, sólo lograría la victoria de la vanguardia en la capital, aislada del resto del país. Däumig lo apoya; para él, no se trata de obtener el poder por unos días solamente, mediante una efímera Comuna de Berlín, sin vencer definitivamente y a escala de todo el país. Pero esta vez Richard Müller y Däumig están en minoría, y en la votación sólo obtienen seis votos. Casi por unanimidad la asamblea decide intentar el derrocamiento del gobierno. Para ello designa un “comité revolucionario” de cincuenta y dos miembros encargado de dirigir el movimiento y de erigirse, si es necesario, en gobierno revolucionario provisional, esperando la reelección de los consejos y la reunión de un nuevo congreso. A su cabeza hay tres presidentes con iguales derechos, representando las tres tendencias aliadas, Ledebour, Liebknecht y Paul Scholze.
Si bien a la noche hay algunas ocupaciones, entre ellos el emblemático Vorwärts ya en la tarde del día siguiente, 6 de enero el movimiento aparece para muchos en retroceso y la idea de tomar el poder como un grave error. Noske, instalado en el Estado Mayor de los cuerpos francos prepara su contra-ofensiva. En la central comunista todo entra en crisis. Radek, que a instancias de Rosa Luxemburgo se ha escondido desde el comienzo de la acción, envía a la central, un mensaje en el que sugiere llamar a la vuelta al trabajo y a emprender inmediatamente una campaña para la reelección de los consejos obreros. Rosa Luxemburgo le responde que los independientes se disponen a capitular, y que los comunistas no deben facilitarles la tarea dando la señal de una retirada, que ella juzga también innecesaria. Jogiches iba más lejos que Radek y querría que la central desautorizara a Liebknecht y a Pieck, por actuar sin mandato y fuera de cualquier disciplina de partido a partir de la noche del cinco, pero la central duda frente a una desaprobación en pleno combate que tal vez no sería comprendida. Los independientes no están menos divididos y el ejecutivo nacional intenta convencer a los berlineses, en particular a Ledebour, de la necesidad de negociar, postura que es finalmente la que el comité revolucionario de 52 miembros termina por decidir por amplia mayoría.
El gobierno está envalentonado y las negociaciones fracasan mientras Noske se hace cargo del comando de operaciones con sus cuerpos francos. El gobierno lanza entonces un llamado a “poner término a la opresión y a la anarquía”. El 9 los delegados revolucionarios, los representantes del PCA (E) y los del ejecutivo berlinés de los independientes responden a la provocación gubernamental “¡Adelante en la huelga general! ¡A las armas!”.
Los trabajadores de Berlín, en su mayoría, no están dispuestos a tomar parte de esta guerra civil, que está a punto de estallar entre los dos bandos, que se dicen, ambos, socialistas, pero tampoco permanece pasiva ante el posible enfrentamiento. En las fábricas se celebran reuniones y asambleas, que se pronuncian casi siempre por el fin inmediato de los combates, de la “lucha fratricida”; se reclama y aclama la “unidad” de todas las corrientes socialistas. El movimiento es, en gran medida, espontáneo, y bajo su presión, las negociaciones reclamadas por los independientes se reanudan la noche del nueve de enero. Seguirán hasta el once.
Durante este intervalo el tiempo ha favorecido al gobierno, decidido de todas maneras a golpear con dureza. Las tropas gubernamentales detienen y ejecutan durante los desalojos sin respetar ni rendiciones ni banderas blancas.
La brutalidad de la ofensiva de los hombres de Noske y el empuje del movimiento en las empresas para el fin de los combates fratricidas han terminado por desorganizar la dirección del comité revolucionario. La central del PCA (E) también está totalmente desorganizada. Desde hace varios días no tiene ningún contacto con Liebknecht, que está con los dirigentes independientes.

El asesinato de Carlos Liebknecht y Rosa Luxemburgo

Los cuerpos francos están decididos a golpear la cabeza del movimiento, y buscan activamente a los dirigentes revolucionarios. Varios abandonan la capital, pero Liebknecht y Rosa Luxemburgo permanecen en Berlín. Levi le insiste a Rosa que corre peligro y que debe esconderse. Liebknecht es igual de inconsciente, e insiste en que se tomen las disposiciones para una reunión pública en la que Rosa y él mismo tomarán la palabra en nombre del partido. Tanto uno como otro aceptarán finalmente esconderse, pero rehúsan abandonar Berlín en el momento en que la represión golpea. Se refugian en el apartamento de un simpatizante. Allí Rosa Luxemburgo descubre al leer el Vorwärts, que Liebknecht ha puesto su firma bajo el famoso texto del comité revolucionario. Ella le dice: “Karl, ¿es éste nuestro programa?”. El silencio se hace entre los dos.
En la tarde del quince de enero son detenidos, con Wilhelm Pieck que les llevaba documentos falsos. Los tres son trasladados al hotel Eden, donde se ha instalado el cuartel general de la división de la Guardia. Durante la noche Liebknecht primero y Rosa Luxemburgo después abandonan el hotel bajo escolta, para ser asesinados.
La prensa del mediodía del 16 anuncia la noticia bajo grandes titulares: Liebknecht y Rosa Luxemburgo han muerto, el primero al intentar huir, y la segunda linchada por desconocidos, que habían detenido su automóvil durante el traslado a la prisión de Moabit. El cadáver de Liebknecht está en la morgue, y el de Rosa Luxemburgo no ha sido encontrado.
La verdad se conoce poco a poco, los militares han matado a sus prisioneros, después de maltratarlos con dureza durante los interrogatorios, Liebknecht que salió primero, fue golpeado de un culatazo por el soldado Runge y lanzado dentro de un auto; ensangrentado, es trasladado al Tiergarten, donde la escolta lo ha eliminado. Rosa Luxemburgo, ya muy mal, ha sido golpeada por Runge en las mismas condiciones, trasladada sin conocimiento y asesinada. Su cuerpo, lastrado con piedras, ha sido lanzado al canal, que no lo devolverá hasta algunos meses después.
A pesar de los esfuerzos de Jogiches y Levi, que dedican a la investigación grandes esfuerzos, no logran probar la responsabilidad directa de ningún dirigente socialdemócrata. En cambio su responsabilidad moral es aplastante; dos días antes el Vorwärts había publicado un verdadero llamado a muerte contra “Karl, Rosa y consortes, ningún muerto, ni uno, entre los muertos”, y los hombres reunidos, armados y encubiertos después por Noske y los ministros socialdemócratas, han perpetrado el asesinato. Entre socialdemócratas y comunistas alemanes se cruzará en adelante la sangre de Liebknecht y Rosa Luxemburgo.
Las consecuencias del doble asesinato son incalculables. El joven partido comunista se ve privado simultáneamente de su mejor cerebro político y de su tribuno más prestigioso. Rosa Luxemburgo y Liebknecht eran conocidos por todos los obreros alemanes, y apreciados por todo el movimiento internacional. El doble asesinato no sólo crea una fosa entre mayoritarios y revolucionarios sino que también refuerza en muchos la convicción de que la única táctica errónea ha sido contemporizar demasiado. Muchos meses de cruel experiencia necesitarán los destacamentos comunistas aislados para convencerse de que los errores eran de otro orden.

Los balances: Radek, Luxemburgo, una apreciación de conjunto

Decíamos al completarse el segundo día de la revolución que no debía exagerarse la importancia de la derrota de los revolucionarios en ese momento dado que la revolución sólo había comenzado. Rosa Luxemburgo insistirá desde “Die Rote Fahne” que el triunfo espartaquista está al final de la revolución y no al comienzo. Ahora bien, la fundación del Partido Comunista a fines de diciembre con sus resoluciones y las jornadas de enero, ¿cómo deben ser evaluadas, mejoraron las perspectivas de los revolucionarios?
Veamos, en primer lugar, cómo juzgaban los hechos sus protagonistas. A Radek ya le había parecido alarmante la actitud despectiva de la inmensa mayoría de los delegados al Congreso de fundación del PCA (E) ante las negociaciones con los delegados revolucionarios, que tenían la confianza del proletariado berlinés y habían conducido todas sus luchas durante la guerra y la revolución. El 9 de enero Radek en una carta a la central comunista traza un balance de las jornadas de enero y formula un intento de rectificación: “En vuestro folleto sobre el programa, ¿Qué quiere la Liga Espartaco? declaráis que no queréis tomar el poder si no tenéis detrás a la mayoría de la clase obrera. (…) Hoy, las únicas organizaciones de masas que hay que considerar, los consejos de obreros y soldados, sólo tienen fuerza en el papel. En consecuencia, no los domina el partido de la lucha, el partido comunista, sino los social patriotas o los independientes. En tal situación no hay que pensar en absoluto en una eventual toma del poder por el proletariado. Si el gobierno cayese en vuestras manos después de un golpe de estado, estaríais separados de las provincias y seríais barridos en algunas horas”.
También considera un grave error la iniciativa que se ha tomado y que cuenta con la aprobación de los representantes del partido: en esta situación, la acción que decidieron el sábado los delegados revolucionarios como réplica al ataque del gobierno social patriota contra la prefectura de policía, sólo debería tener el carácter de una protesta. La vanguardia proletaria, exasperada por la política gubernamental, mal dirigida por los delegados revolucionarios, cuya inexperiencia política los hace incapaces de captar la relación de fuerzas en el conjunto del Reich, con su empuje han transformado el movimiento de protesta en una lucha por el poder. Esto permite a Ebert y a Scheidemann dar el golpe al movimiento berlinés para debilitarlo por completo.
Apoyándose en el ejemplo bolchevique de julio de 1917, Radek se pronuncia categóricamente para que los dirigentes comunistas tomen sus responsabilidades y la iniciativa de un llamado a una retirada al frente de las masas: la única fuerza capaz de frenar e impedir el desastre sois vosotros: el partido comunista tiene suficiente perspicacia para saber que éste es un combate sin esperanza; lo sabéis (...). Nada puede impedir al más débil batirse en retirada frente a una fuerza superior. En julio de 1917, cuando éramos infinitamente más fuertes de lo que sois ahora vosotros, intentamos retener con todas nuestras fuerzas a las masas, y como no lo conseguimos, las condujimos con esfuerzos inauditos, hacia la retirada, huyendo de una batalla sin esperanza.
Las posiciones de Radek, si las hubiera adoptado la central, habrían permitido al partido comunista no aparecer como responsable directo o indirecto de la continuación de los combates y arrastrar hacia una necesaria retirada a los independientes y a los delegados revolucionarios dispersos. Con ello aislaban también en el seno del partido social-demócrata a los partidarios de la represión contra la extrema izquierda, aliados conscientes del Estado Mayor.
Pero los dirigentes espartaquistas, incluida Rosa Luxemburgo, juzgarán de otra forma la situación, harán de la resistencia y del mantenimiento de la ocupación del Vorwärts una cuestión de honor, prosiguiendo con los delegados revolucionarios y los independientes de izquierda una competencia nociva por ver quién aguante más en la calle.
En un último artículo, “El orden reina en Berlín” Rosa Luxemburgo intentará hacer el balance de la “semana espartaquista”. No tiene duda, insiste, de que era imposible esperar una “victoria decisiva del proletariado revolucionario”, una caída de los Ebert-Scheidemann y la “instauración de la dictadura socialista”. La causa es la falta de madurez de la revolución, la ausencia de coordinación entre los diversos núcleos revolucionarios – “la acción común daría a los ataques violentos y a las réplicas de la clase obrera berlinesa otra eficacia”– y también el hecho que “las luchas económicas sólo estén empezando”. En estas condiciones hay que preguntarse si la última semana es un “error”. Ella no lo cree, porque estima que los obreros han sido provocados:
Frente a la provocación violenta de los Ebert-Scheidemann los obreros revolucionarios estaban forzados a tomar las armas. Para la revolución era una cuestión de honor rechazar el ataque inmediatamente, con toda la energía, si no se quería que la contrarrevolución se envalentonase, si no se quería ver cuarteadas las filas del proletariado revolucionario y el crédito de la revolución alemana en el seno de la Internacional. Es “la contradicción entre las tareas que se imponen y la ausencia, en la etapa actual de la revolución, de las condiciones previas que permitan resolverlas”. Pero la historia enseña que la vía al socialismo está “plagada de derrotas” y que éstas conducen a la victoria a los que saben sacar enseñanzas de ellas: La dirección ha estado paralizada, pero se puede y se debe construir una nueva dirección, una dirección que emane de las masas y que elijan las masas (...) Las masas han estado a la altura de su tarea. Han hecho de esta “derrota” un eslabón de la serie de derrotas históricas que constituyen el orgullo y la fuerza del socialismo internacional. Por eso la victoria florecerá sobre esta derrota. Hay que tener en cuenta, de todos modos que Rosa Luxemburgo defiende una conducta ya asumida.
Si además tenemos en cuenta que el 11 de enero Rosa señalaba que “la ausencia de dirección, la inexistencia de un centro encargado de organizar a la clase berlinesa debe terminar. Si la causa de la revolución debe progresar, si la victoria del proletariado y el socialismo deben ser algo más que un sueño, los obreros revolucionarios deben construir organismos dirigentes para conducir y utilizar la energía combativa de las masas”, queda la sensación de que bajo la influencia de estas jornadas, Rosa Luxemburgo parecía concluir una aproximación a una concepción del partido revolucionario que hasta entonces no compartía. Su asesinato impide conocer el alcance de estas reflexiones pero que deben ser complementadas con su crítica a Liebknecht por haber impulsado la prematura insurrección (“Es este nuestro programa Karl”?).
Esta primera fase de la revolución que todavía se extenderá hasta marzo con luchas en Baviera y otros puntos del interior alemán, había mostrado el enorme potencial de una evolución de las masas en defensa de sus intereses de conjunto, con escasa comprensión de las diferencias entre los partidos. Esto daba a la propuesta de Radek todo su realismo. Un solo ejemplo entre muchos. En medio de los combates unos 40.000 obreros de las fábricas A.E.G.y otras se reúnen y eligen una comisión de ocho miembros (dos de cada partido y dos delegados revolucionarios), encargada de organizar una campaña con las consignas: dimisión de los actuales dirigentes, apoyo a dirigentes no “comprometidos”, disolución del gran cuartel general, supresión de los grados y desmovilización del ejército. Durante los días siguientes se multiplican las resoluciones en este sentido, todas reclaman la retirada de Ebert y de Scheidemann, el nombramiento de otro independiente para el puesto de prefecto de policía y la formación de un gobierno de los tres partidos. El hecho que muchos militantes socialdemócratas mayoritarios se unan a esas posiciones muestra la profundidad del sentimiento unitario, la hostilidad de la masa obrera berlinesa a lo que le parece un combate fratricida pero también una total desconfianza en quienes pactan con el Estado Mayor.
Las resoluciones del Congreso boicoteando las elecciones a la Constituyente y planteando que hay que destruir los sindicatos, sumado al asesinato de Rosa Luxemburgo y Liebknecht, y poco después de Leo Jogiches y Eugen Leviné van a condicionar fuertemente la evolución del PCA, que perseguido por la represión no logró desarrollarse ampliamente. Por su parte la evolución de la izquierda independiente fue mayoritariamente hacia la izquierda. A fines de 1919 se pronunciará por la incorporación a la III Internacional y al año siguiente ya como mayoría partidaria se unificará con el PCA que adquirirá un carácter masivo.
Las corrientes ultraizquierdistas serán posteriormente depuradas del partido. Lenin dedicará la mayor parte de su folleto El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo en abril de 1920 a criticar a la “izquierda” alemana. Trotsky en su discurso de cierre del 3er. Congreso de la III Internacional (Trotsky, p. 86) también critica que después del “julio de 1917” vivido en enero de 1919 se hubieran repetido actuaciones semejantes en marzo de 1920 y de 1921.
El primer período de la revolución deja enormes enseñanzas al proletariado y a la vanguardia revolucionaria alemana de cara a un período revolucionario que se extendió hasta 1923. No todas serán aprovechadas y en el final las tensiones dentro del partido bolchevique tras el forzado retiro de Lenin, y el comienzo de la labor antirrevolucionaria de la troika de Stalin, Kamenev y Zinoviev, lo afectarán gravemente.

Andrés Roldán

Bibliografía

Pierre Broué, Revolución en Alemania
León Trotsky, Una escuela de estrategia revolucionaria, en Bolchevismo y Stalinismo, Editorial Yunque, Buenos Aires, 1975

Venezuela: la jauría mediática y el bucle golpista




Ya no se cortan. Los medios corporativos legitiman de manera abierta un golpe de estado contra Nicolás Maduro. Igual que hicieron en abril de 2002 contra Hugo Chávez. ¿Recuerdan aquel editorial del diario español “El País” titulado “Golpe a un caudillo”?

Guaidó, los gobiernos genuflexos, la cortina de humo de Trump, el petróleo




La autoproclamación del opositor Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela y su inmediato reconocimiento (por tuit) por el gobierno de Donald Trump y de otros países alineados con las políticas de Washington, constituye el inicio de una injerencia mayor, orientada a provocar una confrontación de gran escala entre venezolanos.
Al gobierno de Donald Trump le sirve como cortina de humo para invisibilizar el cierre de la administración que ya cumplió un mes y dejó sin salarios a más de 800 mil funcionarios (Trump chantajea al Congreso para que le otorgue el financiamiento para su muro con México), y también como excusa para apropiarse del petróleo venezolano.
En este contexto, Rusia y China, aún no jugaron. El gobierno ruso reiteró su respaldo a Maduro y rechazó la estrategia de Washington de generar una "dualidad de poder" en ese país. "Salta a la vista el propósito de aplicar el guión ya probado de derribo de gobiernos indeseados", planteó la cancillería rusa y advirtió que cualquier intervención militar extranjera sería "una vía directa hacia la anarquía y el baño de sangre".
La nota subrayó que en las "acciones descaradas de Washington", Rusia observa "una nueva demostración de desprecio total de las normas y principios del derecho internacional y un intento de arrogarse el papel de juez de los destinos de otros pueblos". "Salta a la vista el propósito de aplicar el guión ya probado de derribo de gobiernos indeseados", agregó.
Con la autoproclamación, dicen algunos analistas oficiales, quedó declarado el Golpe de Estado, pero la pregunta es cómo harán para materializarlo, es decir quitar por la fuerza a Nicolás Maduro, cuando no se vislumbra la construir una correlación de fuerzas suficiente, máxime cuando las Fuerzas Armadas siguen respaldando al gobierno legal.
La evolución del frente externo tampoco evolucionó, en un primer momento, como esperaba Washington. Si bien la Asamblea Nacional (en desacato) ha enviado a un representante del “nuevo gobierno” a la Organización de Estado Americanos, la derecha parece haber recuperado en parte la capacidad de movilización (y en eso se basa toda la información de las y trasnacionales de la información), tras el terror callejero de 2014 y 2017, que dejó un saldo de más de 200 muertos, y ahora sumó unos cuantos más.
En este entramado, los medios trasnacionales cartelizados imponen su imaginario colectivo adulterado. “Los actos son presentados comunicacionalmente como espontáneos, cuando se trata de acciones programadas, activadas por grupos armados -malandros con sueldo- para desatar acciones de incendio, asedio, intentar sumar a vecinos de las zonas populares, generar una sensación de acorralamiento al chavismo y poder a la derecha”, comenta Marco Teruggi.
La amenaza expresada por Trump, en el sentido de que la Casa Blanca considera todas las opciones en caso de que el gobierno de Nicolás Maduro responda con violencia a la autoproclamación de Guaidó, exhibe que éste se encuentra bajo la protección de Washington, lo cual lo descalifica como actor legítimo en el escenario de Venezuela y lo define como instrumento de una intervención declarada y abierta.
Los hilos de un gobierno transicional queda en manos de alguien que hasta el 5 de enero era desconocido, y asumió la presidencia de la Asamblea Nacional por la casualidad de rotación de partidos. ¿Desde dónde gobernará este presidente virtual? ¿Washington?
Y la ruptura de relaciones anunciada por Maduro era la respuesta lógica. Pero ¿qué pasará si los diplomáticos estadounidenses no se retiran en el lapso de 72 horas dado por el presidente?
La aventura injerencista estadounidense sin duda fue coordinada (o impuesta) a gobiernos totalmente alineados y dependientes de Washington, como los de Colombia, Brasil (dos vecinos que ya amagaron con enviar tropas a la frontera), y Argentina.
“ No queremos una América bolivariana como hace poco existía en Brasil con gobiernos anteriores (…) La izquierda no prevalecerá en esta región, lo que es muy bueno en mi opinión, no sólo para América del Sur, sino también para el mundo”, dijo el ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro el mismo día en el Foro de Davos.
A estas actitudes cómplice se suman otras cuerdas, como las posturas de la Unión Europea y de México y Uruguay, y otro centenar de naciones. La cancillería mexicana, en una acción conjunta con Uruguay, exhortó a las partes en disputa y a la comunidad internacional a reducir las tensiones, a evitar una escalda de violencia que pudiera agravar la situación y a encontrar una solución pacífica y democrática frente al complejo panorama venezolano y a emprender un nuevo proceso de negociación incluyente y creíble, con pleno respeto al estado de derecho y los derechos humanos.

Es el petróleo

La decisión de Donald Trump de reconocer a Juan Guaidó como presidente interino del país le puede quitar los activos de Venezuela en ese país al gobierno legítimo de Maduro, y también que el pago por el petróleo que se pudiera exportar no sería cobrado por Pdvsa, señalan los economistas opositores Francisco Rodríguez y Luis Oliveros.
“Acabo de oír que Trump ha retirado el reconocimiento del régimen brutal que controla un petroestado. ¿Así que finalmente se dio cuenta de que los sauditas son los chicos malos?”, ironizó el Premio Nobel de Economía estadounidense Paul Krugman.
El control de Citgo, la empresa que la estatal petrolera Pdvsa tiene en EEUU, podría pasar a manos de Juan Guaidó, por lo que Petróleos de Venezuela tendría que buscar dónde colocar el crudo que procesa en las refinerías que posee en EEUU. Hoy, EEUU, es el mejor cliente que tiene Pdvsa.
Asimismo, el gobierno de Trump podría imponer nuevas sanciones, a través de una serie de medidas potenciales, entre ellas la restricción de las importaciones de petróleo venezolano o incluso una prohibición total.

Hermanos de sangre

Durante los últimos meses, más allá de las consultas formales, los servicios de inteligencia y seguridad de (la llamada diplomacia secreta) de EEUU, Israel, Brasil y Argentina, coordinaron las formas de fracturar el gobierno venezolano, a través de un movimiento concertado con el Grupo Lima. La meta, forzar una transición que estaba paralizada por la ausencia de un líder opositor que pudiera enfrentar al gobierno y erosionar su frente militar.
El plan fue encomendado por Trump a Mauricio Clavier (de origen cubano), miembro del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca. Guaidó era el engranaje que faltaba: hijo de militares, con un discurso articulado, estudios en Washington y perteneciente a un partido (Voluntad Popular) que en 2014 y 2017 demostró tener capacidad para imponer terror callejero y conducir una ofensiva contra Maduro.
Hoy Maduro estudia cómo replicar ante un escenario doméstico que ofrece escasas variables: si detiene a Guaidó por autoproclamarse presidente interino, Trump puede mover sus tropas hacia Caracas. Y si lo deja en libertad, reconocerá que ya no controla todas las variables de gobierno y que su destino político está a tiro de una asonada militar, señalan analistas internacionales.
Mientras, el Grupo Lima, compuesta con los gobiernos alineados con Washington, prepara una nueva ofensiva diplomática para evitar una guerra civil potenciada por los intereses regionales de Estados Unidos, China y Rusia, añade.
Pero el plan estadounidense no se completó, por ahora. Macri reconoció a Guaidó como presidente interino, pero no rompió relaciones con Venezuela, aconsejado por la Cancillería, y por ende sigue reconociendo a Maduro. La estrategia consiste en mantener el statu quo (dos presidentes) y lograr hacia adelante que el frente militar se rompa y que acepte respaldar una transición encabezada por Guaidó y avalada por Trump, Bolsonaro y Macri.

Cortina de humo de Trump

El presidente americano tiene un formidable problema político interno y busca una cortina de humo para ocultar su grave crisis doméstica y, entonces, una guerra de baja intensidad en Venezuela, sería ideal para la lógica diplomática de Trump. Macri y Bolsonaro asumen estas intenciones y ya han reiterado que no respaldarán una solución militar encabezada por el Pentágono.
Lo que no ha logrado s que una facción castrense marche sobre el Palacio de Miraflores y termine con 20 años de bolivarianismo. Lo cierto es que difícilmente haya un solo presidente de América Latina que apoye un golpe contra Maduro liderado por marines americanos con órdenes expresas o secretas del Pentágono y la Casa Blanca.
Después de un mes, el cierre del gobierno (shutdown) de EEUU ha significado el estancamiento de financiamiento más largo en la historia moderna del país y ha dejado sin salarios a más de 800 mil funcionarios, y hay poca evidencia que sugiera que Donald Trump y los demócratas del Congreso se unirán para resolver la crisis en el corto plazo.
El magnate presidente reclama 5.700 millones de dólares del presupuesto nacional para construir el muro en la frontera sur con México –su promesa electoral de 2016- y para imponer sus deseos ha paralizado el país.

Lo que ¿vendrá?

El chavismo se encuentra ante la pregunta de cómo enfrentar esa avanzada nacional e internacional, que busca quebrar la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, promover zonas de conflicto en la frontera para justificar acciones de fuerza -el factor Colombia resulta central-, colapsar la economía, y empujar a la población a enfrentamientos civiles.
Junto a eso existe la necesidad de no caer en las provocaciones de la derecha que, a diferencia del año 2017, ha comenzado a llevar el conflicto a los barrios populares desde el inicio de la escalada. Se espera un despliegue de violencia que irá tocando diferentes puntos del territorio, un asedio armado a pueblos, barriadas, presentado como pacífico, trabajado con gran poder de rumores a través de las redes sociales.
En cuanto a la Asamblea Nacional existe la pregunta de qué hacer. Ha sido declarada en ilegalidad por el Tribunal Supremo de Justicia, pero ¿cómo actuar ante la declaración del gobierno paralelo que es una declaración de guerra? Venezuela ha entrado en una fase que no parece tener punto de retorno. El plan anunciado por Guaidó, dirigido desde los Estados Unidos, solo puede materializarse a través de la violencia.
¿Podrá la derecha mantener un conflicto de estas características por un tiempo prolongado a nivel nacional? El 2017 ha demostrado que la violencia prolongada puede perder legitimidad y aislar al golpismo. Es el tercer asalto violento en cinco años y piensan poder imponerse con apoyo internacional. Es la búsqueda de un Pinochet que inclina a las fuerzas armadas al golpismo y la represión.
No hay que olvidar el desgaste producido por la grave crisis económica y social, que Maduro no ha podido solucionar o mitigar. Pero tampoco se puede subestimar a un pueblo chavista. A todo esto, ¿qué dirá el Santo Padre que vive en Roma?

Aram Aharonian: Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la )

La intervención yanqui en Venezuela




La decisión de Trump de otorgar el reconocimiento diplomático a Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, acompañado por sus secuaces en la OEA, constituye un golpe de estado ‘sui géneris’ - específicamente internacional. Transfiere en forma unilateral la soberanía de Venezuela a un gobierno ‘autoproclamado’, en una suerte de ficción que convierte a EEUU en el ‘custodio’ de los activos y recursos del país en el exterior, en violación de todo el derecho internacional. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el depósito de las reservas de oro de Venezuela en el Banco de Inglaterra, que de todos modos éste ya se había negado a repatriar, anticipando el golpe. Es lo que ocurrirá con los flujos de dinero del comercio exterior venezolano. Asistimos a un golpe de estado de origen externo y alcance global.

Dos golpes en uno

Cada pieza de este golpe de estado ha sido articulada meticulosamente, al punto que Guaidó no asumió ante la Asamblea Nacional sino en la plaza pública, sea para sortear disidencias internas o para evitar el arresto del conjunto de sus integrantes. La autoproclamación, sin embargo, le quita la legitimidad política que reclama para sí mismo, porque representa un golpe de estado contra sus propios mandantes. La metodología golpista que se ha puesto en marcha sigue una línea largamente aplicada por el imperialismo estadounidense, a través de sanciones sistemáticas contra estados soberanos, sus compañías y funcionarios, como ha venido ocurriendo con Irán, Rusia, China, incluso Francia y Alemania. En las semanas recientes, Trump ha amenazado a Gran Bretaña con rechazar la posibilidad de un tratado comercial si recula de su salida de la Unión Europea – el Brexit. No sorprende entonces que la mayoría de los gobiernos europeos sea remisa a seguir a Trump en el caso de Venezuela. La ONU, o sea la famosa ‘comunidad internacional’, no acompañó todavía el golpe y declaró su disposición a “facilitar” negociaciones entre las partes.
La decisión de Trump de ignorar la ruptura de relaciones diplomáticas ordenada por Maduro, representa una suerte de injerencia territorial del imperialismo en Venezuela, pues convierte a su embajada en un virreinato. Es probable que Maduro responda con un bloqueo de la sede diplomática – un corte de suministros y energía. Cuando algo similar ocurrió en Teheran, a principios de los 80, el presidente Carter intentó liberar el sitio por medio de comandos militares. Trump y sus secuaces han convertido a América Latina en un escenario de guerra, que involucra, en última instancia, también a Cuba. Esto ocurre cuando crecen las marchas de migrantes centroamericanos hacia el norte; cuando se agrava la confrontación militar en Colombia y el asesinato masivo de activistas sociales; y en plena crisis en Estados Unidos por la cuestión del muro con México. Se desarrolla, de este modo, un cuadro general de provocaciones. La prensa norteamericana habla abiertamente de una crisis constitucional en Estados Unidos. Los seguidores republicanos de Trump han comenzado a plantear una reforma constitucional que refuerce los poderes de emergencia del Ejecutivo estadounidense.

Un régimen sin salida

La intervención norteamericana ha renovado los bríos de la derecha de Venezuela, como lo demuestra la envergadura de las manifestaciones que convocó el miércoles pasado. Sus partidos principales, sin embargo, como Acción Democrática, han quedado rezagados o a la retaguardia en este escenario, que quedó copado por Guaidó y su camarilla de Voluntad Popular. De otro lado, varios observadores han señalado la aparición de manifestaciones anti-chavistas en la zona oeste de Caracas, hasta ahora bastiones del régimen de Maduro. También tuvieron lugar rebeliones militares en esa misma zona, acompañadas por apoyo popular. Esta modificación incipiente de la base social de la oposición, no implica todavía un cambio en el escenario de polarización política entre el chavismo decrépito, de un lado, y la derecha proyanqui, del otro. Desde hace un tiempo se manifiestan grietas en las fuerzas armadas de Venezuela, que no son inmunes al derrumbe social y político del régimen madurista. La Asamblea Nacional dictó una ley de amnistía a favor de los militares que se insubordinen – una promesa incierta de dejar en el olvido las acusaciones de corrupción contra un número indeterminado de individuos.

Crisis internacional

La reorganización capitalista de la quebrada economía venezolana se anuncia como absolutamente catastrófica, si no es mediada por una ayuda internacional extraordinaria, que el frente capitalista mundial no parece en condiciones de organizar, a la luz de la guerra económica en curso y de las tendencias a una depresión económica y un estallido financiero. Esta perspectiva explica las maniobras de todo tipo a favor de un entendimiento entre ambas fracciones en disputa.
La crisis venezolana se ha convertido, definitivamente, en internacional. Con Rusia, China, Turquía e Irán, de un lado, replica el alineamiento en la guerra en el Medio Oriente. Ha dividido a la política latinoamericana. La Alternativa Federal, que los kirchneristas han venido cortejando en Argentina con el planteo de la unidad contra el macrismo, ha abrazado con fervor el intervencionismo yanqui. Los ‘nacionales y populares’ enfrentan ahora un impasse irreversible. En Brasil, la familia Bolsonaro está siendo acusada de integrar grupos paramilitares; por otro lado, se ha reavivado el movimiento contra los tarifazos en el transporte (“passe-livre”), que en 2013 puso en jaque al gobierno Rousseff-Temer. Las características catastróficas de la reforma previsional que prepara el nuevo régimen promete una reacción popular y una crisis política en toda la línea. América Latina es un volcán. No lo es mucho menos el ‘imperio’, con la aceptación popular de Trump en caída libre y un futuro financiero de características explosivas.
Llamamos a una campaña internacional de la izquierda combativa y a un debate político de conjunto.

Fuera yanquis de Venezuela y de América Latina.

Abajo los gobiernos del ajuste y la represión.

Por Congresos de delegados obreros en Venezuela y toda América Latina

Por la unidad socialista de América Latina.

Jorge Altamira