martes, 16 de abril de 2024

La policía de Berlín prohíbe un Congreso Palestino


Este fin de semana la organización Voz Judía para una Paz Justa en Oriente Medio, habìa planificado junto con otras organizaciones un Congreso Palestino con el objetivo de visibilizar el genocidio en Gaza y denunciar la responsabilidad de Alemania por ser uno de los principales aliados del gobierno israelí.
 Entre los principales expositores estaban el ex ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis, el diputado irlandés Richard Boyd Barrett, el médico británico-palestino y rector de la Universidad de Glasgow Ghassan Abu-Sitteh, el experto en Palestina de 86 años Salman Abu Sitta, antiguo miembro del Consejo Nacional Palestino, el cineasta judío Dror Dayan y el periodista palestino Hebh Jamal. Antes de comenzar el Congreso, a Yanis Varoufakis y a Abu-Sitteh, quien trabajó en el hospital Al-Shifa de Gaza tras el comienzo de la guerra, se les denegó la entrada en el aeropuerto de Berlín. 
 El mismo viernes en que debía comenzar el congreso, 900 policías rodearon el lugar y solo dejaron pasar a 250 personas a pesar de que el espacio estaba habilitado para albergar a 1.000. Los que quedaron afuera fueron dispersados, e incluso resultaron detenidos judíos antisionistas que portaban inconfundibles quipás.
 El Congreso sólo pudo comenzar tras un largo retraso, con policías armados dentro de la sala. El pretexto para su disolución fue entonces una videoconferencia de Salman Abu Sitta, palestino expulsado en el 48, a quien también se había negado la entrada al Congreso. 
 Entonces la policía irrumpió violentamente en la sala de control y cortó la electricidad y las luces para interrumpir la retransmisión en directo desde el Congreso. Media hora después ordenó a los participantes que desalojaran sin dar explicaciones. Más tarde, justificaron su arbitrariedad argumentando el peligro de que los oradores pudieran negar el Holocausto o glorificar la violencia. 
 En los días previos los medios de comunicación y un amplio arco político habían operado contra "el congreso antisemita".
 Una 'Alianza contra el Terrorismo Antisemita' de todos los partidos, que abarca a políticos desde la derechista Unión Demócrata Cristiana/Unión Social Cristiana hasta el partido La Izquierda, declaró que se esperaba que el Congreso 'difundiera el odio antisemita' y que Berlín no debería convertirse en 'el centro de la glorificación del terrorismo'. 
 En Alemania están prohibidas las movilizaciones contra Israel, todo aquel que se manifieste contra el genocidio de los palestinos en Alemania es denunciado como antisemita. Se detiene a los manifestantes, se censuran arbitrariamente las consignas. Se cancelan las invitaciones a artistas, se despide a académicos como a Nancy Fraser y se expulsa a estudiantes de las universidades. La mayoría de ellos son judíos, ya que son de los pocos que se animan a desafiar al macartismo prosionista. Sin embargo, la resistencia crece. Según una encuesta, el 69 por ciento de la población alemana rechaza la ofensiva militar de Israel en la Franja de Gaza. 
 La condena histórica al Holocausto es utilizada para equiparar el antisionismo al antisemitismo en una maniobra pérfida que utiliza a las víctimas de un genocidio, el perpetrado por los nazis, para encubrir y promover otro, perpetrado por el sionismo, hoy día. Y el argumento es doblemente pérfido cuando, en Alemania, los partidos de extrema derecha realizan sus mítines libremente pregonando el odio por los inmigrantes, mientras, hacía afuera, el gobierno sigue financiando a los nazis ucranianos, quienes no tienen reparos en mostrar sus esvásticas en su guerra contra Rusia.
 Esta operación, que en Alemania puede llegar más lejos debido a su responsabilidad en el Holocausto, se lleva a cabo en muchos países con diferentes niveles de éxito. Se trata de una operación impulsada por la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA) con el objetivo de lograr un velo de impunidad sobre las violaciones sistemáticas realizadas por Israel al derecho internacional. En Argentina lograron que la Legislatura portera y la Legislatura de Entre Ríos asumieran la definición de "Antisemitismo" de la Alianza, la cual incluye cualquier denuncia contra el Estado de Israel. 

 Alemania es responsable 

A pesar de su retórica antigenocida, el gobierno alemán no puede escapar de las nuevas acusaciones que le caben en la materia. El 8 y 9 de abril, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya celebró las audiencias sobre el caso presentado por Nicaragua acusando al Gobierno alemán de violar la Convención sobre Genocidio de Naciones Unidas y otros tratados internacionales de los que Alemania es signataria. 
 Según la demanda, Alemania no ha hecho nada para evitar el genocidio en Gaza. En cambio, ha suministrado ayuda a Israel, incluyendo equipo militar, que se ha empleado en perpetrarlo. Se ha rehusado a procesar o castigar a personas que han cometido crímenes graves contra el derecho internacional, y en una violación aún mayor de sus obligaciones bajo el derecho internacional humanitario, ha dejado de apoyar financieramente a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, en inglés). 
 Según un nuevo estudio de la agencia de investigación Forensis, Alemania es el segundo proveedor de armas de Israel, por detrás de Estados Unidos. En los últimos cinco años, ha representado el 30 por ciento de todas las importaciones de armas israelíes, y el año pasado incluso el 47 por ciento.
 La venta de armas a Israel aumentó al mismo ritmo que la escalada en Gaza, aun cuando las Naciones Unidas ya se habían pronunciado por un alto al fuego. 
 Alemania también es el segundo vendedor de armas a los nazis ucranianos y les envió dos batallones de apoyo. 
 Si bien las sentencias de la CIJ son vinculantes para Alemania, el tribunal no tiene medios para hacerlas cumplir, e Israel ha dado varias pruebas de que el derecho internacional no es igual para todos. 
 Ni a los gobiernos de Alemania ni de Israel les importa el bienestar de los judíos, como lo demuestran los judíos antisionistas que son reprimidos en ambos países en nombre de la lucha contra el antisemitismo. De lo único que se trata, es de lograr algún acompañamiento de la opinión pública mundial para reprimir la reacción popular mientras se pertrecha al imperialismo para una guerra de escala mundial. 

 Luciana Diaz 
 16/04/2024

lunes, 15 de abril de 2024

Ucrania: las novedades en el frente militar


“Si necesitas 8.000 disparos al día para proteger la línea del frente, y sólo tienes, por ejemplo, 2.000, tendrás que hacerlo menos. ¿Cómo? Retirándote, por supuesto. Acortar la línea del frente. Si el frente se abre paso, los rusos podrán entrar en las grandes ciudades”, afirma Volodomir Zelensky, el presidente ucraniano (Washington Post, 29/3).
 ¿Cómo es que Zelensky, el mismo que hace pocos meses declaró que Ucrania solo tuvo 31 mil bajas, el que dijo por tanto foro internacional que Rusia estaba liquidada, ahora declara sobre la inminente retirada de ucraniana? Veamos.
 La caída de Adviivka fue un baño de sangre. Las tropas ucranianas, abrumadas por la aviación y artillerías rusas, comenzaron una desbandada, desacatando las órdenes del mando de luchar por la ciudad. Solo después que la desbandada desordenada adquirió volumen, el mando ucraniano anunció cínicamente una retirada táctica, “para proteger” a sus tropas. 
 Atrás quedaron los heridos y varios grupos ucranianos que perdieron la comunicación con el mando de la zona. Tras las líneas rusas, también quedó mucho equipo táctico y pesado provisto por la Otan. La tercera brigada de asalto del regimiento nazi Azov, que solo tuvo intervención por pocos días, no paró de publicar epitafios en sus redes sociales. Los que huyeron, tuvieron que hacerlo por una corta brecha que se encontraba no ya cubierta por la artillería, sino bajo control visual de las tropas rusas. 
 Los medios otanistas dicen que Rusia perdió 17 mil tropas en Adviivka, mientras que reconocen que la tasa de reposición mensual de reclutas que Rusia envía al frente es de 30 mil. Más allá de la tasa de reposición positiva, no pareciera posible que Rusia haya perdido tanto personal, puesto que, como informamos, mientras que el bombardeo se condice con un ataque a gran escala, la introducción de tropas se hace con pequeñas unidades. 
 Ya hemos señalado la importancia relativa que tiene Adviivka para aliviar los bombardeos sobre Donetzk, así como también la importante fortificación que suponía desde 2014. Sin embargo, lo central a tener en cuenta no es la recuperación de Adviivka en sí, sino el cómo se obtuvo: por una masividad de bombardeos aéreos, combinado con un gran uso de artillería contra las posiciones fortificadas, y con drones de contrabatería contra la defensa antiaérea, los radares y las torres de artillería. 
 A lo largo de todo el frente, Rusia ha logrado despachar más de 150 ataques diarios con bombas de planeación FAB, guiadas por GPS satelital, que se arrojan con alta precisión a una distancia considerable de la línea de contacto, lo cual protege a los aviones de las defensas antiaéreas. Los aviones multipropósito SU-34 y SU-35, tienen la capacidad de cargar 4 bombas de 250kg, 2 de 500kg o 1 devastadora de 1500km. Para peor, se observa una estandarización y producción masiva de las bombas de 1500kg y desde febrero se comenzaron a producir las FAB-3000. 
 Según Forbes (4/3), los cazas Su-34 y Su-35 de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas realizan cien o más salidas al día, atacando posiciones ucranianas con bombas FAB guiadas por satélite. “En los últimos días, la Fuerza Aérea de Ucrania comenzó a utilizar bombas guiadas French Hammer a una distancia de hasta 40 millas. Pero 50 bombas francesas al mes es muy poco en comparación con los miles de KAB que los rusos pueden lanzar mensualmente. Kiev tiene una esperanza: la ayuda de Estados Unidos”. 
 La respuesta de Syrsky (nuevo jefe de las fuerzas armadas) y Zelensky ante el dilema aéreo presentado por los rusos fue la de acercar los sistemas de defensa antiaérea a la línea de contacto. El resultado fue que Rusia se cargó sistemas Patriot, Nasams, S-300 y otros, lo cual redunda en un mayor dominio aéreo. 
 Asimismo, para frenar el avance ruso post Adviivka, Syrsky está moviendo a las reservas apostadas en el norte de Chernigov y en la frontera con Bielorrusia. De ese modo, ha logrado tapar agujeros con infantería en la zona. Sin embargo, de momento, no ha logrado una estabilización en la dirección de Adviivka, sino que solo ha conseguido relentizar un poco el avance ruso infringiéndole bajas. 
 También, acercaron baterías Hymars a la línea de contacto, tras lo cual, los rusos se han cargado también algunos de estos complejos de misiles. Y los ucranianos, al mismo tiempo, sacaron a relucir los tanques Abrams contra la orden de EEUU de resguardarlos. La consecuencia es que ya hay confirmación visual de la destrucción de 6 de los 31 enviados. 
 Claramente, es por esto que en el artículo anterior contamos que a Sirsky sus tropas lo llaman “el carnicero”. No por las bajas que infringe a sus adversarios, sino a sus propias tropas saturando el terreno con infantería en combates de desgaste, con una “defensa activa” que no conviene en nada a Ucrania. 
 Así, más allá que en las últimas semanas se registra una recuperación ucraniana en los suministros de munición de artillería, la diferencia de la producción rusa respecto de la del conjunto de la Otan, todavía marca una diferencia sustancial en el teatro de operaciones a favor de Rusia. Más aún, la diferencia se ensancha si le tomamos en consideración las rondas de artillería que Rusia consigue de Corea del Norte e Irán.
 En cierta forma, esta circunstancia de combate (donde se manifiesta una brutal campaña de bombardeos tácticos que eliminan posición por posición, pero también bombardeos estratégicos que están devastando el sistema energético y la infraestructura), deja en un segundo plano a lo que ocurra con las tropas en tierra y a la situación del Mar Negro, donde está planteada una crisis a mediano plazo para Rusia.
 Los comandantes ucranianos dijeron a Der Spiegel (12/3) que las Fuerzas Armadas de Ucrania no durarán mucho. “La mayoría está de acuerdo: debido a la falta de suministros, casi todas las unidades se ven obligadas a ahorrar munición”. 
 El medio alemán agrega que algunas tropas ahora pueden mantener sus posiciones, pero “sólo hasta que el ejército ruso ataque con toda su fuerza”. Si los ataques se intensifican, debido a la grave escasez de personal, armas y municiones, no podrán detenerse por mucho tiempo. Entonces, las unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania tendrían que retirarse; “sin embargo, las posiciones para la retirada tampoco están bien desarrolladas”. 
 Para colmo, Ucrania no solo dilapida su equipo y sus tropas en contraataques inconducentes en la dirección de Donetzk, sino que, además, como citamos en el artículo que comentamos el nombramiento de Sirsky, su designación traería aparejada nuevos “ataques irreflexivos”.
 En ese sentido, en la previa de las elecciones rusas, las fuerzas especiales de Ucrania (GRU) y la llamada legión “Rusia Libre” intentaron por varios días invadir Kursk y Belgorod. Fue otro baño de sangre. Los rusos tenían una amplia superioridad de tropas y de aviación en la zona. Los helicópteros K-52, apoyados por drones de reconocimiento, salieron de caza en el zoológico. 
 La campaña de ataques contra Belgorod, que sugestivamente se dio concomitantemente con el ataque terrorista en Crocus City Hall, solo logró la eliminación efectiva de las tropas ucranianas en la frontera y que los ataques de la aviación rusa se distrajeran un poco de la línea de contacto del frente.
 Pasada la incidencia de Belgorod, la situación del frente no cambia en nada en favor de Ucrania. Por el contrario, “los próximos cinco o seis meses podrían ser críticos”, dice Konrad Muzyka, analista de Rochan Consulting y autor del sitio web Ukraine Conflict Monitor. Las prioridades para Ucrania, según Michael Kofman del Carnegie Endowment for International Peace, son “mano de obra, fortificaciones y municiones” (The Economist, 25/3) 
 Así las cosas, con la posibilidad cierta de un colapso ucraniano, es comprensible la crisis al interior de la Otan, con Francia a la cabeza, respecto al envío de tropas a la misma Ucrania. 
 Al terminar estas líneas, los reportes indican que Rusia rompió ciertas líneas defensivas ucranianas en Liman, Adviivka y Chasiv Yar (ciudad que, de caer, abre las puertas a Kramatorsk y Sloviansk). Habrá que ver qué ocurre de aquí al verano, cuando se espera una ofensiva rusa en regla.

 Facundo Miño

Retroceso ucraniano y escalada de la Otan con Rusia


La posibilidad, más que cierta, de un colapso del ejército ucraniano, disparó una crisis al interior de la Otan. Las consecuencias internacionales de la derrota de la contraofensiva ucraniana, todavía se hacen sentir. Es que lo invertido y lo perdido por la alianza atlántica, en materia de equipo y suministros, fue mucho. Ucrania, claro está, puso la carne de cañón y ahora falta críticamente el personal. 
 Es en este cuadro que surge la iniciativa del presidente galo, Emmanuel Macron, respecto del envío de tropas francesas a Ucrania. El plan, según medios de ese país, es que los galos envíen un contingente de 2 mil tropas de fuerzas especiales, sea para cubrir la frontera de Ucrania y Bielorrusia y liberar así a reservas ucranianas para luchar en el este, o bien para apostarse en la margen occidental del Dnieper.
 Macron, además, declaró que sus líneas rojas eran Odessa y Kiev. Resulta entendible pero llamativo, porque si bien es cierto que Rusia se está imponiendo en la línea del frente, también lo es que las tropas de Putin están muy lejos aún de esas ciudades. 
 Pero el presidente francés también prometió el envío de tropas francesas a Moldavia. Ya hemos referido en la revista En Defensa del Marxismo, en un artículo de balance de dos años de guerra, sobre la penetración de la Otan en Moldavia y cómo se viene procesando una política de cerco sobre la región prorrusa de Transnistria y la autonomía, también prorrusa, de Gagauzia. La cuestión es que Rusia no necesita invadir Moldavia, pues conquistando Odessa directamente tendría frontera inmediata con Transnistria, lo cual a su vez le daría acceso al arsenal de munición de artillería más grande de la época soviética.
 Detrás de Macron y la posibilidad del envío de tropas, se apuntan Inglaterra, Polonia, República Checa y los Estados bálticos. Sin embargo, “su controvertido comentario sobre las tropas en el terreno obtuvo una recriminación instantánea y muy pública del canciller alemán Olaf Scholz y enfureció a los funcionarios estadounidenses que en privado dicen que tal medida podría incluso correr el riesgo de fomentar un enfrentamiento con Moscú, según un alto funcionario familiarizado con las discusiones entre los aliados” (Bloomberg, 27/3). 
 Incluso, recientemente, el Bundestag se pronunció por amplia mayoría respecto a que el envío de tropas francesas a Ucrania sería un acto individual de Francia, que no daría razones para la invocación de la defensa colectiva del artículo 5 del tratado de la Otan. Esto no quiere decir que Alemania no se prepara la guerra; por el contrario, ha resuelto una reforma integral de su ejército y evalúa la reinstauración del servicio militar obligatorio. Rusia ha respondido por distintos medios que la introducción de tropas de la Otan en Ucrania implica un causus belis para Rusia, por lo que dichas unidades francesas serían un objetivo militar legítimo. 
 Es claro que la Otan ya tiene tropas en Ucrania. La conversación de generales de la fuerza aérea de Alemania, obtenida por los servicios secretos de Putin, no solo da cuenta de la implicación directa de la alianza atlántica en las operaciones, principalmente para el manejo de sistemas de armas complejos, sino también que allí se dijo explícitamente que Francia e Inglaterra tienen personal para garantizar el funcionamiento de los misiles Storm Shadow/Scarlp (mismo misil, que cambia de nombre según se produzca en Inglaterra o Francia). 
 En ese orden, es claro que Ucrania no podría realizar un céntimo de sus operaciones sin la designación de objetivos obtenidos por los satélites de la Otan. Las operaciones contra la flota del Mar Negro, o los ataques a las refinerías del oeste ruso, serían imposibles sin la logística y la inteligencia de Estados Unidos. 
 La defensa antiaérea ucraniana, hoy muy menguada por los bombardeos rusos y la falta de provisión de munición, no podría actuar sin los operadores de los países de la Otan que envían los sistemas y sin los aviones de reconocimiento temprano que operan desde Rumania buscando a la aviación y los misiles rusos en el espacio aéreo ucraniano. 
 Sin embargo, el envío de tropas regulares, adjuntas al ejército ucraniano, significaría una escalada cualitativamente superior. Porque si bien un contingente de 2.000 tropas no tiene perspectiva ni capacidad de combate en el frente ucraniano, lo cierto es que su eventual eliminación también podría ser tomado por la Otan como un causus belis para escalar las hostilidades. 
 La perspectiva de la guerra mundial, y por lo tanto su escalada en un conflicto nuclear, es lo que genera contradicciones al interior del campo de la Otan y las presiones de algunos Estados hacia Ucrania para que capitule o abra una negociación con Moscú. 
 La falta de una dirección clara para la Otan claramente se traslada a las elecciones que se realizarán este año para el Parlamento Europeo, así como, claro está, en relación a las elecciones presidenciales de Estados Unidos de noviembre. Es claro, también, que la disputa electoral está delimitada en parte por las posiciones que hay en torno a la guerra. 
 Habrá que ver, además, si finalmente el partido republicano afloja algo del paquete de ayuda a Ucrania ya votado en el Senado de mayoría Demócrata. Hay indicios de que ello podría ocurrir en el marco de las sesiones de la Cámara de Representantes. En ese caso, dependiendo del tiempo que tome el suministro, Ucrania podría aguantar un tiempo más. 
 Es necesario que la clase obrera intervenga en rechazo de esta guerra imperialista reaccionaria. El enemigo está en el propio país. Guerra a la guerra. Por gobiernos de trabajadores y la confraternización de los pueblos. 

 Facundo Miño

domingo, 14 de abril de 2024

Tres vías para derrotar a la Revolución cubana y no son YouTube, Facebook y WatsApp


El ataque de Irán y la escalada sionista-imperialista


Milei quiere alinear a la Argentina junto a Israel y Estados Unidos en una guerra contra el pueblo palestino y los países de Medio Oriente. 

 El ataque de Irán a Israel, según las noticias que se están conociendo, consistió en el lanzamiento de unos 300 proyectiles, la mayoría de los cuales fue lanzada desde territorio iraní, a más de 1.700 kilómetros de su destino, y en menor medida provenientes de Yemen y El Líbano. En total, alrededor de 170 drones, más de 30 misiles de crucero y más de 120 misiles balísticos. La acción iraní nace como represalia por el bombardeo a la embajada iraní en Siria, donde murieron dos generales del ejército islámico, otros nueve funcionarios, algunos de alto rango, y quedó derrumbado en forma completa el anexo del edificio.
 La inmensa mayoría de los proyectiles fue interceptada por Israel que, como es sabido, dispone de un moderno y sofisticado dispositivo de defensa antimisiles. Importa señalar que en ese operativo tuvo una intervención activa y destacada Estados Unidos: funcionarios norteamericanos dijeron que más de 70 drones y tres misiles balísticos fueron interceptados por barcos y aviones militares de la Armada estadounidense. “Para apoyar la defensa de Israel, el ejército estadounidense trasladó aviones y destructores de defensa contra misiles balísticos a la región durante el transcurso de la semana pasada”, dijo el presidente estadounidense en un comunicado. Gracias a estos despliegues y “a la extraordinaria habilidad de nuestros militares, ayudamos a Israel a derribar casi todos los drones y misiles entrantes”, dijo Biden. Israel viene apuntalando una variedad de sistemas para bloquear ataques de todo tipo, desde misiles balísticos con trayectorias que los llevan por encima de la atmósfera hasta misiles de crucero y cohetes que vuelan a baja altura. 
 La respuesta iraní fue pensada para no romper las negociaciones con el imperialismo, al amparo de China y Rusia. Usaron armas que Israel y Estados Unidos podían neutralizar y rápidamente dieron por terminada la respuesta militar en un comunicado presentado en la ONU. 
 Hay una campaña mediática internacional pérfida y hasta por momentos histérica haciendo hincapié sobre la “amenaza iraní”. Lo cierto es que el ataque por parte de Israel a la embajada iraní en Siria no es una agresión más. Una embajada, en el marco del derecho internacional, es considerada parte del territorio de un país, de modo tal que equivale a atacar directamente al país. Esto representa una provocación de marca mayor que llevaba, a sabiendas por parte del régimen sionista, a un salto en la escala del conflicto. Irán no tenía otra opción que responder. Reivindicamos el derecho legítimo de Irán a defenderse del ataque y de la escalada del sionismo y del imperialismo. Quedarse de brazos cruzados hubiera sido una señal de vulnerabilidad extrema y una invitación a Tel Aviv a su subir la apuesta y preparar agresiones superiores. 
 El carácter de una provocación por parte de Israel queda más a la vista si tenemos en cuenta que Teherán venía haciendo esfuerzos por no involucrarse directamente en el conflicto en Gaza. Hezbolá, alineado con Irán, se negó a abrir un segundo frente de hostilidades en el sur del Líbano, lindero con la frontera norte de Israel, como esperaba la resistencia palestina. Los hutíes, que se manejan con autonomía y distan de ser una sucursal de Irán, venían sufriendo presiones del régimen de los ayatolás para dar marcha atrás en sus ataques contra navíos en el Mar Rojo, en solidaridad con la lucha palestina. No olvidemos además que la teocracia iraní venía de un acercamiento con Arabia Saudita y el mundo árabe, auspiciada por China, y no está en su radar embarcarse en una aventura bélica, con final imprevisible, con más razón cuando la estabilidad de régimen está minada, atravesado por una severa crisis económica y un descontento creciente en la población. La persecución del régimen ejercida contra las mujeres ha terminado disparando el malestar social reinante, abriendo paso a un escenario creciente de huelgas y movilización popular. 
 La Casa Blanca ha declarado que desconocía el ataque a la embajada iraní en Siria, que no habría sido consultado por Tel Aviv previamente, lo cual parece bastante raro pero, con independencia de ello, lo que sí es cierto es que no lo condenó y, lo más importante, el alineamiento férreo e incondicional de Washington con Netanyahu a la hora de enfrentar a Irán. Por supuesto, este incidente con Irán le viene como anillo al dedo tanto al gobierno israelí como al gobierno de Biden como pantalla distraccionista para procurar sacar la mirada central de la opinión pública sobre lo que ocurre en Gaza, en momentos en que entramos en un fase crucial y dramática del conflicto. Lo que está en discusión es el ingreso de las fuerzas israelíes en la localidad de Rafah, ubicada en el extremo sur de la Franja. De ocurrir eso, conduciría a un exterminio superior a lo visto en estos seis meses, teniendo en cuenta que ha quedado como el último reducto para refugiarse por parte de la población gazatí que se ha visto obligada a abandonar sus hogares en el resto del territorio. Hay cabildeos y febriles negociaciones, de acuerdo a trascendidos, entre Estados Unidos e Israel sobre el alcance de la ofensiva. El salto en el enfrentamiento con Irán provocado por el sionismo es funcional al interés de Netanyahu que pretende forzar a Washington a ir a fondo en este operativo. 
 Pero es necesario no olvidar que los seis meses de conflicto en Gaza están haciendo su trabajo de topo y están dejando sus marcas. El gobierno de Biden, que está a los tumbos por diversos factores, viene sufriendo un desprestigio entre la población árabe, musulmana y progresista por su apoyo y complicidad con el genocidio palestino, que puede terminar provocándole la pérdida del voto de ese sector del electorado y costarle la reelección. 
 Netanyahu viene soportando, a su turno un deterioro en su propio país, que ya había estallado antes del conflicto. Esto se ha amplificado a medida que pasan los meses y no hay una solución a la vista en lo que se refiere a la liberación de los rehenes. La voces y manifestaciones a favor de la renuncia de Netanyahu son cada vez más numerosas y, por primera vez, el ministro de Defensa y principal cabeza de la oposición, que integra el gobierno de unidad nacional formado luego del 7 de octubre pasado, ha reclamado una convocatoria a elecciones anticipadas, que apuntaría a desplazar al actual primer ministro y que contaría con el guiño de Estados Unidos. Netanyahu, que promovió la escalada para sostenerse ante las manifestaciones de masas reclamando su renuncia y elecciones, ha prohibido ahora que se reúnan más de 1.000 personas en todo Israel y muchas menos en algunas zonas, imponiendo un virtual estado de sitio con la excusa del peligro de los ataques iraníes. 
 Como se ve las aguas están agitadas, de modo tal que esta provocación contra Irán puede terminar siendo un búmeran, que es el temor que anida en los círculos occidentales. Lo cierto es que la respuesta iraní ha despertado el entusiasmo de los palestinos en Cisjordania que la perciben como un viento de aire fresco en medio de una lucha aislada que vienen llevando adelante. Por lo pronto, las muestras de simpatía con la causa palestina en las propias metrópolis imperialistas crecen del mismo modo que en los países árabes, en contraste con sus Estados, en primer lugar Arabia Saudita y Egipto, que mantiene una política cómplice con el sionismo y el imperialismo. Habrá que ver cuál es la represalia que va a tomar el régimen sionista luego de este ataque iraní. La perspectiva de una regionalización del conflicto en Medio Oriente está más cercana y, por lo tanto, de un salto en la desestabilización del orden imperialista, y al calor de ello de las tendencias belicistas y de grandes conmociones políticas, por un lado, y de las tendencias a las rebeliones populares, por el otro. 
 Milei decidió interrumpir su gira por el exterior y regresar al país para ponerse al frente de un “comité de crisis”. Toda esta sobreactuación del presidente revela que quiere alinear a la Argentina junto a Israel y Estados Unidos en una guerra contra el pueblo palestino y los países de Medio Oriente. En el comunicado de la presidencia de la Nación, emitido horas después de conocida la acción iraní, este propósito se hace explícito. Se argumenta para ello que Israel es la “defensora de los valores de Occidente” en un abierto sostenimiento de la limpieza étnica que el sionismo ha provocado y sigue provocando con, además del desalojo de millones de palestinos de su tierra, un verdadero genocidio. La mención al fallo de la Cámara de Casación, sobre el atentado a la Amia en 1994, que responsabiliza enteramente a Hezbolá por el mismo -rechazando las múltiples pruebas de la “pista local” y el papel de los servicios secretos, incluido el israelí- coloca a nuestro país en el escenario de la guerra, como peón de Israel y el imperialismo. 
 En este contexto, aumentan los desafíos de los trabajadores y de las organizaciones combativas y de la izquierda. Redoblemos la movilización internacional por la causa palestina y contra la escalada sionista e imperialista. 

 Pablo Heller

sábado, 13 de abril de 2024

Meloni: duplica la apuesta o abandona


El gobierno ha definido su proyecto de reforma institucional como la "madre de todas las reformas". En la modificación de la Constitución, que vacía los poderes del Presidente de la República y desconecta la elección del Primer Ministro del Parlamento, Meloni ve la posibilidad de estabilizar su propio gobierno para iniciar, sucesivamente, las reformas que Confindustria y la comisión europea están pidiendo. Nada nuevo bajo el sol: ya D'Alema con la “bicamerale”, Berlusconi con la "Devolución" y Renzi con el referéndum de 2016 apuntaban a fortalecer el ejecutivo en el sistema institucional italiano, para consolidar su propio partido y su propio gobierno del momento. Desde el ex "comunista" D'Alema hasta la ex "fascista" Giorgia, el objetivo de la clase dominante y de su clase política consiste en "garantizar la gobernabilidad": fortalecimiento del ejecutivo; distorsión de la representación, con premios a la mayoría y pisos electorales; fin del bicameralismo perfecto. La aprobación de la reforma debería pasar gracias el voto favorable de los dos tercios del parlamento, hecho imposible, o un referéndum cuyo el resultado es siempre mas incierto; la misma Meloni aclaró que si no pasa la reforma no se dimitiría.

 Un paso atrás

 La fragilidad política del gobierno se puede percibir incluso en los chistes del primer ministro: "estos 14 o 15 meses de gobierno... ni sé cuántos son ya, me parecen 15 años". 
 La coalición de centroderecha tiene demasiados gallos en el gallinero: Meloni y Salvini compiten por la misma base electoral. Para ello llevan a cabo una guerrilla permanente sobre las medidas del gobierno, sobre la división de cargos en el sector público y nombramientos en las empresas estatales. Esta dinámica adquiere un alcance internacional en la medida en que Salvini (y mientras Berlusconi estaba vivo Forza Italia) critica el papel de la UE en Ucrania y aspira a un acuerdo con Putin.
 Las contradicciones políticas entre partidos de gobierno están ligadas a las contradicciones entre el gobierno y su base social; y más en general los votantes de centroderecha. Fratelli d’Italia recibió siete millones de votos por ser el "nuevo que nunca había gobernado en los últimos 15 años", ergo no tenía ninguna responsabilidad con la austeridad capitalista y la creciente pobreza entre las filas del proletariado; este partido "populista" en el último tramo de la campaña electoral hizo un voto de "responsabilidad" y declaró que el papel de Italia en la OTAN y en la Unión Europea no cambiaría, cueste lo que cueste. El precio de mantener la estructura político-económica de Monti y Draghi - dos funcionarios del sistema bancario europeo, sostenidos por gobiernos de unidad nacional - consiste en la pérdida de millones de votos, como les ocurrió al PD, a los 5 Estrellas y a la Liga en las últimas elecciones. 
 El proyecto de autonomía diferenciada y de abolición del “ingreso de ciudadania” (reddito di cittadinanza) corta las piernas al centro-derecha en el sur de Italia, y los últimos años de administraciones del sur, lideradas por el centro-izquierda, han consolidado una relación entre los punteros del PD y la mafia (con su capacidad de comprar votos entre el subproletariado urbano). Mantener la reforma Fornero socava el vínculo electoral entre la Liga y un importante sector del trabajo asalariado; la misma dinámica se manifiesta entre la pequeño burguesía y la promesa incumplida de una flat tax. La reciente "revuelta de los tractores", en nombre de mayores subsidios y privilegios para el pequeño capital agrícola, ha creado una brecha entre ellos y el centroderecha por su apoyo a las cuestionadas medidas europeas. 
 La propia gran burguesía está dividida sobre si apoyar o no el proyecto político-institucional del gobierno: por un lado, aspira desde hace tiempo a una reforma "presidencialista" de la Constitución, por otro, cree que en esta coyuntura permite la afirmación de partidos demagógicos, y no de su propia emanación y control directo. En el pasado, el papel actual del Presidente de la República ha permitido maniobrar crisis políticas resultantes de parvenu como Berlusconi y Salvini, y sus ambiciones electorales incompatibles con la agenda de la burguesía y la UE. 

 Un paso adelante 

El marco de fragilidad del gobierno ha generado un inmovilismo sustancial, salvo pequeñas medidas "expansivas" en el lado fiscal. Meloni ha cultivado un vivero de pequeños subsidios a empresas y familias para hacer frente a la inflación y los altos precios de la energía; todo gracias al apoyo del BCE a la deuda italiana y a la menor rigidez de la Comisión Europea en las finanzas públicas tras la crisis del Covid. La única excepción fue la supresión del ingreso de ciudadania, solicitada a gran voz por las empresas.
 El gobierno puede permitirse este estancamiento político-legislativo debido a un relativo "veranito" económico. De 2019 a 2022, Italia tuvo un mayor crecimiento económico que Alemania y Francia: 1% de crecimiento frente a 0,6 y 0,8; apoyado por el crecimiento de las inversiones y las exportaciones: 3,8 y 5,5%. En el bienio 2022/23, el crecimiento italiano superó más claramente a la economía alemana con un crecimiento del 3,7 y el 0,7%, frente al 1,8 y el meno 0,3% alemán. El análisis meramente cuantitativo distorsiona la realidad económica que surge de un análisis cualitativo de la economía italiana. 
 Los salarios reales en Italia han caído un 7% en los últimos dos años (después de 30 años de estancamiento). A pesar de esto, el consumo creció un 4% gracias a los ingresos del gobierno y los subsidios a la construcción, así como al crecimiento de la inversión. Según la Universidad Católica de Milán, el crecimiento de las inversiones se vio favorecido, sin embargo, por "el buen comportamiento de las inversiones en la construcción, donde influyeron los créditos edilicios, y quizás por una mayor inversión pública inicial en la aplicación del PNRR", es decir, por la deuda pública. La relación entre esto y el PIB creció un 10,7% frente a una media europea del 7,5. En esencia, las empresas se han beneficiado de menores costes laborales y, por tanto, de una mayor rentabilidad de las inversiones, evitando al mismo tiempo una depresión del mercado interior a través del endeudamiento estatal. El futuro será difícil: las exportaciones se verán lastradas por la crisis de la industria alemana (hija de la crisis del gas ruso y de las dificultades económico-comerciales con China [1] ); para la industria italiana significa una reducción del comercio con la principal fuente de pedidos. Al mismo tiempo, la inflación ha provocado un aumento de 20 mil millones en el coste de la deuda anual: un aumento de la crisis económica conduciría a una política de mayor austeridad fiscal y, por tanto, al fin del crédito estatal al consumo. Una depresión económica es bastante probable: los propios economistas burgueses consideran ese crecimiento económico "una coyuntura". 
 En este contexto, los intelectuales de la burguesía exigen ruidosamente, a través de editoriales en el Corriere Della Sera y en Il Sole 24 Ore, el inicio de nuevas privatizaciones y liberalizaciones económicas, a las que hay que añadir una reducción de los impuestos al trabajo y la abolición de los contratos nacionales de trabajo; esto conduciría a un posible conflicto con el movimiento obrero y con la base social del gobierno: la pequeña burguesía que se beneficia de los subsidios estatales y la evasión fiscal. 

 Conclusiones

El gobierno de Meloni es un gobierno que carece de cohesión política y no goza del apoyo directo de la clase burguesa: que prefirió abiertamente un nuevo gobierno de unidad nacional con Draghi a la cabeza. Las próximas elecciones europeas podrían convertirse en una fuente de crisis: un mal resultado de la Liga podría alimentar la destitución de Salvini como líder del partido, a manos de administradores locales más vinculados a las medianas empresas, que rechazan el soberanismo al estilo de Le Pen; Salvini podría responder con la escisión del partido y el regreso a una oposición parlamentaria en nombre de " primero los italianos " (con la esperanza de un revival del 2018-19). a burguesía puede permitirse tal debilidad política, tal lujo, ya que el movimiento obrero atraviesa una crisis de diez años y aún no ha encontrado una salida a este reflujo de la lucha de clases. A diferencia de Alemania y el Reino Unido, donde la inflación ha impulsado una ola de huelgas sin precedentes en las últimas décadas, en Italia la vanguardia en los lugares de trabajo aún no ha logrado canalizar el descontento de los trabajadores por los bajos salarios y la precariedad de los jóvenes. Michele Amura 13/04/2024 Notas 1- Unicatt: Según el Fondo Monetario Internacional, en los dos primeros meses de 2023 las exportaciones alemanas a China se contrajeron 11,2 puntos porcentuales en comparación con el mismo período del año pasado.

Michele Amura
13/04/2024

Israel amplía las provocaciones contra Irán


Desde el inicio de la invasión sionista a la Franja de Gaza, Israel intensificó sus ataques contra los aliados de Teherán en El Líbano y Siria. La política de agresiones tuvo un salto cualitativo a principios de abril, cuando por lo menos 13 personas murieron en los ataques aéreos contra el consulado iraní en Damasco, capital de Siria, entre ellas siete altos mandos de la Guardia Revolucionaria iraní. Aunque Israel no se adjudicó el atentado terrorista, cuatro funcionarios sionistas confirmaron off the record esa autoría al The New York Times.
 "El ataque contra un edificio del consulado iraní no tiene precedentes. Tras una larga guerra en la sombra con Irán, Israel parece haber cambiado de estrategia", opinó Arash Azizi, experto en Oriente Próximo y profesor de la Universidad de Clemson, Carolina del Sur. Azizi especuló que los iranies darían “una respuesta moderada” para no ofrecer una excusa a una intervención de Estados Unidos, que permitiera que la invasión a Gaza escalara a guerra regional. 
 No obstante, los iraníes prometieron que no dejarían pasar la agresión y responsabilizaron a Estados Unidos y a Occidente por no “frenar” al régimen de Benjamin Netanhayu. “Quienes ayudan al régimen sionista están contribuyendo a provocar su propia destrucción”, apuntó el guía supremo iraní, el ayatola Alí Jamenei. El miércoles 10, Jamenei volvió a amenazar: "El malvado régimen cometió un error en este sentido. Debe ser castigado y será castigado". 
 Fuentes de la inteligencia norteamericana consideran que la respuesta de Irán será “inminente”. Y aunque en un principio los Estados Unidos tomaron distancia del ataque en Damasco, el presidente Joe Biden reiteró este miércoles que el apoyo de su gobierno a Tel Aviv es “férreo e inquebrantable. Haremos cuanto podamos para proteger la seguridad de Israel", agregó. De hecho, el máximo comandante estadounidense para Medio Oriente, el general Erik Kurilla, se encuentra en Israel para evaluar “las amenazas a la seguridad con oficiales militares”, según anunció el Pentágono. 
 El ejército sionista está en un nivel de alerta alta: anuló los permisos para todas las tropas de combate, llamó a filas a reservistas de la Fuerza Aérea y reforzó las defensas antimisiles (El País, 4/4). La población israelí agotó las existencias de generadores de electricidad, comida y coca cola en previsión de un ataque. Algunas líneas aéreas europeas suspendieron sus vuelos a Israel en tanto Estados Unidos instruyó al personal diplomático a no moverse de Tel Aviv o Jerusalén.
 Después de 6 meses, el régimen de Netanhayu asesinó a más de 33.000 palestinos -la mitad niños-, sumió en la hambruna a 2 millones de personas y destruyó prácticamente toda la infraestructura y el 60 % de las viviendas de la Franja de Gaza. Pero no ha logrado ninguno de los propósitos que dijo perseguir: aniquilar a la resistencia palestina, matar a sus jefes en la Franja y recuperar a los rehenes israelíes a los que, como reprochan airadamente los familiares, dejó librados a su suerte. 
 El ataque al consulado en Damasco se enmarca en el propósito de por lo menos una fracción del sionismo de llevar hasta sus últimos extremos la limpieza étnica, expulsar a los palestinos de Gaza y Cisjordania, y extender el conflicto más allá de las fronteras obligando a una intervención militar directa de Estados Unidos y sus aliados.
 Muchos alertan sobre el destino incierto de esa aventura. Experto en asuntos militares israelíes, el general en la reserva Yitzhak Brick ha escrito en el periódico Maariv que “Israel ha perdido la guerra con Hamás; Netanyahu está haciendo retroceder la ocupación israelí y conducirá a su colapso total”, afirma. 
 Brick sostiene que, si el ejército no logra devolver a algunos cautivos con vida, esta guerra se perfilará “como el peor fracaso en las guerras de Israel desde su fundación (…) Necesitamos hacer una pausa, regresar a los secuestrados y preparar al ejército para la guerra regional a gran escala (15/3).
 Otro factor que alarma al imperialismo es el costo político de la masacre en Gaza, que ha corroído la adhesión a “la única democracia de Medio Oriente” desenmascarando a los ojos de millones el carácter históricamente genocida de la ocupación de Palestina. 
 En un año electoral, Biden teme que la oposición de los votantes demócratas a su apoyo incondicional al sionismo le reste en las urnas “mucho más que los votos universitarios”. En el Partido Demócrata se comparte la inquietud. A mediados de marzo, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, hasta ayer una de las cabezas del lobby sionista, pidió que se convoquen nuevas elecciones en Israel y acusó a Netanyahu de priorizar su "supervivencia política" por encima de la de su país. Schumer, que es el funcionario judío de más alto rango en Estados Unidos, dijo que Netanyahu había "perdido el rumbo". 
 Sus declaraciones, respondidas airadamente por el lobby sionista norteamericano, que lo acusó de traición, marcan una fuerte escalada de las críticas desde Estados Unidos hacia el gobierno de Netanyahu y expresan el temor de que, como dijo Schumer, “la cantidad de bajas civiles en la Franja” pueden no solo “distanciar a los aliados” sino que convertir a Israel en un "paria global”.

 Olga Cristóbal 
 12/04/2024

4 Meses de Milei


¿Ha muerto el socialismo?


jueves, 11 de abril de 2024

Estados Unidos-Japón-Filipinas: una reunión trilateral que amplía el militarismo


El primer ministro japonés y el presidente norteamericano 

El presidente norteamericano Joe Biden fue el anfitrión de un encuentro desarrollado este jueves 11 en Washington junto a los mandatarios de Japón, Fumio Kishida, y Ferdinand Marcos jr., de Filipinas, en el que se ratificaron acuerdos políticos y militares. Esta alianza forma parte del cerco que la Casa Blanca está tejiendo contra China y que completan Australia, Taiwán y Corea del Sur. 
 En las últimas semanas, se intensificaron las tensiones entre Manila y Beijing en el Mar de la China Meridional, eje de una disputa territorial a varias bandas entre naciones de la región.
 A fines de marzo, barcos chinos dispararon con un cañón de agua a un buque que se dirigía a una guarnición militar en el atolón Ayungin, ocupado por Filipinas. Según El País (11/4), en días recientes, barcos de guerra y aviones de Estados Unidos, Australia, Japón y Filipinas hicieron ejercicios conjuntos en las costas de este último país. 
 El cónclave que se desarrolló este jueves escenifica un espaldarazo a Ferdinand Marcos jr. en su litigio con el gigante asiático. Marcos, hijo del dictador que gobernó entre 1965 y 1986 (cuando fue derrocado por un levantamiento popular, conocido como la “revolución EDSA”), extendió, tras llegar al poder, un pacto con Washington, de 2014, que permite a los norteamericanos usar cinco bases militares en el archipiélago. 
 A diferencia de su antecesor en el cargo, Rodrigo Duterte, que cultivó lazos con Beijing, Marcos se alineó decididamente con la Casa Blanca, lo cual ha provocado la ruptura política entre ambos mandatarios, que fueron socios en las elecciones de 2022. Duterte acaba de amenazar, inclusive, con una secesión de la populosa isla de Mindanao, de la que es oriundo.
 La alianza con el sanguinario clan Marcos por parte del imperialismo es una nueva demostración de la impostura de su presunta preocupación por los derechos humanos. 
 En el caso de Japón, hace tiempo que viene desenvolviendo un plan de rearme. El fallecido Shinzo Abe inauguró una política que, en base a la reinterpretación de un artículo clave de la Constitución “pacifista” de posguerra, incrementó el presupuesto militar e involucró efectivos nipones en operaciones en el extranjero. En mayo de 2023, el gobierno de Kishida anunció públicamente que había entrado en tratativas con la Otan para abrir una oficina de enlace con la alianza atlántica en su territorio.
 Todos estos pactos militares demuestran que el imperialismo alienta las tendencias a la guerra en el Pacífico.

 Gustavo Montenegro