domingo, 29 de noviembre de 2020

sábado, 28 de noviembre de 2020

María se fue y sin el último trago


Sin la última copa, no dió... 
Será en otra ocasión. María es la hermana que no tuve, es la mujer que me abrió su corazón, su casa y una parte de su vida. 
Yo sabía de ella y ella de mi... Era la compañera de mi camarada, ese otro hermano que tránsito y transita conmigo. La compañera de Yamandu Palacios Pintos... 
Entre la rabia y la ternura recorrimos caminos, brindamos sin motivos y seguimos andando, ella siempre pudo... 
 María se fue y sin el último trago...queda en la cuenta. 
Te voy voy a echar de menos.
Ella era María o "la Pelu" y más que eso, era la rueda de auxilio Hasta hace unos días, médica de profesión, su diagnóstico certero siempre me salvo, le alcanzaba mirarme o escuchar la voz... 
 Ve tranquila, hiciste por tantos, tanto, tanto...la Policlínica de capitán Tula se queda vacía. 
Hasta siempre hermana del alma, de la vida, de las tragedias y alegrías Queda pendiente...el último trago... 

 Osbaldo Zuñiga

jueves, 26 de noviembre de 2020

El pueblo saharaui refuerza la lucha por su independencia


Marruecos rompe el cese al fuego decretado desde 1991.

 Con una protesta y un piquete sostenido durante 3 semanas en el paso internacional de Guerguerat, que conecta el territorio ocupado de Sahara Occidental con Mauritania, el pueblo saharaui dio una muestra de que está en preparación un reforzamiento de la lucha por la independencia de este territorio que desde 1976 se encuentra ocupado por Marruecos y sus fuerzas armadas. Se trató de una acción estratégica ya que por el paso se trasladan buena parte de las riquezas saharauies expoliadas, como lo producido por la industria pesquera, fosfatos, hierro, gas y arena. El 13 de noviembre, haciendo uso del ejército de ocupación, Marruecos reprimió violentamente el piquete, lo que fue considerado por el Frente Polisario como la ruptura del alto el fuego vigente entre los ocupantes y quienes luchan por la independencia. 
 La ocupación marroquí de este árido territorio, el último resabio del imperio colonial español, fue la consecuencia de un acuerdo entre la monarquía borbónica, el régimen monárquico marroquí, Arabia Saudita y los Estados Unidos. España buscaba mantener un lugar privilegiado para sus empresas en la explotación de los recursos naturales y el imperialismo yanqui quería apuntalar a la monarquía marroquí como un aliado regional frente a otros países, como Argelia, que en el periodo orbitaban alrededor de la Unión Soviética. La nueva ocupación desplegada por Marruecos se dio sobre la base de reprimir la autodeterminación nacional del pueblo autóctono de la región, los saharauis, que dieron una enorme lucha por conseguir su independencia. El Frente Polisario, un partido – ejército favorable a la autodeterminación pero que no tiene como norte el gobierno de trabajadores, declaró en 1976 la independencia de la (parcialmente reconocida) República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y desde ese momento hasta 1991 estuvo en conflicto armado con las fuerzas de ocupación. El alto al fuego determinado por la ONU suponía la realización de un plebiscito para determinar el status que adquiriría el territorio, votación que no fue nunca llevada a cabo. 
 Así, se da un proceso que muestra a las claras la naturaleza del orden imperialista dispuesto en la “comunidad internacional” así como de la democracia española, ya que mientras la ONU debía garantizar el plebiscito, en la realidad se dedica a defender un status quo de pauperización y expoliación de los saharauis. España, por su parte, se dedica a reforzar sistemáticamente sus estrechos lazos con la monarquía marroquí de Mohamed VI. Además de ser un socio a la hora de anudar acuerdos económicos beneficiosos (en 2018 el 80% de los barcos pesqueros que operaron en aguas saharauies fueron de bandera española), Marruecos es un aliado de España en el “combate” contra la inmigración ilegal, lo que incluye jugosos subsidios para las fuerzas represivas marroquíes. Esta política está siendo continuada sin miramientos por el gobierno “progresista” del PSOE y Podemos.
 Por lo tanto, el conjunto de las estructuras políticas internacionales organizadas por el imperialismo son las garantes de la difícil situación de cientos de miles de saharauis que viven en condiciones dramáticas, en campamentos instalados en un ambiente inhóspito, y, cerca de 200 mil, en una franja de territorio que Argelia les concedió y en donde residen las autoridades de la RASD. Del total del territorio saharaui solo una parte es controlada por el gobierno del Frente Polisario, encontrándose separada del resto por un muro de 2700 kilómetros, el más largo del mundo, construido por Marruecos y defendido por sus fuerzas armadas, junto con búnkeres y campos minados.
 Desde la ruptura del cese al fuego hecha por Marruecos el 13 de noviembre, el Frente Polisario viene informando la realización de bombardeos de artillería hechos por sus fuerzas contra las instalaciones del ejército marroquí, lo que incluiría bajas y cuantiosas pérdidas materiales, no confirmadas por Marruecos e imposibles de confirmar para la prensa internacional ya que el acceso está vedado.
 La pelea por la autodeterminación y la independencia del Sahara Occidental y de su población autóctona es una justa causa que debe ser apoyada por la clase obrera de todo el mundo. De lo que se trata es no solo de apoyar las acciones de lucha de los saharauis sino de llamar a una lucha común por este objetivo a los trabajadores y la juventud marroquí que tienen sus propios motivos para enfrentar a su reaccionario gobierno, lo mismo vale para la clase obrera española que debe enfrentar al principal sostén del rey Mohamed VI. Las recientes movilizaciones en apoyo a la causa saharaui realizadas en decenas de ciudades españolas son un fuerte aliciente en ese sentido. 
 El destino del Sahara Occidental se juega en el tablero más general del mundo árabe. Este viene siendo sacudido por importantes levantamientos en los últimos años (Argelia, Líbano, Sudán, Irak e Irán). Una nueva oleada crearía condiciones más propicias para la independencia. Esa oleada debe culminar con gobiernos de trabajadores y con el final de la dominación imperialista en la región. 

 Leandro Morgan

Se fue el fútbol


Muy joven, nada más que a los 60 años, se fue Diego. Su sufrido cuerpo no pudo soportar más la inmensa carga de desarreglos personales que quebrantaron definitivamente su salud. Las exigencias de la competencia deportiva, sumadas a las que atravesó -ya fuera de la cancha- de la mano del entorno empresario y mafioso que rodea al futbol mundial, agotaron prematuramente su corazón. Los que amamos el futbol tuvimos un anticipo de lo que ese cuerpo arrastraba al verlo en su último cumpleaños en la cancha de Gimnasia, casi sin poder articular palabras y con dificultades para caminar. 
 La muerte de Diego ha sacado a la luz la “ficha médica” que muchos silenciaban: hace casi una década que orillaba la muerte. Pero había que guardar esa realidad bajo siete llaves, para seguir usufructuando de su figura. 
 Aun así, con su cuerpo a cuestas, Maradona desde su vuelta al futbol argentino como técnico fundió su imagen con la leyenda. Los hinchas rivales de todos los estadios de la Argentina, casi sin saberlo, comenzaron a rendirle un homenaje en vida. Se fue haciendo carne para todos que Diego ya era “bronce”. Quedó atrás su pasado extra-futbolístico y fue ganando el corazón de los hinchas sólo la admiración por su fútbol, una inmensa gratitud y el respeto de los logros obtenidos que se fueron agigantando con el paso del tiempo. Porque después de Maradona el fútbol argentino, ya no fue el mismo en el orden mundial. 
 Maradona sin dudas fue el mejor futbolista del mundo. Desde Fiorito hasta la pisada de la última cancha del Lobo de La Plata, corrió mucha agua bajo los puentes. En sus 60 años dejó escenas imborrables. Su gol a los ingleses, un monumento a la habilidad, al coraje y la desfachatez y el campeonato mundial del 86 mostraron al mundo entero un tipo de jugador y un estilo que estaba fuera de lo previsible y, hasta hoy, irrepetible. El verdadero crack es siempre el que rompe con el esquema establecido. Es por esto que Diego fue un revolucionario, pero entiéndase bien, del fútbol. Sólo del fútbol. El año 1986 fue el comienzo de su figura como leyenda y un idilio con los hinchas que nunca se pudo opacar. Maradona, más que Gardel, quedará para los argentinos en la historia como el inventor de la ciencia de mantenerse primero. 
 El homenaje que hoy el pueblo argentino le está brindando a Diego se inscribe entre los más grandes de la historia argentina. En su despedida se quebrará verdaderamente el “distanciamiento social”. Estarán en las calles y en la Plaza de Mayo los reos, los tenebrosos barras bravas, los hinchas genuinos de todos los clubes, y muchos desposeídos que estarán junto a él en su último adiós. Tambien estarán los poderosos empresarios del futbol y también muchos políticos patronales que darán su presente, y que se sirvieron de Maradona y su popularidad para sus propios fines, de derecha a “izquierda”. La búsqueda desesperada del abrazo de Diego, de Macri a AF, pasando por Menem, es otra prueba de la completa falta de autoridad propia de los políticos de la burguesía. 
 Refiriéndose a Diego, un escritor amante del fútbol como pocos, como lo fue el gran Eduardo Galeano, escribió en su libro “Cerrado por fútbol” que “los dioses no se jubilan, por muy humanos que sean”.
 Maradona nunca pudo regresar a la anónima multitud de donde venía. La fama, que lo había salvado de la miseria, también lo hizo prisionero. Accedió a la riqueza, se codeó con reyes y gobernantes, pero nunca zafò de un entorno que lucró con su esplendor y con su decadencia, y que pretenderá seguir lucrando aún después de su muerte. 
 Los trabajadores, los oprimidos, los jóvenes, despiden al otro Diego – el del talento inconmensurable de los 90 minutos, a lo largo y a lo ancho de todas las canchas del mundo. 

 Juan Ferro 
 26/11/2020

Guatemala se suma a las rebeliones continentales


Abajo el presupuesto del ajuste. Libertad a todos los detenidos.

 Las protestas contra el presupuesto 2021 de ajuste en Guatemala, el país más grande de Centroamérica, llegaron a la retina de todos los luchadores del continente por la firmeza de sus animadores. El sábado, decenas de miles se congregaron en las inmediaciones del Congreso, siguiendo la convocatoria de organizaciones sociales, estudiantiles, de mujeres y de derechos humanos. Lo más impactante fue el repudio a los símbolos del régimen, como el cinemático ingreso al recinto parlamentario -vitoreado por la multitud- que posteriormente derivó en el descuelgue de cuadros y retratos de los corrompidos mandatarios guatemaltecos. Mientras tanto, en las calles aledañas, miles saldaban sus cuentas con las insignias burguesas de la herencia colonial.

 “Algo no anda bien”

 La reacción gubernamental optó por una feroz represión policial, que derivó en una cacería -prolongada hasta la madrugada del domingo. La Policía Nacional Civil, el corrupto organismo armado con los resabios del pasado militar, se ensañó con los manifestantes, y no vaciló en violentar a periodistas, ancianos y niños. El saldo oficial contabiliza 37 detenidos, pero las organizaciones de derechos humanos denuncian muchos más: varios manifestantes se encontrarían aún desaparecidos, mientras que a otros, heridos de gravedad y en riesgo de vida, se les estaría negando la atención médica adecuada. 
 Guatemala está inmersa en una prolongada crisis, que la asunción del actual presidente Alejandro Giammattei, hace escasos diez meses, no ha logrado zanjar. El regreso de la derecha conservadora y militarista al gobierno se produjo luego del descrédito del ex presidente Jimmy Morales, un conductor televisivo que se presentaba como “outsider” de manos limpias, pero que terminó sus días envuelto en nuevos escándalos de corrupción y protestas sociales. Giammattei es un hombre de Estado. Anteriormente, había encabezado la candidatura máxima con diferentes sellos y armados políticos, siempre ligados al núcleo concéntrico de la burguesía guatemalteca. 
 Pero es en el Congreso donde la crisis se manifiesta con mayor intensidad. Pocas semanas atrás, la derecha tradicional, haciendo gala de acuerdos y prebendas, imponía nuevamente la mayoría en la constitución interna del cuerpo. Justo cuando el gobierno se aprestaba a erguirse como garante del orden, la entrada en escena de protestas masivas, anticipadas por las valerosas luchas de campesinos y originarios contra las consecuencias devastadoras de los huracanes Iota y Eta, está trastocando todos sus planes.
 Es en este marco que el vicepresidente Guillermo Castillo, en una disputa de camarillas con el primer mandatario, declaró a la prensa mundial que las cosas no estaban bien y que, atendiendo al malestar general, lo correcto era que ambos renunciaran para entregar el poder a una comisión de notables conformada por el parlamento. Esta maniobra, que el presidente Giammattei puede verse forzado a acatar, apunta a ensanchar la base de sustentación del gobierno, copado por figuras del riñón presidencial. El presupuesto 2021, con números dibujados, un tercio de su gasto solventado por deuda, erogaciones siderales para los capitalistas amigos y un recorte criminal a los fondos sociales, se ha demostrado inviable. La catástrofe económica y social está dando lugar a una nueva crisis política.

 Por una Segunda Conferencia Latinoamericana 

 Al calor de las luchas contra el ajuste y la pandemia, está surgiendo un nuevo activismo juvenil y obrero en Guatemala que, en los últimos meses, ha dado pequeños pasos al conformar frentes de lucha universitarios y sindicales. Como en los aguerridos cortes de ruta contra el acuerdo con el FMI en Costa Rica, o las sendas manifestaciones contra el presidente Juan Orlando Hernández en Honduras, se presenta una contradicción entre la combatividad de estos movimientos y sus direcciones políticas, en las cuales aún prima la intervención sin fronteras de clase. 
 El llamamiento a una segunda Conferencia Latinoamericana y de los Estados Unidos, que acaba de realizar nuestra corriente, está dirigido a las organizaciones revolucionarias, obreras y antiimperialistas que acuerden con la necesidad de constituir un fuerte polo de independencia política, cuyo objetivo sea contribuir al triunfo de la nueva tanda de rebeliones. 

 Luciano Arienti

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Jornada por la libertad del fotógrafo argentino detenido en Bolivia


Hubo una movilización por Facundo Molares de la Embajada a la Cancillería. 

 Este martes 24 se realizó una concentración frente a la embajada boliviana y seguidamente una movilización a la Cancillería en reclamo de la liberación de Facundo Molares, fotógrafo que lleva alrededor de un año detenido en el país hermano.
 Molares se encontraba en Santa Cruz de la Sierra cuando debió ser hospitalizado en el Hospital Japonés debido a una descompensación, en noviembre de 2019 -mes en que se produjo el golpe de Estado contra Evo Morales. Aún en terapia intensiva, Molares fue imputado en una causa fabricada por el gobierno golpista, que lo acusó de incitación a la violencia por su presunta participación en un bloqueo en el puente La Amistad. A fines de noviembre, fue trasladado al penal de Palmasola y posteriormente al de Chonchocoro en La Paz. 
 Recientemente, Molares contrajo Covid-19 y debió ser trasladado a un hospital. El ensañamiento de la justicia boliviana se revela en que fue esposado a su cama. Todo el proceso se caracteriza por serias irregularidades. El padre de Facundo, Hugo, juez de Paz en Trevelin (Chubut), viajó en noviembre pasado y apenas le permitieron ver a su hijo. Fue maltratado y amenazado de muerte. 
 Por estos días, circulan versiones de negociaciones entre el gobierno argentino y el nuevo gobierno boliviano a efectos de lograr la libertad de Molares. 
 En la actividad realizada en Buenos Aires participó una delegación de la Agrupación de Trabajadores Bolivianos (Atrabol), el Partido Obrero, Quebracho, la CTD Aníbal Verón y la Coordinadora de Unidad Barrial (Cuba), entre otras organizaciones. 
 Reclamamos la libertad inmediata y la repatriación para Facundo Molares. Juicio y castigo a todos los responsables del golpe.

Prensa Obrera

martes, 24 de noviembre de 2020

Tamara "Tania" Bunke


Colombia conmemora su rebelión con una semana de protestas


El 21 de noviembre se cumplió en Colombia el primer aniversario de una formidable jornada de paro y movilización contra las políticas de ajuste del gobierno de Iván Duque que sumaron al país cafetero a la ola de rebeliones que ya sacudía a Chile y Ecuador. El paro fue seguido por cacerolazos y nuevas protestas, en el curso de las cuales el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) asesinó al joven Dilan Cruz, quien se transformó en uno de los íconos de la revuelta.
 Esta semana se están desarrollando en todo el país distintas medidas de lucha y conmemorativas de aquellos acontecimientos. El 19, el Comité Nacional de Paro, que nuclea a las centrales obreras y a otras organizaciones, realizó una jornada de movilizaciones que reclamó un subsidio equivalente al salario mínimo durante seis meses para los sectores más afectados económicamente por la pandemia; la anulación de un decreto precarizador que posibilita la contratación por horas; y el fin de los asesinatos contra activistas sociales (más de 250 en lo que va del año, según el registro de Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz). El asesinato de Bayron Revelo, dirigente del Sindicato del Magisterio de Nariño (Simana), es el último de estos crímenes. 
 Algunos de los sectores del movimiento obrero colombiano que están en lucha son los maestros, que vienen de un paro de 48 horas en octubre contra el retorno a clases sin condiciones de seguridad e higiene; los petroleros, que luchan contra la privatización del área de distribución de combustibles de Ecopetrol; y los mineros de Sintracarbón de La Guajira, que llevan más de 80 días de huelga contra el intento patronal de imponer el “turno de la muerte”, que intensifica peligrosamente las jornadas de trabajo (de ahí su nombre) y barre con un turno, lo que podría dejar 2500 obreros despedidos. 
 El 21 se desarrollaron movilizaciones de los estudiantes, quienes pelean por la gratuidad de la educación universitaria. Para este 23 está programado un homenaje a Dilan Cruz impulsado por sus familiares, en el aniversario de su fallecimiento. A su vez, este 25 el movimiento de mujeres ganará las calles en el día de la no violencia. 
 La orientación del gobierno de Duque encuentra su más fiel expresión en el presupuesto 2021, que destina un 35% de los ingresos al pago de la deuda externa y al aparato de seguridad. La Fuerza Aérea viene de hacer maniobras conjuntas con tropas norteamericanas. Mientras tanto, la población trabajadora se hunde en la pobreza y en el desempleo, que ya asciende al 20%. 
 Duque impulsa una agenda de represión, privatizaciones y ajuste a gran escala que engendra una resistencia de las masas. Tras la rebelión de noviembre pasado, se vivieron otras importantes jornadas en septiembre, cuando el crimen del taxista y abogado Javier Ordoñez a manos de la policía desató una sublevación que dirigió su ira contra distintas dependencias de esa institución. El gobierno respondió con una represión que dejó más de una decena de muertos. 
 Las masas encuentran un obstáculo en su lucha en la dirección del Comité Nacional de Paro. Ya en noviembre pasado, en medio de los cacerolazos que seguían al 21N, el titular de la CGT, Julio Gómez, había declarado: “el paro terminó (…) hoy tiene que volver la normalidad” (Clarín, 23/11/19). Por estos días, el Comité Nacional de Paro centra sus energías en una ingenua petición de “diálogo” al gobierno de Duque. Viene desarrollando jornadas en forma espaciada que repiten un mismo formato, todo lo cual le resta contundencia a las medidas.
 Para quebrar el ajuste es necesario profundizar las medidas de lucha, en la perspectiva de la huelga general. 

 Prensa Obrera

domingo, 22 de noviembre de 2020

“Vidas negras importan”


Manifestaciones e incendios por muerte de un hombre negro en Brasil. 

 El 20 de noviembre, se festeja en Brasil y es feriado nacional por ser el “Día de la conciencia negra” en homenaje a un gran líder negro llamado Zumbi dos Palmares. 
 Resulta que justamente el día anterior (19 de noviembre) en un supermercado de la multinacional francesa Carrefour en Puerto Alegre dos hombres de seguridad del supermercado mataron a un hombre negro de 40 años a golpes. 
 Este asesinato desató la furia de todos haciendo recordar lo que pasó en EE.UU. cuando la muerte de George Floyd generó una onda de protestas en masa. 
 En todo Brasil miles de personas se reúnen en las puertas de los supermercados Carrefour para protestar. Movilizaciones en Porto Alegre, Osasco, en Belo Horizonte y en otras capitales siguen aumentando a cada momento. Ahora al grito de “Fogo nos racistas”: manifestantes incendiaron el Carrefour da Pamplona, en São Paulo.
El vicepresidente de Brasil, el general Hamilton Mourão, declaró al comentar lo ocurrido que en Brasil no existe racismo. Las declaraciones de Mourão incendiaron de indignación y ayer (20) la población negra entró en varios supermercados de San Pablo durante la tarde para destruir todo lo que tenían por la frente. 
 En Brasil muere un negro cada 23 minutos y la policía mata de forma gratuita en las favelas a jóvenes negros todos los días de forma deshumana. 
 Las personas desgastadas por el hambre, la pandemia y por el autoritarismo de un gobierno fascista hoy se levantaron por la muerte de João Alberto Silveira Freitas y en todo el país una onda de manifestaciones incendiaron Brasil recordando que es la lucha por el racismo está presente todos los días. 

 Roberto Rutigliano 
Corresponsal Río de Janeiro
Prensa Obrera

EE.UU.: sin techo ni trabajo

Estados Unidos atraviesa una crisis impresionante. Fruto del impacto de la pandemia, los despidos, la falta de alimento y los desalojos han aumentado enormemente. 
 Los despidos en las grandes corporaciones, como Disney, la empresa de defensa y aviación Raytheon Technologie ,y Boeing, suman decenas de miles. En el caso del gigante petrolero ExxonMobil, está recortando 1.900 puestos de trabajo,a pesar de que las petroquímicas fueron beneficiadas con 5 mil millones de dólares por la Ley Cares. 
 Aunque han bajado las solicitudes de desempleo al mínimo registrado en pandemia, el número de desocupados es muy alto,triplicando los registros anteriores al avance del virus. Desde que empezó la recesión, debido al Coronavirus, en el país se perdieron 10,7 millones de puestos de trabajo. 

 Falta de alimentos y política alimentaria 

Otra situación acuciante es la falta de alimento. Según el Centro de Investigación y Acción Alimentaria, la cantidad de personas que la sufren superó los 29 millones en julio. Este número representa casi el 9 % de la población de Estados Unidos. 
 Forbes señala en una informe que las familias negras e hispanas tienen aproximadamente el doble de probabilidades que los hogares blancos de tener problemas con la comida y que casi cuatro de cada diez hogares negros están experimentando inseguridad alimentaria. Dado que la llamada población ‘blanca’ es mucho más numerosa que otras, el peso de la crisis alimentaria sigue recayendo en los trabajadores blancos. 
 El Congreso norteamericano proporcionó asignaciones de emergencia para el programa nacional de cupones para alimentos (conocido como "SNAP") como parte de la Ley de Respuesta al Coronavirus. Sin embargo, alrededor del 40% de los hogares que reciben la SNAP, con ingresos mínimos o nulos, no vieron ningún aumento en sus en sus beneficios mensuales. 
 Asimismo, se ha impuesto una serie de trabas para limitar la capacidad de las familias sin niños para recibir la ayuda, lo que habría provocado que aproximadamente 700.000 personas perdieran el acceso a los beneficios de la SNAP. 

 La “avalancha” de desalojos 

Diez mil familias enfrentan el inminente desalojo de sus hogares desde principios de septiembre, según informa la cadena de noticias NBC News. A su vez, el mismo informe subraya que aproximadamente de 10 a 14 millones de hogares -equivalente a 23 a 34 millones de personas- están atrasados en el pago del alquiler al 14 de septiembre, de acuerdo con un informe publicado por el Consejo Nacional de Agencias de Vivienda del Estado. Eso equivale a entre u$$12 y u$$17 mil millones en alquileres impagos, aunque se calcula que en enero la cifra llegaría alrededor de los u$$34 mil millones de dólares.
 Según datos recientemente publicados por el Laboratorio de Desalojos de la Universidad de Princeton, Milwaukee, Wisconsin, los desalojos aumentaron un 37% con respecto al año pasado.La Oficina Administrativa del Tribunal Estatal de Michigan estimó, asimismom, que cuando la moratoria estatal llegue a su fin en este mes, se presentarán 75.000 desalojos. Solo en la ciudad de Nueva York, una coalición de defensores estimó que se presentarán 50.000 desalojos una vez que finalice la moratoria estatal del gobernador Andrew Cuomo (BBC, 7/8).
 De concretarse, estos desalojos abrirían una crisis habitacional fenomenal en muchos estados. La moratoria federal se cumple en solo un tercio de los casos debido a la presión de las grandes agencias inmobiliarias, muchas de ellas con lazos estrechos con los grandes pulpos financieros. 
 Tanto organismos estatales como organizaciones sin fines de lucro indican que lo que ha generado esta situación, la pérdida de empleos y la disminución de ingresos, ya que se calcula que 12.6 millones de personas sufrieron un ajuste en sus ingresos desde que empezó la pandemia. 
 Viendo estos números se puede llegar a la conclusión de que, evidentemente, las elecciones no cerrarán la crisis.

 Mauri Colón
 02/11/2020

sábado, 21 de noviembre de 2020

La información como mercancía y manipulación


Democracia - Dictadura

¿Como desmontar la falacia repetida hasta hoy mundo 2020? 
 Ahí la importancia de formular el contenido de clase. 

 DEMOCRACIA - DICTADURA

 Como caracteriza un marxista - leninista, está es una de la principales tareas ante las masas obreras y explotadas. Se trata de desnudar el formulismo que inyecta el enemigo de clase y tantísimos compañeros y camaradas repiten como declaración de "fe democrática". 

 El concepto burgués. 

Uno de los argumentos más corrientes en favor de la dominación de los explotadores consiste en condenar la dictadura y en defender la democracia. 
 Ante todo, este argumento se basa sobre las nociones de "la democracia en general" y de "la dictadura en general", sin plantear previamente la cuestión de saber de qué clase de dictadura y de democracia se trata. 
 Presentar así la cuestión fuera o encima del punto de vista de clases, como si fuese el punto de vista de la nación entera, equivale a burlarse de los principios del socialismo, y principalmente de la doctrina de la lucha de clases; doctrina que los socialistas que han pasado al campo de la burguesía reconocen en sus palabras, pero olvidan en sus actos. 
 En efecto: en ningún país capitalista existe "la democracia en general", sólo existe una democracia burguesa.
 Del mismo modo, no se trata de "la dictadura en general", sino de la dictadura de la clase oprimida, la del proletariado, contra los opresores y explotadores, contra la burguesía, a fin de aniquilar la resistencia que éstos oponen para mantener su dominación. 
 La Historia nos enseña que jamás llegó -ni podía llegar- al Poder una clase oprimida, sin pasar por un período de dictadura, es decir, por la conquista del Poder político y la supresión violenta de la resistencia más desesperada, más furiosa y más despiadada, que siempre han opuesto los opresores. 
 La burguesía, cuya dominación defienden hoy los socialistas que parten de "la dictadura en general" y que se erigen en campeones de "la democracia en general", conquistó el Poder en los países civilizados por una serie de revoluciones y guerras civiles y por la supresión violenta de la monarquía, del feudalismo, del régimen de los siervos y de todas las tentativas de restauración. 
 Miles y miles de veces han demostrado al pueblo los socialistas de todos los países en sus libros y folletos, en los acuerdos de sus Congresos y en sus discursos de propaganda, el carácter de clase de esas revoluciones burguesas, de esa dictadura de la burguesía. 
 De manera que la defensa actual de la democracia burguesa bajo la forma de declamaciones sobre "la democracia en general", y los gritos y las protestas contra la dictadura del proletariado, con pretexto de protestar contra "la dictadura en general", equivalen a una simple traición al socialismo, a una verdadera deserción al campo de la burguesía, a una negación del derecho del proletariado de hacer la revolución proletaria y en fin, a una defensa del reformismo burgués, precisamente en el momento histórico envque el reformismo burgués ha quebrado en el mundo entero y en que la guerra ha creado una situación revolucionaria. (V.I.L)
 Comprobando el carácter de clase de la civilización burguesa, de la democracia burguesa y del parlamentarismo burgués, todos los socialistas expresaron la idea que habían formulado con la mayor exactitud científica Marx y Engels, según la cual, aun la república burguesa más democrática no es sino un instrumento de opresión de la clase obrera por la clase burguesa, de la masa proletaria por un puñado de capitalistas. 
 Entre los que ahora levantan su voz en contra de la dictadura y en favor de la democracia, no hay ni un solo revolucionario, ni un solo marxista que no haya jurado solemnemente a los obreros que reconocía esta verdad fundamental del socialismo. Hoy, cuando el proletariado revolucionario se agita y se lanza al movimiento que debe destruir este instrumento de opresión y establecer la dictadura del proletariado, esos traidores al socialismo presentan las cosas como si la burguesía hubiese dado a los trabajadores "la democracia pura", como si renunciando a la resistencia, estuviese dispuesta a someterse a la mayoría de los obreros y como si en la república democrática el instrumento del Estado no condujese a la opresión del trabajo por el capital. (V.I.L) La "libertad de reunión" y la "libertad de la Prensa" pueden citarse como ejemplos de las exigencias de "la democracia pura".
 Todo obrero consciente que no haya roto con su clase comprenderá en seguida que sería absurdo prometer a los opresores la libertad de reunión en el momento y en las circunstancias mismas en que están resistiendo a las tentativas hechas para derribarlos y en que están defendiendo sus privilegios. Ni en Inglaterra en 1649, ni en Francia en 1793, concedió la burguesía - cuando era aún revolucionaria - la libertad de reunión a los monárquicos o a los aristócratas que llamaban en su auxilio a las tropas extranjeras, y "se reunían" para organizar las tentativas de restauración.
 Si la burguesía actual, que desde hace mucho se ha vuelto revolucionaria, pide al proletariado que garantice de antemano - sin preocuparse de la resistencia que los capitalistas opongan a su expropiación - la libertad de reunión para los opresores, los trabajadores deben acoger con burla esta hipocresía de la burguesía.(V.I.L) 
 Por otra parte, los obreros saben perfectamente que hasta en la república burguesa más democrática la "libertad de reunión" no es sino una frase huera, ya que los ricos disponen de los mejores edificios públicos y particulares, tienen bastante tiempo desocupado y gozan de la protección del organismo burgués de la autoridad, mientras que los proletarios de la ciudad y del campo, así como los campesinos pobres, es decir, la inmensa mayoría de la población, no disponen de ninguna de estas tres ventajas.
 Cuando las cosas ocurren así, la "igualdad", es decir, la "democracia pura", no es más que una mentira.
 Para conquistar la verdadera igualdad y para realizar de hecho la democracia para los trabajadores, ante todo hay que quitarles a los opresores sus suntuosos edificios públicos y particulares, hay que dar vacaciones a los trabajadores, y es menester que la libertad de la reunión esté asegurada por los obreros armados, y no por los hijos de la aristocracia o por los oficiales capitalistas, que mandan a soldados embrutecidos. 
 Sólo después de haber realizado semejantes cambios se podrá hablar de la libertad de reunión y de igualdad, sin que estas palabras signifiquen una burla para los obreros y los pobres. Y estos cambios no pueden realizarse sino por la vanguardia de los trabajadores, por el proletariado consciente, que aplastará a los opresores: a la burguesía. 
 Para obtener la igualdad efectiva y la verdadera democracia de los trabajadores - esto es, de los obreros y de los campesinos -, importa también privar a los capitalistas de la posibilidad de emplear a los escritores a su servicio, de comprar casas editoriales y de corromper los periódicos. 
Y para eso hay que suprimir el yugo del capitalismo, expropiar a los opresores y domar su resistencia. Los capitalistas siempre han llamado "libertad" a la libertad para los ricos de realizar sus beneficios y a la libertad para los trabajadores de morirse de hambre.
 La libertad de la Prensa para los capitalistas equivale a la libertad para los ricos de comprar la Prensa, de fabricar y de falsificar la llamada "opinión pública". Los defensores de la "democracia pura" son defensores de uno de los sistemas más viles y más abyectos de la dominación de los ricos sobre los órganos de educación de las masas; embusteros que, con frases elegantes y engañosas, apartan al pueblo del cumplimiento de una de sus obras históricas, consistente en la liberación de la Prensa de la presión del capital.(V.I.L) 
 La libertad y la igualdad reales no las asegurará más que el régimen comunista, que no permitirá a nadie enriquecerse a expensas de los demás; que impedirá materialmente someter la Prensa, sea directa o sea indirectamente, al poder del dinero, y donde todo obrero (o grupos iguales de obreros) tendrán y realizarán sus derechos iguales de disfrutar de las imprentas y de los stocks de papel, que pertenecen a la comunidad.(V.I.L) En todo el desarrollo quedan claro dos aspectos fundamentales: PODER - ESTADO DEMOCRACIA - DICTADURA Conclusión: no es el concepto DEMOCRACIA una categoría universal, es fundamental formular el CONTENIDO de clase. 
El materialismo histórico y la dialéctica materialista, desmiente el sofisma o consigna vacía, matrizada en un credo "avanzar en democracia". 
Hoy mundo 2020 se trataría de retroceder en democracia, como resultado de la alternancia en el gobierno. 
 Se explica entonces porque la importancia de FORMULAR el contenido de clase. 

 Osbaldo Zuñiga

viernes, 20 de noviembre de 2020

Estados Unidos: la tragedia y la farsa


La negativa de Donald Trump a reconocer la victoria de Joe Biden, ha sido, desde el principio, una farsa.
 El demócrata le sacó una ventaja de seis millones de votos al cacique republicano, aunque mitigada porque el 70% de la diferencia obedece a California, el principal estado de la Unión. En el Colegio Electoral la distancia es de casi cien delegados. Trump, sin embargo, no reconoce su derrota, con la sola compañía del mexicano López Obrador, con quien tiene un pacto de complicidad con el narcotráfico, y el brasileño Bolsonaro. El magnate inmobiliario espera ganar la segunda vuelta en las legislativas de Georgia, para quedarse con la mayoría de un voto en el Senado nacional, aunque un resultado adverso otorgaría el arbitraje en esa Cámara a la vicepresidenta electa, Kamala Harris. Las protestas de fraude, por parte de Trump, ya enfrentan el rechazo de su propia Corte Suprema. 
 El arrastre de Trump en el partido Republicano ha sido señalado como la evidencia del derrumbe de la Democracia en América, una tendencia que tiene larga data, como lo mostró la conquista de ese partido por el Tea Party, una camarilla fascista, hace dos décadas, y las guerras a repetición en que se embarcó Estados Unidos desde la que desató contra Irak en 1991. Trump ha reaccionado mediante el despido del secretario del Defensa, por el desplante que éste le hizo cuando rechazó la intervención del ejército para reprimir la rebelión contra la brutalidad policial, y está colocando a sus topos en la planta permanente de la Administración, para que ejerzan el espionaje e incluso torpedeen acciones de gobierno. Todo sumado, la tentativa autoritaria o fascistoide concluye en una farsa. Trump no ha superado la categoría de dictadorzuelo – lo cual habla montones de la decadencia de Estados Unidos. 
 De otro lado, la tragedia. Ocurre que Trump pretende usar el tiempo que va hasta la transmisión del mando al sucesor, para continuar su política criminal frente a la pandemia y sabotear los esfuerzos que pudieran realizar las autoridades locales de distintos ámbitos. Esto ocurre cuando la pandemia se encuentra fuera de control en el país, con cerca de doce millones de contagios y más de un cuarto de millón de muertos. La directiva política es que la economía no debe cerrar bajo ninguna circunstancia; que el ‘lockdown’ al capital supera cualquier daño que el virus pueda causar a la vida humana. Es un planteo fascista hasta el tuétano, no bajo la máscara comunitaria de Hitler o la demagogia garibaldiana de Mussolini, sino de la libre empresa del pionero norteamericano. 
 Los opositores no comulgan con esta virulencia, pero se empeñan en ir todo lo posible por esa misma vía hasta que chocan con los datos que muestran el descontrol más completo de la enfermedad. La ciudad de Nueva York ha cerrado las escuelas, luego de rechazar todas las advertencias contra su reapertura, sólo cuando la transmisión del contagio llegó a R3 – un índice fulminante. Trump se niega a interiorizar a los equipos de Biden en los asuntos de gobierno, en una transición paulatina, lo que deja un vacío de poder en el pasaje de mando de gobierno. La poderosa institucionalidad estadounidense se muestra, sin embargo, impotente en poner a Trump en el redil, y la razón no menos importante de ello es que la Bolsa sube, incluso ‘rota’ de las tecnológicas a las compañías capitalistas más convencionales. A nadie se le escapa, con todo, que el PBI anual de EEUU ha retrocedido en forma espectacular mientras el de China crece, con una pandemia controlada. Un acuerdo comercial que acaba de firmar China con los principales países del sudeste asiático y Oceanía, que reduce a cero el 90% de los aranceles, ha sido señalado como la evidencia de un desplazamiento del poder mundial de Occidente a Oriente. Si Trump se propuso revertir la decadencia de EEUU, el empeño ha dado el resultado contrario. La prensa japonesa asegura que la instalación de contingentes militares rusos para asegurar la tregua entre Armenia y Azerbaijan, firmada hace pocos días, ha alejado por largo tiempo a USA y la Unión Europea del Cáucaso. La dominación de esta región fue considerada la llave para la penetración del capital internacional en Rusia y el desmantelamiento de la oligarquía encabezada por Putin. 
 Quienes al comienzo de la pandemia advirtieron que las cuarentenas y los aislamientos sociales establecerían ‘estados de excepción’ e incluso militarizados (el grupo de intelectuales de la Sopa de Wuhan), no solamente se equivocaron, sino que la bandera de la lucha contra la dictadura sanitaria o ‘infectadura’ ha sido tomada por la derecha y el fascismo, en nombre de la libertad de empresa. El estado, en cuanto tal, ha fracasado en mediar entre el derrumbe sanitario, de un lado, y el derrumbe social, del otro, y se ha visto obligado a pasar de un polo al otro de la restricción de movimientos, como consecuencia de los aislamientos fallidos y las reaperturas fracasadas. Todo esto ha mostrado el carácter esencial de la contradicción entre el interés privado y el interés colectivo, o sea humano, en las condiciones capitalistas. 
 Los giros violentos que se han producido a nivel del estado y la sociedad, muestran una ruptura del equilibrio histórico mundial sin precedentes: geopolítico, pero por sobre todo social. Esto se manifiesta por sobre todo en Estados Unidos, o sea en la lucha de clases y la rebelión popular en la principal metrópoli del capital. El desequilibrio mundial se encuentra internalizado, si se puede decir así, en cada país. Ahora es Biden quien quiere hacer a América ‘great again’, sin mentar la consigna, claro. Lo muestra la decisión de revertir el proyecto de Trump de retirar las tropas norteamericanas de Afganistan. El nuevo gobierno estadounidense va por la revitalización de la OTAN, es decir, a una ofensiva política y económica contra Rusia y contra las aventuras del turco Erdogan en Medio Oriente. La pelea contra el ascenso de China cambiará de forma, en primer lugar con un reforzamiento militar en el los mares contiguos a China, y una intervención en la crisis de Hong Kong y la militarización de Taiwan. Junto con la experimentación de la vacuna contra el Covid-19 se desarrolla una tendencia más fuerte a la guerra. 
 La farsa política de la sucesión presidencial en Estados Unidos, es la cobertura de una tendencia a revoluciones y contrarrevoluciones. Los procesos parlamentarios y electorales cambiarán, en un cierto punto, de carácter, pues se convertirán de expresiones del equilibrio político, en lo contrario – en expresiones de desequilibrio político, de desplazamientos de fuerzas hacia los polos históricos. 

 Jorge Altamira
 19/11/2020

jueves, 19 de noviembre de 2020

Kissinger advierte sobre el peligro de una situación similar a la I Guerra Mundial


La llegada de Biden y las tensiones EE.UU.-China. Henry Kissinger es una de las voces más autorizadas en lo que se refiere a la política exterior norteamericana. Recordemos que en su condición de secretario de Estado de Richard Nixon, fue en su momento el artífice del acercamiento entre Estados y China, lo que abrió paso a la integración del gigante asiático al proceso de acumulación capitalista mundial.
 Su pronóstico apocalíptico acerca de una situación similar a la de la Primera Guerra Mundial, a raíz de las tensiones entre Estados Unidos y China, fue ratificado apenas un mes atrás, cuando estábamos en la recta final de la campaña presidencial de EE.UU., al advertir que “si se permite que el conflicto se desarrolle sin restricciones, el resultado podría ser aún peor de lo que fue en Europa. La Primera Guerra Mundial estalló debido a una crisis relativamente menor…, y hoy las armas son más poderosas” (HispanTV, 8/10). 
 John Mearsheimer, otro de los analistas internacionales más reconocidos junto con el ex secretario de Estado, advierte también sobre ese riesgo: “es una posibilidad real. No creo que sea inevitable. Hay que recordar que Estados Unidos y la Unión Soviética tuvieron una intensa competición de seguridad durante 45 años en la Guerra Fría. Y estuvieron cerca de enfrentarse en la crisis de los misiles cubanos. Pero nunca hubo una guerra caliente en la que estuvieran directamente involucrados. Hubo guerras a través de proxies (…) Pero es posible que haya un conflicto armado, mucho más entre EE.UU. y China que entre EE.UU. y la URSS en la Guerra Fría” (ídem). 
 Mearsheimer no descarta un guerra limitada. “Si partimos de los puntos más elevados de fricción son el Mar del Sur de China, el Mar de China Oriental, Taiwán, y la península coreana. Allí es más fácil imaginar una guerra limitada entre China y Estados Unidos. No me sorprendería si se involucraran en un conflicto armado en algún momento del año que viene. No digo que sea probable que suceda, digo que es un escenario posible, porque implicaría una guerra en el agua que no llevaría a una escalada automática”.
 Ambos analistas coinciden que bajo Joe Biden no se va a alterar la política de confrontación estadounidense con China. Mearsheimer llama la atención que, en realidad, la escalada yanqui no arrancó con Trump sino en 2011 cuando Barack Obama era presidente y Hillary Clinton secretaria de Estado. Los demócratas consideran a China como una amenaza seria que debe ser contenida.
 El militarismo y la guerra comercial obedecen a una tendencia de fondo y responde a un interés común de la clase capitalista norteamericana.

 La política exterior de Biden

 La llegada de Biden al gobierno ha reavivado la deliberación interna de la burguesía sobre la hoja de ruta a seguir. 
 Los cuatro años de Trump indican un fracaso, de un modo general, del objetivo del por devolver a EE.UU. la vitalidad y el liderazgo perdido, sintetizada en la premisa de «America first». La intensificación de la guerra comercial no redundó en el crecimiento de la participación de EE.UU. en la economía y comercio mundial. La escaldada diplomática y militar con Corea del Norte no logró hacer retroceder al régimen norcoreano en su plan nuclear. EE.UU. tampoco pudo reconquistar una hegemonía en Medio Oriente. Tanto Rusia como Irán siguen manteniendo un protagonismo en la región. Un alineamiento mayor con Arabia Saudita e Israel, apostando a que jueguen un papel más determinante en Medio Oriente, no pudo compensar la pérdida de presencia con el retiro de sus tropas de Siria y su aislamiento en Irak, con el retiro de tropas aliadas europeas y el pedido del parlamento de ese país de que EE.UU. retire sus bases. No ha logrado avances significativos en la política de colonización económica y restauración capitalista en Rusia y China. Por el contrario, la escalda comercial terminó convirtiéndose en un bumerán, y convirtiéndose en un factor de fractura y división interna de la burguesía norteamericana. 
 Su política en Latinoamérica tampoco ha tenido avances. No lograron consumar el golpe en Venezuela a partir de la promoción internacional de Juan Guaidó y en Bolivia, el golpe consumado a fines de 2019 con apoyo de Bolsonaro y de la Casa Blanca no pudo consolidarse y tuvo que convocar elecciones, en las cuales fueron derrotados. 
 La agenda que empieza a discutirse apunta a revertir esta situación. Una de las apuestas es tratar de recauchutar una alianza con sus socios europeos y revitalizar la Otan, seriamente deteriorada bajo el gobierno de Trump. “Estados Unidos básicamente tiene que formar una coalición balanceadora para contener a China, muy parecida a lo que hizo en la Guerra Fría para contener a la Unión Soviética. Necesita una alianza militar en Asia similar a la Otan para contener el ascenso de China. La administración de Donald Trump hizo un trabajo pésimo al tratar que nuestros aliados se integrasen en una formidable alianza militar” (ídem). 
 De todos modos, es muy difícil restablecer un equilibrio en momentos en que avanza la depresión y por lo tanto la competencia entre los estados y las corporaciones por la sobrevivencia, lo cual solamente puede abrirse paso a expensas de sus rivales, trasladándole los costos de la crisis. Es una ilusión infundada restablecer un status anterior -una normalización, como la que proclama la administración demócrata entrante- en medio de un mundo convulsionado y la evolución que ha tenido la bancarrota capitalista. 
 En cuanto a Rusia, la política de Biden de retomar confrontaciones en los puntos de cruce de intereses entre ambos (Libia, Venezuela, Siria) podría forzar a Moscú a un alineamiento más decidido hacia China.

 Nuevo bloque comercial y el desafío norteamericano

 La segunda cuestión que está en debate es dar pasos más determinantes para neutralizar la incursión y desarrollo de China en las tecnologías más sofisticadas, en particular en Inteligencia Artificial, y 5G, lo cual implicaría que bajo Biden, marchamos a una política más agresiva. 
 Acaba de conformarse, bajo la égida de China, el mayor bloque comercial a escala global. El acuerdo, que lleva el nombre de RCEP (siglas en inglés de Regional Comprehensive Economic Partnership, Alianza Integradora Económica Regional), será mayor que el de T-MEC (Estados Unidos, México y Canadá) y que la Unión Europea. Incluye a los diez miembros de la Asociación de Países del Sudeste Asiático (Asean) además de China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Entre todos los miembros suman casi un tercio de la población mundial y el 29% del Producto Interno Bruto del planeta. El RCEP eliminará aranceles a las importaciones por los próximos 20 años e incluye provisiones respecto a propiedad intelectual, telecomunicaciones, servicios financieros, comercio electrónico y servicios profesionales. 
El RCEP fue concebido por China como una forma de contrarrestar la influencia que Estados Unidos estaba tomando en Asia-Pacífico bajo el gobierno de Barack Obama. El mismo había promovido el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (Trans-Pacific Partnership o TPP), del que formaban parte México, Chile y Perú, y no China. Trump, una vez asumida la presidencia, se retiró del TPP, haciendo que entre en agonía. Ahora se invierten los papeles y EE.UU. es el que ha quedado excluido, lo cual constituye un golpe a Washington. 
 Todavía no está claro cuál va ser la política de Biden, aunque ya hay voces que descartan que se vuelva a relanzar el TPP. El presidente entrante choca con tendencias existentes en sindicatos y sectores que respaldaron la elección de Biden y que están presentes en su equipo de transición que han expresado su recelo sobre los acuerdos de libre comercio. Entre esas tendencias proteccionistas figuran industrias vulnerables como el acero y el aluminio. 

 Crisis política y rebelión popular 

Pero, además, no se nos puede escapar que la capacidad del gobierno demócrata para implementar esta ofensiva está condicionada por la crisis política interna, que ha pegado un nuevo salto con el conflicto que estalló en el desarrollo de las elecciones y el cuestionamiento de Trump de los resultados. La política exterior –como suele decirse- es una prolongación de la política interna. Desde un punto de vista general, la derrota de Trump revela el fracaso de una tentativa bonapartista por forjar un régimen fuerte de poder personal, que permita pilotear la crisis dictada por la decadencia histórica de Estados Unidos y el impacto de la bancarrota capitalista en desarrollo.
 El revés del magnate constituye un golpe a los esfuerzos del imperialismo por apuntalar su lugar de gendarme mundial. Es necesario, por otra parte, tener presente que la rebelión popular norteamericana ha estremecido los cimientos del sistema político norteamericano, sus partidos y sus instituciones y ha abierto un nuevo escenario internacional. No sólo ha terminado por acelerar el derrumbe de Trump, que ya andaba a los tumbos, sino que está llamada a condicionar la gestión de su sucesor.
 Estamos frente a un escenario contradictorio: la guerra comercial y las tendencias a la guerra misma, obedecen a una necesidad estratégica pero van a tener que pasar por la prueba y el filtro de la lucha de clases dentro de las fronteras de EE.UU. y a escala internacional.
 Las depresiones anteriores condujeron a la Primera y Segunda Guerra Mundial, pero también a crisis y levantamientos revolucionarios. La guerra no es un accidente, al igual que la revolución, son dos manifestaciones extremas del estallido de las contradicciones irreprimibles e insuperables del orden social vigente. 

 Pablo Heller

miércoles, 18 de noviembre de 2020

El gobierno español ratifica las bases militares yanquis


De rodillas ante Biden y la Otan. 

 En el diario El País del 11 de noviembre, el periodista Miguel González explica que, aunque el “convenio de Defensa” con los EE.UU. vence el próximo 21 de mayo, tras ocho años de vigencia, el gobierno español ya ha decidido prorrogarlo por un año, “para dar tiempo a que la nueva Administración demócrata, presidida por Joe Biden, se forme y defina sus líneas políticas”. Ese “convenio de defensa” permite la cesión de las bases militares de Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla) a los EE.UU., sin ningún control por parte del gobierno español sobre el equipamiento de esas bases. Ni siquiera se puede saber si albergan o no armas nucleares. Comenta el artículo que “tampoco el Gobierno tenía otra alternativa pues, de haber llegado al 22 de mayo sin un convenio en vigor, se habría iniciado el plazo de un año para que EE.UU. retirase sus tropas de España”. 
 Nadie espera que la administración Biden vaya a cambiar su política con respecto a las bases militares ni a la exigencia de que los “aliados” incrementen su gasto militar. De hecho, el proyecto de presupuestos de Sánchez-Iglesias-ERC y Bildu incluye un aumento del 5% en el gasto militar. 
 La política exterior de un gobierno es una buena muestra de su política en general; hay una relación estrecha entre este “regalo” al “nuevo” presidente norteamericano y la tonalidad general de los presupuestos, que no responden a los intereses de los trabajadores y los pueblos. Una vez más el gobierno del frente popular se pone del lado de la guerra imperialista que es la continuidad de las políticas de ajuste del Ibex35 (la bolsa de Madrid) y de la Unión Europea. 

 Las bases yanquis de Rota y Morón, una herencia viva de Franco 

 Por ese tratado, EE.UU. mantiene en la base de Rota (a 20 kms de Cádiz), de manera permanente, cuatro destructores armados con el sistema antimisiles Aegis (forman parte del “escudo antimisiles” de la Otan), pero que tienen libertad para participar en cualquier misión militar. Por ejemplo, se utilizaron para un ataque con misiles contra Siria en 2017. Ahora se ha instalado, además, un escuadrón de helicópteros de ataque. EE.UU. ha pedido al gobierno español aumentar con otros dos buques (y 600 marinos) el escuadrón de Rota, “para ahorrarse -dice Miguel González- la travesía del Atlántico en sus despliegues por el Mediterráneo Oriental, el Mar Negro o el Mar de Barents”. Pero esta ampliación exigía modificar el convenio, que al ser un tratado internacional requiere la aprobación del Parlamento. Por ello se ha aplazado la respuesta. 
 En Morón (a 75 kms de Sevilla) se mantiene la Fuerza Especial Tierra-Aire de Respuesta de Crisis del Cuerpo de Marines, con 8 aviones Osprey (capacitados para despegue y aterrizaje vertical) y 500 marines. Forman parte del Africom (comando de la Otan para África), y su objetivo declarado es poder intervenir en el norte de África, donde se plantarían en unas horas (desde el punto de vista estratégico-militar, se considera a Morón como parte de África). Además, hay aviones KC-130J para repostaje en vuelo, lo que le permite apoyar a misiones aéreas en África u Oriente Próximo. 
 Desde hace unos años, se está hablando de trasladar la sede del Africom –ahora en Stuttgart (Alemania)– a España. Se habló primero de Morón y en septiembre pasado, The Washington Post hablaba de Rota.
 Mantener bases militares, que posiblemente alberguen armas nucleares de manera permanente o en tránsito, a 20 kms de Rota y 75 de Sevilla, supone, sin duda, una grave imprudencia.
  Las bases militares estadounidenses existen en virtud de un Acuerdo Defensivo España-Estados Unidos del 26 de septiembre de 1953, firmado por el gobierno fascista de Franco. Con este convenio, Franco daba un paso más hacia el reconocimiento internacional de su régimen, proceso iniciado en 1945 cuando la Asamblea general de la ONU con la complicidad de Stalin revocó su condena al régimen franquista. A cambio, Franco se sometía al control militar del imperialismo norteamericano, algo que todos los gobiernos de la Monarquía y el régimen del 78 han mantenido. La responsabilidad penal e incluso civil del personal de las bases quedaba y queda fuera de la jurisdicción española. 

 Fuera las bases y la Otan 

 La posición del movimiento obrero y de sus organizaciones era, de manera unánime, el rechazo a la integración en la Otan y la exigencia de cierre de las bases militares yanquis. Felipe González, que llegó al gobierno en 1982 con un compromiso de convocar un referéndum para salir de la Otan, traicionó ese mandato popular y, aunque convocó el referéndum, defendió que España se mantuviera dentro de ese organismo. El referéndum se celebró en 1986, y el gobierno de González puso todo su peso en la balanza, amenazando el presidente por televisión con dimitir si ganaba el no. Finalmente 9.054.509 votaron a favor, y 6.872.421 en contra. Casi 14 millones se abstuvieron, cerca de 200.000 votaron nulo y 1.127.673 en blanco. El No a la Otan ganó en Canarias, Cataluña, País Vasco y Navarra. Mantenerse en la Otan fue aprobado, por tanto, por un 31% del padrón electoral. 
 El rechazo social y la enorme movilización popular contra la Otan y las bases (hubo manifestaciones de hasta un millón de personas) obligó al gobierno a cerrar, en 1987, dos bases estadounidenses, la de Torrejón y la de Zaragoza. 
 El secretario general del Partido Comunista (partido que se había opuesto a las bases), Alberto Garzón -actual ministro de consumo del gobierno del frente popular-, declaró recientemente que “lo primero” es defender los empleos de las bases militares de EE.UU. y no su cierre. Pero Garzón no está sólo en este giro, al que se sumó el “trotskista” alcalde de Cádiz, José María González («Kichi»), quien decía en 2013, como portavoz de la Marcha a Rota, lo siguiente: “para que a pesar del castigo que sufrimos aquí con el desempleo, nadie aquí sucumba al engaño de que el escudo antimisiles generará empleo en la zona…”. Luego pasó a defender la venta de corbetas a Arabia Saudí, escudándose en los puestos de trabajo de los astilleros, y no se le ha visto en ninguna de las últimas marchas a Rota. 
 ¿Tantos son los puestos de trabajo implicados en las bases? En el caso de Morón llegó a haber 450 empleados españoles. En cuanto a Rota, la plantilla española está ahora alrededor del millar de empleados, aunque ha llegado a estar en unos 800. El presidente del comité de empresa, Manuel Urbina, lamentaba los bajos sueldos y las condiciones laborales de estas nuevas contrataciones. “Lo que se ha hecho es firmar contratos de 20 horas y con sueldos de 520 euros”. Esos empleados están fuera de la protección de los tribunales españoles. Como queda demostrado “la defensa de los puestos de trabajo” es una simple excusa de los integrantes del Frente Popular para postrase frente a los yanquis y la Otan. 
 Quienes viven de las instituciones del régimen franquista del 78 abandonan toda pretensión de patriotismo cuando se trata de abordar la sumisión militar al imperialismo norteamericano. 
 Los trabajadores y los pueblos necesitamos una dirección independiente de la Monarquía que expulse a las bases yanquis, a la Otan y la UE y termine la agresión contra los pueblos del Magreb, el norte de África y el Oriente Próximo. 

 Antonio Rosselló

martes, 17 de noviembre de 2020

No a la LUC es total y total es toda


LUC= ley de urgente consideración. Equivalente a pobres subsidiando a los ricos, bajo pena de represión si oponen resistencia. 
 El campo popular, el que vive de un mísero salario, el que hoy no puede construir un ingreso y vaya que son muchos. Los que viven de una jubilación que siempre fue corta y no cubre los largos días del mes, el pensionista que ya supera los 70 años, los que tienen dolencias crónicas, los niños que comen en los comedores y no se les achico el estómago por la pandemia y ya sienten el recorte.
 Miles de uruguayos recorren las ollas, unos pidiendo solidaridad para poder cocinar, otros que sin ellas (sin la olla popular) no podrían comer. Los miles de seguros de paro a términos y los que este mes dejarán de percibirlo, si no es este será el otro. Más de 100 mil nuevos trabajadores retornando a la pobreza. 
 Eso es Uruguay y es también el de los fines de semanas con miles de autos transitando las rutas y la interbalnearia en particular. Vio como aquella infeliz frase golpea y muy mal "dónde está la crisis, miles de autos en las rutas". Esto lo leíamos y escuchábamos cuando el 2008 golpeó la puerta y luego fue el 14, finalmente el 2019. 
 Hay que estar atento y observar la marcha y los acontecimientos, hay que someter a la crítica nuestras acciones y si se es gobierno no hay que ser indiferente a las alarmas. 
 Los pueblos, las masas siempre están en movimiento, están por el cambio. Hay que orientar y acompañar el movimiento. Sólo los necios y los soberbios ven la vida en cifras y datos. Sin vínculo con las masas, con la clase generadora de valor, se pierde toda perspectiva y se retorna, nunca al mismo punto de partida, ahora sí es seguro que se retorna a la restauración capitalista, se hace este retorno asentado y dirigido por la reacción, la de derecha y la de Izquierda. Esta última es la del grito "todos son los mismos" o incluso son los que llegan a decir " es mejor que gobierne la auténtica derecha", los de "cuanto peor mejor".
 La reacción de derecha es de clase, es de clase dominante, es de patronal, de capital financiero, de imperialismo "yanky" es esa y esa es la que nos gobierna. Si alguien tiene la idea de unir y construir un arco opositor, es NO a la LUC. Ese es el cuerpo DOCTRINARIO del gobierno. 
El campo popular no puede ser rehén de la legitimidad que le otorgó el FA a una ley inconstitucional.
 El FA repite errores y peca por mucho o por poco, en este caso le acomodo y le retoco la ley en más de la mitad de su articulado. Enfrentar la LUC podría ser su confesionario y tal vez el campo popular los absuelva. 

 Osbaldo Zuñiga

Contra la LUC

La humanidad en un proceso superador, salto de la recolección al acopio. El desarrollo no lineal es ascendente. Los modos de producción son superados dialécticamente. 
El capitalismo es un modo de producción anacrónico, su sustento es la dominación para explotar. La explotación tiene como núcleo la plusvalía y el acresentamiento de la taza de ganancia. 
 Su lógica está reñida con la ética, la máxima ganancia no admite cuestionamientos de orden moral.
 La concentración y centralización del capital es el resultado del avasallamiento de todo derecho y de uno en particular, los derechos humanos resultan un enunciado vacío frente a tamaña injusticia. Las sociedades anónimas y la irrupción de tapas de revistas hacen a los 10 hombres que concentran el PBI de buena parte de los países más pobres. 
 Este fenómeno que observamos como natural tiene aspectos cuantificables; millones de mujeres, niños y hombres sin ningún derecho y uno en particular, el derecho a vivir. 
 Mueren por hambre millares de niños, mujeres y hombres. 
Potencialmente hay una humanidad de reciente incorporación, 200 millones de nuevos pobres e indigentes va dejando este año, el 2020. 
 Salvo declaraciones, datos y cifras, no hay una sola medida práctica que busque revertir tal fenómeno. El CAPITALISMO entra en una fase letal para un segmento de la humanidad. Es el mundo, la región y es el Uruguay silenciado.
 El amortiguador cada vez más anemico, es la solidaridad, son las ollas populares. No es la pandemia, es si la concentración del capital. Son las políticas implementadas desde los ESTADOS de clase y sus gobiernos. 
 Es el pobre subsidiando la riqueza, ese es el cuadro. En lo particular llama la atención la falta de comprensión de este fenómeno en curso. En Uruguay hay una doctrina de gobierno maquillada en el democratismo. 
El gobierno que asumió en marzo no es un gobierno de improvisado, es si un gobierno capitalista, de ajustes, recortes, desocupación. Su núcleo central del ejercicio de gobernar se asienta en dos aspectos fundamentales:
 1) LUC = ley de urgente consideración. Ese es su cuerpo doctrinario.
 2) Ley presupuestal, está en sus aspectos básicos define su prioridad en términos de movilidad económica, distribución y transferencias de rubros a los distintos ministerios, entes autónomos y otros organismos. 
 Muchas veces se incorporan artículos inconclusos o de libre interpretación, estos serán complementados con las sucesivas rendiciones de cuentas presupuestales. 
 Un aspecto de este cuerpo articulado del gobierno es factible de ser llevado a referéndum a partir de la iniciativa popular. 
Este es entonces el eslabón del cual tirar, no tiene ningún valor la discusión de su articulado y la reparación de uno o muchos artículos, acá no se trata de ponderar cual es peor o mejor, acá se trata de un cuerpo integral que refleja desde el punto de vista práctico, cual es la proa y centralidad de este gobierno. 
 Es No a la LUC 

 Osbaldo Zuñiga

Operación Carlota


Raúl Díaz Arguelles

El final del apartheid 

Gracias a la ayuda solidaria cubana, se consolidó la independencia de Angola, se logró la de Namibia y se le dio el tiro de gracia al régimen racista sudafricano Tras el derrocamiento de la dictadura fascista que hasta 1974 oprimía al pueblo portugués, el nuevo Gobierno de ese país se comprometió a desarrollar un proceso de descolonización en sus posesiones africanas, que incluía el otorgamiento de la independencia a Angola en noviembre de 1975. 
 Para ello, proyectó integrar un Gobierno provisional con las tres fuerzas que reclamaban entonces ser los genuinos representantes de esa nación africana: el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), dirigido por Agostinho Neto, el cual prácticamente había llevado el peso de la insurrección contra el colonialismo lusitano; el Frente Nacional de Liberación de Angola (FNLA), encabezado por Holden Roberto, con estrechos nexos con el sátrapa zairense (Congo Kinhasa) Mobutu Sese Seko y círculos de poder estadounidenses; y la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (Unita), liderada por Jonas Savimbi, un personaje apoyado por Pretoria (Sudáfrica). 
 Estas dos últimas organizaciones, siguiendo orientaciones de potencias foráneas, boicotearon al Gobierno provisional, rompieron relaciones con el MPLA, torpedearon la convocatoria a comicios con vistas a elegir el gabinete que asumiría el poder tras la retirada de las autoridades portuguesas y comenzaron a prepararse militarmente, con el apoyo de Zaire y el régimen del apartheid, para enfrascarse en una guerra civil contra los partidarios de Agostinho Neto. Además, ya habían comenzado las incursiones de tropas regulares sudafricanas en el sur del país que presagiaban una inminente agresión armada. Ante la situación, este patriota solicitó a Cuba la ayuda solidaria. 
El primer comandante Raúl Díaz Argüelles (héroe de la sierra y el llano durante la insurrección contra la tiranía batistiana y, en 1975, jefe de la Décima Dirección del Minfar) marchó a Luanda, la capital del país, para asumir la jefatura de la Misión Militar cubana, con la tarea de organizar, preparar y armar unas 50 unidades de las Fapla (Fuerzas Armadas Populares para la Liberación de Angola), entre batallones de infantería y baterías de artillería, en escuelas que él ayudó a fundar. 
 Tres buques se encargaron de transportar a la mayoría de los instructores y sus jefes; los otros hicieron el viaje por avión. De acuerdo con lo convenido entre Díaz Argüelles y Neto, partieron hacia la nación africana unos 480 efectivos, entre el 5 y el 11 de octubre de 1975, además de 12 000 fusiles checos R-52, piezas de mortero, antiaéreas y cañones antitanques, así como otros pertrechos. 

 Cuatro centros de entrenamiento 

Para los reclutas de las Fapla se acondicionaron cuatro centros de entrenamiento: uno en N’Dalatando, a 300 km al este de Luanda; otro cerca del puerto de Benguela, a orillas del Océano Atlántico; el de Saurimo, ubicado en la provincia de Lunda Sul, al nordeste de la nación; y el del enclave norteño de Cabinda, territorio separado del resto del país por el río Congo y un corredor zairense de 64 kilómetros de ancho. Entretanto, tropas de Pretoria penetraban en el sur del territorio angolano desde Namibia y avanzaban hacia Luanda. Simultáneamente, elementos del FNLA y soldados zairenses, en el norte, intentaban en dos oportunidades romper la defensa de las Fapla en Quifangondo, situado a 22 kilómetros de la capital. El 2 de noviembre, en Catengue, un grupo de instructores militares cubanos y sus alumnos enfrentaron la ofensiva de tropas regulares del régimen del apartheid, quienes, gracias a su superioridad en hombres y medios, lograron continuar su avance. La contienda “comenzaba a parecerse más sudafricana que angolana”, como afirmaría años después el historiador del país agresor, F.J. du Toit Spies, y por primera vez en ella se derramaban juntas sangre cubana y africana. 

 En homenaje a una esclava rebelde 

Ante esa evidente injerencia extranjera, Fidel, Raúl y la dirección de la Revolución Cubana accedieron a enviar las primeras tropas regulares de nuestro país para enfrentar a los invasores. De esta forma, se inicia la Operación Carlota, que toma su nombre de una lucumí, figura relevante en la formidable sublevación de esclavos acaecida en noviembre de 1843 en Matanzas. Rápidamente los internacionalistas cubanos entraron en acción reforzando a los defensores de Quifangondo, angolanos y cubanos propinaron una aplastante derrota allí a los atacantes el 10 de noviembre de 1975. Luanda estaba salvada. Pasado un minuto de las 12 de la noche de ese mismo día, el presidente Neto proclamó en un mitin multitudinario el nacimiento de la República Popular de Angola (RPA). 
 En Cabinda también se combatía. El 8 de noviembre, a las 11 de la mañana, el sátrapa zairense Mobutu Sese Seko lanzó dos batallones de sus fuerzas regulares apoyados por unos 150 mercenarios blancos y unidades del llamado Frente de Liberación del Enclave de Cabinda (FLEC), aupado y entrenado por Mobutu, en dirección al este de aquella ciudad. Los agresores cayeron en un campo de minas, por lo que detuvieron su ofensiva. Tropas del Frente Sur se trasladan hacia la frontera con Namibia. Al día siguiente reanudaron el avance, pero un pelotón con cuatro bocas 14.5 bien emplazadas, operadas por cubanos, y la Compañía Fapla de personal fronterizo, apoyados por lanzacohetes GRAP-1P acabados de llegar de Cuba, abrieron fuego a ras de tierra y les causaron grandes pérdidas al enemigo, el cual se vio imposibilitado de continuar su ataque. 

 La batalla de Cabinda 

Tras rechazar un intento de desembarco naval de las tropas zairenses que pretendía sorprender por la retaguardia a los defensores del enclave, el comandante Ramón Espinosa, jefe del Centro de Instrucción Revolucionaria de Cabinda, agrupó a más de 1 000 efectivos Faplas, 191 asesores cubanos y unos 40 artilleros de la Isla, para lanzar una contraofensiva el 12 de noviembre, la cual expulsó de ese territorio a las fuerzas invasoras. De ese modo finalizó la batalla de Cabinda, donde en solo 90 horas el enemigo tuvo más de 1 600 bajas. Los racistas sudafricanos, entretanto, no cejaban en su empeño de apoderarse de Luanda. El 10 de noviembre tropas regulares del régimen del apartheid, junto con efectivos del FNLA y la Unita, comenzaron a avanzar desde Lobito hacia Novo Redondo. A pesar de la heroica resistencia del destacamento Fapla y sus asesores cubanos, Novo Redondo cayó en poder de los invasores, por lo que quedó abierto el camino hacia Porto Amboim y la capital. 

 Ebo 

A milla y media al norte de Ebo, en el camino a Gabela, en un puentecito de madera que cruzaba el río Mabasa (estrecho y profundo), la avanzada sudafricana cayó en una emboscada en la mañana del 23 de noviembre. Los RPG-7 de los aliados cubano-angolanos inutilizaron seis blindados del enemigo. La infantería invasora fue diezmada por los certeros disparos de los morteros 120. Las BM-21 abrieron fuego sobre parte de la columna y destruyeron otros dos blindados y un camión. En medio de un aguacero el enemigo se replegó. Las fuerzas revolucionarias lamentaron la muerte del cubano Juan Tamayo Castro; otros cinco habían sido heridos. Las Fapla no tuvieron bajas. Las huestes de Pretoria sufrieron alrededor de 80 o 90 muertos y heridos, y siete u ocho blindados inutilizados, según fuentes sudafricanas. 
 Sorprendidos por esta derrota, el régimen racista decidió hacer una pausa en su ofensiva, lo que aprovecharon los aliados FAR-Fapla para aumentar sus fuerzas y recibir a los buques Vietnam Heroico, Imías y Océano Pacífico, que con 1 253 hombres y armas pesadas arribaron a la nación africana entre el 27 de noviembre y el 1º de diciembre. Estos refuerzos, en opinión del historiador Piero Gleijeses, fueron decisivos para cambiar la correlación de fuerzas en el teatro de operaciones militares y la posterior expulsión de los invasores del sur de Angola. 
 Transcurridos 20 años de la batalla de Ebo, Iko Carreira, quien fuera ministro de Defensa de la RPA, afirmaría: “Resultó decisiva y la victoria se debió, sobre todo, a Díaz Argüelles, quien pasó a ser una leyenda en la historia moderna de Angola”.

 Retrospectiva desde 2020

 Lamentablemente, por limitaciones de espacio no podremos abordar los sucesos que acaecieron después de que en 1976 se retiraran de Angola las tropas regulares de Sudáfrica, aunque en los años siguientes, Pretoria emprendió una guerra sucia contra ese país y su Ejército volvió a hollar el suelo de esa nación. La Operación Carlota en realidad no finalizó hasta 1991, después de que el régimen del apartheid admitiera su fracaso tras la derrota contundente, desde el punto de vista militar, en la batalla de Cuito Cuanavale. 
 Al referirse a ella, Nelson Mandela aseguró: “marca el viraje en la lucha para librar al continente y a nuestro país del azote del apartheid”. A partir de esta acción combativa, se puso fin al régimen racista en Sudáfrica, se logró la independencia de Namibia y se sentaron las bases para el proceso de paz y reunificación del Estado angolano. 

 Unos 360 000 cubanos

 Entre 1975 y 1991, unos 360 000 cubanos (más de 300 000 como combatientes) prestaron ayuda solidaria en la guerra de este hermano pueblo por consolidar su independencia. De ellos, 2 016 cayeron en combate o fallecieron por otras causas. Y la cooperación no fue únicamente militar. En 1977 había más de 1 000 colaboradores cubanos entre médicos, constructores y técnicos. Ese año la representación del país africano a la Asamblea Mundial de la Salud declaró: “la contribución más importante en el campo de la salud ha venido de Cuba sin que nos pidiera nada a cambio. Teníamos solo 14 médicos, ahora tenemos más de 200”. 
 No es de extrañar que en una reunión de líderes africanos, a finales de los 80, se oyeran declaraciones como esta: “Los combatientes cubanos están dispuestos a sacrificar sus vidas por la liberación de nuestros países y, a cambio de esa ayuda a nuestra libertad y el progreso de nuestra población, lo único que se llevarán de nosotros son sus combatientes que cayeron luchando por la libertad”. 

 Pedro A. García 

 Fuentes consultadas: 

Los libros Misiones en conflicto, de Piero Gleijeses, y Secretos de generales, de Luis Báez. Los textos periodísticos Operación Carlota, de Gabriel García Márquez (Tricontinental, 1977); Nace la Operación Carlota, Los rostros de la guerra sucia y Epopeya de millones, todos de María Julia Mayoral (Granma, ediciones del 31 de octubre, 1º de noviembre y 2 de noviembre de 2005, respectivamente); y Angola rinde tributo al internacionalista cubano Raúl Díaz-Argüelles, de Armando Reyes (Prensa Latina, 15 de diciembre de 2008).

lunes, 16 de noviembre de 2020

Colapsa Italia: los casos diarios rozan los 40.000


Las imágenes de Italia difundidas en los últimos días en las que se ve a pacientes Covid positivos siendo atendidos en las afueras del Hospital Cotugno de Nápoles pone la mira nuevamente en la crisis sanitaria que atraviesa el país y lo agudo de la misma. Sucede que fueron atendidos desde sus autos por profesionales de la salud al no haber lugar dentro del hospital producto del colapso que se vive en estos momentos. 
 Los números también son claros: ayer se registraron 37.977 casos nuevos y 636 muertes; un número altísimo de fallecimientos que no se veía desde abril. No son cifras aisladas, hace aproximadamente 10 días que los casos no bajan de 30.000. 

 El fin del “milagro” de Europa

 Durante la primera ola se vieron los primeros indicios de años de desfinanciamiento del sistema de salud; sin embargo, el pico llegó el 21 de marzo con 6.557 positivos. Parece poco creíble que estemos hablando de la misma región que en abril llegaba a los 200.000 contagios totales y hoy alcanza el millón.
 La pregunta es qué pasó con el país que el resto de las naciones admiró por recuperarse del coronavirus. Y la respuesta la vemos en lo que sucedió meses después, cuando nadie miraba a Europa. Lo concreto es que, a medida que bajaron los casos, lógicamente se pusieron en marcha más y más aperturas. Sin embargo, el tiempo ganado no fue utilizado por el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, para reforzar el sistema de salud que tanto sufrió la primera vez, tampoco para equipar con mayor personal a los hospitales. 
 En este sentido, las restricciones para acceder a un puesto en el sistema de salud nacional para médicos no italianos son muchas; así lo declara la Asociación de Médicos Extranjeros en Italia, que denuncia que de 77.500 profesionales que residen en el país solo el 10% trabaja en dicho sistema y que, quienes lo hacen, por lo general cobran los salarios más bajos del sector (Página 12, 12/11). A dicho problema se suman los casos entre personal de salud que no paran de crecer y que lo deja inhabilitado para cumplir sus funciones. En abril ya se contaba con 17.000 profesionales contagiados, casi el 10% del total. 

 Cuarentena a la italiana

 En este marco, el Colegio Nacional de Médicos de Italia envió una carta para reclamar una cuarentena estricta para evitar que se profundice el colapso sanitario y las muertes comiencen a bajar. Vale preguntarse por qué esto aún no sucedió. 
 Por ahora, Italia se maneja con «zonas», cada una con un riesgo epidemiológico diferente. Pero, incluso sobre las zonas rojas, el presidente de la Federación Nacional del Colegio de Médicos declaró que «igual permiten a los ciudadanos ir a trabajar», demostrando la presión patronal para que los trabajadores no vuelvan a un confinamiento seguro. Incluidas en las zonas rojas se encuentra Lombardía, región fundamentalmente fabril que desde Prensa Obrera advertimos era una de las más golpeadas por el coronavirus y, a su vez, de las más reacias a que el gobierno acceda a confinar, encontrándose en conflicto los intereses de las patronales de mantener su tasa de ganancia, armando hasta los más ridículos operativos para declarar a sus actividades esenciales y así poder tener un permiso de circulación, con los de la clase obrera por cuidar su salud, la cual tuvo su reacción mediante la intervención de los sindicatos y huelgas en las empresas.
 El hundimiento económico de la zona tiene como principales afectados, como de costumbre, a los trabajadores. Las cifras de desempleo son alarmantes: llega al 10%, aunque entre los menores de 25 sube hasta el 30%. La prohibición de los despidos, al igual que en Argentina, no fue más que un papel mojado, con una pérdida de 410.000 empleos. La presión por que no se sumen restricciones tiene un trasfondo patronal, ya que la caída de la actividad industrial que se espera para este 2020 es del 10%; también como de costumbre, el gobierno centroizquierdista cede ante esta presión exponiendo a la población toda.
 Para las patronales menos restricciones, pero para la clase trabajadora militarización. Los envíos de efectivos del ejército son un hecho, así como lo hicieron al inicio de la cuarentena italiana y como se replicó en el resto del mundo. La nueva misión de las fuerzas represivas del Estado es que se «cumpla» la cuarentena de la mano de más represión.

 El colapso que se viene 

En este punto, el problema de la falta de camas, respiradores y demás recursos para atender a pacientes no solo afecta a los enfermeros por coronavirus, sino a toda la población que tenga alguna condición crónica o aguda. La población italiana advierte que la mayoría no va a los hospitales por miedo a los contagios, deteriorando su salud y posibles tratamientos. El colapso alcanza a todas las personas, no solo a aquellas que se contagian y presentan síntomas. Y lo que demuestra es que los gobiernos de Europa no se han preparado para la segunda ola luego de la experiencia vivida en el primer trimestre del año. 
 Lo que sucede en Italia es una advertencia de lo que puede venir para Argentina. El gobierno da por terminada la pandemia a la vez que aumenta las aperturas y el sistema de salud sigue desgastado frente a la nula inversión en el sector, con una continuidad en el ajuste como lo refleja el presupuesto 2021. Esta política nos expone a colapsos sanitarios en una posible segunda ola. Es que todo el problema del gobierno argentino y donde está puesta el conjunto de su voluntad política y económica es en el acuerdo de reestructuración de deuda con el FMI y la serie de gestos que pueda hacer hacia el capital financiero. 
 Sin embargo, el coronavirus lejos está de terminar. Frente al ataque a la clase trabajadora debemos organizarnos para no ser una Italia 2.0, reforzando el sistema de salud desde ahora y poniéndole un freno a la avanzada sobre nuestra salud y calidad de vida. 

 Lucía Miguez

viernes, 13 de noviembre de 2020

El desenlace de la guerra entre Armenia y Azerbaiyán


Con la firma de los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y Azerbaiyán, Ilham Aliyev, y del primer ministro armenio, Nikol Pashinián, se dio a conocer el último lunes una declaración de alto al fuego que pone fin al enfrentamiento armado entre los países caucásicos que comenzara a fines de septiembre y que dejó, de acuerdo a diversas fuentes, 5 mil fallecidos entre civiles y militares (Página 12, 11/11). 
 La disputa alrededor del control del enclave de Nagorno Karabaj, con mayoría de población armenia pero dentro de las fronteras reconocidas de Azerbaiyán, y los territorios adyacentes culminó, al menos con este armisticio, con una derrota de Armenia. Las regiones que circundan Nagorno Karabaj, bajo control de facto de Armenia desde la guerra que finalizó en 1994, deberán ser devueltas a los azeríes, incluyendo una fracción del propio territorio karabají. 
 El desenlace al que se ha arribado se fundamenta en la superioridad militar de los azeríes ya que, gracias a sus cuantiosas regalías petroleras, lograron hacerse con pertrechos militares de última tecnología con lo que inclinaron la balanza a su favor. Azerbaiyán venía ocupando una a una las regiones en disputa, lo que incluyó la toma de la ciudad de Shusha, la segunda en importancia dentro de Nagorno Karabaj, ubicada a solo 15 kilómetros de Stepanakert, la capital regional. Estos resultados en el terreno militar llevaron al gobierno armenio a aceptar las condiciones del cese al fuego.
 Ambos países deberán retirar sus fuerzas armadas del teatro de operaciones, que quedará bajo el control de un “cuerpo de paz” ruso compuesto por 2 mil soldados y cientos de vehículos. La retirada de las fuerzas armenias del propio territorio karabají es otro revés significativo para el país cristiano. La reacción popular en Armenia contra este devenir de los acontecimientos no se hizo esperar. Ereván, la capital, se vio conmovida por miles de manifestantes que pedían la renuncia de Pashinián al que acusan de traidor. Las protestas incluyeron la toma del parlamento, de distintas oficinas gubernamentales y de la residencia del primer ministro. La crisis política parece escalar con las declaraciones del presidente armenio (se trata de un régimen parlamentario), Armén Sarkissián, indicando que él no fue consultado ni formó parte del acuerdo de paz alcanzado y sus condiciones.
 Mientras que los miles de armenios en las calles expresaban su amargor ante lo que consideran un abandono por parte del resto del mundo en su enfrentamiento con los azeríes (fuertemente apoyados por Turquía), todo indica que la intervención política decidida, aunque tardía, de parte de Rusia apuntó a impedir que Azerbaiyán lograra tomar el conjunto del territorio en disputa, generando un escenario aun más dificultoso para Armenia. El compás de espera dispuesto por Putin, a pesar de ser el principal aliado histórico de Armenia, se debería no solo a que los azeríes también son importantes socios comerciales sino que apuntaba a desgastar al gobierno armenio generando una mayor dependencia de ese país respecto de Rusia. La causa de este accionar por parte del mandamás ruso residiría en que Pashinián llegó al poder luego de fuertes movimientos de protesta que echaron al ex primer ministro Serzh Sargsián quien mantenía a Armenia fuertemente dentro de la órbita de influencia rusa. 
 El tablero geopolítico regional se verá fuertemente modificado con el saldo del conflicto, no solo porque Rusia mantiene una fuerte influencia (en una de las zonas con mayores reservas de combustibles fósiles del mundo), lo que incluye contar con una fuerza de ocupación militar, sino porque también se ve relativamente fortalecida Turquía. Esto último debido a que su aliado Azerbaiyán se impuso en el conflicto, aunque el rol de Turquía no alcanzaría las expectativas de Erdogan ya que el presidente turco no logró desplazar a Putin como principal árbitro en el Cáucaso. Que todo este enfrentamiento se haya desenvuelto sin que Estados Unidos logre terciar o profundizar su influencia es una expresión más del debilitamiento que el imperialismo yanqui sufre como consecuencia de la profunda crisis económica mundial que lo tiene como a uno de sus principales focos. 
 Si bien la rabia desplegada en Ereván contrasta con el júbilo manifestado en las calles de Bakú, la capital azerí, los trabajadores y explotados de la región no tienen nada que festejar. La guerra ha sido expresión de odios nacionalistas y religiosos exacerbados por las clases dominantes de cada país y un escenario de disputa entre las potencias regionales. El conflicto ha sido usado además por los gobiernos y las burguesías para encubrir las penurias que sufren los explotados de ambos países. Ninguno de los dos campos en disputa jugaba un rol progresivo.
Los trabajadores deben apartarse del chauvinismo para enfocar sus energías contra sus opresores nativos y extranjeros, en la senda de una federación socialista del Cáucaso que barra con la opresión de clases, los odios sectarios y nacionales. 

Leandro Morgan