sábado, 22 de diciembre de 2007

Firmamos para anular Ley de Impunidad. Luchamos por un programa obrero y popular (declaración conjunta)‏


Las fuerzas militantes, políticas y sociales, que suscribimos este pronunciamiento, firmamos por Anular Ley de Impunidad.

Porque responde a una conciencia democrática de la clase trabajadora y del campo popular. Porque expresa una demanda innegociable como es juzgar, castigar y encarcelar a todos los criminales de lesa humanidad - militares, policiales y civiles – que desde el terrorismo de Estado, arrasaron todas las libertades y reprimieron todas las resistencias.
Porque Anular la Ley de Impunidad, es parte integral de la lucha contra cualquier pretensión de "punto final", y contra todo intento de "reconciliar" a las Fuerzas Armadas con el pueblo trabajador
Porque responde, en definitiva, a una necesidad política y estratégica fundamental, como es la lucha por desmantelar toda la arquitectura represiva del Estado que, por la vía de las instituciones militares, policiales y judiciales, garantiza la sobrevivencia del régimen burgués de dominación. Porque esta "mano de hierro", no solo actúa como amenaza represora e instrumento de criminalización de la protesta social, sino que permite a la "mano invisible" del mercado reproducir la explotación capitalista.
Al mismo tiempo, nuestra decisión de firmar y luchar por la Anulación de la Ley de Impunidad, se acompaña de la más categórica denuncia de la bancada parlamentaria del Frente Amplio que en ningún momento - pese a contar con las mayorías necesarias - tuvo la dignidad política de Anular la Ley de Impunidad desde ese recinto donde, una infame coalición de blancos y colorados, le dieron nacimiento.
Las fuerzas militantes, políticas y sociales, que suscribimos este pronunciamiento y que hoy compartimos esta jornada de lucha unitaria, entendemos que este compromiso de firmar y luchar por Anular la Ley de Impunidad, está vinculado a la lucha por los derechos, las necesidades y los intereses de la clase trabajadora y del campo popular.
Esto es, hoy y aquí, la lucha contra el programa capitalista que el gobierno del Frente Amplio acordó con el FMI el 8 de junio 2005 y qué, en términos generales, cuenta con la bendición de las cámaras patronales. Es decir, la lucha por derrotar un programa que contiene todo los ingredientes de continuidad neoliberal, como ser: el pago de la fraudulenta deuda externa, las exoneraciones tributarias que favorecen al gran capital y permiten la implantación contaminante de multinacionales como Botnia y Ence; las privatizaciones directas o disfrazadas; la extranjerización de la tierra; los recortes presupuestales en inversión y obras públicas; la confiscación salarial; y el aumento de la carga impositiva al ingreso de trabajadores y jubilados, entre otros mecanismos, por la generalización regresiva del IVA.
A casi tres años de instalado el gobierno "progresista", la frustración alcanza a amplios sectores del pueblo trabajador y de la militancia de izquierda. El "cambio posible" prometido por el Frente Amplio, continúa postergando reivindicaciones tanto reivindicaciones históricas del movimiento obrero y popular, como necesidades sociales básicas e inmediatas. Mientras banqueros e industriales, exportadores y terratenientes se benefician del "buen clima de negocios" que impera en el país, el desempleo y la pobreza de masas siguen afectando a centenas de miles de trabajadores.
Esta realidad confirma, todos los días, que aquellos "principios fundacionales" de la izquierda uruguaya, que incluían entre otros puntos programáticos el no pago de la deuda externa, la nacionalización de la banca y la reforma agraria, han sido abandonados por un "progresismo" que habla de "humanizar" el capitalismo mientras camina de la mano con el imperialismo y sus tratados "de libre-comercio"; con las instituciones financieras internacionales y sus planes de "ajuste" y privatizaciones; con las clases dominantes locales que exigen más "rentabilidad" empresarial, menos salarios y peores condiciones laborales para los trabajadores.
El "balance de gestión" del gobierno frenteamplista es desolador por donde se lo mire. Mientras la economía "crece" por cuarto año consecutivo y las ganancias de la burguesía no paran de aumentar, la pobreza afecta a más de 800 mil uruguayos, de los cuales 300 mil no salen de su condición de "pobres estructurales" pese a los planes asistencialistas del gobierno. Es decir, que están condenados (ellos y sus hijos) a un futuro de miseria económica, sanitaria, educacional, y en definitiva, de extrema exclusión social.
Mientras tanto, la inmensa mayoría de la clase trabajadora continúa con salarios de hambre. El propio ministro Astori, sin la más elemental señal de vergüenza, lo ha reconocido recientemente: el salario promedio es 8.000 pesos, o sea, la cuarta parte de la canasta familiar. Y el salario mínimo apenas llega a 3.250 pesos, o sea, la décima parte de la canasta familiar. A este despojo, hay que "sumarle" el proveniente del IRPF, que expropiará a los trabajadores en 130 millones de dólares más por año.
El "balance de gestión" del gobierno frenteamplista es también un desastre en materia de empleo. Los desempleados llegan a 150 mil, los trabajadores "informales" son 494 mil, y los callejeros son 62 mil (ganan un promedio de 3.600 pesos). Mientras el gobierno hace discursos sobre la "caída del desempleo", la realidad (y las estadísticas) indican que la mayoría de los empleos nuevos apenas llegan a un salario mensual de 4 mil pesos.
Esta política económica antipopular, que reproduce la confiscación salarial, el desempleo y la pobreza de masas, tiene como contracara indecente innumerables casos de "tráfico de influencias" practicados desde distintos círculos del gobierno; de coimas por privatizaciones y "concesiones" (negocio de Pluna- Leadgate); de nepotismo municipal (Canelones y Salto); asociaciones municipales-empresariales (Maldonado); cuando no casos de escandalosa corrupción (Bengoa-Orestes González en Casinos Municipales), y finalmente, la privatización del Hotel Casino Carrasco, en beneficio de grupos capitalistas extranjeros .
Este maridaje del gobierno con las esferas "sucias" del capital transnacional y local, va de la mano de una subordinación a las estrategias políticas del imperialismo, tanto norteamericano como europeo. Subordinación directa o disfrazada bajo la coartada de "mandatos" de la ONU: desde la "Operación Unitas" y la invitación al genocida de Bush, hasta el envío de tropas de ocupación al Congo y Haití. Es decir, en lugar de una acción soberana y antiimperialista, una política que remacha el carácter neocolonial del país frente a los centros imperiales que dirigen la mundialización capitalista. En lugar de una política de apoyo a las luchas de los pueblos de Venezuela, Bolivia y Ecuador, y de denuncia de las oligarquías cómplices de los planes contrarrevolucionarios de EEUU en esos países hermanos, una política de "buenos modales" diplomáticos, funcional a la dominación imperial.
Ante este paisaje "progresista", las luchas populares que se desarrollan son la principal vía de resistencia acumulación social: enfrentando la prepotencia patronal contra los trabajadores, denunciando el chantaje de las corporaciones empresariales que se niegan a digerir hasta el más mínimo de los avances en los derechos sindicales, luchando contra el programa económico del gobierno y del FMI. La resistencia obrera y popular que se ha manifestado en estos últimos meses - a través de huelgas, marchas, ocupaciones de fábricas, tierras y liceos, de cientos de nuevos sindicatos, de campamentos, de escraches a la impunidad - continuará profundizándose, en la medida que, justamente, el programa acordado con el FMI seguirá atacado los derechos y las condiciones de vida de la clase trabajadora y sus aliados oprimidos del campo popular.
Es en tal sentido, que las fuerzas militantes, políticas y sociales, que suscribimos esta pronunciamiento, insistimos (y continuaremos insistiendo) sobre una necesidad impostergable: construir y organizar una oposición desde principios de izquierda, desde abajo, desde las luchas y desde la solidaridad con esas luchas; construir un bloque político y social de carácter antioligárquico, antiimperialista y anticapitalista que se transforme, desde la lucha de clases, en la herramienta que levante e impulse un programa alternativo de transformaciones revolucionarias y socialistas.

¡Soluciones a las necesidades populares!

- Aumento general de los salarios, recuperación automática por encima del 100% respecto a la inflación

- Salario mínimo de $ 15.000 (media canasta familiar)

- Eliminación del impuesto a los salarios y jubilaciones

- Eliminación del IVA a los productos de la canasta familiar y servicios públicos

- Congelamiento de precios, alquileres, tarifas públicas, y cuotas de mutualistas

- Suspensión de los cortes de "servicios esenciales" (luz, agua, teléfono); suspensión de los desalojos a familias trabajadoras

- Prohibición de despidos y envíos al seguro de paro

- Reducción de la jornada laboral, sin reducción del salario; por un plan de inversión pública para generar empleos genuinos

- Por la derogación de las AFAPs; por jubilaciones y pensiones igual a media canasta familiar

- Por un sistema único de salud, estatal e integral; por la despenalización del aborto

- Por el 6% del PIB para el presupuesto de educación

- Por un plan nacional de vivienda, confiscando a los grandes propietarios y especuladores inmobiliarios

- Por la reforma agraria y la expropiación de los latifundistas; contra la extranjerización de la tierra

- Por la nacionalización de la banca y la eliminación del "secreto bancario"

- No al nuevo "código policial"; por la derogación de todas las leyes represivas que criminalizan la protesta social

- No al pago de la deuda externa; rompimiento con los programas neoliberales del FMI y las otras instituciones financieras internacionales

- Fuera Botnia y Ence; no a las papeleras y a la contaminación medioambiental

- Fuera las tropas de ocupación en Haití y el Congo

ASAMBLEA DEMOCRATICA POPULAR DE PEÑAROL – COORDINADORA ANTIIMPERIALISTA DE LAS PIEDRAS – REFUNDACIÓN COMUNISTA – COLECTIVO MILITANTE – MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO ORIENTAL – FRENTE REVOLUCIONARIO POR UNA ALTERNATIVA SOCIALISTA – MILITANTES INDEPENDIENTES

SALIÓ PERSPECTIVA DE CLASE Nº 10



Ya salió
Perspectiva de Clase nº 10,
la prensa escrita del Partido Comunista de los Trabajadores

- El Pacto Social "K", más penurias para los trabajadores y el pueblo - Editorial
- Febres: el silencio de los culpables se garantiza con cianuro - comunicado de Correpi Sur
- Por Olga y Adriana ¡Ahora! - por Marta Speroni
- Movimiento Obrero - luchas, conflictos y comunicados
- Sobre la unidad de la Izquierda - por Vicente, PCT Salta
- La nueva ESMA: un gran imaginario urbano - por José Manuel Oroña, de la Juventud PCT
- Recuerdos del futuro - análisis de la situación internacional, por Emilio Arribalos
- Sólo el Pueblo salvará al Pueblo - a propósito del Referendum en Venezuela, por Gustavo Robles
- Bolivia es un avispero - Antonio Peredo Leigue
- Algunos puntos básicos para una plataforma de undad y lucha - propuesta del PCT

Partido Comunista de los Trabajadores

La Argentina del Pacto Social “K”

Más penurias para los trabajadores y el pueblo

Editorial

En el marco internacional de una crisis financiera global que pone en jaque –otra vez- los cimientos del sistema capitalista; de la evidente derrota de las tropas imperiales en Irak (de donde no saben cómo salir de la manera más decorosa posible), a pesar de lo cual la delirante y fascista clase dominante yanqui encarnada en su presidente Bush pretende encarar una guerra con un enemigo mucho mayor como Irán (pretensiones que han recibido un durísimo golpe de las 16 agencias de inteligencia de EEUU, que han desmentido el desarrollo bélico de la industria nuclear del gobierno de Mahmoud Ahmadineyad); cuando la reacción golpista de la derecha en Suramérica ha asestado un duro golpe en Venezuela y pretende desangrar y dividir el hermano pueblo boliviano, el renovado gobierno kirchnerista (con el 30% de los votos del padrón electoral), esta vez con la “señora” Cristina Fernández como nueva presidenta, se dispone a encarar el nuevo período bajo el encuadre de lo que ha dado en llamar el “Pacto Social”.
Detrás de la grandilocuente fachada que proporciona esa denominación, sus proponentes, el Estado y la gran patronal, tratan de sostener la línea de garantizar la esencia clasista y antisocial del sistema económico de mercado libre, impuesto al calor y el tambor de la dictadura militar, y continuado bajo la égida y el régimen de los posteriores gobiernos “demócratas”.
En el marco de la desregulación, privatización y reprivatización de las empresas públicas, apertura de la economía mediante, y sus desastrosas consecuencias sociales; de la flexibilización de las relaciones laborales y el empeoramiento de las condiciones de trabajo; de la limitación, restricción y eliminación de las libertades y derechos democráticos y sindicales; de la penetración de los monopolios, consorcios y corporaciones trans y multinacionales, y el despotismo de los bancos e instituciones de crédito internacionales, tales como el F.M.I., Banco Mundial, Club de París en la economía nacional; el susodicho “PACTO SOCIAL” es el arma política que oponen el Estado, los empresarios y la cúpula sindical burocrática atada al carro del capitalismo, contra el impetuoso crecimiento de las demandas de los trabajadores, dado que objetivamente en este movimiento, la tendencia a alcanzar la máxima libertad para defender sus intereses se ha tornado predominante. Esto es la esencia del “pacto” que se pretende institucionalizar: privar a los trabajadores de su derecho a luchar por sus intereses. Todo desde una legitimidad cuestionada, ya que el gobierno que lo impulsa es rechazado por 7 de cada 10 argentinos. Conscientes de ello, han pergeñado y aprobado dos herramientas fundamentales para lo que viene: la “Ley Antiterrorista” (“Ley terrorista contra el Pueblo”), y la prolongación de la Ley de Emergencia Económica, en realidad superpoderes para el oficialismo para disponer a su antojo de los dineros públicos previstos en el Presupuesto.

Reflexionemos: ¿Quiénes apoyan y convocan a este Pacto Social?

Son los mismos que en los últimos 30 años han generado y siguen generando deudas por 200 años, los mismos que pagan con el hambre, el incremento ilimitado de la pobreza, con sus secuelas de mortalidad infantil, insalubridad, desnutrición, analfabetismo, migración masiva, reducción marcada de las expectativas de vida, entre otros males sociales.
Son los gobernantes, patrones y la dirigencia sindical empresaria, que contrayendo y pagando deudas, nos llevaron a la hiperinflación primero, a la convertibilidad con hiperdesocupación después, confiscación de ahorros, devaluación del 200% de nuestra moneda y a la bancarrota de municipios, provincias y del país. Los mismos que permiten y apoyan, haciendo la vista gorda, el aumento de los precios. Los que crean y elevan los impuestos inmobiliarios en Capital y provincias y exencionan del pago a grandes empresas en ingresos brutos. Los mismos que cobran la salud y la educación antes gratuitas, previa destrucción de la educación y salud públicas tal como lo demuestran las últimas estadísticas. Los que cobran peaje en rutas y autopistas hechas por el Estado, los que las entregaron en concesión e hicieron desaparecer el dinero para su mantenimiento. Los que asaltaron los fondos previsionales de la seguridad social, transfiriéndolos a los círculos financieros. Los que autorizanron la creación de entidades privadas para que cobren tasas e impuestos a la vez que autorizan su incremento. Los mismos que fueron “amaestrados” para obedecer órdenes de los que saquean las riquezas y recursos, contaminan el ambiente, sometiendo al país a un pillaje permanente. Nos referimos específicamente a los gobiernos de Alfonsín, Menem, De la Rúa , Duhalde y Kirchner (y ahora le toca a Kristina). Desde los ’90, no se hacen regir para la minería metalífera, ni los derechos de exportación (retenciones), ni la obligación de liquidar las divisas en un plazo determinado, ni algún control para las remesas de dividendos o para pago de deudas, permitiendo incluso el establecimiento de empresas extranjeras en zonas de fronteras.
Encima de todo ello, se mantienen y sostienen las privatizaciones de las empresas más rentables aceptando las imposiciones del F.M.I. y el B.M. para que aquéllas permanezcan en manos de las multinacionales y acreedores internacionales, de tal modo las comunicaciones, la energía (petróleo-gas), puertos, aeropuertos, transportes, sean eliminados como propiedad estatal convirtiéndose en botín de los grandes consorcios transnacionales, que no trepidan en dar dinero y corromper a regímenes farsantes de todo signo para seguir robando la propiedad social de nuestra nación.
La burocracia sindical, corrompida hasta los huesos, aceptó “la propiedad participada”, para impedir la lucha de los trabajadores en defensa del patrimonio público nacional; se “colgó” de la creación de las A.F.J.P. para lucrar con los dineros de sus propios representados, convalidando la destrucción del sistema de reparto, para su propio provecho en pos de la riqueza personal, “poder” y “prestigio social”; la que durante años utilizó los aportes de los trabajadores a su obra social en campañas electorales, en negociados con laboratorios, asociaciones médicas y proveedores de todo tipo, cobrando jugosos “retornos”, “comisiones”, “créditos”, etc., es la que aceptó sin chistar la reducción de los aportes patronales para finalmente entregar las obras sociales a la voracidad del gerenciamiento privado; es la que se enriquece cobrando un porcentaje sobre el total de los trabajadores despedidos en todas las ramas de la economía nacional.
¿Quién podría pagar o entregar recursos para que quienes dirigen un Estado cometa o permita semejantes monstruocidades? La respuesta es harto conocida: los grandes círculos financieros y las poderosas multinacionales, asociadas a la burocracia sindical-empresarial, y el submundo del tercer mundo que es el capitalismo “nacional”. Todos ellos saquean económicamente a límites intolerables a los trabajadores, a los ciudadanos y a los fondos fiscales; nos oprimen políticamente, con la única finalidad de mantenernos sometidos e inermes hasta sacarnos la última gota de sudor y sangre, con lo que regímenes vendidos, patrones y burócratas sirven a los dueños del mundo y a su verdad: el “Dios Mercado”.
¿Quiénes gobiernan hoy? Los que proceden de la cúpula del P.J., los radicales “K” y el Frente para la Victoria , todos ellos venales burócratas, herederos de las peores tradiciones del “caudillismo” y “punterismo” político y siervos del capital financiero local e internacional, puesto que somos un país dependiente o neocolonial. En cambio a aquéllos que luchan contra estas tradiciones en el terreno político, social y sindical, los llaman”irresponsables”, “irracionales”, “ilegales”, que no quieren ver los cambios positivos. ¿De qué “cambios positivos” hablan? En nuestro país tenemos 2,5 millones a 3 millones de desocupados, 12 millones de pobres, indigentes gracias a la “mano invisible” de un secretario de comercio que al manipular los índices de precios, subestimándolos, ha transformado la línea de pobreza por debajo de los $945 mensuales, en línea de indigencia. Así nos dicen que bajaron la inflación y que tienen superávit. Esto es un éxito notable del gobierno si se tiene en cuenta que se lo ha conseguido con métodos nunca vistos: pautando índice de inflación por debajo de los reales, no pagan el trabajo (educadores, empleados públicos, trabajadores de la salud, etc.) ni le dan movilidad a las jubilaciones y pensiones. Este descubrimiento lo tendrían que patentar.
Es en este marco de necesidades en que languidecemos de sobrevivencia en la más atroz desnutrición (un ejemplo lacerante es Chaco), y de soportar las peores cargas tributarias directa e indirectas a los sectores medios y bajos, es que existe “la vocación de pagar” al Club de París (como expresó la presidenta) a cambio de nada, y de firmar un “Pacto Social” de saqueo, despojo del país (pago de la deuda externa) y empobrecimiento de los trabajadores y el pueblo que permita el abono de los montos crecientes (2008/2009/2010), de las obligaciones de la deuda externa en función de los intereses de los acreedores internacionales. Esto es lo que hoy se presenta como “lo decisivo”, no la supuesta “distribución del ingreso”. Viven presos de ilusiones de optimismo infundado todos los que crean en semejante utopía, y quieran o pretendan que la compartamos. El único “desafío” que tienen el imperialismo, la gran patronal, el Estado burgués y la burocracia sindical, es la imposición de una pauta salarial de miseria, en función de la inflación futura o esperada, para la mayoría de los trabajadores que revistan en plantilla permanente; y sólo palabras sobre el “combate” al trabajo en negro, el pleno empleo e inversiones. Ahora bien, compromisos y medidas prácticas, eficaces y racionales, como respeto a la jornada laboral a 8 horas y su posible disminución a 7 ó 6 horas sin merma salarial, alargamiento de las vacaciones, acortamiento de la edad jubilatoria, no figuran en la agenda del llamado pacto social, ni de la llamada “paritaria social”. Ni qué hablar de que estos ortopedistas sociales se propongan desgravar el I.V.A. de los artículos de consumo masivo (pan, leche entre otros); de los medicamentos (salud), y de los útiles escolares (educación), aliviando el agobio que padece la economía popular. Sin estas medidas la lucha por la inclusión social no pasa de ser espejitos de colores, sobre todo si se pretende que sea acompañada de un proceso de “acumulación”, que como ha quedado demostrado científicamente hace más de 160 años, rige el desarrollo de la producción capitalista: acumulación de riqueza y lujo por los empresarios y el empeoramiento relativo y absoluto de la situación de la clase obrera.
Por el honor y la dignidad del pueblo argentino; por el trabajo honesto y genuino contra los parásitos que nos explotan; por la verdad y la ética, contra la mentira y la traición; por las libertades y derechos democráticos y sindicales, contra la arbitrariedad, la violencia, la impunidad y la represión: Proponemos un amplio arco de unidad política de la izquierda y demás sectores sociales en lucha que vertebre un vasto y potente movimiento popular de masas, para cambiar el rumbo de la nave estatal hacia el curso del poder popular, la liberación nacional y el socialismo.
Como contribución a dicha construcción unitaria, expresamos en este número (pág. 8) una primer sugerencia de plataforma para la unidad y la lucha , a fin de iniciar un necesario y urgente debate, en un encuentro de todos los que queremos trabajar en tal sentido.

PAGO AL F.M.I., BANCO MUNDIAL Y CLUB DE PARÍS + PACTO SOCIAL

= ROBO A LAS MAYORÍAS POPULARES.

POR UN PODER OBRERO Y POPULAR, CONSTRUIDO DESDE LAS BASES, POR LA DEFINITIVA EMANCIPACION NACIONAL Y SOCIAL DE NUESTRA PATRIA.

domingo, 2 de diciembre de 2007

LA REVOLUCION RUSA: AYER Y HOY.




I – AYER

“Nosotros, los viejos, quizás no lleguemos a ver las batallas decisivas de esa revolución futura. No obstante, creo que puedo expresar con seguridad plena la esperanza de que la juventud, que tan magníficamente trabaja en el movimiento socialista de Suiza y de todo el mundo, no sólo tendrá la dicha de luchar, sino también la de triunfar en la futura revolución proletaria” (Lenín, “Informe sobre la revolución de 1905”, Enero de 1917, O.C. Cartago, tomo XXIII, p. 255)
Lenín el Grande hacía esta confesión… “quizás no lleguemos a ver las batallas decisivas de esa revolución futura”, y manifestaba una creencia…”la juventud tendrá la dicha de luchar y triunfar en la futura revolución proletaria”. Todo cambiaría en pocas semanas: ¡en febrero estalla la revolución esperada que parecía desvanecida! Se ponen en movimiento las fuerzas populares y se activan las de la reacción capitalista. ¡Lucha de clases! ¡Conflictos! ¡Oposiciones violentas! Estado, obreros, campesinos, burgueses, terratenientes, zarismo, soldados, guerra mundial, todo se conjuga en vórtice imparable: ¡hacia la revolución socialista!
La Revolución Rusa de 1917, con el derrocamiento del Zarismo y los capitalistas, inauguró la lucha mundial e histórica de la liberación de los pueblos del imperialismo, el anhelo de terminar con las guerras fratricidas, e impulsó el derrocamiento del dominio capitalista y su reemplazo por las nuevas formas socialistas de relaciones entre los hombres.
Pero el proceso revolucionario debió pasar por toda una serie etapas que se consumían rápidamente, en Febrero derrocó al Zarismo y su sistema secular de opresión, pero sólo para entregarlo a democracia pequeño burguesa (partido social revolucionario y mencheviques con Kerenski a la cabeza). Claramente advertida esta situación por Lenín trazaba la táctica de clase respecto del gobierno recién formado: “total desconfianza; ningún apoyo al nuevo gobierno; sospechamos especialmente de Kerenski; única garantía armar al proletariado; elecciones inmediatas para la Duma de Petrogrado; ningún acercamiento a otros partidos” (Lenín, O.C. tomo XXIII, p. 294)
Pocas semanas después el nuevo gobierno iniciaba su política de pactos y acuerdos secretos con el zarismo, el partido kadete de la burguesía y negociaciones secretas con la burguesía inglesa y francesa para detener la revolución, proseguir la guerra, “ordenar” el país y desarmar al pueblo sublevado. Y Lenín explicaba “este gobierno no es una agrupación accidental de personas. Son los representantes de una nueva clase llegada al poder político en Rusia, la clase de los terratenientes capitalistas y de la burguesía que desde hace largo tiempo dirige económicamente nuestro país” (O.C. XXIII, p.305)
Los meses siguientes a pusieron a prueba al capitalismo y sus clases dominantes en Rusia. No conseguían dar con una resolución de los problemas para el conjunto de la sociedad y, en particular, de las masas insolentadas para con los poderes de los explotadores. En consecuencia Lenín señalaba:”…en virtud de las condiciones objetivas, se plantea en la orden del día la preparación inmediata y en todas las formas del proletariado, para la conquista del poder político, a fin de realizar las medidas económicas y políticas que constituyen el contenido de la Revolución Socialista” (O.C. XXIV, p. 456)
La situación revolucionaria condujo, pues, aceleradamente a la “dualidad de poderes” y a su necesaria resolución por medio de la lucha ya que “…en última instancia, los problemas de la vida social los resuelve, como es sabido, la lucha de clases en su forma más violenta y aguda, es decir, bajo la forma de guerra civil “ (O.C. XXV, p. 193), y al mismo tiempo surgió el nudo de todo el conflicto: ¡el del poder! ya que el problema principal de toda revolución es, indudablemente el problema del poder estatal.
Y sin embargo Lenín mismo en el momento supremo del combate de clase, en el instante dramático del asalto, tuvo que arengar, el 24 de octubre, a los timoratos integrantes del Comité Central de su propio partido a tomar de inmediato el poder : “La situación es crítica en extremo. Es claro como la luz del día que hoy en verdad aplazar la insurrección es la muerte. Quiero, con todas mis fuerzas, convencer a los camaradas de que hoy todo pende de un hilo, de que en la orden del día hay cuestiones que no pueden resolverse por medio de conferencias ni de congresos (aunque fueran, incluso, congresos de los soviets), sino únicamente por los pueblos, las masas, por medio de la lucha de masas armadas. ¡¡No se puede esperar!! ¡¡Nos exponemos a perderlo todo!!” (O.C. XXVI, p. 220)
¡Aquí está “Lenín, el Grande”! un conductor notable, intrépido, audaz, sin titubeos, para un no menos grande y heroico pueblo sublevado y una gigantesca revolución social, económica y política que derrumbaba los muros del pasado y abría las puertas de la historia al día siguiente.

Mañana del 25 de octubre de 1917 10 hs. en Petrogrado:

Carta al C.C.y ¡ A los ciudadanos de Rusia!

“El Gobierno provisional ha sido depuesto. El poder del Estado ha pasado a manos del Soviet de diputados obreros y soldados de Petrogrado, del Comité Militar Revolucionario, que encabeza al proletariado y a la guarnición de Petrogrado.
“La causa por la cual luchaba el pueblo: la propuesta inmediata de una paz democrática, la abolición de la propiedad de los terratenientes sobre la tierra, el control obrero sobre la producción, la creación de un gobierno soviético, está asegurada.

“¡Viva la revolución de los obreros, soldados y campesinos!”

Comité Militar Revolucionario

Adjunto al Soviet de diputados

Obreros y soldados de Petrogrado.

II – HOY

“El paso del capitalismo al comunismo llena toda una época histórica. Mientras ésta época histórica no finalice, los explotadores siguen inevitablemente abrigando esperanzas de restauración, esperanzas que se convierten en tentativas de restauración” (Lenín, “La Revolución proletaria y el renegado Kautsky” O.C. Edit. Cartago, tomo XXVIII, p. 251)
Primero esperanzas, luego tentativas, finalmente éxito de los explotadores que no estaban afuera sino adentro mismo de la nueva sociedad soviética.
Hito de la historia universal y preludio de la superación del capitalismo.
Como hito: inicio de la declinación del capital; Como preludio: aciertos (expropiación de los capitalistas) y errores en la construcción (exclusión de los trabajadores en la dirección del Estado), dirección del Estado en el Partido único cuando ya no había necesidad de ello (Post-segunda mundial)
Restauración, reacción, desquite del capital, explotación, inequidad: todo ha vuelto al 24 de octubre de 1917, el imperialismo mundial, ha ganado una gran batalla ¡pero no ha ganado la guerra! ¡la lucha continúa! El imperialismo financiero actual no podrá resolver los problemas de los pueblos, no podrá contra el hambre, la injusticia, y las desigualdades, sencillamente porque se sostiene de ellas, las crean incesantemente, no puede dejar de generar su propio enemigo los trabajadores asalariados de todo el mundo. Pero al mismo tiempo ellos han aprendido qué camino debe seguirse luego de los cambios: ¡hay que construir una nueva sociedad de trabajadores asociados en el trabajo y en la dirección de las grandes cuestiones del Estado y del mundo! ¡No una élite! ¡No un partido único! ¡Sí una única política antiimperialista! ¡Si una única dirección social y política: el comunismo!

Fernando Hugo Azcurra