lunes, 31 de enero de 2022

Nuestro contemporáneo Martí


La situación de los palestinos que trabajan en Israel


La economía de los ´territorios´ palestinos se encuentra devastada. Vale tanto para la Cisjordania ocupada y Gaza. Israel ´autoriza´ regularmente la entrada de una cantidad de trabajadores palestinos a su territorio y a las colonias israelíes en tierras usurpadas recientemente. 
 Los salarios de estos palestinos autorizados son, en promedio, tres veces superiores a lo que cobrarían en los territorios. Es, sin embargo, un 50% menor que el que recibe el trabajador israelí, ni tampoco son iguales ante la legislación laboral sionista. El empleador israelí disfruta de la libertad de contratación, las condiciones laborales y el despido. 
 Dentro de Israel trabajan otros 110 mil palestinos, mayormente en la construcción y en menor medida en la agricultura. Desde Gaza ingresan a Israel aproximadamente 10 mil trabajadores. Esta última cifra “es el mayor número que se ha otorgado en muchos años, probablemente desde el comienzo de la segunda intifada”, hace ya más de 20 años (Amos Harel, Haaretz, 21/10/21). Hamas viene impulsando una política consistente de apaciguamiento con Israel para evitar el cese de este flujo. De esto dependen numerosas familias en Gaza.
 “El trabajo es duro: mi jornada laboral -dice un trabajador, en un informe especial de Haaretz- comienza a las 2 de la mañana y termina cuando regreso a casa a las 5 o 6 de la tarde” (27/1). El tránsito de un territorio a otro, plagado de controles, no es sencillo. De un lado y del otro de los puestos de control opera una mafia que lucra con la gestión de permisos de traslado. 
 Se trata de un fenómeno tan escandaloso que Haaretz editorializó el 27/1: “Detener el comercio ilegal de permisos de trabajo palestinos”. “El Instituto de Estudios de Seguridad Nacional estima que las tarifas de los permisos de trabajo recaudados por tales reparadores oscilan entre 2000 y 3000 shekels (630-945 dólares) al mes, o 30 000 shekels al año. Para alguien que gana menos de 6.000 shekels al mes en promedio, esto significa que un tercio de su salario se destina a los ´patrones´, a pesar de que los permisos son emitidos por el Estado de Israel y los trabajadores palestinos son elegibles para recibirlos sin costo adicional. Existe toda una industria basada en el comercio ilegal de permisos emitidos por el gobierno que se supone que no cuestan dinero. Es una industria que genera aproximadamente 1.200 millones de shekels al año en negocios, todo capital no declarado, la mayoría del cual permanece en Israel y solo una fracción fluye hacia la Autoridad Palestina. Fomenta una economía de mercado negro y, evidentemente, también una industria criminal” (ídem). 
 “El comercio de permisos -concluye Haaretz-es ilegal, (pero) está muy organizado”. El ejército se encarga de que este negociado ilegal no se interrumpa: “una consulta con un comandante revela que efectivamente recopilan la información de entrada y salida de cada trabajador. Todos tienen una tarjeta magnética que escanean al entrar y salir del territorio israelí. Pero esta información, dice el comandante, se considera ´relacionada con la seguridad´ y, por lo tanto, no se cruza con la Autoridad de Población e Inmigración, que es responsable de investigar a los contratistas y supervisar su trabajo” (ídem). ¿Cómo puede ser, reclama un trabajador, que entré 20 días, pero mi talón dice que trabajé siete?´” (ídem). 
 “El permiso, que se supone que es gratuito, continúa Haaretz, deduce una parte significativa de los salarios, que para empezar no son tan altos. "¿Qué me queda?´ dice uno de los trabajadores, haciendo los cálculos: ´Recibo alrededor de 400 shekels por día, generalmente menos que eso, lo que equivale a 8,000 shekels por mes. Menos 2.500 por el permiso, 1.500 por viajar hacia y desde Israel, otros cientos por comida en el trabajo. Lo que queda son quizás 3.500 shekels para una semana laboral de cinco días. A menudo me pregunto si no valdría la pena quedarme en Palestina y ganar 150 shekels al día. Al final, obtengo prácticamente lo mismo´” (ídem).

Norberto Malaj
29/01/2022

domingo, 30 de enero de 2022

La escalada imperialista en el este europeo


Fuera la Otan del exespacio soviético. 

 La tensión entre la Otan y Rusia no ha cejado en los últimos días. Repasemos algunos de los hechos más importantes: el presidente Joe Biden dijo estar convencido de que Moscú invadirá Ucrania, y acto seguido anunció el envío de ayuda militar suplementaria a Kiev por 200 millones de dólares. A la vez, armamento estadounidense en el este europeo ha sido redirigido a ese país. El presidente yanqui puso también en estado de alerta a 8.500 soldados y retiró a los familiares del personal diplomático en Ucrania, una medida cuestionada por exagerada hasta por el propio gobierno ucraniano. La Otan, por su parte, inició el envío de naves y aviones a países de Europa del Este. Rusia, de su lado, ha respondido con el desarrollo de ejercicios militares en la frontera.
 Recordemos que Moscú exige que Ucrania y Georgia, dos estados vecinos, no sean incorporados en la alianza atlántica, ya que implicaría el despliegue de peligroso armamento en sus adyacencias. En el mismo sentido, demanda el retiro de pertrechos militares de la alianza de países como Bulgaria y Rumania. Las potencias occidentales, en tanto, emplazan al Kremlin a retirar los soldados rusos de la zona limítrofe con Ucrania. 
 Biden incrementa las presiones y las amenazas, pero se ha topado con dificultades para lograr un apoyo pleno de la Unión Europea (UE). Si bien algunos de sus estados, como España, Dinamarca y los Países Bajos, han iniciado el envío de material armamentístico, y en el caso de Francia, no descartó mandar tropas a Rumania, no ocurre lo mismo con Alemania. Hasta ahora, Berlín no ha autorizado el redespliegue de su arsenal en los países del Báltico hacia territorio ucraniano. 
 “Es necesario evitar (…) las reacciones alarmistas que tienen incluso consecuencias financieras”, dijo Josep Borrell, el encargado de relaciones exteriores de la UE, luego de reunirse con el secretario de estado yanqui Antony Blinken. Cabe señalar que Berlín y París apadrinaban este miércoles una ronda de conversaciones entre Rusia y Ucrania, que recuerda la intermediación que ya jugaron en 2015. Es un canal paralelo a las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia, a las que Washington no incorporó a los europeos. 
 Estas diferencias en el imperialismo respecto al conflicto corresponden a una divergencia de intereses. Estados Unidos y los estados europeos han llevado a cabo juntos el cerco militar contra Rusia, extendiendo la Otan, pero rivalizan como candidatos a favorecerse con la colonización económica del este europeo. De ahí que París y Berlín estén buscando un perfil propio en la crisis. 
 Además, Alemania es la potencia con más que perder ante el estallido de una guerra, dada su ubicación territorial y sus fuertes vínculos comerciales con Moscú. Está en juego el envío de gas a través del Nordstream, la culminación del Nordstream 2, y todo tipo de exportaciones e importaciones. Dentro de la propia Alemania, el vínculo con Moscú es materia de disputas. Acaba de ser destituido el jefe de la Marina, tras opinar que Vladimir Putin no tiene intenciones de invadir Ucrania.
 Un aspecto final a considerar son las alusiones de Borrell a las “consecuencias financieras” que traen los tambores de guerra. La agencia Reuters ha publicado un artículo en que pronostica un salto en los precios del gas y del petróleo en caso de una confrontación, cuando aún no se ha salido de la crisis energética posterior a la tercera ola del Covid-19. También alude a un salto en los precios de trigo, que tiene en Ucrania y Rusia a dos de sus grandes productores. Esto es una señal de cómo agravaría la crisis capitalista un conflicto armado, pero también, un registro del impacto nefasto que la escalada imperialista tiene para las masas en el mundo, encareciendo el pan y los combustibles.
 En el caso de Rusia, la bolsa perdió un 30% de su valor desde noviembre. 

 La destrucción de Ucrania 

La colonización económica del exespacio soviético es el trasfondo de la disputa. Ucrania ha sido una víctima especial de este proceso. En 2014, tras la caída del presidente Victor Yanukovich, afín a Moscú, se firmó un tratado de asociación con la Unión Europea, que tenía como norte avanzar en un área de libre comercio en el plazo de diez años. Este tratado ni siquiera equivale a la integración real del país en el organismo, consagrándolo apenas como un socio de segunda. A la vez, el gobierno ucraniano se comprometió a aplicar las famosas “reformas estructurales” (económicas, judiciales, financieras) reclamadas por la Unión. Uno de esos puntos consiste en la “desoligarquización” del país, o sea barrer -en beneficio del capital extranjero- con la fracción de capitalistas nativos surgida de la vieja burocracia. El actual presidente Volodomir Zelenski acaba de dictar una ley que va en esa senda. 
 El tratado de 2014 aceleró la desindustrialización del país, constatada de este modo por una enviada especial del diario madrileño El País: “Ucrania es un país cada vez más agrícola. Quienes consideran la industria como parte imprescindible de la soberanía nacional temen ahora que su patria se convierta en una colonia de las multinacionales” (6/6/20). Los rusos denuncian, en tanto, que la capacidad de generación eléctrica del país se redujo a la mitad desde la caída de la Unión Soviética. Se autorizó también la liberalización de la compra de tierras, permitiéndose a partir de julio de 2021 la posesión de hasta 10 mil hectáreas, un nicho para el gran capital agrícola internacional. 
 A esto se suma el yugo de la deuda externa, reestructurada en 2015. En 2020 rondaba los 100 mil millones de dólares, alrededor del 60% del PBI. Al día de hoy, en pleno proceso de reformas, Ucrania es el país más pobre de Europa, según datos del FMI, con un PBI per cápita de 4.960 dólares (Libretilla, 7/1). La jubilación media era a mediados de 2020 de 3.100 grivnas (equivalente a 105 euros, El País -ídem). Al menos un tercio de sus habitantes vive en la pobreza.
 El proceso de restauración fue verdaderamente devastador: el PBI ucraniano se desplomó un 40% en la década del ’90. Para el 2000, el PBI ruso había caído entre un 30 y un 50% con respecto a las vísperas de la caída de la URSS (Business Insider, 14/6/19). En otros casos los números son aún más dramáticos: en Uzbekistán perdió un 80%. 

 Rusia

 El gobierno de Putin hace una fuerte agitación sobre este retroceso de Ucrania, pero esquiva la responsabilidad del Kremlin en la degradación de las condiciones de vida de las masas rusas en los últimos años, debido a la implementación de políticas de ajuste. Una reforma jubilatoria elevó la edad de retiro y un quinto de la población se encuentra en la pobreza. El poder adquisitivo de los hogares cayó un 11% desde 2013 (El País, 27/6/21). Este deterioro es el que también ha llevado a los levantamientos en Bielorrusia y Kazajistán, en los que el mandatario cerró filas con sus ultrarrepresivos gobiernos. Putin no es una alternativa frente a la colonización capitalista occidental, porque lo que busca es conducir en sus propios términos el proceso restauracionista. 
 Una de las cartas más efectivas de las que se ha valido el imperialismo para presionar a Moscú en los últimos años son las sanciones económicas. Las represalias que se implementaron tras la anexión de Crimea, en 2014, golpearon con bastante severidad a la economía rusa, y además coincidieron con una fuerte caída en los precios internacionales del petróleo (ahora han vuelto a subir), a cuyos vaivenes está sometido el país (el 60% de las exportaciones rusas son hidrocarburos). Uno de los puntos más sensibles de las sanciones occidentales fue, justamente, dificultar el acceso ruso a la tecnología para la industria petrolera y gasífera. El rublo se devaluó más de un 100% respecto al dólar desde 2014 (ídem, 25/1). Respecto a la inflación, Rusia se ha colocado en uno de los lugares más altos del podio mundial pasando del 4,5% en el 2020 al 10,1% en el 2021. Para atenuar el impacto de las medidas, Moscú acentuó sus vínculos con China e Irán. Actualmente, Washington sopesa la posibilidad de bloquear el acceso a dólares por parte de los bancos rusos. 
 En la presente crisis con la Otan y Estados Unidos, se encuentra notoriamente fuera de la agenda del Kremlin la intervención de los trabajadores. Toda su acción en el conflicto ucraniano, al igual que en el pasado, es “por arriba”, por medios diplomáticos y militares, en función de preservar los intereses de las camarillas que gobiernan Moscú. Es que una intervención de las masas podría no solo desafiar al imperialismo sino también al propio gobierno ruso. 
 La escalada imperialista en el este europeo plantea el reclamo del fin del despliegue militar estadounidense y europeo y la disolución de la Otan. Los partidos de izquierda y las organizaciones obreras de los países europeos (España, Francia, Italia, Suecia, Dinamarca) deben movilizarse contra el envío de tropas y armas a las órdenes de la Otan. El internacionalismo empieza por oponerse al imperialismo y la burguesía de su propio país.Por una Ucrania unida y socialista. Por gobiernos de trabajadores.

 Gustavo Montenegro

¿Un programa fondomonetarista sin ajuste?


Otra "sarasa". 

La reducción del déficit fiscal se factura a los trabajadores. En el mensaje presidencial y la conferencia de Martín Guzmán para anunciar el acuerdo arribado con el Fondo Monetario, se afirmó que el esquema pactado para reducir el déficit no implica un ajuste. El relato oficial afirma que el «equilibrio de las cuentas públicas» se alcanzaría al mismo tiempo que se amplía el gasto del Estado, a base de una mayor recaudación y un crecimiento económico. Sin embargo, es evidente que el ajuste sobre la población trabajadora ya está en marcha, y el acuerdo en ciernes redoblará los ataques contra las masas.
 El pacto arribado con el FMI establece que este año el déficit primario no puede superar el 2,5% del PBI, muy por debajo del 3,3% que preveía el frustrado proyecto de Presupuesto 2022. Luego continúa con una reducción al 1,9% para el próximo año, y un 0,9% para 2024. A valores de hoy, solo en el ejercicio en curso el gobierno deberá ejecutar un recorte de 400.000 millones de pesos por encima de lo contemplado en el nonato Presupuesto, que ya pautaba podas nominales en salud, educación y gasto social. Es decir que estamos hablando de un ajuste extra.
 Como base de comparación, recordemos que el acuerdo actual se allanó mediante la sobreejecución del ajuste en 2021, que redujo el déficit al 3,5% del PBI, a fuerza de ahorrarse unos 660.000 millones de pesos sobre la base de lo que perdieron las jubilaciones, asignaciones por hijo y prestaciones sociales contra la inflación. El gasto jubilatorio, en efecto, viene se desplomarse del 9,5% al 8% del PBI (por debajo de todo el mandato macrista).
 Para alcanzar estos guarismos, el gobierno que convocó a audiencias para aprobar tarifazos del 20% en la luz y el gas ya emitió a través de la Secretaría de Energía un paper que cuantifica en 47% lo que deberían incrementar las boletas. Guzmán negó un mayor sacudón en las tarifas, pero el texto del directorio fondomonetarista contempla fuertes recortes en los subsidios. En esa línea, Aysa acaba de confirmar un aumento del 32%. La tijera sobre los subsidios a las empresas de servicios se carga en forma directa sobre los usuarios. Alberto Fernández y su ministro insisten en que la llave es una mayor recaudación impositiva, pero esta se endosa a los trabajadores y los consumidores. Es el sentido del Consenso Fiscal que se tratará en las sesiones extraordinarias del Congreso, basado en subas en Ingresos Brutos que se traslada a los precios de los productos de consumo masivo, cuando ya casi la tercera parte de los ingresos tributarios proviene del IVA que grava hasta los productos de primera necesidad. Esto se reforzará ante la merma de ingresos por menores exportaciones. 
 Toda la factura del «equilibrio fiscal» va a ser cargada a cuenta de los trabajadores, que ven pulverizarse sus ingresos al compás de la estampida inflacionaria. Contra los tarifazos y recortes presupuestarios, en defensa de los salarios y las jubilaciones, urge ganar la calle para derrotar este acuerdo de entrega nacional. Para terminar con el ajuste hay que romper con el FMI y repudiar toda la deuda fraudulenta. 

 Iván Hirsch

Charla debate en vivo // Tensión internacional: La OTAN y Rusia ¿al borde de la guerra?


 

 La tensión entre Estados Unidos y Rusia escaló en los últimos días, junto al fracaso de las negociaciones entre las partes. El gobierno norteamericano denuncia el despliegue de alrededor de 100 mil soldados rusos cerca de las fronteras con Ucrania y la posibilidad de una invasión. Moscú, en tanto, acusa a Washington y a la Otan por la candidatura de Kiev a ser incorporada a la alianza atlántica y por el cerco que este organismo ha hecho sobre su territorio, sumando al acuerdo militar a numerosos países con los que comparte fronteras. En resumen, Ucrania es el desencadenante de la crisis, pero el conflicto tiene un alcance internacional.

Polonia: rebelión de mujeres contra ofensiva anti-abortista del gobierno del clero pedófilo


“Estallan protestas en Polonia tras la muerte de una joven madre a la que se le negó un aborto. El estado polaco tiene 'sangre en sus manos' -declaró su familia- después de la muerte. Las protestas están en marcha en toda Polonia” (Weronika Strzyzynska, The Guardian, 27/1).
 La rebelión de mujeres polacas ante esta nueva muerte, “marca el primer aniversario del fallo de 2021 que declaró ilegal el aborto debido a anomalías fetales. El aborto ahora solo puede realizarse en casos de violación, incesto o si la vida y la salud de la madre están en peligro, una de las leyes de aborto más restrictivas de Europa” (ídem). 
 “La mujer, identificada solo como Agnieszka T, estaba en el primer trimestre de un embarazo de gemelos cuando ingresó en el hospital de la Santísima Virgen María en Częstochowa, el 21 de diciembre. Según un comunicado emitido por familiares, la mujer de 37 años estaba experimentando dolor cuando llegó al hospital pero estaba ´totalmente consciente y en buena forma física´. El primer feto murió en el útero el 23 de diciembre, pero los médicos se negaron a extraerlo, citando la legislación vigente sobre aborto, y la familia de Agnieszka afirma que ´su estado se deterioró rápidamente’. El hospital esperó hasta que el corazón del segundo gemelo también se detuviera una semana después, y luego esperó dos días más antes de interrumpir el embarazo el 31 de diciembre. Agnieszka murió el 25 de enero después de semanas de deterioro de la salud. Su familia sospecha que murió a consecuencia de un shock séptico” (ídem).
 La ofensiva antiderechos del régimen clerical se da en el mismo momento que la iglesia católica polaca sufre un cuestionamiento sin precedentes por abusos sexuales y corruptelas de todo orden de altos prelados. El régimen que se ampara en su defensa de la ´familia tradicional´ y su combate a lo que llama la “normalidad sexual” —censura abiertamente de la homosexualidad— se da la mano con el régimen de Putín en Rusia, con el que curiosamente la Polonia ´nacionalista´ (o sea, vendida a los yanquis) se ha alineado en la llamada crisis ucraniana junto a la OTAN, la UE y EE.UU. 
 En diciembre el gobierno presentó ante el congreso polaco un borrador “de ley como parte de un proyecto de gran alcance para actualizar el sistema de información médica en Polonia. ´Se trata de control, se trata de asegurarse de que los embarazos terminen con el nacimiento´, dijo Natalia Broniarczyk, activista de Aborcyjny Dream Team , al semanario polaco Gazeta Wyborcza. El plan provocó protestas en línea. Una iniciativa de las redes sociales titulada ´Me gustaría informar cortésmente que no estoy embarazada´ alentó a las mujeres polacas a enviar por correo electrónico fotos de sus toallas sanitarias, tampones y ropa interior usados al ministerio de salud polaco´” (ídem). 
 El “proyecto de ley propuesto por el gobierno establecería un ´instituto de la familia y la demografía´ pasara la primera lectura en el parlamento polaco por un voto el jueves. El instituto tendría como objetivo monitorear la política familiar, emitir una opinión sobre la legislación y educar a los ciudadanos sobre el ´papel vital de la familia para el orden social´ y la importancia de la ´reproducción cultural-social´ en el contexto del matrimonio” (ídem). Como se ve una política regresiva que se acerca a las temibles leyes raciales e hipócritas de los regímenes más totalitarios del siglo XX.
 Las cuestiones de familia no son un problema menor. “El comité de investigadores demográficos de la Academia de Ciencias de Polonia ha emitido un comunicado en el que expresa su preocupación de que la ´propaganda a favor de la natalidad´ tenga prioridad sobre la investigación científica en el instituto. ´El proyecto apunta exclusivamente a promover el modelo tradicional de familia´, dijo Adam Bodnar, ex defensor del pueblo de Polonia para los derechos de los ciudadanos, al sitio web de noticias polaco Oko.press. ´También podría convertirse en una herramienta contra quienes quedan fuera de este modelo, por ejemplo, quienes no se ajustan a las normas heteronormativas´” (ídem). 

 Norberto Malaj 
 28/01/2022

sábado, 29 de enero de 2022

La “nueva normalidad”, una guerra contra la vida


El coronavirus ha provocado hasta el día de la fecha más de 362 millones de casos en el mundo y más de 5,6 millones de muertos, según un estudio realizado por la Universidad Johns Hopkings. Estados Unidos es el país con mayor número de muertos, 876.000 fallecidos, seguido por Brasil e India. Este año ha comenzado con más de 300 millones de contagios en tan solo 5 meses. Los casos COVID 19 registrados en todo el mundo subieron un 5% entre la semana de 17 al 23 de enero, según informa la OMS. 

 Ómicron, ¿más contagiosa? 

La variante ómicron denominada como “la más contagiosa, pero menos letal”, está llevando a casos récord de contagios. La OMS advirtió que el 60% de la población Europea podría contagiarse antes de marzo, declarando que se podría llegar al “fin de la pandemia” pero solo durante algunas semanas y meses debido a la combinación entre la cantidad de personas vacunadas y por aquel otro sector de la población que se “inmunizó debido a la infección”. Sin embargo, la “inmunidad” sólo sería válida para la variante ómicron, pero no contempla el riesgo de nuevas mutaciones del virus.
 Según un estudio realizado por Benjamín Meyer un virólogo de la Universidad de Ginebra en Suiza, luego de realizar un testeo PCR a 150 personas infectadas, descubrió que no habían diferencias significativas entre la carga viral de personas vacunadas infectadas con la variante Ómicron, de aquellas infectadas con la variante Delta. Además, el estudio demostró que los infectados con la variante Delta todavía seguían siendo contagiosos incluso 5 días después del aislamiento. Los resultados sugieren que la híper transmisibilidad es por la capacidad de la mutación de evadir la inmunidad creada por la vacunación o por infecciones pasadas. 
 Estados Unidos, Europa y América Latina han eliminado todas las pautas de aislamiento para contactos estrechos como así también, la reducción a los positivos a solo 5 días de aislamiento cuando previamente se consideraba seguro que sean 10 días, en una clara política de “convivencia con el virus” y de presencialidad laboral. Mientras tanto, en las últimas 24 hs Argentina quedó en el puesto 6 a nivel mundial en cuanto a decesos reportados para una sola jornada, detrás de Gran Bretraña. La “nueva normalidad” deja a una población enferma y aumenta también, la mortalidad.

 China y Nueva Zelanda: la política covid-zero

 En Nueva Zelanda, su mandataria Jacinta Ardern apostó desde el comienzo de la pandemia a duras restricciones como el cierre de fronteras y confinamientos selectivos para conseguir eliminar el coronavirus; además, la vacuna se hizo obligatoria para trabajadores en contactos con clientes, así como profesores y personal sanitario. La imposición de la vacuna ha generado manifestaciones en contra la obligatoriedad de la vacuna y de las restricciones impuestas en el país por la pandemia. La ministra adivirtió que no abandonaría su política de covid cero, hasta que el 90% de la población se encuentre vacunada. El martes pasado anunció que para trabajadores no escenciales el aislamiento para contacto estrecho en el ámbito doméstico debía ser de 28 días. Las clases presenciales comenzaran pronto, pero con el nuevo esquema de aislamiento los docentes se preguntan si las clases no pasarán a la virtualidad. El país desde el inicio de la pandemia tiene 15.842 casos confirmados y 52 fallecidos. 
 En China también se mantuvo una política de aislamientos selectivos, testeos masivos a la población y seguimiento del virus. Esta política además de mostrar bajos niveles de contagio, ha permitido mantener en funcionamiento la economía y disminuir los índices de mortalidad. Las vacunas elaboradas en la nación ofrecen una protección significativamente menor contra la variante ómicron que aquellas realizadas en occidente. 
 Desde el punto de vista político, el manejo de la enfermedad llevado a cabo por el gobierno le ha traído buenos resultados a punto de ser calificado como “un gran éxito estratégico” sobre las democracias occidentales. “Es un gran desafío para los líderes, especialmente la retórica de salvar vidas. ¿Cómo se justifica la apertura y luego que decenas de miles de personas mueran en el proceso?”, dijo Willy Lam, experto en liderazgo político Chino en la Universidad China de Hong Kong.
 Las restricciones generan que cierto sector de la población -como el caso de Nueva Zelanda- se manifieste a favor de “la libertad”, incluido sectores de izquierda que ven en la toma de medidas preventivas del virus como un ataque a su libertad individual. Sin embargo, ambos países se encuentran entre los que mejor manejaron la pandemia debido a la poca cantidad de contagios y muertes y como en el caso de China, sin afectar la actividad económica. 

 Covid en niños y vuelta a clases

 En el pico de contagios se comienza a debatir la vuelta a clases. Los niños son el sector más golpeado en la pandemia debido a que la gran mayoría todavía no se encuentran vacunados. En Argentina apenas el 45 % de los menores de 11 años tiene el esquema completo de vacunación, se trata de la población más insuficientemente vacunada, es decir con menos recursos para hacer frente a la tercera ola, hay un exponencial de contagios en niños de entre 3 y 11 años. El director del hospital Garrahan confirmó un aumento en la cantidad de internaciones, por lo que debió abrir una tercera sala de cuidados intensivos Covid 19. Además el 10% del personal del hospital se encuentra también contagiado. 
 Sin embargo, el presidente Alberto Fernández ya comenzó su campaña en torno al ciclo lectivo 2022 bajo el slogan “nuestra prioridad en la presencialidad para todos y todas”. Esta política llevará al contagio masivo de niños y docentes. 
 La política de la “nueva normalidad” lleva a la población a enfermarse y aumenta la mortalidad. El manejo de la pandemia en otros países demuestra que existen otras maneras de enfrentar el virus que no someten a la población al contagio. Es necesario revertir la lógica aperturista que como objetivo tiene la presencialidad laboral para “una activación económica” que nunca llegó, debido a la gran cantidad de ausentismo laboral en los puestos de trabajo. Solo la organización de la clase trabajadora con los métodos históricos como la asamblea y la huelga, puede revertir el escenario de catástrofe económica y sanitaria. 

 Florencia Suárez 
 28/01/2022

jueves, 27 de enero de 2022

¿Quién fue Rosa Luxemburgo?


Trabajadoras/es se movilizan contra el cierre de la mutualista y por los puestos de trabajo


Boric: designación del gabinete y las futuras crisis de La Moneda


El pasado viernes, el presidente electo, Grabriel Boric, anunció formalmente los veinticuatro ministros y ministras que conformarán su gabinete. La atención del mundo político, el capital financiero y la prensa estaba puesta en el futuro Ministerio de Hacienda, que recayó en el actual presidente del Banco Central (BC) y ex Partido Socialista, Mario Marcel.
 Marcel se mantuvo en la presidencia del BC desde el último gobierno de Bachelet y luego fue ratificado por el propio Piñera. También se desempeñó como funcionario en el Banco Mundial; la OCDE; y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La bolsa de Santiago respondió positivamente al nombramiento, en tanto el dólar cayó 8 pesos. Security; EuroAmérica; VanTrust; Nevasa; Moody’s aplaudieron la designación 
 Boric se había reunido previamente con los principales empresarios chilenos en el Encuentro Nacional de la Empresa (ENADE) a los que tranquilizó con un ´plan de recuperación económica con el estímulo a la inversión´. 
 El empresario chileno y presidente del Grupo Luksic, Andrónico Luksic -cuya familia ostenta una de las mayores fortunas del mundo- felicitó a Boric y recalcó que Marcel ha sido uno de los opositores a los retiros de los fondos de las AFP que Boric, en su condición de diputado, había votado a favor. Ahora, como futuro presidente, señaló en su primera entrevista oficial para CNN que los retiros de AFP “vacían los ahorros de los trabajadores, afectan el mercado local de capitales y generan una presión inflacionaria indeseable”. Ante sus declaraciones, la diputada Pamela Jiles del Partido Humanista, advirtió que “el quinto retiro depende de la presión ciudadana y no de lo que opina un ministro o Presidente actual o futuro”. El Senado deberá aprobar la propuesta del nuevo presidente del Banco Central, para los siguientes dos años. 

 Cómo se gana perdiendo

 “No puedo menos que felicitar al PS, qué manera de ganar perdiendo”, declaró el diputado del PC Hugo Gutiérrez, luego del nombramiento de ministros. En efecto, el PS estará a cargo de los ministerios de Vivienda y Defensa. Vivienda será dirigido por Carlos Montes, que deberá enfrentar a un histórico movimiento de pobladores movilizados por el derecho a la vivienda. Defensa será dirigido por Maya Fernández – un supuesto guiño político de Boric al progresismo, dado que Fernández es nieta de ex presidente Salvador Allende. Montes ha sido un duro crítico de la actual presidencia del PS, mientras que el sector de Fernández fue acusado de apoyar la campaña de Boric muy tempranamente, inclusive mientras la candidata oficial de la coalición del PS (Nuevo Pacto Social), la demócratacristiana Yasna Provoste, aún se encontraba compitiendo. 
 Los ministerios de Salud y de Relaciones Exteriores fueron también entregados a ex PS. 
 El PS pidió a Boric integrar a otros partidos al gabinete, y así fue. Al Partido Radical se le entregó el Ministerio de Minería, que además del cobre, deberá hacerse cargo del conflicto por la licitación de la explotación del litio, que hoy se encuentra suspendida. La Democracia Cristiana, finalmente, queda afuera. 

 Los ministerios de Apruebo Dignidad

 El que no está conforme es el Partido Comunista, a quiénes se le entregaron la vocería de gobierno, que estará en manos de Camila Vallejos, actual diputada del PC y ex vocera del movimiento estudiantil universitario junto a Boric durante las movilizaciones del 2011; el Ministerio de Trabajo, un lugar estratégico e importante para el PC luego de haber perdido las elecciones de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) a manos del PS; y el Ministerio de Ciencias. 
 El PC quería además el Ministerio de Desarrollo Social, que había dirigido en el último gobierno de Bachelet. Sin embargo, Boric se lo entregó a los ex concertacionistas del Partido Por la Democracia (PPD). El PC también mostró insatisfacción con el nombramiento de Marcel en Hacienda. 
 Izkia Siches será ministra del Interior. Siches es una ´independiente´ cercana al Frente Amplio. Fue presidenta del Colegio Médico de Chile (COLMED), y durante la pandemia emergió como personaje político al criticar la gestión sanitaria de Piñera. El año pasado abandonó su puesto gremial para sumarse a la campaña electoral de Boric en la segunda vuelta, y se le atribuye haber conseguido los votos que Boric necesitaba en el norte del país. 
 Siches deberá hacerse cargo de la situación del Wallmapu. Boric ya anticipó que no pedirá la extensión del Estado de Emergencia que tiene militarizada a la Araucanía y otras tres regiones del país, aunque no ha dejado de condenar los ´actos terroristas´ atribuidos a los mapuches. Siches probablemente también deberá hacerse cargo de dar respuesta al movimiento social que exige la libertad de las presas y presos políticos de la rebelión. Sobre el tema, Boric se reunió para negociar con algunos de los senadores derechista la reformulación del indulto para los presos -que es una potestad administrativa del presidente- por una amnistía, que tiene mayor alcance pero requiere de una ley. La derecha se ha pronunciado en contra de cualquiera de estas variantes, mientras que los familiares de los presos bregan por un indulto, entendido como el camino más expeditivo para lograr su libertad. La amnistía, por otra parte, denuncian los familiares, no abarcaría la totalidad de los delitos que se les atribuyen a los detenidos sino a los de menor cuantía; la mayoría de los presos, por otra parte, permanecen detenidos sin haber sido sometidos a juicio todavía. 
 Del resto del gabinete se destaca la presencia de los partidos del Frente Amplio; una mayoritaria de mujeres para fascinación del feminismo; y miembros de la comunidad LGTBI+. Por su parte, el Comité Político del gabinete estará compuesto por el Partido Socialista en Hacienda; Partido Comunista en vocería de gobierno; y el Frente Amplio en Interior, Secretaría General de Gobierno, y Ministerio de la Mujer.
 Teóricamente, el gabinete de Boric refleja la gobernabilidad que necesita desde el punto de vista de la mayoría parlamentaria. Su coalición, Apruebo Dignidad, tendrá 37 de las 155 bancadas en la Cámara de Diputados y 5 de los 50 de la Cámara de Senadores. Ahora, con la incorporación de la ex Concertación, Boric podría tener mayoría en el en Diputados si logra arrastrar a otros sectores de la centro izquierda como el Partido Humanista o el Partido Ecologista Verde. En el Senado se encontrará empatado con la oposición y la DC podría jugar importante.
 La Democracia Cristiana queda en un terreno poco claro. Si bien no fue convocada para el gabinete y Boric ya descartó darle cualquier puesto en las subsecretarías ministeriales, sigue perteneciendo al bloque del PS será parte del gobierno 
 Los votos de la DC; la interna del PS; el conflicto mapuche; la libertad de los presos políticos.; la licitación del Litio; las AFP; los crecientes contagios de covid; la aprobación la nueva constitución que redacta la Convención; y el panorama mundial preparan una muy acalorada asunción de gobierno para Boric el próximo 11 de marzo. 

 Javiera Sarraz 
 26/01/2022

miércoles, 26 de enero de 2022

Joe Biden, primer balance


El combate a la pandemia no ha sido eficaz, y muchos aseguran que se halla fuera de control; la inflación del 7 % anual es de una inusitada gravedad cuando se toman los registros históricos de Estados Unidos en este asunto. 

 Se cumple el primer año de la Administración Biden. Es buen momento para aportar una radiografía sobre su gestión. Hay un consenso bastante generalizado de que, tal como lo sintetizara el columnista del New York Times Bret Stephens “la palabra más amable que se puede decir del primer año de Biden como presidente es decepcionante«. Ciertamente es la más amable, porque hay otros vocablos mucho más duros que aparecen entre analistas y comentaristas. “Fracaso”, “fiasco”, “palabrerío” y otros por el estilo son utilizados para calificar este primer año de Biden. 
 En realidad, era absurdo esperar mucho más. Diría, inclusive, que en algunos aspectos avanzó más de lo que se conjeturaba, pero por comparación a las monumentales tareas que debe realizar lo actuado es a todas luces insuficiente. Biden, no olvidar esto, es un hombre que ha vivido “de la política” y no sólo “para la política” casi toda su vida. Salvo una breve actividad en un estudio de abogados comenzó a participar en la vida pública en 1970, a nivel de concejal en New Castle, Delaware. En 1972 llegó al Senado derrotando sorpresivamente al republicano J. Caleb Boggs, que llevaba 12 años en el cargo. A partir de ese momento su carrera fue meteórica: uno de los senadores más jóvenes de la historia de Estados Unidos fue reelecto como tal en cinco elecciones consecutivas: 1978, 1984, 1990, 1996 y 2002.
 Ya como presidente del poderoso Comité de Relaciones Exteriores del Senado brindó su apoyo a las políticas del presidente George W. Bush y su misión -según él dictada personalmente por Dios- de recorrer el mundo para “sacar a los terroristas de sus escondrijos en más de sesenta países.” Impresionado por las celestiales voces escuchadas por Bush, Biden lo acompañó en todas sus aventuras imperiales, comenzando por Irak, siguiendo por Afganistán y luego, como vicepresidente de Barack Obama, en las agresiones que éste perpetrara en Libia, en Siria y acompañando la infame declaración presidencial de que Venezuela representaba un peligro excepcional e inminente a la seguridad y los intereses de Estados Unidos. No olvidar que desde su posición en el Senado apoyó fervientemente a Margaret Thatcher en la Guerra de las Malvinas. Y un detalle más: a diferencia de algunos de sus predecesores fue un mal alumno en la universidad. Sus biógrafos aseguran que en la Universidad de Delaware en Newark Biden obtuvo su bachillerato en 1965 con una doble especialización en Historia y Ciencias Políticas. Su promedio fue un módico “C” (“suficiente”, la nota inmediatamente superior al reprobado) y ocupó el puesto 506 entre los 688 de su promoción. Posteriormente ingresó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Siracusa, y ratificó que lo suyo no era el mundo de las ideas: egresó con el título de Juris Doctor, pese a ocupar el puesto 76 entre los 85 de su clase. Pero el hombre es voluntarioso y, contra viento y marea llegó a la Casa Blanca. 
 Estos antecedentes biográficos son relevantes para conocer al personaje y las raíces de su conducta. En términos prácticos su gestión se anota dos logros que no pueden menospreciarse: en marzo del 2021 logró la aprobación de un paquete de ayuda de 1,9 billones de dólares para llevar alivio a millones de familias afectadas por la pandemia. Biden obtuvo otra victoria a fin de año, al lograr el respaldo de los republicanos para un plan de infraestructura por poco más de 1 billón de dólares. En ambos casos las cifras fueron menores a las solicitadas pero aun así muy significativas. 
 Pero su gestión, precedida por los gravísimos disturbios que se produjeron en el Capitolio el 6 de enero, fue muy pobre en otras áreas. El combate a la pandemia estuvo lejos de ser tan eficaz como lo había prometido y muchos aseguran que se halla fuera de control; la inflación del 7 % anual es de una inusitada gravedad cuando se toman los registros históricos de Estados Unidos en este asunto. De hecho, es la mayor de los últimos 39 años, que se agrega a la profundización de la “grieta”, o la polarización política, evidenciada en los últimos años en Estados Unidos. Téngase presente que cerca de un 75 % de los miembros del Partido Republicano dudan, en una reciente encuesta, de la legitimidad del triunfo de Biden en las elecciones presidenciales. Y hablando de encuestas, el índice de aprobación de Biden se encuentra en un comparativamente muy bajo 41 % al final de su primer año de gestión, contra 54 % que lo desaprueba. 
 Adicionalmente, la encuestadora Gallup comprobó que un 62 % de los estadounidenses opinan que “las cosas en Estados Unidos están yendo mal”; cerca de un 60 % opina que Biden no tiene las prioridades más adecuadas para combatir los crímenes violentos, la inflación y la cadena de suministros; sólo 46 % opina que Biden está haciendo las cosas bien en relación al Covid-19 y 54 % reprobaba la forma en que Biden quería ayudar a las clases medias. 
 Y en la política exterior los elementos de continuidad entre Trump y Biden han sido resaltados aún por los más sobrios observadores del establishment académico y diplomático. En una nota publicada en la edición de fin de año de Foreign Affairs Richard Haas, uno de sus más encumbrados analistas internacionales, plantea que a pesar de algunas diferencias “hay mucha más continuidad entre la política exterior de Joe Biden y Donald Trump de la que es usualmente reconocida”. Lugar destacado en este terreno es la irresponsable política belicista desplegada en contra de China y Rusia, a lo que hay que agregar el mantenimiento de las políticas de sanciones y bloqueos en contra de Cuba, Nicaragua, Venezuela y, en Oriente Medio, Irán. El desastroso final luego de veinte años de guerra en Afganistán en donde las tropas estadounidenses prácticamente se dieron a la fuga en medio de un desorden descomunal y la permanente inestabilidad del “liberado” Irak han impactado profundamente en la opinión pública de Estados Unidos que se pregunta adónde fueron a parar los billones de dólares que costaron ambas guerras para ponerles un indigno punto final y regresar a casa con las manos vacías. Sentimiento que prevalece a la hora de juzgar el tironeo entre Washington y Moscú a propósito de la situación en Ucrania, y entre aquél y Beijing en torno a Taiwán. 
 La política hacia Latinoamérica y el Caribe de Biden está en línea con la diseñada bajo Trump, con su malvada intensificación del bloqueo en el marco de la pandemia. En el caso de Cuba Biden retrocede varios casilleros en relación a la normalización de las relaciones diplomáticas lograda por Obama durante el final de su presidencia, de la cual el hoy primer mandatario era su vice. Y nada indica que el Departamento de Estado y el Comando Sur hayan modificado en un ápice sus concepciones tradicionales: el “monroísmo” sigue siendo la brújula que orienta las políticas hacia esta parte del mundo, acicateadas en los últimos años por la creciente presencia de China y Rusia en la región, lo cual ha despertado una insalubre paranoia en Washington. En este punto Biden ha sido un fiasco mayúsculo, ejemplificado en su operación propagandística de fin de año convocando a una Cumbre por la Democracia, en donde nada menos que el corrupto y probado delincuente Juan Guaidó fue invitado a hablar en nombre de la República Bolivariana de Venezuela. 
 La complicidad del gobierno de Estados Unidos con el fraudulento préstamo otorgado por el FMI al gobierno de Mauricio Macri clama al cielo y descarta cualquier ilusión de una “ayuda” que algunos espíritus ingenuos de la Argentina esperan que llegue de Washington. Biden y sus colaboradores están más que nada preocupados que una nueva ola de izquierda moderada se apodere de la región. Los últimos resultados electorales del 2021 no son halagüeños para el imperio y para revertirlos están dispuestos a hacer cualquier cosa, apelando al “poder blando” pero también a las formas más criminales del “poder duro”. Estados Unidos es un león herido y como recordaba Violeta Parra “el león es sanguinario en toda generación.” Su indisimulable declinación como poder imperial, reconocida hoy hasta por sus más enfervorizados publicistas, sólo augura más violencia en las relaciones internacionales. Y la diplomacia de Washington será atraer a nuestros países para hacer nuestras las guerras que se están gestando en contra de Rusia y China. Por eso la unidad de Latinoamérica y el Caribe para neutralizar esas iniciativas y garantizar que Nuestra América siga siendo una Zona de Paz es más importante que nunca. 

 Atilio A. Boron | 25/01/2022

martes, 25 de enero de 2022

Los gobiernos abren las escuelas al ómicron


Durante el mes de enero, países de Europa y América del Norte han visto como una nueva ola de Covid crece, impulsada por la variante Omicron. En materia educativa, sin embargo, los diferentes gobiernos han planteado la “necesidad” de asistir presencialmente a las escuelas. 
 La Unesco ha sido una de las instituciones que picó en punta para sostener la presencialidad educativa a toda costa, saludando a los gobiernos que, pese a los contagios, las protestas y las huelgas, han mantenido estas primeras semanas las escuelas abiertas. 
 La Unesco informa, asimismo, que en 25 países las clases presenciales se suspendieron pero llama a todos a seguir el camino de la educación presencial sin importar la pérdida de vidas de trabajadores, estudiantes y familiares. 
 En España, Omicron ha sembrado el pánico en las escuelas durante estas primeras semanas de clase en varias regiones. Esto se refleja en las siguientes estadísticas difundidas por el propio gobierno: hubo un crecimiento del 156% (de 102.233 a 262.451 casos) de los contagios entre los estudiantes y del 27% (19.335 a 24.742) entre los profesores en sólo una semana. 
 En Inglaterra, cuando registraba unos 200.000 contagios diarios, se decidió exigir el uso de mascarillas a los estudiantes secundarios y darle clases online a los contagiados desde el 4 de enero. Mientras que en Escocia regresaron el 5 y 6; y en Gales, el día 10. Desde el gobierno británico, ante la seguridad de numerosas bajas en las filas docentes por Covid han solicitado a profesores jubilados y ex docentes su regreso “voluntario” a las aulas.
 En Grecia, donde durante la primera semana del año los casos habían aumentado un 290%, las clases comenzaron el 10 de enero. Algunos expertos virólogos pedían una suspensión del inicio de clases, pero no se les hizo caso. 
 En EE.UU. también ya comenzaron las clases y el gobierno las ha impulsado de manera presencial, pero el pasado viernes 21 de enero hubo unas 1.600 escuelas que debieron mantenerse cerradas por casos de contagios. El gobernador de Louisiana dijo que “muchos estudiantes están contagiándose”. En tanto, el gobernador de Oklahoma ha solicitado la autorización para que empleados estatales puedan ser reemplazos docentes, ante la inminencia de contagios entre los profesores. 
 En México, al momento de iniciar las clases, el 3 de enero, unos 12 estados mantuvieron cerrados los establecimientos escolares. La alta tasa de contagios hizo que la medida chocase con las pretensiones del gobierno federal de mantener abiertas todas las escuelas de manera presencial. 
 Los docentes europeos no se quedaron callados. En Francia, el pasado 13 de enero, la docencia fue a la huelga para protestar contra los protocolos poco seguros para docentes y estudiantes dados a conocer por el gobierno para la apertura de las escuelas. El acatamiento fue alto, rondando el 75%. 
 En Rumania, el pasado 19 de enero, dos federaciones de docentes han realizado una “huelga de advertencia” pidiendo mayor presupuesto educativo, aumento salarial, conectividad docente en pandemia, entre otros reclamos. La advertencia realizada por las federaciones plantea una futura huelga general en caso de que el gobierno no cumpla con lo adeudado. 
 En Italia, unos mil directores enviaron cartas al ministro de Educación planteándole la necesidad de suspender el inicio del ciclo lectivo durante dos semanas. 
 Es notorio como en casi todos los países durante esta pandemia se ha llevado adelante un proceso de desinversión, cuando todos han salido a decir que es algo prioritario. Caso paradójico es el de Rumania, donde la inversión en educación llega apenas al 2% del PBI, cuando la ley nacional educativa plantea una inversión no menor al 6%. Lo mismo sucede en España, donde el incremento del presupuesto educativo 2022 ni siquiera supera la inflación anual registrada en 2021. 
 La desinversión educativa, que en muchos países ya se venía dando desde antes del 2020, se hace sentir más desde la pandemia debido a que se precisa una mayor inversión de los estados para la educación online, o para el acondicionamiento de escuelas y “resguardo” de los estudiantes y profesores en los establecimientos educativos. 
 Por ello no es de extrañar que se vayan a seguir dando protestas y reclamos por parte de los trabajadores de la educación en distintas partes del mundo para proteger la salud, la vida, la educación pública y gratuita en este contexto de crisis capitalista y pandemia. 

 Diego Carrazán
 25/01/2022

De Pétain a Macron, de la Resistencia a los Chalecos Amarillos: 1944-1945, la falsa purga de “los colaboradores” en Francia


Comentario del nuevo libro de la historiadora Annie Lacroix-Riz, "La Non-épuration en France de 1943 aux années 1950" 

La historiadora francesa Annie Lacroix-Riz pone en tela de juicio en su último libro, «La Non-épuration en France de 1943 aux années 1950» (Armand Colin, París, 2019) [La no depuración de Francia de 1943 en la década de 1950] una idea de la liberación del país en 1944-1945 (y del periodo subsiguiente) que ha sido dominante últimamente en una historiografía cada vez más controlada por el ala derecha del espectro político (“derechizada”). 
 Esta idea es extremadamente crítica con la Resistencia y, a la inversa, bastante indulgente respecto a la colaboración. Por ejemplo, se afirma que la Resistencia no fue eficaz en general, de modo que Francia debe su liberación casi exclusivamente a los esfuerzos de los estadounidenses y otros aliados occidentales (estos últimos secundados por las fuerzas de la “Francia Libre” del general De Gaulle), que desembarcaron en Normandía en junio de 1944. Se nos dice, además, que la Resistencia aprovechó la oportunidad que presentaba la liberación para cometer todo tipo de atrocidades, incluido el asesinato y el rapar públicamente la cabeza a mujeres jóvenes culpables de “colaboración horizontal”, es decir, de haber mantenido relaciones amorosas con soldados alemanes. Esta “purga salvaje” de colaboradores fue supuestamente equivalente a un “terror comunista” organizado por los comunistas, miembros reales o falsos de la Resistencia, en un intento de cumplir sus siniestros objetivos revolucionarios.
 Excepto en los casos más flagrantes, la “historiografía dominante” presenta ahora a los colaboradores como decentes, respetables, bienintencionados e “íntegros ciudadanos” (“gens très bien”, una expresión tomada del título de una novela de Alexandre Jardin) en la mayoría de los casos, víctimas de la coacción de los alemanes, impotentes y, por lo tanto, inocentes “subordinados”, atrapados sin poder defenderse entre la Scilla nazi y la Caribdis de la Resistencia, y que a menudo participaron ellos mismos en actos secretos de la Resistencia. Por supuesto, algunos colaboradores fueron fanáticos y sí cometieron crímenes, pero en su mayoría eran maleantes de la clase baja, cuyo mejor ejemplo fueron los miembros de la tristemente célebre organización paramilitar del Régimen de Vichy, la Milicia. 
 En 1944-1945 el gobierno provisional francés encabezado por el general de Gaulle logró finalmente restaurar la “ley y el orden”. Así es como, supuestamente, nació en Francia un estado de derecho gaullista después de años de problemas económicos y políticos, de derrota militar, de ocupación alemana y de la confusión de la liberación. Aun así, tuvo lugar una inevitable purga de colaboradores reales e imaginarios, que se cobró muchas víctimas inocentes, especialmente en los rangos superiores de la burocracia estatal, la crème de la crème de los negocios y la élite de la nación en general.
 Lacroix-Riz echa por tierra esta interpretación revisionista en su nuevo libro, minuciosamente investigado y documentado, que además está repleto de nombres de personalidades tanto obscuras como importantes, lo que dificulta un tanto la lectura a aquellas personas que no estén familiarizadas con la historia de Francia en la Segunda Guerra Mundial. En sus libros anteriores, como Le choix de la défaite y De Munich à Vichy, esta historiadora explicaba por primera vez que en la primavera de 1940 la élite política, militar y económica de Francia había entregado el país a los nazis para poder instalar un régimen fascista con la esperanza de que un sistema autoritario de gobierno fuera más sensible a sus necesidades y deseos que el sistema que había antes de la guerra, el de la “Tercera República”, que se consideraba demasiado indulgente con la clase trabajadora, sobre todo bajo el gobierno del “Frente Popular” de 1936 y 1937. Lacroix-Riz siguió con otros estudios meticulosamente investigados (Industriels et banquiers français sous l’Occupation and Les élites françaises, 1940-1944. De la collaboration avec l’Allemagne à l’alliance américaine) que demostraron que esta élite había prosperado bajo los auspicios del régimen de Vichy del Mariscal Pétain, había colaborado entusiasmada con los alemanes y luchado con uñas y dientes contra una Resistencia en la que predominaban personas pertenecientes a la clase trabajadora y comunistas, y estaba decidida a introducir cambios radicales, incluso revolucionarios, después de la guerra. Esta historiadora demuestra ahora que la liberación no estuvo acompañada de una verdadera purga de colaboradores sino, bien al contrario, que las “gens très bien” de la élite estatal y empresarial de Francia lograron expiar sus pecados colaboracionistas y que gran parte del sistema de Vichy que tan bien les había servido de 1940 a 1944 siguió vigente, se podría decir que hasta la actualidad. 
 Empecemos por la llamada “purga salvaje”, la supuesta persecución de personas inocentes por parte de partisanos comunistas o de comunistas que se hacían pasar por partisanos, es de suponer que en un intento de eliminar a rivales y oponentes para preparar un golpe de Estado revolucionario. Lacroix-Rix demuestra que hubo asesinatos y ejecuciones sumarias, pero la mayoría se produjeron en el contexto de los cruentos combates que surgieron ya antes del desembarco de Normandía y la liberación de París. Contrariamente a lo que sostiene la teoría de la ineficacia militar del Resistencia, esta desbarató los preparativos del enemigo de una defensa ante el desembarco de los aliados que se iba a producir en Normandía y provocó fuertes bajas, como admitieron las propias autoridades alemanas. Y la mayoría de las atrocidades perpetradas en el contexto de esa forma de guerra no fueron obra de los partisanos, sino de los nazis y los colaboradores, especialmente de la Milicia, por ejemplo, la ejecución de rehenes y la tristemente célebre masacre de Oradour-sur-Glane. Por otra parte, quienes luchaban en la Resistencia no atacaban a víctimas inocentes, sino a soldados alemanes y a colaboradores particularmente detestables, a menudo hombres a los que el programa de radio de la Francia Libre del general de Gaulle en Inglaterra había pedido reiteradamente castigar (e incluso ejecutar). Por lo que se refiere a las mujeres a las que se rapó la cabeza, muchas de ellas, si no la mayoría, eran culpables de actividades más atroces que la mera “colaboración horizontal”, por ejemplo, de traicionar a miembros de la Resistencia. 
 No hubo “purga salvaje” antes o durante la liberación y la supuesta purga importante que se iba a producir tras la propia liberación resultó ser una farsa. La élite tanto del Estado como del sector privado de Francia se había aprovechado a manos llenas de la colaboración y tenía buenas razones para temer la llegada al poder de sus enemigos de la Resistencia. Pero los radicales de la Resistencia no llegaron al poder tras la liberación, la élite fue castigada poco o nada por sus pecados colaboracionistas, su querido orden socioeconómico capitalista permaneció intacto (a pesar de algunas reformas) y la propia élite conservó la mayor parte de su poder y sus privilegios. Tenían que agradecer esta bendición inmerecida tanto a los estadounidenses que había liberado a la antaño grande Nation como al general Charles de Gaulle, el general que aspiraba a hacer que Francia fuera grande otra vez. 
 De Gaulle era un verdadero patriota, pero también un hombre conservador, extremadamente devoto del orden económico y social establecido de Francia. Por lo que se refiere a los estadounidenses, destinados a suceder a los alemanes como amos de Europa o, al menos, de la mitad occidental del continente, estaban decididos a hacer triunfar la “libre empresa” en toda Europa y a situar el continente bajo la órbita política y económica del Tío Sam, lo que significaba impedir cualquier cambio político y socioeconómico, excepto los meramente cosméticos, sin tener en cuenta los deseos y aspiraciones de quienes habían resistido a los nazis y a otros fascistas, ni del pueblo en general. También significaba perdonar, apoyar y proteger a aquellos colaboradores que tenían credenciales anticomunistas, que es exactamente lo que habían sido los miembros de la élite de Francia. De hecho, las autoridades estadounidenses no tenían nada en contra del régimen de Vichy y en un principio esperaban que subsistiera una vez que los alemanes fueran expulsados de Francia, ya fuera bajo Pétain o bajo cualquier otra personalidad de Vichy, como Weygand or Darlan, si fuera necesario tras una purga de sus elementos proalemanes más furibundos y tras aplicar una pátina de democracia. A fin de cuentas, el sistema de Vichy había funcionado esencialmente como la superestructura política del sistema socioeconómico capitalista de Francia, un sistema que Washington pretendía salvar de las garras de sus enemigos de izquierdas en la Resistencia. Al contrario, tras los reveses sufridos por Alemania en el Frente Oriental y en particular tras la Batalla de Stalingrado muchos colaboradores de Vichy lo vieron claro y esperaron la salvación en forma de un “futuro estadounidenses” para Francia o, en palabras de Lacroix-Riz, pasando de un “tutor” alemán a otro estadounidense. Después de una liberación por parte de los estadounidenses podían esperar que sus pecados e incluso sus crímenes colaboracionistas fueran perdonados y olvidados, mientras que las aspiraciones revolucionarias o incluso simplemente progresistas de la Resistencia iban a estar condenadas a seguir siendo un sueño imposible.
 A los dirigentes de Washington no les gustaba de Gaulle. Al igual que los partidarios de Vichy, lo consideraban una fachada de los comunistas, alguien que, si llegaba al poder, iba a preparar el camino para una toma de poder “bolchevique”, del mismo modo que Kerensky había precedido a Lenin durante la Revolución rusa de 1917. Pero poco a poco se dieron cuenta, como ya había hecho Churchill antes que ellos, de que iba a ser imposible endilgar al pueblo francés una personalidad que estuviera asociada a Vichy y que un gobierno encabezado por de Gaulle resultaba ser la única alternativa a uno establecido por la Resistencia, que estaba dominada por los comunistas y tenía ideas reformistas radicales. Necesitaban al general para neutralizar a los comunistas cuando acabaron las hostilidades. El propio De Gaulle logró tranquilizar a Washington prometiendo respetar el statu quo socioeconómico y como garantía de este compromiso incorporó a su movimiento Francia Libre a muchos colaboradores de Vichy que gozaban de los favores de los estadounidenses e incluso se les confiaron cargos de responsabilidad. De Gaulle se transformó así en un “líder de derecha”, aceptable tanto para la élite francesa como para los estadounidenses, que estaban dispuestos a suceder a los alemanes como “protectores” de los intereses de esa élite. Este es el contexto en el que de Gaulle fue llevado a toda prisa a París cuando la ciudad fue liberada a finales de agosto de 1944. La idea era impedir que la Resistencia dominada por los comunistas tratara de establecer un gobierno provisional en la capital. Los estadounidenses se encargaron de que de Gaulle se pavoneara por los Campos Elíseos como el salvador que la Francia patriótica había estado esperando durante cuatro largos años. Y finalmente, el 23 de octubre de 1944, Washington lo hizo oficial y lo reconoció como líder del gobierno provisional de la Francia liberada. 
 Bajo los auspicios del general de Gaulle Francia sustituyó el sistema de Vichy por una nueva superestructura política democrática, la “Cuarta República” (en 1958 ese sistema iba a ser sustituido por un sistema presidencialista más autoritario, al estilo estadounidense, la “Quinta República”). Y se ofreció a la clase trabajadora, que tanto había padecido bajo el régimen de Vichy, un paquete de beneficios entre los que se incluían salarios más altos, vacaciones pagadas, seguros de salud y de desempleo, generosos planes de pensiones y otros servicios sociales; en resumen, un modesto tipo de “estado de bienestar”. Todas estas medidas contaron con el apoyo generalizado de las personas plebeyas asalariadas, pero fueron rechazadas por los patricios de la élite y especialmente por los empleadores, por la patronal. Con todo, a la élite le agradó que esas medidas calmaran a la clase trabajadora, con lo que se quitaba viento a las velas revolucionarias de los comunistas, a pesar de que estos estaban en la cúspide de su prestigio debido al papel dirigente que habían desempeñado en la Resistencia y a su relación con la Unión Soviética, que en Francia todavía era considerada en general la vencedora de la Alemania nazi. 
 Se elevó oficialmente a los hombres y mujeres de la Resistencia a la categoría de héroes, se les dedicaron monumentos y calles. A la inversa, se “purgó” oficialmente a los colaboracionistas y se castigó a sus más abyectos representantes, incluso se condenó a la pena de muerte a algunos de ellos, pero ejemplo, al siniestro Pierre Laval, y se nacionalizó a importantes colaboradores económicos, como el fabricante de coches Renault. Pero con el gobierno provisional del general de Gaulle repleto de miembros de Vichy reciclados y con el Tio Sam mirando por encima de su hombro, de Gaulle se aseguró de que solo se castigara o purgara a los peces gordos del régimen de Vichy que tenían el perfil más alto. Muchos, si no la mayoría, de los bancos y corporaciones colaboracionistas debieron su salvación a tener una conexión estadounidense, por ejemplo la filial francesa de Ford. Se conmutaron muchas penas de muerte y los nuevos jefes supremos estadounidenses de Francia hicieron salir del país a escondidas a los altos cargos de la ocupación nazi (como Klaus Barbie) y a los colaboradores que habían cometido crímenes graves para que iniciaran una nueva vida en Sudamérica o incluso en Norteamérica, ya que los estadounidenses apreciaban el celo anticomunista de esos hombres. Muchos colaboradores se salvaron porque consiguieron presentar “certificados de Resistencia” falsos o porque de pronto contrajeron enfermedades que hicieron que se aplazaran sus juicios y se acabaran anulando. Los altos cargos locales culpables de haber trabajado con y para los alemanes se libraron de las represalias al ser trasladados a una ciudad donde no se conocía su pasado colaboracionista, por ejemplo, de Burdeos a Dijon. Y la mayoría de quienes fueron considerados culpables solo recibieron un castigo muy leve, un mero tirón de orejas. Todo esto fue posible porque el gobierno del general de Gaulle, y en particular su Ministerio de Justicia, estaban repletos de antiguos miembros de Vichy no arrepentidos. No es de extrañar que conformaran lo que Lacroix-Riz denomina “un club de apasionados oponentes de la purga”.
 Aunque la élite de Francia tuvo que volver a aguantar, como antes de 1940, los inconvenientes de un sistema parlamentario democrático en el que se permitía a las personas plebeyas cierta participación, logró conservar firmemente el control de los centros de poder no electos del Estado francés posterior a la guerra, como el ejército, el sistema judicial y los altos rangos de la burocracia y la policía, unos centros que siempre había monopolizado. Por ejemplo, los generales de Vichy, la mayoría de los cuales se sabía que habían sido enemigos de la Resistencia que se habían convertido convenientemente al gaullismo, conservaron el control de las fuerzas armadas y muchos altos cargos que había servido diligentemente a Pétain o a las fuerzas de ocupación alemanas conservaron sus cargos y pudieron continuar con sus prestigiosas carreras y beneficiarse de promociones y honores. Annie Lacroix-Riz concluye que el supuesto “estado de derecho” del general de Gaulle “saboteó la purga de los altos cargos [colaboracionistas] y permitió así […] que sobreviviera una hegemonía de Vichy sobre el sistema judicial francés” y, podríamos añadir, que sobreviviera un sistema al estilo de Vichy en general. 
 En 1944-1945 la élite de Francia no expió sus pecados colaboracionistas y tuvo la suerte de que gracias a la introducción de un sistema de seguridad social se pudiera conjurar la amenaza revolucionaria a su orden socioeconómico capitalista, encarnada por la Resistencia. Así, no acabó realmente el amargo conflicto de clase que había entre patricios y plebeyos de Francia en el momento de la guerra, que se reflejó en la dicotomía colaboración-resistencia, sino que meramente se dio una tregua. Y esa tregua fue esencialmente “guallista” ya que se firmó bajo los auspicios de una personalidad que era lo bastante conservadora para el gusto de la élite francesa y sus nuevos “tutores” estadounidenses, pero cuyo intachable patriotismo le granjeó el cariño de la Resistencia y sus votantes. 
 No obstante, con el colapso de la Unión Soviética y la desaparición de la amenaza comunista la élite francesa dejó de considerar necesario mantener el sistema de servicios sociales que había adoptado a regañadientes. La tarea de desmantelar el “estado del bienestar” francés, emprendida bajo los auspicios de presidentes proestadounidenses como Sarkozy y ahora Macron, se vio facilitada por la adopción de facto por parte de la Unión Europea del neoliberalismo, una ideología que defiende la vuelta al capitalismo del laissez-faire sin restricciones a la estadounidense.De este modo se reinició la guerra de clases que había enfrentado a la colaboración con la Resistencia durante la Segunda Guerra Mundial. En este contexto es en el que la historiografía francesa estuvo cada vez más dominada por un revisionismo que es crítico de la Resistencia, e indulgente con la colaboración e incluso con el propio fascismo. El libro de Annie Lacroix-Riz ofrece un antídoto muy necesario para esta falsificación de la historia. Esperemos que otros historiadores sigan su ejemplo e investiguen hasta qué punto la historiografía revisionista (y los políticos de derechas) de otros países europeos, como Italia y Bélgica, han rehabilitado a los fascistas y los colaboracionistas, y han denigrado a la Resistencia antifascista.
 Tenemos que hacer una última observación. Macron trata de destruir un estado de bienestar que se introdujo tras la liberación para evitar los cambios revolucionarios que propugnaba la Resistencia dirigida por los comunistas. Juega con fuego. En efecto, al tratar de liquidar los servicios sociales que limitan, pero no impiden, la acumulación de capital y que, por lo tanto, en esencia no son sino un incordio para el orden socioeconómico establecido, está eliminando un obstáculo importante para la revolución, una verdadera amenaza existencial para ese orden. Su ofensiva ha provocado una resistencia generalizada, la de los Chalecos Amarillos*. Hay que reconocer que este variopinto grupo no está dirigido por una vanguardia comunista como la Resistencia en la época de la guerra, pero sin duda parece tener un potencial revolucionario. El conflicto entre, por una parte, un presidente que representa a la élite francesa y a sus tutores estadounidenses, y que en muchos sentidos es el heredero de Pétain, y, por otra parte, los Chalecos Amarillos que representan a las descontentas e inquietas masas plebeyas que anhelan un cambio, herederas de los partisanos de la época de la guerra, puede hacer que Francia experimente algo de lo que se libró en el momento de la liberación: una revolución, y una verdadera depuración, no una falsa. 

 Dr. Jacques R. Pauwels , prestigioso historiador y politólogo. Es investigador asociado del Centre for Research on Globalization (CRG). Su último libro publicado en castellano es Los grandes mitos de la historia moderna, Boltxe Liburuak, 2021. 
 Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos 

Este artículo se publicó el 10 de febrero de 2020 (N. de la t.).

lunes, 24 de enero de 2022

El tablero del Medio Oriente en la confrontación de la OTAN contra Rusia


Los conflictos en el Medio Oriente no han cesado, todo lo contrario, mientras se desenvuelven los preparativos de guerra de la OTAN y Rusia. Implican a las grandes potencias y a los principales países del área. Un caso es el Yemen, donde se enfrentan Arabia Saudita e Irán. En Sudán, la rebelión popular ha acentuado el intervencionismo externo, desde EEUU e Israel, a Egipto. Libia se encuentra en guerra civil desde hace diez años, después de los bombardeos de la OTAN y el asesinato de Kadhafi. Líbano, quebrado financieramente, está virtualmente sin gobierno. En Siria han perdido la vida 200 mil personas, y un cuarto de su población yace en campos de refugiados. En Israel se han producido levantamientos populares dentro de su propio territorio. En este entorno, de guerras y revoluciones la mayor parte de los estados árabes ha normalizado relaciones con el estado sionista, y se anuncia la inminencia de lo mismo entre Irán y Arabia Saudita. Por carácter transitivo habría que esperar que normalicen Irán e Israel, como lo ha hecho la mayoría de quienes rodean el golfo Pérsico. Precisamente Israel se ha transformado en el principal proveedor de tecnología en espionaje, militar y de seguridad pública de toda la región. 
 El principal negocio de Israel con sus vecinos es la explotación de las reservas gasíferas palestinas del Mediterráneo, que explota un consorcio israelí-yanki. Israel es el principal proveedor de combustible de Egipto y Jordania, a través de gasoductos por tierra y por mar. Israel proveerá de gas al Líbano, a través de esos dos países. El acuerdo fue patrocinado por Estados Unidos, que para eso levantaron las sanciones que pesan sobre Siria – por donde pasa el oleoducto. Como Líbano es un país insolvente, el FMI se hará cargo de la financiación. Para ponerle un moño al acuerdo se sumó Hezbollá, que integra el gobierno libanés.
 De acuerdo al periodista Zvi Bar'el, de Haaretz (20/1): “El borrador del plan fue negociado por Egipto, Jordania, Siria, Líbano y Estados Unidos en julio, y todos los involucrados tenían claro que Estados Unidos solicitaría que se concediera a las demás partes una exención de las sanciones contra Siria. Estados Unidos entregó a Egipto y Jordania una carta en la que confirmaba que no deberían preocuparse por violar las sanciones contra Siria en el suministro de gas y electricidad (...). El pago del gas se hará a través del Fondo Monetario Internacional (….). El gobierno libanés es un concepto amorfo. No está funcionando y no hay confianza en lo que respecta al pago de su deuda. La solución sugerida es pagar a Jordania y Egipto directamente en función de la cantidad de electricidad y gas proporcionada en lugar de que el pago se realice a través del Líbano”. “Hezbolá se mantiene en silencio”, concluye el periodista.
 A Estados Unidos no le preocuparía “la influencia iraní en el Líbano”, según explica Zvi Bar'el. “No creo que nadie caiga sobre su espalda si alguien es capaz de llevar combustible a los hospitales que lo necesitan´, dijo la embajadora de EE.UU. en el Líbano, Dorothy Shea, a la cadena de noticias Al-Arabiya”. Y refuerza: “Hezbolá se dio cuenta y no se opuso, manteniendo su silencio incluso cuando los medios de comunicación árabes informaron que la electricidad jordana destinada al Líbano se generaría a partir de gas natural israelí”. 
 La segunda novedad sería el “reingreso de Irán al mercado mundial del gas, particularmente al europeo”. Irán es el proveedor principal de petróleo a China. Cuando se menciona la posibilidad de que abastezca al mercado europeo, salta de inmediato la intención de quebrar el monopolio de ese suministro por parte de Rusia - uno de los litigios en la guerra que se prepara en Ucrania. 
 “El descubrimiento de una gigantesca reserva de gas en aguas iraníes en el Mar Caspio, el campo Chalous, coloca a Irán en la cima de la clasificación como productor regional de gas. Los expertos occidentales evalúan que el campo contiene más gas que cualquier reserva en el sitio de gas de Pars, que Irán comparte en el Golfo con Qatar, que a su vez se considera la reserva de gas en alta mar más grande del mundo”. 
 “Los funcionarios del Ministerio de Energía de Irán ya están hablando de que Irán podrá suministrar alrededor del 20 por ciento de las necesidades de gas natural de Europa. En el supuesto de que se firme un nuevo acuerdo nuclear internacional con Irán y se levanten las sanciones contra el régimen, Irán podría convertirse en una alternativa a Rusia en el suministro de gas natural a Europa, o al menos reducir la dependencia europea del gas ruso”.
 Según siempre la misma fuente, esto implicaría un rediseño de toda una serie de alianzas: “Irán es signatario de un acuerdo estratégico de 25 años con China , que otorga a los chinos acceso preferencial al petróleo y gas iraní a precios reducidos a cambio de cientos de miles de millones de dólares en inversión china”. Por otro lado, “la República Islámica carece de instalaciones y otros medios para licuar gas, lo que impide su capacidad para competir en el mercado de gas licuado. Irán requerirá reformas profundas en la forma en que se utiliza su gas natural. Actualmente es principalmente para el consumo interno, y solo alrededor del 7 por ciento se exporta a sus vecinos”. Irán ha firmado acuerdos, recientemente, para el “suministro de gas con Turkmenistán y Azerbaiyán, así como con Turquía”. 
 En las condiciones descriptas, Israel, los emiratos, Arabia Saudita y Turquía podrían convertirse en otro eslabón del anillo que rodea a Rusia. En resumen, la crisis entre la OTAN y Rusia, que es parte de una crisis a tres bandas entre EEUU-Rusia-Unión Europea, se extiende al conjunto del planeta. 

 Norberto Malaj 
 22/01/2022

domingo, 23 de enero de 2022

Bajo una playa ´top´ del Mediterráneo yacen víctimas de la Nakba


La “fosa” de Dor Beach, denunciada en el diario Haaretz Adán Raz, el mismo historiador que reveló la serie de masacres de la Nakba “catástrofe palestina” de 1948, acaba de publicar en Haaretz (20/1), el diario más importante de Israel, otra historia escalofriante. Se trata de la masacre en la aldea de Tantura, en el mismo mes de mayo de 1948, cuando el mundo celebraba el reconocimiento del estado sionista por parte de la ONU, en una fracción de su territorio actual. Raz presente las pruebas de que en aquel en mayo de 1948 las brigadas sionistas, mientras expulsaban de las aldeas y ciudades a las poblaciones árabes de Palestina, practicaron una matanza sin precedentes donde hoy se encuentra “la popular Dor Beach, adyacente al kibbutz Nahsholim, rebautizada por la prensa como la “fosa” de Dor Beach. Ex soldados que hoy bordean los 90 años describen diferentes escenas de la masacre, aunque no pueden precisar el número de aldeanos asesinados. Las cifras que surgen de los testimonios van desde un puñado hasta muchas decenas de personas. Según un testimonio, proporcionado por un vecino de Zichron Yaakov que ayudó a enterrar a las víctimas en la playa, el número de muertos superó los 200”.
 “El excombatiente Moshe Diamant dice ahora que— los aldeanos fueron asesinados a tiros por un ´salvaje´, con una metralleta, al final de la batalla”. “Otro soldado de combate de la brigada, Micha Vitkon, habló de un oficial ´que en años posteriores fue un gran hombre en el Ministerio de Defensa. Con su pistola mató a un árabe tras otro. Estaba un poco perturbado, y eso era un síntoma de su perturbación´. Según Vitkon, el soldado hizo lo que hizo porque los prisioneros se negaron a revelar dónde habían escondido las armas restantes en el pueblo”.
 La matanza fue investigada hace más de 20 años a través de “una tesis de maestría escrita por un estudiante graduado israelí llamado Theodore Katz, que contenía testimonios sobre las atrocidades perpetradas por la Brigada Alexandroni contra los prisioneros de guerra árabes. La tesis condujo a la publicación de un artículo en el periódico Maariv, titulado ´La masacre de Tantura´. (Pero) en última instancia, una demanda por difamación presentada contra Katz por veteranos de la brigada lo indujo a retractarse de su relato de una masacre. Durante años, los hallazgos de Katz se archivaron y la discusión del episodio tomó la forma de un debate profesional entre historiadores”.
 La historiografía israelí —como la turca, respecto al genocidio armenio— se encuentra entre las más controvertidas del planeta. En el caso israelí, entre los ´negacionistas´ de la Nakba, sionistas a ultranza que no reconocen la expulsión en masa de los palestinos de su tierra, por un lado; y una nueva generación de historiadores, entre los cuales se encuentra Ilán Pappé, obligado años atrás a emigrar y que testimonió a favor de Katz., por el otro. En su momento, “la demanda por difamación iniciada por la asociación de veteranos de Alexandroni, la universidad también se puso nerviosa y decidió crear un comité para reexaminar la tesis de maestría. Aunque los revisores originales encontraron que Katz había completado la tesis con excelencia, y aunque el documento se basó en docenas de testimonios documentados, de soldados judíos y refugiados árabes de Tantura, el nuevo comité decidió descalificar la tesis”. 
 Ahora “estos y otros testimonios aparecen en un impresionante proyecto de documentación del director Alon Schwarz. Su película documental ´Tantura´, que se proyectará dos veces este fin de semana en línea, como parte del festival de cine Sundance en Utah, parecería deshacer la versión que se arraigó tras la demanda por difamación y la disculpa de Katz. Aunque los testimonios de los soldados en la película (algunos de ellos grabados por Katz, otros por Schwarz) fueron dados en oraciones entrecortadas, en fragmentos de confesiones, el panorama general es claro: los soldados de la Brigada Alexandroni masacraron a hombres desarmados después de la batalla”. “Los testimonios de los soldados de la Brigada Alexandroni se suman a testimonios escritos anteriores proporcionados por Yosef Ben-Eliezer. ´Fui uno de los soldados involucrados en la conquista de Tantura´, escribió Ben-Eliezer, hace unas dos décadas. ´Estaba al tanto del asesinato en el pueblo. Algunos de los soldados cometieron los asesinatos por iniciativa propia e independiente´”.
 “Los testimonios y documentos que recopiló Schwarz para su película indican que tras la masacre las víctimas fueron enterradas en una fosa común, que ahora se encuentra bajo el estacionamiento de Dor Beach. La tumba fue cavada especialmente para este propósito y el entierro se prolongó durante más de una semana. A fines de mayo de 1948, una semana después de la conquista de la aldea y dos semanas después de la declaración del estado, uno de los comandantes que estaba destinado en el lugar fue reprendido por no haberse ocupado adecuadamente del entierro de los cuerpos de los árabes. El 9 de junio, el comandante de la base adyacente informó: ´Ayer revisé la fosa común en el cementerio de Tantura. Encontré todo en orden´”. 
 “Una comparación de las fotografías y el uso de imágenes tridimensionales realizadas con nuevas herramientas hace posible no solo determinar la ubicación exacta de la tumba sino también estimar sus dimensiones: 35 metros de largo, 4 metros de ancho. ´Se cuidaron de ocultarlo´, dice Katz en la película, ´de tal manera que las generaciones venideras caminaran allí sin saber lo que pisaban´”.
 “Escuchar el testimonio de los soldados hoy —dice Adán Raz—, considerando la posición uniforme que demostraron cuando demandaron a Katz, es captar la potencia de la conspiración del silencio y el consenso de que hay cosas de las que uno no habla. Es de esperar —agrega— que desde la perspectiva de los años, estos temas se aborden más fácilmente. Una señal posiblemente alentadora en esta dirección es el hecho de que la película sobre Tantura recibió fondos de organismos tan importantes como la red de cable Hot y el Nuevo Fondo para el Cine y la Televisión”. 
 Más probablemente sea la expresión de la tendencia a ´naturalizar´ la presente opresión sionista sobre el pueblo palestino y a hacerla pasar ´resignadamente´ como un asunto pasado. 

 Norberto Malaj 
 23/01/2022

Después de 685 días, volvió el carnaval uruguayo, sin apoyo oficial

Volvió el carnaval al Uruguay. El carnaval más largo del mundo. Serán cuarenta y cinco noches donde agrupaciones de cinco categorías (murgas, parodistas, humoristas, lubolos y revistas) recorran Montevideo, barrio a barrio, tablado a tablado, con sus espectáculos.
 El concurso oficial, a la vera del Río de la Plata, dará ganador a un conjunto por categoría. La fiesta del pueblo, donde laburantes que uno los puede cruzar en la calle día a día, se suben a las tablas y cantan sus cuartetas de crítica, humor y actualidad.
 Después de 685 días, regresó la máxima fiesta popular del Uruguay. Volvió el Carnaval con el desfile inaugural. A las ocho de la noche, en la circunvalación del Teatro de Verano se dio el puntapié inicial para esta locación inédita: el paseo de las canteras del Parque Rodó, frente a la Playa Ramírez y el ex Parque Hotel, hoy sede del Mercosur. 
 La ubicación original e histórica era la avenida 18 de julio, donde Montevideo se vestía de gala y se iluminaba con las clásicas bombitas amarillas. La pandemia, que dejó sin carnaval por dos años a Uruguay, hizo de las suyas y obligó a cambiar la locación, obligación de uso de tapabocas de los concurrentes y aforo limitado. 
 No estaba José Artigas a caballo custodiando a los conjuntos, ni los altos edificios de 18 de Julio enmarcando el recorrido. En su lugar había palmeras y canteras. El cambio se decidió – dijo Ramiro Pallares, asesor de la Intendencia- por motivos sanitarios y para “jerarquizar una zona de la ciudad paisajísticamente muy particular que puede dialogar con la propuesta”. 
 Fabián Cardozo, presidente del jurado, explicó que la idea fue hacer el desfile “más rápido y más dinámic o(…). Si no hay alegría y comunicación con el público, no funciona”.
 Las imágenes que brindaba la televisión privada y las que circulaban por las redes sociales dejaron gusto a poco. Muchos claros y sillas vacías, tanto en palcos como plateas. La efervescencia por salir y la abstinencia de desfilar contrastó con el contexto del atípico escenario.
 «Tremenda alegría, sobre todo de recuperar esta instancia de comunicación colectiva, es tremendamente importante para muchas personas, sobre todo en estas épocas de tanto aislamiento y de una sola versión de las cosas», dijo antes del desfile Yamandú Cardozo, uno de los integrantes de la galardonada murga Agarrate Catalina. Pablo Vidal, director de Queso Magro, expresó que están con la alegría de «gurises chicos» por volver al carnaval y su propuesta para este año es «más de lo mismo» que consiste en «divertirse». 
 Carolina Cosse, intendenta de Montevideo, estuvo presente en el desfile. «A veces pasa que te das cuenta que tenés sed después que tomás agua y creo que en este carnaval nos va a pasar lo mismo. Cuando escuchemos una murga, los parodistas, todo lo que sucede en el carnaval nos va a resonar algo en el alma, que capaz que teníamos un poco dormido. Y eso es lo bueno», sostuvo minutos antes del inicio de la fiesta popular. 
 Los ganadores del desfile fueron Nos obligan a salir (murga), Madame gótica (revista), Zíngaros (parodistas), Valores (negros y lubolos) y Sociedad Anónima (humoristas). 
 Este año, la empresa estatal de telecomunicaciones Antel, administrada por el gobierno neoliberal, decidió retirar el apoyo a los conjuntos carnavaleros, que mantenía consecutivamente desde 2008. 
 Con el advenimiento del gobierno de derechas y el regreso de carnaval, se tomó esa decisión agregado a que el servicio de transmisión de espectáculos de la propia empresa estatal, VeraTv, tampoco transmitió el desfile como lo hacía comúnmente, ensanchando, de esta manera, la brecha entre los que pueden pagar y los que no, retaceando la cultura y su acceso. 
 Una decisión polémica y que medra a los conjuntos carnavaleros, que como el sector de la cultura en general, ha sido muy golpeado por la pandemia y ha contado con escaso apoyo del gobierno nacional.
 A su vez el oficialismo pretende ir a las puertas del Teatro de Verano y a tablados grandes de carnaval pero ir a defender la Ley de Urgente Consideración (LUC) de cara al referendo del 27 de marzo para derogar 135 artículos d la norma represiva y antipopular. 
 Van a ir a pedir al voto a un sector que le han quitado apoyo económico, que en su inmensa mayoría es de izquierda, y que sus principales dirigentes ellos han criticado, justamente por criticar al gobierno. Las polémicas ya están a la orden del día. El carnaval ha vuelto. Las políticas de Luis Lacalle Pou y la LUC, sin duda, serán blanco predilecto de los dardos murgueros.

 Nicolás Centurión. Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

sábado, 22 de enero de 2022

El método dialéctico materialista de Karl Marx - Los Grundrisse

¿Qué está en juego en la tensión entre Rusia y Estados Unidos?


La tensión entre Estados Unidos y Rusia escaló en los últimos días, junto al fracaso de las negociaciones entre las partes. El gobierno norteamericano denuncia el despliegue de alrededor de 100 mil soldados rusos cerca de las fronteras con Ucrania y la posibilidad de una invasión. Moscú, en tanto, acusa a Washington y a la Otan por la candidatura de Kiev a ser incorporada a la alianza atlántica y por el cerco que este organismo ha hecho sobre su territorio, sumando al acuerdo militar a numerosos países con los que comparte fronteras. En resumen, Ucrania es el desencadenante de la crisis, pero el conflicto tiene un alcance internacional. 
 Estados Unidos amenaza con establecer duras sanciones financieras contra Rusia si se agrava la situación en la frontera ucraniana. Moscú tiene también sus cartas económicas para jugar: puede entorpecer el abastecimiento gasífero de Europa, la que más allá de sus diferencias políticas y de intereses, tiende a alinearse con Washington en la ofensiva. La mitad del fluido que consume el viejo continente proviene de Rusia. 
 El trasfondo de esta crisis es el proceso de colonización capitalista sobre los exEstados obreros, tras la disolución de la Unión Soviética, y que apunta en última instancia contra Rusia (y China). En los ’90, dos acuerdos (la Carta de París de 1990 y el acta Otan-Rusia de 1997) modelaron la transición, reconociendo -con algunos límites- el avance económico, político y militar de Occidente sobre la región. Hoy, Moscú considera que esos límites han sido completamente avasallados, con un cerco-despliegue amenazante en sus inmediaciones. 
 Ucrania es uno de los países que estaba bajo la esfera de influencia rusa, pero donde fueron progresando las posiciones del imperialismo, en el marco del proceso de restauración capitalista. En 2014, los sucesos de plaza Maidan marcaron la caída del presidente Vikor Yanukovich, afín a Moscú, después de poner en el congelador un proceso de asociación económica entre Ucrania y la Unión Europea. Aquella crisis desembocó en una partición del país y en una guerra, con el gobierno de Kiev de un lado, y los rebeldes del este, partidarios de una autonomía, del otro, apoyados directamente por Putin. El conflicto ya ha dejado miles de muertos. Aunque los acuerdos de Minsk bajaron la intensidad del enfrentamiento, se siguen produciendo combates. Como respuesta frente al avance de Occidente sobre Ucrania, Moscú se anexó en 2014 la península de Crimea, donde está instalada la principal base naval rusa. 
 Hoy, el Kremlin vuelve a marcar sus “líneas rojas”: exige que Ucrania y otros Estados vecinos no se integren a la Otan, y que cese el despliegue militar imperialista en sus territorios aledaños. Los yanquis han dicho que eso es innegociable, por lo que las tratativas se frustraron. Los dos bandos muestran los dientes y se amenazan, pero tampoco cierran la puerta a la reanudación de los diálogos. En todo este berenjenal, el vicecanciller ruso Serguéi Riabkov no descartó el despliegue de infraestructura militar en Venezuela y Cuba. Es una manera de pagar con la misma moneda: Moscú le muestra a Washington que también puede mover fichas cerca de su propia frontera. Pero con estas declaraciones, Moscú reduce a estos dos países a meras piezas suyas y a una prenda de negociación. A diferencia de la crisis de los misiles de 1962, cuando Cuba estaba bajo amenaza certera de una invasión yanqui, aquí estamos ante una maniobra del gobierno ruso. Por el momento, los gobiernos de Venezuela y Cuba no se pronunciaron. Sí lo hizo el autoproclamado presidente venezolano, el golpista Juan Guaidó, colocándose incondicionalmente -para variar- del lado norteamericano. 
 El gobierno ruso no está desenvolviendo una lucha anti-imperialista, sino que defiende, frente a la escalada occidental, el lugar de su burocracia y de su oligarquía en el proceso de restauración burguesa. En ningún caso recurre a la movilización de las masas, porque puestas en movimiento, éstas podrían asumir posiciones anti-restauracionistas. Frente a los recientes levantamientos populares en Bielorrusia y Kazajistán, cerró filas con los gobiernos represores de las oligarquías restauracionistas. El desembarco y penetración del gran capital en los Estados periféricos en torno de Rusia, que ha adquirido una enorme amplitud -como es el caso de Kazajistán-, crean condiciones más favorables para potenciar las presiones económicas, políticas y militares del imperialismo en la región y en esa medida, incrementa la vulnerabilidad de Rusia frente a sus enemigos. Con esta política, Putin mina las bases de una lucha victoriosa contra el cerco imperialista y permite a este agitar demagógicamente un programa derechohumanista. 

 Ucrania

 En el caso puntual de Ucrania, en los últimos meses, el gobierno de Volodómir Zelenski ha profundizado su alineamiento con el imperialismo. Además de insistir con su petición de ingreso a la Otan, el Parlamento aprobó una ley llamada de “desoligarquización” tendiente a barrer con la élite favorecida por el proceso restauracionista, liberando más el terreno al capital occidental. La norma crea un registro de “oligarcas” y les impide beneficiarse de las privatizaciones, a la vez que restringe su participación en política y en los medios. 
 A caballo de la nueva norma, Zelenski quiere también aplastar a la oposición y prepararse para una reelección. Abrió una causa contra el expresidente Petro Porochenko, el “magnate del chocolate”, por “alta traición”, dado que éste habilitó durante su mandato la importación de carbón desde el este, en una operación mediada por el oligarca Víktor Medvedchuk, también encausado. Medvedchuk es otro de los líderes de la oposición y, según algunos medios, amigo de Putin. A fines del año pasado, Zelenski acusó a su vez al oligarca Rinat Ajmétov, el empresario más poderoso del este, por su presunta implicación en los preparativos de un golpe de Estado, junto a Rusia. Todo esto atiza el conflicto general entre el imperialismo y Moscú.
 El proceso de restauración capitalista ha implicado enormes penurias para las masas rusas y del este europeo. Es necesario rechazar la nueva escalada política y militar del imperialismo en la región. Abajo la Otan, disolución de esta alianza militar imperialista. No al despliegue militar norteamericano y de la Unión Europea en el exespacio soviético. 
 Por una intervención independiente de las masas en Rusia y Ucrania. Por una Ucrania unida y socialista. La causa de la emancipación nacional y social, incluida la defensa de integridad nacional rusa y ucraniana contra la escalada imperialista no puede quedar en manos de la burocracia restauracionista de Putin. Es una tarea reservada para los explotados en el marco de una batalla estratégica por una revolución política y social en los países de la región y gobiernos de trabajadores.

 Gustavo Montenegro