domingo, 27 de enero de 2019
Inundaciones, un drama social
Miles de evacuados por las inundaciones que se dan en parte del territorio son la cara más visible del problema ambiental y social que se genera producto de la falta de inversiones y del crecimiento de cultivos que solo buscan maximizar la ganancia empresarial.
Crecidas de ríos, rutas y puentes cortadas, desplazados y evacuados son solo algunas de las consecuencias de las inundaciones que afectan parte del país, en especial la zona de Durazno, Salto, Paysandú y Artigas.
En estos días más de 4000 personas debieron dejar sus hogares y permanecen en condiciones muy precarias en los centros que se prevén para estas ocasiones.
Políticos y medios de comunicación repiten constantemente que estas situaciones son producto de las lluvias que desde hace semanas caen sobre Uruguay y zonas fronterizas.
Sin desconocer los fenómenos naturales que producen los desbordes en los ríos y las grandes inundaciones, el fondo del problema son las carencias estructurales de inversiones en infra estructura y la erosión y desgaste de los suelos producto de cultivos y usos de las tierras que se han dado en estos últimos años que solo apuntan a maximizar lucro y ganancia de empresarios y capitalistas y que no toman en cuenta el impacto ambiental.
Carencias estructurales y depredación del medio ambiente
En la situación actual, que por otro lado es cíclica y se repite periódicamente se conjugan los factores ambientales y los factores sociales y económicos.
Los sucesivos gobiernos no han dado respuesta a los problemas estructurales que hacen que cuando se dan lluvias o crecidas se afecten zonas pobladas.
La falta de previsión, de inversiones y de obras públicas en función de las necesidades de la población es parte de un proyecto de país, mantenido y continuado por el Frente Amplio que privilegia la generación de infraestructura para los grandes negocios empresariales.
UPM es un caso concreto y actual, en el que Frente Amplio mueve cielo y tierra para generar las condiciones que quiere la empresa y de esa manera garantizar la ganancia empresarial, incluso rebajando las condiciones laborales o proyectando un tren que traerá grandes perjuicios a la población. La plata se destina a este tipo de emprendimientos, o a subsidiar y exonerar a los grandes capitalistas de impuestos pero no para las obras de infraestructura que requiere el país y sus habitantes.
Junto a la falta de obra pública o las inversiones en función de las necesidades de los capitalistas, se observa una política hacia el agro absolutamente depredatoria y organizada en función de los pools de siembra y el agro negocio.
La deforestación, las plantaciones de eucaliptos, los monocultivos y la falta de rotación, el uso de insumos contaminantes (muchas veces prohibidos en los países centrales) han impactado fuertemente en las capacidades de los suelos de absorber el agua de lluvia o de los ríos. Las cianobacterias, que periódicamente aparecen en las playas son producto del incremento del uso del fósforo que se usa intensivamente en las plantaciones de soja transgénica.
La política depredatoria de la naturaleza con que se manejan los capitalistas se conjuga también con la supe explotación de los trabajadores rurales.
En estos últimos días 2 peones rurales murieron cuando fueron obligados a trabajar con condiciones climáticas de alerta meteorológica.
Tal como denuncia el sindicato de peones de estancia no solo se trata de una responsabilidad empresarial sino que existe una falta de controles e inspecciones de parte del Estado que propicia que sucedan este tipo de muertes. Quince años de gobierno frenteamplista no han podido otorgar mínimas garantías para que cumplan los más elementales derechos de los trabajadores rurales.
Expropiar a los latifundistas y plan de obra pública en función de las necesidades populares
La solución de estos problemas no vendrá de las manos de estos gobiernos y de estos empresarios. La expropiación de los grandes terratenientes y una agricultura que no provoque daños a las poblaciones rurales y el medio ambiente permitiría prevenir las inundaciones complementando con un plan de obras públicas e infraestructura en función de las necesidades de las poblaciones y no de los empresarios son las medidas de fondo que pueden evitar o minimizar el impacto de inundaciones u otros fenómenos naturales.
Hernán Yanes
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