sábado, 1 de junio de 2019

Montevideo Gas en un momento bisagra




La firmeza de la lucha hizo que el Poder Ejecutivo diera una señal en pos de presentar una solución. Pero Petrobras es una patronal que está decidida a barrer con las conquistas y la organización sindical. El compás de espera puede ser aprovechado para fortalecer la lucha y plantear una salida estratégica para el servicio del gas.

El conflicto de Montevideo Gas es hoy la lucha obrera más importante en Uruguay, ya que ha concentrado la atención de los medios de comunicación, de la opinión pública, y porque ha forzado al gobierno y el Ejecutivo Nacional a tener que tomar una postura al respecto.
Esto se dio por la tenacidad y la firmeza de sus trabajadores y trabajadoras que desde hace mucho tiempo vienen denunciando la política de vaciamiento de Petrobras que impide brindar un servicio eficiente a los 40 mil usuarios de gas por cañería. Vienen hace muchos meses alertando que la política empresarial atenta contra un servicio que es público, y que en los 90, a partir de las políticas neoliberales aplicadas por los gobiernos blancos y colorados, sufrió la privatización por la que el Estado la concesiona a empresas multinacionales.
La firmeza de sus trabajadoras y trabajadores se vio en la determinación que tuvieron al aplicar la ocupación y el control obrero, demostrando que la vida y el sustento de las familias obreras que están en peligro son más importantes que la sed de ganancia de las distintas patronales. Esta medida fue llevada adelante con la amenaza de la Justicia de tomar represalias penales contra quienes la ejercieran. Esta Justicia actuó una vez más al servicio de priorizar la propiedad privada por sobre el derecho a la vida y a la protesta. Una vez más se demuestra de qué lado están, cuando mandaron a la policía a amedrentar y desalojar la ocupación.
La firmeza se demostró en la templanza y valentía de quienes se embarcaron en la huelga de hambre, que hoy cursa de día 26. Maxi, Oscar, y antes Ernesto, dieron un gran ejemplo de conciencia de clase al proponerse como huelguistas representando el esfuerzo de todos sus compañeros y compañeras que día a día rodean la lucha y los visitan en la carpa ubicada en la Peatonal Sarandí, frente al Ministerio de Industria, entidad gubernamental que debería garantizar por el servicio y sus fuentes laborales y que en estos momentos debería estar controlando que Petrobras cumpla con los compromisos asumidos en la concesión, aunque durante todo el conflicto pareció mirar para otro lado.
La firmeza se demuestra en cada día, en cada asamblea general con carácter grave y urgente, donde se vuelven a ratificar las medidas de lucha propuestas, y se mantiene un ánimo de lucha combativo y persistente. Y esto se da porque los trabajadores y trabajadoras saben que cuando se sale a luchar hay que hacerlo por todo lo que nos pertenece: por el salario, por las fuentes laborales, por nuestras conquistas, por nuestras familias y por nuestro futuro.
La firmeza se expresa en la determinación de pelear por la reincorporación de todos los despedidos y por la anulación de las suspensiones con causal de despido. Inclusive por el derecho de quienes están en condiciones de jubilarse, a que decidan cuándo hacerlo. La idea de unidad de la clase trabajadora expresada en el Tocan a uno, tocan a todos y Ningún despido, todos adentro es tan fuerte que guía cada paso en la lucha. Hay conciencia de que son un colectivo, y que si hoy dejan pasar los despidos, después la patronal estará más fuerte para pasar todo el plan de reestructuración que tiene pensado, que incluye la reducción sustancial de la plantilla obrera y la posibilidad eventual de nuevas contrataciones sin las conquistas de “los viejos”.
La batalla es contra las políticas neoliberales, contra las privatizaciones, y contra un personaje siniestro como Bolsonaro, expresión de una derecha que avanza en nuestro continente para atacar y destruir una a una las conquistas obreras conseguidas con luchas históricas.

Que este compas de espera nos fortalezca mientras seguimos alertas

Hoy el conflicto de Montevideo Gas se encuentra en un momento bisagra, en el que se ha decidido darle un tiempo al gobierno y posponer la Huelga General del gremio, a partir de la reunión mantenida con el presidente Tabaré Vázquez el pasado jueves 23 de mayo, donde se comprometió a estudiar una posible solución. Si bien esto es una señal positiva que podría estar marcando la posibilidad de revertir los despidos y las suspensiones, vemos con asombro que el Presidente se decida a actuar después de más de 20 días de huelga de hambre, después de miles de esfuerzos de los trabajadores y las trabajadoras en sostener el servicio casi sin personal y con los recursos existentes, y después de que el conflicto se nacionalizara como ocurrió hace más de un mes.
Parece que el Presidente, que no lee los dictámenes que firma – según dijo que ocurrió con las declaraciones del asesino y torturador Gavazzo – tampoco lee los diarios ni sus asesores le comentaron nunca que hay hace 25 días un plantón instalado frente a la Plaza Matriz, en la histórica Ciudad Vieja. Recién tomó nota cuando el miércoles 22 de mayo, al finalizar el paro parcial, una delegación del PIT-CNT junto a la Directiva del Sindicato del Gas le entregaron una carta donde se alertaba de la delicada situación que hoy se está viviendo.
El gobierno cambia su postura, porque ya no puede desconocer la importancia que adquirió el conflicto, donde hoy muchos uruguayos y uruguayas de a pie que saben y conocen y siguen día a día la lucha con expectativas de que triunfe y que por fin esos obreros y obreras consigan lo que desean con tanto anhelo.
En este compás de espera mientras el Ejecutivo toma una decisión, es necesario no bajar los brazos, ni tampoco bajar la guardia. No podemos confiar ciegamente en un gobierno que hace años que desconoce la grave situación del servicio y hace la vista gorda a la suma de irregularidades que sistemáticamente comete Petrobras en el ejercicio de su concesión. Petrobras ha llevado a no renovar puestos de quienes se jubilan, ha precarizado el servicio haciéndolo altamente deficitario, promoviendo la baja de los usuarios, y poniendo en riesgo la distribución de gas en lugares tan sensibles como el Hospital Pereyra Rossell que atiende a los niños y niñas de todo el país.
Petrobras es una patronal que responde al derechista Bolsonaro, que no tiene problemas en pisotear toda conquista obrera, y que va directamente contra la organización sindical y los derechos adquiridos. No por nada aplicó las 53 suspensiones con causal de despido para quienes la empresa “identificó” como participantes de la ocupación y control obrero. Y así lo hizo saber colocando en los mismos telegramas que llegaban a los domicilios. Tan descarada es esta patronal que con total impunidad reconoce que las suspensiones son un castigo para quienes osaron luchar por sus derechos. Una medida totalmente antisindical, que debería ser rechazada y condenada por la Dirección Nacional de Trabajo.
Este compás de espera puede ser utilizado para fortalecer la posición de la clase trabajadora. ¿Cómo? Hay que seguir rodeando de solidaridad el conflicto. Por la carpa deben pasar decenas y cientos de trabajadores y trabajadoras de otros gremios; deben presentarse todas las expresiones del movimiento de mujeres organizado haciendo concreta la pelea contra el capitalismo y el patriarcado; y también tiene que hacerse presente el movimiento estudiantil, apoyando activamente el conflicto y haciendo concreta la unidad obrero-estudiantil.
Hoy nos encontramos preparando el Festival Cultural Solidario que se realizará este domingo 26 de mayo y que contará con la actuación de El Alemán y varios artistas más que se han acercado para dar una mano.
Es necesario usar estos días de espera para fortalecer la lucha, extender la solidaridad a nivel nacional e internacional, como hicieron los trabajadores y trabajadoras de la empresa recuperada MadyGraf de la Zona Norte del Gran Buenos Aires que enviaron un video de solidaridad. Tenemos que ser miles los y las artistas que se expidan por el triunfo del conflicto.

Por una salida de fondo: re-estatizar el servicio

No hay salida con Petrobras, que dejó bien en claro que no está dispuesta a retroceder en las medidas anti-obreras. Pero si viene otro capital transnacional y pasa la concesión a manos privadas nuevamente, en un tiempo tendremos el mismo problema, ya que las empresas están motivadas por el lucro y siempre querrán reducir costos para aumentar sus ganancias. Por eso la mejor opción es que la empresa vuelva a ser estatal y que esté gestionada por quienes mejor saben hacerlo, por quienes saben cómo solucionar los problemas, cómo abaratar costos sin afectar la plantilla (solo reduciendo los sueldos millonarios de los gerentes): los trabajadores y trabajadoras del gas.
El triunfo de esta lucha no es solo para quienes están luchando por la defensa de las fuentes laborales y el ingreso de sus familias, es una lucha por la dignidad obrera de quienes han dejado sus más hermosos años de su vida en una empresa que hoy les paga con despidos y suspensiones antisindicales. El triunfo será de toda la clase trabajadora, demostrando que se pueden revertir las políticas neoliberales y que vale la pena luchar por mantener los derechos adquiridos, que son un capital de todo el pueblo trabajador. El triunfo es un golpe a los intentos de multiplicar la precarización laboral, los contratos basura, los empleos que implican largas jornadas de trabajo y poca paga. Contra esto también pelean estos trabajadores y trabajadoras.
¡Y por eso tienen que triunfar!

Karina Rojas
Pan y Rosas Uruguay
Domingo 26 de mayo | 11:48

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