martes, 20 de marzo de 2018
El asesinato de Marielle Franco, crimen político en una Río de Janeiro militarizada
La edil del PSOL y referente de las mujeres negras había denunciado atropellos de la Policía Militar en la favela Acarí.
Marielle Franco, de 38 años y edil del Partido Socialismo y Libertad brasileño (PSOL), fue ejecutada a tiros en la noche del miércoles por dos sicarios en pleno centro de Río de Janeiro, cuando regresaba de una actividad política. También fue asesinado el chofer que manejaba el vehículo que transportaba a Marielle, mientras que su asesora resultó herida por la balacera.
Las primeras conjeturas indican una venganza policial por la denuncia pública que Franco había hecho el domingo anterior de una acción terrorista de esta fuerza en una operación en la favela de Acarí. Los pobladores le manifestaron a Marielle que la policía militar estaba torturando, apaleando y humillando a los jóvenes, entrando a las propiedades por la fuerza y sin orden judicial, práctica más que habitual de en las comunidades pobres de Río. Marielle lo denunció en las redes sociales, catalogando a los represores de “batallón de la muerte”. La policía militar de Río de Janeiro fue catalogada en un informe de Amnesty Internacional como la policía que más mata en el mundo.
Marielle Franco nació y se crió en el Complexo da Maré, un conjunto de favelas de las más castigadas por la violencia. Era socióloga y fue electa edil de Río, en 2016, con 46.502 votos –en la primera elección de la cual participó, fue la quinta candidata más votada. Comenzó su militancia política y como activista de los derechos humanos a los 19 años, luego de que su mejor amiga fuera asesinada en medio de un enfrentamiento entre traficantes y policías en la Maré. También cumplía un papel dirigente en la organización de mujeres negras.
Este brutal asesinato político se da en el marco de la intervención militar en la seguridad pública de Rio de Janeiro, decretada por el gobierno golpista de Michel Temer, y de una situación de aguda descomposición de los aparatos de “seguridad’, con decenas de acusaciones de asociación al tráfico de drogas, formación de milicias parapoliciales, escuadrones de la muerte y masacres grupales.
En las semanas previas a las últimas elecciones municipales de octubre de 2016, 17 candidatos y políticos fueron asesinados en todo el Estado sin que haya habido un solo caso investigado y esclarecido.
No podemos dejar que el asesinato de Marielle Franco quede impune.
La responsabilidad de este crimen político les cabe a los responsables políticos del poder del Estado: al presidente Temer, al Gobernador Luiz Fernando Pezão, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y al intendente Marcelo Crivella.
Las organizaciones políticas de izquierda, los sindicatos y organizaciones de clase de los trabajadores deben llamar a movilizarse y a emprender acciones políticas para impedir que los asesinatos de la compañera Marielle y del chofer Anderson queden impunes, exigiendo una investigación independiente y el castigo a los autores materiales e intelectuales.
Reclamamos el cese de la intervención militar de Río sobre la seguridad pública, con el retiro de las Fuerzas Armadas; y llamamos a formar asambleas y comités populares en las favelas. Abajo las proscripciones políticas. Por una justicia electa y revocable. ¡Fuera Temer! Por un gobierno de trabajadores.
Nuestra total solidaridad con los compañeros del PSOL y la familia de Marielle y de su chofer Anderson.
Hernán Gurian
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