sábado, 17 de marzo de 2018

El gatopardismo en los DDHH y el régimen del Club Naval




Las últimas revelaciones acerca del rol de algunos “militantes de DDHH” ocultando información y paralizando al propio movimiento muestran los peligros de la perdida de independencia política frente a un régimen que sostiene una estrategia de poder basada en la mentira y la impunidad.

El pasado viernes el periodista Samuel Blixen publicó en el Semanario Brecha una serie de artículos acerca de la complicidad de militantes y referentes de los DDHH con la cultura de impunidad y la subordinación de una lucha histórica a los intereses gubernamentales.
Esta deriva no solo tiene su raíz en la política de olvido a partir del gobierno Sanguinetti y del plebiscito que garantizó la ley de Caducidad, sino que tiene su origen en el pacto del Club Naval del cual el FA fue su garante por izquierda y de los dos partidos de derecha el Colorado y el Nacional (incorporado al pacto de impunidad posteriormente). Y también en como dice Blixen el “compromiso con las orientaciones oficiales” que derivó en practicas de ocultamiento de información. Nada más y nada menos que la pérdida de independencia política.
Sumado a que esta subordinación es con respecto a un partido como el FA que con el paso del tiempo refleja con cada vez más claridad su estrategia de impunidad y reconciliación con las FFAA, como garantía de nacimiento de este régimen a partir de la restauración de la democracia en el pacto del Club Naval.
Las orientaciones oficiales que menciona Blixen son justamente esta estrategia de los derechos humanos como moneda de cambio del poder. Primero como pata izquierda y partido consolidado dentro del régimen (ratificado con la entrada a la Intendencia de Montevideo de Tabaré Vázquez en las elecciones del 89) y luego como partido del gobierno y principal administrador del estado y de los intereses de los máximos intereses económicos del país, principal garantista político de la paz social.
Esto también se demostró durante la presidencia de Jorge Batlle, el creador de la Comipaz, cuando en medio de una gran crisis económica y social el Frente Amplio ofreció estabilidad social y funcionó como amortiguador de la bronca popular, desviando todo el descontento social hacia la esperanza electoral para luego erigirse como el mejor partido del régimen para gobernar en el periodo siguiente.
De esta lógica de conciliación de clases también formaron parte otros sectores que eran integrantes en esa época del FA y ahora están afuera pero permanecen en la misma estrategia. Unidad Popular el año pasado defendió desde su bloque parlamentario las jubilaciones militares de privilegio. Más allá de sus poses puntuales (como su proyecto parlamentario de anulación de la ley) su estrategia es de convivencia y negociación con las actuales FFAA.

Miranda y su carrera política

Los DDHH como moneda de cambio para la carrera política lo demuestra Javier Miranda hijo de desaparecido y uno de los principales dirigentes de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Él fue uno de los referentes que como dice Blixen impulsó la moderación del discurso de Familiares y la subordinación de esta organización de DDHH a la estrategia de reconciliación del gobierno.
Miranda posteriormente se ganó sus primeros puestos públicos en instituciones de DDHH del estado como la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Educación y Cultura, mientras el FA en el gobierno hacia la vista gorda y se abstenía de aportar a la justicia los elementos probatorios que le permitirían a esta investigar los delitos, se abstenía de anular la ley de Caducidad proponiendo en cambio una menos efectiva derogación incluso mutilada posteriormente y teniendo Ministros de Defensa como Huidobro que abiertamente conspiraban a favor de los delincuentes de lesa humanidad.
Luego del alejamiento de Miranda Familiares retomó un camino más crítico y de más exigencia al partido de gobierno, como en las últimas semanas con en el abandono del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia por su inutilidad demostrada para avanzar en la verdad y la justicia. Mientras tanto Miranda se ha convertido en el presidente del Frente Amplio.

La militante Martínez

María del Carmen Martínez militante de Familiares fue designada como representante de la organización para integrar el equipo de análisis de los posteriormente conocidos archivos Berrutti. Anteriormente formó parte de la Comipaz del gobierno de Batlle.
Según Blixen la militante Martínez aplicó un criterio personal a la hora de manejar el conocimiento de dichos archivos aplicando la fórmula de que el conocimiento de mucha información de dicho archivo “tendría efectos desestabilizadores”. Quedando incluso oculto a la opinión pública por años la cuestión del llamado espionaje en democracia por parte de los militares. Incluso ya en 2002 esta militante como miembro de la Comipaz había tenido acceso a los archivos del FUSNA y su vínculo con la ESMA argentina. Documento que nunca llegó a la justicia.
Esta militante también realizó entrevistas a ex militantes de los GAU y a militares responsables de la represión y desaparición de esta organización, ocultando mucha información clave que hubiera permitido avanzar en las investigaciones judiciales. Testimonios y documentación que aportaban datos acerca de la implicación de la OCOA (grupo de tareas de la inteligencia del Ejército uruguayo) en la represión a los GAU en coordinación con el FUSNA, datos que confirmaban el rol de Jorge Tróccoli en la represión, el rol de militantes captados para la computadora del FUSNA y trabajaban como agentes para los militares como Eduardo Fleming que según sus testimonios habían oficiales que afirmaban el enterramiento de militantes chilenos en la unidad donde se encontraba recluido, esta información también fue ocultada por Martínez.
Blixen también destaca en su cobertura las apreciaciones de Martínez luego de las entrevistas que realizó a los militares represores Jorge Tróccoli y Juan Carlos Larcebeau durante 2007, además de ocultar durante años esta información a Familiares. Estas apreciaciones que Martínez expresa en su informe son en general crédulas a las mentiras emitidas por Jorge Tróccoli, por ejemplo cuando dice “le explicamos que los juicios ya estaban en marcha y que nosotros no éramos impulsores de éstos. Que por más que pudiésemos llegar a las familias que estaban haciendo juicios, era muy difícil transmitir este tipo de conversación y dejar conforme a personas que durante años había estado creyendo algo” o en otro pasaje ante la pregunta de Tróccoli de si le creían Martínez menciona que “Le dije que sí, que le estaba creyendo en cuanto a que él posiblemente no estuvo en las detenciones de Buenos Aires”, como remate de tanta credulidad ante las mentiras del genocida Martínez remata con su opinión ante las lágrimas de cocodrilo y supuesto perdón ante las torturas que le infligió a los GAU “se le sintió sincero y emocionado”.
La trayectoria de esta “militante de DDHH” es la expresión concreta de toda una estrategia de impunidad y reconciliación a favor de la “estabilidad” del régimen político, por lo tanto a favor de garantizar un orden de cosas establecido.

La estrategia de la impunidad una estrategia de poder

La estrategia de la impunidad es la estrategia para mantener un orden de cosas establecido. De las FFAA como garantes en última instancia del orden social y de la impunidad necesaria de los crímenes de estado y lesa humanidad que cometieron en dictadura como moneda de cambio con los principales partidos del régimen a izquierda y derecha. De la impunidad de los delitos económicos en dictadura y democracia con que se enriquecieron cada vez los miembros de la clase dominante en el país, de la paz social a favor de estos últimos y de la perpetuación de la derrota que sufrió la clase obrera uruguaya en los setentas que había llegado a tener un gran espíritu combativo, el cual se trata de hacer olvidar con la política del olvido y la reconciliación del régimen. Para ellos mejor el olvido antes que la clase obrera uruguaya recupere sus mejores tradiciones de lucha y combate capaz de hacer volar por los aires toda esta podredumbre el día que lo recupere. La deformación de la memoria histórica también juega un rol central en todo esto.
El ocultar la verdad y garantizar la impunidad es una estrategia del régimen y el FA como pata izquierda y ahora como administrador del estado y supuesto abanderado de los DDHH ha jugado un rol central en desarmar y desorganizar la lucha por la verdad y la justicia en las últimas décadas. Lo importante para los sostenedores de esta estrategia es garantizar la razón de estado que justificó y justifica a los milicos en su accionar ese es el fondo de la política de reconciliación impulsada por el presidente Vázquez. Lo importante para estos señores es garantizar un orden social que merece perecer, no importa el precio incluso al costo de la impunidad y el ocultamiento de la verdad de los crímenes de lesa humanidad cometidos por las FFAA, crímenes que también fueron cometidos para garantizar un orden social determinado a favor de la clase dominante.

La importancia de la independencia política

La subordinación que tuvo una histórica organización de DDHH como Familiares al FA da muestra de las consecuencias que pude tener para la verdad y la justicia la perdida de la independencia política con respecto a los partidos del régimen y al estado. Muestra también la profundidad de la estrategia de impunidad y reconciliación para garantizar la paralización del movimiento de DDHH por años.
Muestra también lo importante que sería la independencia política no solo para la justicia y la verdad histórica, sino que también la lucha por la justicia y contra la impunidad es un importante factor que puede llegar a mostrar a los ojos de los trabajadores y todos los sectores oprimidos la podredumbre de un sistema y un régimen que necesita de la mentira, la impunidad y la injusticia para mantenerse en pie.

Sebastián Artigas

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