viernes, 30 de marzo de 2018
Hace 67 años nacía María Asunción Artigas
Un 26 de marzo hace más de seis décadas nacía María Asunción militante anarquista, mujer valiente y solidaria, detenida desaparecida por el Plan Cóndor en 1977-78.
Nació el 26 de marzo de 1951 en una familia obrera del barrio de La Teja en Montevideo, le decían Mary o también en la familia “la Nena”. Sus padres fueron Óscar Artigas obrero anarquista de la petrolera ANCAP y Blanca Nilo ama de casa y sobre todo una mujer muy luchadora que peleó y militó en DDHH hasta su muerte para encontrar y hacer justicia por su hija, su yerno y su nieta. Tuvo tres hermanos Alberto, Rubén (ambos fueron presos políticos en la dictadura) y mi padre Dardo que también supo seguir la militancia del resto de sus hermanos y familia.
Blanca Nilo y Óscar Artigas los padres de María Asunción junto a su nieta recuperada María Victoria Moyano Artigas la hija de María Asunción en Buenos Aires al poco de recuperarla.
Su compañero era Alfredo Moyano “Fredy” con el que militó y tuvo dos hijas. Romina que murió a los pocos meses de nacer por una enfermedad respiratoria ya durante el exilio en Argentina. Luego nació Victoria que nació en 1978 durante el secuestro de María Asunción en el centro de exterminio llamado Pozo de Banfield.
Era militante anarquista de la Resistencia Obrero Estudiantil (ROE), estudiaba medicina, se exilió junto con mi tío a Buenos Aires luego del golpe de estado en Uruguay. Fueron secuestrados por el FUSNA a fines de 1977 ella estaba embarazada de mi prima, después de 1978 al poco de nacer Vicky ya no se supo más nada de ella. Probablemente la llevaron al igual que a Fredy en un vuelo de la muerte para asesinarla y desaparecerla aquí en Uruguay.
Nunca la pude conocer en persona a mi tía, nací años después que la desaparecieron sus verdugos, todos aquellos que la conocieron coinciden que era muy valiente y solidaria. Marcó la vida de los que pasaron a su lado y de los que vinimos después.
Mis primeros recuerdos son aquellas fotos en blanco y negro en especial en la que estaba junto a su compañero mi tío Alfredo. También en mi memoria lo que me contaba mi abuela Blanca sobre ellos y lo que les pasó, también la vez que conocí siendo muy pequeño a mi prima Victoria la hija de ambos cuando apareció en Buenos Aires a fines de los ochentas y viaje con mi familia para reencontrarnos. También la pelea de mi familia contra la ley de impunidad y la lucha por años de mi abuela por justicia.
Mujer valiente
Hay muchos testimonios en mi familia y de los compañeros/as que la llegaron a conocer que reconocen la valentía y la solidaridad de María Asunción. Por ejemplo ya cuando a principios de los setentas los militares como Gavazzo entraban metralleta en mano a la casa de mis abuelos y amenazaba a mi abuela que se iba a llevar a todos sus hijos porque eran unos subversivos y María Asunción junto con mi abuela lo enfrentaba y recriminaba cara a cara. También los múltiples testimonios de los compañeros/as que pasaron con ella por los centros de exterminio en Argentina.
Adriana Chamorro que la conoció en el Pozo de Banfield la recuerda como “vital, peleadora hasta el último día” y cuenta entre otras anécdotas como organizaba a los compañeros/as para ayudar hacer que se asista a un compañero que estaba enfermo “De nuestro lado había un compañero que tenía asma. Un día, con una crisis, lo sacaron de la celda y lo esposaron a los radiadores del pasillo. Quedó tirado, ahogándose. Mari, desde atrás de mi calabozo, empezó a reclamar que no lo dejáramos ahí, que teníamos que hacer algo para que lo viera María Antonia, que era otra presa que era médica, y tuvo la idea de hacer una gran jarreo contra las puertas, hasta que la trajeron a María Antonia para que lo atendiera. Era muy valiente, había pocas cosas que la frenaran si ella creía que era lo justo.”.
Otro testimonio, el de Eduardo Corro cuenta como organizó a los detenidos/as para parar el acoso sexual contra las compañeras: “Había un clima pesado con las compañeras y ella fue hablando con cada uno de nosotros cuando nos llevó la comida, y todos estuvimos de acuerdo en apoyar que lo denunciaran. El tema llegó a un oficial, y a partir de ahí cesaron las intimidaciones. Para nosotros fue algo muy importante porque en el chupadero éramos nadie, y vimos cómo aun en las condiciones más difíciles se podía mantener la dignidad”.
Revolucionaria
María Asunción era una militante revolucionaria comprometida en su lucha contra las injusticias del capitalismo y solidaria como la solidaridad que absorbió desde su infancia entre las familias obreras de La Teja. Al igual que los otros decenas de miles de compañeros/as detenidos desaparecidos en el Cono Sur por el Plan Cóndor.
Al recordarla a ella los recordamos a todos ellos, miembros de una generación revolucionaria que intentó tomar el cielo por asalto dando todo hasta el final. Juntos forjaron una hermandad y un legado, más allá incluso de lo sanguíneo, es la hermandad de todos aquellos que lucharon y dieron todo de sí por terminar con esta sociedad injusta y forjar un mundo más justo.
Como recuerdan los testimonios de compañeros/as que la conocieron durante la detención, ella les decía “cuando salgas de acá tu misión va a ser que no nos olviden”, y no la olvidaremos como tampoco olvidaremos al resto de los compañeros/as. Porque la lucha que ellos sostuvieron todavía no ha terminado y es desde su memoria que peleamos y seguiremos peleando por lo que ellos lucharon y dieron su vida.
Sebastián Artigas
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