miércoles, 18 de diciembre de 2019
La huelga en Francia: comienza una jornada clave y se plantea su extensión hasta Navidad
Dos orientaciones en curso: la de las direcciones sindicales y la del movimiento obrero.
La jornada del martes 17 será importante para el curso de la huelga que tiene lugar en Francia contra la reforma previsional.
Se espera una movilización callejera superior a la del 5 de diciembre y la ampliación de las huelgas entre los ferroviarios, los maestros y profesores y núcleos combativos del sector privado. Es la respuesta inmediata a la presentación del proyecto de ley que hizo el primer ministro, Édouard Philippe, la semana pasada.
La Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), central sindical abiertamente colaboracionista y partidaria del ajustador proyecto de jubilación por puntos, reaccionó negativamente frente a una de las medidas anunciadas por Philippe –la suba inmediata de la edad para acceder a una jubilación completa, de 62 a 64 años-, adhirió a la manifestación y estará presente con su propia columna.
La posición del gobierno de Emmanuel Macron quedó aún más debilitada porque el martes tuvo que renunciar el ministro a cargo del proyecto, Jean-Pierre Delevoye, porque ejercía actividades incompatibles con su función, incluso remuneradas y al servicio del sector del seguro. El gobierno mostró así una vez más su cinismo y su pobreza política.
El desenlace del movimiento
Cabe indicar que hay dos movimientos en curso: por una parte el de las direcciones sindicales y por otra el del movimiento obrero en los trenes, subtes, colegios, hospitales, fábricas. Los llamados a jornadas de acción como la del día de hoy son un punto de encuentro entre la burocracia y los militantes. El programa político, la estrategia, las medidas de organización y la agitación, en cambio, son divergentes.
El punto es evidente con la CFDT: la mayor amplitud del movimiento puede transformarse en su talón de Aquiles. La central insiste en que quiere negociar la introducción de la “cláusula de equilibrio” de 62 a 64 años. El primer ministro va a recibir a los sindicatos obreros y a los patrones el miércoles y jueves. Para el gobierno será muy difícil retroceder, pero no hay que excluir que inventen alguna fórmula para imponer sus medidas y permitir el acuerdo de la CFDT. En realidad, todo el proyecto está compuesto por disposiciones que tienen como único objetivo disminuir las jubilaciones, aumentar los años de trabajo y permitirle a los gobiernos bajar el nivel de remuneración en todo momento.
Con la astucia propia de los traidores, el secretario general de la CFDT hace campaña a la vez para “reabrir” las negociaciones y para levantar el movimiento de huelga en los ferroviarios para las fiestas de Navidad. La propaganda del gobierno, de la prensa burguesa y de los periodistas lacayos de la televisión se concentra en este punto. Si se logra quebrar el movimiento para Navidad y las vacaciones escolares, será difícil retomarlo en enero. La continuidad de la huelga ferroviaria y de subtes la semana próxima, la ampliación del movimiento, la organización de comités de huelga y de coordinadoras y la agitación callejera, serán decisivas y pueden impedir las maniobras de la burocracia.
La lucha política
Las direcciones sindicales no quieren un enfrentamiento político con el gobierno pero no pueden encontrar una buena puerta de salida del conflicto. En la crisis actual del capitalismo, los ataques de cada burguesía son cada vez más despiadados; algo claro en el caso de la burguesía francesa, que está en retroceso con la desagregación del mercado mundial y la disgregación de la Unión Europea. Las jubilaciones son un terreno privilegiado para atacar el nivel de vida de toda la población; de sus condiciones elementales de existencia. Coincide además con el desmantelamiento del sistema hospitalario. El hospital público y gratuito es fundamental para todos y sobre todo para los viejos y los niños. El gobierno los está destruyendo. En este momento, en París, hay que trasladar a niños en peligro a más de 200 kilómetros para encontrar una cama. La degradación social toca a todos los sectores de la población laboriosa, como lo mostró combativamente el movimiento de los chalecos amarillos. Hoy, la movilización del personal hospitalario que está en huelga será muy importante y prepara ya dos nuevas jornadas de lucha. El movimiento actual es claramente un movimiento contra Macron y su gobierno y no faltan las pancartas y los núcleos militantes que lo plantean: Fuera Macron.
Ha habido dos maneras opuestas de prepararse para el discurso del primer ministro. Un volante del comité de movilización de los ferroviarios de París-Este nos dice el martes 10: “el PM debería presentar su proyecto el miércoles y por eso mañana debemos ser lo más numerosos posible para decir NO a la jubilación por puntos”. En cambio, las centrales Confederación General del Trabajo-Fuerza Obrera-Federación Sindical Unitaria (CGT-FO-FSU), Solidaires y las organizaciones estudiantiles sacan una declaración el mismo 11 y dicen: “...esperamos que el PM tome en cuenta el rechazo masivo que expresó la población al proyecto y lo retire. Confirmamos nuestra llamado a la apertura de verdaderas negociaciones sin condiciones previas”. Es cualitativamente más que una diferencia semántica: la burocracia está para transar y siempre abre la ilusión de una negociación. El movimiento huelguístico dice lo contrario.
Después del discurso, la declaración de la CGT insiste en una serie de reivindicaciones pero NO plantea el retiro del proyecto. Solidaires y FO son más claros en este punto. Aunque se coincida en las jornadas de acción las direcciones son un obstáculo. Las asambleas generales son dispersas, las coordinaciones escasas. La burocracia puede convocar a acciones nacionales y de envergadura; por ahora los militantes y luchadores lo hacen a nivel local, en su lugar de trabajo.
Ante las maniobras de las burocracias hay que oponer con fuerza una cuestión elemental: el curso de la huelga tiene que ser decidido por los huelguistas en Asamblea General. Las AG existen en talleres y estaciones ferroviarias, en colegios y escuelas. Hay que fortalecerlas en los próximos días con la toma de decisión de reconducir (prorrogar) la huelga el jueves y el viernes. Hay que desarrollar las coordinadoras por sectores y lugares geográficos para poner la agitación callejera a la orden del día.
Hay una decena de AG entre los ferroviarios, puntos de coordinación con la Régie Autonome des Transports Parisiens (subtes) y profesores: hay que consolidar este movimiento y extenderlo. Una acción que se puede mencionar es la de los ferroviarios de Austerlitz (París) que constituyen un comité, van a una escuela cercana para discutir y van a la Biblioteca Nacional de Francia, que está en el barrio, para que haya muchos huelguistas.
El gremio docente tiene un papel que puede ser clave: juega como una bisagra con la juventud estudiantil, tiene la práctica de las asambleas generales, tiene la disponibilidad para intervenir con otros sectores en lucha y en las puertas de las fábricas, a pesar de las derrotas de los últimos años. El sábado 14 se realizó una coordinadora nacional docente, que reunió a representantes de 14 academias y de más de 30 ciudades. Es un punto de partida al nivel del país. Hizo un llamado a todo el personal de la educación, a los alumnos, a las familias, a los sindicatos, por una huelga reconductible, un fondo de huelga, asambleas generales, una jornada nacional de lucha para el día 19 y una nueva reunión de la coordinadora para el día 22. Hizo también un llamado a acciones y luchas comunes a “todo el personal asalariado público y privado”. Unas iniciativas muy destacables.
Roberto Gramar
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