domingo, 25 de noviembre de 2018
En vísperas del G20, conflictos y caídas bursátil
Las vísperas de la reunión del G20, que se desarrollará en Buenos Aires los próximos 30 de noviembre y 1 de diciembre, distan de ser serenas.
Los diarios informan que la caída en las bolsas norteamericanas de los últimos días y semanas –encabezada por las tecnológicas- ha llevado a los índices bursátiles a perder todo lo que habían ganado en el transcurso del año (La Nación, 22/11). La debacle, en el caso de las tecnológicas, empezó por Facebook y se extendió al resto de las Faang (Apple, Amazon, Netflix y Google), con caídas que oscilan entre el 20 y el 40% en las acciones (ídem). Del otro lado del mundo, dice El Cronista, “las acciones chinas se derrumbaron 27% desde su pico de este año en enero” (23/11).
Al margen de los motivos específicos que inciden en estas caídas, se verifica una preocupación generalizada por el escenario de guerra comercial que se ha abierto en el mundo. Esto último ha llevado a la Ocde a alertar sobre una mayor desaceleración económica de la que esperaba para el próximo período y a recortar a la baja sus cálculos con respecto al crecimiento de la economía europea y china. Una referente de ese organismo advirtió también sobre los efectos de la suba de las tasas de interés de la Reserva Federal norteamericana, que lleva a un reflujo de capitales desde los países periféricos con las consecuentes tempestades cambiarias. No son pocos los ejecutivos que vaticinan un período de “volatilidad” en los mercados.
En el cuadro de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, Trump ha amenazado a Beijing con un endurecimiento de los aranceles si no llegan a un acuerdo en la reunión de Buenos Aires. En la lista de Estados Unidos figura no sólo la cuestión del déficit comercial con el gigante asiático sino también un mayor acceso a sus mercados y el fin de la Agenda 2025, un ambicioso plan de desarrollo industrial y tecnológico. Marcelo Cantelmi enfatiza en un editorial del diario Clarín (16/11) que EEUU lucha también por frenar un acuerdo de libre comercio entre China y los países del grupo Asean (en el que revisten India, Japón, Corea del Sur y Australia). La lista de conflictos se extiende al dominio del Mar de China Meridional y al status de Taiwán.
Las tensiones entre China y Estados Unidos serán el principal foco de atención de la cumbre, no obstante lo cual las rivalidades involucran a todas las potencias. Como parte de los tironeos previos a la cumbre, el Financial Times hizo trascender que el documento final de la reunión podría eludir un cuestionamiento abierto al proteccionismo (La Nación, ídem), lo que no sería tanto un triunfo diplomático de Trump como un síntoma del rumbo que emprenden las potencias. Es un escenario de fracturas internacionales, de guerras (Siria, Yemen, Afganistán) y disputas interimperialistas (que incluyen ahora las rutas de navegación y recursos que va dejando el deshielo del Artico).
El escenario de disgregación que marca la crisis capitalista incluye también las tensiones en el Mercosur, luego de que el futuro ministro de economía de Bolsonaro, Paulo Guedes, afirmara que éste no será una prioridad de su gestión y lo cuestionara como una alianza ideológica.
El G20 tendrá también en su agenda el ataque a las condiciones de vida de las masas como un recurso para enfrentar la crisis. Por eso mismo, la Conferencia Latinoamericana desarrollada recientemente en Buenos Aires llamó a una campaña contra la reforma previsional y la reforma laboral que impulsan los gobiernos capitalistas.
La cumbre de los responsables del crecimiento del hambre, la devastación ambiental y la guerra imperialista no podría sesionar sino en una ciudad sitiada como la que preparan Bullrich y las fuerzas de seguridad de las potencias. Pero no podrán impedir que nos movilicemos el viernes 30.
Fuera el G20.
Gustavo Montenegro
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