sábado, 13 de junio de 2020
El Covid-19 y la alarmante situación en África
El continente africano llegó el 7 de junio a 202.782 infectados por el Covid 19 (Sudáfica, 52.991 casos, especialmente en la provincia de Cabo Occidental; Egipto,52.991; Nigeria, 13.460). Esto parece no ser preocupante en razón de que constituye el 5% de los infectados mundialmente. No obstante, si no se toman las medidas adecuadas, las muertes pueden llegar a 83.000 o 190.000, según la opinión de la Organización Mundial de la Salud. De esto se trata precisamente. Y, en efecto, esas medidas están muy lejos de ser tomadas. En África subsahariana el 40% de la población (300 millones de personas) no tienen agua. Allí mismo, por este motivo, las enfermedades diarreicas son la tercera causa de muerte después de las respiratorias y el Sida. Los sistemas de salud africanos funcionan al 49% de sus posibilidades. La cantidad de trabajadores de la salud en África ocupa solo el 3% de la totalidad existente en el mundo.
La situación africana, como ya lo mencionáramos en otros artículos, es el fruto del despiadado saqueo histórico y actual por parte de las potencias coloniales e imperialistas, a partir de la trata de esclavos y el secuestro de millones de sus habitantes con esa finalidad , y hoy con las guerras locales por el botín de los recursos naturales africanos (minerales, petróleo y gas). Esto tiene sus consecuencias en términos de vivienda, desocupación, miseria salarial y va de suyo: salud.
Aunque el coronavirus no aparezca hoy como la principal causa de mortalidad en África, hay otras que han tenido un rebrote. En el Congo reapareció el ébola y con él la fiebre hemorrágica con una mortalidad del 90%. Los profesionales de la provincia de Cabo Occidental, en Sudáfrica, temen un aumento de otras patologías graves, en una provincia que representa las tres cuartas partes de la totalidad de los casos de Covid 19. El pico se aguarda para fines de junio o principios de julio. El presidente Cyril Ramaphosa ha declarado que lo peor está por venir.
Jeanette Parker, jefa del servicio de oncología del hospital de la Universidad de El Cabo, dice que no se atienden a los pacientes oncológicos, en virtud de la prioridad que tiene el Covid 19, y que no se hacen biopsias. Agrega que si se los hubiera atendido oportunamente se hubieran podido salvar muchas vidas. Y finaliza: “siempre hemos tenido que escoger quién debía ser tratado porque no se tiene capacidad”. Todo un retrato del hundimiento de la sociedad capitalista, que desnuda que una de las cuestiones fundamentales que es la vida es completamente abandonado por la ganancia de las grandes empresas petroleras y mineras que arrasan la economía y las condiciones de existencia de las grandes masas del continente. Bruce Biccard del Hospital Groote Shuur y Lydia Cavincross de la UCT (Universidad de Ciudad del Cabo) declararon al sitio Daily Maverick que hay 150.000 operaciones aplazadas. Y añadieron: “si logramos aumentar el 10% de nuestra capacidad quirúrgica, pasada la pandemia, tomaría 90 semanas (casi dos años) ponerse al día”. Una verdadera catástrofe.
El mundo está pagando con millones de infectados y centenares de miles de muertos la barbarie capitalista.
La población africana, sus desposeídos, sus trabajadores, sus campesinos pobres están acorralados por siglos de explotación, opresión y saqueos. La deuda externa de los países africanos es una más de las crudas expresiones de ese saqueo (365.000 millones de dólares).
La lucha contra el Covid 19 implica en primer lugar terminar con las clínicas privadas del continente expropiándolas y colocándolas bajo un sistema único de salud estatal bajo gestión de los trabajadores de la salud; no pagar la deuda externa para dedicar ese dinero a la lucha contra el virus; nacionalizar la banca y el comercio exterior; un plan de desarrollo hidráulico, redes de agua potable y un plan de viviendas para las grandes masas desposeídas; la expropiación de los grandes pulpos petroleros y mineros sin compensación; expropiar a los grandes propietarios de la tierra, que han expulsado a los campesinos de sus tierras (por ejemplo en Sudán). Y desde luego, colocar los salarios al nivel de la canasta familiar y prohibir los despidos, en un continente donde la desocupación y el cuentapropismo son moneda corriente. Asimismo, un seguro universal a los desocupados igual al costo de la canasta familiar.
La lucha por derrotar al Covid debe formar parte de la lucha por expulsar al imperialismo y emancipar al continente. Las luchas recientes en el norte de África son un antecedente alentador. Han sido la expresión profunda de una tendencia mundial, que no tardará en volver a ponerse en marcha. La perspectiva es llevarlas a la victoria sobre la base de un gobierno de trabajadores en el continente y la unidad obrera socialista de ese continente. La herramienta necesaria para ese objetivo es la construcción de un partido de la clase obrera en todo el territorio africano y a escala mundial.
Roberto Gellert
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