lunes, 8 de julio de 2019
Crisis migratoria: la cara más brutal del imperialismo
La imagen de Carola Rackete, la capitana del barco de la ONG Sea Watch, recorrió el mundo.
Esta joven alemana fue detenida por el gobierno italiano por haber cometido el “crimen” de rescatar a 40 inmigrantes en el mar Mediterraneo.
Luego de la enorme solidaridad internacional e indignación que causo su arresto, Carola fue puesta en libertad, torciéndole el brazo al xenófobo ministro del interior italiano, Matteo Salvini, que buscó dar un “ejemplo” contra todas aquellas organizaciones y personas solidarias que intentar rescatar inmigrantes de una muerte segura en el Mediterráneo.
El trasfondo de esta polémica es la política antimigrantes del gobierno de Italia, uno de los principales puntos de llegada de migrantes.
Pero estas medidas no son solo en Italia. Todos los países de la Unión Europea han fortalecido las políticas de mano dura contra la inmigración, reforzando vallas como las que el Estado español tienen en Melilla, acelerando deportaciones o mediante acuerdos con Turquía, Marruecos y Libia para evitar que los migrantes traten de cruzar el mar mediterráneo.
Unos días antes el mundo se conmocionó con la imagen de un inmigrante salvadoreño junto a su hija muertos en la vera del río Bravo, cuando intentaban llegar a Estados Unidos. Este es el destino al que son sometidos miles de migrantes centroamericanos que huyen de la miseria a la que son sometidos en sus países por las políticas el propio imperialismo estadounidense.
Las políticas antimigrantes de Trump, encarcelando a niñas y niños migrantes separándolos de sus familias, son la expresión más brutal de una política estatal que fue llevada adelante por republicanos y demócratas. Eso muestra el dato revelado hace pocos días muestra que los primeros años del mandato de Barack Obama las deportaciones fueron por encima de 385,000, mientras la administración de Trump ha deportada hasta ahora 280 mil.
A la política de seguridad de fronteras se sumó López Obrador en México que aceptó la extorción de Trump para militarizar el territorio e impedir el tránsito de migrantes, sometiéndolos a las redes de trata de personas y a todo tipo de abusos.
Son los abusos a los que son sometidos también aquellos que logran llegar a Estados Unidos y que terminan hacinados en verdaderos campos de concentración, que han sido repudiados en los últimos días con movilizaciones en más de 180 ciudades estadounidenses.
Millones de personas cada año se ven forzados a migrar, dejando atrás a sus familias, casas, amigos. Según los datos de la ONU hay casi 71 millones de desplazados en todo el mundo por hambre, guerra o la persecución.
Las principales potencias imperialistas, principales responsables por esta situación, responden con un discurso y políticas racistas… la contracara es la creciente solidaridad y las manifestaciones en apoyo a los migrantes, una solidaridad que muestra el camino para dar una salida a la crisis.
La Izquierda Diario
6 jul. 2019
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