Las declaraciones de Martínez, Mujica y Astori, entre otros importantes dirigentes frenteamplistas, señalando que el régimen venezolano es una dictadura toman la postura de la derecha golpista y proimperialista y rompen con postulados básicos de la izquierda al no denunciar la injerencia norteamericana ni los intentos de golpe de estado.
Desde el fin de semana y casi al unísono se fueron conociendo las declaraciones de los principales referentes frenteamplistas tratando de dictadura al régimen venezolano de Maduro.
Primero fue Astori, quien el viernes pasado señaló que “lo de Venezuela es una dictadura, y es una dictadura tremenda, con impactos humanitarios muy graves"; a lo que siguieron las declaraciones de Mujica y Martínez en el mismo sentido.
El Frente Amplio parece no tener ningún tipo de inconvenientes en alinearse con las derechas latinoamericanas y sumarse de manera implícita a la posición golpista que promueve el imperialismo norteamericano.
Seguramente los cálculos electorales habrán llevado a sus principales dirigentes a hacer estas declaraciones escandalosas que rompen con las tradiciones de la izquierda.
Se puede ser muy crítico con el régimen de Maduro, con sus acciones represivas y autoritarias que además descarga el peso de la crisis en el pueblo venezolano, pero lo que hay acá es una concesión discursiva del Frente Amplio a las posiciones estadounidenses de Trump, y del conjunto de la peor derecha regional.
Esta misma derecha que mira para el costado con lo que sucede en Brasil desde el golpe institucional de Temer o ante las acciones del represor Iván Duque que es responsable de que en Colombia haya casi 800 dirigentes sociales y ex guerrilleros asesinados tras los acuerdos de paz de 2016.
Este giro del Frente Amplio, a partir de las expresiones de sus dirigentes, constituye también un duro golpe para Maduro que queda más aislado y es un aval implícito para la política injerencista de Estados Unidos.
Sin mayores empachos el Frente Amplio entra en la lógica de la derecha, esa derecha que en nuestro país trata de dictadura al régimen de Venezuela pero al mismo tiempo es cómplice de la impunidad para los crímenes de la dictadura militar y protege a torturadores y genocidas.
La indignación llega a la base del Frente Amplio
Algo de todo esto es percibido por la base militante y activista del FA, la que aún conserva alguna ilusión de que encarnan un proyecto político de izquierda.
Las redes sociales muestran la desazón de muchos honestos militantes o simpatizantes que ven como aquellos que dicen ser la alternativa a la derecha, pueden al mismo tiempo tomar prestadas las posiciones políticas de la misma derecha a la que dicen oponerse.
Responsabilidad distinta les cabe a dirigentes del FA como Constanza Moreira o Oscar Andrade, que desde lo discursivo toman distancia de Martinez-Astori-Mujica, pero desde hace décadas vienen formando parte del mismo proyecto y en definitiva avalan con su presencia una política que claramente no es de izquierda.
Si las declaraciones de Mujica, Martínez y Astori están en sintonía con el discurso de la derecha, la posición del PCU se pone acriticamente del lado de Maduro, sin reconocer las reales y graves violaciones de los derechos humanos de un gobierno represivo y autoritario que ha provocado una situación desesperante para los trabajadores y el pueblo venezolano.
Mujica por su parte parece debatirse entre la culpa y el oportunismo y ahora, con sus acostumbradas piruetas verbales, realizó nuevas declaraciones donde intenta quedar bien con “dios y con el diablo” relativizando sus anteriores palabras y planteando que la represión y autoritarismo del régimen de Maduro son consecuencia de las agresiones que sufre Venezuela de parte del imperialismo.
Si es grave que el candidato del FA para las elecciones de este año tome prestado el discurso de Trump sobre Venezuela (y no haga una mínima denuncia de la injerencia imperialista o los planes golpistas) también es grave el acuerdo neocolonial con UPM o las reformas neoliberales que han impulsado desde el gobierno en estos 15, años, las medidas que los propios organismos financieros del imperialismo (FMI; BM, BID) aplauden.
Esta posición que han adoptado a nivel de política internacional vuelve a poner sobre la mesa la decadencia política del FA y su cada vez más pronunciado alejamiento de las causas populares que alguna vez pretendió representar.
Hernán Yanes
Viernes 2 de agosto
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario