jueves, 16 de noviembre de 2017
UPM: Un acuerdo a la medida de la multinacional
El reciente anuncio de acuerdo entre el gobierno y UPM da cuenta de la estrategia del Frente Amplio de buscar inversiones a cualquier costo.
De cara a las próximas elecciones de 2019 el gobierno de Vázquez se empeña en mostrar la llegada de inversiones como un gran logro político y económico.
Con un panorama electoral incierto e indicadores económicos dudosos la posibilidad de un acuerdo con UPM parece ser la carta a la que se juega el Frente Amplio para tratar de mostrarse como un gobierno exitoso.
Un modelo económico en beneficio de las grandes multinacionales
Una de las apuestas de las administraciones frenteamplistas fue posicionar al país como un lugar seguro y confiable para la llegada de inversores. Esta política tuvo una profundización en las negociaciones que encaró el gobierno para el eventual establecimiento de una segunda planta de celulosa en el país.
A pesar del hermetismo con que se manejan las negociaciones con la multinacional finlandesa los anuncios que se hicieron al cerrar esta “primer etapa” del acuerdo muestran cuanto puede ceder el gobierno en su búsqueda desesperada de inversores.
Empeñado en hacer buena letra el gobierno se compromete a generar grandes obras de infraestructura en el país, en función de las necesidades de la pastera. Es así como se anuncian obras en los ferrocarriles, el puerto y los caminos orientadas a garantizar el rápido transporte de la producción sin ninguna consideración por las necesidades del país y el pueblo. La concesión a UPM de un sector del puerto, el dragado de la dársena y el Río de la Plata a cargo del Estado, modificaciones urbanas de importancia, un significativo aumento en el tráfico a través de las vías férreas o el compromiso de parte del Estado a comprar electricidad a UPM aparecen entre los anuncios del acuerdo.
De paso, las obras que se prometen se realizarán mediante la modalidad Participación Público Privada (PPP) es decir que será de manera secundaria otra fuente de ganancias para grandes empresarios extranjeros y nacionales y el país quedará endeudado por más de 20 años.
En la misma línea de ceder en función de los requerimientos y necesidades empresariales se prevé que UPM tenga ingerencia en el sistema educativo uruguayo y sus planes de estudio; algo que es un despropósito e implica en los hechos perder soberanía y capacidad de decisión en temas que claramente corresponden al propio país.
Las negociaciones en curso implican también acuerdos de “paz social” que seguramente limiten la capacidad de protesta y resistencia en cuestiones laborales así como también rendiciones periódicas del Estado ante UPM que asume un papel fiscalizador y de control.
Como trasfondo de todo el acuerdo aparecen las cuestiones medio ambientales; tema que queda supeditado a los requerimientos y necesidades de la multinacional. Desde el impacto ecológico y la contaminación hasta las consecuencias en caminos, tierras y centros urbanos son dejados de lado para satisfacer a UPM y asegurarse la “inversión”.
A pesar de que el Frente Amplio está dispuesto ceder en todo a la multinacional, las ganancias igualmente serán muy relativas y lo que perciba el Estado será mínimo en función de todos los mecanismos de exoneraciones de impuestos, subvenciones y facilidades con que se trata a los empresarios.
Aun así, y aunque el Frente Amplio haga todos los deberes, la inversión es incierta y UPM tiene hasta el 2020 para definir si efectivamente construye la planta. Tal como ha señalado el economista José Antonio Rocca “no existe en el mundo un contrato donde un país se subordine tanto ante una empresa”.
Contrariando el discurso de la diversificación productiva que proclama el Frente Amplio la construcción de la nueva pastera refuerza un modelo de desarrollo depredador de los recursos naturales, que tuvo sus comienzos con la ley forestal sancionada por Sanguinetti en su primer mandato. El propio Sanguinetti ha manifestado su regocijo con el camino que toma el Frente Amplio, señalando la contradicción que en ese momento se opusieron pero luego desde el gobierno lo terminaron llevando a la práctica.
Hernán Yanes
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