viernes, 29 de septiembre de 2017

Trump y una política de miedo contra los inmigrantes




Esta semana, el gobierno de Donald Trump deportó a 498 inmigrantes en una ofensiva de ICE contra las Ciudades Santuario.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizó esta semana la operación “Ciudad Segura” con el objetivo de detener y deportar a inmigrantes de 42 países. Con el mismo discurso de criminalización de los inmigrantes que ha caracterizado a la actual administración, el organismo argumentó que se trataba de “ex convictos, pandilleros e indocumentados reincidentes”.
La operación se realizó en varias de las Ciudades Santuario, donde las organizaciones de inmigrantes se han organizado los últimos meses contra la política migratoria del actual presidente como Baltimore, Denver, Los Ángeles, Nueva York, Portland y Filadelfia.
La policía migratoria ha acusado a las Ciudades Santuario de ser “imanes” de inmigración ilegal.
Activistas y miembros de organizaciones de inmigrantes han denunciado que esta ofensiva pretende sembrar miedo entre la comunidad migrante y evitar que la rabia que se ha expresado contra la política migratoria de la Casa Blanca se desarrolle activamente en las calles. Apenas hace unas semanas y ante el anuncio de cancelación del programa DACA, miles de migrantes y activistas tomaron las calles de las principales capitales de Estados Unidos al grito de “Ningún ser humano es ilegal”. También se trata de una fuerte presión contra las Ciudades Santuario para que asuman la política migratoria del actual presidente.
Esta medida es parte de una serie de acciones que el gobierno actual está intentando llevar adelante contra el movimiento migrante en Estados Unidos. Las deportaciones y la presión sobre las Ciudades Santuario se suman a la amenaza de cancelación del programa DACA, el incremento de arrestos en los llamados Centros de Detención para migrantes y nuevas políticas migratorias que afectarán a jóvenes Centroamericanos.

Los Centros de Detención llenos de trabajadores migrantes

Una vez en el poder, Trump aseguró que deportaría a por lo menos 3 millones de “traficantes” y “pandilleros” indocumentados en Estados Unidos. Según algunos analistas, el presidente y la policía migratoria han tenido serios problemas para demostrar que hay 3 millones de mexicanos y centroamericanos “delinquiendo” en Estados Unidos.
La población latina en Estados Unidos, constituye una porción muy importante de la fuerza de trabajo y se concentra en industrias como la construcción, servicios, turismo y trabajo doméstico. Los “bad hombres” a los que se refirió Trump en meses pasados (supuestos delincuentes de origen latino) son en realidad trabajadores precarios que laboran sin derechos en todo el país, pagan impuestos y generan grandes ganancias para la economía nacional.
Esto sumado al repudio que existe a nivel nacional, ha impedido que el plan de deportaciones de Trump se haga efectivo. Pero la amenaza de cancelación de DACA, las recientes deportaciones y el incremento sustantivo de presos en los Centros de Detenciones están generando alarma entre la población migrante.
En los últimos nueve meses el ICE deportó a 211.068 migrantes. Y aunque el número de deportaciones todavía no se dispara como en la era Obama, la propia policía migratoria ha informado que los arrestos han subido un 43 por ciento en el último año.
Aunque el gobierno pretende justificarse diciendo que los arrestos son contra personas con antecedentes penales, la realidad es que una gran mayoría de personas detenidas no tienen antecedentes criminales. ICE ha informado que se detuvieron 28.000 personas sin antecedentes penales entre el 22 de enero y el 2 de septiembre. Muchos de aquellos presos que tienen antecedentes penales, los tienen por delitos menores ligados a su situación de precariedad y pobreza.
Según datos oficiales, hay casi 700 Centros de Detención en todo el país. Bajo la administración Trump, la densidad poblacional de los mismos ha aumentado sustancialmente. La mayor parte de estos Centros, son administrados por empresas privadas que hacen jugosas ganancias por otorgar estos “servicios”. Hay decenas de denuncias por maltrato, mala alimentación, tortura, abuso sexual y trabajos forzados en estas verdaderas cárceles. Los presos pueden pasar meses o hasta años esperando que su situación sea dirimida por un juez.

Trump contra lo más jóvenes

Al parecer, el nuevo habitante de la Casa Blanca no cejará en su persecución a los inmigrantes, en particular los más jóvenes. La amenaza de cancelación de DACA fue una verdadera declaración de guerra contra los dreamers pero hay más. Según un nuevo reporte de McClatchy DC, la Casa Blanca está preparando una nueva política para acelerar deportaciones de menores de edad centroamericanos.
Según informaron diversos medios de prensa la política está orientada contra “adolescentes centroamericanos que llegaron a la frontera sur de Estados Unidos sin la compañía de adultos”.
Esta medida implica deportar a estos jóvenes una vez que cumplan los 18 años. Se trata de habilitar juicios express que le permita a las autoridades migratorias deportar a estos jóvenes sin papeles sin necesidad de un juicio.
Según datos oficiales, en los últimos años han ingresado a los Estados Unidos 100.000 menores de Centroamérica. De aprobarse, esta medida solo profundizaría la catástrofe humanitaria que aqueja a los niños y jóvenes de Centroamérica que cruzan por México huyendo de la miseria, la violencia del crimen organizado y el Ejército en sus respectivos países.
La propuesta está siendo elaborada bajo la responsabilidad del Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Justicia.

Resistir a Trump

Las deportaciones de la última semana parecen un mensaje contra los migrantes. Una advertencia para sembrar miedo. Mercedes, una trabajadora migrante dijo a Left Voice en una entrevista “Estamos seguros que Trump quiere evitar que el descontento contra su política racista se exprese en la calle. Por eso está castigándonos, porque en los últimos meses nos hemos movilizado en todo el país por derechos laborales, por los dreamers y contra las leyes antiinmigrantes”.
Después de que el anuncio del presidente de cancelar DACA fue repudiado de manera generalizada, la cúpula del Partido Demócrata se reunió con Trump para supuestamente negociar la permanencia de DACA a cambio de un plan de seguridad en la Frontera. Al día siguiente Trump desmintió el acuerdo. Así que por el momento la amenaza de más deportaciones, la cancelación de DACA y nuevas leyes anti inmigrantes persiste. Al respecto nos dice Mercedes “No podemos bajar la guardia, Y no podemos confiar en las negociaciones de los de arriba. Sabemos, nosotros que llevamos años acá que los demócratas y los republicanos no son amigos. Hay que retomar el camino de la movilización y parar realmente a Trump”.
Mercedes es optimista y dice “No estamos solos. Un montón de organizaciones migrantes, algunos sindicatos, estudiantes como los de la Universidad de Berkeley e incluso la izquierda como el Democratic Socialists of America ó Socialist Alternative nos apoyan, pero no es suficiente, tenemos que ser miles de almas. Tampoco es suficiente defender lo que ya tenemos, como DACA. Queremos plenos derechos para los migrantes y nuestros pequeños. Creo que estamos en buenas condiciones de organizarnos todos para resistir a Trump”.

Jimena Vergara
@JimenaVergaraO

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