La maniobra proscriptiva que derivó en la separación de Tatiana Antúnez como representante de COFE en el PIT-CNT a instancias de la lista 10 que conduce el SUINAU genera debate en el movimiento sindical y social.
Hace pocos días se conoció la decisión de COFE y de SUINAU de retirar el respaldo a Tatiana Antúnez como representante de la Confederación ante el Secretariado Ejecutivo de la Central y en la Comisión de Jóvenes.
Ante las declaraciones de la misma Antúnez señalando que esto sucedía por ser mujer y joven y que “si fuera un varón esto no pasaba” los dirigentes del SUINAU de la lista N 10 que encabeza el sindicato fundamentaron públicamente su decisión.
Según el comunicado que emitió la Comisión Directiva el lugar que ocupaba Antúnez era producto de un acuerdo entre agrupaciones y como la lista de la que formaba parte Antúnez había decidido una alianza con otra lista de cara a las próximas elecciones, se definió retirar el aval y plantear un cambio en la representación ante el PIT-CNT.
Proscripciones, maniobras y acomodos
Para poder analizar estos hechos es necesario también contextualizar e incluir otras variables que también están en juego.
Tatiana Antunez es integrante de la lista 20, que responde básicamente al Partido Comunista. La “sintonía” política con la dirección del PIT-CNT le dio una mayor difusión a su situación e incluso el apoyo de colectivos feministas.
Sin embargo es realmente difícil pensar que su exclusión se debe en este caso a una postura machista o patriarcal del SUINAU (que por supuesto sabemos que existe). Más bien parece un método de resolución de conflictos donde priman las maniobras proscriptivas e incluso de persecución hacia opositores. Estos métodos no son tampoco ajenos al grupo político al que pertenece Antúnez; es históricamente conocida la forma en que el Partido Comunista trata a las disidencias y diferencias políticas.
Son sabidas también las posiciones pro-sionistas que expresó recientemente del viaje a Isarael, donde “olvida” las persecuciones y el sojuzgamiento del pueblo palestino. Aunque estas son posiciones repudiables (así como la perdida de la independencia de clase del PC al apoyar al gobierno del Frente Amplio) no son argumentos para sostener su exclusión como representante del PIT-CNT.
El acuerdo entre las listas 10 y 20 expresa cierta correlación de fuerzas producto de las últimas elecciones y en ese marco, y como resultado de esa alianza, Antúnez fue promovida para ese cargo. En todo caso serán las próximas elecciones las que habilitarán a cambiar a los que ocupen esos cargos.
Se trata de una clara maniobra antidemocrática de la lista 10; lista que también ha tenido en distintos momentos de la gestión frenteamplista del INAU acuerdos y negociaciaciones con el propio Directorio oficialista con acomodos y “pactos de no agresión” que avalaron (entre otras cuestiones) prácticas de represión hacia adolescentes (en particular a los privados de libertad en conflicto con la ley penal). La propia lista de Antúnez no ha sido ajena a prácticas en los que el acceso a cargos o traslados dependen del color político de quien lo solicita y en función de pertenecer al mismo grupo político que gobierna el INAU.
Mientras escuchamos estas acusaciones cruzadas de distintos sectores sindicales que se pelean por ocupar cargos, ninguno de ellos se preocupa seriamente por organizar a los trabajadores para luchar por cambiar las condiciones de trabajo del INAU, con bajos salarios, mala atención para niños y adolescentes y repartija de cargos y acomodos para varios lados.
Es necesario forjar una nueva cultura sindical, donde estos métodos queden de lado y se milite por la organización democrática de los trabajadores. Lamentablemente ninguna de las fracciones en disputas guarda independencia política con respecto al directorio o al gobierno, lo cual es indispensable para forjar sindicatos combativos. En Argentina tenemos el buen ejemplo de Cerámicas Zanon, la fábrica sin patrones y bajo control de sus trabajadores, con un sindicato con un estatuto antiburocrático, donde se destaca la rotatividad y revocabilidad de los cargos por asambleas de base.
La tarea de momento es organizar agrupaciones verdaderamente clasistas para recuperar a las organizaciones de los trabajadores.
La Izquierda Diario Uruguay
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