domingo, 16 de julio de 2023

27 de junio de 1973. ¿Qué nos dejó el aniversario del Golpe de Estado?


Los 50 años del golpe de Estado y el comienzo de la huelga general tuvieron amplias repercusiones a todo nivel. El régimen político aprovechó la oportunidad para hacer una lectura a su medida de los acontecimientos históricos mientras el pueblo recordó su oposición y resistencia al avance autoritario.

 A diferencia de otros años, donde el 27 de junio pasa prácticamente inadvertido, en este aniversario número 50 desde distintos sectores se recordó el aniversario del golpe de estado.
 Fue así que en la noche previa tuvo lugar la “sesión especial de la Cámara de Senadores así como una “vigilia” en los alrededores del Palacio Legislativo y en el mismo 27 se realizó una mesa redonda con representantes de todos los partidos y el presidente del PIT-CNT; además de una actividad con la presencia de la vicepresidenta Argimón y otra con la presencia de tres expresidentes, Lacalle Herrera, Sanguinetti y Mujica, junto al actual presidente Lacalle Pou. 
 Por otra parte, en el marco de un paro parcial del PIT-CNT, el mismo 27 tuvo lugar un acto y movilización en el emblemático barrio de La Teja, y en la tarde la ya tradicional marcha de la Coordinación 27 de junio en la zona de la Blanqueada. Tuvo lugar además la inauguración del memorial a las expresas políticas en las inmediaciones del Parlamento. 
 También en días previos y posteriores se organizaron distintas actividades para recordar y debatir sobre el golpe de estado y el comienzo de la huelga general con la que las y los trabajadores enfrentaron el golpe.

 Los falsos relatos del régimen 

 El régimen político y sus principales representantes intentan una relectura del pasado reciente apuntando a su vez a resignificar, y en última instancia falsear, los hechos históricos y acontecimientos de la década del 60 y 70. 
 Los partidos tradicionales centralmente apuntaron con sus discursos a un relato donde se diluyen sus responsabilidades en esa época y el golpe aparece como la consecuencia de un enfrentamiento entre dos bandos; los militares y la guerrilla. La teoría de los dos demonios sobrevoló los discursos, para aparecer más explícitamente en uno de los socios de la coalición de gobierno, Cabildo Abierto, que directamente planteó “Reiteramos nuestra determinación de que nunca más, haya dictadura ni terrorismo. Nunca más un grupo de iluminados llevándose por delante a las instituciones democráticas”. 
 Entre solemnes discursos y emotivos recuerdos “olvidan” que fueron estos propios partidos los que llevaron adelante un creciente proceso autoritario y represivo desde los años 60 para poder imponer un importante ataque a las condiciones de vida de la población y que las y los trabajadores pagaran el costo de la crisis del país.
 Los voceros del régimen presentaron a sus partidos como simples espectadores que nada podían hacer frente a los militares, pero ocultaban como fueron dando pasos claves en este avance represivo con las medidas prontas de seguridad del pachecato o el estado de guerra interno a partir de abril de 1972 (votado por blancos y colorados). 
 Además de la continuidad que implica el rol de Juan María Bordaberry cuando disolvió las Cámaras y pasó a gobernar con los militares, no debemos olvidar que 18 de los 19 intendentes del país siguieron en funciones luego del golpe. Integrantes de los partidos Blanco y Colorados fueron parte del elenco gobernante durante la dictadura; se trató sin duda de un golpe cívico militar. 
 Frente a la realidad de este pasado, los expresidentes Lacalle Herrera y Sanguinetti intentan construir otro relato por el cual el golpe fue algo ajeno al régimen y producto de los “excesos” militares y el accionar guerrillero. Ambos tomaron este aniversario para intentar fortalecer a las instituciones del régimen y apostar a una convivencia armoniosa y sin conflictos entre todos los sectores. Como dijo Sanguinetti, “nunca más a la intolerancia, a la descalificación del adversario, nunca más el desprecio a las instituciones liberales”. 
 El artífice de la impunidad para las violaciones de los derechos humanos de la dictadura, quiere transformar el “Nunca Más” en una simple reafirmación de solidez institucional de esta democracia para ricos, que no duda; dándole continuidad a la obra de la dictadura; en recortar y atacar las condiciones de vida de las y los trabajadores, y garantizar a su vez las ganancias de los empresarios. 
 La cobertura por izquierda de toda esta farsa del régimen, la da una vez más el expresidente y exguerrillero José Mujica. A pesar de venir de otro sector político y con una historia distinta, sus acciones y objetivos van por el mismo camino; fomentar la solidez del régimen, buscar puntos de acuerdo y promover una “unidad nacional” que no es más que un sistema político fuerte para poder seguir explotando y gobernando a favor de la burguesía. 

 Memoria y resistencia en la clase trabajadora

 El régimen político intenta poner también a la clase trabajadora en un lugar pasivo y ajeno a lo que sucedía en los 70. 
 Trata de minimizar la resistencia al golpe, se pone incómodo con la heroica huelga general y transforma la lucha contra el ajuste y la represión de los 60 y 70 en una suerte de desorden y caos donde las y los trabajadores no dejaban gobernar. 
 Si bien el PIT-CNT tomó la fecha del aniversario para homenajear y recordar la huelga general con la que se enfrentó el golpe y reseñó todo el proceso autoritario contra las y los trabadores en los 60 y 70 su visión apunta a que se trató de una simple huelga en defensa de la democracia. 
 Contra este relato parcial distintas voces recordaron el creciente proceso de independencia política y la profundidad del cuestionamiento al régimen que significó el ascenso obrero de los 60 y 70. 
 El heroísmo de una clase obrera que con sus métodos propios (movilización, ocupaciones de lugares de trabajo, lucha en las calles) enfrentó el avance represivo y autoritario iba mucho más allá de una simple defensa de la democracia. 
 Las y los trabajadores sufrían en carne propia esta misma “democracia” que atacaba sus condiciones de vida, con desempleo, baja de salarios, pérdida de derechos y conquistas; mientras que a su vez sacaban las conclusiones y aprendizajes de que esa democracia para ricos también estaba al servicio de los poderosos de siempre.
 El golpe vino a cortar con esta experiencia que ponía en cuestión al propio régimen de dominación, y esto es lo que quieren hacer olvidar los personeros del régimen (los Lacalle, Sanguinetti y compañía), pero parece que también pone incómodo a los actuales dirigentes de la central obrera.

 La clase trabajadora como sujeto político 

 Los políticos del régimen quieren borrar de la memoria la fuerza y la determinación que mostró la clase trabajadora, tanto en el periodo de los 60 y 70, como en el momento decisivo del golpe de Estado. 
 El ascenso obrero de la época, tomando en sus manos y con sus métodos la resistencia a los planes antiobreros de los gobiernos de turno y en la propia huelga general con que se enfrentó el golpe, mostró la capacidad y la fuerza de la clase trabajadora. 
 La importancia de esta experiencia política se continúa en el presente porque cuando la clase obrera se convierte en sujeto político independiente toma la fuerza que le permitirá luchar por un cambio estructural de la sociedad. 
 En este aniversario del golpe y del comienzo del a huelga general el mejor homenaje que el pueblo trabajador puede hacer a quienes fueron protagonistas de esa época, desafiando el poder y enfrentando el golpe de estado, es recuperar estas experiencias para las luchas que vendrán. 
 El debate sobre el significado y el objetivo de la dictadura, así como sobre la huelga con sus potencialidades y límites es una importante discusión actual para el pueblo trabajador. Por fuera de la mirada reaccionaria de los integrantes de la Coalición o los relatos reformistas que se plantean desde la dirección del PIT-CNT, el sentido y la experiencia que dejan estos acontecimientos dejan enseñanzas para que las nuevas generaciones de la clase trabajadora estén mejor posicionados para defender los derechos obreros y terminar con esta sociedad de clases. 

 Hernán Yanes
 Sábado 8 de julio | 14:55

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