miércoles, 7 de febrero de 2018

Karl Marx: el capítulo XXIV de El Capital y el “descubrimiento” de América




Marx anticipa la idea del “desarrollo del subdesarrollo” y el capítulo XXIV de "El Capital" será central para el surgimiento de la teoría de la dependencia, la teoría del sistema mundo, del pensamiento antillano marxista de la escuela capital esclavitud y del propio pensamiento decolonial.

José Arico publicó Marx y América Latina en los años ochenta del siglo XX, y con ellos estaban disponibles para el lector latinoamericano los textos del pensador alemán sobre el “nuevo mundo”.
En muchas ocasiones, en especial en algunos nichos académicos, se ha dicho que Karl Marx fue un pensador eurocéntrico. En especial la escuela “poscolonial” (como Chakravorty Spivak o Walter Mignolo) ha sugerido que el autor del Manifiesto comunista replicó los lugares comunes sobre el nuevo mundo. Pero ¿qué pensaba realmente Karl Marx sobre el descubrimiento de América?
En esta compilación de Arico se puede leer el texto de Karl Marx sobre Simón Bolivar, en el que se estima negativamente al líder independentista que venció en Ayacucho a los realistas.
También Arico indaga en el desatinado documento de Marx sobre la invasión de 1847 de Estados Unidos a México y Horacio Crespo sugiere “si hay documentos de Marx que sugieren un europeísmo y en otro del mismo año no, podemos buscar en la política su dilucidación”.
Entonces las apreciaciones más exactas de Marx sobre América Latina y el “Nuevo Mundo” debían estar en otro lugar, no sólo en sus textos periodísticos. Un ejemplo basta. Además del texto de 1847 Marx escribió un texto sobre la invasión francesa de 1861, que Arico no conoció, en el que el autor del El Capital expresa su más firme rechazo, considerándola “una de las más monstruosas empresas jamás registradas en los anales de la historia internacional.”
En este caso Marx estaba bastante más enterado de la Guerra de Reforma y de la ejecución del Maximiliano en el Cerro de las Campanas en 1867, que tanto impactó a Victor Hugo. Este último, escritor de Los miserables, escribió a Juárez implorando que no asesinara a Maximiliano, esposo de Carlota y príncipe de Austria. A diferencia de sus contemporáneos occidentalistas y europeizantes como Federico Hegel, que consideró el “nuevo mundo” como la “niñez perdurable de la ecumene” en su Lecciones de filosofía de la historia, Marx se pronunció en contra de la ocupación europea sobre México.

La importancia del capítulo XXIV

Karl Marx escribió en El Capital una reflexión trascendente sobre el descubrimiento y conquista de América: el capítulo XXIV es central para la historia de América Latina. Marx es enfático y explica que el “descubrimiento” es un acto de barbarie.
Un 12 de octubre de 1492, Cristobal Colón “descubrió" América. El viajero genovés intentaba encontrar nuevas rutas comerciales de la península ibérica para llegar a Asia. El “descubrimiento” permitió a Europa salir de la crisis de la Edad Media y el despojo del viejo mundo a los pueblos indios de América generó el parto del sistema mundial capitalista.
La conquista de América convirtió al mundo en una “nueva sala de torturas”, según el autor alemán Walter Benjamin. El despojo del territorio, del oro, la plata, la mita, la encomienda así como el trabajo esclavo de los miles de indígenas que habitaban el “nuevo mundo”, permitió una de las más aceleradas concentraciones de capital: una acumulación originaria por desposesión, que fue decisiva para el surgimiento del capitalismo moderno. No hay pues un documento de cultura que no sea al mismo tiempo un documento de barbarie.

Presagios funestos

Dice Marx en ese capítulo XXIV del tomo 1 de El Capital:
Los descubrimientos de los yacimientos de oro y plata en América, la cruzada de exterminio, la esclavización de las poblaciones indígenas, forzadas a trabajar en el interior de las minas, el comienzo de la conquista y del saqueo de las indias, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros, son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista (...) Las riquezas apresadas fuera de Europa por el pillaje, la esclavización y la masacre refluían hacia la metrópolis donde se transformaban en capital.
Este párrafo tiene las siguientes ideas fuerzas concentradas: no existe centro del capital sin periferia, el capitalismo es un sistema mundial, la nueva acumulación originaria fue imposible sin el despojo de América y existe una interconexión de formas -esclavismo y trabajo asalariado- imbricadas, para dar nacimiento al sistema mundial.
Marx anticipa la idea del “desarrollo del subdesarrollo” y el capítulo XXIV será central para el surgimiento de la teoría de la dependencia (Ruy Mauro Marini), la teoría del sistema mundo (Wallerstein), del pensamiento antillano marxista de la escuela capital esclavitud (Eric Williams) y del propio pensamiento decolonial (A. Quijano).
El capítulo XXIV es central, decisivo, para comprender la historia de América Latina y pone énfasis en el carácter destructivo y reaccionario de Europa en el “Nuevo Mundo”. Como apunta correctamente Eduardo Gruner: "Lo importante es que el párrafo –así como el resto del razonamiento de Marx en este capítulo– permite apreciar hasta qué punto decisivo la construcción de eso llamado centro se hizo sobre los cimientos de la periferización del resto del mundo, y muy particularmente la de América.”

Sergio Abraham Méndez Moissen

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