martes, 1 de noviembre de 2022

Irán en el escenario de la guerra mundial


El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kyleba, ha exigido que Irán deje de suministrar vehículos aéreos no tripulados a Rusia, bajo amenaza de cortar las relaciones diplomáticas. 
 Aunque la Guardia Revolucionaria de Teherán lo ha desmentido, todo indicaría que Irán ha vendido más de 2.000 drones Shahid-191 y Shahid-129 a Putin que estarían siendo usados en territorio ucraniano.
 Estos drones son capaces de volar a baja altura y evitar ser detectados por radares antiaéreos transportando misiles guiados, con un alcance de 2.000 kilómetros. Son llamados drones ‘suicidas’, puesto que están programados para alcanzar un blanco en específico y detonar su carga explosiva en el choque. Serían los mismos que han sobrevolado los portaaviones estadounidenses en el Golfo Pérsico. Desde Kiev señalan que estos drones suicidas han destruido al menos un tercio de la infraestructura energética de Ucrania. 
 Aunque para el Wall Street Journal los drones suicidas “han provocado daños considerables en las fuerzas ucranianas”, coinciden con Zelensky en que el uso de drones iraníes seria la prueba de la incapacidad armamentística rusa para crear drones propios. Por su parte, EE. UU. ha señalado que tropas rusas se estarían entrenando en el uso de estos drones en territorio iraní. 
 Esta crisis tiene lugar en medio del fracaso del regreso de Irán al Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés). El JCPA, es un acuerdo entre Irán y los cinco países que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (EE. UU., Francia, Gran Bretaña, Rusia y China) y Alemania, llamados como los P5+1, para limitar el programa nuclear iraní a cambio de ‘aliviar’ los paquetes de sanciones económicas al país árabe.
 Estas limitaciones comprometían a Irán a eliminar sus reservas de uranio enriquecido y reducir a dos tercios sus centrifugas de gas durante 13 años. Las centrífugas de gas son máquinas de alta tecnología que permiten enriquecer uranio, el cual se utiliza para fabricar armas nucleares. 
 Aunque los departamentos de inteligencia de la Unión Europea e inclusive el Pentágono sugerían el cumplimiento de JCPOA por parte de Irán, Trump se retiró del acuerdo y restableció las sanciones económicas. A partir de entonces, Irán ha comenzado a enriquecer uranio. Según el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), se han identificado restos de uranio enriquecido en infraestructuras que no habían sido declaradas como parte de las actividades atómicas de Irán. Además, ha retirado cerca de 27 cámaras de vigilancia que monitorea la OIEA.
 En tres meses, Irán ha alcanzado un 60 % de uranio enriquecido, cuando es necesario llegar al 90 % de enriquecimiento para fabricar un arma nuclear. Sin embargo, la OIEA señala que Irán no dispone de la tecnología que requiere permitir la detonación de una bomba nuclear, ni tampoco tendría la capacidad de fabricarlas en serie, como sí tienen EE. UU., la OTAN y Rusia. Este enriquecimiento tan acelerado ha sido posible gracias a que Irán ha instalado más centrífugas de mayor eficiencia. La entrada de Irán en la guerra estaría relacionada con el impasse entre Irán y EE. UU. para volver al acuerdo del Plan de Acción Integral Conjunto. 
 Para Francia, miembro del P5+1, la incorporación de Irán beneficiaría los intereses de los capitales franceses en la industria petrolera en Irán. Por otro lado, para el director general del Fondo Nacional de Seguridad Energética de Rusia, las nuevas sanciones económicas contra Irán significarían un oportunidad para Moscú para invertir en la industria petrolera y gasífera en Irán.

 Javiera Sarraz 
 31/10/2022

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