sábado, 12 de marzo de 2016

A las calles por el pan y por las rosas




Ayer las mujeres, junto a una nutrida participación de varones, ganamos nuevamente las calles de Montevideo conmemorando una vez más el Día Internacional de la Mujer. Convocada por la Coordinadora de Feminismos de Uruguay, la marcha partió desde la Plaza Independencia hasta la Plaza Libertad, donde se leyó una proclama.
En la marcha, se exigieron el fin de los asesinatos a mujeres, el derecho a decidir sin restricciones y se manifestó la solidaridad con FRIPUR, GREEN FROZEN. El Hospital Canzani, presente.

Nos encontramos en las calles

La concurrencia fue variada, estudiantes de liceo que concurrían por primera vez en grupos mixtos, militantes de colectivos feministas, varones que se definían “antipatriarcales”, estudiantes universitarias que marchaban con sus compañeros de estudio, mujeres integrantes de cooperativas de vivienda, trabajadores y trabajadoras del sector público y también del privado.
También participaron colectivos de mujeres trans que denuncian la impunidad en que terminan los asesinatos ocurridos en los últimos años en el marco del ejercicio de la prostitución – actividad a la que tienen que recurrir producto de la discriminación laboral.
Entre las asistentes, se destacaron las trabajadoras del Hospital Canzani que se encuentra amenazado por el gobierno del Frente Amplio que quiere cerrarlo. Las trabajadoras, junto a varios de sus compañeros de trabajo, marcharon animadamente por la preservación de sus puestos de trabajo y en defensa de la salud pública.

Las principales demandas

Fueron varios los reclamos en este 8 de marzo. El principal fue la denuncia de las muertes por violencia de género. Pocos días antes de este día de lucha, se conoció un caso terrible en Barros Blancos – Departamento de Canelones - donde un hombre se incendió e intentó quemar vivas a su pareja y su hija de 5 años, quienes se encuentran graves. Amplios sectores de la sociedad uruguaya empiezan a ver que las muertes y otras formas de violencia (discriminación laboral, acoso callejero, violencia emocional) constituyen un problema importante, y muchas mujeres comienzan a organizarse para luchar contra este flagelo y exigir al Estado medidas concretas.
El segundo de los reclamos fue la situación ante el cierre de FRIPUR, que deja 960 trabajadores en la calle, de los cuales unas 800 son mujeres, y muchas de ellas jefas de su hogar. El mismo día pero más temprano, las mujeres de FRIPUR se manifestaron contra la resolución judicial que entrega la empresa a una firma canadiense que tiene la intención de explotar los barcos pero no piensa re-abrir la planta. Igual de delicada es la situación del cierre de GREEN FROZEN en Bella Unión y el intento de cierre del Hospital Canzani en el marco de la política de privatización de sectores de la salud pública. Todos conflictos desarrollados bajo la administración del Frente Amplio, y donde la actitud del gobierno, cuando no es dejar que el conflicto se desgaste, es directamente promover el cierre, como en el Canzani.
El tercer bloque de reclamos tiene que ver con la denuncia a la sociedad patriarcal, que condiciona nuestro derecho a decidir, regimenta nuestra sexualidad y relega a las mujeres a un lugar de subordinación. Aquí nuevamente hay que marcar la responsabilidad estatal, donde Tabaré Vázquez, conocido por sus actitudes contrarias a los derechos de las mujeres, permite que la Iglesia Católica frene la implementación de políticas de educación sexual en las escuelas, y habilita la objeción de conciencia para la interrupción del embarazo en la ley vigente. Recordemos que hace exactamente un año, Tabaré - que recién estrenaba su gobierno - manifestó cínicamente que lo que mataba a la mujer no era la violencia doméstica, sino el tabaco.

La crisis que se nos viene

El aumento del boleto metropolitano, los tarifazos, la inflación, el aumento de precios en los productos de primera necesidad (como las verduras) son políticas del gobierno que atentan contra toda la familia trabajadora – y por tanto a las mujeres - mientras que esas mismas políticas siguen beneficiando con exoneraciones impositivas a quienes más tienen, los empresarios corruptos (que dejan trabajadores en la calle), los dueños de los grandes latifundios y los grandes capitales concentrados en bancos y financieras.
Las mujeres tenemos un lugar destacado en la lucha contra la carestía de la vida, combinando las reivindicaciones más sentidas por toda la clase obrera y los amplios sectores populares, con nuestras demandas específicas como mujeres, y así concretar nuestra pelea por el pan y también por las rosas.

Soledad Espinosa

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