miércoles, 20 de noviembre de 2024

El G20, entre la crisis mundial, guerras y hambrunas


Entre el 17 y el 19 de noviembre, en Brasil, se concretó la cumbre anual de denominado G20, en el que participaron jefes de Estado de 55 países. 
 El presidente brasileño Lula Da Silva resumió: “Me he propuesto no traer la guerra al G20 porque, si no, no discutiríamos otras cosas importantes para los pueblos que no están en guerra. Los invisibles del mundo”. 
 Toda la cumbre estuvo llena de discursos llenos de hipocresía, donde se hablaba de la paz, destacando que se acogía “con satisfacción todas las iniciativas pertinentes y constructivas que apoyen una paz global, justa y duradera”, mientras EE.UU. y la Unión Europea daban el visto bueno a Ucrania para el uso de misiles de largo alcance contra el territorio ruso, y Putin, por su parte, anunciaba nuevas disposiciones para el uso de armas nucleares a modo de respuesta. 
 De la misma manera se invocó “la urgente necesidad de ampliar el flujo de ayuda humanitaria y reforzar la protección de los civiles y exigimos que se levanten todas las barreras a la prestación de ayuda humanitaria a escala”, en el caso de Gaza, mientras el gobierno sionista se ha ensañado en atacar a los convoyes encargados de trasladar esa ayuda y bombardear los campamentos de refugiados. Los mandatarios se escandalizaron por la creciente desigualdad social y por el hecho de que 700 millones de personas vivan subnutridas, mientras se producen 6.000 millones de toneladas de alimentos 
 Ante una propuesta de Lula, el G20 estableció su apoyo a la “tributación progresiva” para que los ricos paguen impuestos de forma más efectiva y se comprometieron a proseguir sus discusiones en torno a la propuesta brasileña para la posible creación de un impuesto global a los superricos. Según la iniciativa brasileña, si los 3.300 multimillonarios que habitan el mundo pagaran un impuesto global equivalente al 2% de sus riquezas en cualquier país donde estén asentados, es posible recaudar anualmente entre 200.000 y 250.000 millones de dólares para financiar proyectos de combate a la pobreza, el hambre y el cambio climático. Mientras tanto, los gobiernos -sean derechistas o ´nacionales y populares´- no vacilan, en el marco de la creciente crisis capitalista, en imponer una política de ajuste de los salarios, precarizando las relaciones laborales, hundiendo las jubilaciones y las ayudas alimentarias Se resolvió -a iniciativa del gobierno de Brasil- poner en pie “la alianza contra el hambre y la pobreza”. Se presume que Donald Trump podría retirarse del grupo cuando asuma el 20 de enero próximo. 

 Milei en el G20 

El presidente argentino firmó el documento final, pero hizo una serie de salvedades.
 Milei reiteró en Brasil que respalda a Israel frente al grupo terrorista Hamas, condenó la invasión de Rusia a Ucrania y rechazó la posibilidad de aplicar un impuesto extraordinario a los denominados “super ricos”, la limitación de la libertad de expresión en redes sociales -especialmente en X, propiedad de Elon Musk-, el esquema de imposición y vulneración de la soberanía de las instituciones de gobernanza global, el trato desigual ante la ley y especialmente, contra “la noción de que una mayor intervención estatal es la forma de luchar contra el hambre”.
 Milei destacó que, con la asunción de Trump, se darían la condiciones para avanzar en un Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU. Argentina y EE.UU. no tienen antecedentes de negociaciones para un acuerdo comercial desde la IV Cumbre de las Américas de 2005, realizada en Mar del Plata, cuando EE.UU. intentó impulsar, sin éxito, la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). En un sentido contrario, bajo el primer gobierno de Trump, (2017-2021), se aumentaron los aranceles a las exportaciones argentinas de biodiésel a EE.UU. Macron, sin pelos en la lengua, ha señalo que Francia hará todo lo posible para bloquear el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea. En enero de este año, los agricultores franceses organizaron protestas masivas con tractores que cortaron calles, rutas y autopistas en París, en rechazo a las políticas de Macrón y de la U.E. Estas protestas han recomenzado en repudio al posible TLC con el Mercosur. 
Macrón reconoció que el preacuerdo puede concretarse sin el respaldo de Francia, pero ejercerá presión para bloquearlo en la segunda etapa, cuando se deba aprobar la parte institucional y necesite la ratificación de los 27 parlamentos de los países de la Unión Europea. 
 El G20 fue la oportunidad para que Argentina firmara un Memorando de Entendimiento (MOU) con Brasil para que el gas natural de Vaca Muerta pueda llegar al país vecino a través del desarrollo de la infraestructura de gasoductos. Los envíos comenzarán en 2025, con 2 millones de metros cúbicos diarios y se prevé alcanzar los 30 millones diarios de exportación en cinco años. De este modo, Argentina reemplazará a Bolivia -cuyas reservas se agotaron- como el principal proveedor de energía de Brasil. 
 Pero para conseguir llegar a ese objetivo no alcanza con la primera etapa de Reversión del Gasoducto Norte, inaugurada hace unas semanas. Es necesario encarar una segunda etapa con loops (ducto paralelo) y plantas compresoras para conseguir un excedente mínimo de 15 millones de metros cúbicos que tardaría hasta 2026, por lo menos. Como se ve, en lo inmediato, el gobierno no ha podido conseguir una vía que le permita obtener fondos imprescindibles para el 2025, cuando se avecina vencimiento por 25 mil millones de dólares. 
 Esto mismo, lo obligó a mantener las relaciones financieras -o sea mantener el swap chino depositado en el Banco Central y comerciales con China- y como contrapartida relanzar la construcción de las represas en el sur y las centrales nucleares en Buenos Aires, o sea una política que colisiona con la política internacional de Trump. 
 Milei está metido en un verdadero Zugzwang.

 Daniel Blanco
19/11/2024

lunes, 18 de noviembre de 2024

Un argentino suelto en Palm Beach


El presidente Milei arribó a Florida flanqueado por su hermana y por el canciller argentino, el sionista Gerardo Werthein, convirtiéndose en el primer mandatario en reunirse con Donald Trump luego de su triunfo electoral. El mitin desarrollado en la mansión de Trump en Palm Beach, fue organizado por el America First Policy Institute, un *think tank *conservador, usina de las principales propuestas de campaña. No faltó la foto con el oligarca financiero Elon Musk, con el que se ha reunido cuatro veces en menos de un año, quien encabezará el Departamento de Desregulación del Estado, el Sturzenegger yanqui. La velada ofició como una conferencia no oficial en la que predominó la agenda que pretende llevar adelante una reorganización social reaccionaria a escala planetaria.
 El fascistoide Trump calificó como un honor tener a Milei entre los concurrentes del mitin y desde el escenario felicitó al mandatario argentino “por el trabajo que has hecho, de hacer la Argentina grande de nuevo. Es increíble cómo la estás arreglando.” Los dichos de Trump, que sin bien no abreva de los postulados de la escuela austriaca, son la manifestación de la afinidad política estratégica entre ambos y coloca al gobierno argentino, salvando las contradicciones particulares de cada país, como un modelo a seguir.
 Mientras Milei ha gobernado estos once meses a base de un régimen por decreto y camarilla, con un fuerte soporte represivo, Trump se apresta a instaurar un régimen de excepción. Al igual que el liberticida argentino, Trump ha anunciado una depuración de la burocracia estatal de carrera, que será reemplazada por funcionarios advenedizos y personajes siniestros acusados de todo tipo de delitos, que responda sin objeciones a las iniciativas presidenciales, permitiéndole instaurar un régimen de poder personal. El gabinete elegido por Trump, un rejunte ultra reaccionario y oscurantista, debe ser confirmado por el Senado. Trump ha dicho que pondrá en funciones a los designados, en comisión, para convertirlos en un hecho consumado. 
 Milei fue uno de los oradores de la cumbre de inversores de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC). Antes de ser bajado de apuro del escenario cuando Trump se hizo presente, lanzó diatribas de todo tipo: “En 1848, [Karl] Marx comenzó aquel panfleto siniestro, que fue su Manifiesto Comunista, diciendo que un fantasma recorría Europa: el del comunismo. Hoy, uno distinto recorre el mundo: el de la libertad. Un fantasma que viene a terminar con el modelo de servidumbre que reina en el mundo libre". Autopercibiéndose como uno de los líderes de la internacional derechista convocó a los presentes a la conformación de “una alianza de naciones libres, custodios del legado occidental, estableciendo nuevos lazos políticos”, que en principio estaría integrada por EE. UU, Italia, Israel y la Argentina. Milei pone a la Argentina al servicio de las guerras imperialistas. 
 Antes de su viaje a Estados Unidos, Milei celebró el fallo condenatorio sobre la expresidente Cristina Fernández de Kirchner como una muestra del buen funcionamiento de las instituciones argentinas. Esto no privó a Milei de juntarse con Trump, quien fue declarado culpable de 34 cargos, la mayoría de ellos por falsificación de registros comerciales y mercantiles, convirtiéndose en el primer reo en ganar una elección presidencial en EE. UU, y que recibirá sentencia el próximo 26 de noviembre en uno de los juicios. 
 El “republicano” Milei tampoco ha repudiado el intento de golpe de Estado llevado adelante por Trump el 6 de enero de 2021. Mas de 1500 personas, considerados como “patriotas” y “presos políticos” por Trump, han sido acusadas del asalto del Capitolio con el objetivo de impedir la ratificación de la victoria electoral de Biden. El propio Trump fue acusado por el fiscal especial, Jack Smith, de conspiración para anular los resultados de las elecciones de 2020. Durante la campaña electoral Trump ha manifestado que indultará a la mayoría de los presos. 

 Lucas Giannetti
 16/11/2024

domingo, 17 de noviembre de 2024

Donald Trump arma a toda velocidad un régimen político de excepción


Donald Trump inaugura su nuevo mandato en el punto en el que cerró el anterior -por un acaparamiento de los tres poderes constitucionales y por una purga de la burocracia de carrera que le permita establecer un régimen de poder personal-. Las elecciones del 5 de noviembre pasado, cuando ganó las dos cámaras del Congreso y la mayor parte de los estados, han servido para legitimar el golpe de estado que intentó consumar el 6 de enero de 2021. Ya tenía a la Corte Suprema en el bolsillo cuando estableció, en el mandato anterior, una mayoría ultraderechista de 6 a 3 con acuerdo del Senado. 
 Los funcionarios que ha anunciado para su próximo gabinete no sólo han sido reclutados de la cohorte ultraderechista. Para decirlo con palabras del New York Times, son “figuras marginales, teóricos de la conspiración y aduladores”. Excluye o relega a burócratas de carrera, para ampliar el margen de arbitrariedad personal sobre arribistas designados a dedo. A pesar de la mayoría oficialista que tiene en el Congreso, ha dejado en claro el propósito de saltar el control parlamentario en cuanto a decisiones que se lo impiden las normas constitucionales. Ha advertido que pretende convertirse en “dictador por un día”, cuando, ya en la primera jornada de gestión, dará a conocer un torrente de “órdenes ejecutivas”, como se designa en Estados Unidos a los decretos presidenciales. Pretende valerse de los períodos de recesión del Congreso para efectuar nombramientos o tomar decisiones que requieren la autorización calificada del Senado, e incluso reclamar al presidente de esa Cámara la declaración de recesos parciales (información de CNN). 
 De entrada, Donald Trump se propone realizar una purga en los altos mandos de las Fuerzas Armadas: con esa finalidad, anunció el establecimiento por decreto de un Consejo Guerrero, compuesto por generales retirados. que le permita eludir el régimen de promoción militar. El blanco de esta purga, de acuerdo al derechista Wall Street Journal (12/11), sería el brigadier (general de aviación) CQ Brown (h), que es en la actualidad el Jefe del Estado Mayor, que cuenta en su legajo con una valoración positiva del movimiento contra la violencia policial contra los negros (Black Lives Matter). Durante su mandato anterior, Trump acabó despidiendo a jefes importantes del Pentágono, como John Mattis, John Kelly, que lo acusó de fascista, y Mark Milley, que se opuso a la tentativa de golpe. Trump quiere derogar la cláusula que compromete a los militares norteamericanos a no acatar órdenes ilegales, lo cual eliminaría la responsabilidad de los comitentes de esos delitos y facilitaría el indulto presidencial. La finalidad última de todo esto es autorizar la intervención de las FFAA en los llamados conflictos internos, cuando Trump se apresta a deportar a diez millones de inmigrantes ‘irregulares’, que deberán pasar antes por los campos de concentración que se construirán a ese fin. Trump ‘ajusta’ el régimen político de Estados Unidos a las condiciones de guerra geopolíticas y militares que no cesarán de reforzarse en el período próximo. 
 Para la Secretaría de Estado, Trump tiene listado a Marco Rubio, un legislador “gusano’ del estado de Florida. El pergamino ultraderechista de este descendiente de cubanos exiliados, es larguísimo. De este personaje, hay tres puntos insoslayables: es partidario de una guerra ‘geopolítica’ sin concesiones contra China. Cuestiona, por de pronto, la soberanía de China sobre Hong Kong, establecida hace más de cuarenta años. Fanático sostenedor del régimen de Taiwán, enfrenta el contratiempo de que Trump le ha declarado la guerra a TSMC, la empresa taiwanesa número uno en la provisión de chips a las norteamericanas Nvidia y Apple, para que se instale en Estados Unidos. Rubio es un ‘halcón’ en cuanto a una guerra contra Irán, una extorsión que Trump pretende usar para obligar a ese país a un cambio completo de política y en última instancia de régimen estatal. Rubio ha propiciado un asalto militar contra Venezuela, cuando EEUU quiso imponer a Juan Guaido como presidente títere de Venezuela. Rubio es un perro de presa contra Cuba y, como es obvio, contra el avance de China en América Latina. Las divergencias que aún lo separan de Trump han llevado a los medios a destacar que el nombramiento del “gusano” todavía no ha adquirido un carácter ‘oficial’. 
 Otros nombramientos son incluso más representativos de los objetivos políticos y de los métodos de gobierno de Trunp. Peter Hegseth, como Secretario de Defensa, es un ultraderechista que promueve a los “Veteranos Concientes de América”, ligada al grupo empresario militarista de los hermanos Koch. La prensa le cuestiona su ignorancia en asunto militares, porque no ha pasado de la condición de Mayor. De jefe de pelotón, pasará a dirigir el Pentágono, la mayor fuerza militar del mundo, que terceriza con 650 mil contratistas. Integró las fuerzas de contrainsurgencia (espionaje y torturas) en Afganistán. Respalda el Consejo de Guerreros, para indultar a los criminales de guerra de Estados Unidos, acusados de disparar primero y preguntar después.
 Mark Gaetz, nominado para Secretario de Justicia, es un asociado de Steve Bannon, el promotor de la internacional fascista, que ha pasado ocho años preso por delitos comunes. Gaetz es el individuo más asociado al golpe de enero 2021, cuando Trump intentó impedir la certificación por el Congreso de la victoria de Biden. Está acusado de abuso sexual de niñas y de tráfico sexual. Absuelto en sede judicial, una comisión del Congreso continúa investigando esos crímenes. Gaetz tipifica al desclasado social que revista como recluta de Trump. Otra designación siniestra es la de Mike Huckabee como embajador en Israel. Huckabee ha declarado que “Palestina no existe”, para justificar las masacres sionistas. El personaje deberá modificar en alguna poca medida ese principio, porque Trump se propone revitalizar el reconocimiento de Israel por parte de Arabia Saudita, cuyas autoridades solicitan el pseudo reconocimiento de un mini estado que sólo tendrá de palestino el membrete. 
 El nombramiento más relevante es, por supuesto, el del magnate Elon Musk, para una secretaría de estado paralela, el Departamento de Desregulación del Estado. Las acciones de Tesla, la empresa de Musk, subieron un 15 % con la noticia de los resultados electorales. X, la red social de Musk, desempeñó un rol decisivo en la victoria de Trump. El Financial Times señala que Musk “inyectó información sesgada en el algoritmo de la plataforma (X) y amplificó la narrativa de la extrema derecha” (12/11). La compra de Twitter por Musk marcó un punto de inflexión en la comunicación social. El propósito de Musk es abrir el Pentágono y los servicios de Inteligencia a las compañías de Silicon Valley. “Un marco regulatorio más amistoso con sus empresas”, señala el NYT. Musk reclama una purga de envergadura en el servicio civil del Estado. Pero las empresas de inteligencia satelital y espionaje de Musk no solamente gozan de subsidios y contratos preponderantes del Estado – son estratégicamente decisivas en el escenario de una guerra mundial. Musk se ha convertido en el principal agente de la burguesía norteamericana y del estado para la tarea de reorganizar la OTAN y forzar a sus socios a financiar la campaña armamentista que reclama esta guerra. Desde fuera del organigrama del Estado, Musk se ha convertido en el director de la guerra económica, geopolítica y militar del imperialismo norteamericano. El conglomerado de Musk y sus asociados de la tecnología de la información han ganado la delantera de la burguesía norteamericana que tiene por referencia a la Bolsa de Nueva York. En este cuadro se ubican los deseos de “éxitos” que Biden y los dirigentes del partido Demócrata han enviado a Trump. "
"Trump ganó un mandato para dejar de lado las limitaciones constitucionales que lo inhibieron para cumplir su programa durante su primer término de gobierno”, seńala un analista de Estados Unidos. Pero esto significa también la ruptura del sistema constitucional mismo. En este caso, Estados Unidos estaría atravesando la transición a un régimen político diferente, de naturaleza bonapartista y de dictadura personal. En el caso de Estados Unidos, la potencia imperialista hegemónica, sería la transición a un régimen político imperial, porque no tendría sustento dentro de las fronteras nacionales. La afirmación de un régimen político de poder personal rompe los restos del equilibrio internacional de fuerzas que ha sobrevivido a varias crisis mundiales y a la guerra en desarrollo. El escenario que emerge es todo lo contrario al relato ‘pacifista’ de Trump.
 El bonapartismo, en la época de la decadencia capitalista, constituye un puente hacia el fascismo. Abre una crisis entre el sufragio universal, por un lado, y las libertades democráticas, por el otro. Esta contradicción sólo puede ser resuelta por medio de la acción directa –revolucionaria o contrarrevolucionaria-. Las consecuencias de la elección de Estados Unidos se trasladarán a Europa, que volverá a convertirse en el epicentro de la crisis política internacional.

 Jorge Altamira
 15/11/2024

viernes, 15 de noviembre de 2024

El atentado en Brasil y las provocaciones de la ultraderecha


En la noche del miércoles 13, un simpatizante del expresidente Jair Bolsonaro llevó a cabo un ataque en las puertas del Supremo Tribunal Federal (en ese momento se encontraban dentro del edificio varios jueces) ubicado en la Plaza de los Tres Poderes, en Brasilia. El ataque no dejó otras víctimas fatales ni heridos, debido a que el agresor (quien murió al activar uno de sus explosivos) no consiguió ingresar al edificio en cuestión. 
 Francisco Wanderley Luiz, de 59 años, también conocido como “TiuFrança”, había sido candidato a concejal del Partido Liberal –fuerza política del clan Bolsonaro- en 2020 en Santa Catarina, Rio Grande do Sul. En sus redes sociales, replicaba posiciones ultraderechistas y poco antes del atentado escribió en Facebook: “¿Vamos a jugar??? Policía Federal tienes 72 horas para desactivar la bomba en la casa de los comunistas de mierda”. 
 El objetivo elegido por el atacante estaría relacionado con la investigación que lleva a cabo el máximo tribunal judicial brasileño acerca de la tentativa golpista del bolsonarismo en 2023. La fuerza política del expresidente presentó un proyecto en el parlamento para reclamar una amnistía. El mes pasado, Arthur Lira, presidente de la Cámara de Diputados (y líder del “Centrao”) creó una comisión especial para estudiar dicho proyecto. Pero esta ha aletargado su funcionamiento, considerándose que no tendrá propuesta sino con el nuevo período parlamentario, después de febrero 2025. Algunos de los participantes más implicados de este intento de golpe se refugiaron en la Argentina, con el visto bueno de Milei. El Supremo Tribunal ha dictado condenas para más de 200 acusados. Estas implican el pago de multas por un total “colectivo” de 30 millones de reales (alrededor de 6 millones de dólares), por los daños causados en la ocupación de los edificios públicos. También se firmaron más de 450 “probations” con la intervención de la Procuraduría judicial, por las cuales cesa el proceso judicial, pagando una pequeña multa y realizando cursos sobre “democracia”. 
 Tras los hechos del miércoles, Bolsonaro emitió un mensaje en redes sociales en que se apresuró a calificar el ataque como un hecho “aislado”, obra de un desequilibrado mental. Sin embargo, las provocaciones ultraderechistas nunca se disiparon desde el intento de golpe. A su vez, el expresidente insistió en el reclamo velado de una amnistía, bajo el manto de una “pacificación nacional”. Pretende que en la misma se reconsidere y anule la sentencia por la cual se le han quitado los derechos a ser candidato en las próximas elecciones presidenciales del 2026. Funcionarios de la Policía Federal, en tanto, aseguran que el ataque contó con una larga preparación.
 Las presiones en favor de una amnistía y las provocaciones ultraderechistas tienen que ser enfrentadas con la movilización y la organización popular, la que deberá desarrollarse sobre carriles de independencia política, frente al gobierno de Lula, que actúa como portavoz del gran capital, negando los derechos de los trabajadores. La orientación política del gobierno de Lula, quien sumó a varios exponentes de la derecha al gobierno e hizo acuerdos electorales con el propio Partido de Bolsonaro (PL) en 85 ciudades en los recientes comicios municipales, solo sirve para envalentonar a estos sectores. 

 Prensa Obrera

Cristina Fernández: una condena política sujeta a negociación


Una desregulación a pedido de Galperin.

El gobierno nacional acaba de anunciar la desregulación completa del servicio de correo postal a través del decreto 1005/2024. De este modo se elimina la exclusividad que tenían el Correo Argentino y otras empresas postales privadas como Urbano, Ocasa, OCA y Andreani para distribuir paquetería liviana de hasta 50 kilos y servicios especializados de línea postal, cartas documentos y telegramas, para que puedan ser realizadas por cualquier particular que se inscriba en la Autoridad de Aplicación, ENACOM.
 Esta medida se enmarca en el proceso de privatización de todas las empresas públicas, a través del área de planificación y desregulación que dirige Federico Stuzennegger. En ese sentido se inscribieron el achicamiento del plantel de Correo Argentino en un 43,5% que lo llevo a su mínima expresión. Queda sin cubrir, en principio, la unión postal de los puntos más remotos del país.

 La misma política con un nuevo disfraz

 Así como en los 90 el gobierno de Carlos Menem promulgó el decreto 660/90 privatizó Correo Argentino, para cederle el negocio postal a los Macri y Yabrán, en esta ocasión el gobierno de Milei promulga este decreto a la medida de la estructura de distribución montada por Galperin para su empresa, Mercado Libre. Esto queda explícito cuando el decreto habilita que "Cuando se trate de envíos postales de hasta CINCUENTA (50) kilogramos, “el transporte y entrega de dichos envíos podrá ser realizado por sujetos no inscriptos como tales con la condición de que el prestador de servicios postales inscripto garantice la adecuada y constante trazabilidad del envío hasta su efectiva entrega” (Decreto 1005/2024). 
 Tanto Correo Argentino como los correos privados han ido reduciendo su plantilla para precarizar. Esto ocurre a través de la tercerización o la contratación de monotributistas que le facturan por su servicio. Este nuevo tipo de relación laboral permite desvincular el trabajo del convenio colectivo. Es decir: los ajustes salariales por paritarias, licencias por vacaciones, enfermedad, así como también el pago de aguinaldos. En síntesis, es una limpieza descomunal de derechos laborales y conquistas. En ese sentido, la cesión del negocio a manos privadas acrecienta tasa de ganancia del capital. 
 Para los trabajadores de Correo está planteada la defensa de su derecho laboral. Este es el contenido de clase de la oposición a las privatizaciones. 

 Pedro Bravo 
 13/11/2024

jueves, 14 de noviembre de 2024

La contraofensiva antifeminista y el avance de los discursos de odio.


En la “Argentina libertaria” la presión tributaria la pagan los trabajadores


Los trabajadores pueden estar alcanzados hasta por 50 tributos vinculados al consumo. 

 Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) calculó en al menos 50 los tributos que paga un trabajador con ingresos superiores a la media, solamente por sus consumos frecuentes. En la “Argentina libertaria” de la emancipación fiscal son las mayorías explotadas quienes sostienen la carga de financiar al Estado. 
 El documento publicado por Iaraf divide los alcances de los tributos de las distintas jurisdicciones del Estado (nacional, provincial y municipal) en tres perfiles de ingresos (bajos, medios y altos) y en relación a una cantidad de consumos predeterminados. 
 En la canasta del perfil 1 se encuentra el análisis de los alcances tributarios en las compras de alimentos, bebidas alcohólicas, bebidas no alcohólicas, celular, agua, electricidad, gas, internet, servicios de streaming y consumos con tarjeta de crédito, sumando un piso de 22 tributos. Para el perfil 2 se parte de los consumos anteriores y se agrega la posesión de una casa, de un auto, el consumo de cine y recital, la compra de un electrodoméstico y la compra de moneda extranjera para atesoramiento, con un piso de 37 tributos distintos. Mientras que para el perfil 3 se adicionan un pasaje de avión (nacional), la reserva de una habitación de hotel, el consumo en restaurantes, un viaje al extranjero y el cambio del auto por un 0km, sumando 48 tributos. 
 Se trata de una cantidad considerable de tributos para financiar al Estado que se encuentran atados al consumo de la población y no a la capacidad económica de las personas físicas y/o las empresas, representando una confiscación adicional sobre millones de trabajadores que ven disminuido su poder adquisitivo. 
 Entre los tributos que más se destacan se encuentran el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que alcanza al 100% de los consumos de los tres perfiles, Ingresos Brutos y Tasa por Inspección de Seguridad e Higiene (Tish), siendo estos tres aquellos que aportan la mayor recaudación tributaria por consumos. 
 Otros tributos que intervienen son Cheques, Impuesto a las Ganancias (restablecido para los salarios por Javier Milei), Impuesto de Sellos, Impuesto País, Impuestos internos a la telefonía celular, Impuesto Inmobiliario, TSG, etc.
 IVA, Ganancias e Ingresos Brutos se encuentran entre los cuatro tributos de mayor recaudación nacional, y entre los seis tributos que totalizan el 83% de la recaudación fiscal. 
 El gobierno nacional, que dice defender una agenda de desregulación tributaria, no solo no ha mejorado nada de esto, sino que viene de restablecer el Impuesto a las Ganancias sobre los salarios. En el único terreno donde avanza esta política es respecto a las inversiones capitalistas, con el ejemplo de la reciente sanción de un Rigi que exime de impuestos y cargas fiscales a las grandes patronales.
 Quienes también participan de esta política fiscal antiobrera son los gobernadores: algunos de los impuestos mencionados, como Ingresos Brutos e Impuesto Inmobiliario van a parar a las arcas de las provincias, mientras que otro tanto de los impuestos nacionales son coparticipables.
 Además, el gobierno avanzó con la eliminación de las indemnizaciones laborales por nula o deficiente registración laboral, y con otros cargos del tipo, adjudicándoles una falsa naturaleza fiscal, o bajo el relato del mal llamado “costo laboral”. 
 Esta estructura fiscal regresiva contra los trabajadores supone que sean estos últimos los que financien al Estado que, a su vez, recorta servicios públicos como salud y educación, castiga a la población con tarifazos y financia a los capitalistas con regímenes fiscales especiales, beneficios y exenciones impositivas. 
 Según otro relevamiento del Iaraf existen en el país alrededor de 155 tributos (nacionales provinciales y municipales). Los trabajadores son sometidos de forma directa a un tercio de todos estos impuestos. Mientras que de entre los 10 tributos que implican el 92% de la recaudación fiscal al menos 7 alcanzan a los trabajadores. 
 El Estado capitalista se financia confiscando los magros ingresos de los trabajadores, para desenvolver políticas que benefician a los patrones y les allana el camino para hacer negocios sobre la base de una mayor explotación obrera. El “liberalismo” de Milei justamente consiste en esto: libertad para los capitalistas y confiscación para los trabajadores. 

 Marcelo Mache

miércoles, 13 de noviembre de 2024