miércoles, 28 de junio de 2023

La crisis capitalista y su estructura son aspectos inseparables.

La crisis del capitalismo está en su propia naturaleza. El capitalismo para seguir viviendo debe desarrollar de forma permanente la fuerzas productivas. Ellas llevan implícitas el retraso de las relaciones de producción. Este aspecto genera una sucesión de acontecimientos, como ser el desplazo de fuerzas de trabajo vivo, producto de la incorporación de la revolución científica-tecnológica. 
 Por lo tanto se incorpora más trabajo muerto. Sabemos también que el capitalismo tiene centros cardinales uno de ellos es la explotación y la extracción de plusvalía, al reducirse el número absolutos el trabajador/proletario se intensifica la explotación en menor cantidad de asalariados. 
 El núcleo central del capitalismo es la plusvalía y por tanto máxima ganancia. Si cae en términos absolutos el números de explotados en relación contractual, cae también la plusvalía generalizada afectando la tasa de ganancia y este debe resolverlo de otra forma. Para ello utiliza lo que se conoce como exportación de capitales, funciona el aparato financiero y la Banca Mundial, es decir el dinero se transforma en mercancía, ese es el fetiche del que hablaba Carlos Marx. 
 Aun así no logra recomponer la tasa de ganancia esta sufre una caída tendencial constante.
 El capitalismo vive hoy lo que se conoce como su estadio superior o último, ese es el Imperialismo como categoría económica. En este trance el capitalismo en su fase final recurre ya no solo a la explotación intensiva, sino que debe recurrir a la acumulación originaria, por eso en esta etapa agonizante del capitalismo devenido en Imperialismo, irrumpe este como su fase más cruel y despiadada.
 Se trata de obtener para si todo los recursos naturales y despliega su fuerza militar que actúa en dos direcciones una - no es novedad - son las guerras preventivas es decir guerras de rapiñas. La otra es también un circulo concéntrico que apunta a resolver circunstancialmente la crisis coyuntural a través de la industria pesada es decir la industria bélica, que a su vez genera mayor cantidad de ventas de armamentos. 
 Todo ello se retroalimenta con la acción de la emisión de bonos y letras, es decir el juego bursátil.
 Es mucho más extenso y complicado, para sintetizar esta es la situación en los rasgos más generales. 
 Es el capital financiero y todos sus nuevos soportes, la dictadura más siniestra que padece el mundo de los explotados en su mas diversas formas. 
 No decirlo es un acto de complacencia, ignorancia o complicidad. 

 Osbaldo Zuñiga

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